CAPITULO 6: EL INTERCAMBIO
-¿Cómo sabes?-
-Shaka me lo dijo- dijo Cassandra- él puede comunicarse con ella con la mente o algo...-
-Lo siento- dijo Mu.
Ambos se quedaron en silencio un rato. Ella miraba en suelo, dejando que sus lágrimas corrieran con libertad.
-¿La quieres mucho, verdad?- le dijo Mu con ternura. Ella asintió- Pero entiende que no podemos dejar que te vayas...tu madre te mataría...-
-Lo sé- dijo ella- pero no quiero estar aquí encerrada toda la vida...-
-No toda la vida- dijo Mu- solo el tiempo necesario para que encontremos un lugar seguro para ti-
Ella volvió a agachar la cabeza con tristeza. Mu se acordó de algo que quería saber.
-Shaka...¿él es el padre de Tai?-preguntó Mu, y Cassandra asintió de nuevo.
-Shaka y Saga fueron hace seis años al Circeo, a hacer un trato con Circe. Mi madre obligó a Tamara a servirlos todo el día. Shaka se enamoró de ella, y por ella se quedó casi un mes en el palacio. Cuando Tai nació, desterraron a Tamara, y Shaka consiguió un lugar cercano al Santuario para que viviera ella-
-¿Y porque Shaka no había dicho nada?-preguntó Mu- porque ni siquiera Saga lo sabía...-
Ella se encogió de hombros. Mu miró con cariño su carita empapada de lágrimas. Ella se sonrojó ligeramente y sonrió. Mu se sorprendió al verla. A pesar de que la mitad de las veces que la había visto había sido llorando, aun así se veía linda. A Mu le pesaba el corazón pensar como la había tratado los días anteriores.
-Mu- dijo ella de repente, sacándolo de sus pensamientos, mientras se limpiaba las lágrimas otra vez- no se que pienses de mi ahora...-
-Yo...-
-No- dijo ella- espera. Yo me imagino. Debes tenerme lástima. No necesito eso...-
-Pero...-
-Espera- repitió ella- no necesito que todos ustedes se preocupen por mí. Yo se que no lo aparento, pero puedo cuidarme sola-
-De acuerdo- dijo Mu- pero recuerda que yo no puedo hacer nada más que obedecer a Atena, y ella me ordenó que no te dejara ir...-
-Quiero pedirte un favor- dijo ella.
-Dime- dijo Mu.
-Que me devuelvas mis amuletos- dijo Cassandra- menos el brazalete-
-¿Qué?¿porqué?- dijo Mu- no me digas que quieres usarlos para escaparte...-
-No puedo- dijo ella con tristeza- no existe ningún hechizo para desaparecer de aquí...-
-¿Entonces?-
-No me siento segura sin ellos- dijo Cassandra- nunca en mi vida había estado sin ellos...y desde hace dos días que me los quitaste...-
-Pero...-
-¿Todavía no confías en mí?- dijo ella- te prometo no usarlos ni para escapar ni contra ti o los caballeros de Atena-
Mu dudó un poco. Claro que confiaba en ella, pero... ¿para qué quería los amuletos, si no era para escaparse? Al ver que Mu dudaba, Cassandra bajó la vista.
-Mu- dijo ella- hace años hice una promesa...no me hagas romperla...-
-¿De que promesa hablas?-
En respuesta, Cassandra sacó una caja del bolsillo de su pantalón negro, que estaba doblado sobre la cama. Era una caja de madera, con una 'M' de oro en la tapa.
-Esto le perteneció a tu madre-dijo Cassandra- Circe me lo dio hace mucho tiempo. Son los amuletos de ella...Circe siempre quiso que los usara, pero yo prometí no hacerlo nunca. Por favor, no me hagas romper mi promesa...-
Mu miró la caja con interés. Los amuletos de su madre.
-De acuerdo- dijo Mu sacando el collar, el anillo y el brazalete de su bolsillo, y ofreciéndolos a Cassandra. Ella solo tomó los primeros dos.
-Te lo agradezco- dijo ella- toma- le entregó la cajita de madera.
-Pero...-
-Es tuya-dijo Cassandra- era de tu madre. Estoy segura que ella querría que tu la guardaras...-
-Gracias- dijo Mu.
***********************
-¿Mataji está bien?- dijo el pequeño Tai con una enorme sonrisa.
-Si-dijo Shaka- por eso, mañana tendré que ir por ella...-
-¿Y me dejarás solo?-
-No- dijo Shaka- no sé si dejarte con Saga o en la casa de Aries con Mu y Cassandra-
-Extraño a mataji...- dijo Tai, casi comenzando a llorar.
-No llores, pequeño- dijo Shaka con cariño- traeré a mataji pronto...-
El pequeño le respondió con una sonrisa.
******************
Solo en su habitación, Mu abrió la caja y miró los tres amuletos que habían pertenecido a su madre. El collar de oro tenía unas pequeñas marcas de dientes, que de seguro eran suyas... no pudo evitar que sus lágrimas corrieran con libertad por sus mejillas; pero después ya no hizo nada para evitarlo, aprovechando que estaba solo. Durante años, se había preguntado la causa de la muerte de su madre...ahora lo entendió todo. Y no sabía quien era su padre.
Mu siempre aparentaba serenidad, y en realidad siempre estaba en paz, pues muy pocas veces se permitía recordar su pasado. Nunca supo quien era su padre.
-Tal vez ella sabe...-pensó Mu- tal vez ella me puede decir quien era...-
Limpiándose las lágrimas, se levantó y se encaminó a la puerta de su habitación, cuando cierto niño pelirrojo apareció junto a ella, cruzado de brazos y con una sonrisa en los labios. Era Kiki.
-¡Maestro Mu!-
-¡Kiki!- dijo Mu sonriendo, olvidando su anterior tristeza- ¿Por qué volviste tan pronto?-
-Shaka me lo pidió- dijo Kiki- cree que Jamiel es algo inseguro...además, me aburría allá, es bueno regresar-
Mu sonrió.
-De hecho-dijo Mu- hay otro chico en la casa de Virgo...-
-Si, y hay una chica en mi habitación- dijo Kiki, ligeramente molesto. Mu remarcó su sonrisa.
-Vamos, no me digas que eso te molesta...-
-Pues no-dijo Kiki, cruzando los brazos- pero ahora no tengo donde dormir...-
-Eso puede arreglarse-dijo Mu- yo no dormiré en mi habitación esta noche...puedes quedarte ahí-
-¿En serio?- dijo Kiki abrió mucho los ojos.
-Claro- dijo Mu.
-De acuerdo-dijo Kiki, sonriendo ahora- ¿puedo ir a la casa de Virgo a echar un vistazo?-
-Ve-dijo Mu- pero no molestes...-
-Bien-
********
Esa noche, Kiki se quedó en la habitación de Mu, y se quedó profundamente dormido inmediatamente. Mu sonrió y salió de ahí, rumbo a la habitación donde estaba Cassandra. Antes de entrar llamó a la puerta.
-Soy yo- dijo asomándose.
-Pasa-dijo ella sonriéndole. Estaba vestida de negro, como el primer día que llegó. Sus ropas estaban limpias, pero aún rotas, sobre todo el pantalón, a la altura de las rodillas.
-¿Qué...porque te vistes así?- Mu preguntó.
-No es nada- dijo ella, sonriendo- ¿necesitabas algo?-
-No, yo...-dijo Mu- quería preguntarte si querías que me quedara otra vez contigo...-
-No sé- dijo ella- si no quieres la verdad...debes estar cansado...yo no tengo miedo...- pero sus manos temblaban y con sus ojos otra vez le rogaba que no se fuera.
-No te preocupes- dijo Mu, sonriéndole- me quedaré contigo...-
Ella sonrió agradecida, y se metió a la cama así vestida. Mu, por su parte, acercó una silla a la cama y se sentó, mirándola por largo tiempo, y mientras ella se dormía pasaba los dedos por sus cabellos negros.
-Vaya que si se ve linda- pensó Mu al verla. Se vio muy tentado a besarla, pero se contuvo al pensar que no sería justo que él se aprovechara de que ella estuviera dormida.
De pronto, Cassandra volvió a respirar agitadamente, y darse vuelta por la cama. Gemía. Mu se apresuró a despertarla, justo cuando una risa cruel se escuchó por toda la habitación.
-Despierta...-le dijo Mu con cariño, y ella abrió los ojos.
-¡Mu!- dijo Cassandra, aún con la respiración algo agitada
-Tranquila...ya estás bien...-
-Ahora me tortura diciendo que matará a Tamara- dijo ella con tristeza- y yo no puedo hacer nada-
-Mañana Shaka irá por ella, y esa pesadilla por fin terminará...solo espero que Circe no quiera algo a cambio...-
-¿Algo a cambio?- dijo ella- no entiendo...-
-Olvídalo- dijo Mu- mejor vuelve a dormir...-
-De acuerdo- dijo ella, pero esta vez, Mu notó algo extraño en su mirada...algo que no había estado ahí antes.
-¿Qué pasó?-preguntó Mu.
-Nada- dijo ella a su vez, volviendo a meterse en la cama- acabo de comprender algo...-
-¿Qué?-
-Mu- dijo ella- tú eres muy bueno, pero quiero pedirte un último favor...-
-Dime-
-Que la próxima vez que tenga una pesadilla, no me despiertes...a menos de que ella empiece a torturarme otra vez...-
-Pero...- dijo Mu, pero se interrumpió al ver el rostro de Cassandra.
-Promételo...-
-Te lo prometo-contestó Mu sentándose sobre la cama.
Cassandra sonrió. Mu no pudo contenerse más y la besó en los labios con ternura. Ella no se resistió, pero al separarse, negó con la cabeza.
-Esto no puede ser- dijo Cassandra con tristeza-si yo te llegara a querer, morirías-
Mu no respondió y solo la miró mientras ella volvía a dormirse. Cruzó los brazos. Después de una hora, el cansancio lo venció y se quedó dormido.
*************
-¿Y que te hace pensar que aceptaré?-
-Porque eso es lo que quieres, ¿no?-
-¡Háblame con más respeto, o no volverás a ver a tu amiga!-
Mu despertó con el ruido de dos voces. Una era la de Cassandra y la otra era la voz fría de Circe. Levantó la vista, y vio a Cassandra de pie, hablando a la oscuridad con los ojos cerrados. Tenía puesto su collar.
-¿Así que quieres que te intercambie por Tamara?- dijo la voz de Circe.
-¡Cassandra, no!- gritó Mu, comprendiendo lo que sucedía, y dando un paso hacia ella con toda la intención de despertarla y evitar que sucediera algo malo.
-¡Mu, no lo hagas, lo prometiste!- dijo Cassandra, presintiendo lo que Mu quería hacer.
-Bien-dijo la fría voz de Circe, después de una breve risa sin alegría- acepto...-
Cassandra abrió los brazos y susurró: 'Adiós, Mu'.
Un aura dorada rodeó el cuerpo de Cassandra. Ella comenzó a gritar de dolor, y desapareció. Mu fue lanzado por una extraña fuerza lejos de donde había estado Cassandra. En su lugar, una chica rubia vestida de negro. Mu se acercó a ella y la ayudó a levantarse. Su rostro y sus brazos estaban llenos de heridas, al parecer producidas por un látigo. Miraba a su alrededor asustada.
-¿Dónde está Cassandra?-dijo- no me digas que ella...- Mu solo asintió y la chica se echó a llorar, escondiendo su rostro entre sus manos.
-¿Quién eres?- preguntó Mu, adivinando la respuesta en su mente.
-Soy Tamara-dijo la chica entre sollozos-¿dónde está Shaka...? Necesito hablar con él...-
CONTINUARÁ...
NOTA IMPORTANTE: 'Mataji' significa 'mama' en hindú.
Bueno, chicos...espero que les guste, y mándenme sus reviews, que se sepa de ustedes. Cuídense y esperen el próximo capítulo.
Abby L.
-¿Cómo sabes?-
-Shaka me lo dijo- dijo Cassandra- él puede comunicarse con ella con la mente o algo...-
-Lo siento- dijo Mu.
Ambos se quedaron en silencio un rato. Ella miraba en suelo, dejando que sus lágrimas corrieran con libertad.
-¿La quieres mucho, verdad?- le dijo Mu con ternura. Ella asintió- Pero entiende que no podemos dejar que te vayas...tu madre te mataría...-
-Lo sé- dijo ella- pero no quiero estar aquí encerrada toda la vida...-
-No toda la vida- dijo Mu- solo el tiempo necesario para que encontremos un lugar seguro para ti-
Ella volvió a agachar la cabeza con tristeza. Mu se acordó de algo que quería saber.
-Shaka...¿él es el padre de Tai?-preguntó Mu, y Cassandra asintió de nuevo.
-Shaka y Saga fueron hace seis años al Circeo, a hacer un trato con Circe. Mi madre obligó a Tamara a servirlos todo el día. Shaka se enamoró de ella, y por ella se quedó casi un mes en el palacio. Cuando Tai nació, desterraron a Tamara, y Shaka consiguió un lugar cercano al Santuario para que viviera ella-
-¿Y porque Shaka no había dicho nada?-preguntó Mu- porque ni siquiera Saga lo sabía...-
Ella se encogió de hombros. Mu miró con cariño su carita empapada de lágrimas. Ella se sonrojó ligeramente y sonrió. Mu se sorprendió al verla. A pesar de que la mitad de las veces que la había visto había sido llorando, aun así se veía linda. A Mu le pesaba el corazón pensar como la había tratado los días anteriores.
-Mu- dijo ella de repente, sacándolo de sus pensamientos, mientras se limpiaba las lágrimas otra vez- no se que pienses de mi ahora...-
-Yo...-
-No- dijo ella- espera. Yo me imagino. Debes tenerme lástima. No necesito eso...-
-Pero...-
-Espera- repitió ella- no necesito que todos ustedes se preocupen por mí. Yo se que no lo aparento, pero puedo cuidarme sola-
-De acuerdo- dijo Mu- pero recuerda que yo no puedo hacer nada más que obedecer a Atena, y ella me ordenó que no te dejara ir...-
-Quiero pedirte un favor- dijo ella.
-Dime- dijo Mu.
-Que me devuelvas mis amuletos- dijo Cassandra- menos el brazalete-
-¿Qué?¿porqué?- dijo Mu- no me digas que quieres usarlos para escaparte...-
-No puedo- dijo ella con tristeza- no existe ningún hechizo para desaparecer de aquí...-
-¿Entonces?-
-No me siento segura sin ellos- dijo Cassandra- nunca en mi vida había estado sin ellos...y desde hace dos días que me los quitaste...-
-Pero...-
-¿Todavía no confías en mí?- dijo ella- te prometo no usarlos ni para escapar ni contra ti o los caballeros de Atena-
Mu dudó un poco. Claro que confiaba en ella, pero... ¿para qué quería los amuletos, si no era para escaparse? Al ver que Mu dudaba, Cassandra bajó la vista.
-Mu- dijo ella- hace años hice una promesa...no me hagas romperla...-
-¿De que promesa hablas?-
En respuesta, Cassandra sacó una caja del bolsillo de su pantalón negro, que estaba doblado sobre la cama. Era una caja de madera, con una 'M' de oro en la tapa.
-Esto le perteneció a tu madre-dijo Cassandra- Circe me lo dio hace mucho tiempo. Son los amuletos de ella...Circe siempre quiso que los usara, pero yo prometí no hacerlo nunca. Por favor, no me hagas romper mi promesa...-
Mu miró la caja con interés. Los amuletos de su madre.
-De acuerdo- dijo Mu sacando el collar, el anillo y el brazalete de su bolsillo, y ofreciéndolos a Cassandra. Ella solo tomó los primeros dos.
-Te lo agradezco- dijo ella- toma- le entregó la cajita de madera.
-Pero...-
-Es tuya-dijo Cassandra- era de tu madre. Estoy segura que ella querría que tu la guardaras...-
-Gracias- dijo Mu.
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-¿Mataji está bien?- dijo el pequeño Tai con una enorme sonrisa.
-Si-dijo Shaka- por eso, mañana tendré que ir por ella...-
-¿Y me dejarás solo?-
-No- dijo Shaka- no sé si dejarte con Saga o en la casa de Aries con Mu y Cassandra-
-Extraño a mataji...- dijo Tai, casi comenzando a llorar.
-No llores, pequeño- dijo Shaka con cariño- traeré a mataji pronto...-
El pequeño le respondió con una sonrisa.
******************
Solo en su habitación, Mu abrió la caja y miró los tres amuletos que habían pertenecido a su madre. El collar de oro tenía unas pequeñas marcas de dientes, que de seguro eran suyas... no pudo evitar que sus lágrimas corrieran con libertad por sus mejillas; pero después ya no hizo nada para evitarlo, aprovechando que estaba solo. Durante años, se había preguntado la causa de la muerte de su madre...ahora lo entendió todo. Y no sabía quien era su padre.
Mu siempre aparentaba serenidad, y en realidad siempre estaba en paz, pues muy pocas veces se permitía recordar su pasado. Nunca supo quien era su padre.
-Tal vez ella sabe...-pensó Mu- tal vez ella me puede decir quien era...-
Limpiándose las lágrimas, se levantó y se encaminó a la puerta de su habitación, cuando cierto niño pelirrojo apareció junto a ella, cruzado de brazos y con una sonrisa en los labios. Era Kiki.
-¡Maestro Mu!-
-¡Kiki!- dijo Mu sonriendo, olvidando su anterior tristeza- ¿Por qué volviste tan pronto?-
-Shaka me lo pidió- dijo Kiki- cree que Jamiel es algo inseguro...además, me aburría allá, es bueno regresar-
Mu sonrió.
-De hecho-dijo Mu- hay otro chico en la casa de Virgo...-
-Si, y hay una chica en mi habitación- dijo Kiki, ligeramente molesto. Mu remarcó su sonrisa.
-Vamos, no me digas que eso te molesta...-
-Pues no-dijo Kiki, cruzando los brazos- pero ahora no tengo donde dormir...-
-Eso puede arreglarse-dijo Mu- yo no dormiré en mi habitación esta noche...puedes quedarte ahí-
-¿En serio?- dijo Kiki abrió mucho los ojos.
-Claro- dijo Mu.
-De acuerdo-dijo Kiki, sonriendo ahora- ¿puedo ir a la casa de Virgo a echar un vistazo?-
-Ve-dijo Mu- pero no molestes...-
-Bien-
********
Esa noche, Kiki se quedó en la habitación de Mu, y se quedó profundamente dormido inmediatamente. Mu sonrió y salió de ahí, rumbo a la habitación donde estaba Cassandra. Antes de entrar llamó a la puerta.
-Soy yo- dijo asomándose.
-Pasa-dijo ella sonriéndole. Estaba vestida de negro, como el primer día que llegó. Sus ropas estaban limpias, pero aún rotas, sobre todo el pantalón, a la altura de las rodillas.
-¿Qué...porque te vistes así?- Mu preguntó.
-No es nada- dijo ella, sonriendo- ¿necesitabas algo?-
-No, yo...-dijo Mu- quería preguntarte si querías que me quedara otra vez contigo...-
-No sé- dijo ella- si no quieres la verdad...debes estar cansado...yo no tengo miedo...- pero sus manos temblaban y con sus ojos otra vez le rogaba que no se fuera.
-No te preocupes- dijo Mu, sonriéndole- me quedaré contigo...-
Ella sonrió agradecida, y se metió a la cama así vestida. Mu, por su parte, acercó una silla a la cama y se sentó, mirándola por largo tiempo, y mientras ella se dormía pasaba los dedos por sus cabellos negros.
-Vaya que si se ve linda- pensó Mu al verla. Se vio muy tentado a besarla, pero se contuvo al pensar que no sería justo que él se aprovechara de que ella estuviera dormida.
De pronto, Cassandra volvió a respirar agitadamente, y darse vuelta por la cama. Gemía. Mu se apresuró a despertarla, justo cuando una risa cruel se escuchó por toda la habitación.
-Despierta...-le dijo Mu con cariño, y ella abrió los ojos.
-¡Mu!- dijo Cassandra, aún con la respiración algo agitada
-Tranquila...ya estás bien...-
-Ahora me tortura diciendo que matará a Tamara- dijo ella con tristeza- y yo no puedo hacer nada-
-Mañana Shaka irá por ella, y esa pesadilla por fin terminará...solo espero que Circe no quiera algo a cambio...-
-¿Algo a cambio?- dijo ella- no entiendo...-
-Olvídalo- dijo Mu- mejor vuelve a dormir...-
-De acuerdo- dijo ella, pero esta vez, Mu notó algo extraño en su mirada...algo que no había estado ahí antes.
-¿Qué pasó?-preguntó Mu.
-Nada- dijo ella a su vez, volviendo a meterse en la cama- acabo de comprender algo...-
-¿Qué?-
-Mu- dijo ella- tú eres muy bueno, pero quiero pedirte un último favor...-
-Dime-
-Que la próxima vez que tenga una pesadilla, no me despiertes...a menos de que ella empiece a torturarme otra vez...-
-Pero...- dijo Mu, pero se interrumpió al ver el rostro de Cassandra.
-Promételo...-
-Te lo prometo-contestó Mu sentándose sobre la cama.
Cassandra sonrió. Mu no pudo contenerse más y la besó en los labios con ternura. Ella no se resistió, pero al separarse, negó con la cabeza.
-Esto no puede ser- dijo Cassandra con tristeza-si yo te llegara a querer, morirías-
Mu no respondió y solo la miró mientras ella volvía a dormirse. Cruzó los brazos. Después de una hora, el cansancio lo venció y se quedó dormido.
*************
-¿Y que te hace pensar que aceptaré?-
-Porque eso es lo que quieres, ¿no?-
-¡Háblame con más respeto, o no volverás a ver a tu amiga!-
Mu despertó con el ruido de dos voces. Una era la de Cassandra y la otra era la voz fría de Circe. Levantó la vista, y vio a Cassandra de pie, hablando a la oscuridad con los ojos cerrados. Tenía puesto su collar.
-¿Así que quieres que te intercambie por Tamara?- dijo la voz de Circe.
-¡Cassandra, no!- gritó Mu, comprendiendo lo que sucedía, y dando un paso hacia ella con toda la intención de despertarla y evitar que sucediera algo malo.
-¡Mu, no lo hagas, lo prometiste!- dijo Cassandra, presintiendo lo que Mu quería hacer.
-Bien-dijo la fría voz de Circe, después de una breve risa sin alegría- acepto...-
Cassandra abrió los brazos y susurró: 'Adiós, Mu'.
Un aura dorada rodeó el cuerpo de Cassandra. Ella comenzó a gritar de dolor, y desapareció. Mu fue lanzado por una extraña fuerza lejos de donde había estado Cassandra. En su lugar, una chica rubia vestida de negro. Mu se acercó a ella y la ayudó a levantarse. Su rostro y sus brazos estaban llenos de heridas, al parecer producidas por un látigo. Miraba a su alrededor asustada.
-¿Dónde está Cassandra?-dijo- no me digas que ella...- Mu solo asintió y la chica se echó a llorar, escondiendo su rostro entre sus manos.
-¿Quién eres?- preguntó Mu, adivinando la respuesta en su mente.
-Soy Tamara-dijo la chica entre sollozos-¿dónde está Shaka...? Necesito hablar con él...-
CONTINUARÁ...
NOTA IMPORTANTE: 'Mataji' significa 'mama' en hindú.
Bueno, chicos...espero que les guste, y mándenme sus reviews, que se sepa de ustedes. Cuídense y esperen el próximo capítulo.
Abby L.
