La Vida Ofrece una 2da. Oportunidad
Capitulo XI
Entre El Amor y El Odio
El día tan esperado por Terry al fin había llegado, lo primero que hizo al llegar a Chicago fue dirigirse directo desde la estación de trenes al Hospital Sta. Juana, solo se detuvo para comprar un ramo de rosas blancas para Candy, sabia que eran sus favoritas. Estaba nervioso, quería ver a Candy, hablar con ella y comprobar si aun lo amaba. En la entrada del hospital se cruzo con una enfermera y logro averiguar a que hora terminaba su turno
Decidió esperarla, se coloco detrás de un arbol, asì él podría verla en cuanto saliera, pero ella no lo vería. Llevaba una hora esperando cuando vio a Candy, Terry estaba emocionado, ya no era aquella chiquilla del colegio, ni la joven de la que se despidió en Nueva York. Era toda una mujer, nunca, ni en sus sueños más locos la había visto tan hermosa, de repente, cuando Terry se iba a acercar a Candy, apareció un auto y se detuvo delante de ella, un joven se bajo y se le acerco corriendo, la tomo de la cintura y la hizo girar en el aire.
¿ADRIAN? - grito Candy riendo - estas loco, nos vamos a caer.
¡ESTOY FELIZ CANDY! - exclamo dichoso el muchacho - volviendo a levantarla y dándole un beso cariñoso en los labios.
Terry dejo caer el ramo de rosas, no podía creer lo que veían sus ojos, se quería morir. -¡ERA VERDAD!, CANDY, ¡SU CANDY!, estaba enamorada de otro hombre. ¿Cómo era posible? - Pensó angustiado. Aunque le dolía no podía dejar de ver a Candy. Se veía tan feliz en los brazos de ese hombre.
Era tan lindo amarte,
ver la belleza de los prados
reflejada en tus pupilas.
Era tan bello amarte,
Con el temor de que el viento
Escuchara nuestro arrullo.
Pero te fuiste....
¡ADRIÁN!, ¿Pero que te ocurre? - dijo Candy confundida por el beso.
¡SOY EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO! - grito eufórico Adrián.
Terry reconoció a Adrián de la foto del periódico ¡NO PUEDE SER! - se quejo Terry en un débil gemido - ¡ERA VERDAD!, Candy se va a casar con otro - ¡OH DIOS MIO! ¡LA HE PERDIDO PARA SIEMPRE! - Exclamo Terry en un mudo grito de dolor.
Que no hubiera dado
Porque no marcharas,
Porque no abrieras tus alas
Y me dijeras adiós.
Que no hubiera dado
Porque tus anclas
Se aferraran a mi playa
Pero te fuiste...
Será mejor que te calmes y me lo expliques - dijo Candy, logrando soltarse del muchacho.
Ven sube al auto - le dijo Adrián, abriéndole la puerta, en el camino te lo explico.
¿Seguro que puedes manejar en esas condiciones?, parecería que estas un poco bebido - le pregunto Candy dudosa de sí subirse o no en el auto con él.
En ese instante Candy sintió como si alguien la estuviera observando, se volteo y miro en dirección hacia donde se encontraba Terry, él se dio cuenta justo a tiempo y se oculto detrás del árbol - Debe ser mi imaginación - pensó Candy entrando al auto.
Y un lúgubre silencio
Mi cielo cubrió
De tinieblas y oscuridad
No te preocupes Candy - le respondió Adrián cerrando la puerta y colocándose delante del volante - es el amor que me tiene embriagado.
Mientras veía alejarse el auto con la pareja, Terry sentía un fuerte dolor en el pecho, como si un puñal le atravesara el corazón, había llegado demasiado tarde. ¡OH DIOS MIO! - grito Terry mirando al cielo - ¡POR QUE ME HACES ESTO! - volvió a gritar cayendo de rodillas y golpeando el suelo con los puños.
Era tan bello
Sentir tu cuerpo
La luz de las estrellas
Reflejada en tu mirada
Y el viento se enredara
En los rizos de tu pelo
Una enfermera que estaba llegando en ese momento al hospital, se acerco preocupada a Terry.
¿Se encuentra bien Señor?
Déjeme en paz - le grito Terry empujándola y echando a correr.
Pero todo se perdió
entre la bruma del destino
en la tristeza de un adiós.
Todo lo hubiera dado
Porque no marcharas
Pero te fuiste....
La enfermera recogió el ramo de rosas y se quedo viendo como Terry de alejaba - Qué tipo más extraño - comento la chica.
Bien Adrián ¿Podrías explicarme que té pasa? - le pregunto Candy preocupada
Toma lee este telegrama - le respondió Adrián entregándole un papel.
MI AMADO ADRIAN
AL FIN TERMINE MIS ESTUDIOS. EL 15 DE AGOSTO MI BARCO LLEGA A NUEVA
YORK. PRONTO ESTARE ENTRE TUS BRAZOS.
CON TODO MI AMOR
HELENA Vaya - exclamo Candy - con razón estas tan feliz
Todavía no puedo creerlo - exclamo el muchacho emocionado
Al fin conoceré a Helena, tengo tantas cosas que platicar con ella - comento Candy sonriendo traviesa.
¿QUÉ? - Adrián detuvo el auto de golpe, se volteo y le pregunto preocupado a Candy - ¿Qué quieres decir Candy?.
¡Bueno...! - dijo Candy, mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa picara - Creo que tengo la obligación de contarle a Helena como te has estado portando, además se me ocurre que debería hacer una reunión en mi casa para darle la bienvenida y así poder presentarle a todas tus enamoradas - le respondió Candy riendo al ver la cara de angustia que ponía muchacho.
¿TU NO SERIAS CAPAZ? - exclamo desesperado Adrián - Se supone que somos buenos amigos. ¿Tu no le harías eso a un amigo? ¿VERDAD CANDY? - le pregunto tomando las dos manos de Candy entre las suyas.
¡AMIGOS! - dijo Candy liberando sus manos y cruzando los brazos sobre el pecho, fingiendo estar enojada, - y todas esas bromas pesadas que siempre haces a mi costa.
Perdóname Candy - le rogó Adrián - te juro que no lo volveré hacer, pero no le digas nada a Helena, no se que haría si la perdiera.
Tranquilo Adrián - le dijo Candy para calmarlo - solo era una broma.
¿Una broma? - exclamo el muchacho dudoso de sí creerle o no.
Me has jugada tantas bromas pesadas que no pude evitar desquitarme - le dijo Candy sacándole la lengua y guiñándole un ojo.
¡Vaya! - suspiro aliviado Adrián - me ganaste, te prometo que de ahora en adelante no te gastare mas bromas - le prometió Adrián guiñándole también un ojo, pero Candy no se dio cuenta que él tenia la mano derecha escondida y había cruzado los dedos al momento de hacer la promesa - El que ríe al ultimo........ - pensó el muchacho sonriendo y poniendo el auto en marcha.
Mientras tanto al otro lado de la ciudad, en la cafetería cercana al Periódico donde trabaja Samantha.
Debes darme más tiempo Jack - le suplicaba Samantha - yo no tengo tanto dinero.
Por favor Samantha, me vas a decir que la hija del millonario Adriano Sthepanos Creto, no tiene dinero - le respondió Jack con ironía.
Ya te lo dije, siempre he sido muy independiente y solo tengo el dinero que gano como periodista.
Pídeselo a tu Padre, no creo que el te lo niegue.
Estoy segura que me lo daría, pero ese no es el problema.
¿Entonces?
Es que tendría que explicarle para que necesito tanto dinero.
¡Vaya!, Así que la Princesita no quiere que su Papá se entere - dijo Jack burlándose - bien te propongo un trato. En la fiesta té vi usando unos pendientes de diamantes y si no me equivoco deben pertenecer a un juego ¿Verdad?.
Si, ¿Pero que te propones? - le pregunto Sam, aunque ya sabia la respuesta.
Si no puedes entregarme el dinero, como un favor muy especial, aceptare las joyas - le contesto Jack sonriendo maliciosamente.
¡PERO! Esas joyas eran de mi abuela, no puedo dártelas - exclamo Samantha angustiada - además valen mucho mas que el dinero que tu pides.
Tu decides Samantha querida - le respondió Jack levantándose de la mesa - me entregas el dinero o las joyas.
Pero...
Tienes hasta mañana - dijo Jack agarrandole la mano a Samantha, coloco sus labios sobre la palma de la mano de ella y la beso.
Samantha retrocedió con asco, logrando liberar su mano
Jack sonrió, le dirigió una mirada felina a Sam y le dijo casi en un susurro - te estaré esperando en mi apartamento mañana en la noche, no lo olvides,. Adiós mi querida Samantha.
Samantha lo vio alejarse y un estremecimiento de terror recorrió todo su cuerpo.
Samantha y Jack no se habían dado cuenta pero dos pares de ojos los habían estado observando. Uno era el detective que había contratado Albert para vigilar a Jack, el hombre se encontraba al otro lado de la calle tomándoles fotos, pero el otro par, era el más peligroso.
Eliza estaba sentada a dos mesas detrás de ellos, no la habían visto debido a que unos jarrones con flores la ocultaban, pero ella si había logrado oír toda la conversación.
Ya sabia que no eras de fiar Jack - pensó Eliza - pero no crean que podrán burlarse de mi tan fácilmente, acabas de cometer el peor error de tu vida Samantha.
-----------o-----------
Le estoy muy agradecido detective Patherson, por favor manténgame informado - Albert colgó el teléfono, se paro de su silla y se fue hacia la ventana.
¿Qué te dijo el detective, Albert? - le pregunto George preocupado a su amigo.
Samantha se volvió a reunir con Mc Person - le contesto Albert .
¡Otra Vez! - exclamo George sorprendido - pero si es la segunda vez que se encuentran esta semana. No entiendo, ¿Porque la Srta. Samantha se esta viendo con ese individuo?.
Yo tampoco lo entiendo - le respondió Albert desanimado, dejándose caer en un sillón - lo peor es que desde el día de campo, casi no he podido hablar con ella, es como si me estuviera evitando - termino diciendo Albert cada vez más deprimido.
¿Acaso paso algo más entre Uds. ese día? - le pregunto George intrigado - por que no me creo que la Srta. Samantha sea ese tipo de personas que termine una relación solo por haber perdido una carrera.
Albert se quedo viendo a su fiel amigo y confidente y asintió con la cabeza - Tienes razón George, pero por el momento no te puedo decir nada. Esto es algo que Samantha y yo debemos solucionar solos.
Disculpa Albert , no quiero que pienses que soy un entrometido.
No te preocupes George - le dijo Albert levantándose y colocando sus manos sobre los hombros de su amigo - se que siempre he podido contar con tu apoyo y consejos.
Tu sabes que yo siempre estaré cada vez que me necesites y si puedo ayudarte en algo, puedes confiar en mi.
Te prometo que en cuanto pueda te contare todo - dijo Albert dirigiéndose hacia el escritorio y agarrando un sobre - Mañana llevare a Candy al teatro, le tengo una sorpresa y Adrián me prometió que se encargaría de convencer a Samantha para que fuera con él al teatro, así podremos hablar y solucionar este problema de una vez por todas.
Estas seguro que la Srta. Candy deba ir al teatro, seria como abrir viejas heridas.
Ya lo sé, pero es hora que Candy se enfrente a su pasado y cierre esa puerta de una vez por todas, si no, nunca lograra ser feliz y yo jamás me lo perdonare.
¡Albert! - exclamo sorprendido George - no me digas que te sientes responsable de lo que le paso a Candy.
Si yo no la hubiese enviado a Inglaterra, ella no habría conocido a Terry. Tal vez debí haberla dejado en el Hogar de Pony, como ella quería
Pero si lo hiciste por el bien de ella y para que se recuperara de la muerte de Anthony
Si, lo se, pero al final el remedio fue peor que la enfermedad - río Albert con tristeza
Pero Albert...
Por favor George no quiero hablar más sobre el tema , deseo estar solo un rato.
Esta bien, si necesitas algo llámame - le contesto George dirigiéndose hacia la puerta.
Lo haré. ..... ¡George!.
¿Sí?
Gracias por todo.
No hay problema Albert, para eso están los amigos - dijo George antes de salir y cerrar la puerta.
Albert se quedo sentado en su escritorio observando una foto de Samantha - No quiero perderte a ti también mi amor? - pensó Albert, mientras una lagrima luchaba por salir.
-----------o-----------
¡TERRY! - exclamo Robert Hathaway - me tenias angustiado ¿Dónde has estado?, Son las 2:00 de la mañana, ¿Pero que te paso muchacho?.
Por favor Robert, déjame solo - le pidió Terry entrando a su habitación.
¡Cómo que te deje solo! - le dijo Robert preocupado - Si esta mañana cuando bajaste del tren, parecía que estabas muy contento y ahora luces como si alguien muy cercano a ti se hubiera muerto y ese aliento ¿Has estado bebiendo?.
Robert, te lo pido déjame solo, por favor.
No señor - le dijo molesto el empresario - a ti té pasa algo y no me iré de aquí hasta que me lo hayas contado todo, además esta noche es el estreno de la obra y por como luces, no creo que estés en condiciones de actuar, así que date una ducha con agua fría, mientras yo llamo que nos suban una jarra de café bien cargado, vamos - le decía Roberth mientras obligaba a Terry entrar en la ducha con todo y ropa y abría el chorro del agua fría.
¡AHARRRG! - grito Terry al sentir el agua helada en el rostro.
Después de media hora, Terry salió de la ducha con una toalla alrededor de la cintura y secándose el cabello con otra, Robert le sirvió una taza de café bien caliente y lo invito a sentarse.
Bien Terry, ¿Qué te paso?, hacia tiempo que no te veía así, ni siquiera cuando Susana te dejo y esta mañana te veías tan feliz.
Terry no contesto, se quedo contemplando la taza de café, después de un rato dijo en voz muy baja.
Fui a verla.
¿A Candy? - le pregunto Robert
Si.
¿Qué te dijo?
Estaba con otro - dijo Terry abatido - el anuncio del periódico es verdad.
¿Pero hablaste con ella?, le dijiste que aun la amas.
No pude.
¿Cómo?, o sea que Candy no sabe que ya eres libre. Aun hay tiempo si se lo dices, tal vez ella termine con ese tipo y vuelva contigo.
No creo que sirva de nada, basta con verlos juntos para darte cuenta que se quieren - dijo Terry levantándose de la silla, se acerco a su maleta, la abrió y saco una carta.
¿Qué vas a hacer con la carta de Susana, Terry?
Terry tomo el sobre con las dos manos y cuando iba a romperlo, Roberth se levanto y con rapidez logro arrebatársela de las manos.
¡Roberth!, dame la carta. - le exigió Terry
No señor - le contesto Roberth - no permitiré que lo hagas, en estos momentos no estas bien y estoy seguro que mas tarde te arrepentirás.
Pero es que no entiendes - exclamo Terry dolido - ya es muy tarde la he perdido para siempre y esa carta no hará ninguna diferencia.
Escúchame bien muchacho, no estas en condiciones de tomar ninguna decisión, yo me quedare con la carta - dijo Robert guardando el sobre en su chaleco - y tu te vas a descansar. Cuando despiertes y tengas la mente más despejada podrás tomar las decisiones que quieras y ver que haces con tu vida - dijo Robert mientras salía de la habitación.
Cuando Robert salió, Terry se quito la toalla de la cintura y se tumbo en la cama boca arriba. ¿Será posible que Roberth tenga razón?, Candy te veías tan hermosa. - pensaba Terry mientras se quedaba dormido.
-----------o-----------
Vamos Princesa, se nos hace tarde - llamaba Albert, golpeando en la puerta de la habitación de Candy.
Ya estoy lista - dijo Candy abriendo la puerta - Apenas llegue hace una hora, es que hubo mucho trabajo en la Clínica del Dr. Martín.
Bueno al menos valió la pena la espera, estas hermosísima - exclamo Albert admirando a su pupila.
Candy lucia un precioso vestido blanco con encajes en forma de rosas rosadas, parecía una princesa salida de un cuento de hadas.
Y tu estas muy elegante mi Príncipe - dijo Candy besándolo en la mejilla y tomando el brazo que Albert le ofrecía.
Lastima que Annie y Archie no puedan acompañarnos esta noche - decía Albert abriéndole la puerta del auto para que Candy subiera.
El Dr. Samuelson le recomendó que guardara reposo - comentaba Candy un poco preocupada por su amiga.
¿Ella esta bien?
Si, pero el Doctor no quiere correr riesgos, realmente quien me preocupa es Archie - rió Candy - Cada vez que Annie se queja de algún dolor, él sale corriendo pensando que ya van a nacer los bebes.
Me lo vas a decir a mí - exclamo Albert sonriendo - He tenido que prohibirle que venga a la oficina, tenia vueltas locas a las secretarias preguntando si Annie había llamado y si no, les ordenaba que ellas llamaran.
Creo que al final vamos a tener que internarlo a él en lugar de Annie - comento Candy sonriendo.
Candy hay algo que quiero decirte - dijo Albert de golpe, aferrando el volante con las dos manos y la mirada perdida en el camino. No sabia como darle la noticia a Candy
¿Que ocurre Albert?, ¿Por qué te has puesto tan serio de repente?.
La obra que vamos a ver esta noche.... - Albert se quedo un momento en silencio y al fin se armo de valor y dijo - El actor principal es Terry.
¡TERRY! - exclamo Candy angustiada -
Candy, creo que es hora de que hables con Terry.
Albert sabia que Susana había abandonado a Terry pero no quería decírselo a Candy, temía darle falsas esperanzas. Por eso había arreglado que su encuentro en el teatro fuera casual.
Por favor Albert, da la vuelta.
Lo hago por tu bien Candy, me tienes muy preocupado.
Por favor Albert - le rogó Candy - no puedo verlo, es demasiado doloroso.
Candy no puedes seguir viviendo así, te las pasas todo el día trabajando, casi no sales y cuando lo haces es con Adrián. si el no estuviera comprometido, seria otra cosa, pero sé que solo lo haces para que no se te acerquen otros hombres.
De que serviría que habláramos - le dijo Candy melancólica - no olvides que él esta casado con Susana, seguro que ya me olvido.
Pero tú no lo has olvidado y por eso sufres - dijo Albert molesto - A pesar de que quieras disimularlo sé que en las noches lloras por él.
No puedo evitarlo - dijo Candy a punto de llorar.
Candy, Terry ya tomo su camino y es hora que decidas cual será el tuyo.
Pero si ya lo decidí - le dijo Candy un poco insegura
¡No es verdad! - le contesto Albert enérgico - Tu aun no has decidió que vas hacer con tu vida, lo único que haces es ocultarte en tu profesión y te conozco Candy, a la larga eso no será suficiente para ti y cuando te des cuenta, ya será muy tarde para volver atrás.
Y crees que hablar con Terry, servirá de algo - dijo Candy temerosa, aferrando fuertemente la falda con sus manos.
Estoy seguro - le respondió Albert soltando una mano del volante y colocándola sobre las de Candy - Terry es un capitulo de tu vida que aun no has cerrado y mientras eso no ocurra, tu no podrás seguir tu camino y ser feliz
¿Estarás a mi lado? - le pregunto Candy mirándolo suplicante a los ojos.
Que más quisiera yo mi Princesa - le dijo Albert desviando por un momento los ojos del camino para ver a Candy y dándole un ligero apretón en las manos para darle confianza - pero Uds. deben estar solos sin que nadie los interrumpa.
Esta bien Albert lo intentare - exclamo Candy, casi en un suspiro.
Esa es mi Princesa - le dijo Albert dándole ánimos - Al fin llegamos deteniendo el auto delante del teatro.
Mira ahí esta Adrián, pero no veo a Samantha - le dijo Candy levantando el brazo para llamar al muchacho.
¿ Samantha mi amor donde estas? - se preguntaba Albert desesperado, mientras la buscaba con la mirada por todas partes.
Espero les haya gustado, Estoy contenta porque mi quería amiga y coescritora Khrizstina ya se siente mejor. Con mucho trabajo pero recuperada.
Por favor a las Terryanas que no se enfaden conmigo por hacer sufrir a Terry. En compensación se los dejo en traje de Adán acostadito en la cama para que puedan consolarlo.
Decidí dejar este capitulo hasta aquí, por que sino iba a salir muuuuuuy largo. Si no les gusto, por favor apiádense de mí, ya falta poco para que se termine el fic y eso me pone muy triste.
Un fuerte abrazo y un beso Loly Feliz Cumpleaños mi querido Sr. Albert.
Capitulo XI
Entre El Amor y El Odio
El día tan esperado por Terry al fin había llegado, lo primero que hizo al llegar a Chicago fue dirigirse directo desde la estación de trenes al Hospital Sta. Juana, solo se detuvo para comprar un ramo de rosas blancas para Candy, sabia que eran sus favoritas. Estaba nervioso, quería ver a Candy, hablar con ella y comprobar si aun lo amaba. En la entrada del hospital se cruzo con una enfermera y logro averiguar a que hora terminaba su turno
Decidió esperarla, se coloco detrás de un arbol, asì él podría verla en cuanto saliera, pero ella no lo vería. Llevaba una hora esperando cuando vio a Candy, Terry estaba emocionado, ya no era aquella chiquilla del colegio, ni la joven de la que se despidió en Nueva York. Era toda una mujer, nunca, ni en sus sueños más locos la había visto tan hermosa, de repente, cuando Terry se iba a acercar a Candy, apareció un auto y se detuvo delante de ella, un joven se bajo y se le acerco corriendo, la tomo de la cintura y la hizo girar en el aire.
¿ADRIAN? - grito Candy riendo - estas loco, nos vamos a caer.
¡ESTOY FELIZ CANDY! - exclamo dichoso el muchacho - volviendo a levantarla y dándole un beso cariñoso en los labios.
Terry dejo caer el ramo de rosas, no podía creer lo que veían sus ojos, se quería morir. -¡ERA VERDAD!, CANDY, ¡SU CANDY!, estaba enamorada de otro hombre. ¿Cómo era posible? - Pensó angustiado. Aunque le dolía no podía dejar de ver a Candy. Se veía tan feliz en los brazos de ese hombre.
Era tan lindo amarte,
ver la belleza de los prados
reflejada en tus pupilas.
Era tan bello amarte,
Con el temor de que el viento
Escuchara nuestro arrullo.
Pero te fuiste....
¡ADRIÁN!, ¿Pero que te ocurre? - dijo Candy confundida por el beso.
¡SOY EL HOMBRE MÁS FELIZ DEL MUNDO! - grito eufórico Adrián.
Terry reconoció a Adrián de la foto del periódico ¡NO PUEDE SER! - se quejo Terry en un débil gemido - ¡ERA VERDAD!, Candy se va a casar con otro - ¡OH DIOS MIO! ¡LA HE PERDIDO PARA SIEMPRE! - Exclamo Terry en un mudo grito de dolor.
Que no hubiera dado
Porque no marcharas,
Porque no abrieras tus alas
Y me dijeras adiós.
Que no hubiera dado
Porque tus anclas
Se aferraran a mi playa
Pero te fuiste...
Será mejor que te calmes y me lo expliques - dijo Candy, logrando soltarse del muchacho.
Ven sube al auto - le dijo Adrián, abriéndole la puerta, en el camino te lo explico.
¿Seguro que puedes manejar en esas condiciones?, parecería que estas un poco bebido - le pregunto Candy dudosa de sí subirse o no en el auto con él.
En ese instante Candy sintió como si alguien la estuviera observando, se volteo y miro en dirección hacia donde se encontraba Terry, él se dio cuenta justo a tiempo y se oculto detrás del árbol - Debe ser mi imaginación - pensó Candy entrando al auto.
Y un lúgubre silencio
Mi cielo cubrió
De tinieblas y oscuridad
No te preocupes Candy - le respondió Adrián cerrando la puerta y colocándose delante del volante - es el amor que me tiene embriagado.
Mientras veía alejarse el auto con la pareja, Terry sentía un fuerte dolor en el pecho, como si un puñal le atravesara el corazón, había llegado demasiado tarde. ¡OH DIOS MIO! - grito Terry mirando al cielo - ¡POR QUE ME HACES ESTO! - volvió a gritar cayendo de rodillas y golpeando el suelo con los puños.
Era tan bello
Sentir tu cuerpo
La luz de las estrellas
Reflejada en tu mirada
Y el viento se enredara
En los rizos de tu pelo
Una enfermera que estaba llegando en ese momento al hospital, se acerco preocupada a Terry.
¿Se encuentra bien Señor?
Déjeme en paz - le grito Terry empujándola y echando a correr.
Pero todo se perdió
entre la bruma del destino
en la tristeza de un adiós.
Todo lo hubiera dado
Porque no marcharas
Pero te fuiste....
La enfermera recogió el ramo de rosas y se quedo viendo como Terry de alejaba - Qué tipo más extraño - comento la chica.
Bien Adrián ¿Podrías explicarme que té pasa? - le pregunto Candy preocupada
Toma lee este telegrama - le respondió Adrián entregándole un papel.
MI AMADO ADRIAN
AL FIN TERMINE MIS ESTUDIOS. EL 15 DE AGOSTO MI BARCO LLEGA A NUEVA
YORK. PRONTO ESTARE ENTRE TUS BRAZOS.
CON TODO MI AMOR
HELENA Vaya - exclamo Candy - con razón estas tan feliz
Todavía no puedo creerlo - exclamo el muchacho emocionado
Al fin conoceré a Helena, tengo tantas cosas que platicar con ella - comento Candy sonriendo traviesa.
¿QUÉ? - Adrián detuvo el auto de golpe, se volteo y le pregunto preocupado a Candy - ¿Qué quieres decir Candy?.
¡Bueno...! - dijo Candy, mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa picara - Creo que tengo la obligación de contarle a Helena como te has estado portando, además se me ocurre que debería hacer una reunión en mi casa para darle la bienvenida y así poder presentarle a todas tus enamoradas - le respondió Candy riendo al ver la cara de angustia que ponía muchacho.
¿TU NO SERIAS CAPAZ? - exclamo desesperado Adrián - Se supone que somos buenos amigos. ¿Tu no le harías eso a un amigo? ¿VERDAD CANDY? - le pregunto tomando las dos manos de Candy entre las suyas.
¡AMIGOS! - dijo Candy liberando sus manos y cruzando los brazos sobre el pecho, fingiendo estar enojada, - y todas esas bromas pesadas que siempre haces a mi costa.
Perdóname Candy - le rogó Adrián - te juro que no lo volveré hacer, pero no le digas nada a Helena, no se que haría si la perdiera.
Tranquilo Adrián - le dijo Candy para calmarlo - solo era una broma.
¿Una broma? - exclamo el muchacho dudoso de sí creerle o no.
Me has jugada tantas bromas pesadas que no pude evitar desquitarme - le dijo Candy sacándole la lengua y guiñándole un ojo.
¡Vaya! - suspiro aliviado Adrián - me ganaste, te prometo que de ahora en adelante no te gastare mas bromas - le prometió Adrián guiñándole también un ojo, pero Candy no se dio cuenta que él tenia la mano derecha escondida y había cruzado los dedos al momento de hacer la promesa - El que ríe al ultimo........ - pensó el muchacho sonriendo y poniendo el auto en marcha.
Mientras tanto al otro lado de la ciudad, en la cafetería cercana al Periódico donde trabaja Samantha.
Debes darme más tiempo Jack - le suplicaba Samantha - yo no tengo tanto dinero.
Por favor Samantha, me vas a decir que la hija del millonario Adriano Sthepanos Creto, no tiene dinero - le respondió Jack con ironía.
Ya te lo dije, siempre he sido muy independiente y solo tengo el dinero que gano como periodista.
Pídeselo a tu Padre, no creo que el te lo niegue.
Estoy segura que me lo daría, pero ese no es el problema.
¿Entonces?
Es que tendría que explicarle para que necesito tanto dinero.
¡Vaya!, Así que la Princesita no quiere que su Papá se entere - dijo Jack burlándose - bien te propongo un trato. En la fiesta té vi usando unos pendientes de diamantes y si no me equivoco deben pertenecer a un juego ¿Verdad?.
Si, ¿Pero que te propones? - le pregunto Sam, aunque ya sabia la respuesta.
Si no puedes entregarme el dinero, como un favor muy especial, aceptare las joyas - le contesto Jack sonriendo maliciosamente.
¡PERO! Esas joyas eran de mi abuela, no puedo dártelas - exclamo Samantha angustiada - además valen mucho mas que el dinero que tu pides.
Tu decides Samantha querida - le respondió Jack levantándose de la mesa - me entregas el dinero o las joyas.
Pero...
Tienes hasta mañana - dijo Jack agarrandole la mano a Samantha, coloco sus labios sobre la palma de la mano de ella y la beso.
Samantha retrocedió con asco, logrando liberar su mano
Jack sonrió, le dirigió una mirada felina a Sam y le dijo casi en un susurro - te estaré esperando en mi apartamento mañana en la noche, no lo olvides,. Adiós mi querida Samantha.
Samantha lo vio alejarse y un estremecimiento de terror recorrió todo su cuerpo.
Samantha y Jack no se habían dado cuenta pero dos pares de ojos los habían estado observando. Uno era el detective que había contratado Albert para vigilar a Jack, el hombre se encontraba al otro lado de la calle tomándoles fotos, pero el otro par, era el más peligroso.
Eliza estaba sentada a dos mesas detrás de ellos, no la habían visto debido a que unos jarrones con flores la ocultaban, pero ella si había logrado oír toda la conversación.
Ya sabia que no eras de fiar Jack - pensó Eliza - pero no crean que podrán burlarse de mi tan fácilmente, acabas de cometer el peor error de tu vida Samantha.
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Le estoy muy agradecido detective Patherson, por favor manténgame informado - Albert colgó el teléfono, se paro de su silla y se fue hacia la ventana.
¿Qué te dijo el detective, Albert? - le pregunto George preocupado a su amigo.
Samantha se volvió a reunir con Mc Person - le contesto Albert .
¡Otra Vez! - exclamo George sorprendido - pero si es la segunda vez que se encuentran esta semana. No entiendo, ¿Porque la Srta. Samantha se esta viendo con ese individuo?.
Yo tampoco lo entiendo - le respondió Albert desanimado, dejándose caer en un sillón - lo peor es que desde el día de campo, casi no he podido hablar con ella, es como si me estuviera evitando - termino diciendo Albert cada vez más deprimido.
¿Acaso paso algo más entre Uds. ese día? - le pregunto George intrigado - por que no me creo que la Srta. Samantha sea ese tipo de personas que termine una relación solo por haber perdido una carrera.
Albert se quedo viendo a su fiel amigo y confidente y asintió con la cabeza - Tienes razón George, pero por el momento no te puedo decir nada. Esto es algo que Samantha y yo debemos solucionar solos.
Disculpa Albert , no quiero que pienses que soy un entrometido.
No te preocupes George - le dijo Albert levantándose y colocando sus manos sobre los hombros de su amigo - se que siempre he podido contar con tu apoyo y consejos.
Tu sabes que yo siempre estaré cada vez que me necesites y si puedo ayudarte en algo, puedes confiar en mi.
Te prometo que en cuanto pueda te contare todo - dijo Albert dirigiéndose hacia el escritorio y agarrando un sobre - Mañana llevare a Candy al teatro, le tengo una sorpresa y Adrián me prometió que se encargaría de convencer a Samantha para que fuera con él al teatro, así podremos hablar y solucionar este problema de una vez por todas.
Estas seguro que la Srta. Candy deba ir al teatro, seria como abrir viejas heridas.
Ya lo sé, pero es hora que Candy se enfrente a su pasado y cierre esa puerta de una vez por todas, si no, nunca lograra ser feliz y yo jamás me lo perdonare.
¡Albert! - exclamo sorprendido George - no me digas que te sientes responsable de lo que le paso a Candy.
Si yo no la hubiese enviado a Inglaterra, ella no habría conocido a Terry. Tal vez debí haberla dejado en el Hogar de Pony, como ella quería
Pero si lo hiciste por el bien de ella y para que se recuperara de la muerte de Anthony
Si, lo se, pero al final el remedio fue peor que la enfermedad - río Albert con tristeza
Pero Albert...
Por favor George no quiero hablar más sobre el tema , deseo estar solo un rato.
Esta bien, si necesitas algo llámame - le contesto George dirigiéndose hacia la puerta.
Lo haré. ..... ¡George!.
¿Sí?
Gracias por todo.
No hay problema Albert, para eso están los amigos - dijo George antes de salir y cerrar la puerta.
Albert se quedo sentado en su escritorio observando una foto de Samantha - No quiero perderte a ti también mi amor? - pensó Albert, mientras una lagrima luchaba por salir.
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¡TERRY! - exclamo Robert Hathaway - me tenias angustiado ¿Dónde has estado?, Son las 2:00 de la mañana, ¿Pero que te paso muchacho?.
Por favor Robert, déjame solo - le pidió Terry entrando a su habitación.
¡Cómo que te deje solo! - le dijo Robert preocupado - Si esta mañana cuando bajaste del tren, parecía que estabas muy contento y ahora luces como si alguien muy cercano a ti se hubiera muerto y ese aliento ¿Has estado bebiendo?.
Robert, te lo pido déjame solo, por favor.
No señor - le dijo molesto el empresario - a ti té pasa algo y no me iré de aquí hasta que me lo hayas contado todo, además esta noche es el estreno de la obra y por como luces, no creo que estés en condiciones de actuar, así que date una ducha con agua fría, mientras yo llamo que nos suban una jarra de café bien cargado, vamos - le decía Roberth mientras obligaba a Terry entrar en la ducha con todo y ropa y abría el chorro del agua fría.
¡AHARRRG! - grito Terry al sentir el agua helada en el rostro.
Después de media hora, Terry salió de la ducha con una toalla alrededor de la cintura y secándose el cabello con otra, Robert le sirvió una taza de café bien caliente y lo invito a sentarse.
Bien Terry, ¿Qué te paso?, hacia tiempo que no te veía así, ni siquiera cuando Susana te dejo y esta mañana te veías tan feliz.
Terry no contesto, se quedo contemplando la taza de café, después de un rato dijo en voz muy baja.
Fui a verla.
¿A Candy? - le pregunto Robert
Si.
¿Qué te dijo?
Estaba con otro - dijo Terry abatido - el anuncio del periódico es verdad.
¿Pero hablaste con ella?, le dijiste que aun la amas.
No pude.
¿Cómo?, o sea que Candy no sabe que ya eres libre. Aun hay tiempo si se lo dices, tal vez ella termine con ese tipo y vuelva contigo.
No creo que sirva de nada, basta con verlos juntos para darte cuenta que se quieren - dijo Terry levantándose de la silla, se acerco a su maleta, la abrió y saco una carta.
¿Qué vas a hacer con la carta de Susana, Terry?
Terry tomo el sobre con las dos manos y cuando iba a romperlo, Roberth se levanto y con rapidez logro arrebatársela de las manos.
¡Roberth!, dame la carta. - le exigió Terry
No señor - le contesto Roberth - no permitiré que lo hagas, en estos momentos no estas bien y estoy seguro que mas tarde te arrepentirás.
Pero es que no entiendes - exclamo Terry dolido - ya es muy tarde la he perdido para siempre y esa carta no hará ninguna diferencia.
Escúchame bien muchacho, no estas en condiciones de tomar ninguna decisión, yo me quedare con la carta - dijo Robert guardando el sobre en su chaleco - y tu te vas a descansar. Cuando despiertes y tengas la mente más despejada podrás tomar las decisiones que quieras y ver que haces con tu vida - dijo Robert mientras salía de la habitación.
Cuando Robert salió, Terry se quito la toalla de la cintura y se tumbo en la cama boca arriba. ¿Será posible que Roberth tenga razón?, Candy te veías tan hermosa. - pensaba Terry mientras se quedaba dormido.
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Vamos Princesa, se nos hace tarde - llamaba Albert, golpeando en la puerta de la habitación de Candy.
Ya estoy lista - dijo Candy abriendo la puerta - Apenas llegue hace una hora, es que hubo mucho trabajo en la Clínica del Dr. Martín.
Bueno al menos valió la pena la espera, estas hermosísima - exclamo Albert admirando a su pupila.
Candy lucia un precioso vestido blanco con encajes en forma de rosas rosadas, parecía una princesa salida de un cuento de hadas.
Y tu estas muy elegante mi Príncipe - dijo Candy besándolo en la mejilla y tomando el brazo que Albert le ofrecía.
Lastima que Annie y Archie no puedan acompañarnos esta noche - decía Albert abriéndole la puerta del auto para que Candy subiera.
El Dr. Samuelson le recomendó que guardara reposo - comentaba Candy un poco preocupada por su amiga.
¿Ella esta bien?
Si, pero el Doctor no quiere correr riesgos, realmente quien me preocupa es Archie - rió Candy - Cada vez que Annie se queja de algún dolor, él sale corriendo pensando que ya van a nacer los bebes.
Me lo vas a decir a mí - exclamo Albert sonriendo - He tenido que prohibirle que venga a la oficina, tenia vueltas locas a las secretarias preguntando si Annie había llamado y si no, les ordenaba que ellas llamaran.
Creo que al final vamos a tener que internarlo a él en lugar de Annie - comento Candy sonriendo.
Candy hay algo que quiero decirte - dijo Albert de golpe, aferrando el volante con las dos manos y la mirada perdida en el camino. No sabia como darle la noticia a Candy
¿Que ocurre Albert?, ¿Por qué te has puesto tan serio de repente?.
La obra que vamos a ver esta noche.... - Albert se quedo un momento en silencio y al fin se armo de valor y dijo - El actor principal es Terry.
¡TERRY! - exclamo Candy angustiada -
Candy, creo que es hora de que hables con Terry.
Albert sabia que Susana había abandonado a Terry pero no quería decírselo a Candy, temía darle falsas esperanzas. Por eso había arreglado que su encuentro en el teatro fuera casual.
Por favor Albert, da la vuelta.
Lo hago por tu bien Candy, me tienes muy preocupado.
Por favor Albert - le rogó Candy - no puedo verlo, es demasiado doloroso.
Candy no puedes seguir viviendo así, te las pasas todo el día trabajando, casi no sales y cuando lo haces es con Adrián. si el no estuviera comprometido, seria otra cosa, pero sé que solo lo haces para que no se te acerquen otros hombres.
De que serviría que habláramos - le dijo Candy melancólica - no olvides que él esta casado con Susana, seguro que ya me olvido.
Pero tú no lo has olvidado y por eso sufres - dijo Albert molesto - A pesar de que quieras disimularlo sé que en las noches lloras por él.
No puedo evitarlo - dijo Candy a punto de llorar.
Candy, Terry ya tomo su camino y es hora que decidas cual será el tuyo.
Pero si ya lo decidí - le dijo Candy un poco insegura
¡No es verdad! - le contesto Albert enérgico - Tu aun no has decidió que vas hacer con tu vida, lo único que haces es ocultarte en tu profesión y te conozco Candy, a la larga eso no será suficiente para ti y cuando te des cuenta, ya será muy tarde para volver atrás.
Y crees que hablar con Terry, servirá de algo - dijo Candy temerosa, aferrando fuertemente la falda con sus manos.
Estoy seguro - le respondió Albert soltando una mano del volante y colocándola sobre las de Candy - Terry es un capitulo de tu vida que aun no has cerrado y mientras eso no ocurra, tu no podrás seguir tu camino y ser feliz
¿Estarás a mi lado? - le pregunto Candy mirándolo suplicante a los ojos.
Que más quisiera yo mi Princesa - le dijo Albert desviando por un momento los ojos del camino para ver a Candy y dándole un ligero apretón en las manos para darle confianza - pero Uds. deben estar solos sin que nadie los interrumpa.
Esta bien Albert lo intentare - exclamo Candy, casi en un suspiro.
Esa es mi Princesa - le dijo Albert dándole ánimos - Al fin llegamos deteniendo el auto delante del teatro.
Mira ahí esta Adrián, pero no veo a Samantha - le dijo Candy levantando el brazo para llamar al muchacho.
¿ Samantha mi amor donde estas? - se preguntaba Albert desesperado, mientras la buscaba con la mirada por todas partes.
Espero les haya gustado, Estoy contenta porque mi quería amiga y coescritora Khrizstina ya se siente mejor. Con mucho trabajo pero recuperada.
Por favor a las Terryanas que no se enfaden conmigo por hacer sufrir a Terry. En compensación se los dejo en traje de Adán acostadito en la cama para que puedan consolarlo.
Decidí dejar este capitulo hasta aquí, por que sino iba a salir muuuuuuy largo. Si no les gusto, por favor apiádense de mí, ya falta poco para que se termine el fic y eso me pone muy triste.
Un fuerte abrazo y un beso Loly Feliz Cumpleaños mi querido Sr. Albert.
