La vida Ofrece una 2da. Oportunidad
Por Loly Sayol
Capitulo VI
Un encuentro desagradable
Unos días mas tarde en el Hospital Sta. Juana.
Candy estaba por terminar su turno, Adrián pasaría a buscarla para ir
a almorzar con Sam y Albert. Un grupo de enfermeras se había reunido y
estaban comentando
Pero que calladito se lo tenia Candy,- decía una
Aquí dice que la hermana del muchacho se casa también con el tutor de Candy.
Será uno de esos matrimonios arreglados que se acostumbran entre familias adineradas.
Hay viene Candy, vamos a preguntarle.
Candy, Candy, cuéntanos, ¿Cómo es él?, ¿Es muy guapo?, ¿Qué edad tiene?.
Chicas.......¿Pero que pasa?.........¿De quien están hablando?.
¿Cómo de quien?, de tu prometido.
¿Prometido?, Están locas yo no tengo ningún novio.
A no, entonces ¿Quién es el del periódico?.
¿El periódico?, Ustedes se refieren al articulo de la fiesta de compromiso.
Sì, ¿Acaso no es cierto?.
Candy recordó cuando leyó por primera vez la noticia, cómo se rieron ella y Albert.
Adrián estaba preocupado por su novia, si alguien le mostraba el articulo, seguro tendría problemas. Sam, había comentado que aunque Helena le agradaba, no seria mala idea que Candy fuera su cuñada por partida doble.
Tranquilas chicas, lo único cierto que dice el periódico es el compromiso de Albert y Sam, lo demás no se quien lo invento.
¿Estas segura Candy?.
Adrián y yo solo somos buenos amigos, más nada.
En eso se acercaba un auto tocando la bocina y llamando a Candy.
Candy, Candy,- era Adrián-. ¿Estas lista?.
Si, solo deja que me cambie el uniforme.
Esta bien te espero.
Mientras Candy se iba a cambiar el uniforme, algunas enfermeras se acercaron a hablar con Adrián.
Hola chicas, ¿Todas las enfermeras son tan bonitas como ustedes?
¿Es verdad que eres novio de Candy?,- pregunto una.
¿Por qué quieres saberlo?. ¿Acaso estas buscando uno?,- le dijo Adrián en tono seductor.
¿Pero son o no?,- pregunto otra.
Tal vez,- respondió Adrián.
Pero Candy dice que no.
Bueno, es que ella no quiere que todos lo sepan.
Ya estoy lista,- era Candy que venia corriendo.
Su carruaje la espera My Ladie.
Nos vemos chicas,- despidiéndose Candy y subiendo al auto.
Adrián ¿De qué te ríes?.
Me preguntaron si éramos novios.
Y tú ¿Qué les dijiste a las chicas?
Qué si, riéndose.
Pero ¿Por qué?, ahora no me van a dejar tranquila
Por ese mismo motivo,- no aguantando más y soltando una gran carcajada.
Eres incorregible, pero ya me desquitare.
Adrián estaciono el auto y se dirigieron al restaurante donde Albert y Sam los estaban esperando.
Hola, ¿Cómo esta mi pareja favorita?,- saludo Candy.
Muertos de hambre, por esperarlos a ustedes,- exclamo Albert
¿De que te ríes Adrián?,- pregunto Sam.
No te imaginas lo que mi hizo,- le respondió Candy.
Albert se volteo hacia Adrián.
- ¿Qué le hiciste?.
Yo nada, soy inocente hasta que se compruebe lo contrario.
Le dijo a mis compañeras del hospital que era mi novio, ahora no me van a dejar tranquila.
Albert y Sam se miraron y sonrieron. Durante el almuerzo se les acercaron varios conocidos para felicitar a Albert y a Sam, al despedirse se quedaban mirando a Candy y Adrián, cuando se alejaban comentaban si seria verdad la noticia del periódico.
Una vez finalizado el almuerzo, salieron del restaurante, cuando se estaban despidiendo ya que Candy debía ir a la clínica del Dr. Martín, un hombre de les acerco y se dirigió hacia Sam.
Caramba Samatha, que pequeño es el mundo, casi no te reconocí en el periódico, estabas muy bonita.
Sam se puso pálida cuando vio el rostro de ese hombre.
Pero Sam no me dirás que no me reconoces, soy Jack, Jack Mc. Person.
Adrián, ¿Podrías llevarme a la casa? No me siento bien.
¿Que té pasa?, - exclamo Albert preocupado.
Solo llévame a la casa, por favor Adrián
Bien vamos, nos vemos luego Candy, Albert,
Esta bien, llámanos si necesitas algo.
Lo haré Albert, no te preocupes.
Albert vio como se alejaban, se volteo para hablar con el hombre, pero ya no estaba, había desaparecido.
¿Qué habrá pasado Albert? ¿Quién será ese hombre?.
No lo sé Candy, pero estoy muy preocupado. ¿Viste cómo lo miró Sam?.
Si, podría jurar que era miedo.
Yo también pensé lo mismo.
¿Qué le habrá hecho ese hombre a Sam?.
No lo sé, pero te aseguro que lo averiguare y se me entero que le ha hecho algún tipo de daño, me las va ha pagar.
Ten cuidado Albert.
No te preocupes, vamos te llevare a la Clínica.
Candy se iba con Albert en su auto, pero no se habían dado cuenta de que otra persona había visto lo que paso con Sam. Era Eliza.
"Vaya, vaya, ¿Quién será ese hombre?, voy a seguirlo y averiguare qué tiene que ver con Samantha. Tal vez él podría ayudarme con mi problema?,- rió Eliza.
Eliza vio como el hombre entraba a un bar, miro a ambos lados de la calle para ver si había algún conocido y entro al bar. Se le acerco y lo saludo.
Hola mi nombre es Eliza Leegan y creo que tenemos una amiga en común, Samantha Sthepanos.
Mi nombre es Jack Mc. Person, pero cuando yo la conocí sé hacia llamar Samantha Anderson.
Que interesante, quisiera hablar con usted, me permite invitarle un trago.
Claro, pero mejor nos sentamos en una mesa alejada de la puerta, estaremos más cómodos y es más discreto. Una dama tan fina como Ud. No debe ser vista en un lugar como este.
Veo que nos entenderemos muy bien.
Se dirigieron a la mesa y comenzaron a hablar...
Albert había dejado a Candy en la clínica del Dr. Martín, estaba preocupado por Sam. Se dirigió a su casa.
Buenas tardes Sra. Alexandra.
Albert, que sorpresa tan agradable.
Se encuentra Samantha.
Si, Aída avísale a la Srta. Samantha que su novio viene a visitarla.
Enseguida Sra.
Por favor Albert, siéntate.
Como esta la Sra. Elroy
Muy bien gracias.
Mándale mis saludos,
Se lo diré Sra.
En ese momento regresó la sirvienta. Albert se paro mientras la interrogaba con la mirada.
Disculpe Señor, la Srta. Samantha no se siente bien y no puede recibirlo.
Albert se volteo hacia la Madre de Sam.
Por favor Sra. Alexandra, déjeme subir, necesito hablar con Sam.
¿Qué, ya tuvieron su primera pelea de novios?
Algo Así, por favor ¿Puedo?.
Esta bien, Samantha se enojara conmigo, Aída muéstrale el camino al Sr. Albert.
Sí Sra.
Gracias Sra. Alexandra,- dijo Albert tomándole la mano y besándosela.
Lo mejor de las peleas son las reconciliaciones.- Aconsejó pícaramente la madre de Sam.
¿Sr. Albert?
Si, te sigo.
Albert llego a la puerta de la habitación de Sam.
Sam, soy Albert quiero hablar contigo, puedo pasar.
Vete, no quiero hablar con nadie.
Albert se recostó de la puerta he intento abrirla, estaba cerrada con llave.
Por favor Sam, abre la puerta, tienes que decirme qué te pasa.
Ya te dije que te fueras, no quiero hablar con nadie.
Sam si no abres, tirare la puerta.
Albert sintió cuando quitaba el seguro de la puerta, aprovecho el momento y la abrió antes que volviera a colocarlo. Entro a la habitación cerrando la puerta una vez dentro.
Por favor, Albert vete.
No puedo Sam, tienes que decirme que té pasa.
Albert estaba preocupado, Sam no se veía bien, estaba muy pálida y tenia los ojos rojos de tanto llorar. Se le acerco he intento abrazarla.
- Sam yo te amo, sea lo que sea que té esta pasando, lo solucionaremos juntos.
Albert no puedes amarme, no te merezco.
No entiendo Sam, todo iba muy bien entre nosotros hasta que apareció ese hombre, ¿Quién es, que te hizo?.
Albert por favor, no me hagas recordar, vete.- le dijo empujándolo y alejándose de él.
No, ya te lo advertí, no pienso perderte nuevamente, no me moveré de aquí hasta que hablemos.
Esta bien, pero si después de oírme no quieres seguir conmigo lo entenderé.
No hay nada en este mundo que haga que yo deje de quererte. Por favor, dime.
Hace unos seis meses conocí en Italia a Jack Mc Person, él se había ofrecido ayudarme a buscarte, había estado asignado junto con su pelotón para proteger la estación de tren de un pueblo que quedaba a unos kilómetros del lugar donde fue el accidente del tren.
Me contó que antes que el tren tuviera el accidente se había bajado un
hombre en esa estación y por la descripción parecías ser tú. Se
acordaba muy bien porque unos diez minutos después se oyó una
explosión muy grande, luego se enteraron lo que le había pasado al
tren. El recordaba haber comentado la suerte que había tenido ese tipo
al bajarse, mientras todos se preguntaron si había tenido que ver con
la explosión.
Se ofreció a acompañarme, ya que la zona era peligrosa, cuando
llegamos al pueblo nos separamos y comenzamos a preguntar si alguien
te conocía o te había visto, llevaba como una hora caminando por el
pueblo cuando me encontré con Jack. Tenia noticias, había hablado con
un hombre que te conocía, le dijo que estabas trabajando en una granja
que quedaba a dos horas del pueblo.
Jack había pedido prestada una carreta a un conocido que tenia en el
pueblo y emprendimos el camino, hacia mucho frió y no se veía nadie
por la vía, de repente Jack dirigió la carreta fuera del camino y tomo
un sendero. Le pregunte si era la entrada a la granja, pero no
respondió. Volví a preguntarle y al ver que no decía nada, me
preocupe, le advertí que me bajaría de la carreta si no me respondía.
Se me quedo mirando, saco una pistola, sonrió y dijo.
- Hace mucho frió, vamos a divertirnos un poco, así entraremos en calor.
Yo le pregunte que era lo que se proponía. Soltó una carcajada y
respondió:
- ¿Qué crees tú?.
En ese momento el caballo piso una piedra y perdió el paso, eso hizo
que la carreta se sacudiera. Antes que pudiera él reaccionar, salte de
la carreta y me aleje corriendo. El salió tras de mí gritando que si
no me detenía, dispararía. Empecé a correr más rápido, llegue a un
rió, estaba congelado, cuando me disponía a cruzarlo él me alcanzo.
Agarró mi brazo, yo intente soltarme.
- Así me gustan, fieras para poder domarlas. Decía
Me apunto con la pistola, si no me quedaba quieta me mataría, en
cambio si era buena me perdonaría la vida. Me tiro sobre la nieve y se
lanzo sobre mí, luchaba para quitármelo de encima pero no podía, era
mas fuerte y pesado que yo. Grite pidiendo ayuda, él coloco una mano
sobre mi boca y empezó a desgarrarme el vestido con la otra. Sentí la
nieve cuando toco la piel desnuda de mi cuerpo, sus manos recorrían
mis pechos y no paraba de besarme, estaba desesperada, no sabia que
hacer, entonces mordí con todas mi fuerzas su mano, mis dientes
penetraban su piel, comenzó a manar sangre de la herida, me soltó y
grito de dolor, yo aproveche gritando pidiendo ayuda, me golpeo el
rostro para que me callara. Unos soldados patrullaban la zona cuando
oyeron mis gritos, fueron en mi ayuda y él los oyó, salió huyendo,
cuando los soldados llegaron a donde yo estaba, el ya había
desaparecido, me encontraron inconsciente y semi desnuda en la nieve.
Me trasladaron a un hospital de campaña cercano, mientras organizaban
un grupo para ir en su busca, no lograron encontrarlo, había
desaparecido, luego me entere que había sido expulsado del ejercito
ingles por borracho y mala conducta.
Cuando me recupere, intente seguir con mi trabajo, pero no podía,
tenia miedo de ir sola, creía verlo en todas partes. Fue cuando recibí
el telegrama de mi Padre pidiéndome que fuera a vivir con ellos, así
que tome mi maleta hice el equipaje y me subí en el primer barco que
saliera. Pensé que ya lo había superado, pero cuando lo volví a ver
esta mañana, todos los recuerdos de ese día regresaron a mi mente.
Eso fue lo que paso, si no me quieres volver a ver, lo entenderé.
Aunque no llego a violarme, sé que la sociedad diría que fue mi culpa
y yo lo incite, así que no seria una esposa adecuada para un hombre de
tu posición.
Albert había oído la historia en silencio, se paró y se dirigió hacia a la puerta. Sam, no podía creerlo Albert se iba, ¿Acaso es que su amor no era tan fuerte como decía?.
De repente Albert lanzo un puñetazo contra la puerta.
¡Todo por mi culpa!,- sollozaba con furia contenida, si Jack Mc Person hubiera estado en ese momento delante de él, lo habría matado.
Si hubiese esperado a que regresaras, no habría estado en ese accidente y a ti no te habría pasado nada,- le dijo a Sam con lágrimas en los ojos.
¡Todo por mi culpa!,- repitió Albert volviendo a golpear la puerta.
Sam asustada se acerco a él y lo abrazo.
- No Albert tú no tienes la culpa de nada.
Albert la abrazo muy fuerte.
- Sam yo te amo, por favor no te alejes de mí.
Albert, ¿quieres decir que aun me quieres? ¿A pesar de lo que paso?.
¿Qué si te quiero? Sin ti no puedo vivir, no podría soportar perderte de nuevo-le contestó, tomo su rostro con las manos y comenzaba a besarla.
Albert te quiero tanto, tenia miedo que si te enterabas no querrías saber más de mí.
¿Por qué?, Tú no tienes la culpa, yo soy el culpable.
No Albert, no es tu culpa,- abrazándolo y besándolo.
Sam te prometo que voy a buscar a ese tipo y pagara lo que te hizo.
Por favor, Albert no hagas ninguna locura, él no lo vale.
Pero, no puede quedar impune, además que dirá tu familia.
Ellos no lo saben, por favor no le digas nada, tu no sabes de lo que serian capaces de hacer mi Padre y mi hermano si se enteran.
Por favor, promételo.
Sam...... Yo........
Promételo.
Esta bien, pero si ese tipo se vuelve acercar a ti, debes decírmelo.
No, temo lo que podrías hacer.
Entonces iré a buscarlo.
No, por favor, te prometo que te avisare.
Será mejor que te arregles, tu familia no debe verte así.
¿Mi familia?, ¿Qué les diremos que paso? No pueden saber la verdad.
No te preocupes, tu madre piensa que tuvimos nuestra primera pelea de novios. Así, que les dejaremos creer eso.
Les diremos que ya nos reconciliamos.
Hablando de reconciliaciones, tu madre me dio unos consejitos...- la agarró por la cintura, acercándola a él, le tomo la barbilla y empezó a besarla suavemente en los labios.
Sam rió divertida, rodeando su cuello con las manos.
Por Loly Sayol
Capitulo VI
Un encuentro desagradable
Unos días mas tarde en el Hospital Sta. Juana.
Candy estaba por terminar su turno, Adrián pasaría a buscarla para ir
a almorzar con Sam y Albert. Un grupo de enfermeras se había reunido y
estaban comentando
Pero que calladito se lo tenia Candy,- decía una
Aquí dice que la hermana del muchacho se casa también con el tutor de Candy.
Será uno de esos matrimonios arreglados que se acostumbran entre familias adineradas.
Hay viene Candy, vamos a preguntarle.
Candy, Candy, cuéntanos, ¿Cómo es él?, ¿Es muy guapo?, ¿Qué edad tiene?.
Chicas.......¿Pero que pasa?.........¿De quien están hablando?.
¿Cómo de quien?, de tu prometido.
¿Prometido?, Están locas yo no tengo ningún novio.
A no, entonces ¿Quién es el del periódico?.
¿El periódico?, Ustedes se refieren al articulo de la fiesta de compromiso.
Sì, ¿Acaso no es cierto?.
Candy recordó cuando leyó por primera vez la noticia, cómo se rieron ella y Albert.
Adrián estaba preocupado por su novia, si alguien le mostraba el articulo, seguro tendría problemas. Sam, había comentado que aunque Helena le agradaba, no seria mala idea que Candy fuera su cuñada por partida doble.
Tranquilas chicas, lo único cierto que dice el periódico es el compromiso de Albert y Sam, lo demás no se quien lo invento.
¿Estas segura Candy?.
Adrián y yo solo somos buenos amigos, más nada.
En eso se acercaba un auto tocando la bocina y llamando a Candy.
Candy, Candy,- era Adrián-. ¿Estas lista?.
Si, solo deja que me cambie el uniforme.
Esta bien te espero.
Mientras Candy se iba a cambiar el uniforme, algunas enfermeras se acercaron a hablar con Adrián.
Hola chicas, ¿Todas las enfermeras son tan bonitas como ustedes?
¿Es verdad que eres novio de Candy?,- pregunto una.
¿Por qué quieres saberlo?. ¿Acaso estas buscando uno?,- le dijo Adrián en tono seductor.
¿Pero son o no?,- pregunto otra.
Tal vez,- respondió Adrián.
Pero Candy dice que no.
Bueno, es que ella no quiere que todos lo sepan.
Ya estoy lista,- era Candy que venia corriendo.
Su carruaje la espera My Ladie.
Nos vemos chicas,- despidiéndose Candy y subiendo al auto.
Adrián ¿De qué te ríes?.
Me preguntaron si éramos novios.
Y tú ¿Qué les dijiste a las chicas?
Qué si, riéndose.
Pero ¿Por qué?, ahora no me van a dejar tranquila
Por ese mismo motivo,- no aguantando más y soltando una gran carcajada.
Eres incorregible, pero ya me desquitare.
Adrián estaciono el auto y se dirigieron al restaurante donde Albert y Sam los estaban esperando.
Hola, ¿Cómo esta mi pareja favorita?,- saludo Candy.
Muertos de hambre, por esperarlos a ustedes,- exclamo Albert
¿De que te ríes Adrián?,- pregunto Sam.
No te imaginas lo que mi hizo,- le respondió Candy.
Albert se volteo hacia Adrián.
- ¿Qué le hiciste?.
Yo nada, soy inocente hasta que se compruebe lo contrario.
Le dijo a mis compañeras del hospital que era mi novio, ahora no me van a dejar tranquila.
Albert y Sam se miraron y sonrieron. Durante el almuerzo se les acercaron varios conocidos para felicitar a Albert y a Sam, al despedirse se quedaban mirando a Candy y Adrián, cuando se alejaban comentaban si seria verdad la noticia del periódico.
Una vez finalizado el almuerzo, salieron del restaurante, cuando se estaban despidiendo ya que Candy debía ir a la clínica del Dr. Martín, un hombre de les acerco y se dirigió hacia Sam.
Caramba Samatha, que pequeño es el mundo, casi no te reconocí en el periódico, estabas muy bonita.
Sam se puso pálida cuando vio el rostro de ese hombre.
Pero Sam no me dirás que no me reconoces, soy Jack, Jack Mc. Person.
Adrián, ¿Podrías llevarme a la casa? No me siento bien.
¿Que té pasa?, - exclamo Albert preocupado.
Solo llévame a la casa, por favor Adrián
Bien vamos, nos vemos luego Candy, Albert,
Esta bien, llámanos si necesitas algo.
Lo haré Albert, no te preocupes.
Albert vio como se alejaban, se volteo para hablar con el hombre, pero ya no estaba, había desaparecido.
¿Qué habrá pasado Albert? ¿Quién será ese hombre?.
No lo sé Candy, pero estoy muy preocupado. ¿Viste cómo lo miró Sam?.
Si, podría jurar que era miedo.
Yo también pensé lo mismo.
¿Qué le habrá hecho ese hombre a Sam?.
No lo sé, pero te aseguro que lo averiguare y se me entero que le ha hecho algún tipo de daño, me las va ha pagar.
Ten cuidado Albert.
No te preocupes, vamos te llevare a la Clínica.
Candy se iba con Albert en su auto, pero no se habían dado cuenta de que otra persona había visto lo que paso con Sam. Era Eliza.
"Vaya, vaya, ¿Quién será ese hombre?, voy a seguirlo y averiguare qué tiene que ver con Samantha. Tal vez él podría ayudarme con mi problema?,- rió Eliza.
Eliza vio como el hombre entraba a un bar, miro a ambos lados de la calle para ver si había algún conocido y entro al bar. Se le acerco y lo saludo.
Hola mi nombre es Eliza Leegan y creo que tenemos una amiga en común, Samantha Sthepanos.
Mi nombre es Jack Mc. Person, pero cuando yo la conocí sé hacia llamar Samantha Anderson.
Que interesante, quisiera hablar con usted, me permite invitarle un trago.
Claro, pero mejor nos sentamos en una mesa alejada de la puerta, estaremos más cómodos y es más discreto. Una dama tan fina como Ud. No debe ser vista en un lugar como este.
Veo que nos entenderemos muy bien.
Se dirigieron a la mesa y comenzaron a hablar...
Albert había dejado a Candy en la clínica del Dr. Martín, estaba preocupado por Sam. Se dirigió a su casa.
Buenas tardes Sra. Alexandra.
Albert, que sorpresa tan agradable.
Se encuentra Samantha.
Si, Aída avísale a la Srta. Samantha que su novio viene a visitarla.
Enseguida Sra.
Por favor Albert, siéntate.
Como esta la Sra. Elroy
Muy bien gracias.
Mándale mis saludos,
Se lo diré Sra.
En ese momento regresó la sirvienta. Albert se paro mientras la interrogaba con la mirada.
Disculpe Señor, la Srta. Samantha no se siente bien y no puede recibirlo.
Albert se volteo hacia la Madre de Sam.
Por favor Sra. Alexandra, déjeme subir, necesito hablar con Sam.
¿Qué, ya tuvieron su primera pelea de novios?
Algo Así, por favor ¿Puedo?.
Esta bien, Samantha se enojara conmigo, Aída muéstrale el camino al Sr. Albert.
Sí Sra.
Gracias Sra. Alexandra,- dijo Albert tomándole la mano y besándosela.
Lo mejor de las peleas son las reconciliaciones.- Aconsejó pícaramente la madre de Sam.
¿Sr. Albert?
Si, te sigo.
Albert llego a la puerta de la habitación de Sam.
Sam, soy Albert quiero hablar contigo, puedo pasar.
Vete, no quiero hablar con nadie.
Albert se recostó de la puerta he intento abrirla, estaba cerrada con llave.
Por favor Sam, abre la puerta, tienes que decirme qué te pasa.
Ya te dije que te fueras, no quiero hablar con nadie.
Sam si no abres, tirare la puerta.
Albert sintió cuando quitaba el seguro de la puerta, aprovecho el momento y la abrió antes que volviera a colocarlo. Entro a la habitación cerrando la puerta una vez dentro.
Por favor, Albert vete.
No puedo Sam, tienes que decirme que té pasa.
Albert estaba preocupado, Sam no se veía bien, estaba muy pálida y tenia los ojos rojos de tanto llorar. Se le acerco he intento abrazarla.
- Sam yo te amo, sea lo que sea que té esta pasando, lo solucionaremos juntos.
Albert no puedes amarme, no te merezco.
No entiendo Sam, todo iba muy bien entre nosotros hasta que apareció ese hombre, ¿Quién es, que te hizo?.
Albert por favor, no me hagas recordar, vete.- le dijo empujándolo y alejándose de él.
No, ya te lo advertí, no pienso perderte nuevamente, no me moveré de aquí hasta que hablemos.
Esta bien, pero si después de oírme no quieres seguir conmigo lo entenderé.
No hay nada en este mundo que haga que yo deje de quererte. Por favor, dime.
Hace unos seis meses conocí en Italia a Jack Mc Person, él se había ofrecido ayudarme a buscarte, había estado asignado junto con su pelotón para proteger la estación de tren de un pueblo que quedaba a unos kilómetros del lugar donde fue el accidente del tren.
Me contó que antes que el tren tuviera el accidente se había bajado un
hombre en esa estación y por la descripción parecías ser tú. Se
acordaba muy bien porque unos diez minutos después se oyó una
explosión muy grande, luego se enteraron lo que le había pasado al
tren. El recordaba haber comentado la suerte que había tenido ese tipo
al bajarse, mientras todos se preguntaron si había tenido que ver con
la explosión.
Se ofreció a acompañarme, ya que la zona era peligrosa, cuando
llegamos al pueblo nos separamos y comenzamos a preguntar si alguien
te conocía o te había visto, llevaba como una hora caminando por el
pueblo cuando me encontré con Jack. Tenia noticias, había hablado con
un hombre que te conocía, le dijo que estabas trabajando en una granja
que quedaba a dos horas del pueblo.
Jack había pedido prestada una carreta a un conocido que tenia en el
pueblo y emprendimos el camino, hacia mucho frió y no se veía nadie
por la vía, de repente Jack dirigió la carreta fuera del camino y tomo
un sendero. Le pregunte si era la entrada a la granja, pero no
respondió. Volví a preguntarle y al ver que no decía nada, me
preocupe, le advertí que me bajaría de la carreta si no me respondía.
Se me quedo mirando, saco una pistola, sonrió y dijo.
- Hace mucho frió, vamos a divertirnos un poco, así entraremos en calor.
Yo le pregunte que era lo que se proponía. Soltó una carcajada y
respondió:
- ¿Qué crees tú?.
En ese momento el caballo piso una piedra y perdió el paso, eso hizo
que la carreta se sacudiera. Antes que pudiera él reaccionar, salte de
la carreta y me aleje corriendo. El salió tras de mí gritando que si
no me detenía, dispararía. Empecé a correr más rápido, llegue a un
rió, estaba congelado, cuando me disponía a cruzarlo él me alcanzo.
Agarró mi brazo, yo intente soltarme.
- Así me gustan, fieras para poder domarlas. Decía
Me apunto con la pistola, si no me quedaba quieta me mataría, en
cambio si era buena me perdonaría la vida. Me tiro sobre la nieve y se
lanzo sobre mí, luchaba para quitármelo de encima pero no podía, era
mas fuerte y pesado que yo. Grite pidiendo ayuda, él coloco una mano
sobre mi boca y empezó a desgarrarme el vestido con la otra. Sentí la
nieve cuando toco la piel desnuda de mi cuerpo, sus manos recorrían
mis pechos y no paraba de besarme, estaba desesperada, no sabia que
hacer, entonces mordí con todas mi fuerzas su mano, mis dientes
penetraban su piel, comenzó a manar sangre de la herida, me soltó y
grito de dolor, yo aproveche gritando pidiendo ayuda, me golpeo el
rostro para que me callara. Unos soldados patrullaban la zona cuando
oyeron mis gritos, fueron en mi ayuda y él los oyó, salió huyendo,
cuando los soldados llegaron a donde yo estaba, el ya había
desaparecido, me encontraron inconsciente y semi desnuda en la nieve.
Me trasladaron a un hospital de campaña cercano, mientras organizaban
un grupo para ir en su busca, no lograron encontrarlo, había
desaparecido, luego me entere que había sido expulsado del ejercito
ingles por borracho y mala conducta.
Cuando me recupere, intente seguir con mi trabajo, pero no podía,
tenia miedo de ir sola, creía verlo en todas partes. Fue cuando recibí
el telegrama de mi Padre pidiéndome que fuera a vivir con ellos, así
que tome mi maleta hice el equipaje y me subí en el primer barco que
saliera. Pensé que ya lo había superado, pero cuando lo volví a ver
esta mañana, todos los recuerdos de ese día regresaron a mi mente.
Eso fue lo que paso, si no me quieres volver a ver, lo entenderé.
Aunque no llego a violarme, sé que la sociedad diría que fue mi culpa
y yo lo incite, así que no seria una esposa adecuada para un hombre de
tu posición.
Albert había oído la historia en silencio, se paró y se dirigió hacia a la puerta. Sam, no podía creerlo Albert se iba, ¿Acaso es que su amor no era tan fuerte como decía?.
De repente Albert lanzo un puñetazo contra la puerta.
¡Todo por mi culpa!,- sollozaba con furia contenida, si Jack Mc Person hubiera estado en ese momento delante de él, lo habría matado.
Si hubiese esperado a que regresaras, no habría estado en ese accidente y a ti no te habría pasado nada,- le dijo a Sam con lágrimas en los ojos.
¡Todo por mi culpa!,- repitió Albert volviendo a golpear la puerta.
Sam asustada se acerco a él y lo abrazo.
- No Albert tú no tienes la culpa de nada.
Albert la abrazo muy fuerte.
- Sam yo te amo, por favor no te alejes de mí.
Albert, ¿quieres decir que aun me quieres? ¿A pesar de lo que paso?.
¿Qué si te quiero? Sin ti no puedo vivir, no podría soportar perderte de nuevo-le contestó, tomo su rostro con las manos y comenzaba a besarla.
Albert te quiero tanto, tenia miedo que si te enterabas no querrías saber más de mí.
¿Por qué?, Tú no tienes la culpa, yo soy el culpable.
No Albert, no es tu culpa,- abrazándolo y besándolo.
Sam te prometo que voy a buscar a ese tipo y pagara lo que te hizo.
Por favor, Albert no hagas ninguna locura, él no lo vale.
Pero, no puede quedar impune, además que dirá tu familia.
Ellos no lo saben, por favor no le digas nada, tu no sabes de lo que serian capaces de hacer mi Padre y mi hermano si se enteran.
Por favor, promételo.
Sam...... Yo........
Promételo.
Esta bien, pero si ese tipo se vuelve acercar a ti, debes decírmelo.
No, temo lo que podrías hacer.
Entonces iré a buscarlo.
No, por favor, te prometo que te avisare.
Será mejor que te arregles, tu familia no debe verte así.
¿Mi familia?, ¿Qué les diremos que paso? No pueden saber la verdad.
No te preocupes, tu madre piensa que tuvimos nuestra primera pelea de novios. Así, que les dejaremos creer eso.
Les diremos que ya nos reconciliamos.
Hablando de reconciliaciones, tu madre me dio unos consejitos...- la agarró por la cintura, acercándola a él, le tomo la barbilla y empezó a besarla suavemente en los labios.
Sam rió divertida, rodeando su cuello con las manos.
