CAPÍTULO 7: EL CIRCEO
Mu miró a la chica que acababa de aparecer. Tendría como 20 años más o menos. Al principio estaba muy asustada, pero se calmó al ver el rostro tranquilo de Mu.
-Así que tú eres Tamara...-dijo Mu- Cassandra me habló mucho de ti...-
-Sí-dijo ella, con tristeza.
En ese momento llegó Shaka, que había sido llamado telepáticamente por Mu. Al ver a la chica, Shaka la abrazó, y ella comenzó a llorar en los brazos de él.
-Shaka-dijo entre sollozos- te dije que la cuidaran...que no la dejaran ir allá...-
-Hicimos lo que pudimos-dijo Shaka- nunca me imaginé que utilizara ese medio para salvarte...-
-Su madre la va a matar...estoy segura...-
Shaka bajó la mirada con tristeza. Tamara seguía llorando entre los brazos de Shaka. Mu, sin poderlo soportar, se sentó en la cama y también dejó sus lágrimas correr en libertad.
-¡Fue mi culpa!-dijo Mu.
-¿Qué dices?-
-Pude...pude haberla despertado...pero no lo hice por una tonta promesa que me hizo hacer...-
-Mu- dijo Shaka- esto no fue tu culpa...-
-Claro que sí-
-Mu, no lo fue. ¿Cómo te ibas a imaginar que haría eso?-
-Yo...-
-Mu, te recomiendo que duermas- le dijo Shaka- mañana solucionaremos esto...- y salió junto con Tamara.
-Lo más probable es que mañana ella estará muerta...- susurró a la oscuridad.
************
-¡Mataji!- gritó Tai, cuando Shaka y Tamara llegaron a la casa de Virgo.
-Hola, hijito- dijo Tamara, abrazando a su hijo, aunque con poca alegría.
-¿Qué pasó, mataji?- dijo Tai- ¿porqué estás triste?-
-Porque...-dijo Tamara- Cassandra volvió con Circe...-
************
-Así que querías engañarme...-
-No, yo...-
-¡Cállate!- gritó Circe.
Cassandra estaba amarrada a una columna del palacio. Circe blandía un látigo con su mano derecha, y lo hacía sonar frente a ella, haciendo que la chica se estremezca de miedo...
-¡Mu está vivo!-dijo Circe- y está en el Santuario... ¡y tu lo sabías y mentiste! Te escuché cuando lo llamaste...-
-Yo...-
-¡Que te calles!- volvió a gritar Circe golpeando el rostro de su hija con la mano izquierda abierta. La chica dejó correr sus lágrimas. Circe rió con crueldad- Sabes bien que tus lágrimas no me conmueven...ahora dime, ¿también mentiste respecto al niño?-
-Yo...no...-
-Tal vez no entendiste bien mi pregunta- dijo Circe rodeándola- ¿mentiste también con respecto al niño?-
-No-
Circe volvió a golpearla.
-¡Mientes!- le gritó- tu amiga te ha traicionado. ¿Tú crees que estaría tan tranquila después de no saber que le sucedió a su hijo? No...-dijo con una sonrisa cruel- ustedes tienen esos sentimientos tan estúpidos que las hacen fácilmente predecibles...-
Cassandra no respondió. Seguía con la vista en el suelo, dejando que sus lágrimas corrieran por sus mejillas. No lloraba por el dolor que le producía el látigo y la mano de su madre, sino porque Circe había descubierto que tanto Tai como Mu estaban con vida. Y, aunque no quería admitirlo, había algo nuevo en su corazón...un cierto cariño hacia Mu...pero uno muy diferente al que le tenía a su amiga o a nadie más...¿era acaso...?
-¿En que piensas?- gritó Circe de pronto, sacando a Cassandra de sus pensamientos.
-En nada- se apresuró a contestar.
-Eres una malagradecida...- y Circe siguió insultándola y golpeándola. Después de una hora, Circe estuvo satisfecha y ya dejó ahí. Algunas hechiceras pasaban por ahí y le lanzaban miradas: unas de reprobación, otras de compasión...aunque ninguna se acercó a curar sus heridas o ayudarla.
Después de unas horas, Circe volvió, sosteniendo su vara con una mano.
-Te daré una oportunidad-dijo Circe- si vuelves ahora al Santuario y te deshaces de los dos: de Tai y del hijo de Marina...si no, te mataré...-
-Puedes dejarme ir-dijo Cassandra- pero sabes bien que nunca haré eso...-
Circe, en respuesta volvió a golpearla en el rostro con la mano libre abierta.
-Mejor así- dijo Circe, apuntándole con su vara- veo que tienes mucho cariño al niño...y a ese chico...bien... consuélate, hijita, que pronto ellos dos, Tai y Mu, irán a hacerte compañía en el reino de Hades...-
***********
Mu despertó sobresaltado de nuevo. ¿Qué acababa de ocurrir? Una pesadilla...acerca de Circe y Cassandra...en el Circeo. Tal vez estaba nervioso por lo que acababa de suceder... sin embargo, las voces eran demasiado reales...
Mu se levantó. Ya no podía dormir. La duda llenaba su corazón y su mente. ¿Estaría bien? Pero, ¿en que estaba pensando? Se supone que la odiaba...no, no la odiaba... no se preocupaba tanto por ella...sus sentimientos eran muy confusos... no estaba seguro... ¿porqué le dolía tanto lo que acababa de suceder?
Tal vez...tal vez podía teletransportarse hasta el Circeo y traerla de vuelta... ¡si! era una gran idea...nadie se daría cuenta...de pronto, una voz familiar...
-No lo hagas...-la voz sonó dentro de su cabeza- no lo hagas, Mu...-
-¿Qué?-contestó Mu- ¿Cómo puedes...?-
-Existe una extraña conexión entre tú y yo...así como entre Tamara y Shaka...-
-Entonces... ¿lo que soñé sucedió en realidad?-
-Mu- le dijo la voz- no vengas...ahora Circe sabe que estás vivo...y tratará de matarte...-
-Pero yo...-
-No vengas, Mu...-
La voz desapareció tan de pronto como había aparecido. Mu se sentó en la cama y comenzó a llorar de nuevo. Cassandra le había pedido que no fuera por ella. Tal vez por el cansancio acumulado, o por alguna otra razón, Mu se quedó dormido unos minutos después...
**********
A la mañana siguiente, los caballeros dorados hablaban con Saori acerca de la posibilidad de que fueran al Circeo a salvar a Cassandra. Tamara y Shaka dijeron cuanto sabían respecto a Circe y a la misión que tenía de matar a Mu y a Tai.
-Pero tenemos que...- reclamó Mu.
-Ni hablar- dijo Saori.
-Pero...-
-Ya te lo dije- dijo Saori, interrumpiendo al caballero de Aries- si Circe está tras tu vida, como dijo Tamara, no puedes ir... Irán los caballeros de bronce...-
-Pero...-
-Nada de peros, Mu- dijo Saori- tenemos que proteger también a Tamara y a Tai, ¿recuerdas? Los caballeros dorados se quedarán aquí-
************
-Bueno, ¿listos para pelear?- dijo Seiya con una sonrisa. Le agradaba la idea de poder ir a combatir de nuevo. En el puerto, los caballeros subieron al barco. Mu y Shaka fueron a despedirlos.
-Claro- dijeron los otros cuatro caballeros de bronce.
-Tengan cuidado- dijo Shaka- recuerden que Circe tiene un pacto con Hades...-
-Lo tendremos en mente-dijo Hyoga- ¿algo más que quieras decirnos?-
-Solo una cosa- dijo Shaka- y nunca la olviden... Circe, aunque es muy poderosa, no puede vencerlos solo con su magia...sino con su astucia...tengan cuidado y desconfíen de todo...-
-No te preocupes, Shaka- dijo Seiya- volveremos pronto, y no pasará nada...-
-Eso espero- dijo Shaka, mirando a los caballeros subir al barco y desaparecer en el horizonte.
-Algo no está bien- murmuró Mu al caballero de Virgo junto a él, una vez que el barco estuvo lejos- tengo un mal presentimiento...-
*************
Los caballeros de bronce se dirigieron en barco a la isla Eea.
-¿Qué tan lejos está esa isla?- preguntó Hyoga.
-No estoy seguro- dijo Shun- pero creo que ya pronto llegaremos...-
-Me hubiera gustado que los caballeros dorados hubieran venido también a pelear- dijo Shiryu.
-Sí, y nos mandaron a este montón de aprendices de caballero que no sirven para nada- dijo Ikki mirando a los 15 soldados del Santuario que los acompañaban.
-Ni modo- dijo Shun-solo espero que ella esté bien...-
-Yo también- dijo Seiya.
***********
-Los tontos...- dijo Circe con una risa fría y cruel, sin alegría- ya verán cuando lleguen...-
-¿Qué ordena mi señora Circe que hagamos?- dijo una hechicera cerca de ella.
-Lleven a la niña a su habitación...que duerma ahí- dijo Circe con una sonrisa malvada- y preparen la cena...-
-Así se hará- y salió.
-Veo que el hijo de Marina no viene con ellos- murmuró Circe para sí misma- un pequeño retraso en mi plan...pero no importa...estos caballeritos me serán útiles, y llegarán en unas 5 horas...tiempo suficiente para preparar todo...-
************
Los caballeros de bronce llegaron a la isla indicada. Se pusieron sus armaduras y bajaron a tierra. La isla no era muy grande, sin embargo, estaba cubierta de árboles, como un pequeño bosque.
-Miren eso- dijo Shun, apuntando a un árbol.
-Increíble...-murmuró Seiya.
Un enorme jaguar descansaba en una de las ramas.
-Hay muchos animales, y la mayoría no son propios de este país- dijo Shiryu- esto es muy extraño...-
-Recuerden que Circe es una maga- dijo Ikki- ella puede hacerlos aparecer aquí...-
-Bueno, continuemos- dijo Hyoga- no tenemos tiempo para admirar el paisaje...tenemos que encontrar a Cassandra y llevarla de vuelta al Santuario...-
-Vamos- dijeron los cinco, seguidos de los soldados del Santuario.
Después de una hora, encontraron el Circeo. Era un enorme palacio, al parecer construido de mármol y oro. Algunas plantas colgaban de las paredes, ocultándolo parcialmente. Una enorme puerta les impedía la entrada.
-Tendremos que...- comenzó a decir Seiya, pero la puerta (para sorpresa de todos) se abrió.
-¿Será esto una trampa?- murmuró Hyoga.
-No lo sé- dijo Shiryu- pero no tenemos más remedio que entrar...-
-De acuerdo- dijeron los demás. Entraron, seguidos por los soldados. La puerta se cerró tras ellos. El vestíbulo del palacio estaba adornado por cientos de candelabros.
-Miren que lugar...- murmuró Seiya, impresionado.
Cinco mujeres vestidas de negro, hechiceras, se acercaron a ellos. Cada una se parecía a un caballero de bronce.
-Mi señora Circe quiere hablar con ustedes...- dijo una.
-...y les pide que se dirijan al comedor...-
-...síganos, por favor-
Las cinco condujeron a los caballeros y a los soldados a un enorme comedor, lleno de mesas, y éstas llenas, a su vez, de comidas...
-Lo que está aquí es todo suyo...- dijo otra de las hechiceras.
-...así que tomen lo que quieran mientras viene mi señora Circe-
Los caballeros se sentaron, y los soldados también. Un soldado tomó una manzana y se la llevó a la boca, pero Ikki lo detuvo.
-No lo hagas- le dijo- nadie toque nada... esto bien puede ser una trampa...-
Minutos después, Circe apareció frente a ellos.
Realmente se parecía muchísimo a Cassandra, excepto por el color de sus ojos. Los de Circe eran azules, los de Cassandra verdes. Circe usaba un largo vestido negro. Los caballeros la miraron sorprendidos. Si Cassandra era hermosa, la belleza de Circe era muy superior a la de su hija...era una belleza divina.
-Buenos días, caballeros- dijo Circe con voz dulce, inclinándose frente a ellos- esperaba su llegada...-
Los caballeros se sorprendieron. ¿Realmente era la Circe que Mu, Cassandra y Shaka temían tanto? No parecía tan...mala.
-Les digo que los esperaba- continuó Circe- porque Hades me ha ordenado que deje libere a mi hija y que se las entregue a ustedes. Ya no la necesitará más...-
-¿En serio?- murmuró Shun, sorprendido.
-Sí- dijo Circe con bondad- pero ahora no, porque está durmiendo...-
-¿Podemos verla?- preguntó Ikki, mirando desconfiado a la hechicera.
-Por supuesto- dijo Circe- síganme, por favor...-
Solo los cinco caballeros siguieron a Circe, quien los condujo a un amplio pasillo lleno de puertas. Abrió una y, tras ella, vieron a Cassandra profundamente dormida en una cama, y cubierta con mantas hasta el cuello. No parecía que nadie la había lastimado.
-Volvamos- dijo Circe una vez que los caballeros de bronce la vieron- debemos dejarla dormir...el viaje de anoche debió dejarla agotada...-
-De acuerdo- dijo Seiya. Y salieron de ahí. Shun, sin embargo, se quedó junto a ella sin que Circe se diera cuenta. Una vez solo, trató de despertar a Cassandra moviéndola con delicadeza. Nada. Lo intentó de nuevo. La chica respiraba pero seguía inconsciente.
-¿Qué te pasa?- murmuró a la chica, quien no despertaba. Al acomodar un poco las mantas que la cubrían, Shun descubrió varias heridas muy recientes en los hombros de la chica. Quitó las mantas y vio que no solo los hombros, sino la mayor parte de su cuerpo estaban cubiertos de heridas, y que la chica estaba atada de manos y pies.
-Esto es una trampa...-murmuró Shun. Trató de abrir la puerta de la habitación para llevarse a la chica de ahí, pero la perilla no se movió.
Los otros caballeros volvieron al comedor. Los soldados ya habían empezado a comer, al estar solos y sin vigilar por los caballeros de bronce.
De pronto, Circe se rodeó de un aura negra... e hizo aparecer su vara. Los caballeros y los soldados la miraron con terror. Levantó su vara y los apuntó. Dijo algunas palabras en un idioma extraño. Los caballeros cerraron los ojos, como esperando un golpe. Pero nada sucedió.
Los caballeros abrieron los ojos y se miraron entre sí. Estaban vivos, y bien... no había sucedido nada malo. Circe los miraba con una sonrisa cruel. Pero no miraba a los caballeros...miraba atrás de ellos cuatro.
-¿Qué pasa?¿porqué no...?- murmuró Seiya, pero se interrumpió al mirar atrás de él. Los cuatro caballeros de bronce estaban completamente bien. Pero los soldados...
-¡No puede ser...!- gritó Ikki, mientras la risa fría y cruel de Circe se dejaba escuchar.
CONTINUARÁ...
Saludos, chicos... Manden sus reviews, no sean malitos!!!...
Abby L.
Mu miró a la chica que acababa de aparecer. Tendría como 20 años más o menos. Al principio estaba muy asustada, pero se calmó al ver el rostro tranquilo de Mu.
-Así que tú eres Tamara...-dijo Mu- Cassandra me habló mucho de ti...-
-Sí-dijo ella, con tristeza.
En ese momento llegó Shaka, que había sido llamado telepáticamente por Mu. Al ver a la chica, Shaka la abrazó, y ella comenzó a llorar en los brazos de él.
-Shaka-dijo entre sollozos- te dije que la cuidaran...que no la dejaran ir allá...-
-Hicimos lo que pudimos-dijo Shaka- nunca me imaginé que utilizara ese medio para salvarte...-
-Su madre la va a matar...estoy segura...-
Shaka bajó la mirada con tristeza. Tamara seguía llorando entre los brazos de Shaka. Mu, sin poderlo soportar, se sentó en la cama y también dejó sus lágrimas correr en libertad.
-¡Fue mi culpa!-dijo Mu.
-¿Qué dices?-
-Pude...pude haberla despertado...pero no lo hice por una tonta promesa que me hizo hacer...-
-Mu- dijo Shaka- esto no fue tu culpa...-
-Claro que sí-
-Mu, no lo fue. ¿Cómo te ibas a imaginar que haría eso?-
-Yo...-
-Mu, te recomiendo que duermas- le dijo Shaka- mañana solucionaremos esto...- y salió junto con Tamara.
-Lo más probable es que mañana ella estará muerta...- susurró a la oscuridad.
************
-¡Mataji!- gritó Tai, cuando Shaka y Tamara llegaron a la casa de Virgo.
-Hola, hijito- dijo Tamara, abrazando a su hijo, aunque con poca alegría.
-¿Qué pasó, mataji?- dijo Tai- ¿porqué estás triste?-
-Porque...-dijo Tamara- Cassandra volvió con Circe...-
************
-Así que querías engañarme...-
-No, yo...-
-¡Cállate!- gritó Circe.
Cassandra estaba amarrada a una columna del palacio. Circe blandía un látigo con su mano derecha, y lo hacía sonar frente a ella, haciendo que la chica se estremezca de miedo...
-¡Mu está vivo!-dijo Circe- y está en el Santuario... ¡y tu lo sabías y mentiste! Te escuché cuando lo llamaste...-
-Yo...-
-¡Que te calles!- volvió a gritar Circe golpeando el rostro de su hija con la mano izquierda abierta. La chica dejó correr sus lágrimas. Circe rió con crueldad- Sabes bien que tus lágrimas no me conmueven...ahora dime, ¿también mentiste respecto al niño?-
-Yo...no...-
-Tal vez no entendiste bien mi pregunta- dijo Circe rodeándola- ¿mentiste también con respecto al niño?-
-No-
Circe volvió a golpearla.
-¡Mientes!- le gritó- tu amiga te ha traicionado. ¿Tú crees que estaría tan tranquila después de no saber que le sucedió a su hijo? No...-dijo con una sonrisa cruel- ustedes tienen esos sentimientos tan estúpidos que las hacen fácilmente predecibles...-
Cassandra no respondió. Seguía con la vista en el suelo, dejando que sus lágrimas corrieran por sus mejillas. No lloraba por el dolor que le producía el látigo y la mano de su madre, sino porque Circe había descubierto que tanto Tai como Mu estaban con vida. Y, aunque no quería admitirlo, había algo nuevo en su corazón...un cierto cariño hacia Mu...pero uno muy diferente al que le tenía a su amiga o a nadie más...¿era acaso...?
-¿En que piensas?- gritó Circe de pronto, sacando a Cassandra de sus pensamientos.
-En nada- se apresuró a contestar.
-Eres una malagradecida...- y Circe siguió insultándola y golpeándola. Después de una hora, Circe estuvo satisfecha y ya dejó ahí. Algunas hechiceras pasaban por ahí y le lanzaban miradas: unas de reprobación, otras de compasión...aunque ninguna se acercó a curar sus heridas o ayudarla.
Después de unas horas, Circe volvió, sosteniendo su vara con una mano.
-Te daré una oportunidad-dijo Circe- si vuelves ahora al Santuario y te deshaces de los dos: de Tai y del hijo de Marina...si no, te mataré...-
-Puedes dejarme ir-dijo Cassandra- pero sabes bien que nunca haré eso...-
Circe, en respuesta volvió a golpearla en el rostro con la mano libre abierta.
-Mejor así- dijo Circe, apuntándole con su vara- veo que tienes mucho cariño al niño...y a ese chico...bien... consuélate, hijita, que pronto ellos dos, Tai y Mu, irán a hacerte compañía en el reino de Hades...-
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Mu despertó sobresaltado de nuevo. ¿Qué acababa de ocurrir? Una pesadilla...acerca de Circe y Cassandra...en el Circeo. Tal vez estaba nervioso por lo que acababa de suceder... sin embargo, las voces eran demasiado reales...
Mu se levantó. Ya no podía dormir. La duda llenaba su corazón y su mente. ¿Estaría bien? Pero, ¿en que estaba pensando? Se supone que la odiaba...no, no la odiaba... no se preocupaba tanto por ella...sus sentimientos eran muy confusos... no estaba seguro... ¿porqué le dolía tanto lo que acababa de suceder?
Tal vez...tal vez podía teletransportarse hasta el Circeo y traerla de vuelta... ¡si! era una gran idea...nadie se daría cuenta...de pronto, una voz familiar...
-No lo hagas...-la voz sonó dentro de su cabeza- no lo hagas, Mu...-
-¿Qué?-contestó Mu- ¿Cómo puedes...?-
-Existe una extraña conexión entre tú y yo...así como entre Tamara y Shaka...-
-Entonces... ¿lo que soñé sucedió en realidad?-
-Mu- le dijo la voz- no vengas...ahora Circe sabe que estás vivo...y tratará de matarte...-
-Pero yo...-
-No vengas, Mu...-
La voz desapareció tan de pronto como había aparecido. Mu se sentó en la cama y comenzó a llorar de nuevo. Cassandra le había pedido que no fuera por ella. Tal vez por el cansancio acumulado, o por alguna otra razón, Mu se quedó dormido unos minutos después...
**********
A la mañana siguiente, los caballeros dorados hablaban con Saori acerca de la posibilidad de que fueran al Circeo a salvar a Cassandra. Tamara y Shaka dijeron cuanto sabían respecto a Circe y a la misión que tenía de matar a Mu y a Tai.
-Pero tenemos que...- reclamó Mu.
-Ni hablar- dijo Saori.
-Pero...-
-Ya te lo dije- dijo Saori, interrumpiendo al caballero de Aries- si Circe está tras tu vida, como dijo Tamara, no puedes ir... Irán los caballeros de bronce...-
-Pero...-
-Nada de peros, Mu- dijo Saori- tenemos que proteger también a Tamara y a Tai, ¿recuerdas? Los caballeros dorados se quedarán aquí-
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-Bueno, ¿listos para pelear?- dijo Seiya con una sonrisa. Le agradaba la idea de poder ir a combatir de nuevo. En el puerto, los caballeros subieron al barco. Mu y Shaka fueron a despedirlos.
-Claro- dijeron los otros cuatro caballeros de bronce.
-Tengan cuidado- dijo Shaka- recuerden que Circe tiene un pacto con Hades...-
-Lo tendremos en mente-dijo Hyoga- ¿algo más que quieras decirnos?-
-Solo una cosa- dijo Shaka- y nunca la olviden... Circe, aunque es muy poderosa, no puede vencerlos solo con su magia...sino con su astucia...tengan cuidado y desconfíen de todo...-
-No te preocupes, Shaka- dijo Seiya- volveremos pronto, y no pasará nada...-
-Eso espero- dijo Shaka, mirando a los caballeros subir al barco y desaparecer en el horizonte.
-Algo no está bien- murmuró Mu al caballero de Virgo junto a él, una vez que el barco estuvo lejos- tengo un mal presentimiento...-
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Los caballeros de bronce se dirigieron en barco a la isla Eea.
-¿Qué tan lejos está esa isla?- preguntó Hyoga.
-No estoy seguro- dijo Shun- pero creo que ya pronto llegaremos...-
-Me hubiera gustado que los caballeros dorados hubieran venido también a pelear- dijo Shiryu.
-Sí, y nos mandaron a este montón de aprendices de caballero que no sirven para nada- dijo Ikki mirando a los 15 soldados del Santuario que los acompañaban.
-Ni modo- dijo Shun-solo espero que ella esté bien...-
-Yo también- dijo Seiya.
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-Los tontos...- dijo Circe con una risa fría y cruel, sin alegría- ya verán cuando lleguen...-
-¿Qué ordena mi señora Circe que hagamos?- dijo una hechicera cerca de ella.
-Lleven a la niña a su habitación...que duerma ahí- dijo Circe con una sonrisa malvada- y preparen la cena...-
-Así se hará- y salió.
-Veo que el hijo de Marina no viene con ellos- murmuró Circe para sí misma- un pequeño retraso en mi plan...pero no importa...estos caballeritos me serán útiles, y llegarán en unas 5 horas...tiempo suficiente para preparar todo...-
************
Los caballeros de bronce llegaron a la isla indicada. Se pusieron sus armaduras y bajaron a tierra. La isla no era muy grande, sin embargo, estaba cubierta de árboles, como un pequeño bosque.
-Miren eso- dijo Shun, apuntando a un árbol.
-Increíble...-murmuró Seiya.
Un enorme jaguar descansaba en una de las ramas.
-Hay muchos animales, y la mayoría no son propios de este país- dijo Shiryu- esto es muy extraño...-
-Recuerden que Circe es una maga- dijo Ikki- ella puede hacerlos aparecer aquí...-
-Bueno, continuemos- dijo Hyoga- no tenemos tiempo para admirar el paisaje...tenemos que encontrar a Cassandra y llevarla de vuelta al Santuario...-
-Vamos- dijeron los cinco, seguidos de los soldados del Santuario.
Después de una hora, encontraron el Circeo. Era un enorme palacio, al parecer construido de mármol y oro. Algunas plantas colgaban de las paredes, ocultándolo parcialmente. Una enorme puerta les impedía la entrada.
-Tendremos que...- comenzó a decir Seiya, pero la puerta (para sorpresa de todos) se abrió.
-¿Será esto una trampa?- murmuró Hyoga.
-No lo sé- dijo Shiryu- pero no tenemos más remedio que entrar...-
-De acuerdo- dijeron los demás. Entraron, seguidos por los soldados. La puerta se cerró tras ellos. El vestíbulo del palacio estaba adornado por cientos de candelabros.
-Miren que lugar...- murmuró Seiya, impresionado.
Cinco mujeres vestidas de negro, hechiceras, se acercaron a ellos. Cada una se parecía a un caballero de bronce.
-Mi señora Circe quiere hablar con ustedes...- dijo una.
-...y les pide que se dirijan al comedor...-
-...síganos, por favor-
Las cinco condujeron a los caballeros y a los soldados a un enorme comedor, lleno de mesas, y éstas llenas, a su vez, de comidas...
-Lo que está aquí es todo suyo...- dijo otra de las hechiceras.
-...así que tomen lo que quieran mientras viene mi señora Circe-
Los caballeros se sentaron, y los soldados también. Un soldado tomó una manzana y se la llevó a la boca, pero Ikki lo detuvo.
-No lo hagas- le dijo- nadie toque nada... esto bien puede ser una trampa...-
Minutos después, Circe apareció frente a ellos.
Realmente se parecía muchísimo a Cassandra, excepto por el color de sus ojos. Los de Circe eran azules, los de Cassandra verdes. Circe usaba un largo vestido negro. Los caballeros la miraron sorprendidos. Si Cassandra era hermosa, la belleza de Circe era muy superior a la de su hija...era una belleza divina.
-Buenos días, caballeros- dijo Circe con voz dulce, inclinándose frente a ellos- esperaba su llegada...-
Los caballeros se sorprendieron. ¿Realmente era la Circe que Mu, Cassandra y Shaka temían tanto? No parecía tan...mala.
-Les digo que los esperaba- continuó Circe- porque Hades me ha ordenado que deje libere a mi hija y que se las entregue a ustedes. Ya no la necesitará más...-
-¿En serio?- murmuró Shun, sorprendido.
-Sí- dijo Circe con bondad- pero ahora no, porque está durmiendo...-
-¿Podemos verla?- preguntó Ikki, mirando desconfiado a la hechicera.
-Por supuesto- dijo Circe- síganme, por favor...-
Solo los cinco caballeros siguieron a Circe, quien los condujo a un amplio pasillo lleno de puertas. Abrió una y, tras ella, vieron a Cassandra profundamente dormida en una cama, y cubierta con mantas hasta el cuello. No parecía que nadie la había lastimado.
-Volvamos- dijo Circe una vez que los caballeros de bronce la vieron- debemos dejarla dormir...el viaje de anoche debió dejarla agotada...-
-De acuerdo- dijo Seiya. Y salieron de ahí. Shun, sin embargo, se quedó junto a ella sin que Circe se diera cuenta. Una vez solo, trató de despertar a Cassandra moviéndola con delicadeza. Nada. Lo intentó de nuevo. La chica respiraba pero seguía inconsciente.
-¿Qué te pasa?- murmuró a la chica, quien no despertaba. Al acomodar un poco las mantas que la cubrían, Shun descubrió varias heridas muy recientes en los hombros de la chica. Quitó las mantas y vio que no solo los hombros, sino la mayor parte de su cuerpo estaban cubiertos de heridas, y que la chica estaba atada de manos y pies.
-Esto es una trampa...-murmuró Shun. Trató de abrir la puerta de la habitación para llevarse a la chica de ahí, pero la perilla no se movió.
Los otros caballeros volvieron al comedor. Los soldados ya habían empezado a comer, al estar solos y sin vigilar por los caballeros de bronce.
De pronto, Circe se rodeó de un aura negra... e hizo aparecer su vara. Los caballeros y los soldados la miraron con terror. Levantó su vara y los apuntó. Dijo algunas palabras en un idioma extraño. Los caballeros cerraron los ojos, como esperando un golpe. Pero nada sucedió.
Los caballeros abrieron los ojos y se miraron entre sí. Estaban vivos, y bien... no había sucedido nada malo. Circe los miraba con una sonrisa cruel. Pero no miraba a los caballeros...miraba atrás de ellos cuatro.
-¿Qué pasa?¿porqué no...?- murmuró Seiya, pero se interrumpió al mirar atrás de él. Los cuatro caballeros de bronce estaban completamente bien. Pero los soldados...
-¡No puede ser...!- gritó Ikki, mientras la risa fría y cruel de Circe se dejaba escuchar.
CONTINUARÁ...
Saludos, chicos... Manden sus reviews, no sean malitos!!!...
Abby L.
