Nota1: Los derechos de los personajes como siempre son de J.K. Rowling, solo los tome prestados ; tiene muy ligero spoiler, solo el nombre de un personaje, pero de ahí no tiene nada que ver y tal ves algunos otros personajes que salgan.
Nota2: Gracias por los reviews
Edeiel Snape-Black
Ayesha
Nienor
Akhasa
2.- No recoges esos pedazos de mi.
El tiempo no cura las heridas, eso lo estoy comprendiendo poco a poco, mi vida es una rutina... ¿por qué tuve que perderte?, si cada día te extraño mas...
No dejo de ver las fotografías, no pude tirarlas, no pude romperlas, son el ultimo vestigio de ti que tengo.
Me aferré tanto a ti, que mi vida se hizo dependiente, tan solo soy un licántropo sin pareja, abandonado al mundo que venga.
- Profesor Lupin- la vos infantil lo distrajo.
- Ah!, si perdóname , ¿qué me querías preguntar Eiri?- el joven profesor contemplo a la pequeña que había avanzado hasta su escritorio.
- ¿Quería saber si mi tarjeta de San Valentín , esta bien hecha?- la pequeña estiro la mano en la que llevaba una tarjeta, un corazón recortado, en papel rojo y con algunas palabras.
- Si es muy bonita, él que la reciba se sentirá muy afortunado- le sonrió a la pequeña, y esta regreso a su asiento- Bien clase, ¿ya terminaron con sus tarjetas?- Remus observo al grupo de alumnos que sonriendo le mostraron sus tarjetas.
- Bien, si terminaron, ya pueden intercambiarlas- Remus les índico con un gesto que procedieran.
Los niños se levantaron y comenzaron con sonrisas a dar y recibir tarjetas, ante la mirada soñadora de Remus, que no podía evitar odiar ese día... ahora que estaba solo, antes ese día había sido tan especial... al lado de ... de Sirius.
- Bien , si ya dieron sus tarjetas, pueden retirarse, y muy feliz día- Remus trato de apartar su tristeza , para sonreírles a sus queridos alumnos, pronto tendría que abandonarlos, ya se acercaba la luna llena.
Los pequeños comenzaron a retirarse, mientras Remus guardaba sus cosas, y después de espaladas borraba el pizarrón, cuando sintió una presencia detrás suyo, volteo con curiosidad.
- Eiri, ¿qué sucede?- Remus volvió a sonreír a la pequeña niña, que avanzo hasta su escritorio, con algo en manos.
- Esta tarjeta... lo siento profesor, no la había hecho para usted, pero... quiero que se la quede..- la niña extendió la tarjeta que antes había mostrado, ahora tenia el nombre de Remus, se notaba que había sido borrado el nombre original.
- No puedo Eiri, tu trabajaste mucho en ella- Remus tomo la tarjeta, para devolverla a su dueña.
- No ... profesor, quiero que se la quede, por que... lo he visto tan triste... ¿nadie le ha regalado una tarjeta de San Valentín?... pues no este triste, yo le doy esta- la pequeña le sonrió una ves mas y salió corriendo, se detuvo en la puerta y vio al profesor- esa persona que usted ama, se que le corresponde... usted es una gran persona.
- Yo...- Remus sonrió con tristeza, pero también sentía gratitud... que noble y simple gesto, los niños eran los seres mas maravillosos; tomo su portafolio y la tarjeta y sonriendo levemente se encamino a su casa.
Solitaria, así será la vida para mi, Remus cocinaba no con demasiadas ganas, este era el día especial para todas las parejas... no podía evitar recordarlo... cuando cocinaba para el... cuando pasaron su primer Valentín, juntos y dichosos... este era el primero que pasaba lejos de el, antes en Hogwarts lo habían pasado como amigos, después como novios, después como amantes... pero no había habido mas...
Sonrió en dirección a la tarjeta... y consideró que debía retribuir algo a esa pequeña... termino de hornear las galletas que había preparado, y tomo varias envolviéndolas en una servilleta, que coloco en una cestita... ese seria un regalo perfecto.
En estos momentos vivía en un pueblito de Gales, era tan solo un maestro viajero, que estaba trabajando entre muggles, el salario era escaso, peor la gente era muy amable, y el se sentía bastante a gusto... el había pasado gran parte de su vida en un pueblecito así, donde su familia había tenido una casa... era esa añoranza, la que le había permitido quedarse ahí... pero pronto tenia que marcharse, ya habían corrido rumores de un lobo que aullaba en noches de luna llena, seguramente el ministerio pronto le pediría que se alejara.
Peor no hoy, Remus sonrió mientras tomaba en manos las galletas... su cabaña estaba alejada un poco del pueblo, para seguridad de sus habitantes, así que tenia que caminar un trecho... pero no le importaba, su pequeña alumna merecía su gratitud.
Aun antes de salir del bosque noto un resplandor, ¿fuego?,corrió rápidamente, y lo que encontró lo dejo mudo... las casas se incendiaban, las personas corrían, y en medio de todo unos magos vestidos con túnicas negras corrían detrás de esas personas, disparaban hechizos... Mortifagos; Remus como pudo bloqueo varios, y defendió a algunas personas, pero estas al verlo con una varita, corrían aterradas también lejos de el.
Cruzo unas calles mas, tenía que asegurarse de que Eiri estuviera bien, diviso a lo lejos que algunos magos portando túnicas de colores llegaban al lugar, seguramente aurores, pero a el solo el importaba una cosa.
- Profesor Lupin- la vos infantil lo guió, frente a la casa de Eiri, la casa estaba completamente en llamas, solo una pequeña parte del piso superior se veía bien, la niña gritaba desde ahí.
- Tranquila Eiri, voy por ti- tenia que darse prisa, no podía extinguir esas llamas, por que habían sido provocadas con un hechizo de magia negra, así que tomo una resolución y entro en la casa en llamas- no te preocupes pequeña, grita para guiarme.
La niña gritaba el nombre de su profesor, Remus sentía que el lobo en su interior estaba aterrado, las llamas eran su enemigo, pero el lo controlo, tenia que ir por la niña, se apoyo en el barandal y este se hizo pedazos, pero el con un ágil brinco consiguió aferrarse a lo que quedaba de la escalera y llego al piso superior, los gritos se habían detenido, pero se guió por su instinto, rompió la puerta y encontró en medio de la habitación los cuerpos de una mujer y la niña .
- Señora- Remus se inclino ante la mujer, la madre de la niña, la había visto varias veces en las juntas.
- ¿Profesor?- la señora abrió los ojos cansadamente- pro favor, llévese a mi niña, sálvela- la mujer se aferró al brazo del maestro, con la poca fuerza que le quedaba.
- Tratare de salvarlas a ambas, el maestro se dirigió a la niña y la tomo en brazos, respiraba ya muy débilmente, se quito la capa y cubrió con ella a la pequeña, así estaría un poco mas protegida, se volvió a inclinar ante la señora, cuando una parte del techo se desplomo, aprisionando el cuerpo de la mujer.
- Sálvela- suplico la madre, con su ultimo esfuerzo- cuídela...
- Se lo prometo- Remus avanzo hacia la puerta, cuando las llamas lo lanzaron, su brazo sufrió una dolorosa quemadura, vio que era imposible salir por donde había entrado, su única esperanza, volteo y vio la ventana, aun intacta, era la única solución... con al niña en brazos no podía convocar algún hechizo para amortiguar la caída.
Corrió con desesperación hasta la ventana, protegió a la niña con su cuerpo y rompió la ventana, sintió el frió cortante de los cristales en su espalda , y después el dolor de la caída, había protegido en todo momento a la niña, y sintió como su pie se hacia pedazos al impactar con el suelo.
- Eiri- Remus sujeto fuertemente a la niña y retiro la capa, se olvido de sus heridas y sacudió a la niña, pero esta no respondía, noto entonces la sangre en su capa, la niña había estado herida cuando el llego ante ella.
- ¿Profesor?- la niña abrió lentamente los ojos- ¿dónde esta mi mama?- la niña respiraba lentamente.
- Ella- Remus no sabía que responderle.
- Esos señores malos... se llevaron a papa- la niña lloraba- ¿esta bien?.
- Si, ya veras que todo estará bien- Remus abrazo a la pequeña, cuando noto algunas personas corriendo detrás suyo- deténganse , ayúdenos por favor- Remus observo a los aurores que caminaban con prisa.
- Claro...- algunso se acercaron a socorrerlo- ¿de donde saco a esa niña?- preguntaron al ver los restos de la casa que se quemaba.
- La saque de ese incendio, ayúdenme por favor- Remus levanto la vista y vio a los hombres detenerse antes de llegar a el.
- No podemos ayudarte- los hombres dieron la vuelta.
- ¿Por qué?, la niña esta mal, mis heridas no importan pero sálvenla a ella, por favor- Remus suplicaba en medio de todo su dolor.
- Esa casa es de un mortifago, el que ocasiono todo eso, esa debe ser su hija... no vamos ayudarle, además... tu eres un licántropo, ¿qué acaso creíste que no nos daríamos cuenta?, ¿seguramente eres aliado de los que atacaron?... solo por que tenemos prisa, no te arrestaremos, vamos detrás del líder, ese es mas importante- el jefe de los aurores se inclino en su dirección mientras decía esto, la capa cayo un poco y Remus pudo reconocerlo.
- Ryan- recordó Remus , el nombre- tu eras amigo de Sirius, soy yo Remus, te lo ruego ayúdame- Remus se aferró a esa posibilidad.
- Nadie confía en ti, no lo ves licántropo, si quieras deja a esa niña y podría tratar de ayudarte- el joven le dedico una amarga sonrisa- aunque a Sirius no le guste, el nos ha ordenado no tener piedad con nuestros enemigos.
- NO...- Remus volteo a ver a la pequeña- malditos, ustedes son iguales a los mortifagos, ella es solo una niña, no tiene culpa de los errores de su padre... y yo... soy un licántropo... ¿es que esa mordida me quito mi alma y humanidad?... ustedes son los monstruos.
- ¿Cómo te atreves?- exclamo un auror, avanzando con su varita, pero fue detenido por su líder.
- Vamos, no vale la pena... Remus ¿acaso quieres ser una traidor?- los aurores se alejaron.
Remus sin poder detener la lagrimas abrazo a la pequeña, ¿por qué Sirius?, ¿por qué su crueldad?.
- Profesor Lupin- la niña hablaba casi en un susurro- tengo mucho miedo.
- No lo tengas pequeña- Remus tomo la manita y contemplo la cara pálida de la niña, no podía salvarla, la impotencia que sentía era terrible.
- No llore- la niña trato de sonreírle- estaré bien... me voy a ir al cielo, con mi mama.. yo lo cuidare, profesor... por que...- la niña suspiro y cerro los ojos con una ultima lagrima silenciosa, una pequeña sonrisa marcaba su carita.
- Eiri- Remus sujeto el cuerpo de la niña con mayor fuerza, las lagrimas ya no las podía detener- ojala y la encuentres pequeña, que haya nadie te haga daño.
Una solitaria tarjeta de San Valentín casi carbonizada era llevada por el viento.
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- No le mandes mas cartas Lily- Sirius observaba a la joven con pesar, mientras esta sostenía en brazos a su bebe.
- Pero... ¿cómo sabes que eso es verdad?- Lily no podía creer lo que se decía de su amigo.
- Mis hombres lo vieron, en el ultimo ataque de muggles... el estaba- Sirius sentía que su vos se quebraba- el estaba ayudando a los mortifagos, Ryan, mi mano derecha, lo vio en persona, diciendo cosas terrible contra los aurores y apoyando a los mortifagos.
- No puede ser, no el Remus que conocemos, jamás- Lily se resistía a creer en ello.
- Lily, tu sabes que hay un traidor entre nosotros, y aun cuando se alejaron de todos, tu sigues en contacto con Remus... el.. me temo, que el sea el traidor, el que esta pasando información, debes pensar en hacer el hechizo, tu y James solo estarán a salvo con el hechizo fidelio- Sirius, sonrió con pesar.
- Dumbledore piensa lo mismo- indico James entrando , y saludando a su esposa e hijo, así como a su amigo- creo que no tenemos otra opción, esta destruyendo lentamente a la orden... somos tan pocos, y hay tan poca esperanza... pero... me resisto a pensar que uno de nosotros, y sobre todo Remus, sea el traidor- James golpeo la mesa con frustración- ¿cómo llegamos a esto?.
- Todo es mi culpa... estaba seguro que yo le hice esto a Remus con nuestra ruptura... pero... el contacto de Dumbledore, dice que este espía ya lleva rato trabajando entre nosotros...- Sirius se resistía a creerlo, pero alguna lagrimas fueron olvidadas en su alma, ¿Remus solo lo había usado, no lo había amado?.
- No te atormentes- Lily le sonrió con pesar- pensemos en el fidelio, será para proteger a Harry- la joven abrazo con mayor fuerza a su bebe.
- Por supuesto tu serás el guardián secreto Sirius- James le sonrió a su amigo.
- No... no lo se James, claro que daría mi vida por ustedes, pero temo... que si Remus es el culpable... yo no pueda... no pueda combatirlo.
- Serás fuerte- James, abrazo a su amigo.
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La soledad... es lo único que me queda... Remus había estado caminando sin un rumbo fijo, ya no tenia ganas de vivir... cada día era pesada carga... no quería enseñar frente a los niños pues estaba seguro que recordaría a aquella que había muerto en sus brazos, y el dolor era insoportable.
Y ahora, la elegante lechuza llevaba rato siguiéndolo, pero el no quería tomar la carta.. Lily, tenia ya un gran rato sin escribirle... y ahora de pronto su lechuza llegaba... ¿sus amigos lo habían olvidado?, casi empezaba a creerlo... pero esa lechuza.
Al fin se detuvo y tomo la carta, la lechuza le sonrió y se marcho... era un mensaje extraño... ¿por qué no había esperado?, Lily, sabia que el no tenia una lechuza propia para contestarle, ni el dinero para alquilar alguna... no gracias a esa nueva ley, los trabajos eran cada ves mas escasos, y los magos recelosos en mayor cantidad.
Se sentó en una gran piedra del camino que había estado siguiendo, abrió el sobre... la añoranza de sus amigos se intensifico.
La carta ... ¿tanto tiempo había pasado?.. Harry cumplía ya un año, y Lily, quería que el estuviera ahí, si incluso el había mandado un boleto del autobús noctámbulo... sus amigos estarían ahí , Lily, James, Peter... y Sirius... ¿no quería verlo?, no después de todo lo que había pasado... pero no podía fallarle a sus amigos...ni a Harry.
Voy a ir , lo decidió en un momento, había separado su vida de Sirius.. no de sus amigos, se lo prometió.
Recogió sus cosas, las escasas pertenencias que tenia, el brazo les escoció, ya había pasado tiempo, pero como no lo había atendido adecuadamente su brazo aun estaba muy lastimado, las capas de piel quemadas... dolorosamente de tanto en tanto tenia que desprenderlas, y no ayudaba que cada luna llena el lobo se lastimara; su espalda no estaba en mejores condiciones, abrió su maleta, ya no tenia de esa medicina para su brazo... no importaba después de todo no le ayudaba mucho.
Camino, cojeando ligeramente, su pie tampoco se había recuperado desde esa noche...pero en este momento algo mas importante le rondaba por la cabeza, saco un pequeño bolsillo de lo mas hondo de su maltea, dejo caer en su mano el contenido, algunas monedas de cobre y plata...¿qué regalo podía comprar con tan poco?.
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- Lily lo invito, y yo también quiero que venga Sirius- James acomodaba algunas bandejas- espero que venga... así de una ves solucionan ustedes su malentendidos... yo quiero confiar en que todo sea solo eso.
- Pero, y ¿si el es?...- Sirius suspiro cansado, su mente le ordenaba no, pero su corazón añoraba verlo, no había amado a nadie mas que a el, su único amor... trato de olvidarlo en los brazos de tantos otros... pero, tarde se había dado cuenta que no podía, que el era el único dueño de su corazón.
- ¿Qué te dice tu corazón Sirius?- James observo a su amigo que tenia en brazos a Harry- o es que ahora eres una persona tan fría y racional como ese Bartemius Crouch.
- Yo... tu sabes que me dice James, pero... no debemos dejarnos llevar solo por las emociones, es por eso que muchos de la orden...- Sirius sonrió con pesar.
- Pero eso... ese sentimiento es lo que nos diferencia de los mortifagos – Lily entro en ese momento acompañada de Peter, que traía varios obsequios para Harry.
- ¿Verdad Peter?, tu tienes que ayudarme a entrar en cabeza a este testarudo de Sirius- James le sonrió a su amigo.
- Claro, tienes que disculparte y perdonar a Moony... y tal ves hoy tengas esa oportunidad... yo no creo que le sea un traidor- al menos el no, pensó Peter, callando en su interior a su conciencia nuevamente.
- Todos están en mi contra verdad- Sirius fingió sentirse ofendido.
Unos delicados golpes en la puerta les llamaron la atención, Sirius sentía que el corazón se le salía, y ¿si era Rem?...¿vendría pese a todo?.
- Remus- el grito de Lily que había ido a abrir , acelero los corazones de los amigos.
Sirius, no sabia si quería huir en ese momento, y no sospechaba que Remus estaba en un trance igual.
- Lily- Remus abrazaba fuertemente a su amiga, se sintió un poco apenado, sus ropas desgastadas deslucían, ante el hermoso decorado de la casa, pero su larga y ancha capa cubría su delgadez y sus heridas.
- OH! cuanto me alegra que estés aquí- Lily lo apresuro a entrar.
- Yo solo... solo quería felicitar a Harry... y después me marchare- Remus sonrió con pena- yo... solo puedo regalarle a Harry este libro- le tendió a Lily un libro muy bien conservado, que ella reconoció.
- No puedo aceptarlo, este libro era tu favorito... se que es una de las pocas cosas que conservaste de tus abuelos.. y yo- la joven le sonreía apenada.
- Por eso quiero que el lo conserve...- Remus le sonrió y la obligo aceptarlo.
- Muchas gracias Remus- la joven invito a su amigo a entrar.
Sirius sintió que el corazón se le saldría, cuando lo contemplo, caminaba cojeando ligeramente, ¿por qué?, su rostro lucia terriblemente cansado, y la delgadez era evidente pese a ese gastado abrigo...¿qué le había pasado a su Remus?... ¿por qué su corazón seguía insistiendo en que era su Remus?.
James se acerco a saludarlo, a la ves que Peter también... ¿por qué a el no le respondían sus pies?.
- Me permites cargar a Harry- Remus se acerco un poco apenado a donde Sirius se encontraba, con el bebe en brazos.
- Claro...- Sirius le cedió al bebe, quien sonrió a Remus, pese a no haberlo visto en casi toda su corta vida.
- Estas tan grande Harry- Remus sonrió con el bebe, y a Sirius e le antojo la escena mas conmovedora, ¿cómo podía el hombre que estaba frente a el; el hombre al que amaba; ser un traidor?.
- Me alegra mucho verte- Sirius se atrevió a poner una mano en el hombro de Remus, este volteo y lo contemplo.
- A mi también, Padfoot- y Remus quiso olvidar todo, y dejarse llevar por las palabras de su corazón.
Los cuatro amigos pasaron una cena agradable, Remus no se quito el abrigo, pese a las protestas de Lily; no quería que se preocuparan por el, esa ocasión era para Harry... y el trato de lucir tan alegre como siempre.
- Hay muchos cuartos vacíos , Remus, quédate esta noche- Lily suplicaba por retener a su amigo.
- No puedo Lily, mañana mismo debo empezar a trabajar- era una mentira, pero no quería importunar a Lily, aun cuando el apetecía tanto dormir en una cama cálida, pero no.. – adiós.
Silenciosamente, su figura se perdió en la noche, pero alguien mas lo seguía, Sirius había rechazado también la oferta de quedarse, no podía dejar marchar a Remus, así... no ahora que lo volvía a ver.
Remus avanzaba con dificultad, los últimos días el dolor se estaba volviendo insoportable, se detuvo cansado en un parque, se sentó en una banca y quitándose el abrigo, extrajo sus cosas que había ocultado dentro de el.
Dejo su maleta en la banca y busco, recordando después que el frasco de medicina se había acabado...los cinco knuts de su bolsillo no le conseguirían nada... trato de recostarse en la banca, pero el dolor en su espalda era también insoportable... , el ardor en su brazo aumento y le quito la tela que lo cubría, así se refrescaría un poco.
- Por dios , Remus- Sirius que había estado silencioso espiándolo, no pudo contenerse, al ver el dañado brazo.
- Sirius- sorprendido Remus, no atino mas que a taparse el brazo- ¿qué haces aquí?.
- Te seguí, sabia que no tenías donde quedarte... ¿por qué nos mentiste?... no dijiste que tu familia te estaba apoyando- Sirius se sentó a un lado de Remus, este bajo la vista.
- Mi familia... renuncie a ella, cuando me fui contigo, mis padres no lo aprobaron...ya habían sufrido bastante por mi, por ser un hombre lobo... como para sufrir mas...- Remus sonrió con pesar- pero... no me arrepiento, tal ves fue una mala decisión... pero ambos hicimos algo parecido, tu tableen renunciaste a tu familia...
- No es lo mismo... Remus, tienes que venir conmigo, te buscare un doctor...- Sirius le suplico con los ojos.
- No... yo no quiero volver a ser una carga para ti Sirius...- Remus dejo a las lagrimas salir, después de contenerlas tanto tiempo...- te he extrañado tanto... y sin embargo debería odiarte... pero te amo, mas que nunca.
- Remus... yo tableen te amo, eres el único al que he amado... se que cometí tantos errores me perdonaras- Sirius abrazo a Remus, este emitió un quejido de dolor.
- Lo siento- Remus sonrió con pesar, su mente le decía que aun no lo podía perdonar, pero en ese momento a su corazón no le importaba.
- Y también lo siento, pero vamos primero a curar todas esas viejas heridas- Sirius, ayudo a Remus a caminar en dirección de su casa, que el mundo dijera lo que quisiera, el amaba a Remus.
++++++++++
Continuara...
