La vida ofrece te una 2da. Oportunidad
Por
Chriztina Lopez y Loly Sayol
Capitulo XIV
Respuesta a una plegaria
Hospital Santa Juana.
Albert caminaba de un lado a otro del pasillo, sus pasos resonaban como el péndulo de un reloj, marcando cada segundo que pasaba; cada vez que veía a una de las enfermeras salir del quirófano, les hacia la misma pregunta y siempre le respondían
"Lo sentimos Sr. Andrew, no podemos darle ninguna información, aun lo están operando".
Y Albert volvía a emprender su metódica caminata en un pasillo que poco a poco se le iba haciendo más estrecho y más largo, ocasionalmente se detenía junto al asiento que ocupaba Samantha, y la miraba largamente, se sentía apesadumbrado.
¡Albert! Será mejor que te tranquilices, no ganas nada deambulando de un lado a otro – le aconsejaba Samantha tratando de calmarlo.
Tardamos demasiado tiempo en llegar al hospital, me temo que Terry haya perdido mucha sangre – se quejo Albert apartando hacia atrás, los dorados cabellos que cubrían su rostro con los dedos – Ya hace más de una hora que lo llevaron al quirófano. Si al menos saliera Candy para decirnos como se encuentra – termino diciendo, preocupado por su amigo.
No te preocupes, él estará bien – le respondió Samantha abrazándolo – Terry es un chico muy fuerte y sano, estoy segura que saldrá con bien.
¡SAMANTHA!
Samantha se separo de Albert al escuchar su nombre y vio a su hermano que venia corriendo hacia ella.
¡Gracias a Dios ¡ qué estas bien – exclamo Adrián aliviado mientras la estrechaba entre sus brazos con fuerza.
¡George! – lo llamo Albert, al verlo llegar junto con Adrián y el Detective Patherson - ¿Encontraron a Mc Person?
Fuimos a su apartamento y........
¿Y? ¿Lo encontraron?
Mc Person ya se había ido... pero encontramos a la Srta. Eliza....
¿Pudo decirles a donde se fue?
¡No! Ella ...... – George no sabia como darle la noticia.
¿Qué ocurre?
Sr. Andrew, será mejor que venga con nosotros – le contesto el Detective Patherson
¿Por qué? ¿Qué pasa?
George miro a Samantha y le hizo una seña a Albert
– Por favor Albert, será solo un momento.
Albert comprendió que George no quería hablar delante de Samantha
– Sam vengo enseguida, avísame si tienes alguna noticia de Terry.
Esta bien Albert
Cuando Albert se había ido con George y el detective Patherson, Samantha se dirigió a su hermano y le pregunto
- ¿Adrián que ocurrió con Eliza? ¿Por qué George no quiso hablar delante de mí?
No lo sé Sam, me los encontré en el pasillo y lo único que logre sacarles es que Mc Person logro escaparse, pero habían logrado detener a Eliza – Adrián colocó sus manos sobre los hombros de su hermana, la miro fijamente a los ojos y le pregunto – Sami dime la verdad ¿Ese tipo te hizo daño?
Estoy bien Adrián
Me lo juras, Sami no quiero mas mentiras, ni que me ocultes nada – le recrimino el muchacho, escudriñando en la profundidad de los ojos negros de su hermana, tratando de ver si podía captar algún destello, cualquier cosa que le permitiera saber si Samantha le decía la verdad o mentía. Samantha miro a su hermano asustada - ¡lo sabia! - desvió la mirada avergonzada, no soportaba ver el dolor reflejado en los ojos de su hermano.
¿Por qué Samantha? ¿Por qué no me lo contaste? – le reclamo Adrián, sintiéndose traicionado.
No podía Adrián......
Siempre nos contábamos todo ¿Por qué no confiaste en mi Sami?
Tú sabes por qué – le susurro Samantha con la voz entrecortada, a punto de llorar
¡Por nuestro Padre! – exclamo Adrián - pensaste que yo saldría corriendo a contárselo
Si te lo hubiera dicho ¿Qué habrías hecho? – le contesto Samantha desafiante, recuperando el control.
Algo se nos hubiera ocurrido, pero te aseguro que ese tipo no te habría molestado más.
¿Algo como lo que paso en Grecia? – le pregunto acusadora
¡No! – se defendió el muchacho – esto es diferente
¡Diferente!
En ese momento se abrió la puerta del quirófano, una pálida Candy salió, su rostro estaba perlado en sudor, la blancura de su bata era interrumpida por un gran manchon rojo... de la sangre de Terry
- ¿Dónde esta Albert? – su voz reflejaba cuán angustiada estaba.
Se fue un momento con George – le contesto Adrián
¿Candy? ¿Terry esta...? – el temor de Sam por lo peor, la hizo hacer tal pregunta
Todavía esta vivo, pero ha perdido mucha sangre, necesitamos hacerle una transfusión con urgencia – Candy mira a los dos hermanos y les pregunta - ¿Saben que tipo de sangre tienen?
Yo soy A+ y Adrián es B+ le contesta Samantha
Terry es AB+ exclama Candy y tomándoles de la mano, les ruega – por favor necesito su ayuda.
Puedes contar con nosotros – le responde Samantha – Si no fuera por Terry, esa bala habría sido para Albert.
¡Samantha! Yo... – a Candy se le nublan los ojos al pensar que pudo haber sido Albert en lugar de Terry el que estuviera entre la vida y la muerte – ¡OH Anthony! Estoy feliz por Albert, no sé que haría si a él le pasara algo. Pero hubiera preferido recibir yo esa bala en lugar de Terry -
Será mejor que no perdamos mas tiempo chicas – exclamo Adrián abriendo la puerta de quirófano para que ellas pasaran.
Mientras tanto, en otra parte del Hospital, George y Albert entraron a una habitación, el panorama que se les presento fue deprimente, varias enfermeras estaban alrededor de la cama, acababan de suturar varias heridas, por lo cual había algodones, gasas y vendas manchadas de sangre en una bandeja. Un doctor terminaba de escribir las indicaciones para tratar al paciente que ocupaba la cama; George se acercó a este último:
– ¡Doctor! Le presento al Sr. William Albert Andrew.
Podría decirnos Doctor, cómo se encuentra mi sobrina
Cuando la trajeron estaba muy mal herida, hicimos todo lo que pudimos para salvarle la vida – le informa él medico
¿Se recuperará?
Lamentablemente no podemos saber que tan grave fue el daño, Sr. Andrew, solo el tiempo nos lo dirá.
¿Podría hablar con ella?
Si, pero solo unos minutos, la Srta. Leegan ha pasado por una experiencia muy traumática, le acabamos de administrar un calmante y en cualquier momento le hará efecto, por favor les pido que sean breves y traten de no alterarla.
Gracias Doctor – Albert se fue acercando poco a poco a la cama, seguido muy de cerca por George; el impacto que recibio al mirar el rostro de Elisa casi lo hizo irse de espaldas, esa mujer que yacia en la cama no podia ser Elisa, un rostro amoratado e inchado hacia casi imposible reconocerla. La golpiza que Jack Mc Person le había dado a Elisa había sido brutal - ¿Pero que le hizo ese desgraciado? – exclama Albert - ¡OH Dios mío! Pensar que Sam y Candy estaban en poder de ese mal nacido – Albert se arrodilla y toma la mano de Eliza, sé veía tan pequeña entre las suyas, se sentía culpable por estar agradecido de que era Eliza y no Samantha ò Candy la que estaba tendida en la cama - ¿Eliza? ¿Puedes escucharme?.
Eliza abrió los ojos, y miró a Albert mientras le sonreía.
- ¡Anthony! Viniste por mí
¿Anthony? – exclama Albert confundido
¡Anthony cuanto te he extrañado! ¿Por qué tardaste tanto?
Albert levanto la cabeza y en su mirada se dibujó una expresión de interrogación
– ¡Doctor! ¿Por qué me esta confundiendo con mi sobrino Anthony?
La Srta. Leegan se encuentra en estado de Shock y me temo que los golpes que recibió en la cabeza, hayan causado algún daño en su cerebro
Debe ser por que tú y Anthony se parecían mucho – le respondió George, tratando de encontrar alguna explicación.
¡Eliza! Soy Albert ¿No me reconoces? – le preguntó Albert acariciando su mejilla con suavidad.
¡NO! ....... YO...... NO SOY ELIZA .........¿Por qué me dices así Anthony? – gritó inquieta Eliza con los ojos llenos de lagrimas, tratando de incorporase.
¡Eliza escúchame! SOY EL TIO ABUELO WILLIANS – mientras la detenía e intentaba hacerla entrar en razón.
¡NO! ELLA Y NEAL SON MALOS, NADIE LOS QUIERE, A MI TODOS ME QUIEREN.... ellos colocaron unas joyas de la Sra. Leegan en mi maleta para que todos creyeran que soy una ladrona, ¡Pero te juro que yo no fui! ¡Anthony! Tú tienes que creerme..... – exclamaba Eliza bañada en llanto y abrazándose con fuerza a Albert - por favor.... Anthony..... tienes que sacarme de esa casa..... todos.....son.....muy malos......no.....me.... quieren ......Tie... – los calmantes habían comenzado a hacer efecto y Eliza poco a poco se fue quedando dormida, entre los brazos de Albert.
Esta bien pequeña descansa – le dijo Albert colocando con suavidad su cabeza sobre la almohada y dándole un beso en la frente – No te preocupes, ya nadie te hará daño.
Señores les pido por favor que salgan de la habitación, la Srta. Leegan debe descansar – les ordeno el Doctor, señalando la puerta.
Avíseme en cuanto despierte y por favor cuídela bien – le dijo Albert extendiendo su mano hacia el Doctor.
No se preocupe Sr. Andrew, la Srta. Leegan se encuentra en buenas manos – le respondió el Doctor estrechando la mano que le ofrecía Albert.
Detective Patherson, quiero que encuentren a Mc Person –ordenó Albert, mientras salía de la habitación
Tengo a mis mejores hombres buscándolo Sr. Andrew, esta vez no se escapara.
¡Espero que esta vez no me fallen Detective! –mientras se iba alejando lentamente y dirigiéndose a George - Estaré con Terry, mantenme informado – de repente, como si se hubiera acordado de algo, miro al Detective– Patherson ¡lo quiero con vida! – le advierte casi en un susurro.
Una semana mas tarde
Terry corrió con suerte, ya que unos centímetros mas a la derecha y la bala le hubiera alcanzado el corazón y gracias a las transfusiones de sangre, Terry se fue recuperando poco a poco, el Doctor no quería darle de alta, pero Terry ya no aguantaba un día más en el Hospital y por si esto no fuera suficiente, cada vez que Adrián entraba a la habitación, Terry sé ponía de mal humor y lo trataba en forma grosera. Lo que ocurría era que no le agradaba que Adrián anduviera por ahí revoloteando alrededor de Candy (eso era lo que él pensaba), ya que aun lo veía como a su rival.
Un día aprovechando que Candy había salido y Adrián sé había quedado solo con Terry, el chico se enfrento a Terry y le pregunto qué pasaba, Terry lo miro y le grito que Candy le pertenecía y que no permitiría que él se la quitara. Adrián se dio cuenta que a Terry lo que le pasaba era que estaba celoso y comenzó a reír. Terry furioso le dijo que si no paraba, se levantaría de la cama y le daría su merecido.
Adrián dejo de burlarse y con mucha seriedad le aseguro que entre él y Candy no había nada, solo eran buenos amigos, le mostró una foto que guardaba en su billetera y comenzó a hablarle de su prometida, al poco tiempo los dos se habían hecho amigos, casi podría decirse que camaradas, lo bueno de esto era que ya no se peleaban, pero como dicen "El remedio fue peor que la enfermedad", debido a que al enterarse las enfermeras de quien era Terry y que Adrián era soltero y rico, Candy se la pasaba todo el día sacando a las chicas de la habitación, ya que a cada rato aparecía una con la excusa de traerle alguna medicina a Terry, otra quería cambiarle los vendajes cada 10 minutos y el colmo fue una que Quería darle un baño de esponja, así que entre Adrián y Terry, tenían alborotado a todo el personal femenino del Hospital. Hasta que un día Candy se puso tan furiosa que amenazo a Terry que se iría solo a Nueva York.
Ya me temía que esto iba a pasar – exclamo Samantha muy seria – Es la maldición Sthepanos.
¿Maldición Sthepanos? – pregunto Albert intrigado
Ahora por las venas de Terry corre más sangre Sthepanos que Grandchester – le explicaba Samantha intentando parecer seria aunque no lo lograba con mucho éxito – y todo el mundo sabe que los hombres Sthepanos son unos Don Juanes empedernidos, no pueden ver una falda, que enseguida salen tras ella – termino diciendo alzando los hombres y guiñándole un ojo a Albert.
¡SI ES VERDAD! – exclamo Adrián haciendo un gran alboroto – Terry es ahora nuestro hermano de sangre, y como su hermano me encargare de presentarle a todas las chicas bonitas de Chicago. Ya veras como nos vamos a divertir – termino diciendo el muchacho guiñándole un ojo y dándole en las costillas a Terry con el codo.
¡NI SE TE OCURRA! – grito Candy con la cara tan roja que parecía que las pecas de la nariz fueran a saltar – COMO TE ATREVAS – le amenazo – le contare todo a Helena.
Pero..... Candy.... tú me prometiste – dijo Adrián todo preocupado.
Estas avisado – le advirtió Candy y mirando a Terry – Y TU ¡CÓMO SE TE OCURRA SALIR CON......
No se ve hermosa mi Tarzan Pecosa – exclamo Terry agarrando a Candy por la cintura y dándole en beso tan apasionado que Candy se rindió y dejo de regañarlos.
Al final, Albert logro convencer al Doctor de que le permitiera llevar a Terry a Lakewood, allá él estaría más tranquilo (y el Hospital también, ya que lo reporteros se la pasaban rondando por toda el área y molestando a todo el personal) y Candy le aseguro que ella se encargaría de cuidarlo personalmente, el Doctor accedió con la condición de que guardara reposo.
A la Tía Abuela no le hizo mucha gracia toda esa publicidad y se mudo a la casa que tenían los Andrew en la ciudad, y así podría tenerlo todo preparado para cuando Eliza saliera del Hospital, ya que iría a vivir con ella, debido a que un día Sarah Leegan, entro al despacho de Albert gritando histérica que él no podía hacerlos responsable por lo que hizo Eliza y por lo tanto, le pedía que no cumpliera su amenaza de expulsar a los Leegan del Clan Andrew.
Albert se molesto tanto que le grito que como era posible que estuviera mas preocupada por eso, que por la salud de su hija, ya que sabia que no la había ido a visitar ni un solo día. No entendía como era posible que los dos pertenecieran a la misma familia. Albert termino llamando al personal de seguridad para que la sacaran de su oficina y le prometió que si lo volvía a molestar, cumpliría con su amenaza.
oooooooooo
Unas semanas mas tarde, Albert y Terry se encontraban tomando un coñac en la biblioteca de Lakewood, aprovechando que Candy y Samantha se habían ido a visitar a Annie, faltaba poco para que diera a luz y Annie, los tenia a todos corriendo de un lado para otro, comprando cosas de última hora, para la habitación de los bebes.
George llamo a la puerta y les informo que el Detective Patherson les tenia noticias de Mc Person.
Detective Patherson por favor siéntese – lo saludo Albert y señalando a Terry - ¿Conoce Usted a Terry? – le pregunta Albert.
Es todo un honor Sr. Terrence Grandchester – contesto Patherson estrechando la mano que Terry le extendía.
¿Y bien? Me dice George que me tiene noticias sobre Mc Person.
Si, pero no creo que le agraden
¿No me diga que se les volvió a escapar? – le reclamo Albert irritado
No Señor, tenemos Jack Mc Person
¿Entonces? – pregunto Terry
Siento informarle que esta muerto – les respondió Patherson
¡QUE! - Exclamo Albert levantándose de golpe de su silla – Acaso no fui claro, le dije que lo quería vivo.
No fue culpa nuestra Sr. Andrew – intento disculparse Patherson un poco nervioso
¿Y se puede saber que paso?
Como temíamos, Mc Person había logrado escapar de la ciudad, telegrafiamos sus datos a nuestras agencias de todo el país y nos respondieron desde San Francisco que un hombre con sus características había sido visto deambulando por los muelles. Cuando llegamos nos informaron que Mc Person había logrado conseguir trabajo bajo el nombre de "Joe Largue" en un barco que zarpaba para Brasil, no se sabe muy bien que paso, pero hace cuatro días su cuerpo apareció con el cuello roto, flotando en la bahía, algunos testigos dicen haberlo visto tomando en un bar cercano a los muelles junto con algunos marineros. La policía dice que no es el primer borracho que cae al mar y se rompe el cuello con la caída, así que dieron el caso por cerrado. ¿Pero si usted quiere Sr. Andrew, nosotros podemos.......
Detective Patherson, ¿Sabe el nombre del barco?
Si señor - le responde después de consultar una libreta que saco de su chaqueta - es el "Minotauro"
Gracias Detective Patherson por sus servicios – le dijo Albert caminando hacia la ventana y dando por terminada la reunión – George se encargara de pagarle sus honorarios.
El hombre no se sorprendió por la forma tan fría en que Albert le hablo, ya sé lo temía
- A sido un placer trabajar para Usted. Sr. Andrew, estaremos
siempre a la orden – le respondió el Detective dirigiéndose a la
puerta acompañado de George.
George cierra la puerta al salir y avísanos en cuanto lleguen las chicas.
Entendido Albert
¿Albert que ocurre? – le preguntó Terry confundido.
Albert se había quedado contemplando el color ámbar de su bebida los pensamientos estaban en ebullición en su cabeza y le dolía lo que la razón le decía.... levantó la copa y se tomó todo el licor de un solo golpe - Ese barco pertenece al Sr. Adriano – dijo, mientras sentía como la bebida le iba quemando la garganta.
¿El Papá de Adrián y Samantha?
Sí
¿Tú crees que ellos hayan sido capaces de....
Albert miró a su amigo muy fijamente, sus ojos parecían dos trozos de hielo, y como tales transmitieron la sensación de frialdad al joven actor.
- Terry te voy a pedir un favor
Lo que sea Albert
Olvida lo que dijo Patherson
Pero.......
No quiero, ni que le preguntes a Adrián.
Pero Albert....
Prométemelo Terry.
Te lo prometo Albert.
Gracias amigo – exclamo Albert – Candy y Samantha no deberán saber nunca que paso con ese hombre. Es mejor así – pensó Albert mientras contemplaba el jardín de desde la ventana; las rosas de Anthony estaban en flor y daban un espectáculo maravilloso, ellas nada sabian de dolor, de lagrimas... de muerte...
ooooooooooooooooo
¡Samantha! ¿Adónde vamos? – le preguntaba Albert intrigado.
No seas curioso y sube al auto – le ordena la chica colocándose detrás del volante, mientras una sonrisa traviesa se dibujaba en sus labios.
Samantha había ido a buscar a Albert a su oficina y a pesar de sus protestas de que tenia una reunión muy importante con varios accionistas, logro sacarlo (casi a rastras) del edificio, antes de subirse al auto Samantha se acerco a George y le hablo al oído para que Albert no pudiera escucharlos.
Pero Sam, al menos dime...
Si te lo digo, ya no será una sorpresa.
Albert entendió que no conseguiría sacarle ninguna información, así que se relajo y se dedico a contemplar el camino, de vez en cuando, volteaba la mirada hacia Samantha, ella le sonreía y le guiñaba un ojo. Media hora después, Samantha detenía el auto enfrente de la estación de trenes.
Samantha ¿Qué hacemos aquí?
Venimos a buscar tú regalo de bodas – le respondió la muchacha, saliendo del auto y corriendo hacia la estación.
¿Regalo? - le grito Albert corriendo tras ella.
¡RAPIDO ALBERT¡ - le apremio la chica – el tren esta llegando
Cuando Albert logro alcanzar a Samantha, esta le tendió un sobre – Ten – exclamo la chica, entregándoselo
¿Qué es? – le pregunto Albert abriendo el sobre y sacando unas fotos
¿Dime que ves en las fotos? – le pregunto la chica emocionada
Albert miro las fotos y contesto
¡Parece un campamento militar!
Míralas bien – le insistió la chica, mientras veía como el tren ya estaba llegando a la plataforma.
Veo a un soldado que parece que le esta mostrando algo a sus compañeros y estos se están riendo - le responde Albert sin entender a donde quería llegar Samantha.
¿No te parece conocido ese soldado? – le pregunta Samantha cada vez mas inquieta, sin quitar la vista del tren que ya se había detenido y los pasajeros comenzaban a descender.
¿Conocido? – pregunta Albert observando mas detenidamente la fotografía – no sé, el rostro no se le puede ver muy bien, tal vez sin la barba y los lentes ¡LENTES! ¡POR DIOS! ¡PERO SI SE PARECE A... - exclama Albert mirando sorprendido a Samantha mientras se despejaba la frente con los dedos temblorosos y peinaba para atrás su larga cabellera.
Samantha comenzó a reír y tomo el rostro de Albert entre sus manos y lo giro para que mirara en dirección al tren. En ese momento un hombre con lentes, barbudo, usando ropa de marinero y con el cabello negro, tan largo que le llegaba hasta los hombros, llevando un saco (como los que usan los marineros para guardar su ropa) en las manos, se apea del tren, recorre con la mirada él anden, hasta que sus ojos se posan en Albert y sonríe.
Albert se quedó petrificado, el sobre con las fotografías se deslizo de sus manos y cayo al suelo, mientras tanto Samanta saludaba al hombre que le devolvía el saludo mientras se colocaba el saco en el hombro y caminaba hacia ellos. Albert aun sin poder creer lo que sus ojos veían, seguía viendo fijamente al desconocido hasta que llego delante de ellos...
¡Albert! ¿Acaso no piensas saludar a un viejo amigo?
Albert al fin reaccionó y lo abrazo mientras intentaba recuperarse.
- ¡STEAR! ¿ERES TU?.... NO PUEDO CREERLO.... PERO SI TE
CREIAMOS.........
Samantha no paraba de reír
- Tú! – exclama Albert señalándola – ¿Por qué no me dijiste nada?
Ya te dije que era una sorpresa – le respondió sonriendo mientras le enseñaba su lengua como toda una niña malcriada... una ráfaga de viento la hizo ir tras las fotografías que habían quedado esparcidas en el suelo, lo que ni Samantha, Albert o Stear sabían, era que el viento lo que en verdad se estaba llevando eran muchos años de dolor...
Supongo que usted es la Srta. Samantha Sthepanos ¿O me equivoco? – pregunto Stear extendiendo una mano para saludarla, pero sin dejar de soltar a Albert.
Es un placer conocerle al fin Sr. Alister Cornwel – contesto ella tomando su mano entre las suyas - ¿Tuvo buen viaje?
Por favor dígame Stear – le pidió el chico – Todos fueron muy amables, el Capitán quería que me alojara en su camarote, pero yo no podía permitirlo, así que le pedí si podía quedarme con los marineros y hasta dejaron que los ayudara con sus tareas. Fue un viaje fabuloso, el aire puro del mar y el trabajo duro me hicieron mucho bien.
Pero...... ¿Cómo es posible? – se preguntaba Albert volviendo a abrazar a Stear
Ya habrá tiempo para responder a todas tus preguntas, ahora será mejor que nos pongamos en camino – decía Samantha mientras se situaba entre los dos hombres y pasaba sus brazos entre los de ellos, llevándolos hacia el auto.
Al llegar a Lakewood, Samantha le pidió a Stear que esperara, ella y Albert irían primero. Cuando entraron a la Mansión, Archie se acerca a la pareja y les pregunta que pasaba, por que los habían mandado a llamar.
Les tenemos una pequeña sorpresa – exclamó Samantha y dirigiéndose a George le preguntó - ¿Ya llegaron todos?
Si, Srta. Samantha, tal como Usted me pidió, le avise a toda la familia
¿Y Patty?
Aquí estoy Samantha, pero ¿A qué se debe tanto misterio? – le pregunta la chica un poco preocupada.
Samantha se acerco a la chica, con un ademán casi maternal la tomó del brazo y la llevó al centro del salón
- Patty, quiero que conozcas a una persona, Albert podrías.....
Albert le hizo una seña a Stear, quien se fue acercando lentamente hacia la puerta, un sol brillante lo acompañó, como si lo protegiera mientras entraba hacia el salón, todos aquellos que estaban en el salón solo veían una sombra que caminaba lentamente hacia ellos; el silencio era general casi sé podía escuchar la respiración de los presentes... de pronto un grito resonó en todo el salón haciéndose eco.
¡STEAR! – era Patty que lo había reconocido y corría hacia sus brazos
¿Stear? – Archie no pudo reaccionar... su mente le traicionaba diciéndole que se trataba de un fantasma.
Candy volteo a mirar a Albert, sabia que él no podría mentirle
– ¿Albert de verdad es Stear?
Si, Candy soy yo – le responde el muchacho, sin dar tiempo de que Albert pronunciara palabra alguna, sin dejar de abrazar a Patty – un poco más flaco, con el cabello largo y con barba, pero soy yo.
¡CANDY! – la llama Annie – ven rápido, la Tía Abuela se desmayo.
Una hora después, cuando ya todos se habían recuperado de la impresión, empezaron a hacer preguntas, Samantha les pidió que si se calmaban, Stear y ella, les explicarían todo.
¿Por donde empezamos? – pregunto Stear a Samantha, mientras daba un suspiro.
¿Por qué no explicas que te paso? – sugirió Archie - Nos habían dicho que te habían herido en una batalla y que tu avión se estrello en el mar.
Así es – respondió el muchacho – a ultimo minuto logre saltar con mi paracaídas, pero como estaba herido, tarde en abrirlo y al caer al mar quede inconsciente. Cuando desperté, me encontraba en un barco pesquero francés, ellos me recogieron, curaron mis heridas lo mejor que pudieron, unos días después apareció un barco alemán y los intercepto. El Capitán intento hacerme pasar por un miembro de su tripulación, pero los Alemanes se dieron cuenta que era Norteamericano y me tomaron prisionero. Me llevaron a un hospital de campaña y cuando mis heridas sanaron, me trasladaron a un campo de prisioneros en Alemania.
Por eso nunca encontraron tú cuerpo – exclamo Albert – Lo que no entiendo es ¿Qué tiene que ver Samantha en todo esto?.
¿Te acuerdas? cuando me llevaste a ver la habitación donde están todos los retratos de tú familia – le pregunta Samantha tomando la palabra
Si, pero ¿Qué tiene que ver eso? – le responde Albert
Me entere de la historia de Stear, por lo que me había contado Candy, pero no sabia como era él físicamente. Yo me lo imaginaba parecido a ti o a Archie y cuando vi su retrato me lleve una gran sorpresa. Cuando volví a mi casa busque unas fotografías que había tomado cuando estaba en Europa.
¿Las mismas que me mostraste en la estación?
Esas mismas
Pero. ¿Dónde tomaste esas fotos?
Cuando estaba en Italia buscándote, conocí al Sr. Gustave Ador, Presidente de la Cruz Roja Internacional, él me informo que habían logrado un acuerdo con los gobiernos de los dos bandos y les permitirían visitar los campos de prisioneros de guerra, él sabia que yo te estaba buscando y como una forma de agradecerle a mi Padre, su colaboración por prestar sus barcos para el envió de los suministros médicos, me ofreció acompañarlos. Cuando llegamos a Alemania, en uno de los campos que visitamos, me llamo la atención un grupo de prisioneros que se estaban divirtiendo, mientras les tomaba fotos, escuche como un soldado Alemán le decía a su compañero " Hay va otra vez el Americano con otro de sus locos inventos para escapar" y comenzaron a bromear quien seria el chiflado que se atrevería esta vez a probarlo.
Archie y Terry comenzaron a bromear al ver como el rostro de Stear que se estaba poniendo rojo por la vergüenza
– Solo les hacían falta unos pequeños ajustes, pero después que
uno de los muchachos se fracturo una pierna, nadie quiso probar mis
inventos – se quejo Stear dolido – No sabes como te extrañe Candy,
seguro que tú si me hubieras ayudado.
Claro Stear – le aseguro Archie guiñándole un ojo a Terry – tú sabes que Candy siempre ha sido una de tus más entusiastas colaboradoras. Estoy seguro que si tienes alguno de esos inventos contigo, Candy gustosa, querrá probarlo.
¡QUEEEEEEE! – grito Candy pegando un brinco en la silla
Por favor Samantha sigue – le pidió Patty tratando de cambiar la conversación, ya que Stear se había dado cuenta que su hermano y Terry solo se estaban burlando de él.
Bueno, para resumir – dijo Samantha aguantando la risa – Al ver que la persona que salía en la fotografía era la misma del cuadro, llame a una amiga que trabaja con la Cruz Roja en Nueva York y le pedí si podía comunicarse con el Sr. Gustave Ador y gracias a las influencias de mi Padre, logramos sacar a Stear.
¿Y por que no nos avisaste en todo este tiempo jovencita? – se quejo la Tía Elroy malhumorada.
Es que no estaba segura si pudiésemos lograrlo y cuando me enviaron el telegrama, informándome que Stear estaba en camino, quise avisarles, pero...
No se moleste con Samantha, Tía Elroy – le pidió Stear – Fue culpa mía, yo le rogué que no lo hiciera, ya que quería darles la sorpresa.
Y vaya sorpresita – se burlo Terry
Ahora que Samantha y Yo, ya les contamos todo, alguien podría explicarme, como es eso que Albert es el Tío Abuelo Willians – exigió Stear.
Creo que esa historia tendrá que esperar – comento Annie, tomando el brazo que Archie le ofrecía para levantarse.
¿Qué te ocurre Annie? – exclamo Candy corriendo para ayudar a su amiga
Los bebes vienen en camino – le respondió Annie intentando aguantar el dolor.
¡GEORGE! – grito Albert – deprisa, trae el auto
En el Hospital Santa Juana, todos se encontraban reunidos en la sala de espera, Archie estaba tan nervioso que Candy estuvo a punto de darle un calmante. Mientras que Adrián y Terry, se la pasaban haciendo bromas a costa de Archie.
¡Archie! Te dije que así no se coloca el pañal – exclamaba Adrián imitando la voz de falsete de Annie.
¿Qué tiene de malo...? – preguntaba Terry con cara inocente, mostrando un muñeco (que no sé sabia de donde lo había sacado) con un pañal en la cabeza.
Archie los fulmino con la mirada y cuando estaba a punto de decirles lo que podían hacer con el pañal, Stear se le acerco y mostrándole un dibujo que tenia en la mano, le dijo
– No te preocupes hermano, acabo de diseñar un aparato que
cambiara los pañales en un minuto.
Archie agarro a su hermano por el cuello de la camisa
– ¡¡¡COMO SE TE OCURRA PROBAR UNO DE TUS INVENTOS CON MIS HIJOS,
YO TE......
¡Archie! ¡Stear! – Compórtense, no se olviden quiénes son y dónde estamos – los regaño la Tía Elroy.
¡Disculpe Tía! – exclamaron los chicos al mismo tiempo.
Y eso va con ustedes también, jovencitos – exclamo la Tía Elroy llamándoles la atención a Terry y Adrián.
¡Que carácter! tiene la vieja – le susurro Terry a Adrián – Candy no exageraba
Se me ocurre una idea – le contesto Adrián a Terry guiñándole un ojo – ven sígueme.
Albert observo a los chicos marcharse y le comento a Samantha
- ¿Qué se traerán entre manos, estos dos ahora?
Si mi hermano esta metido – le contesto la chica, encogiendo los hombros - Nada bueno será.
¡FELICIDADES ARCHIE! eres Padre de una preciosa niña y un hermoso niño – Exclamo Candy, abrazando al muchacho casi sin aliento, ya que en cuanto Annie salió del quirófano, Candy había salido corriendo para darles la noticia.
Annie... ¿Esta bien?..... ¿Y los bebes?
Todos están bien, a Annie la acaban de trasladar a una habitación y dentro de poco llevaran a los bebes para que los vean.
Cuando todos fueron a la habitación a felicitar a Annie, las enfermeras acababan de traer a los dos bebes.
Annie mi amor – exclamo Archie acercándose a su esposa para darle un beso.
Archie – exclamo Annie sonriente – Te presento a tus hijos: Anthony y Cristine.
¿Cristine? – Entiendo por que le colocaron al niño Anthony – exclamo la Tía Elroy emocionada - pero....
Ese es el nombre de la Madre de mi suegro – Tía Elroy le contesto Archie sonriendo y con la bebe entre sus brazos.
ESTO HAY QUE CELEBRARLO – Gritaron Adrián y Terry, entrando en la habitación con unas botellas de champaña y unas copas en las manos.
________________________________________________________________________ Dedico este capitulo a mi amiga y Co-escritora Chriztina López.
Loly
Por
Chriztina Lopez y Loly Sayol
Capitulo XIV
Respuesta a una plegaria
Hospital Santa Juana.
Albert caminaba de un lado a otro del pasillo, sus pasos resonaban como el péndulo de un reloj, marcando cada segundo que pasaba; cada vez que veía a una de las enfermeras salir del quirófano, les hacia la misma pregunta y siempre le respondían
"Lo sentimos Sr. Andrew, no podemos darle ninguna información, aun lo están operando".
Y Albert volvía a emprender su metódica caminata en un pasillo que poco a poco se le iba haciendo más estrecho y más largo, ocasionalmente se detenía junto al asiento que ocupaba Samantha, y la miraba largamente, se sentía apesadumbrado.
¡Albert! Será mejor que te tranquilices, no ganas nada deambulando de un lado a otro – le aconsejaba Samantha tratando de calmarlo.
Tardamos demasiado tiempo en llegar al hospital, me temo que Terry haya perdido mucha sangre – se quejo Albert apartando hacia atrás, los dorados cabellos que cubrían su rostro con los dedos – Ya hace más de una hora que lo llevaron al quirófano. Si al menos saliera Candy para decirnos como se encuentra – termino diciendo, preocupado por su amigo.
No te preocupes, él estará bien – le respondió Samantha abrazándolo – Terry es un chico muy fuerte y sano, estoy segura que saldrá con bien.
¡SAMANTHA!
Samantha se separo de Albert al escuchar su nombre y vio a su hermano que venia corriendo hacia ella.
¡Gracias a Dios ¡ qué estas bien – exclamo Adrián aliviado mientras la estrechaba entre sus brazos con fuerza.
¡George! – lo llamo Albert, al verlo llegar junto con Adrián y el Detective Patherson - ¿Encontraron a Mc Person?
Fuimos a su apartamento y........
¿Y? ¿Lo encontraron?
Mc Person ya se había ido... pero encontramos a la Srta. Eliza....
¿Pudo decirles a donde se fue?
¡No! Ella ...... – George no sabia como darle la noticia.
¿Qué ocurre?
Sr. Andrew, será mejor que venga con nosotros – le contesto el Detective Patherson
¿Por qué? ¿Qué pasa?
George miro a Samantha y le hizo una seña a Albert
– Por favor Albert, será solo un momento.
Albert comprendió que George no quería hablar delante de Samantha
– Sam vengo enseguida, avísame si tienes alguna noticia de Terry.
Esta bien Albert
Cuando Albert se había ido con George y el detective Patherson, Samantha se dirigió a su hermano y le pregunto
- ¿Adrián que ocurrió con Eliza? ¿Por qué George no quiso hablar delante de mí?
No lo sé Sam, me los encontré en el pasillo y lo único que logre sacarles es que Mc Person logro escaparse, pero habían logrado detener a Eliza – Adrián colocó sus manos sobre los hombros de su hermana, la miro fijamente a los ojos y le pregunto – Sami dime la verdad ¿Ese tipo te hizo daño?
Estoy bien Adrián
Me lo juras, Sami no quiero mas mentiras, ni que me ocultes nada – le recrimino el muchacho, escudriñando en la profundidad de los ojos negros de su hermana, tratando de ver si podía captar algún destello, cualquier cosa que le permitiera saber si Samantha le decía la verdad o mentía. Samantha miro a su hermano asustada - ¡lo sabia! - desvió la mirada avergonzada, no soportaba ver el dolor reflejado en los ojos de su hermano.
¿Por qué Samantha? ¿Por qué no me lo contaste? – le reclamo Adrián, sintiéndose traicionado.
No podía Adrián......
Siempre nos contábamos todo ¿Por qué no confiaste en mi Sami?
Tú sabes por qué – le susurro Samantha con la voz entrecortada, a punto de llorar
¡Por nuestro Padre! – exclamo Adrián - pensaste que yo saldría corriendo a contárselo
Si te lo hubiera dicho ¿Qué habrías hecho? – le contesto Samantha desafiante, recuperando el control.
Algo se nos hubiera ocurrido, pero te aseguro que ese tipo no te habría molestado más.
¿Algo como lo que paso en Grecia? – le pregunto acusadora
¡No! – se defendió el muchacho – esto es diferente
¡Diferente!
En ese momento se abrió la puerta del quirófano, una pálida Candy salió, su rostro estaba perlado en sudor, la blancura de su bata era interrumpida por un gran manchon rojo... de la sangre de Terry
- ¿Dónde esta Albert? – su voz reflejaba cuán angustiada estaba.
Se fue un momento con George – le contesto Adrián
¿Candy? ¿Terry esta...? – el temor de Sam por lo peor, la hizo hacer tal pregunta
Todavía esta vivo, pero ha perdido mucha sangre, necesitamos hacerle una transfusión con urgencia – Candy mira a los dos hermanos y les pregunta - ¿Saben que tipo de sangre tienen?
Yo soy A+ y Adrián es B+ le contesta Samantha
Terry es AB+ exclama Candy y tomándoles de la mano, les ruega – por favor necesito su ayuda.
Puedes contar con nosotros – le responde Samantha – Si no fuera por Terry, esa bala habría sido para Albert.
¡Samantha! Yo... – a Candy se le nublan los ojos al pensar que pudo haber sido Albert en lugar de Terry el que estuviera entre la vida y la muerte – ¡OH Anthony! Estoy feliz por Albert, no sé que haría si a él le pasara algo. Pero hubiera preferido recibir yo esa bala en lugar de Terry -
Será mejor que no perdamos mas tiempo chicas – exclamo Adrián abriendo la puerta de quirófano para que ellas pasaran.
Mientras tanto, en otra parte del Hospital, George y Albert entraron a una habitación, el panorama que se les presento fue deprimente, varias enfermeras estaban alrededor de la cama, acababan de suturar varias heridas, por lo cual había algodones, gasas y vendas manchadas de sangre en una bandeja. Un doctor terminaba de escribir las indicaciones para tratar al paciente que ocupaba la cama; George se acercó a este último:
– ¡Doctor! Le presento al Sr. William Albert Andrew.
Podría decirnos Doctor, cómo se encuentra mi sobrina
Cuando la trajeron estaba muy mal herida, hicimos todo lo que pudimos para salvarle la vida – le informa él medico
¿Se recuperará?
Lamentablemente no podemos saber que tan grave fue el daño, Sr. Andrew, solo el tiempo nos lo dirá.
¿Podría hablar con ella?
Si, pero solo unos minutos, la Srta. Leegan ha pasado por una experiencia muy traumática, le acabamos de administrar un calmante y en cualquier momento le hará efecto, por favor les pido que sean breves y traten de no alterarla.
Gracias Doctor – Albert se fue acercando poco a poco a la cama, seguido muy de cerca por George; el impacto que recibio al mirar el rostro de Elisa casi lo hizo irse de espaldas, esa mujer que yacia en la cama no podia ser Elisa, un rostro amoratado e inchado hacia casi imposible reconocerla. La golpiza que Jack Mc Person le había dado a Elisa había sido brutal - ¿Pero que le hizo ese desgraciado? – exclama Albert - ¡OH Dios mío! Pensar que Sam y Candy estaban en poder de ese mal nacido – Albert se arrodilla y toma la mano de Eliza, sé veía tan pequeña entre las suyas, se sentía culpable por estar agradecido de que era Eliza y no Samantha ò Candy la que estaba tendida en la cama - ¿Eliza? ¿Puedes escucharme?.
Eliza abrió los ojos, y miró a Albert mientras le sonreía.
- ¡Anthony! Viniste por mí
¿Anthony? – exclama Albert confundido
¡Anthony cuanto te he extrañado! ¿Por qué tardaste tanto?
Albert levanto la cabeza y en su mirada se dibujó una expresión de interrogación
– ¡Doctor! ¿Por qué me esta confundiendo con mi sobrino Anthony?
La Srta. Leegan se encuentra en estado de Shock y me temo que los golpes que recibió en la cabeza, hayan causado algún daño en su cerebro
Debe ser por que tú y Anthony se parecían mucho – le respondió George, tratando de encontrar alguna explicación.
¡Eliza! Soy Albert ¿No me reconoces? – le preguntó Albert acariciando su mejilla con suavidad.
¡NO! ....... YO...... NO SOY ELIZA .........¿Por qué me dices así Anthony? – gritó inquieta Eliza con los ojos llenos de lagrimas, tratando de incorporase.
¡Eliza escúchame! SOY EL TIO ABUELO WILLIANS – mientras la detenía e intentaba hacerla entrar en razón.
¡NO! ELLA Y NEAL SON MALOS, NADIE LOS QUIERE, A MI TODOS ME QUIEREN.... ellos colocaron unas joyas de la Sra. Leegan en mi maleta para que todos creyeran que soy una ladrona, ¡Pero te juro que yo no fui! ¡Anthony! Tú tienes que creerme..... – exclamaba Eliza bañada en llanto y abrazándose con fuerza a Albert - por favor.... Anthony..... tienes que sacarme de esa casa..... todos.....son.....muy malos......no.....me.... quieren ......Tie... – los calmantes habían comenzado a hacer efecto y Eliza poco a poco se fue quedando dormida, entre los brazos de Albert.
Esta bien pequeña descansa – le dijo Albert colocando con suavidad su cabeza sobre la almohada y dándole un beso en la frente – No te preocupes, ya nadie te hará daño.
Señores les pido por favor que salgan de la habitación, la Srta. Leegan debe descansar – les ordeno el Doctor, señalando la puerta.
Avíseme en cuanto despierte y por favor cuídela bien – le dijo Albert extendiendo su mano hacia el Doctor.
No se preocupe Sr. Andrew, la Srta. Leegan se encuentra en buenas manos – le respondió el Doctor estrechando la mano que le ofrecía Albert.
Detective Patherson, quiero que encuentren a Mc Person –ordenó Albert, mientras salía de la habitación
Tengo a mis mejores hombres buscándolo Sr. Andrew, esta vez no se escapara.
¡Espero que esta vez no me fallen Detective! –mientras se iba alejando lentamente y dirigiéndose a George - Estaré con Terry, mantenme informado – de repente, como si se hubiera acordado de algo, miro al Detective– Patherson ¡lo quiero con vida! – le advierte casi en un susurro.
Una semana mas tarde
Terry corrió con suerte, ya que unos centímetros mas a la derecha y la bala le hubiera alcanzado el corazón y gracias a las transfusiones de sangre, Terry se fue recuperando poco a poco, el Doctor no quería darle de alta, pero Terry ya no aguantaba un día más en el Hospital y por si esto no fuera suficiente, cada vez que Adrián entraba a la habitación, Terry sé ponía de mal humor y lo trataba en forma grosera. Lo que ocurría era que no le agradaba que Adrián anduviera por ahí revoloteando alrededor de Candy (eso era lo que él pensaba), ya que aun lo veía como a su rival.
Un día aprovechando que Candy había salido y Adrián sé había quedado solo con Terry, el chico se enfrento a Terry y le pregunto qué pasaba, Terry lo miro y le grito que Candy le pertenecía y que no permitiría que él se la quitara. Adrián se dio cuenta que a Terry lo que le pasaba era que estaba celoso y comenzó a reír. Terry furioso le dijo que si no paraba, se levantaría de la cama y le daría su merecido.
Adrián dejo de burlarse y con mucha seriedad le aseguro que entre él y Candy no había nada, solo eran buenos amigos, le mostró una foto que guardaba en su billetera y comenzó a hablarle de su prometida, al poco tiempo los dos se habían hecho amigos, casi podría decirse que camaradas, lo bueno de esto era que ya no se peleaban, pero como dicen "El remedio fue peor que la enfermedad", debido a que al enterarse las enfermeras de quien era Terry y que Adrián era soltero y rico, Candy se la pasaba todo el día sacando a las chicas de la habitación, ya que a cada rato aparecía una con la excusa de traerle alguna medicina a Terry, otra quería cambiarle los vendajes cada 10 minutos y el colmo fue una que Quería darle un baño de esponja, así que entre Adrián y Terry, tenían alborotado a todo el personal femenino del Hospital. Hasta que un día Candy se puso tan furiosa que amenazo a Terry que se iría solo a Nueva York.
Ya me temía que esto iba a pasar – exclamo Samantha muy seria – Es la maldición Sthepanos.
¿Maldición Sthepanos? – pregunto Albert intrigado
Ahora por las venas de Terry corre más sangre Sthepanos que Grandchester – le explicaba Samantha intentando parecer seria aunque no lo lograba con mucho éxito – y todo el mundo sabe que los hombres Sthepanos son unos Don Juanes empedernidos, no pueden ver una falda, que enseguida salen tras ella – termino diciendo alzando los hombres y guiñándole un ojo a Albert.
¡SI ES VERDAD! – exclamo Adrián haciendo un gran alboroto – Terry es ahora nuestro hermano de sangre, y como su hermano me encargare de presentarle a todas las chicas bonitas de Chicago. Ya veras como nos vamos a divertir – termino diciendo el muchacho guiñándole un ojo y dándole en las costillas a Terry con el codo.
¡NI SE TE OCURRA! – grito Candy con la cara tan roja que parecía que las pecas de la nariz fueran a saltar – COMO TE ATREVAS – le amenazo – le contare todo a Helena.
Pero..... Candy.... tú me prometiste – dijo Adrián todo preocupado.
Estas avisado – le advirtió Candy y mirando a Terry – Y TU ¡CÓMO SE TE OCURRA SALIR CON......
No se ve hermosa mi Tarzan Pecosa – exclamo Terry agarrando a Candy por la cintura y dándole en beso tan apasionado que Candy se rindió y dejo de regañarlos.
Al final, Albert logro convencer al Doctor de que le permitiera llevar a Terry a Lakewood, allá él estaría más tranquilo (y el Hospital también, ya que lo reporteros se la pasaban rondando por toda el área y molestando a todo el personal) y Candy le aseguro que ella se encargaría de cuidarlo personalmente, el Doctor accedió con la condición de que guardara reposo.
A la Tía Abuela no le hizo mucha gracia toda esa publicidad y se mudo a la casa que tenían los Andrew en la ciudad, y así podría tenerlo todo preparado para cuando Eliza saliera del Hospital, ya que iría a vivir con ella, debido a que un día Sarah Leegan, entro al despacho de Albert gritando histérica que él no podía hacerlos responsable por lo que hizo Eliza y por lo tanto, le pedía que no cumpliera su amenaza de expulsar a los Leegan del Clan Andrew.
Albert se molesto tanto que le grito que como era posible que estuviera mas preocupada por eso, que por la salud de su hija, ya que sabia que no la había ido a visitar ni un solo día. No entendía como era posible que los dos pertenecieran a la misma familia. Albert termino llamando al personal de seguridad para que la sacaran de su oficina y le prometió que si lo volvía a molestar, cumpliría con su amenaza.
oooooooooo
Unas semanas mas tarde, Albert y Terry se encontraban tomando un coñac en la biblioteca de Lakewood, aprovechando que Candy y Samantha se habían ido a visitar a Annie, faltaba poco para que diera a luz y Annie, los tenia a todos corriendo de un lado para otro, comprando cosas de última hora, para la habitación de los bebes.
George llamo a la puerta y les informo que el Detective Patherson les tenia noticias de Mc Person.
Detective Patherson por favor siéntese – lo saludo Albert y señalando a Terry - ¿Conoce Usted a Terry? – le pregunta Albert.
Es todo un honor Sr. Terrence Grandchester – contesto Patherson estrechando la mano que Terry le extendía.
¿Y bien? Me dice George que me tiene noticias sobre Mc Person.
Si, pero no creo que le agraden
¿No me diga que se les volvió a escapar? – le reclamo Albert irritado
No Señor, tenemos Jack Mc Person
¿Entonces? – pregunto Terry
Siento informarle que esta muerto – les respondió Patherson
¡QUE! - Exclamo Albert levantándose de golpe de su silla – Acaso no fui claro, le dije que lo quería vivo.
No fue culpa nuestra Sr. Andrew – intento disculparse Patherson un poco nervioso
¿Y se puede saber que paso?
Como temíamos, Mc Person había logrado escapar de la ciudad, telegrafiamos sus datos a nuestras agencias de todo el país y nos respondieron desde San Francisco que un hombre con sus características había sido visto deambulando por los muelles. Cuando llegamos nos informaron que Mc Person había logrado conseguir trabajo bajo el nombre de "Joe Largue" en un barco que zarpaba para Brasil, no se sabe muy bien que paso, pero hace cuatro días su cuerpo apareció con el cuello roto, flotando en la bahía, algunos testigos dicen haberlo visto tomando en un bar cercano a los muelles junto con algunos marineros. La policía dice que no es el primer borracho que cae al mar y se rompe el cuello con la caída, así que dieron el caso por cerrado. ¿Pero si usted quiere Sr. Andrew, nosotros podemos.......
Detective Patherson, ¿Sabe el nombre del barco?
Si señor - le responde después de consultar una libreta que saco de su chaqueta - es el "Minotauro"
Gracias Detective Patherson por sus servicios – le dijo Albert caminando hacia la ventana y dando por terminada la reunión – George se encargara de pagarle sus honorarios.
El hombre no se sorprendió por la forma tan fría en que Albert le hablo, ya sé lo temía
- A sido un placer trabajar para Usted. Sr. Andrew, estaremos
siempre a la orden – le respondió el Detective dirigiéndose a la
puerta acompañado de George.
George cierra la puerta al salir y avísanos en cuanto lleguen las chicas.
Entendido Albert
¿Albert que ocurre? – le preguntó Terry confundido.
Albert se había quedado contemplando el color ámbar de su bebida los pensamientos estaban en ebullición en su cabeza y le dolía lo que la razón le decía.... levantó la copa y se tomó todo el licor de un solo golpe - Ese barco pertenece al Sr. Adriano – dijo, mientras sentía como la bebida le iba quemando la garganta.
¿El Papá de Adrián y Samantha?
Sí
¿Tú crees que ellos hayan sido capaces de....
Albert miró a su amigo muy fijamente, sus ojos parecían dos trozos de hielo, y como tales transmitieron la sensación de frialdad al joven actor.
- Terry te voy a pedir un favor
Lo que sea Albert
Olvida lo que dijo Patherson
Pero.......
No quiero, ni que le preguntes a Adrián.
Pero Albert....
Prométemelo Terry.
Te lo prometo Albert.
Gracias amigo – exclamo Albert – Candy y Samantha no deberán saber nunca que paso con ese hombre. Es mejor así – pensó Albert mientras contemplaba el jardín de desde la ventana; las rosas de Anthony estaban en flor y daban un espectáculo maravilloso, ellas nada sabian de dolor, de lagrimas... de muerte...
ooooooooooooooooo
¡Samantha! ¿Adónde vamos? – le preguntaba Albert intrigado.
No seas curioso y sube al auto – le ordena la chica colocándose detrás del volante, mientras una sonrisa traviesa se dibujaba en sus labios.
Samantha había ido a buscar a Albert a su oficina y a pesar de sus protestas de que tenia una reunión muy importante con varios accionistas, logro sacarlo (casi a rastras) del edificio, antes de subirse al auto Samantha se acerco a George y le hablo al oído para que Albert no pudiera escucharlos.
Pero Sam, al menos dime...
Si te lo digo, ya no será una sorpresa.
Albert entendió que no conseguiría sacarle ninguna información, así que se relajo y se dedico a contemplar el camino, de vez en cuando, volteaba la mirada hacia Samantha, ella le sonreía y le guiñaba un ojo. Media hora después, Samantha detenía el auto enfrente de la estación de trenes.
Samantha ¿Qué hacemos aquí?
Venimos a buscar tú regalo de bodas – le respondió la muchacha, saliendo del auto y corriendo hacia la estación.
¿Regalo? - le grito Albert corriendo tras ella.
¡RAPIDO ALBERT¡ - le apremio la chica – el tren esta llegando
Cuando Albert logro alcanzar a Samantha, esta le tendió un sobre – Ten – exclamo la chica, entregándoselo
¿Qué es? – le pregunto Albert abriendo el sobre y sacando unas fotos
¿Dime que ves en las fotos? – le pregunto la chica emocionada
Albert miro las fotos y contesto
¡Parece un campamento militar!
Míralas bien – le insistió la chica, mientras veía como el tren ya estaba llegando a la plataforma.
Veo a un soldado que parece que le esta mostrando algo a sus compañeros y estos se están riendo - le responde Albert sin entender a donde quería llegar Samantha.
¿No te parece conocido ese soldado? – le pregunta Samantha cada vez mas inquieta, sin quitar la vista del tren que ya se había detenido y los pasajeros comenzaban a descender.
¿Conocido? – pregunta Albert observando mas detenidamente la fotografía – no sé, el rostro no se le puede ver muy bien, tal vez sin la barba y los lentes ¡LENTES! ¡POR DIOS! ¡PERO SI SE PARECE A... - exclama Albert mirando sorprendido a Samantha mientras se despejaba la frente con los dedos temblorosos y peinaba para atrás su larga cabellera.
Samantha comenzó a reír y tomo el rostro de Albert entre sus manos y lo giro para que mirara en dirección al tren. En ese momento un hombre con lentes, barbudo, usando ropa de marinero y con el cabello negro, tan largo que le llegaba hasta los hombros, llevando un saco (como los que usan los marineros para guardar su ropa) en las manos, se apea del tren, recorre con la mirada él anden, hasta que sus ojos se posan en Albert y sonríe.
Albert se quedó petrificado, el sobre con las fotografías se deslizo de sus manos y cayo al suelo, mientras tanto Samanta saludaba al hombre que le devolvía el saludo mientras se colocaba el saco en el hombro y caminaba hacia ellos. Albert aun sin poder creer lo que sus ojos veían, seguía viendo fijamente al desconocido hasta que llego delante de ellos...
¡Albert! ¿Acaso no piensas saludar a un viejo amigo?
Albert al fin reaccionó y lo abrazo mientras intentaba recuperarse.
- ¡STEAR! ¿ERES TU?.... NO PUEDO CREERLO.... PERO SI TE
CREIAMOS.........
Samantha no paraba de reír
- Tú! – exclama Albert señalándola – ¿Por qué no me dijiste nada?
Ya te dije que era una sorpresa – le respondió sonriendo mientras le enseñaba su lengua como toda una niña malcriada... una ráfaga de viento la hizo ir tras las fotografías que habían quedado esparcidas en el suelo, lo que ni Samantha, Albert o Stear sabían, era que el viento lo que en verdad se estaba llevando eran muchos años de dolor...
Supongo que usted es la Srta. Samantha Sthepanos ¿O me equivoco? – pregunto Stear extendiendo una mano para saludarla, pero sin dejar de soltar a Albert.
Es un placer conocerle al fin Sr. Alister Cornwel – contesto ella tomando su mano entre las suyas - ¿Tuvo buen viaje?
Por favor dígame Stear – le pidió el chico – Todos fueron muy amables, el Capitán quería que me alojara en su camarote, pero yo no podía permitirlo, así que le pedí si podía quedarme con los marineros y hasta dejaron que los ayudara con sus tareas. Fue un viaje fabuloso, el aire puro del mar y el trabajo duro me hicieron mucho bien.
Pero...... ¿Cómo es posible? – se preguntaba Albert volviendo a abrazar a Stear
Ya habrá tiempo para responder a todas tus preguntas, ahora será mejor que nos pongamos en camino – decía Samantha mientras se situaba entre los dos hombres y pasaba sus brazos entre los de ellos, llevándolos hacia el auto.
Al llegar a Lakewood, Samantha le pidió a Stear que esperara, ella y Albert irían primero. Cuando entraron a la Mansión, Archie se acerca a la pareja y les pregunta que pasaba, por que los habían mandado a llamar.
Les tenemos una pequeña sorpresa – exclamó Samantha y dirigiéndose a George le preguntó - ¿Ya llegaron todos?
Si, Srta. Samantha, tal como Usted me pidió, le avise a toda la familia
¿Y Patty?
Aquí estoy Samantha, pero ¿A qué se debe tanto misterio? – le pregunta la chica un poco preocupada.
Samantha se acerco a la chica, con un ademán casi maternal la tomó del brazo y la llevó al centro del salón
- Patty, quiero que conozcas a una persona, Albert podrías.....
Albert le hizo una seña a Stear, quien se fue acercando lentamente hacia la puerta, un sol brillante lo acompañó, como si lo protegiera mientras entraba hacia el salón, todos aquellos que estaban en el salón solo veían una sombra que caminaba lentamente hacia ellos; el silencio era general casi sé podía escuchar la respiración de los presentes... de pronto un grito resonó en todo el salón haciéndose eco.
¡STEAR! – era Patty que lo había reconocido y corría hacia sus brazos
¿Stear? – Archie no pudo reaccionar... su mente le traicionaba diciéndole que se trataba de un fantasma.
Candy volteo a mirar a Albert, sabia que él no podría mentirle
– ¿Albert de verdad es Stear?
Si, Candy soy yo – le responde el muchacho, sin dar tiempo de que Albert pronunciara palabra alguna, sin dejar de abrazar a Patty – un poco más flaco, con el cabello largo y con barba, pero soy yo.
¡CANDY! – la llama Annie – ven rápido, la Tía Abuela se desmayo.
Una hora después, cuando ya todos se habían recuperado de la impresión, empezaron a hacer preguntas, Samantha les pidió que si se calmaban, Stear y ella, les explicarían todo.
¿Por donde empezamos? – pregunto Stear a Samantha, mientras daba un suspiro.
¿Por qué no explicas que te paso? – sugirió Archie - Nos habían dicho que te habían herido en una batalla y que tu avión se estrello en el mar.
Así es – respondió el muchacho – a ultimo minuto logre saltar con mi paracaídas, pero como estaba herido, tarde en abrirlo y al caer al mar quede inconsciente. Cuando desperté, me encontraba en un barco pesquero francés, ellos me recogieron, curaron mis heridas lo mejor que pudieron, unos días después apareció un barco alemán y los intercepto. El Capitán intento hacerme pasar por un miembro de su tripulación, pero los Alemanes se dieron cuenta que era Norteamericano y me tomaron prisionero. Me llevaron a un hospital de campaña y cuando mis heridas sanaron, me trasladaron a un campo de prisioneros en Alemania.
Por eso nunca encontraron tú cuerpo – exclamo Albert – Lo que no entiendo es ¿Qué tiene que ver Samantha en todo esto?.
¿Te acuerdas? cuando me llevaste a ver la habitación donde están todos los retratos de tú familia – le pregunta Samantha tomando la palabra
Si, pero ¿Qué tiene que ver eso? – le responde Albert
Me entere de la historia de Stear, por lo que me había contado Candy, pero no sabia como era él físicamente. Yo me lo imaginaba parecido a ti o a Archie y cuando vi su retrato me lleve una gran sorpresa. Cuando volví a mi casa busque unas fotografías que había tomado cuando estaba en Europa.
¿Las mismas que me mostraste en la estación?
Esas mismas
Pero. ¿Dónde tomaste esas fotos?
Cuando estaba en Italia buscándote, conocí al Sr. Gustave Ador, Presidente de la Cruz Roja Internacional, él me informo que habían logrado un acuerdo con los gobiernos de los dos bandos y les permitirían visitar los campos de prisioneros de guerra, él sabia que yo te estaba buscando y como una forma de agradecerle a mi Padre, su colaboración por prestar sus barcos para el envió de los suministros médicos, me ofreció acompañarlos. Cuando llegamos a Alemania, en uno de los campos que visitamos, me llamo la atención un grupo de prisioneros que se estaban divirtiendo, mientras les tomaba fotos, escuche como un soldado Alemán le decía a su compañero " Hay va otra vez el Americano con otro de sus locos inventos para escapar" y comenzaron a bromear quien seria el chiflado que se atrevería esta vez a probarlo.
Archie y Terry comenzaron a bromear al ver como el rostro de Stear que se estaba poniendo rojo por la vergüenza
– Solo les hacían falta unos pequeños ajustes, pero después que
uno de los muchachos se fracturo una pierna, nadie quiso probar mis
inventos – se quejo Stear dolido – No sabes como te extrañe Candy,
seguro que tú si me hubieras ayudado.
Claro Stear – le aseguro Archie guiñándole un ojo a Terry – tú sabes que Candy siempre ha sido una de tus más entusiastas colaboradoras. Estoy seguro que si tienes alguno de esos inventos contigo, Candy gustosa, querrá probarlo.
¡QUEEEEEEE! – grito Candy pegando un brinco en la silla
Por favor Samantha sigue – le pidió Patty tratando de cambiar la conversación, ya que Stear se había dado cuenta que su hermano y Terry solo se estaban burlando de él.
Bueno, para resumir – dijo Samantha aguantando la risa – Al ver que la persona que salía en la fotografía era la misma del cuadro, llame a una amiga que trabaja con la Cruz Roja en Nueva York y le pedí si podía comunicarse con el Sr. Gustave Ador y gracias a las influencias de mi Padre, logramos sacar a Stear.
¿Y por que no nos avisaste en todo este tiempo jovencita? – se quejo la Tía Elroy malhumorada.
Es que no estaba segura si pudiésemos lograrlo y cuando me enviaron el telegrama, informándome que Stear estaba en camino, quise avisarles, pero...
No se moleste con Samantha, Tía Elroy – le pidió Stear – Fue culpa mía, yo le rogué que no lo hiciera, ya que quería darles la sorpresa.
Y vaya sorpresita – se burlo Terry
Ahora que Samantha y Yo, ya les contamos todo, alguien podría explicarme, como es eso que Albert es el Tío Abuelo Willians – exigió Stear.
Creo que esa historia tendrá que esperar – comento Annie, tomando el brazo que Archie le ofrecía para levantarse.
¿Qué te ocurre Annie? – exclamo Candy corriendo para ayudar a su amiga
Los bebes vienen en camino – le respondió Annie intentando aguantar el dolor.
¡GEORGE! – grito Albert – deprisa, trae el auto
En el Hospital Santa Juana, todos se encontraban reunidos en la sala de espera, Archie estaba tan nervioso que Candy estuvo a punto de darle un calmante. Mientras que Adrián y Terry, se la pasaban haciendo bromas a costa de Archie.
¡Archie! Te dije que así no se coloca el pañal – exclamaba Adrián imitando la voz de falsete de Annie.
¿Qué tiene de malo...? – preguntaba Terry con cara inocente, mostrando un muñeco (que no sé sabia de donde lo había sacado) con un pañal en la cabeza.
Archie los fulmino con la mirada y cuando estaba a punto de decirles lo que podían hacer con el pañal, Stear se le acerco y mostrándole un dibujo que tenia en la mano, le dijo
– No te preocupes hermano, acabo de diseñar un aparato que
cambiara los pañales en un minuto.
Archie agarro a su hermano por el cuello de la camisa
– ¡¡¡COMO SE TE OCURRA PROBAR UNO DE TUS INVENTOS CON MIS HIJOS,
YO TE......
¡Archie! ¡Stear! – Compórtense, no se olviden quiénes son y dónde estamos – los regaño la Tía Elroy.
¡Disculpe Tía! – exclamaron los chicos al mismo tiempo.
Y eso va con ustedes también, jovencitos – exclamo la Tía Elroy llamándoles la atención a Terry y Adrián.
¡Que carácter! tiene la vieja – le susurro Terry a Adrián – Candy no exageraba
Se me ocurre una idea – le contesto Adrián a Terry guiñándole un ojo – ven sígueme.
Albert observo a los chicos marcharse y le comento a Samantha
- ¿Qué se traerán entre manos, estos dos ahora?
Si mi hermano esta metido – le contesto la chica, encogiendo los hombros - Nada bueno será.
¡FELICIDADES ARCHIE! eres Padre de una preciosa niña y un hermoso niño – Exclamo Candy, abrazando al muchacho casi sin aliento, ya que en cuanto Annie salió del quirófano, Candy había salido corriendo para darles la noticia.
Annie... ¿Esta bien?..... ¿Y los bebes?
Todos están bien, a Annie la acaban de trasladar a una habitación y dentro de poco llevaran a los bebes para que los vean.
Cuando todos fueron a la habitación a felicitar a Annie, las enfermeras acababan de traer a los dos bebes.
Annie mi amor – exclamo Archie acercándose a su esposa para darle un beso.
Archie – exclamo Annie sonriente – Te presento a tus hijos: Anthony y Cristine.
¿Cristine? – Entiendo por que le colocaron al niño Anthony – exclamo la Tía Elroy emocionada - pero....
Ese es el nombre de la Madre de mi suegro – Tía Elroy le contesto Archie sonriendo y con la bebe entre sus brazos.
ESTO HAY QUE CELEBRARLO – Gritaron Adrián y Terry, entrando en la habitación con unas botellas de champaña y unas copas en las manos.
________________________________________________________________________ Dedico este capitulo a mi amiga y Co-escritora Chriztina López.
Loly
