La Vida ofrece una 2da. oportunidad
Capitulo XII
El Amor a Prueba
Por Khrisztina López y Loly Sayol

Adrián se encontraba esperando en las escaleras a la entrada del teatro, cuando vio a Candy llamándolo.

¡Vaya Candy! - exclamo Adrián admirado - Pero si estas preciosa - termino diciendo mientras la ayudaba a bajar del auto.

¡Oh vamos! Adrián no seas tan adulador - le contesto Candy sonrojándose y tomando la mano que él le ofrecía.

¿Dónde esta Samantha? - le pregunto Albert inquieto

Lo siento Albert, no pude convencerla - le dijo Adrián apenado

Entiendo - exclamo Albert con tristeza

Albert de verdad que lo intente pero Sam dijo que no se sentía bien y.......

No te preocupes Adrián, será mejor que entremos - le respondió Albert encaminándose hacia la entrada del teatro.

¿Qué esta pasando Adrián? - le pregunto Candy confundida

No estoy seguro Candy, pero creo que Samantha y Albert se pelearon

¡Pobre Albert! - pensó Candy - hablare con Samantha y averiguare que paso entre esos dos.

Te deseo suerte, Samantha no quiso decirme nada

Una vez dentro del teatro los tres amigos se dirigían al palco de la familia Andrew cuando en el camino se tropezaron con Eliza.

¡Tío William! Que sorpresa tan agradable.

Albert pasó a su lado sin detenerse.

Eliza se molesto por la forma en que Albert la estaba ignorando

- ¡Espera Tío! - le dijo colocando una mano sobre el brazo de Albert para detenerlo.

Albert que no estaba de buen humor por que Samantha no había venido, se volteo hacia Eliza y le dijo muy irritado

- ACASO ES QUE NO ENTIENDES QUE NO SOPORTO TU PRESENCIA.

Las personas que estaban alrededor de ellos se quedaron observando curiosos como Albert le gritaba a Eliza y comenzaron a murmurar.

Cómo se atreve a tratarme así en publico y delante de esa huérfana - pensó Eliza furiosa - No entiendo como puedes tratarme así - le respondió Eliza llorando, (armando todo un teatro)- a mí que soy tu sobrina y llevamos la misma sangre. Todo es por culpa de esa recogida, de esa bastarda, de esa............. ¡PLAF!

Eliza no pudo terminar la frase, debido a que Albert le dio una fuerte bofetada

- Será mejor que te calles Eliza - le advirtió Albert cada vez mas molesto.

Candy preocupada se acerco a Albert para calmarlo

- Albert por favor tranquilízate, no le hagas caso a Eliza, ven vamos a sentarnos que la obra esta por comenzar.

Disculpa Candy, no quise asustarte - le dijo Albert sonriéndole - Adrián por favor podrías acompañar a Candy hasta el palco, ahora los alcanzo.

Claro Albert, no hay problema - le contesto Adrián ofreciendo su brazo a Candy.

Candy coloco su mano en el brazo de Adrián y le pregunto un poco inquieta a Albert - ¿Estarás bien?

No te preocupes Princesa, te juro que ya estoy calmado - dándole un beso en la frente - Anda ve con Adrián por favor.

Eliza vio con los ojos rojos por la furia a Candy alejarse con Adrián, coloco una mano sobre su mejilla, aun le ardía por el golpe que Albert le había dado y le dijo en tono burlón

- ¿Sabes dónde esta tu prometida? Tío William.

No se a que estas jugando Eliza, pero te lo advierto. No estoy de humor para bromas. Si algo tienes que decir, dilo ya.

¡Nada!, solo te pregunte si sabias donde ella estaba o mejor dicho ¿Con quien? - le respondió con malicia Eliza sonriendo mientras pensaba - Pagaras caro el haberme humillado -

Albert tomo a Eliza del brazo con fuerza y le pregunto

- ¿Qué quieres decir, Eliza?.

ME ESTAS LASTIMANDO - Grito Eliza para que todos la escucharan.

¿Tiene algún problema señorita? - pregunto uno de los encargados de seguridad del teatro.

Es un asunto de familia, mejor no se meta - le respondió Albert soltando a Eliza

Eliza aprovecho la llegada del guardia para alejarse de Albert, pero antes de irse le dijo en voz baja, desafiante

- ¿Por qué no se lo preguntas a Jack Mc Person? - y antes de que Albert pudiera reaccionar se alejo soltando una gran carcajada.

Si descubro que esto es otra broma tuya Eliza, ni la Tía Elroy te salvara esta vez - pensó Albert.

Mientras tanto, tras bambalinas.

¿Qué ocurre Terry? - le preguntaba Robert Hathaway al ver a Terry escondido tras la cortina observando al publico.

Ella esta aquí - le dijo casi en un susurro.

¿En serio? - dijo Roberth asomándose al escenario - ¿Dónde?

Esta en el primer palco cerca del escenario, al lado de su novio - le respondió abatido.

¡Vaya!, si que es hermosa, tienes buen gusto muchacho - le respondió Roberth admirando a Candy.

¡Parece un ángel! - pensó Terry en voz baja contemplando aquellos ojos esmeralda que lo visitaban cada noche en sus sueños.

¿Por qué no vas y le das la carta? - le animo Roberth

¡Ya te lo dije! seria una perdida de tiempo - le contesto Terry irritado soltando la cortina.

¡No lo sabes! - le contesto el empresario - tal vez ella sienta lo mismo.

¿Es que no entiendes?, y si dice que no me ama, que ya me olvido - le contesto Terry apretando los puños

¡Así que todo es cuestión de orgullo! - le dijo Robert burlándose - el gran actor Terrence Grandchester, ¡el gran seductor! tiene miedo que una chica le diga que no. Terry no contesto, se quedo mirando a Robert furioso, parecía como si quisiera golpearlo. El empresario retrocedió preocupado, adivinando las intenciones de Terry - ¡Solo era una broma!, será mejor que te calmes Terry.

Terry le dio la espalda y se dirigió hacia su camerino en silencio, en el camino se topo con una silla y la golpeo con el pie para descargar la rabia que sentía, pero le dio tan fuerte que la silla salió despedida contra la pared, haciéndose pedazos.

Robert respiro aliviado - Por que los jóvenes serán tan testarudos - pensó mientras consultaba su reloj - todos a sus puestos que en cinco minutos empezamos.

La obra ya había comenzado y Albert aun no aparecía. En este acto, el actor que interpreta al poeta Montfleury se encuentra recitando un poema, los amigos de Cyrano están esperando que en cualquier momento este entre y suspenda la obra, ya que Cyrano odia a Montfleury. Candy estaba tan preocupada que no le había prestado atención a lo que decían los actores.

¡Feliz aquél, que lejos de la corte,
en un lugar solitario
a sí mismo se impone
destierro voluntario!

¡Feliz aquél, que cuando
sopla en el bosque el céfiro...

De repente Candy escucho una voz al otro lado de escenario, su corazón comenzo a latir desesperado, parecía que quería salírsele del pecho, poco a poco fue volteando hacia el otro lado y sin darse cuenta sus ojos brillaron como esmeraldas recién cortadas al encontrar al fin al dueño de esa voz.

Cyrano (Terry) ¡Granuja! ¿no te he prohibido salir a escena en un mes?

¡Terry! - exclamo Candy en un suspiro. A pesar del disfraz era inconfundible, su porte, su forma de hablar y esos ojos azules.

Terry levanto el rostro al sentir que Candy lo observaba y por unos instantes sus ojos se encontraron. Era como si el tiempo no hubiese transcurrido y aun se encontraran en la segunda Colina de Pony, en el colegio San Pablo, en Londres.

Adrián sorprendido, acerco su rostro hacia el oido de Candy, mientras le decía:

- Oye ese actor te esta mirando ¿Acaso se conocen?.

Candy no podía desviar la mirada, sentía como si los ojos de Terry le atravesaran el alma.

¡Candy! - la llama Adrián colocando una mano sobre la de ella.

Candy al fin reacciono y volteo a mirar a Adrián

Perdón Adrián, tuve un lapsus. ¿Qué me preguntabas?

Candy!!! Estas en la luna!!! ¿Pregunte si conoces a ese actor?- le repetía Adrián con gesto dramático, Candy sonrió muy lánguidamente y mientras volvía a mirar hacia el escenario le decía: Si, estudiábamos en el mismo colegio, en Londres. hace mucho tiempo

Terry se dio cuenta de la escena que su pequeña pecosa estaba protagonizando, sintió un nudo en la garganta al ver como Adrián le habla a Candy, los celos comenzaron a atormentarlo nuevamente. De repente se hizo un silencio en el escenario, el otro actor esperaba que Terry dijera sus líneas, pero él estaba como petrificado. Allá arriba estaba su adorada Candy, después de tantos años, la volvía a ver pero parecía que el destino solo quería jugar con él, "Dios mío!! Dame fuerzas para seguir!! Dame fuerzas para no correr y arrancarla del lado de ese idota!!"

¡TERRY DESPIERTA! - le grita Robert.

Terry reaccionó de inmediato y siguió con sus líneas, pero esta vez su voz era diferente, sus compañeros en la obra estaban desconcertados, no podían entender qué le estaba pasando a Terry, se veía molesto, enojado. pero esto le dio mayor fuerza a sus palabras.

Cyrano (Terry) - ¡Fuera de escena, grandísimo payaso! ¡Fuera ahora mismo!

Montfleury - Pero si...

Cyrano (Terry) - ¿Te resistes?

Los otros actores - ¡Basta de bromas!... Montfleury, ¡continua!..!Qué sigas!...!No tengas miedo!...

Montfleury con voz titubeante - ¡Feliz aquél que lejos de la cor.....

Cyrano (Terry) Amenazante y enarbolando un bastón por encima de su cabeza - ¡Bellaco! ¿Será necesario que te muela a palos?.

En ese momento Albert entró al palco y sin que Candy se diera cuenta llamo a Adrián.

Adrián salio con Albert hacia el pasillo y le pregunta preocupado - ¿Qué ocurre Albert?.

Necesito pedirte un favor.

¿En que puedo ayudarte cuñado?...

Después de unos momentos, Candy se dio cuenta de que estaba sola en le palco, haciendo un esfuerzo muy grande se levanto para salir al pasillo, la verdad es que no quería hacerlo, porque ahí, en el escenario estaba un imán que le impedía moverse, ahí en el escenario estaba su vida.

Al salir vio a lo lejos dos figuras masculinas platicando entre si, camino hasta ellas encontrándose con Albert y Adrián.

¿Dónde estabas Albert? Me tenias preocupada

Surgió algo imprevisto y debo irme

Entonces me voy contigo, deja que busque mi bolso - le respondió Candy a punto de entrar al palco.

¡No hace falta! - le dice Albert deteniéndola - Adrián se quedara y te hará compañía

Pero....

Candy, ¿Acaso se te olvido la promesa que me hiciste?.

No, pero yo quisiera que estuvieras a mi lado - le rogó nuevamente Candy.

¡Princesa! Esto es algo entre Terry y Tú - exclamo Albert colocando sus manos sobre los hombros de Candy para darle animo - Yo solo estorbaría.

Candy no dijo nada, solo asintió con la cabeza

Bien te dejo en buenas manos - le sonrió Albert a Candy - ¿Cuento contigo, Adrián?.

No te preocupes - le respondió Adrián mientras le estrechaba la mano a Albert - puedes contar conmigo.

Candy miraba preocupada como Albert se alejaba, había captado el brillo de sus ojos y se había conmovido profundamente. Entre los dos se había forjado un lanzo muy fuerte e indestructible, podría decirse que eran almas gemelas. Aunque no lo dijeran con palabras, sentían cuando el otro estaba feliz ò triste y Candy había detectado algo de amargura y soledad, algo que Candy veía por primera vez, reflejado en esa mirada azul celeste que tantas veces la había confortado. Estaba allí, encerrado en lo más profundo de su corazón, tanto que Albert ni siquiera se atrevía a dejarlos salir. Candy hubiese querido estar a su lado para ayudarlo.

Albert se subió al auto, aferró el volante con fuerza y arranco el motor. Hubiera deseado con todo el corazón estar al lado de Candy, él sabia que ella lo necesitaba, pero no podía, Eliza había logrado sembrar una duda en su corazón y por eso decidió llamar a Samantha a su casa, cuando la sirvienta le dijo que ella no estaba, que acababa de salir, sintió que su mundo se rompía en pedazos y solo pensaba en una cosa - ¡Por favor Dios mío! ¡Te lo ruego! que todo sea mentira y que ella no este con él

Albert tomo rumbo hacia el centro de la ciudad que era donde vivía Jack Mc Person, conocía de memoria la dirección, por los informes que los detectives le entregaban. Cuando llego a la calle, localizo enseguida el edificio, su corazón casi se detuvo, estacionado enfrente del edificio, estaba el auto de Samantha.

Mientras tanto al otro lado de la calle, en el apartamento de Jack Mc Person, Samantha le estaba entregando las joyas a Jack.

Aquí tienes - dijo Samantha extendiéndole el estuche con las joyas - valen más que el dinero que tu me pides, espero que cumplas tu promesa y te marches - termino diciendo molesta.

Jack tomo el estuche y lo abrió, sus ojos brillaron al contemplar codiciosos las joyas, levanto la mirada hacia Samantha y sonrió maliciosamente

- Un momento mí querida Samantha, todavía falta algo - le dijo Jack acercándose peligrosamente a ella.

Samantha retrocedió, intentando alejarse de él

- Te di las joyas ¿Que más quieres? - le pregunto asustada.

Tú lo sabes muy bien - le contesto logrando agarrar a Samantha por la cintura atrayéndola hacia él - Yo sé que tu también me deseas - le dijo colocando una mano por detrás de la nuca de Sam y besándola a la fuerza en la boca.

Por un momento Albert dudo de sí bajarse del auto o no, al fin se decidió. Entro al edificio y subió corriendo las escaleras hasta el primer piso. Localizo la puerta del apartamento de Jack y se apoyo en la puerta para ver si podía escuchar algo.

Samantha intentaba separarse de Jack, pero él era más fuerte que ella y la estaba arrastrando hacia la cama, Samantha comenzó a gritar golpeando desesperadamente a Jack en el pecho, cuando en ese instante la puerta del apartamento se abre de golpe y entra Albert.

El ruido distrae a Jack, Samantha aprovecha y lo empuja, logrando liberarse. Corre a refugiarse en los brazos de Albert, pero la mirada fría en los ojos de Albert la detienen. Samantha esta confundida, intenta hablar con Albert.

¡Por favor Albert! - le suplica Samantha - esto no es lo que parece.

¿Y QUE SE SUPONE QUE ES? - le grita furioso Albert - te encuentro besándote con un hombre que supuestamente te hizo daño y todavía me quieres hacer creer que todo esto lo imagine - le responde Albert con amargura.

Todo se termino Samantha - le dijo Jack, acercándose a ella e intentando abrazarla - creo que tú novio nos descubrió - Jack miro triunfante a Albert

Samantha esquivó a Jack y se acercó a Albert, intentó tomar las manos de él entre las suyas pero Albert permanecía inerte, con lágrimas en los ojos, le rogó

- ¡Por favor! Albert, créeme, yo te amo, deja que te explique.

Albert, la miró como si fuera una extraña, libero sus manos de las de ella, y retrocedió, ¿qué hubiera sido mejor? Vivir engañado pero feliz o esto. respiro profundo, mientras muy dentro de él sentía cómo todo su mundo se estaba derrumbando, pedazo a pedazo, miro a Jack a los ojos, se veía feliz, e intentando mirar a Samantha prefirio desviar su mirada hacia el suelo, dio media vuelta y se marchó.

¡ALBERT!- grita Samantha, intentando alcanzarlo, pero unas manos la detienen.

Déjalo ir Samantha - le dice Jack - lo que tu necesitas es un hombre de verdad, un hombre como yo.

Samantha intento liberarse, Jack la tenia acorralada contra una mesa, Sam con sus manos intento desesperadamente encontrar algo con que golpear a Jack, de repente sintió algo duro; el estuche de las joyas, lo agarro y con fuerza golpeo a Jack en el rostro, logrando liberarse. Cuando Samantha llego a la calle, ya era demasiado tarde, Albert. Se había marchado.

Samantha se subió a su auto y tomo rumbo hacia Lakewood, el camino estaba oscuro y no se veía ningún auto a la vista, cuando llego a la mansión se bajo del auto y llamo a la puerta desesperada. George que se encontraba en la biblioteca trabajando abrió la gran puerta y se encontró a una Samantha toda agitada y nerviosa. . George!! Esta Albert??- Samantha soltó esa pregunta, como si su vida dependiera de ello No señorita. el todavía no regresa del teatro, ¿gusta pasar a esperarlo? - Samantha dio media vuelta, mientras sentía cómo su corazón latía desbocado - ¡No puede ser!- le contesta Samantha angustiada - él ya debería estar aquí

- ¿Ocurrió algo con el Sr. Andrew? - le pregunta preocupado George

- ¿A dónde pudo haber ido? - pensaba Samantha, de repente una idea
cruza por su mente y sale corriendo hacia el bosque.

- ¡Srta. Samantha!, espere es muy peligroso entrar al bosque de
noche - George intento detenerla pero no pudo alcanzarla.

Samantha logro perder a George entre los árboles, un poco asustada,
corrió por el bosque, no estaba muy segura pero al fin reconoció el
camino y después de media hora de caminata logro encontrar la cabaña.

La cabaña se encuentra a oscuras y no se ve el auto de Albert por ningún lado. Samantha entra y lo llama - ¡ALBERT! ESTAS AQUÍ, POR FAVOR CONTESTAME - Samantha no sabia que hacer, si Albert no estaba en la mansión y tampoco en la cabaña ¿Dónde habría ido?, estaba segura que lo encontraría, Sam abatida se recostó en la cama, nunca supo en qué momento el sueño la venció.

Mientras tanto en el teatro

La primera parte de la obra acaba de terminar, Candy y Adrián se disponían a salir para tomar un refrigerio cuando un hombre entro al palco.

Disculpen ¿Usted es la Srta. Candice White Andrew?

Sí, soy yo, en que puedo servirle - le contesta Candy

Permítanme presentarme - le responde el hombre - Soy Robert Hathaway

Es un placer conocerle - dijo Candy estrechándole la mano

El placer es mío Srta. Andrew - Roberth introduce una mano en su chaqueta, saca un sobre y se lo tiende a Candy - Susana Marlow le envía esta carta. Es muy importante, por favor le pido que la lea lo antes posible.

¡Susana! - exclamo Candy confundida, tomando el sobre

Ahora me marcho, todo depende de Ud. Srta. Andrew - dijo Roberth despidiéndose.

¡Espere! Sr. Hathaway - le grito Adrián - ¿Ud. es el productor de la obra?

Sí, ¿Por qué lo pregunta?

Tengo un pequeño negocio que proponerle - le dijo Adrián colocando un brazo sobre los hombros de Roberth y saliendo con el del palco- No me tardo Candy.

Candy mira temblorosa el sobre, tiene miedo de abrirlo ¿Por qué Susana
le escribía?, Acaso pensaba que Terry la buscaría y ella le pedía que
lo volviera a rechazar. Se sentó en la butaca, y con mano temblorosa
abrió el sobre.

Candy:

Disculpa que no ponga "Querida Candy", la verdad es que no sé que
tanto puedas tú permitirme que te lo diga... y siendo totalmente
sincera creo que yo no me lo puedo permitir mucho...

Te odie Candy, te odie como yo nunca había odiado a nadie... Cuando
no te conocía pensaba que Terry era un tonto por amarte tanto, no
sabia como era posible que pudiera amar a una chica como tu, a una
campesina, una simple enfermera... yo suponía que en ti no iba a
encontrar ninguna competencia para poder quedarme con él, pues yo
era "Mejor", era "Superior" a ti, yo con mi educación, con mi
familia, con mi belleza... y debo de culpar a mi madre, ya que ella
me educo para que siempre me sintiera superior a todas las demás
mujeres. Pero después me di cuenta de que no era así, de que en
verdad no podía odiarte, tu salvaste mi vida... y con ello lo único
que podía hacer era dejarte a Terry, pero no me atrevía a hacerlo...
lamento que haya tenido que pasar tanto tiempo, para retribuirte tu
acción.

Sé que para ti debo de ser una egoísta y egocéntrica de primera,
pero si hay algo que puedo asegurarte y casi jurarte es que mis
sentimientos por Terry siempre fueron sinceros...

Es este punto Candy interrumpió la lectura - "Eso lo sé muy bien
Susana, no muchas personas sacrificarían su vida y su carrera por
alguien a quien aman pero que no les corresponde" - y a su mente
vinieron las imágenes del día en que Susana intento saltar desde la
azotea del hospital y Candy la detuvo.

...me enamore de él desde el primer momento en que lo vi, no
importaba su carácter agrio y hosco, yo suponía que con mi amor iba
a poder cambiarlo... lo que no supe en ese momento es que ese cambio
ya lo habías logrado tú.

Han pasado ya dos años desde aquella separación, y no me refiero a
la tuya con Terry, sino a la tuya y la mía... hubiera querido que te
quedaras un poco más, para poder hablar, para poder lograr ser
amigas... sé que aun hoy pido demasiado pero muy dentro de mi, sé
que lo hubiéramos logrado... de haber sido otras las circunstancias,
sé que hubiéramos podido ser muy buenas amigas. Ahora sólo Dios sabe
porque quiso que las cosas fueran así.

Quiero que sepas Candy, que para mi no ha sido fácil todo esto; yo
lo tuve a Terry físicamente, pero nunca lo tuve en esencia, esa se
quedo contigo, nunca te ha abandonado, y dudo que alguna vez lo
haga, TERRENCE GRANDCHESTER ES TUYO, y yo solo fui un fantasma en su
vida, yo tenia razón sólo logre hacer que los tres fuéramos
desdichados, porque estoy segura que tú aun lo amas.

Ahora quiero remediar un poco las cosas, cómo supongo ya debes de
saber, Terry y yo nos hemos divorciado, yo ya no puedo seguir a su
lado, solo lo he lastimado y él a mí, pero nos lo merecemos ambos,
por ser tan débiles... yo por dejarme influenciar por mi madre y él
por sentir que me debía su vida. Pero eso ha sido remediado, alguno
de los dos tenia que hacer algo, y para bien o para mal he sido yo.

Candy levanta la cabeza asombrada y exclama - ¡Susana y Terry están
divorciados! , Albert seguro que tú ya lo sabias, por eso querías que
hablara con Terry. ¡OH! ¡Albert! siempre cuidándome, mi Angel Guardián,
mi Príncipe de la Colina.

. Te pido y te ruego Candy que aceptes el amor de Terry, sin culpas,
sin recriminaciones, ni dudas, espero que sean felices; dale la
felicidad que no supo encontrar a mi lado... y no te preocupes por
mí... yo también intentare ser feliz, aun no es tarde para mí,
estaba equivocada, deseo vivir aunque Terry no este a mi lado, me he
dado cuenta que soy más fuerte de lo que creía y todo te lo debo a
ti. Gracias por la oportunidad que me diste.

Hasta luego Candy, quiera Dios que nos encontremos alguna vez y
podamos platicar de esto y verlo solo como un pequeño nubarrón,
sabiendo muy bien que después veríamos un día soleado.

Susana Marlowe

Candy leyó la carta varias veces, aun no podía creerlo, ¡Terry era libre y aun la amaba!

- Gracias Susana, estés donde estés, rezare por ti y espero
que logres encontrar la felicidad, yo también creo que
hubiéramos sido buenas amigas.

1. ¡Bravo lo logre! - exclamo Adrián emocionado entrando al palco

1. ¿Qué ocurre? - le pregunto Candy, guardando la carta dentro de su
bolso y secándose las lagrimas disimuladamente para que Adrián no
se diera cuenta.

1. Convencí al Sr. Hathaway para que me presente a Karen Kleis, cuando
termine la obra iremos a los camerinos a conocerla - le respondió
Adrián triunfante, dando un brinco y sentándose en la butaca al
lado de Candy.

1. ¿Karen? ¿Y que paso con Helena? - le pregunto Candy burlona

1. ¡Oh vamos! Candy, no empecemos otra vez, acuérdate que me lo
prometiste, piensa que será como mi despedida de soltero - le
contesto Adrián guiñándole un ojo.

1. ¡Eres imposible! Adrián, tú hermana tiene razón, jamás cambiaras -
dijo Candy encogiendo los hombros - compadezco a la pobre Helena.

1. No digas eso, yo quiero mucho a Helena y te prometo que nunca la
haré sufrir - dijo Adrián muy serio.

1. Te creo, Adrián - exclamo Candy sonriendo - eres un buen hombre y
serás un magnifico esposo, pero siempre serás un niño travieso y
estoy segura de que le darás muchos dolores de cabeza a Helena.

Las luces del teatro comenzaron a apagarse y se abrió el telón. El
segundo acto empieza cuando Cyrano y Christian están debajo del balcón
de Roxana. Cyrano comienza diciéndole en voz baja los versos a
Christian para que el se los diga a Roxana, pero el muchacho confunde
las palabras y Roxana se molesta. Cyrano decide hablar haciéndose pasar
por Christian y oculto entre las sombras, se dirige a Roxana.

Roxana - Esta noche vuestras palabras tiemblan... ¿por qué?

Cyrano (Terry) - (Hablando a media voz, imitando la voz de Christian) Es... que como está muy oscuro, buscan a tientas en la sombra, vuestro oído.

Roxana - Las mías no tienen semejante dificultad.

Cyrano (Terry) - ¿Lo encuentran enseguida?... ¡Oh, claro! Porque es mi corazón el que las recibe, y mi corazón es muy grande en tanto vuestro oído es pequeño. Además, vuestras palabras descienden y bajan deprisa: las mías, en cambio, suben, señora y necesitan más tiempo.

Roxana - ¡Pero suben mejor desde hace unos instantes!

Cyrano (Terry) - ¡Practicando se adquiere la costumbre!

Roxana- ¡La verdad es que os hablo de gran altura!

Cyrano (Terry) - Desde luego. ¡Y si dejaseis caer desde ahí una palabra dura sobre mi corazón, me mataríais!

Roxana - ¡Ahora mismo bajo!

Cyrano (Terry) - ¡NO!

Roxana - (Señalando el banco situado bajo el balcón) Entonces ¡Subios a ese banco, deprisa!

Cyrano (Terry) - (Retrocediendo en la oscuridad) ¡NO!

Roxana - ¿Por qué no?

Cyrano (Terry) - (Terry ve a Candy de reojo y se le ocurre una idea) Dejad que aproveche... esta ocasión que se presenta para hablar dulcemente sin vernos.

Roxana - ¿Sin vernos?

Cyrano (Terry) - Sí, es delicioso. Apenas si adivino vuestro rostro. Vos veis únicamente la negrura de un largo manto que cae y yo vislumbro apenas la blancura de un vestido de verano: yo no soy más que una sombra; vos una claridad. ¿Ignoráis lo que para mí representan estos minutos? Si alguna vez fui elocuente...

Roxana - ¡Lo fuisteis!

Cyrano (Terry) - (Dirigiéndose hacia Candy y mirándola directamente a los ojos) ¡Nunca hasta ahora mis palabras habían salido de mi corazón. Porque hasta ahora siempre os hablé a través de...

Roxana - ¿De qué?

Cyrano (Terry) - A través del vértigo que infunden vuestros ojos. Pero esta noche... ¡esta noche me parece que será la primera en que voy a hablaros!.

Roxana - ¡Es verdad que tenéis otra voz!

Cyrano (Terry) - (Acercándose cada vez más al palco de Candy, no le importaba lo que pensaran los demás, Roberth tenia razón, esta era su oportunidad de ser feliz y lucharía por el amor de Candy) Sí, es otra porque, envuelto en la noche que me protege, me atrevo al fin a ser yo mismo... me atrevo... A decir todas aquellas palabras que se me ocurran, os las ofreceré sin ponerlas ni aderezarlas en un ramillete: os amo; me ahogo, enloquezco, no puedo más es demasiado... ¡Tu nombre es para mi corazón como un cascabel... y como siempre ante ti estoy temblando, el cascabel se agita y tu nombre suena. ¡Tanto te he amado que me acuerdo de todo... Sé que el año pasado, un día el doce de mayo, te cambiaste el peinado para salir por la mañana... Cuando se fija demasiado rato la vista en el sol, se ven encima de las cosas cercos encarnados... Del mismo modo, cuando aparto la vista del fuego encendido de tu cabellera, mis ojos deslumbrados, ven por todas partes manchas rojizas...

Candy emocionada coloca una mano sobre su pecho, parecía que el corazón
quería salírsele, Terry le estaba declarando su amor delante de todo el
mundo. Ella quería correr hacia sus brazos y decirle que también lo
amaba.

Adrián volteo a ver a Candy y en su rostro se dibujo una sonrisa
traviesa, como si se acordara de alguna travesura ò estuviera planeando
una.

Tras bastidores Robert Hathaway estallaba en una gran carcajada,
mientras los demás actores veían asombrados a Terry - ¡ESO ES MUCHACHO!,
ASI SE HACE - grito el empresario animando a Terry.

(Terry siguió recitando las palabras que hoy más que nunca las sentía como suyas) - Este sentimiento, terrible y celoso que me invade, es verdadero amor... Tiene todo el furor triste del amor y sin embargo, no es egoísta ¡Ah! Por tu felicidad yo daría la mía, aunque tú nunca llegaras a enterarte de nada. ¡Si alguna vez pudiera, aunque de lejos, oír la risa de la felicidad nacida de mi sacrificio!... ¡Cada mirada tuya suscita en mi una virtud nueva!... ¡me da más valor! ¿Te das cuenta? ¿Entiendes ahora lo que me pasa? ¿Sientes en esta sombra, subir hasta ti mi alma? En verdad, esta noche es demasiado bella, demasiado dulce... Yo os digo todo esto y vos... ¡Vos me escucháis! Es demasiado! ¡Incluso mi esperanza más atrevida, nunca osó esperar tanto! Ahora sólo me resta morir. ¡Esto por mis palabras por lo que ella tiembla entre las hojas como una hoja más! ¡Pues tiemblas!... porque, lo quieras o no, he sentido bajar, a lo largo de las ramas de jazmín, el temblor adorado de tu mano.

Candy emocionada por las palabras que Terry le decía en ese momento, sin
darse cuenta dejo caer el pañuelo que tenia en sus manos, este descendió
suavemente como si se tratase el vuelo de una paloma que lleva un
mensaje de amor para alguien, y cumpliendo su cometido fue a parar
directo a los pies de Terry, él lo recogió, se lo llevo directo a sus
labios y lo beso con ternura, para luego guardarlo en su chaqueta. Se
volteo y siguió con la obra. El público comenzó a aplaudir conmovido.
Robert exclamo complacido - Ya me puedo imaginar los titulares de la
prensa, mañana y vuelve a soltar una gran carcajada.

Pero alguien entre él publico grito - ¡NO! - Era Eliza, estaba furiosa,
el odio que sentía hacia Candy sé hacia cada vez más fuerte, parecía un
volcán a punto de hacer erupción - ¡NO! - volvió a gritar Eliza
levantándose de su asiento furiosa, un empleado del teatro se le acerco
y le pidió que guardara silencio o se fuera, Eliza se dio cuenta que
todos la estaban viendo, su madre preocupada intento calmarla, Eliza no
escuchaba, solo veía como Terry se le declaraba a Candy y no podía
soportarlo - ¡JAMAS LO PERMITIRE! - al final sus Padres tuvieron que
sacarla para evitar el escándalo.

Al otro lado de la ciudad en Lakewood. George escucha el motor del auto
de Albert y sale al jardín a recibirlo.

¡Albert! al fin llegas

¿Qué pasa George?

La Srta. Samantha.....

Albert se dio cuenta que el auto de Samantha estaba estacionado al otro
lado del jardín y molesto le dice a George - Dile que se marche, que no
quiero hablar con ella.

Pero la Srta. Samantha no esta en la mansión

Pero... si ese es su auto ¿Dónde esta ella? - le pregunta Albert preocupado

Intente detenerla, pero ella corrió hacia el bosque. Me costo mucho pero al fin pude encontrarla, esta en la cabaña.

¡Bien! Cuando amanezca que Dorothy le lleve el desayuno y cuando termine que se marche - Le ordeno Albert encaminándose hacia la entrada.

Un momento Albert - dijo George agarrandole el brazo para detenerlo - No sé que paso entre Uds. Pero creo que deberías hablar con ella, se veía muy mal.

¡Tú lo dijiste! No sabes que paso, así que te pido que no te metas - le respondió Albert molesto, jalando su brazo para liberarlo.

¡Albert! Te conozco desde que eras un bebe y tú no eres así, si algo paso entre Ustedes por culpa de Mc Person, será mejor que lo resuelvan ahora, sino mañana puede ser muy tarde.

¡ES QUE NO ENTIENDES! - le grito Albert desesperado - ¡Ella me engaño!

¿Estas seguro?

Yo los vi juntos, en el apartamento de él, se estaban besando.

Vuelvo a preguntarte ¿Estas seguro de lo que viste?

Albert se quedo viendo a George, entonces recordó cuando abrió la puerta
y vio a Jack besando a Sam. De repente sus ojos se iluminaron y fue como
si el velo de los celos que los cubría se hubiese caído de repente ¡JACK
BESANDO A SAM!, que idiota fui - exclamo Albert - pero ¿Cómo te
enteraste?

Después que me asegure que la Srta. Samantha estaba bien - llame a los detectives y ellos me contaron que la vieron entrando al apartamento de Mc Person y que después llegaste tú. No fue difícil adivinar el resto.

Pero ¿Qué hacia ella en su apartamento? ¿Y por que se han estado encontrando? - le pregunto Albert confundido.

Creo adivinarlo, pero es mejor que se lo preguntes a ella directamente - le contesto George.

Albert asintió, estrecho la mano de su fiel amigo y se dirigió hacia el
bosque. Cuando llego a la cabaña encontró a Samantha dormida en la cama.
Se acerco a ella y con suavidad retiro un mechón de cabello de su
rostro. Samantha se despertó y al ver a Albert a su lado se lanzo hacia
sus brazos y lo abrazo con fuerza.

¡Albert! por favor perdóname - le suplicaba Samantha llorando

Albert empezó a acariciar su cabello con ternura y le pregunto

- Samantha ¿Qué hacías con ese hombre?, por favor no me mientas,
sé que te has estado viendo con él.

Samantha se separo de Albert, se paro de la cama y empezó a caminar
nerviosa por la cabaña, al fin se volteo y le dijo

- Eliza me estaba chantajeando, si no convencía a mi hermano de
casarse con ella, le haría creer a mis Padres y a la Tía Elroy que Jack
Mc Person había sido mi amante en Italia.

¡QUE! - grito Albert - lo sabía, yo sabía que Eliza estaba planeando algo. Pero no entiendo ¿Por qué fuiste a su apartamento?

Jack me prometió que si le pagaba, el se iría de la Ciudad y más nunca lo volvería a ver, al no estar él para apoyar a Eliza con sus mentiras, nadie le creería, sin importa lo que ella inventara.

Y cuando fuiste a su apartamento a entregarle el dinero, quiso aprovecharse de ti.

Sí... Pero ¿Cómo te enteraste que vería a Jack?

Eliza

¿Eliza?

Seguramente ella descubrió que Mc Person la iba a traicionar y decidió vengarse. Haciéndome creer que tú y él eran amantes.

No entiendo como alguien puede ser tan mala - exclamo Sam con tristeza - Pero ahora que vamos hacer, Eliza seguramente se lo contara a todo el mundo... ¡OH! ¡POR DIOS! - exclamo angustiada Sam - ¡MI PADRE! Albert mi padre no puede saberlo.

No te preocupes amor mío - la tranquilizo Albert - mañana me encargare de Eliza.

Pero si él llegara a saberlo, tú no lo conoces y no sabes lo que es capaz de hacer - Samantha recordó lo que paso cuando intentaron secuestrar a su Madre y a su hermano. Su Padre se había criado en los muelles, en Grecia, los marineros eran gente muy ruda y para ellos, solo había una forma de castigar las afrentas. Samantha comenzó a temblar.

Albert la abrazo y para calmarla preparo chocolate caliente, cuando
Albert le iba a entregar la taza con la bebida, las manos de Samantha
temblaban tanto que no pudo asir la taza, entonces él le sujeto la mano
y con la otra le ofreció de beber . Ella asintió, Albert le llevo la
taza a los labios de tal modo que ella tuvo que rodear la mano de él
para poder inclinarla y poder beber un pequeño sorbo y al sentir el
calor de la bebida bajando por su cuello comenzó a tranquilizarse.

Albert dejo la taza sobre la mesa y busco las manos de Sam, las abrió
para besarle las palmas con dulzura. Albert subió sus manos por los
brazos de ella, luego se acerco, agachándose y la beso en el cuello. El
contacto de la manos de Albert habían hecho que Samantha se pusiera
tensa, por el temor y por el deseo que estaba despertando dentro de
ella.

Albert se acerco y volvió a besarle el cuello y su mano se deslizo
suavemente por la espalda de ella. Aunque todavía estaba asustada,
Samantha empezaba a sentir que su cuerpo respondía al contacto, a pesar
de la tela. Albert le hecho la cabeza hacia atrás, besándole el cuello y
con la mano comenzó a desatar los botones de la blusa. Entonces movió
sus labios hasta la oreja de ella, luego los ojos, la nariz y por último
la boca. Abrió la suya y le metió la lengua entre los labios, cuando
estos se abrieron, ejerció una suave presión para abrirlos más.

Albert se retiro hacia atrás sujetándola por los hombros y sonrió.
Samantha tenía los ojos cerrados, la boca abierta y respiraba más
aprisa. La beso de nuevo, cubriéndole un seno con la mano, Sam al sentir
el contacto de la mano de Albert sobre su pecho se paralizo, Albert se
detuve para mirarla y le pregunto - ¿Quieres que me detenga? - Samantha
dudo por un instante, pero amaba a Albert y lo deseaba más que a nada en
el mundo - No por favor sigue, le rogó casi sin aliento - Albert sonrió
y desabrocho el último botón de la blusa , se inclino sobre ella, y con
sus brazos rodeo su cintura y con maestría logro desatar rápidamente los
lazos del corsé y así poder liberar los pechos de su prisión.

Albert se quito la camisa y Samantha sintió un fuerte deseo de tocar su
musculoso torso, extendió una mano y comenzó a acariciarlo. Albert se
inclino sobre ella, volvió a besarla y notó que ella abría su boca para
tocar la lengua de el con la suya. Acaricio su seno y le paso la lengua
por el pezón, escucho como ella gemía de placer y noto que su propia
respiración se aceleraba.

Albert deseo poseerla en ese instante, pero se contuvo,- Despacio, no la
asustes - se regaño - Es su primera vez. Tienes toda la noche por
delante - Acaricio la piel desnuda de sus pechos hinchados hasta la
cintura y busco el broche de la falda, lo desabrocho y se la quito,
junto con el resto de la ropa interior. Albert recorrió con sus diestras
manos las piernas de Sam hasta encontrar la parte interior de su muslo,
jugo con el vello público suave como una pluma. Samantha estiro las
piernas y gimió de placer, mientras el avanzaba su mano por entre los
muslos.

Albert se puso de pie y contemplo admirado sus suaves curvas, Sam le
sonrió con timidez intentando cubrirse con las manos. Albert desato la
correa de sus pantalones y se los quito, Samantha se sobresalto al ver
el miembro hinchado y erecto y una sombra de temor volvió a sus ojos.
Por un momento a su mente volvieron las palabras de las muchachas del
pueblo donde nació su Padre, ella era aun muy pequeña y escondida
escucho a las chicas hablar de cómo seria su primera vez, algunas decían
que era muy doloroso. Albert vio el miedo reflejado en sus ojos, se
acostó a su lado y la beso con dulzura, y con palabras amables intento
tranquilizándola, Samantha vio la preocupación en los ojos de Albert,
pero al mismo tiempo el deseo de poseerla. Se sentía atraída, perdida en
las profundidades azules de sus ojos. Lo deseaba, temía al dolor, pero
deseaba a Albert, cerro los ojos y lo abrazo.

Albert la beso, al mismo tiempo movía la mano hacia la hendidura cálida
entre los muslos de Sam, comenzó a acariciarla, ella gimió y meneo las
caderas, dejando escapar un grito de placer. Mientras ella gritaba, la
excitación de Albert aumentaba, pero lucho por contenerse, al fin no
pudo más y la penetro, al principio con movimientos suaves, sin dejar de
acariciarla con sus dedos. Sintió que Sam alzaba sus caderas y rodeaba
su cintura con las piernas. Entonces él retrocedió un poco, empujo con
fuerza y percibió que había roto la barrera mientras ella gritaba de
dolor y placer, al mismo tiempo que oía su propio grito de placer. Entro
y salió unas cuantas veces más, penetrando todo lo lejos que se atrevió
a hacerlo para no lastimarla, hasta que cayo sobre ella agotado.

Se quedo tendido un momento con la cabeza sobre el pecho de ella, podía
oír la respiración agitada de ella, se levanto la beso en los labios y
le dijo - Te amo Samantha, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado -
Albert rodeo a Sam con sus brazos y Samantha se apretó contra él y los
dos se quedaron profundamente dormidos.

En el teatro la obra había terminado ya, Candy no se atrevía a
levantarse, pensaba que todo había sido un sueño y creía que si se movía
se despertaría. Adrián se le acerco y la animo a levantarse.

¡Vamos Candy! , Si no te apresuras no podré conocer a Karen - le decía el muchacho emocionado y obligándola a levantarse.

Una vez tras bastidores Candy buscaba con la mirada a Terry entre los
actores, pero no lograba encontrarlo. Adrián vio salir al Sr. Hathaway
de un camerino, tomo a Candy de la mano y se fueron a su encuentro.

Robert sonrío al verlos y exclamo

- Los estaba buscando, pensé que al final no vendrían.

¡Pues aquí nos tiene! ¿Podemos ver a la Srta. Karen? - le pregunta Adrián emocionado.

Por supuesto, este es su camerino, en este momento se esta cambiando de ropa, la Srta. Andrew puede entrar primero - dijo Robert abriendo la puerta

¡Anda Candy! entra tu primero y cuando Karen este lista me llamas - le dijo el muchacho empujando a Candy dentro del camerino, sin darle tiempo para reaccionar. Adrián cerro la puerta y murmuro divertido ...Ríe mejor... Se dirigió hacia Robert le guiño un ojo y colocando su brazo sobre los hombros del empresario le dijo - Bueno amigo mío a ver donde esta esa preciosura de Karen.

Candy miro a su alrededor, algo no estaba bien ese no parecía el
camerino de una mujer, en eso escucho una voz y se volteo.

Terry salía de detrás del biombo abrochándose la camisa

- No quiero hablar con ningún reportero, por favor Robert
encárgate de todo - dijo Terry creyendo que Robert aun se
encontraba en la habitación. De repente levanto la cabeza y vio
a Candy parada delante de él.

Se miraron a los ojos, ninguno de los dos decía nada, las palabras sobraban. Terry se acerco y extendió sus brazos hacia Candy, ella corrió a refugiarse entre ellos. Terry la rodeo con sus brazos y comenzó a besarla con pasión. El se aparto y le sonrió, cogió entre sus dedos un mechón de su dorado cabello y se lo llevo a los labios, le beso la frente, los ojos. Busco nuevamente su boca y atrajo su lengua hacia la suya. Por un momento sólo se pudo oír la respiración de ambos. No podían moverse, no querían moverse, temían que algo pasara y los volvieran a separar.

Al fin Terry soltó a Candy y tomándola de la mano salieron del camerino, se encaminaron hacia la calle. Perdiéndose en la oscuridad de la noche.

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Espero le haya gustado el capitulo, ya falta poco, máximo serán dos capítulos mas (no es que sea supersticiosa, pero no quiero terminar en el capitulo XIII).

Tengo que agradecerle a mi querida amiga y co-escritora Khrisztina, me encanto la forma como corrigió ò mejor dicho pulió este capitulo (aunque ella diga que sus correcciones son mínimas, para mi son enormes) y sobre todo la carta de Susana todo el merito es suyo, ni siquiera una coma o un punto son míos, yo escribí como cuatro cartas y ninguna me gusto y cuando ella me envió la suya, le dije va tal cual, espero que les haya gustado tanto como a mi.

Si alguna Terryana lee este fic, espero me perdone por dejar el encuentro de Terry y Candy así. Hay dos razones principales:

La primera y la más importante, lo siento este es un Albertfic. En los Terryfic, siempre dejan a mi querido Albert a un lado.

Y la segunda y la razón principal, mi cerebro se agoto con la escena de Albert y Candy, así que preferí dejarlo a su imaginación, ¿Qué paso con Terry y Candy esa noche?, ¿Solo pasearon ò jugaron a la casita?.

Amaly ten paciencia, ya tengo dos paginas del capitulo XIII, espero que no sea de mala suerte y me bloquee.

Los quiere Loly