La vida Ofrece una 2da. Oportunidad
Por Loly Sayol
Capitulo III
Corazón Solitario
Había pasado un mes, desde que Sam y Albert se habían reencontrado, pasaban todas las tardes juntos, Candy nunca había visto tan feliz a Albert, se alegraba por él, pero al mismo tiempo se sentía triste, ya que al verlos tan enamorados, se acordaba de Terry y se daba cuenta que no había podido olvidarlo. No quería que Albert se diera cuenta, porque sabia que sé preocuparia y sé sentiria culpable.
¿Como estará Terry?, pensaba Candy, caminando por el jardín, las rosas ya habían abierto y estaba más hermoso que nunca-, será feliz, me habrá olvidado.
Arrancó una rosa y la olió mientras una lágrima descendía por su mejilla, estaba tan absorta contemplando la flor, que no oyó unos pasos que se dirigían hacia ella.
Candy, ¿Que té pasa?, dijo Albert con voz preocupada.
Candy se volteo he intento secar sus ojos, para que Albert no se diera cuenta. Pero ya era muy tarde, Albert la detuvo y con un pañuelo le seco las lagrimas.
Mi Princesa, ¿Por que lloras?, sabes que eres más linda cuando ríes que cuando lloras.
No es nada Albert, no te preocupes.
Como que no es nada, si estas llorando. Quedamos que no habría secretos entre nosotros, que nos lo contaríamos todo, Candy.
Candy levanto la cara y se quedo mirando a los ojos a Albert y corrió a abrazarlo. Ya no podía más, empezó a llorar y entre sollozos le decía,
OH Albert, lo extraño tanto,
Te refieres a Terry, ¿Verdad?.
Si, no puedo olvidarlo, te juro que lo intente.
Candy, un amor tan grande como el que tú y Terry se tienen no desaparece.
¿Tú crees, que él no me ha olvidado?.
Si él te quiere la mitad de lo que yo quiero a Sam, estoy seguro.
Pero el esta con Susana,
¿Y si él la dejara y te buscara, lo aceptarías?.
No podría, Albert, no puedo ser feliz a costa de la felicidad de otra persona.
Te entiendo, pero con esa decisión, puedes haber hecho infelices a tres personas.
¿Que quieres decir?
¿Tu serias feliz, si la persona que esta a tú lado no te ama, que lo hace por obligación?.
No, no podría, pero Susana quiere mucho a Terry, es una buena persona, Terry debe haber aprendido a quererla....
Candy, tu sabes que no se le puede ordenar al corazón a quien debe amar y a quien no.
Lo sé, pero.... ya no puedo hacer nada...
¿Si fueras a Nueva York y hablaras con Terry?.
NO......, ellos ya deben estar casados.
Pero Candy.....
No Albert, hace tiempo tome una decisión y ya es tarde para arrepentirme.
¿Pero?....
No Albert, no quiero hablar más del asunto, perdóname si te preocupe, ya se me pasara.
Verdad que las rosas están hermosas esta primavera, exclamo Candy, tratando de cambiar el tema y mostrándole la flor que tenia en la mano.
Albert asintió
- Si están más hermosas que nunca,- "Esta bien Candy", pensó Albert, "Por ahora no haré nada, pero te juro que me encargare de que seas feliz".
¿Qué es ese sobre que tienes en la mano, Albert?.
Se me había olvidado, es una invitación de parte de Sam.
¿Una invitación de Sam?, ¿Por qué tan formal?.
Bueno realmente no la envía ella, sino sus Padres.
¿Su Padres......? ahora si que no entiendo.
Tu sabes que Sam nos contó, que su familia vino a América debido a la guerra.
Sí,
Bueno, ahora que Sam esta con su familia, su Padre quiere hacer una fiesta para presentarla a la sociedad.
¡Huy!... pobrecita, a ella que no le gustan esas cosas.
Si, pero no puede contrariar a su Padre, esta muy orgulloso de ella y quiere que todo el mundo la conozca.
¿Su familia sabe lo de Uds?
Si, también quieren que formalicemos lo nuestro y la Tìa Elroy esta de acuerdo.
La Tìa Elroy, todavía me acuerdo del susto que se dio cuando supo que Uds. salían y ella creía que Sam era una simple fotógrafa.
Si, también me acuerdo, pero que rápido se recupero cuando se entero quien era su Padre.
Si, ojala en el Hospital mis pacientes se recuperaran tan rápido, riendo Candy.
Albert sonrió.
- Así me gusta verte Candy, siempre riendo......
Será mejor que regresemos, la Tìa Elroy, quiere que la acompañes a comprarse un vestido para la ocasión y tú también debes comprarte uno.
Pero Albert, tengo más vestidos de los que me puedo poner.
Si ya lo sé, pero se lo explicas tú a la Tìa Elroy, por que yo no me atrevo.
Cobarde........iré con una condición.
¿Cual?,
Que tu nos acompañes, por que si la Tìa escoge mi vestido, pareceré una viejita de noventa años.
Trato hecho, riendo Albert y colocando una mano en la cintura de Candy, tomaron rumbo a la mansión.
Por Loly Sayol
Capitulo III
Corazón Solitario
Había pasado un mes, desde que Sam y Albert se habían reencontrado, pasaban todas las tardes juntos, Candy nunca había visto tan feliz a Albert, se alegraba por él, pero al mismo tiempo se sentía triste, ya que al verlos tan enamorados, se acordaba de Terry y se daba cuenta que no había podido olvidarlo. No quería que Albert se diera cuenta, porque sabia que sé preocuparia y sé sentiria culpable.
¿Como estará Terry?, pensaba Candy, caminando por el jardín, las rosas ya habían abierto y estaba más hermoso que nunca-, será feliz, me habrá olvidado.
Arrancó una rosa y la olió mientras una lágrima descendía por su mejilla, estaba tan absorta contemplando la flor, que no oyó unos pasos que se dirigían hacia ella.
Candy, ¿Que té pasa?, dijo Albert con voz preocupada.
Candy se volteo he intento secar sus ojos, para que Albert no se diera cuenta. Pero ya era muy tarde, Albert la detuvo y con un pañuelo le seco las lagrimas.
Mi Princesa, ¿Por que lloras?, sabes que eres más linda cuando ríes que cuando lloras.
No es nada Albert, no te preocupes.
Como que no es nada, si estas llorando. Quedamos que no habría secretos entre nosotros, que nos lo contaríamos todo, Candy.
Candy levanto la cara y se quedo mirando a los ojos a Albert y corrió a abrazarlo. Ya no podía más, empezó a llorar y entre sollozos le decía,
OH Albert, lo extraño tanto,
Te refieres a Terry, ¿Verdad?.
Si, no puedo olvidarlo, te juro que lo intente.
Candy, un amor tan grande como el que tú y Terry se tienen no desaparece.
¿Tú crees, que él no me ha olvidado?.
Si él te quiere la mitad de lo que yo quiero a Sam, estoy seguro.
Pero el esta con Susana,
¿Y si él la dejara y te buscara, lo aceptarías?.
No podría, Albert, no puedo ser feliz a costa de la felicidad de otra persona.
Te entiendo, pero con esa decisión, puedes haber hecho infelices a tres personas.
¿Que quieres decir?
¿Tu serias feliz, si la persona que esta a tú lado no te ama, que lo hace por obligación?.
No, no podría, pero Susana quiere mucho a Terry, es una buena persona, Terry debe haber aprendido a quererla....
Candy, tu sabes que no se le puede ordenar al corazón a quien debe amar y a quien no.
Lo sé, pero.... ya no puedo hacer nada...
¿Si fueras a Nueva York y hablaras con Terry?.
NO......, ellos ya deben estar casados.
Pero Candy.....
No Albert, hace tiempo tome una decisión y ya es tarde para arrepentirme.
¿Pero?....
No Albert, no quiero hablar más del asunto, perdóname si te preocupe, ya se me pasara.
Verdad que las rosas están hermosas esta primavera, exclamo Candy, tratando de cambiar el tema y mostrándole la flor que tenia en la mano.
Albert asintió
- Si están más hermosas que nunca,- "Esta bien Candy", pensó Albert, "Por ahora no haré nada, pero te juro que me encargare de que seas feliz".
¿Qué es ese sobre que tienes en la mano, Albert?.
Se me había olvidado, es una invitación de parte de Sam.
¿Una invitación de Sam?, ¿Por qué tan formal?.
Bueno realmente no la envía ella, sino sus Padres.
¿Su Padres......? ahora si que no entiendo.
Tu sabes que Sam nos contó, que su familia vino a América debido a la guerra.
Sí,
Bueno, ahora que Sam esta con su familia, su Padre quiere hacer una fiesta para presentarla a la sociedad.
¡Huy!... pobrecita, a ella que no le gustan esas cosas.
Si, pero no puede contrariar a su Padre, esta muy orgulloso de ella y quiere que todo el mundo la conozca.
¿Su familia sabe lo de Uds?
Si, también quieren que formalicemos lo nuestro y la Tìa Elroy esta de acuerdo.
La Tìa Elroy, todavía me acuerdo del susto que se dio cuando supo que Uds. salían y ella creía que Sam era una simple fotógrafa.
Si, también me acuerdo, pero que rápido se recupero cuando se entero quien era su Padre.
Si, ojala en el Hospital mis pacientes se recuperaran tan rápido, riendo Candy.
Albert sonrió.
- Así me gusta verte Candy, siempre riendo......
Será mejor que regresemos, la Tìa Elroy, quiere que la acompañes a comprarse un vestido para la ocasión y tú también debes comprarte uno.
Pero Albert, tengo más vestidos de los que me puedo poner.
Si ya lo sé, pero se lo explicas tú a la Tìa Elroy, por que yo no me atrevo.
Cobarde........iré con una condición.
¿Cual?,
Que tu nos acompañes, por que si la Tìa escoge mi vestido, pareceré una viejita de noventa años.
Trato hecho, riendo Albert y colocando una mano en la cintura de Candy, tomaron rumbo a la mansión.
