La vida Ofrece una 2da. Oportunidad

Por Loly Sayol

Capitulo II
El pasado regresa

Habían pasado dos semanas, Candy y Sam, se habían hecho muy amigas, al Director del Hospital le gusto mucho él articulo que Sam había escrito para el periódico de Chicago.

Pero el mejor reportaje de Sam fue el que escribió sobre el Dr. Martin y su "Clínica de la felicidad" , gracias a este, llegaron varios donativos tanto en dinero como en medicinas, los enviaba un hombre que hacia muchos años el Dr. Martin le había salvado la vida y como no sabia donde ubicarlo no había podido agradecerle como el quería.

Candy presentó a Sam a Annie y Patty, las cuatro chicas se hicieron inseparables, la balanza al fin se equilibro, Annie y Patty, las tranquilas, preocupadas por todo y Candy y Sam, siempre metiendose en líos, lo único que Candy no había logrado era que Albert y Sam se conocieran, debido a que Albert había tenido que viajar para Nueva York, por negocios.

No importa- dijo Candy,- Albert prometió que estaría en mi cumpleaños, así que de esta no escapan- les dijo a Annie y Patty.

Ay!! Candy, qué manía la tuya de casamentera-. Replicó Annie.

Las tres amigas, estaban tomando el té, en un restaurante muy elegante, que quedaba en el centro de la ciudad, habían ido a hacer algunas compras, para la fiesta de cumpleaños de Candy y comprar algunas cosas para los niños, la Srta. Pony y la Hermana María.

Pero Annie,- dijo Patty-, me parece que Candy tiene razón, Albert y Sam harían buena pareja.

Ten cuidado Patty, que tu también estas en la lista de Candy-. comentó Annie.

Oh no!!! - exclamó Patty- No serías capaz, ¿verdad Candy?.

Candy poniendo cara de yo no fui contestó:

- Noooo....... Patty como se te ocurre...., pero.... pensándolo
bien, llegó un nuevo Doctor al Hospital, está recién graduado, es muy
guapo, aunque un poco tímido, hey¡ -exclamo Candy-, seria perfecto
para ti!!.

CANDY!!-, gritó Patty-, no se te ocurra.........

Annie, al ver la cara de Patty, no aguanto más la risa. Candy también empezó a reír. Y Patty, aunque un poco sonrojada, terminó riendo junto con sus amigas.

Hola, ¿Me podrían contar el chiste, para unirme?-. Era Sam, que había quedado en encontrarse con las chicas en el restaurante.

Hola Sam,- saludaron las chicas al mismo tiempo.

Ten cuidado Sam,- explicó Annie-, Candy anda en plan de casamentera y ya tiene candidatos para tì y Patty.

Así es la cosa, no hay problema chicas, Yo, también tengo una lista de posibles candidatos para Candy, vamos a ver cual es el que mejor te va.

Candy, había empezado a beber su té cuando Sam habló, y casi se atraganta.

Espera Sam........, solo era una broma........, Yo no.......,

Sam se quedó viendo a las chicas y todas comenzaron a reír, Candy al ver que era una broma, se unió al grupo y llegó un momento en que el mesonero tuvo que decirles que bajaran la voz, porque estaban molestando a los demás comensales y sino tendrían que irse.

Ya más calmadas, pidieron disculpas y siguieron hablando.

Bueno Annie, ¿Como va el bebé?.- Preguntó Sam.

Si, ya empezó a patear, cualquiera diría que quiere salir.

Yo ya me veo enseñándole a subir al Padre Arbol.

Creo que lo pensaré muy bien antes de dejar que lo cuides, Candy.

Pero Annie,- exclamó Candy-. Todos los niños deben aprender a trepar árboles.

¿Y si es una niña?.- Preguntó Annie.

Cuál es la diferencia?, no hay nadie que me gane trepando árboles.- Respondió Candy.

Ya veremos. Pero tendrás que ponerte en la cola, ya que Archie y Albert tienen una lista de lo que van ha enseñarle y es tan larga que estará ocupado los próximos veinte años.

Creo que ya se cual será mi próximo articulo, "Padres y Tíos primerizos, ¿Son un mal necesario?, ¿Qué hacer con ellos?"-. Comentó Sam.

Todas comenzaron a reír de nuevo y el Maitre se las quedo viendo arqueando una ceja molesto.

Al final de la tarde se despidieron y quedaron en verse el Sábado en el Hogar de Pony, para la fiesta.

Sábado en el Hogar de Pony... los niños no paraban de correr, cuántos regalos habían traído, en lugar de ser el cumpleaños de Candy, parecía que fuera el de todos, Candy, Annie, Archie, Patty, Tom, Jimmy y Albert, jugaban con los niños, la Srta. Pony y la Hermana María no sabían quienes eran los niños y quienes los adultos.

Annie no corras, ten más cuidado-. Aconsejaba preocupada la Srta. Pony

Srta. Pony, no se preocupe, voy a tener un bebé, no estoy enferma.

La Srta. Pony tiene razón, Annie.

Archie, por favor no seas aguafiestas, verdad Candy que no tengo que quedarme sentada todo el día.

La campana salvo a Candy, cuando iba a responder, uno de los niños escucho el sonido de un auto, viene alguien gritó Tommie

Candy se detuvo a ver quién era, y de pronto exclamó: Es ella!!, ya llegó!!- Mientras tanto Albert comentaba:

Vaya!! al fin conoceremos a la misteriosa reportera.

Candy, no le había dicho a Albert como era Sam, quería que fuera una sorpresa,

Hola a todos, disculpen la tardanza, pero me equivoqué en el cruce, tomé el otro camino, por suerte me encontré con un señor y me explicó cómo llegar.

Albert se quedó mirando a Sam, muy asombrado. Candy, se dió cuenta y pensó, "Lo sabia... "

En eso Pupè que había estado jugando con los niños, se detuvo al oír la voz de Sam, se la quedo mirando y corrió directo a sus brazos.

Pupè tranquilo,- gritó Candy-, es una amiga.

Sam,- con el pequeño animalito entre sus brazos, se quedó mirando a Candy y dijo:

¿Pupè?, No puede ser, si es Pupè, entonces, ¿Dónde esta él?.

Albert, se había acercado a Sam, la había tomado de las manos y la llamo.

Samantha, ¿Eres tú? - Sam miraba a Albert a los ojos

¡No puede ser!, ¡¿Albert?! ¡No puedes ser tú!-. gritó - ¡Tú estas muerto... ... ... ... ...!,

Sam sentía que sus piernas ya no podían sostenerla, de repente todo se puso negro a su alrededor y se desmayo.

Albert, evitó que se cayera al piso, la levanto entre sus brazos y la Srta. Pony le dijo que la llevaran adentro, Albert la colocó en la cama que usaba Candy cuando visitaba el Hogar.

Candy no entendía que estaba pasando, "Cómo es posible?, ¿Albert y Sam se conocen?, ¿Por qué piensa Sam que Albert esta muerto?". Al fin como buena enfermera que es, Candy reacciono y corrió hacia la casa para atender a Sam.

Mientras tanto Archie y Tom, intentaban calmar a Albert.

Déjenme!!, tengo que estar a su lado,

Tranquilo Albert, ya la están atendiendo, cuando se recupere, nos llamaran.

Es que no entiendes Archie, llevo dos años buscándola y al fin la encontré.

Las chicas no paraban de mirar a Albert, nunca lo habían visto así de agitado,

¿Que habrá pasado entre esos dos?-, le decía Annie a Patty.

Y Sam, ¿Por qué dijo que Albert estaba muerto?-, Preguntaba Patty.

Con los cuidados de Candy, la Srta. Pony y la Hermana María, Sam había empezado a reaccionar.

Sam...., Sam, ¿Me escuchas?-, Preguntaba Candy.

Albert.......,- dime Candy- , ¿Era Albert, verdad?, ¿No lo imaginé?.

Si él es Albert, mi tutor, ya te había hablado de él.

Albert, ¿ Es tú Padre adoptivo, él es Williams Albert Andrew?

Si,- respondió Candy-, pero tranquilízate Sam.

Albert!!! ....,- gritó Sam- , Albert ¿Dónde estas?

Cuando Albert escuchó a Sam llamándolo, sé solto de Archie y Tom, abrió de un solo golpe la puerta y corrió hacia la cama para abrazar a Sam.

Sam, eres tù.

Albert, no puedo creerlo, estas vivo, pero... dijeron que ibas en el tren, que habías muerto en el accidente.

"El accidente del tren," pensó Candy....." fue cuando Albert perdió la memoria."

No Sam no morí, estoy aquí, a tu lado,- mientras lo decía, Albert la abrazaba aun mas fuerte, tenia miedo que fuera un sueño, y que pronto despertaría, tomó el rostro de Sam entre sus manos, la miraba a los ojos, "Sus labios" recordó el sabor de esos labios, dulces, sensuales, que se abrían invitadores hacia él, no resistió más, "Si es un sueño no quiero despertar", colocó sus labios sobre los de ella, era real, ella estaba ahí, "si pudiera congelar el tiempo, lo haría es este instante", no podía ser más feliz, la había encontrado y todavía lo amaba. Albert no paraba de besarla, llorando de felicidad.

La Hermana Maria le hizo señas a Candy y a la Srta. Pony para que salieran todas de la habitación y los dejaran solos. Candy, mientras cerraba la puerta se decía que no podía creer lo que estaba viendo, ahora entendía por que Albert rechazaba a todas las chicas que la Tìa Erloy le presentaba, ella decía, que él debía casarse, como cabeza de la familia Andrew, debía tener un heredero varón, para que continuara el apellido.

Candy, se sintió avergonzada, Albert siempre estuvo a su lado cada vez que ella lo necesitaba, la muerte de Anthony, la separación de Terry, se sintió tan egoísta, tan pendiente estaba ella de sus problemas que no se había dado cuanta de lo que le pasaba a Albert.

Ahora entendía, un día del invierno pasado, estaban en la biblioteca de Lakewood, hacia frió y Candy estaba sentada en un sillón arropada con una manta mientras Albert avivaba el fuego de la chimenea, ella vio como de repente los ojos de Albert se nublaron y una lagrima resbalo por su mejilla, le pregunto que le pasaba, el se volteo hacia el otro lado y secándose la lagrima con el dorso de la mano, le dijo que no era nada, que estaba cansado y el humo del fuego le había irritado los ojos, que mejor se iba a dormir.

Estaba pensando en Sam, pero que había pasado, donde se conocieron y Sam, pobre Sam, creía que Albert había muerto en el accidente del tren, ella sabia como se sentía, se acordó de Anthony, todo lo que sufrió cuando murió.

"Anthony, que pasaría si de repente estuvieras vivo"- los ojos de Candy se nublaron y una lagrima corrió por su mejilla.

Candy..., Candy, ¿estas bien?.

¿Qué? A-Archie, disculpa, si estoy bien.

¿Qué paso?, ¿Cómo esta Sam?

Ya esta mejor, recobró el conocimiento.

Pero, ¿De dónde se conocen Albert y ella?.

No lo sé, tendremos que esperar a que salgan.

Mientras en la habitación, Albert no paraba de besar a Sam. Y ella hambrienta de sus besos le respondía

Albert........ lo sabia, mi corazón me lo decía, que no podías estar muerto...- De repente, Albert sintió como si Sam se petrificara en sus brazos; la miró a los ojos y vió como el negro de sus ojos se volvía mas oscuro, como si una sombra se hubiera posado en ellos, Sam empujo a Albert de su lado, el no entendía, quiso volver a abrazarla y ella le grito

NO ME TOQUES.

Sam..... pero...... amor mío..... que pasa......

Todo este tiempo, sufriendo por ti, todo el mundo me decía que habías muerto y yo no quería creerlo, decía que estabas vivo, además, nunca encontraron tu cuerpo. ¡Qué tonta he sido! Yo, que creía que eras solo un muchacho pobre pero bueno, soñador, amante de los animales, que se ganaba la vida limpiando platos, trabajando en los zoológicos. Yo estaba dispuesta a enfrentarme con mi familia con tal de seguir a tu lado y resulta que eres el Sr. Williams Albert Andrew, cabeza de la familia Andrew, ¡Cómo te debes de haber reído de mi!, ¡Una pobre chica con su cámara!

Sam por favor, déjame explicarte.

¡EXPLICARME¡- gritó Sam.

¿Acaso vas a decirme que una vez al año sales por ahí, haciéndote pasar por un chico pobre, para poder embaucar a mujeres tontas como yo, o es una apuesta que haces con tus amigos ricachones?.

Tú no entiendes, yo te quiero..... por favor Sam.....

Tú me quieres, MENTIRA, ¡Qué incauta fui!, pero no creas que voy a volver a caer en tu juego.

Sam se levantó de la cama y se dirigió a la puerta cuando volvió a sentir un mareo, Albert corrió hacia ella intentando agarrarla, pero se detuvo, la mirada de odio que Sam tenia en sus ojos lo asusto.

Aléjate de mí, no vuelvas a tocarme.

Por favor Sam, deja que te explique, yo te amo.

NO MIENTAS!!, ya no soy esa tonta, gracias a ti, ya no lo soy.

Candy, oyó lo gritos que venían de la habitación "¿Qué pasa? ¿Por qué gritan?".

En eso se abrió la puerta, Sam salió de la habitación, sus ojos estaban rojos, bañados en lágrimas y no hacía mas que decir que odiaba a Albert.

Albert salió detrás de ella, y miro suplicante a Candy,

Ayúdame Candy, no me quiere oír, por favor no permitas que se vaya, explícale del accidente, de mi amnesia. - le suplicó

No te preocupes Albert yo me encargo, no te fallare.

Annie, Patty encárguense de Albert, yo voy tras de Sam.

Candy salió al jardín, se puso a buscar a Sam por todos lados en eso oyó el motor de su auto y corrió hacia él.

Sam se encontraba dentro del auto, se disponía a marchar cuando Candy llego de repente y se coloco delante del vehículo.

¡Candy!,- gritó Sam-, ¡Apártate!.

¡No hasta que me hayas oído!.

Si es sobre Albert, no quiero saber más.

Entonces nos quedaremos todo el día, por que no pienso moverme.

No entiendes Candy, él me hizo daño, me engaño, si eres mi amiga debes dejarme ir.

No Sam, por que soy tu amiga y por que quiero mucho a Albert, no lo haré, por favor solo escúchame, si después te quieres ir, no haré nada para evitarlo.

Sam tenia las manos sobre el volante, cada vez las apretaba con más fuerza, vio el rostro de Candy y comprendió que hablaba en serio, asintió con la cabeza, apagó el motor y se bajó del auto.

¿Dónde vamos a hablar? No quiero estar cerca de él.

No te preocupes, tengo el lugar perfecto, sígueme.- Candy tomo dirección hacia la Colina de Pony, junto al Padre Árbol,- Este lugar es perfecto Sam, siempre que estoy triste y necesito consuelo, el Padre Árbol me ayuda.

Se sentó en la hierba y apoyó la espalda en el árbol e invito a Sam para que hiciera lo mismo. Sam se la quedó viendo y al final se sentó a su lado.

No sé qué puedas decir que me convenza Candy, la prueba de que Albert me mintió es que esta vivo.

Tú te refieres al accidente del tren que ocurrió en Italia, ¿Verdad?.

Sí,

Entonces deja que te explique una historia, que comenzó en este mismo lugar hace unos doce o trece años atrás.

¿Qué tiene que ver esto con Albert y conmigo?

Mucho, de nada serviría que te explicara lo que paso con Albert en ese tren si no entiendes por que él no quería que supieras quién era. Para empezar sólo te diré, que aunque él me adopto hace unos ocho años aproximadamente, yo no lo supe hasta hace dos años.

¿Cómo es posible, Candy?... También te mintió a tì.

Déjame continuar.... Todo empezó un día cuando una niña de unos seis años estaba llorando en esta colina, por que su mejor amiga había sido adoptada y ella quería tener también unos padres y un apuesto príncipe le dijo "Eres más linda cuando ríes que cuando lloras"... ... ... ... Y así comenzó Candy a narrar su historia y la de Allbert.

Mientras tanto, en el Hogar de Pony, Albert miraba por la ventana y dirigía su mirada hacia la colina, rogando, "Por favor Candy convéncela, no permitas que vuelva a perderla".

Albert, ¿Desde cuándo la conoces?, ¿por qué no nos dijiste nada?.- Era Archie, que ya no podía mas, no sabia que hacer, quería ayudar a Albert, pero no sabia como.

Si Albert, cuéntanos que paso, así podrás tranquilizarte.

Esta bien Annie.

¿Se acuerdan cuando estaban en el colegio San Pablo en Londres y yo me despedí de Candy, porque quería ir a África?.

-Si, Candy nos lo contó,- dijo Patty.

Bueno, logre llegar a África y conseguí un trabajo en una reserva de animales salvajes, era la primera reserva que se creaba, los animales tenían kilómetros y kilómetros para poder vivir libremente y seguros, ya que en ese sitio estaba prohibido cazar. Mi trabajo consistía localizar animales enfermos y/o heridos y ayudar a los Veterinarios para curarlos, no es fácil tranquilizar a un elefante que tiene una herida de bala en una pata, ocasionada por un cazador furtivo.

Un día estaba yo recorriendo el terreno con mi caballo, estaba buscando un león que había sido herido por un cazador; en eso me cruce con un grupo de científicos que estaban estudiando a los leones, los puse sobre aviso del león y ellos me comentaron que estaban preocupados, porque desde hacía media hora que no sabían nada de un fotógrafo que iba con ellos, les dije que no se preocuparan que yo lo buscaría.

Me indicaron la dirección que tomó y emprendí mi camino, después de
cabalgar un rato distinguí la huella de unas botas, "debe ser el
fotógrafo", cuando empecé a seguir la huellas, distinguí también que
las de un león iban en la misma dirección, observé manchas de sangre
al lado de las huellas.

Me dí cuenta que ese era el león que estaba buscando y que esta
siguiendo al fotógrafo, me bajé del caballo y caminé silenciosamente
para que el león no me oyera, unos metros mas adelante ví al
fotógrafo, "Parece muy joven", estaba agachado, absorto, observando
algo que parecía una madriguera, miré hacia la derecha y ahí estaba el
león, el muchacho no se había dado cuenta, en eso el animal lanzo un
rugido y se disponía a atacar, no había mucho tiempo, por suerte ya
tenia el rifle preparado con el calmante, tenia que tener cuidado, le
grité al muchacho que se quedara quieto, que corriera hacia mi cuando
oyera el disparo, el león me oyó, se distrajo, yo aproveche y le
dispare el dardo, entonces el muchacho corrió, el león intento
alcanzarlo pero el calmante ya estaba haciendo efecto, se tambaleo y
cayo inconsciente.

Cuando el muchacho llegó hasta mí, me quedé sin habla, era una chica,
muy hermosa, con la carrera se le había caído el sombrero y pude ver
su melena, como desee en ese momento tocarla con mis manos, sumergir
mi cara y manos en ella, parecía una diosa, casi no podía hablar de la
carrera y lo único que decía era que esperaba no lo hubiese matado,
el león pudo haberla matado, y ella sólo estaba preocupada por el
animal, se sintió aliviada cuando le explique que solo era un
calmante.

Me sonrió, "Hola soy Samantha, pero puedes decirme Sam". "Hola, yo
soy Albert" le contesté. En ese momento llegaron los científicos junto
con el Veterinario en Jefe, el disparo los había alertado.

Desde ese día Sam me acompañaba en mis rondas, mientras yo vigilaba a
los animales, ella les tomaba fotos. Poco a poco nos fuimos
enamorando.

Después de unos meses, me llegó un telegrama de George, donde me
informaba que la Tía Elroy exigía que ya debía regresar y ocupar mi
lugar como cabeza de familia de los Andrew.

Sam había salido junto con los científicos y no volvería en una
semana, debido a la guerra no habían muchos barcos y mucho menos
directos desde África hacia América. Debía tomar un barco para Italia
que salía en dos días, sino podía perder el barco que salía desde
Londres a Chicago y no había más hasta después de tres meses.

Dejé una carta para que se la dieran a Sam, en ella le explicaba que
por asuntos familiares debía volver a América., pero que pronto le
escribiría y le prometía que volvería por ella en unos meses.

No le había dicho nada de quién era yo en realidad y no era justo
decírselo en una carta, pensaba contárselo cuando viniera a
buscarla... aborde el barco y cuando llegué a Italia me subí al tren
y... y ustedes ya saben que paso.

Tuviste el accidente y perdiste la memoria,- dijo Archie.

Si, así es.

Pero cuando la recuperaste, ¿Por qué no fuiste a buscarla?- preguntó Annie.

¿Quién dijo que no la busqué?, ¿Se acuerdan del viaje que hice el año pasado a Europa?.

¿No era un viaje de negocios?,- preguntó Archie.

No, esa era la excusa que le dì a la Tìa Elroy, no quería que supiera el verdadero motivo, se imaginan lo que hubiese dicho si se entera que voy tras una fotógrafa, sin fortuna y sin un nombre distinguido. No quería que pasara lo mismo que con Candy.

Le daría un infarto,- dijo Patty.

Cuando llegue a África, no quedaba nadie del equipo de científicos, el Doctor me dijo que ella me estuvo esperando, pero que se había enterado del accidente del tren y tomó el primer barco para Italia, y no la volvió a ver más, logré encontrar en Londres a uno de los Científicos y me dijo que no la volvieron a ver desde que se separaron en África.

Le pregunté si sabia dónde podía encontrarla, y me respondió que no,
también me contó como la conoció.

Un día antes de partir hacia África su fotógrafo se había enfermado y
no pudieron encontrar quien lo reemplazara, ya en el barco, vieron a
Sam tomando unas fotos en la cubierta y le preguntaron si le
interesaba el trabajo, ella acepto de inmediato, lo único que les dijo
fue su nombre Samantha Anderson.

Albert no se había dado cuenta, pero mientras hablaba, Candy y Sam habían entrado y les pidieron a los demás con señas que no dijeran nada. Albert seguía contando:

- Contraté a unos investigadores para buscarla, pero no hubo
suerte, revisaron la lista de pasajeros del barco donde la conocieron
los científicos y no aparecía registrada, tampoco en los barcos que
partieron de África, nadie conocía a una fotógrafa llamada Samantha
Anderson, era como si la tierra se la hubiera tragado, como si nunca
hubiese existido...

... Cuando me entere del accidente del tren, utilice la influencia de mi familia y conseguí pasaje en el primer barco que iba hacia Italia, no me preguntes como, pero sabia que tu ibas en ese tren y que te había pasado algo....

Albert volteó para ver quién había hablado, aun cuando lo sabia de sobra... y vio a Sam.

Candy, lo lograste. -. Candy solo asintió, con la cabeza y sonrío, mientras que Albert corría a abrazar a Sam.

Sam, juro por lo más sagrado que te busqué, por todas partes.

Lo sé Albert, ahora lo sé, ¿podrás perdonarme?.

No tengo nada que perdonar, eres tú quien debe perdonarme a mí, si te hubiera dicho desde un principio quien soy, esto nunca hubiera pasado.

Pero Albert, tampoco te dije quien era yo, por eso cuando Candy me explicó por qué ocultabas tu verdadero nombre, entendí que yo había hecho lo mismo.

¿Qué quieres decir, Sam?

Mi nombre completo es Samantha Sthepanos Anderson.

¿Sthepanos? , Un momento, ese nombre lo conozco, no tendrás que ver con Adriano Sthepanos Creto, el dueño de una de las navieras más grande de Europa,- exclamó Archie.

Si, es mi Padre, por eso uso el apellido de mi Madre que es Inglesa, aunque estoy muy orgullosa de él y de lo que ha logrado, yo quiero también hacer las cosas por mi misma y no por ser hija de quien soy.

Pero Sam, ¿Dónde estabas? No hay muchas mujeres fotógrafas, y te buscamos por todas partes.

Sí, menos en un sitio,

¿En dónde?

En la guerra - contestó- Cuando llegue a Italia, vi como había quedado el tren, me entere que en el viajaban soldados y que había sido un atentado, quede tan horrorizada, con lo que vi, que me dije que el mundo debía saber.

Mientras te buscaba, fui conociendo a los soldados, ellos me contaban
sus historias, muchas eran tristes, otras llenas de esperanza, así que
me quede con ellos, visite todos los campamentos y los hospitales de
campaña, tenia la esperanza, que tal vez encontraría algún soldado que
te hubiese visto en el tren y se acordara di ti.

Por dos años te estuve buscando, nadie te conocía, muchos cuerpos
quedaron irreconocibles, decían que tú podías ser uno de ellos, yo no
quería creerlo.

Fue horrible, pasaron tantas cosas ...

De repente Sam comenzó a llorar. Albert se le acercó y la abrazó.

- Tranquila mi amor, ahora estamos juntos y ya nada podrá separarnos.

Albert te extrañé tanto,- dijo Sam abrazándolo.- No podía más, ya no sabia que hacer. Mi Padre me envió un telegrama, el y mi madre hacia dos años que se mudaron a Chicago, estaba preocupado por mí, la guerra no terminaba y me pidió que fuera a vivir con ellos. Si quería seguir siendo reportera no había problemas, él me apoyaría, al periódico de Chicago le habían gustado mis artículos y querían que trabajara para ellos.

Así que regrese y quien diría que en ese Hospital conocería a un ángel
que te traería de vuelta a mí.

Hay algo que no entiendo,- preguntó Tom.- Albert nos contó que los detectives buscaron en las listas de pasajeros de los barcos y tú no aparecías registrada.

Si es verdad, lo que pasa es que viaje en los barcos de mi padre, por
eso no salía en la lista de pasajeros, además el Capitán y la
tripulación tienen ordenes de que por ningún motivo pueden informar
si alguien de la familia esta viajando en el barco, debido a que hace
unos años intentaron secuestrar a mi hermano que viajaba con mi madre.

Con razón no te encontraron,- comento Archie.

Albert volvía a abrazar y besar a Sam.

Sam te quiero tanto, aun cuando no tenía memoria, sabia que había un vacío dentro de mí, tu rostro se me aparecía en sueños, no entendía quién eras, pero algo dentro de mí decía que eras parte de mi alma, y no estaría completo hasta no tenerte a mi lado.

Albert, yo creí morir cuando me dijeron que habías muerto, lo único que me mantenía viva, era la esperanza de que te encontraría.

Gracias Candy,- le dijeron los dos al mismo tiempo.

No sé que hubiese pasado, si no me detienes,- le agradecía Sam a Candy, con un fuerte abrazo.

Mi Princesa,- exclamaba Albert-, no importa lo que haga, siempre estaré en deuda contigo,- dijo tomándola de las manos.

No Albert, yo soy la que esta en deuda contigo y si esta en mis manos, haré hasta lo imposible para que seas feliz,- le contestó ella besándolo en la mejilla.

Timy que paso,- gritó la hermana María, a uno de los niños del hogar-, que acababa de entrar.

Todos se voltearon y vieron la cara del niño toda cubierta de chocolate y con una gran sonrisa.

La señorita trajo un torta de chocolate,- señalando a Sam-, pero se rompió cuando la dejo caer al piso, intentamos recoger los pedazos...explico el niño.

Candy salió corriendo y se encontró con todos los niños con la cara cubierta de chocolate, al revisar la caja, ya no quedaba nada.

Pero.... si no dejaron nada, se la comieron toda......ya van a ver cuando los atrape, -gritó Candy.

Todos lo niños del hogar comenzaron a correr y Candy iba tras ellos, gritando, van a ver...

Candy, Candy, llamaba la Srta. Pony, Candy cálmate, compórtate, ya no eres una niña.

Mi Princesa nunca cambiara, exclamo Albert con un suspiro, abrazando a Sam de la cintura y viendo a Candy correr tras los niños.

Vamos niños, no dejen que los alcance,- aupaban Tom y Jimmy.

Tú puedes Candy,- gritaba Archie.

Le decimos a Candy, que tengo otra torta en el auto, Albert.

No te preocupes, aunque los alcance no les hará nada, pero será mejor que la traigas y comamos antes de que nos vea, sino ella se la comerá toda.

Al finalizar la tarde, ya todos estaban cansados y llenos de dulces, era hora de irse y regresar a la ciudad.

Albert no quería separarse de Sam. Prometieron encontrarse al día siguiente.