Querido Ryoga:
Todo comenzó cuando salí del entrenamiento de gimnasia algo tarde ese día no tenía ganas de ver a nadie después de lo que había visto..quería llorar y gritar pero me limite a huir como siempre. Alze la vista al cielo y pude ver las nubes negras cargadas de lluvia, sin embargo no tenía prisa por llegar a mi casa, después de todo siempre era lo mismo...la soledad. Camine lentamente por las calles obscuras y desiertas, no había nadie, fue cuando me percate de que la lluvia había comenzado a caer. Apresure el paso hasta que comencé a correr pero en un mal movimiento caí al suelo pesadamente, el dolor en mi tobillo era muy fuerte y deje escapar algunos sollozos de mis labios, mas el dolor que sentía no era lo que mas me preocupaba, tres hombres se acercaban a mi y no me daban confianza. Por su aspecto deduje que eran pandilleros o algo parecido. Intente ponerme de pie pero caí de nuevo aun mas adolorida que antes, fue cuando me rodearon. Yo estaba aturdida no sabía lo que ellos deseaban hasta el momento en que ellos me arrastraron a un callejón apartado y me quitaron mi abrigo. Uno de ellos pasaba sus manos por mi cabello mientras que otro destrozaba mi leotardo verde sin ninguna consideración. Yo estaba aterrorizada, si tan solo me hubiera esperado...podía sentir a esos tres hombres tocar mi cuerpo y robarse mi inocencia pero era algo lejano, casi inexistente. En lo único que pensaba era en esa escena, en ranma abrazando y besando a akane tendo. Sentí como si mi mundo se derrumbara y lo único que pude hacer fue correr y llorar. Pero ahí estabas tu, tan hermoso y perfecto, siempre con esa bella sonrisa y con tiempo para ayudar a los demás. Nunca fuimos amigos ni siquiera nos agradábamos pero no se si pudiste ver lo que yo sentía en ese momento, que me tomaste entre tus brazos intentando tranquilizarme, mi dolor fue todo lo que me importo, olvide cuanto amabas a akane y te grite a tu cara mi frustración. Aun puedo sentir el frió de tus ojos cuando escuchaste lo que acababa de ver, en ese momento me sentí miserable por haberte herido, tenia ganas de golpearme a mi misma pero te limitaste a sonreír tristemente y a darme un abrazo aun mas fuerte que el anterior, fue cuando ranma y akane salieron, se veían tan felices, no lo soporte y te aleje violentamente. Salí corriendo y tu me seguiste ante el desconcierto de ranma y akane. Pero yo fui mas rápida y me perdiste de vista. Aun puedo ver tu rostro lleno de tristeza cuando no pudiste encontrarme y lo mucho que llore al verte alejarse en la oscuridad mientras te miraba escondida entre los arboles. Fue cuando volví a la realidad por el intenso dolor que estaba sintiendo, no se cuanto tiempo duro, solo se que desperté en ese callejón oscuro con mi ropa destrozada y mi cuerpo ultrajado. Me levante y pese al dolor del tobillo como pude llegue a mi casa. Afortunadamente mi hermano no estaba y solo pude dejarme caer en la cama pesadamente, llore durante días y tu cada día ibas a preguntar por mi, negándome siempre. Fue cuando de el agradecimiento nació el amor, tan intenso e inmenso como nunca imagine. Pero tu solo me considerabas tu amiga y no podría pasar por algo similar a lo de ranma, no contigo. Te amo demasiado y menos ahora que no soy digna de ti. Tu te mereces a alguien pura. Solo te pido que me recuerdes siempre y me lleves en tu corazón. No creas que fue tu culpa el que yo tomara esta decisión, porque no es así. Tu amor me hizo muy feliz durante los últimos momentos pero esa noche lo cambio todo. Te esperare en la eternidad donde ya no importara mas. Se muy feliz mi adorado ryoga...
Te amare por siempre.
- Kodashi kuno, la rosa negra.
Todo comenzó cuando salí del entrenamiento de gimnasia algo tarde ese día no tenía ganas de ver a nadie después de lo que había visto..quería llorar y gritar pero me limite a huir como siempre. Alze la vista al cielo y pude ver las nubes negras cargadas de lluvia, sin embargo no tenía prisa por llegar a mi casa, después de todo siempre era lo mismo...la soledad. Camine lentamente por las calles obscuras y desiertas, no había nadie, fue cuando me percate de que la lluvia había comenzado a caer. Apresure el paso hasta que comencé a correr pero en un mal movimiento caí al suelo pesadamente, el dolor en mi tobillo era muy fuerte y deje escapar algunos sollozos de mis labios, mas el dolor que sentía no era lo que mas me preocupaba, tres hombres se acercaban a mi y no me daban confianza. Por su aspecto deduje que eran pandilleros o algo parecido. Intente ponerme de pie pero caí de nuevo aun mas adolorida que antes, fue cuando me rodearon. Yo estaba aturdida no sabía lo que ellos deseaban hasta el momento en que ellos me arrastraron a un callejón apartado y me quitaron mi abrigo. Uno de ellos pasaba sus manos por mi cabello mientras que otro destrozaba mi leotardo verde sin ninguna consideración. Yo estaba aterrorizada, si tan solo me hubiera esperado...podía sentir a esos tres hombres tocar mi cuerpo y robarse mi inocencia pero era algo lejano, casi inexistente. En lo único que pensaba era en esa escena, en ranma abrazando y besando a akane tendo. Sentí como si mi mundo se derrumbara y lo único que pude hacer fue correr y llorar. Pero ahí estabas tu, tan hermoso y perfecto, siempre con esa bella sonrisa y con tiempo para ayudar a los demás. Nunca fuimos amigos ni siquiera nos agradábamos pero no se si pudiste ver lo que yo sentía en ese momento, que me tomaste entre tus brazos intentando tranquilizarme, mi dolor fue todo lo que me importo, olvide cuanto amabas a akane y te grite a tu cara mi frustración. Aun puedo sentir el frió de tus ojos cuando escuchaste lo que acababa de ver, en ese momento me sentí miserable por haberte herido, tenia ganas de golpearme a mi misma pero te limitaste a sonreír tristemente y a darme un abrazo aun mas fuerte que el anterior, fue cuando ranma y akane salieron, se veían tan felices, no lo soporte y te aleje violentamente. Salí corriendo y tu me seguiste ante el desconcierto de ranma y akane. Pero yo fui mas rápida y me perdiste de vista. Aun puedo ver tu rostro lleno de tristeza cuando no pudiste encontrarme y lo mucho que llore al verte alejarse en la oscuridad mientras te miraba escondida entre los arboles. Fue cuando volví a la realidad por el intenso dolor que estaba sintiendo, no se cuanto tiempo duro, solo se que desperté en ese callejón oscuro con mi ropa destrozada y mi cuerpo ultrajado. Me levante y pese al dolor del tobillo como pude llegue a mi casa. Afortunadamente mi hermano no estaba y solo pude dejarme caer en la cama pesadamente, llore durante días y tu cada día ibas a preguntar por mi, negándome siempre. Fue cuando de el agradecimiento nació el amor, tan intenso e inmenso como nunca imagine. Pero tu solo me considerabas tu amiga y no podría pasar por algo similar a lo de ranma, no contigo. Te amo demasiado y menos ahora que no soy digna de ti. Tu te mereces a alguien pura. Solo te pido que me recuerdes siempre y me lleves en tu corazón. No creas que fue tu culpa el que yo tomara esta decisión, porque no es así. Tu amor me hizo muy feliz durante los últimos momentos pero esa noche lo cambio todo. Te esperare en la eternidad donde ya no importara mas. Se muy feliz mi adorado ryoga...
Te amare por siempre.
- Kodashi kuno, la rosa negra.
