- Creo que todavía no lo entiendo – dijo el animago mirándolos – Aylen se fue de la casa en mitad de la noche en pijama y sin varita ¿Por qué…? – Harry miro a Oliver que trago con dificulta y añadió levantando la voz.

- Eso que importa, salio si y no la encontramos y Hermione se quedo en la casa y no esta ya tampoco, no es eso lo que nos debería importar.

- Eso es lo que nos importa – grito Sirius – pero quiero encontrar una razón a todo esto.

- Yo pienso – dijo la voz calmada de Remus – que lo que debemos hacer es ir a buscarlas.

- Gracias – contesto Harry mirando a su padrino - ¿Nos vamos?

- Pero antes de nada – continuo Lupin - debemos averiguar donde están.

- Sirius lo sabe – indicó Oliver.

- Si porque tú lo digas – contesto el aludido.

- No, porque lo dice ese pergamino – Oliver se aparto y el resto pudo ver un pergamino que flotaba en el aire, en el solo había escrito:

Si las quieres encontrar donde fuiste infeliz las hallaras.

- ¿Dónde fuiste infeliz? – pregunto Harry.

- En Azkaban.

- Pero no las llevarían allí. – contesto Remus.

- Si esta de mano de mi prima – siguió Sirius – es capaz de llevarlas – según había terminado de hablar se le ilumino la cara – claro como no se me había ocurrido. Donde fuiste infeliz, claro cuando me deje de hablar con mi hermano, en la casa en la que veraneábamos todos juntos, un verano mi querida prima consiguió convencer a mi hermano para que se pusiera en mi contra, tuvimos una gran discusión, mis padres me echaron toda la culpa a mi y yo me fui a casa de James, hasta el día que me dijo que Aylen había nacido, no había vuelto a hablar con el, puede ser esa casa.

- Por probar no perdemos nada – contesto Remus – pero tenemos que tener en cuenta que puede ser una trampa.

Se despertó sobresaltada, alguien sacudía su cuerpo sin ningún cuidado y le estaba haciendo daño, abrió los ojos para encontrarse con unos castaños que la miraban con miedo.

- ¿Hermione?

- Aylen ¿Qué vamos a hacer?

- ¿Dónde estamos? – pregunto intentando incorporarse ayudada por la castaña, miro a su alrededor, parecía una mazmorra aunque al no haber mucha luz no lo podía asegurar del todo.

- No lo sé, aparecieron en la casa e intente defenderme pero eran muchos, perdí el conocimiento y cuando desperté estaba aquí – la puerta se abrió en ese momento.

- Me alegro de que las dos estéis bien.

- Madre tu preocupación puede llegar a conmoverme, deberías tener cuidado, no vaya a ser que al final te coja cariño.

- Ponte esto – contesto la mujer arrogándole una ropa – rápido.

- Madre no es que no aprecie el detalle – dijo Aylen observando la ropa, una falda de cuadros tipo de escuela y una camisa blanca – pero esto no es de mi estilo.

- No me hagas perder la paciencia. Pontela.

- Creo que no – todo fue muy rápido, su madre se había puesto delante de Hermione y tenia su varita apuntando a su corazón.

- Ponte la ropa – repitió su madre sin tan siquiera mover los labios al hablar, Aylen se desvistió y volvió a vestir lo mas rápido que podía sin apartar la vista de su madre ni de Hermione, cuando termino, su madre dejo de apuntar a la castaña y la miro – perfecta, pareces una niña buena le vas a encantar.

- ¿A quien? – pregunto ella con miedo y temiendo la respuesta.

- No importa, solo es un pequeño regalo para tu tío, pero falta algo – le apunto con la varita y en cuestión de segundos su pelo quedo recogido en dos coletas – ahora si estas perfecta. Llevarla – ordeno a dos hombres que esperaban afuera de la puerta, miro por última vez a Hermione mientras la sacaban de la habitación.

- ¿Por qué los guardaespaldas madre? Acaso no tendrás miedo de estar a solas conmigo.

- ¿Miedo? Yo no se lo que es eso, pero tu me puedes contar lo que se siente, tiemblas como un hoja – entraron en una habitación algo mas iluminada de lo que habían estado las demás – ya estamos aquí.

- Es perfecta – oyó que alguien decía al fondo de la habitación, salio de las sombras que los escondían y pudo ver a un hombre bajito, regordete y calvo – la falda un poco larga.

- Eso se soluciona – Beatrix acerco su varita hasta la falda y esta menguo hasta quedar un cacho más arriba de las rodillas.

- Así esta mejor. Tu hija es preciosa Lestrange, como su madre – el cada vez estaba mas cerca de Aylen, ella pudo notar como una de sus manos había sido sustituida por un instrumento metálico parecido a una mano.

- Gracias Peter – en ese mismo momento la chica lo encajo todo, un regalo para tu tío, Peter, era el, tenia que ser el que había traicionado a los Potter y la razón por la que Sirius no podía obtener su tan ansiada libertad.

Hermione intentaba encontrar la manera de salir de aquella estancia, escudriñaba la pared intentando encontrar algo que se moviera para poder escapar cuando empezó a oír unas voces.

- No hagas ruido – susurraron

- No lo hago – reclamo otra voz.

- Sigo sin entender porque hacemos esto.

- Ya te lo he dicho no la voy a dejar ahí – las voces cada vez estaban mas cerca, se escondió junto a la puerta para que cuando la abrieran no la vieran e intentar escapar, y fue justo lo que hizo, espero que la segunda persona entrara para golpearla por la espalda y tirarla al suelo iba a echar a correr cuando reconoció una voz.

- Hermione espera – se di la vuelta para enfrentar a la persona que la había llamado.

- Ginny.

- Malditasea Granger eres idiota – le grito un rubio desde el suelo – te venimos a salvar.

- ¿Vosotros me veníais a salvar? Pero que os creéis que soy idiota, se perfectamente que es mentira.

- Te dije que la dejáramos, solo era exponernos para nada – le grito el rubio a la otra chica.

- Cállate Draco, no la vamos a dejar aquí, Dumbledore estaría de acuerdo conmigo en que para salvarla si tenemos que descubrirnos lo haremos.

- Para eso le mandamos el pergamino al cara rajada y a su tío el presidiario.

- Con lo explicito que fuiste, hay una gran posibilidad que no tengan ni idea de que estas hablando.

- Oye mi tía siempre dice que fue el verano mas triste para él y el mas feliz para ella, si no se da cuenta con eso es que esos gryfindors son mas tontos de lo que yo creía y te puedo decir que es bastante.

- Mira no pienso dejar aquí a Hermione y que luego resulte que no saben que esta aquí, así que nos la llevamos – Hermione miraba a uno y a otro como si fuera un partido de tenis.

- Por si no os habéis dado cuenta sigo aquí y yo no me voy a ir con ninguno de los dos. Ginny recapacita, tu madre esta muy disgustada mira lo creas o no, no creo que porque Harry no se haya enamorado de ti, debas meterte a mortigafa, no eres una niña para que cuando se le quitan un juguete se comporte de esa manera. tan caprichosa, Ron esta muy enfadado y esta vez tengo que darle la razón, por favor piensa en lo que estas haciendo. Ginny – la chica pensó lo que quería decir antes de hablar – si me prometes que dejaras de estar del lado del bando de los enemigos, dejare a Harry.

- OH Hermione – gimió la pelirroja abrazándola – eres tan buena amiga, ya sabia que contigo podría contar para siempre.

- ¿Entonces lo harás?

- Si, lo haré.

- ¿harás el que? – pregunto Draco furioso – ¿te vas a ir con el cara rajada?

- Hermione – continuo Ginny ignorando al slythering – no estoy en el bando incorrecto, trabajo para …

- Trabajamos – recalco el rubio.

- Trabajamos – repitió la chica mirando mal  al chico– para Dumbledore, somos infiltrados.

- ¿Infiltrados? – inquirió la otra.

- Si, solo nos comunicamos con el profesor Snape y así nos mantenemos a salvo, nunca traicionaría a mi familia Hermione, pero tenia que hacer algo, estaba harta que me tratarais como la niña pequeña a la que hay que proteger, necesitaba ayudar como lo hacíais vosotros.

- Pero Ginny es muy peligroso.

- Lo sé, pero nunca sospecharían de nosotros, el es un Malfoy y yo una niña que solo quiere llamar la atención enfrentándose a su familia, confían en nosotros plenamente, así que no te preocupes, que no soy tan mala como creías, siento haberte insultado.

- No importa con la condición de que no lo vuelvas a repetir – contesto Hermione con una sonrisa abrazándola.

- Respecto a lo de Harry...

- Respecto a lo de Harry ¿Que? – interrogo Draco.

- Por mi no le dejes, porque yo tarde en descubrirlo, pero nunca estuve enamorada de él, si no del amor en si, siempre fue tan encantador y atento conmigo que confundí las cosas, pero ahora que ya se lo que es realmente el amor – dijo mirando a Draco – se que nunca estuve realmente enamorada – Hermione que no había pasado por alto la mirada de Ginny al Slythering, los señalo primero a uno y luego al otro.

- ¿Con él? – grito señalando al rubio.

- Eso grita Granger, solo nos estamos escapando pero tu levanta la voz, con suerte el idiota que tienes por novio te habrá escuchado y vendrá en tu ayuda.

- ¿Con él? – volvió a repetir.

- Por dios Hermione que no es para tanto.

- Ron te mata – indico la castaña muy seria.