Título: Lazos

Autora: chibineko =^.~=

Coautora: Mikki-chan

Nota: Todos los personajes de este fanfic pertenecientes a Rurouni Kenshin son propiedad exclusiva de su autor Nobuhiro Watsuki. Este fic está hecho sin motivo de lucro, es solo con motivo de entretenimiento de parte de su linda autora felina y su hechicera coautora.

Capítulo II: Un secreto que es descubierto.

Notita de la autora: Este capítulo se da a lugar 10 días después de los últimos acontecimientos.

Un hombre joven y algo bajito, de larga cabellera rojiza, ojos violetas y una singular X en la mejilla; miraba con interés unas lindas flores, mientras evaluaba cual de estas podría comprar teniendo en cuenta sus fondos. Al final se decide por una de ellas, una muy bonita por cierto; y la coloca en un balde con agua para evitar que se marchitase; aunque claro el camino no era muy largo, ya que el cementerio se encontraba a pocos minutos nada más.

Sale de la pequeña florería tan contento que no se fija por donde va; y sin querer choca con alguien más grande que él (lo cual no es difícil), y mucho más fuerte (lo cual es menos difícil aún), tras lo cual termina sentado en el suelo.

- "¡Gomen!, no me fijé por donde iba."- replicó el joven con celeridad, pero sin enfocar la vista en la otra persona pues miraba que la flor estuviese bien.

- "¡Eso es obvio!. ¡Eso me pasa por haber entrenado a un baka deshi (1) como tú!."

Kenshin levantó la mirada sorprendido, notando entonces la burlona mirada del que fuese su maestro depositada sobre su ser; y olvidándose de todo, un par de estrellitas aparecieron en sus ojos.

- "¡¡Shishou!!(2)"- exclamó el rurouni mientras que se preparaba para abalanzarse sobre su maestro; cuando el extremo de una funda de madera se posó en su frente, impidiendo que continuara con aquella acción.- "¡¿Oro?!."

- "Ya te he dicho que no me gusta que me abracen los hombres... baka."- dijo el otro con fastidio, fijando su atención en la flor del balde.- "¿Vas al cementerio?."

- "Hai. Le prometí a Tomoe visitarla más seguido la última vez."

Hiko Seijuro asintió; y pronto ambos hombres se encontraban camino al cementerio, ya que a falta de alguna cosa entretenida que hacer ese día; el guapo maestro había decidido acompañar a su antiguo discípulo.

- "¡¿En serio?!. ¡¿Puedo en verdad quedarme con usted estos días?!."

- "Que si."- respondió Seijuro con fastidio por tercera vez.- "¡Pero si vuelves a preguntar de nuevo te quedas sin sitio alguno!."- terminó advirtiendo para que cesara tanta tontería.

- "¡Hai!. Y para pagar mi estadía yo haré todos los deberes de la casa, y lavaré su ropa."- terminó con felicidad Kenshin.

Seijuro miró a su radiante alumno con una sonrisita jactanciosa... ¡Por supuesto que él lo haría todo!... no iba a dejarlo estar en su casa gratis.

Fue entre estas situaciones y otras tantas que ambos hombres llegaron al cementerio; tras lo cual una sensación de respeto los embargó a ambos justo cuando estaban por entrar. El camino hasta la tumba de Tomoe se produjo en silencio; al igual que fue el silencio el que reinó en el ambiente mientras que el joven rezaba a la mujer que alguna vez llamó esposa. Durante casi media hora el joven se quedó delante de la lápida, ahora adornada por la pequeña y bella flor; mientras que su maestro guardaba un respetuoso silencio de pie detrás de su discípulo, sosteniendo un par de paraguas, pues había comenzado a llover fuertemente.

Luego de la media hora, ambos hombres se retiraron en silencio, tal y cual habían llegado; pero antes de que siquiera pudieran salir, una figura salió de entre las tumbas.

Un hombre alto y delgado, y de muy mal aspecto, salió justo frente a ellos, a tan solo unos metros de distancia y caminando en dirección transversal a ellos. Caminaba de manera lenta y pesada, sin importarle al parecer que la lluvia lo estuviese mojándo de pies a cabeza. El hombre avanzó unos cuantos pasos más, cuando de pronto se desplomó de lleno sobre el húmedo césped, haciendo que el agua salpicase a su alrededor.

Tanto Kenshin como Seijuro tardaron un par de segundos en reaccionar; pero pronto ambos se dirigieron hacia aquel hombre para ver si se encontraba bien; mayúscula fue la sorpresa de ambos al ver de quien se trataba.

- "¡Shi... Shinomori-san!... pero... pero ¿qué...?"- las preguntas no terminaban de salir del asombrado Kenshin.

Aoshi se veía peor ahora que estaban más cerca de él. Estaba con la ropa sucia, al igual que su rostro, el cual mostraba una barba bastante crecida, de más de una semana al parecer. Estaba algo delgado y respiraba con dificultad, además del hecho de que estaba tiritando, y al tocar su frente, Kenshin comprobó que el líder de los Oniwabanshuu volaba en fiebre.

Aoshi comenzó a mover los labios, al parecer diciendo algo; y Kenshin acercó un poco más su oído para escuchar.

- "Está desvariando."- anunció Kenshin con preocupación- "Repite algo sobre un árbol en una colina."

- "Mmmm, no podemos dejar a Shinomori en este lugar en las condiciones en las que está."

- "¿Lo llevamos al Aoiya?."

- "¡Ie!, no sería bueno que lo lleváramos en esa condición para allá."- sentenció el maestro con determinación; tras lo cual se arrodilló ligeramente y cargó al joven con facilidad- "Lo llevaremos a mi casa. Vamos."

Kenshin asintió, mientras que sostenía los paraguas para proteger de la lluvia a su maestro y al líder Oniwabansuu; tras lo cual se dirigieron a paso apresurado hacia el lugar que tenían como destino final aquel día.

**********

El sonido de lo que parecía ser una tetera hirviendo iba acercándose más cada vez, era cada vez más claro; al igual que un par de voces masculinas, aunque no se podía distinguir de que hablaban. Poco después la oscuridad volvió.

Más tarde un fuerte dolor se apoderó de su cabeza... todo era inusualmente oscuro.

Aoshi se movió entre sueños, y apretó fuertemente sus ya cerrados ojos... había empezado a despertar.

Rápidamente, Kenshin se acercó al lecho de aquél que había estado inconsciente por casi 2 días completos desde el momento en el que lo encontraron en el cementerio; y sirvió una taza humeante de té verde en espera de que el joven ninja despertase; y la verdad que no esperó demasiado tiempo, pues éste abrió los ojos solo unos instantes después para gran alivio del pelirrojo rurouni.

Aoshi abrió los ojos y se encontró de pronto con un techo desconocido y de apariencia extraña; de lo que parecía ser una cabaña. Luego descubrió que el futón en la que se hallaba era desconocido también, y sin embargo era lo suficientemente cómodo para no querer salir de él. Volvió a cerrar los ojos, sin dejar por ello de analizar que pasaba a su alrededor; entonces se dió cuenta que no llevaba sus ropas, sinó que por la textura tenía puesta una pijama, y por lo que le parecía... (¡No!, no es posible que sea cierto! =*.*=vvv)... una pijama que le quedaba bastante grande.

Aoshi se sentía exhausto, abrir los ojos era lo último que deseaba en ese momento; más el conocido (bastante conocido diría yo) aroma de un té recién preparado inundó sus sentidos, haciéndolo entonces fijar su mirada en el sonriente rostro que le ofreció aquel brebaje de forma tan cordial.

- "¿Himura-san?."- logró formular por toda pregunta el joven.

- "Hai. Beba ésto Shinomori-san, lo repondrá un poco. Dentro de unos minutos le traeré un plato de la sopa que estoy preparando."

Aoshi asintió y luego se incorporó con dificultad sobre su sitio; tras lo cual tomó la taza y comenzó a sorber de a pocos el líquido caliente.

- "No se esfuerce demasiado, beba solo lo que pueda."

Aoshi volvió a asentir y bebió un sorbo más con cuidado, tras lo cual bajó la taza y examinó su rostro. Acababa de darse cuenta que lo habían afeitado.

- "Espero que no le moleste demasiado que me haya tomado la libertad de hacerlo Shinomori-san."- exclamó de pronto Kenshin al darse cuenta de lo que Aoshi hacía.- "En cualquier otro caso no hubiese sido así... pero es que a usted nunca lo había visto usando barba."

Aoshi por su parte observó a Kenshin mientras negaba con la cabeza, y un "Doumo" muy bajito salió de sus labios; a lo que Kenshin le respondió con una sonrisa.

Después de aquel primer intercambio de palabras, el lugar cayó en un silencio casi sepulcral, en el cual Kenshin dirigía miradas de preocupación al joven ninja de vez en vez; y es que si por lo general Aoshi era callado, por lo menos su rostro siempre estaba sereno y sin ninguna preocupación real (por lo menos desde que había vuelto al Aoiya una vez más). Sin embargo lo que ahora reflejaba aquel rostro era una gran preocupación, mezclada con pena y algunos otros sentimientos que de alguna manera Kenshin conocía bastante bien, y no se los deseaba a ninguna persona.

El tiempo transcurría lento, con un Aoshi aún silencioso y preocupado; más pronto fue interrumpido, al igual que la comida de Aoshi (quien se había comido a las justas medio platito de sopa en casi 1 hora) por el fuerte saludo del dueño de casa.

- "Ya volví; más te vale baka deshi que tengas listo mi almuerzo."

- "¡¡¡¡Haaaaaaai!!!. Bienvenido a casa Shishou."- saludó Kenshin con entusiasmo al tiempo que llenaba un enorme plato con la sopa, y separaba una botella de sake.

Hiko Seijuro por su parte llegó hasta donde estaban los otros dos hombres, mientras llevaba en su espalda un gran saco desde podían verse los kanjis de "Arcilla" y "No humedecer".

- "¡Ah!; veo que ya despertó el bello durmiente; muy bien, muy bien. Entonces es mejor que comencemos a alimentarlo bien antes de devolverlo a casa, no vaya a ser que la pequeña comadreja nos haga un escándalo de no ser así."- Hiko esbozó entonces una pícara sonrisa y dejó su pesada carga en una esquina, tras lo cual se sentó a comer con, por lo visto, muy buen apetito.

Aoshi se quedó viendo a Hiko, ya sabía entonces de quien eran el futón y la pijama... y por que esta le quedaba grande.

- "¡Pero come!, ¡No te me quedes viendo con esa cara!... ¡Oi, baka deshi!, calienta la sopa de Shinomori-san que a estas alturas las nieves del Fuji están más calientes."

- "¡Hai!."

Aoshi notó con algo de pena como Himura tomaba el recipiente de sus manos y se dirigía a calentar el líquido una vez más; nunca pensó en causar tantos problemas. Pronto Kenshin volvió a su lado.

- "Tómese toda la sopa por favor Shinomori-san, es necesario que recupere energías."

Aoshi asintió una vez más mientras tomaba el plato en sus manos. Era cierto que no era mucho lo que hacía en el Aoiya cuando de labores domésticas se trataba, y también que siempre era muy bien servido por los integrantes del grupo... pero no estaba acostumbrado a ver como lo hacían tan directamente; además... no era el Aoiya; eso de verdad lo hacía sentirse incómodo.

- "Doumo."- dijo una vez más el joven sin poder encontrar palabra mejor.

Poco después Kenshin también se encontraba almorzando junto a su maestro; y luego del almuerzo la tarde continuó apacible y silenciosa. Mientras que Seijuro trabajaba en un pedido que tenía, Kenshin se mantenía ocupado con la limpieza del lugar, y Aoshi por su parte se mantenía cabizbajo y pensativo. Luego llegó la noche y con ella una fuerte lluvia.

En un principio Seijuro se mantuvo ocupado protegiendo su trabajo para que la lluvia no lo arruinase todo; y luego procedió a reunirse con los otros dos que se encontraban sentados cerca de un pequeño fuego que sin embargo los abrigaba de manera generosa.

- "Brrr... Esta será una noche fría."- comentó Seijuro al entrar, rompiéndo de alguna manera el silencio impuesto por Aoshi en el lugar.

- "Hai Shishou, preparé por ello bastante té para podernos mantener calientes los tres."

- "¡No gracias!."- dijo Seijuro de manera hilarante- "Para eso necesito solo una buena botella de sake."

- "Haaaaaaiiii."- constestó una vez más Kenshin mientras iba a sacar una botella de sake de estante y se la entregaba a su maestro.

Aoshi observó todo en un sepulcral silencio y luego bajó la mirada. Una vez más sentía que no pertenecía a ningún lugar.

Aoshi continuaba inmerso en sus pensamientos y no se dio cuenta de las miradas consternadas que cayeron sobre él. Seijuro miró entonces a Kenshin y ése negó ligeramente con la cabeza mientras se encongía de hombros... no estaba muy seguro de como manejar a un Aoshi triste, prefería al impasible y serio que no mostraba lo que sentía. Seijuro decidió actuar.

- "Hmmm... ¿Shinomori-san?."- dijo Seijuro en voz baja y clara; pero Aoshi no pareció escucharlo, así que insistió una vez más- "¡Ejem!... ¿Shinomori-san?."- dijo ahora un poco más fuerte.

Entonces Aoshi levantó la mirada y se lo observó como perdido durante un momento; más pronto recobró su porte de siempre.

- "¿Me decía algo Hiko-san?... discúlpeme... he estado algo distraído."

- "Eso se nota jovencito... si quiere contarle a alguien sus problemas... pues... "

Aoshi observó a los dos que tenía frente a si e inclinó la cabeza en señal de agradecimiento. Luego pidió disculpas y se dispuso a dormir en el mismo sitio donde se encontraba; pues el lugar no era muy grande y de todas manera había estado dentro del futón todo el tiempo.

Entonces pudo oír como los otros dos conversaban bajito, en especial de cosas sin importancia alguna. Parecían tan lejos de los problemas del resto del mundo... podía escucharlos reir ligero a cada ocurrencia de Himura-san a la vez que Hiko-san salía con alguna frase mordaz y le propinaba algún golpe en la cabeza o una reprimenda verbal... en especial recalcando que era un baka... Era difícil en realidad creer que aquellos fuesen dos de los espadachines más formidables, y que en realidad llevasen pasados tan asfixiantes que siguiesen aún en aquellos momentos arrastrando detrás suyo... justo como él.

Entonces escuchó algo que lo sacó de sus cabilaciones... algo que lo hizo mirar entonces a aquellos dos que en ese momento tanta broma le echaban a la vida.

- "... ¡baka!; si hubiese sabido que ibas a resultar así nunca te hubiese recogido y mucho menos criado... ¡Ni siquiera puedes declarartele a la niña con la que vives... ¡¡¡Y SE NOTA QUE SE MUERE POR TI!!!...¿Por qué sino vino a buscarte hasta aquí?... Eres una verguenza para tu maestro, debí dejarte con la caravana de esclavos con la que te encontré."

- "Mou!... no diga esas cosas Shishou... no es tan fácil, hmmm... orooooo."- dijo Kenshin algo sonrojado mientras jugaba con sus propios dedos y a la vez los miraba como si fuesen lo más interesante en aquel lugar.

- "¡Yo te di el nombre que llevas hoy por Kamisama!... y pensé que Shinta era demasiado débil para un guerrero como tú... pero tú si eres un débil..."

- "¡Shishouuuuu...!"- volvió a quejarse Kenshin lastimeramente- "No diga eso... mire que para mi usted es como un padre."

- "¡¡¡¿¿¿NANI ???!!!(3) ... ¡No digas eso ni en broma!... Un Dios para las mujeres como yo no podría ser padre que un chico tan baka como tú."- dijo Seijuro con su típica altanería.

Más Kenshin solo sonrió, sabía que a pesar de lo que dijese su maestro, la verdad era que ellos dos se llevaban bastante bien; y si, era cierto... Hiko Seijuro era el único padre que Kenshin podía recordar a sus 29 años de edad... sus padres reales habían muerto siendo él muy pequeño y la verdad era que luego de tantos sucesos en su vida solo podía recordar dos rostros borrosos que alguna vez lo llenaron de afecto... pero no los extrañaba, él sí había tenido un padre después de todo. Aún podía recordar a Hiko haciéndole aquel trompito de madera con el que jugó por tantos años... se lo dió un día que el pequeño Kenshin se encontraba enfermo y delirante... llorando por el abrazo de sus padres, entonces pudo sentir unos brazos cálidos rodearlo y una sensación de seguridad a su alrededor; y a la mañana siguiente despertó en los brazos de su maestro y con el trompito de madera en sus manos. Fue la mañana más feliz de su niñez, y a pesar de que tuvo la delicadeza de quedarse quieto y hacerse el dormido para que Seijuro luego se pudiese retirar y lo despertase como si nada hubiese pasado... Kenshin nunca olvido aquello. Si, su maestro no era menos que un padre... fue en realidad toda la familia con la que contó durante su niñez... y también toda la familia que necesitó. A pesar de todo, Hiko Seijuro fue en realidad el mejor padre que Kenshin pudo desear.

Entonces una voz interrumpió la amena discusión.

- "Gomen(4) Himura-san... dígame; acaso usted... fue abandonado... por sus padres..."

Kenshin parpadeó ante la pregunta, y Aoshi se arrepintió casi de inmediato de haberla formulado. Más pronto Kenshin sonrió otra vez y se dirigió a Aoshi contestando su pregunta.

- "Ie. Mis padres murieron cuando yo tenía unos 8 años... creo. Fue cuando la peste azotó mi aldea... luego como estaban escasos de recursos nos vendieron a todos los que nos quedamos sin familia y no eramos útiles en ese momento a una caravana de tratantes de esclavos... luego sucedieron un par de cosas más y terminé al cuidado de mi Shishou... por eso él es como mi padre."

- "¡Eso nunca baka deshi!."- terminó de decir Seijuro mientras le daba con el mango de su espada a Kenshin en la cabeza.

- "¡Orooooo!"- Kenshin ahora se sobaba la cabeza debido a que el golpe si le había dolido bastante.

- "¿Y a que se debe semejante pregunta Shinomori-san?... si es que se puede preguntar, claro está."- Seijuro en verdad parecía muy interesado en el asunto.

- "No... siento haber preguntado. Yo no quería..."

- "Pero usted no tiene nada de que disculparse Shinomori-san."- dijo Kenshin cortesmente.

Con esto de pronto Aoshi se quedó un buen rato sin hablar palabra alguna; más entonces se incorporó hasta quedar sentado frente a los otros dos y miró un buen rato a Kenshin. Por último dijo aquello que liberó un poco de la presión de su oprimido pecho.

- "Himura-san... usted... hmmm, ¿Usted se siente fuera de lugar?."

- "¿Fuera de lugar?... ¿Oro?."- Kenshin parpadeó sin entender a lo que Aoshi se refería.

- "Me refiero... al haber... al saberse... huérfano... no haber sido criado por sus padres."

- "Pero mis padres murieron... no podían criarme. Y no, no me considero fuera de lugar en ningún lugar... no por eso. Tuve mucha suerte de que Shishou me encontrara y criara; pero también hubiese tenido suerte si otra persona me hubiese criado... hubiese tenido suerte siquiera si no teniendo a nadie hubiese podido llegar a lo que soy... pero soy mucho más afortunado de lo que otros fueron pues tuve una buena crianza. Ser adoptado no me hace menos que otros."- entonces Kenshin parpadeó extrañado... ¿A qué se debía toda aquella conversación?, pues era muy extraña.

Aoshi guardó silencio. Si, sabía que en realidad debía de dar las gracias por haber tenido unos padres que lo amaron tanto, por lo menos algo de agradecimiento hacia ellos; en lugar de sentirse tan miserable... pero en realidad eso no lo hacía sentirse mejor... Bueno, tal vez un poquito.

De pronto Aoshi se encogió al abrazar sus piernas contra su pecho sorprendiendo con aquel gesto infantil y desvalido a quienes se encontraban a su lado en ese momento.

- "Shinomori-san... ¿Está usted bien?."- Ahora Kenshin de verdad se estaba preocupando.

Aoshi levantó la vista y encontró sus ojos con los de Kenshin, quien ahora se alarmó aún más. Por alguna razón la mirada de Aoshi se veía perdida. Entonces Aoshi habló, y lo que dijo dejó sin aliento al pelirrojo.

- "Yo no soy un Shinomori, Himura-san... yo... fui adoptado... no soy un Shinomori."

- "Shinomori-san..."- ahora Kenshin se sentía torpe pues de verdad se había quedado sin palabras, más Seijuro decidió intervenir.

- "Así que eso era lo que le preocupaba al pequeño Aoshi-chan."- dijo el maestro con sarcasmo.

- "¡¡Shishou!!."

- "Shishou ¿qué?... no voy a quedarme callado o compadecer a este niño solo porque se siente miserable por una tontería... mira que todo por un miserable apellido... por eso lo encontramos en ese estado. A ver, tú... el sin apellido..."

No hace falta decir que Aoshi parpadeó incrédulo, algo molesto y muy avergonzado.

- "Si chico... tú, el que se siente miserable. A ver, dime... ¿Fue tan triste tu niñez junto a los que hasta hace... ¿Una semana... dos o tres...?, como sea... llamaste tus padres."

Aoshi parpadeó aún más avergonzado... ¡¡¡Por supuesto que no!!!. Más Seijuro no esperó siquiera a que Aoshi respondiese a su pregunta.

- "¿Fueron tan malos padres acaso?..."

- "¡No!."

- "¿Entonces?... ¿es por un simple apellido?. No es el apellido el que forma la persona, sino las actitudes que toma frente a la vida. Según supe por el viejo Okina, tus padres murieron por defenderte a ti... y tú te convertiste en lo que eres por honrarlos a ellos... eso es lo que te hace quien eres; no el hecho de llevar su apellido, sino la forma en que demuestras lo que sientes por ellos... aún cuando tú seas el señor 'no expreso mis emociones'."

Entonces Aoshi miró a Seijuro, y dentro suyo supo que éste tenía razón. Con un asentimiento de cabeza deseó poder expresar toda la gratitud que sentía al haber recibido aquella lección. Pero había algo más que lo molestaba... aún quería encontrar al maldito que había hecho que tan frágil criatura como lo había sido su madre tuviera tan triste final.

- "¿Entonces?, ya se siente mejor... Shinomori-san."- Seijuro le ofreció a Aoshi una gran sonrisa triunfadora.

- "Hai... doumo Hiko-san."

- "Bien, entonces más le vale alimentarse bien antes de que lo devolvamos al Aoiya... no quiero problemas con las lindas chicas que viven allí por el hecho de devolverlo en las condiciones en las que está."

Más Aoshi se negó de pronto con un movimiento de cabeza.

- "No. No voy a volver al Aoiya aún... todavía tengo un asunto importante que tratar; aún debo de encontrarlo."

- "¿Oro?... ¿Encontrar a quién Shinomori-san?."

Aoshi alzó la vista... de pronto toda aquella incertidumbre que había demostrado momentos antes se había borrado para dar paso a un visible odio.

- "A mi padre... él... abandonó a mi madre. Okina me dijo que ella llegó para darme a luz aquí... ella llegó buscándolo."

- "¿Él la rechazó?."- Kenshin tenía de pronto la sensación de que no debió de haber hecho aquella pregunta.

Aoshi entonces suspiró pesadamente.

- "No... no lo sé. Ella murió... al darme a luz. Lo único que tengo es su nombre. No puedo regresar hasta haberlo encontrado, saldar cuentas con él."

Seijuro y Kenshin se miraron, de alguna manera sentían que debían de cambiar el tema, pero parecía del todo imposible hacer eso. Entonces sucedió que la lluvia cesó; era ya bastante tarde. Y un ruido hizo a ambos mirar con dirección a Aoshi.

- "Nassai oyasumi Hiko-san... Himura-san."

Ambos se miraron y respondieron un 'Buenas Noches' a Aoshi y se dispusieron a dormir también, después de todo, era necesario levantarse temprano al día siguiente, y tan solo... seguir adelante.

**********

El día siguiente fue agitado desde el amanecer. Kenshin cocinó lo suficiente para el almuerzo de los tres de ese día, y luego se dispuso a ir al cementerio. Por su parte Seijuro se quedó ese día trabajando en casa en el pedido que tenía... al parecer por lo que había comentado era para una dama de la alta sociedad que le había pedido un modelo específico de jarrón de tipo occidental y quería varios de estos, cinco para ser más específicos. Si había algo de Seijuro había aprendido con el tiempo era que para subsistir debía de hacer concesiones en la vida... y comenzar a hacer jarrones estilo Europeo se había vuelto lo suficientemente rentable en aquellos días debido a la popularidad que estaban obteniendo en las familias de la alta sociedad... y la verdad que él también era muy bueno en lo que hacía.

Ese día Aoshi se quedó adentro de la pequeña cabaña de Seijuro durante la mañana, y salió un momento por la tarde a respirar algo de aire contentándose con ver al maestro artesano trabajar de manera incesante; tal y como lo había hecho antes en el interior mientras le daba forma a los 2 jarrones que había avanzado en aquel aparato parecido a una rueda... se notaba que era un trabajo bastante extenuante. Ahora el maestro se encontraba preparando el horno para meter el jarrón que había hecho el día anterior y el cual había esperado que secase un poco para tallar ciertos diseños en él. Aoshi se encontraba sorprendido, la verdad que era bastante dificultoso mantener ese horno funcionando... si, muy extenuante en verdad.

- "Oi (5), Aoshi-san... ¿Le molesta si lo llamo así?."

- "No, adelante."

- "De acuerdo... aquí tiene unos catálogos de modelos de jarrones. Me gustaría ofrecerle algo más entretenido, pero en realidad eso es todo lo que tengo."

- "Doumo... no se hubiese molestado."- dijo muy cortésmente Aoshi, y sin embargo un momento después veía con interés los catálogos... había unos modelos muy bonitos, sobre todo en los catálogos más viejos que eran los que poseían dibujos de modelos típicos orientales. Aoshi se preguntó si él también alguna vez podría hacer algo tan hermoso... después de todo había aprendido a hacer origami y figuras talladas en madera; pero la verdad que hacer jarrones era algo un poco más trabajoso, necesitaba paciencia para decorarlos de manera que se viesen lo suficientemente hermosos; aparte de mucho esfuerzo físico; sobre todo a la hora de cocer la arcilla, en especial teniendo en cuenta el hecho de que muchos de los jarrones que al parecer Hiko-san efectuaba eran de tamaño y peso considerables, así que meterlos al horno no era como meter una hogaza de pan o algo parecido.

La tarde continuó apacible y para cuando Kenshin regresó ya uno de los jarrones estaba listo para ser pintado (ya que este pedido era de jarrones decorativos) y eso Seijuro lo iba a hacer por la noche... dos más estaban a medias y solo iban a necesitar ser cocidos y pintados al día siguiente; y por último quedarían dos más para hacer al día siguiente. Para pasado mañana todo el pedido estaría listo.

Por su lado Aoshi se había relajado bastante y ahora se lo veía menos tenso que el día anterior; eso también relajó a Kenshin quien decidió que era hora de intervenir un poco e ir al Aoiya al día siguiente a traer a Misao-dono para que llevase a Shinomori-san a casa. Esa idea de buscar a su padre para quien sabe que cosa no era muy sana para el líder Oniwabanshuu en aquellos momentos.

La noche llegó para los tres entonces; con corrientes de viento algo frías que presagiaban un día ya típico de otoño para mañana... seguramente llovería de nuevo. Seijuro se aseguró nuevamente de guardar de nuevo su trabajo y luego se fue directo a dormir. Aoshi se sentía algo culpable por estar ocupando el futón y la pijama del maestro; más este dijo simplemente que no se preocupase tanto que no existía ningún inconveniente... y una vez más se decidió a dormir solo con una pequeña manta y con el mismo traje con que vino al mundo, alegando que esa era su manera preferida de dormir... excepto cuando además incluía una linda dama que le brindase compañía. Aoshi pudo ver a Kenshin sonrojarse visiblemente, y la verdad que él también se sintió algo incómodo con el comentario... pero ya se estaba acostumbrando a ellos. La verdad que el hombre no era tan altivo como su actitud hacía pensar; Hiko Seijuro era un hombre bastante amable y desprendido... simplemente que además era un poco extravagante, pero definitivamente agradable... tal vez y hasta podría alguna ver llegar a entablar una buena amistad con él, después de todo vivían en el mismo lugar y aparte de Saito era el único con quien podría tener un duelo amistoso que considerase de su altura... por que no. Pero antes de dormirse una idea extraña le vino a la cabeza... una pregunta que sin motivo aparente formuló en su mente... ¿Por qué Seijuro-san nunca se había casado ni había formado un hogar... parecía ser del tipo al que no le hubiese incomodado mucho tener una mujer de por vida y cuidarla junto a algunos niños... podía verse sus actitudes paternales escondidas en la manera en la que trataba a Kenshin-san (por lo menos ahora ya los llamaba por sus nombres, gran avance para el Oniwabanshuu); y con aquellos extraños pensamientos en su mente Aoshi se durmió.

**********

- "¡Oi!, baka deshi... ¿Adonde vas ahora?, ¿que no fuiste al cementerio el día de ayer?."

- "Hai Shishou; pero hay una diligencia que debo de hacer hoy. Espero que no le moleste."

Seijuro miró a Kenshin con algo de sarcasmo y se encogió de hombros.

- "Estás dejando la comida lista y ya limpiaste lo necesario el otro día... para que más podría yo quererte en casa. De todas manera pienso comer a mi hora en un rato más y no pienso esperarte."

Kenshin sonrió de manera algo infantil antes de salir de la cabaña, y unos momentos después se perdía de vista. Seijuro negó con la cabeza y volvió a su trabajo. Aoshi por su parte miró a Hiko trabajar y se relajó... era agradable porque podía estar allí observándo sin tener que estar en una molesta conversación... Seijuro-san no hablaba mucho mientras trabajaba pues se concentraba bantante en lo que hacía. Además de eso tenía la gran satisfacción de estar usando su propia ropa una vez más, solo que ahora su traje estaba limpio y seco... cosa que solo recientemente Kenshin había podido lograr debido a las fuertes lluvias que habían estado cayendo en los últimos días.

Por su parte Seijuro observó una vez más a Aoshi por lo bajo... esos ojos. Si, desde la primera vez que vio al joven líder ninja quedó impresionado por aquella mirada... por el tono de los ojos de aquel joven. Era igual a los de ella. No, Seijuro sacudió su cabeza una vez más... no debía torturarse más con aquello. Lo más probable fuese que ella tuviera en esos momentos una vida por demás feliz, y que estuviera con un esposo amable y un montón de niños... ella quería mucho a los niños. Suspiró. Tal vez por eso desde hacía unas noches... si; debía ser por ello, inconscientemente había despertado un recuerdo dormido de ella al ver por primera vez al joven líder... aunque eso había sido hacía meses y lo otro comenzó hacía unas noches, pero... eso ya no importaba, simplemente ya no importaba.

Seijuro sonrió... por fin había terminado de decorar los jarrones de acuerdo al modelo, ahora a meterlos al horno que ya estaba en su punto y luego a esperar. Como siempre cuando hacía aquello, Seijuro se quitó la capa y la camisa... ya sudaba bastante de por si con el pecho desnudo al estar frente al incandescente fuego... no quería arruinar su ropa; ¡mucho menos su preciosa capa!.

Luego de terminar con su labor, Seijuro se dirigió hacia Aoshi y se sentó frente a él. Tomó una botella de sake que había dejado a la mano y le ofreció un poco a Aoshi.

- "No gracias... ya creo haber dicho antes que no acostumbro tomar."- dijo Aoshi con su misma actitud parca de siempre.

Seijuro se encogió de hombros y tomó un muy buen trago de bebida.

- "AH!, nada como un buen sake para reanimar el alma... lástima que no guste de él, es muy bueno."- Entonces Seijuro miró al joven y le ofreció una gran sonrisa desprovista de su usual altanería, aunque sin saber el porque... pues solo a una persona le había ofrecido una sonrisa similar...

- "Seijuro-san..."- de pronto Aoshi interrumpió los pensamientos del treceavo maestro del Hitten Mitsurugi Ryu- "¿Podría hacerle una pregunta... hmmm.... personal?. Si no le molesta, claro."

Seijuro miró al joven ninja con ironía... ¿Que tipo de pregunta consideraría un jovencito tan serio como él personal?, eso sonaba interesante averiguarlo.

- "¡Claro!, la que usted quiera Aoshi-san."

- "Hmmm... Por qué... ¿Por qué nunca tuvo familia Seijuro-san?... no parece que le hubiese molestado mucho el tener una... Hasta Saito-san tiene una; y parece que Kenshin-san tendrá una también. Además... tiene muchas chicas que... pues... dicen querer... tener a sus hijos..."

Seijuro se asombró por la pregunta, pues era cierto que contrario a toda espectativa él deseaba una familia; una gran y cariñosa familia... pero solo con ella, con ella y con nadie más. Ella que había sido la luz de sus ojos desde el mismo momento en que la conoció... ella que le dió más felicidad en el poco tiempo que estuvieron juntos que en todos los años que pasó luego sin ella... si, solo con su amada Mikomi él hubiese querido tener aquella familia tan añorada alguna vez... aún en ese momento... Mikomi.

- "L- lo siento... si hice una pregunta indebida, yo..."

- "IE!... que muchachito más tímido resultó ser Aoshi-san... ¡Ya veo por que le cuesta tanto decirle a la comadrejita que la quiere!."

No hace falta decir que Aoshi se puso rojo como un tomate ante esto, más antes de que Aoshi pudiese decir nada más, Seijuro continuó hablando.

- "Está bien... siempre creí que mi estúpido discípulo sería el que me hiciese esa pregunta... pero también se la puedo contestar, no hay problema. Es cierto que tengo muchas lindas damas a mi lado, no lo niego... pero... pues incluso yo puedo ser de esos que quieren a una sola persona y a nadie más."

- "Entonces es por eso... a usted le gusta alguien en especial... ¿Y por que no le dice?, ¿Es casada?."

- "Jajajajaja!... lo más probable es que ahora si lo sea... pero si le dije que la quería, y ella me dijo a mi que me quería... y fue cuando éramos muy jóvenes y ninguno estaba comprometido aún... pero hay circunstancias que pueden alejar a uno de lo que realmente quiere; circunstancias que uno no puede impedir aunque quisiese... y a Mikomi la alejaron de mi lado sin que ninguno de los dos pudiese evitarlo."

- "Entonces... no le pudo decir que se quería unir a ella, ¿verdad?... En matrimonio quiero decir."- aclaró Aoshi algo acalorado ante la elocuente mirada de Seijuro.

- "¡Claro que se lo dije!. Mikomi y yo ya hasta habíamos planeado una linda boda con todos aquellos a los que queríamos presentes... incluso su insoportable bichito... Ella tenía una perrita miniatura a la que yo no soportaba ni a dos ciudades de distancia..."- la voz de Seijuro ahora se había tornado triste al evocar aquellos dulces pero tristes recuerdos.- "Incluso le había dicho a mi maestro... Hiko Seijuro 12°... que iba a renunciar a mi entrenamiento... Mikomi quería vivir en una gran granja llena de niños... íbamos a tener ovejitas y un par cabras para que nos dieran leche... aparte yo iba a sembrar un campo pequeño para obtener lo suficiente para comer y vender en el mercado... Ni siquiera le molestaba mi absurdo nombre... decía al contrario que le gustaba. Por alguna razón, todo en mi le gustaba. Incluso fue la primera en decirme que era un buen alfarero... que mis manos estaban privilegiadas para hacer arte. Nadie nunca había confiado en mi de esa manera... fue la primera... la única. Realmente espero que sea feliz."

Aoshi miró consternado al maestro... nunca llegó a pensar en verlo de esa manera; hablándo del pasado tan fervientemente... mostrando esa magnitud de cariño hacia alguien... era difícil haber siquiera imaginado que un hombre tan confiado de si mismo como él, alguien que además tenía tanto éxito con las mujeres... sufriera de esa manera por un amor.

- "¡Pero lo pasado, pasado!."- dijo de pronto Seijuro con una gran sonrisa que dejó fuera de foco a Aoshi- "Bueno, hora de ver los jarrones... no queremos que se quemen demasiado y tenga que hacer otros... espero que me sobre suficiente de esa arcilla fina para hacer un par de jarrones extra para vender... así puedo sacar algo más de dinero."

- "¿Qué acaso no compra solo lo necesario?."

- "Por lo general si, cuando el que hace la compra de materiales soy yo. Pero nuchas veces, cuando me hacen pedidos de esta clase son los clientes los que compran el material que consideran lo suficientemente fino para ellos y me lo dan... pocas veces falta, la mayoría de veces el material termina sobrando y puedo hacer uno o dos jarrones más... todo depende. Además tengo que ver que me alcance para lo otro."- dijo Seijuro ahora con carácter misterioso y frotando su barbilla, al tiempo que se levantaba y se dirigía a ver su trabajo que aún estaba en el horno.

Aoshi observó de nuevo al maestro trabajar durante varios minutos más mientras procesaba la información. La verdad que era difícil ver en realidad al hombre que se ocultaba tras esa enorme capa... pero al parecer no imposible. Aoshi siguió observándolo y pensando en lo que debió haber sido la vida anterior del 13° maestro... y dándose cuenta entonces que después de todo el nombre no era la que más importaba... después de todo él dijo que se alegraba de haber cambiado el suyo... que era ridículo; entonces, ¿Kakunoshin Niitsu no era su antiguo nombre?... que curiosidad la que pilló de pronto al joven ninja por saber aún más del maestro de Kenshin... raro en él... pues la curiosidad no era uno de sus virtudes, mucho menos de sus defectos.

**********

Kenshin por fin observó delante suyo el lugar al que hacía tanto quería llegar, y mucho antes de siquiera tocar las puertas del Aoiya, la figura pequeña y atletica de Misao saltó encima de este inundándolo de preguntas acerca de si sabía del paradero de su Aoshi-sama y si era por eso que había ido.

Por su lado Kenshin estaba demasiado ocupado tratando de recuperarse del golpe mientras que Misao aún se encontraba encima suyo, sarandeándolo sin piedad mientras los otros miembros del Oniwabanshuu hacían lo posible por quitarla de encima.

Poco después Kenshin se encontraba sentado frenta a Okina y Misao, y hablaba de lo que había ocurrido en los últimos días, tratándo por todos los medios de tranquilizar a la joven ninja.

**********

- "¡Listo!... ahora solo faltan los jarrones de mañana y mi pedido estará completo. Y si me sobró suficiente arcilla como para un jarrón que me pague todo el sake del mes."- Seijuro parecía en realidad muy satisfecho consigo mismo por aquello. Volvió a colocarse de nuevo al lado de Aoshi sobre el pasto y se tiró sobre este aspirando profundamente y estirando los brazos... otro día de trabajo había terminado por fin, un baño y a comer. Entonces Seijuro se fijó en la posición de sol encima suyo... la tarde estaba bastante avanzada y su baka deshi no llegaba; ¡y él que había hecho tiempo para esperarlo y así comer todos juntos!. Seijuro hizo un cómico puchero muy a su estilo... ¡Nunca más iba a esperar a ese baka!. Suspiró, relajó sus músculos y cerró los ojos. Eso si era vida.

- "¿Seijuro-san?."

Seijuro sin abrir los ojos gruñó una especie de '¿si?'.

- "¿Se siente bien?."

Ahora si Seijuro abrió un ojo y miró a Aoshi divertido. De verdad que ese chico no estaba acostrumbrado a relajarse... ni mirar como alguien más lo hacía.

- "Si... si. ¡No se preocupe tanto!. Me doy un baño y comemos, ¿de acuerdo?. Y no se preocupe en poner la mesa o algo que solo hay que sacar los platos y palillos al momento de terminar de calentar la comida."- dijo aún con pereza Seijuro mientras entraba dentro de la cabaña con su capa y camisa en mano y las arrojaba en algún lugar.

Luego de eso Seijuro prendió el fuego y puso encima la comida para calentar; y por último sacó un enorme balde y fue directo al río para darse un buen baño, tras lo cual regresó fresco y aún un poco mojado a la cabaña.

Al regresar vio a Aoshi aún sentado en el cesped y con caracter preocupado. Seijuro frunció el ceño.

- "¿Y ahora Aoshi-san... ¿Qué le pasa?."

Aoshi lo miró un buen rato con aquella actitud suya seria de siempre, y luego mostrando algo así como una carita de culpabilidad... muy poco notoria, Aoshi dijo compungido.

- "Gomennasai Seijuro-san. Por lo general no soy tan curioso... no se lo que me pasó; por mi culpa revivió algo que lo entristece... no tuve derecho de hacerlo."

Bueno, no hace falta decir que Seijuro miró a Aoshi bastante sorprendido. Al parecer ese problema suyo lo había puesto bastante sensible... más de lo que cualquiera pudiese creer.

- "¡Pero yo no veo el motivo por el cual deba disculparse!, además... hacerme recordar a Mikomi nunca debe ser algo por lo que deba de culparlo, a usted o a cualquiera. No es algo tan terrible, puesto que aún si es algo triste... siempre hay algo de alegría como compensación. Ella me hizo sentirme bastante vivo. Además... ¿sabe qué?... usted me hizo recordarla mucho antes de que le hablase de ella... hay algo en usted... sus ojos creo yo. Pero muchos pueden tener el mismo tono de ojos."- dijo Seijuro de manera distraída, y Aoshi tuvo el extraño presentimiento de que alguien le había dicho algo similar con respecto a un asunto, pero no podía recordar exactamente que.

- "Vaya... entonces, supongo que esta bien."- Aoshi se encontraba un poco consternado.

- "¡Claro que si!... Además, usted quiere hacerme una pregunta más, se le nota; nunca pensé en usted como una persona curiosa Aoshi-san."

Las mejillas de Aoshi se tormaron en un color rosa pálido, pero entonces decidó que... bueno, no le iba a hacer daño a nadie; y por alguna razón la curiosidad lo estaba matando.

- "Pues... Si Hiko Seijuro no es su nombre."

- "No."

- "Y Kakunoshin Niitsu tampoco..."

- "¡No, tampoco!."

- "Pues... ¿entonces cual...?"

Seijuro rió con ganas, vaya curiosidad la de ese muchachito...

- "Pues el más ridículo que mis padres me pudieron poner creo yo. Dígame sino quien podría no sonrojarse al saber los demás no se matarían de risa al saber que mi nombre era Amai Otaru (6)... jajajaja, al final aprendí a reírme de mi propio nombre con los demás; fue más fácil hacer amigos. Como le dije, solo a mi Mikomi le gustaba mi nombre... me miraba con sus enormes y profundos ojos azules y me decía que quería ser la señora de Amai Otaru. Mikomi. "- y Seijuro dio la espalda a Aoshi mientras que entraba a la cabaña y sacaba la comida del fuego y buscaba los palillos.

Por su parte a Aoshi se le heló la sangre en las venas, y una irracional y profunda ira comenzó a apoderarse de su interior.

**********

- "Uf, ya casi llegamos Misao-dono. Estoy seguro que a Aoshi-san le hará feliz verla ir a recogerlo... y que a mi Shishou le hará feliz ver que conseguí sake y carne asada."- Kenshin parecía demasiado feliz.

- "Ay!... Aoshi-samaaaaaa.... ¡¿Cómo se le ocurre una idea como esa?!. ¡A mi no me importa si es adoptado o no!... sigue siendo mi Aoshi-sama."- por su parte Misao parecía demasiado molesta por no haber sido enterada antes de lo que estaba pasando- "Ya verá cuando lo vea... ¡LO VOY A LLEVAR AL AOIYA DE LAS OREJAS!... bueno, tal vez solo de la solapa de su traje... ¡PERO IGUAL!... mira que ir a buscar a ese tal Amai Otaru, que es su padre... Si Okina no pudo encontrarlo hace ya 27 años, entonces él menos... además; no puede decir que lo haya olvidado. Si desapareció en tan poco tiempo entonces pudo haber ido a buscar a la chica... la mamá de Aoshi-sama... no estoy segura."

Kenshin observó a Misao y sonrió... ojalá y Aoshi-san escuchara todas las supociones de Misao-dono, tal vez y hasta lo harían pensar en nuevas posibilidades de lo que en realidad había sucedido.

Por fin ambos llegaron y lo que vieron los dejó sin aliento. De pronto observaron a Aoshi amenazar furiosamente de Seijuro con un Kodachis que se encontraban en posición para efectuar la técnica de Onmyoukousa (o la técnica de tijera de Aoshi). Y lo más sorprendente era que el maestro de Kenshin no solo no se defendía, sino que parecía... estar llorando.

- "¡¡SHISHOU!!"

- "¡¡AOSHI-SAMA!!"

Gritaron Misao y Kenshin al mismo tiempo, pero ninguno de los otros pareció hacerles mucho caso. Pronto Misao sin soportarlo más se lanzo hacia Aoshi abrazándolo por la cintura.

- "¡Deténgase Aoshi-sama!... por favor..."- susurró la pequeña ninja tratando de alejar a Aoshi del maestro Hiko.

Fue entonces que tanto Aoshi como Seijuro por fin parecieron darse cuenta de los que estaban en esos momentos junto a ellos. Entonces Aoshi miró una vez más a Seijuro y alejó de su cuello las kodachis, y comenzó a alejarse con paso decidido.

Más increíblemente Seijuro pareció despertar y en lugar de decir algo propio de él, casi dijo en tono de súplica.

- "Por favor... no te vayas, yo... yo necesito... yo, quiero saber..."

Pero Aoshi volteó con una mirada de odio pintada en los ojos, y en una voz que era desesperantemente calmada dijo a su vez.

- "Claro que regresaré... vas a pagar por todo lo que has hecho... Amai Otaru."

Tras estas palabras tanto Misao como Kenshin se quedaron estáticos, mirando de pronto a Seijuro; quien a su vez miraba con ojos vidriosos a Aoshi; quien por cierto había comenzado a alejarse.

Misao entonces se dio cuenta que Aoshi se iba y sin saber que decir solo atinó a seguirlo.

Por su parte Kenshin se quedó al lado de su maestro sin saber tampoco que decir. Entonces Seijuro dio un paso, pero parecía demasiado cansado. Entonces un murmullo que Kenshin a las justas y logró entender.

- "Mikomi... mi Mikomi... está muerta... Mikomi."- y de pronto las lágrimas comenzaron a aflorar sin control; y ante la impotencia completa de Kenshin, su maestro se desplomó en el suelo.

Hiko Seijuro 13°... Amai Otaru... había perdido el conocimiento.

Fin de segundo capítulo.

Notas de la autora..

Bueno, ¿que les parece como va hasta ahora la historia?. Espero que no estén pensando en lincharme desde ya... todavía falta un poco para terminar este fic. Además tengo a mi querida coautora para defenderme, y miren que ella es una poderosa hechicera

En fin, en el siguiente cap. nos concentraremos más en algunas cosas que pasaron un poco atrás en el tiempo, mientras dejamos que en el presente todo el resto de personajes se adecue un poco más a lo que está pasando actualmente.

En fin, dudas, sugerencias, comentarios a kawaii_chibineko@yahoo.com, o a mikki_chan01@yahoo.com que estaremos esperando tanto mi coautora y amita hechicera todo lo que tengan que decirnos.

De mi parte va un gran bechito felino, y espero que todos nos sigan aún.

chibineko =^.~=

Vocabulario:

Aparte de los conocidos Doumo: que significa 'gracias', y Hai: que significa simplemente 'si' o Ie: que siginifica 'No'.

(1) baka deshi: Es la forma usual en que Seijuro llama a Kenshin, significa 'Estúpido pupilo'

(2) Shishou: Esta por su parte es la manera en que Kenshin llama a su maestro, y significa justamente eso 'maestro'

(3) ¿Nani?: ¿Qué?

(4) Gomen, gomennasai: Significa 'perdón' en las dos formas, pero la segunda es una manera más respetuosa de decirlo.

(5) Oi: Significa 'Oye'.

(6) Amai Otaru: Bueno, si la gente se pregunta que es lo que puede ver Seijuro de ridículo a su nombre original.... pues bien: Amai significa 'dulce', y Otaru creo que significa 'barrilito'... así que si juntamos el nombre completo dice: 'Dulce Barrilito'... entonces.... ¿creen ustedes que alguien como Seijuro hubiese vuelto a usar su antiguo nombre? =-.-=VVV