Nota1: Los derechos de los personajes como siempre son de J.K. Rowling, solo los tome prestados ; tiene muy ligero spoiler, solo el nombre de un personaje, pero de ahí no tiene nada que ver y tal ves algunos otros personajes que salgan.
Nota2: Gracias por los reviews, perdón nuevamente por no contestar pero quería subir el capitulo en cuanto lo termine.
Capitulo 5.- Si pudiera volver el tiempo atrás.
Otro día mas de aquello interminables, aunque debería ser feliz, tengo una hija, tengo un trabajo... pero, no lo tengo a el, y tal ves sea demasiado pedir, cuando el es...; hay veces en que me hubiera gustado que no me liberaran, si, al menos estos doce años los hubiera compartido con el, sufriendo lo mismo que el cada día, y pagando mis errores junto con los suyos; pero no, la vida fue diferente, y tan solo por esa pequeña es que no cometí algún crimen que pudiera llevarme a Azkaban, para que al menos una ultima ves hubiera visto sus ojos, antes de caer en la oscuridad; pero no...
El joven profesor entro en la pequeña sala de maestros, tenia algunos apuntes que terminar antes de su siguiente clase, noto que algunos profesores están en un extremo comentando algo entre si, pero como siempre el prefirió no mezclarse en sus comentarios, así que tomando sus notas se sentó en una silla y se apoyo en una mesa, pero las voces llegaban a el, por mas que trataba de concentrarse.
- Dicen que es muy peligroso- escucho a una anciana profesora decir, seguramente algún chisme de pueblo , pensó Remus.
- Si, la verdad no puedo creer que pésimas son las prisiones de nuestro país, a cada rato dejan escapar a algún peligroso asesino- otro profesor reclamo, y Remus comenzó a alarmarse, si algún prófugo estaba cerca tendría que pedirle a su hija que tuviera mas cuidado.
- ¿A cuantos dice el diario, que mato?- una joven profesora, que parecía haber llegado hace poco tarde a la platica, pregunto dudando.
- A trece personas- respondió con un marcado asentó de temor, la anciana profesora; Remus sintió que eso le dolía, el mismo numero que Sirius asesino, doce muggles y un mago, el ultimo su amigo Peter...aun dolía pensar en eso, decidió realmente poner atención a sus apuntes.
- Ese Black, si que suena peligroso, y ¿dicen de que prisión escapo?- la joven volvió a preguntar a sus compañeros; pero para ese momento el corazón de Remus se había detenido, no podía ser ... tenia que haber cientos de personas que se apellidaran así, pero...lentamente se volteo y contemplo lo que hasta ese momento sus compañeros estaban viendo, un periódico muggle... no si , él hubiera escapado; lo que era imposible, nadie escapa de Azkaban, su corazón llevaba doce años atrapado ahí; se repitió tratando de creer que esa noticia no saldría en un periódico muggle; pero, ¿y si el ministro lo ordenaba...?
- Lupin , ¿ya te enteraste?- ahora la anciana profesora se dirigió al profesor en el rincón, que había dejado de escribir y prestar atención a sus notas- tienes que estar enterado, salió en todos los periódicos, y noticieros; siempre hay que saber esas cosas, y mas si uno vela por una hija.
- ¿De que están hablando?- pregunto Remus dudoso, no quería saber realmente; el no compraba ningún periódico, y esos aparatos muggles nunca los había entendido, ni tenido el interés en eso que llamaban televisión..
- Por dios, debes ser el único en el pueblo que no comenta, sobre ese asesino que se fugo; mira- la anciana le mostró el periódico, los ojos de Remus se abrieron inmensamente, después de todos estos años volvía a contemplar esos ojos, que tanto había amado, ese rostro, tan cambiado y tan parecido, ese rostro huraño, con mirada de asesino, su Sirius, y aunque la foto no era mágica, no se movía, el sintió que esos ojos le respondían la mirada con la misma intensidad; el dolor creció demasiado y aparto la vista.
- No es posible, no es posible que se halla fugado- Remus sintió el dolor en su corazón.
- Si pero, ya ves que nuestras cárceles son ineficaces- la anciana, creyó que era temor el estremecimiento en la vos del hombre, le tendió el diario, mientras la campana sonaba y todos se empezaban a marchar a sus diferentes clases- deberías leer la historia completa, ese Black es una de esas personas terribles, que nos horrorizan con sus crímenes, hay que tener cuidado, es un asesino y podría , quien sabe- la anciana cerro la puerta detrás de ella.
- No le temo- Remus sonrió irónicamente, deteniendo las lagrimas- por que el ya me mato hace tantos años- tomo el periódico y observo la foto- ¿por qué regresas, como un fantasma?, ¿por qué no me dejas morir en paz?- estrujo el periódico, haciéndolo pedazos con furia, como si quisiera que fuera el verdadero Sirius, al que pudiera destrozar.
Remus salió sin importarle que tenia una clase pendiente, tenia que saber ahora mismo, le escribiría a Dumbledore cuanto antes.
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- ¿Padre?- la joven exclamo sorprendida, al ver en un sillón a su padre- ¿por qué no fuiste a tu ultima clase?- la jovencita se sentó a un lado de el, viendo los ojos perdidos de él.
- Perdona- Remus trato de controlarse y sonreír a su hija- estaba muy ocupado y se me olvido, y debo hacer la cena- el hombre se levantó dirigiéndose a la cocina.
- El Sirius del que todos hablan, el prófugo..., yo te veo muy triste padre, mas de lo habitual ¿es por el?, ¿es el mismo Sirius que mencionas en tus sueños?- Remus se quedo parado inmóvil, ante las preguntas de su hija, el Sirius de sus sueños, por desgracia era el mismo, y al mismo tiempo no.
- Yo... Eiri, debes saber que, algunas personas encuentran la estrella guía en su camino, aquí en la tierra, ya no necesitan ver el cielo, por que su estrella brilla solo para ellos; pero yo he tenido que ver el cielo por doce años de nuevo, y por todo lo que me quede de vida- Remus niega moviendo la cabeza de un lado a otro- olvida esas cosas hija, preparare la cena- Remus dio unos pasos mas hacia la cocina, pero la vos de su hija lo detuvo.
- Es un dolor tan grande el que tienes padre- la joven se acerca y abraza a su padre delicadamente- yo perdonaría a la persona que amara de esa forma, sin importar lo que hubiera hecho, sin importar lo que otros digan que hizo, mi corazón solo le creería a esa persona.
- El amor, no es – Remus se desprendió lentamente del abrazo y observo a los ojos a la jovencita- algo tan idílico, hija, no si escuchas de sus propios labios que el es culpable, que el lo acepte- Remus ahora si se perdió en la cocina, dejando a la muchacha confundida atrás.
- Padre, hay cosas que tal ves no son lo que aparentan, ¿no te abra ocurrido lo mismo?- la joven tomo sus cosas y entró en su habitación.
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- Padre, esta lechuza, no deja de dar vueltas por toda la habitación- la muchacha perseguía a una inquieta lechuza.
- La tengo- Remus sonrió cuando la lechuza se paro con delicadeza en su brazo, acercándole la pata en la que portaba una carta, Remus la tomo, pero la lechuza tan solo se poso en el sillón, así que requería una respuesta- veamos- Remus abrió la carta y la leyó, mientras la joven iba a traer un poco de agua para la lechuza; la carta le contaba algo que el ya sabia, Sirius era un prófugo, el primer mago en poder escapar de Azkaban, ¿cómo?, eso nadie lo sabia; pero ahora la vida de Harry corría peligro, por lo que Dumbledore, le ofrecía el puesto de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, para proteger a Harry, y de ser necesario detener a Sirius- ¿como podría yo detenerlo?- suspiro Remus a media vos.
- ¿Son noticias importantes padre?- la joven coloco un platito con agua cerca de la lechuza, y después se acerco al hombre que lucia pensativo.
- No, es solo que, me han ofrecido un empleo, como profesor- el hombre lucia mas cansado que nunca.
- Es lo que querías, padre; enseñar entre los magos- la joven sonrió- ¿es de Hogwarts?- señalo el membrete-que bien, tu adoras Hogwarts, ahí estudiaste- la joven no encontraba el porque de ese sombrío rostro, ¿tal ves en Hogwart, su padre había conocido a Sirius?..
- Si- Remus trato de sonreír, peor el pensar que si volvía, los recuerdos estarían tan presentes dolía demasiado, además había algo mas- pero, no puedo ir, nadie sabe de tu existencia en la comunidad mágica, para protegerte hija te lo he dicho muchas veces, es por eso que estoy lo mas posible alejado de los magos.
- Pero debes ir- la joven le sonrió- Harry Potter, es un chico muy famoso, seguramente va a Hogwarts, pero antes que eso, es el hijo de tus mejores amigos, seria grandioso que lo vieras; y... tu será el mejor profesor que ellos pudieran tener nunca; ve, ya soy lo suficiente mayor, me quedare en casa de Emma, ella y su madre siempre insisten en que si tu vas de viaje me quede con ellas.
- Yo...- aun tenia dudas, pero Remus, vio el sacrificio que eso representaba para su hija, el tiempo en que tal ves no se verían muy seguido- esta bien, pero, vendré tantas veces como pueda y puntualmente te mandare el dinero de mi sueldo.
- Pero, no m mandes todo, por que...¿y tu padre?- la joven le sonrió comprensiva.
- En Hogwarts te dan las comidas, no necesito mayor cosa- Remus tomo un pergamino y comenzó a escribir una respuesta- y Dumbledore escribió acerca de darme Poción matalobos gratis, esa nueva poción que controla a los lobos.
- Eso seria grandioso, así ya no tendrás que encerrarte en esa cabaña en medio del bosque- la joven sonrió con tristeza- buscare tus túnicas- corrió al dormitorio de su padre, revolviendo en uno de los mas viejos cajones- padre, tendré que remendarlas primero, las polillas han hecho un gran trabajo.
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Acepte, esto, ¿tan solo para proteger a Harry y detenerte Sirius?, o es ¿por qué muy en el fondo de mi corazón nunca creí cuando me dijiste que eras culpable?, fue... por que tus ojos no me lo dijeron, solo fueron palabras... a pesar del dolor, ¿como puedo seguir amándote?, que despreciable soy...
Remus iba sumido en un medio sueño, pensó en levantarse y escribirle a su hija, que había llegado bien al tren... pero... no tenia una lechuza, ¿tal ves el maquinista le podía prestar la del tren?... estaba decidiéndose, cuando escuchó pasos acercándose al compartimiento en donde estaba, y una vos era tan similar a la de James..¿podría ser?, decidió entre cerrar los ojos.
Cuando entraron los recuerdos fueron como una tempestad, ese joven, era tan parecido a James, pero... los ojos de Lily; el cansancio lo adormeció y fingiendo dormir, realmente se durmió.
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Su estrella guía brillaba nuevamente enfrente de el, y los sentimiento eran tan confusos.
- A menos que tu...- leyó al fin después de tantos años, la verdad en esos ojos, nunca había sido culpable, le había mentido apara alejarlo de ese espantoso lugar, para que pudiera dejar de amarlo; que tonto había sido Sirius, ¿cómo podría dejar de amarlo?, sin importarle que se encontraba enfrente de quienes aun lo creían culpable, sin importar nada mas, se permitió tomar en brazos a quien había añorado por doce años, a quien había llorado cada noche y cada día.
Aun quedaban tantas cosas que arreglar entre ellos dos, pero en ese momento no le importaba, por que él... era inocente, y ya no se sentiría sucio al amarlo, ya no sentiría que era una traición hacia James y Lily... Peter pagaría esa noche de ser necesario, ellos ya habían pagado , la cuenta que no les correspondía, por doce años.
Pero, de boca de Harry, una palabras que James hubiera pronunciado, por que su amigo tendría muchos defectos, pero jamás habría dejado que sus manos se mancharan con sangre, aunque fuera la de un traidor.
A partir de esa noche, su estrella volvía a brillar, y el aguardaría toda la vida de ser necesario.
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Cartas, letras escritas; era lo único que por el momento podían tener, pero bastaba después de doce años de nada, bastaba un año de cartas... saber que el estaba bien, y que en algún momento podrían reunirse, amar a un prófugo, no era tan terrible como amar a alguien que creía culpable.
Pero... ¿por qué hasta el momento no le había contado nada de su hija?, ¿qué pensaría él ... al saber que había adoptado a una hija de mortifagos, ¿tendría los prejuicios que los demás?... claro que no, él era su Sirius... si no le había dicho es por que... aun estaban recuperando muchas cosas, los recuerdos de Sirius....su corazón ... en algún momento se lo comentaría.
Por que su hija estaba encantada con la idea, después de todo ella había abogado por él, sin conocerlo, y sin saber las circunstancias.
Y ahora que no dolía demasiado, Remus le había contado la historia, lo ocurrido entre ellos dos y lo ocurrido en sus vidas... ella había sujetado la mano de su padre, y lo había apoyado siempre; el con temor de perderla, ella asegurándole, que si el fue capaz de adoptarla y darle una vida , olvidando cualquier prejuicio... entonces ella no iba a corresponderle con menos.
Y ahora lo único que le restaba esperar era el regreso de Sirius.... algún día cercano, para que conociera a la familia que tenia.
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- Disculpe- una figura bastante cubierta por una capa, detuvo a una señora que caminaba en la plaza- ¿me podría indicar donde esta la casa del profesor Lupin?
- Claro- la anciana venció la suspicacia, al ver al extraño del que no distinguía el rostro, pero por la forma amable de dirigirse a el- el profesor Lupin, es muy querido en el pueblo, su casa es la cabaña que esta en las afueras del pueblo, en dirección al bosque- la anciana le señalo que siguiera caminando derecho.
- Muchas gracias señora- el desconocido se encamino, hasta que llego a una cabaña, esa debería ser, con una mano que le temblaba nerviosamente se dispuso a tocar, llamando varias veces.
- ¿Si?- la jovencita que abrió la puerta, se sorprendió al ver a un extraño parado frente a ella- ¿qué deseaba?.
- Eh... disculpa, creo que me equivoque de casa- el extraño que casi no mostraba su rostro, contesto dudando.
- ¿A quien buscaba?, si quiere puedo ayudarle- la joven no sabia por que era tan amable con un desconocido, peor así la había educado su padre.
- Gracias, estoy buscando al profesor Remus Lupin- su vos temblaba un poco al decir el nombre.
- Ah, entonces no se equivoco de casa,... por que esta es su casa, el es mi padre- la joven le sonrió, ¿seria algún amigo de su padre?, ¿un mago?.
- Tu... ¿tu padre?- la vos se le quebró, que tonto, ¿por qué había imaginado que Remus, no había rehecho su vida?, así se lo había pedido él, eso fue lo que quiso cuando le grito que era culpable... en doce años era lógico que Remus se casara y tuviera una hija, y al parecer eso ocurrió pronto por que esa jovencita lucia de esa edad, ¿y entonces, si el se lo pidió , por que dolía tanto?; no podía arrastrar a Moony de nuevo, no se lo permitirá... lo mejor era marcharse, antes de que su corazón doliera mas- disculpa... creo que si me equivoqué- dio la vuelta, dispuesto a marcharse de la vida de Remus, de una ves.
- ¿Quién...- la joven enmudeció de pronto, esa reacción tan extraña, sería posible- ¿eres... eres Sirius Black?.
- ¿Cómo sabes mi nombre?- el extraño se quito la capa, y dejo caer su negro cabello, los ojos azules contemplaron a otros parecidos.
- ¿Por qué mi padre... es decir Remus, el me adopto; el te menciona cada día, por que te ama- la joven le sonrió abiertamente- pasa tengo mucho que decirte, mientras esperas a mi padre, el solo fue a traer algunas cosas para la cena y a recoger unos papeles.
- Gracias- Sirius, sintió en ese momento que su corazón regresaba, y sonrió con inmensa gratitud a esa jovencita, su Remus tenia una hija, una niña a la que adopto...
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Un hombre de aspecto cansado, pero bastante alegre y joven, cargaba varios paquetes , llego a la puerta de su casa y cuando se disponía a abrir, casi se tropieza con una joven.
- Eiri...- Remus reprocho con una sonrisa- casi tiras a tu anciano padre- el hombre siguió bromeando- y a eso, ¿a dónde vas jovencita?- señalo al ver la pequeña mochila en uno de los brazos de su hija.
- Padre, me alegra que ya hallas regresado, Emma organizo una fiesta de pijamas en su casa, y vamos todas las chicas de la escuela, ¿puedo ir?- la joven , sabia que el no le negaría el permiso.
- Esta bien, pero... ¿dejaras a tu anciano padre solo, en su cabaña?... los hijos crecen- Remus le seguía haciendo bromas, estaba muy feliz de ver a su hija crecer rápidamente.
- Pues no te dejo solo... si no mas bien, muy bien acompañado, después me lo agradecerás; por cierto pasare todo el fin de semana con mis amigas... que te diviertas padre- la joven le grito mientras se alejaba.
- ¿A que se referirá esta niña?- Remus abrió la puerta, y entro con cuidado de no tirar los paquetes que llevaba, precaución que no sirvió, cuando contemplo a alguien sentado en el sillón, ese alguien era Sirius, y los paquetes terminaron en el suelo, cuando Remus corrió a abrazarlo.
- Me alegra verte Moony- Sirius correspondió al abrazo, pero Remus estaba tan alegre que terminaron cayendo los dos al suelo, mientras ambos sollozaban, sin poder evitarlo.
- Sirius- era la única palabra coherente que Remus podía expresar.
- Moony, yo también te extrañe tanto, pero el suelo es un poco duro no crees, hay lugares mejores que este.. para eso- Sirius sonrió ante el sonrojo de Remus, que trajo su coherencia de vuelta.
- Sirius... sigues siendo el mismo- Remus se levanto y ayudo a Sirius a levantarse- y agradezco a la vida por ello.
- Remus, hay tantas cosas que decir, y lo único que tiene sentido es... te amo- Sirius beso a Remus, con el ansia de doce años de separación.
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Continuara...
