CAPITULO 9: EL ATAQUE COMIENZA

-Ya están listas, señora-

-Bien- dijo Circe- haz que partan en seguida... el Santuario estará debilitado sin ellos...-

-En seguida, señora- y salió.

-Esto va muy bien- dijo Circe- con la mitad de mis hechiceras a punto de atacar el Santuario...así podrán eliminar al chico, mientras que yo me deshago del caballero de oro con algo que tengo reservado especialmente para él...-

*********

Mu utilizó sus poderes para teletransportarse junto con Seiya, Shiryu, Saga y Shaka a la isla Eea. Al llegar, los jóvenes miraron a su alrededor.

-Bien...justo como la recuerdo...- murmuró Saga.

-Vamos, el palacio está por allá- dijo Shaka.

Caminaron, adentrándose en el bosque, mirando todo a su alrededor. Mu miró a Shaka y Saga. De seguro estaban recordando viejos tiempos. Los siguió si decir palabra a través de los extraños senderos. Seiya y Shiryu también conocían el lugar, pero no dijeron nada. Mientras caminaban, miraban a todos los extraños animales que se acercaban.

-No son animales- dijo Shaka- son hombres, convertidos en animales por Circe- Seiya y Shiryu asintieron.

Caminaron por unos minutos y finalmente llegaron al palacio de Circe. Mu se sorprendió mucho, ya que nunca en su vida lo había visto. Saga y Shaka no se inmutaron.

-¿Cómo entraremos?- preguntó Mu, ante la enorme puerta de madera.

-El problema no es entrar, Mu- dijo Saga- el problema es salir...-

Mu se quedó meditando estas palabras. De pronto, la puerta del palacio se abrió y Mu entendió el significado de la frase de Saga.

-Antes de entrar- dijo Shaka- recuerden: no toquen nada, y no bajen nunca la guardia... y Mu, recuerda que están tras tu vida, así que ten mucho cuidado-

Mu suspiró. Como si necesitara que le recordaran eso. Demasiadas personas se preocupaban por él: Cassandra, Saori, Shaka...

-Nuestros poderes no funcionan adentro...-dijo Seiya.

-Lo sé- dijo Shaka- y es muy probable que tampoco funcionen los de nosotros...pero no tenemos más remedio que entrar...-

Y los cinco caballeros entraron.

*************

-Ya están aquí, puedo sentir sus cosmos- murmuró Shun- entraron-

-¿También el de Mu?- preguntó Cassandra.

-Sí, también el de él-

-No puede ser- murmuró Cassandra con tristeza- ¿por qué quiere morir?-

-¿Por qué te preocupas tanto por él?- dijo Shun- todos los caballeros de Atena estamos siempre dispuestos a morir-

-Pero...- se interrumpió. Alguien estaba abriendo la puerta.

***********

Los cinco caballeros entraron. Seiya y Shiryu dejaron escapar una exclamación de sorpresa. El vestíbulo había cambiado. Antes, había estado iluminado por cientos de candelabros dorados que colgaban del techo, y el brillo de las luces se reflejaba en todo el lugar. Ahora, solo había un candelabro, y estaba apagado. La única luz que provenía de la puerta, y desapareció al cerrarse ésta. Todo estaba sucio, lleno de polvo.

-Que horrible...- murmuró Mu.

-Eso no fue muy educado de tu parte...aunque no se podía esperar más de un lemuriano, ¿verdad?- se escuchó una voz desde un balcón. Era Circe. Miró a Seiya y Shiryu- veo que son inteligentes y trajeron a los caballeros dorados-

-¿Para qué nos querías?- preguntó Shaka.

-Todo se les explicará a su debido tiempo...aunque algunas respuestas son obvias- murmuró Circe- ahora, pasen por favor al comedor... sus amigos los están esperando- dijo desapareciendo.

Los caballeros se miraron. Asintieron y se dirigieron a donde la hechicera les había indicado. Esta vez, ya no había mesas ni comida. Solo 8 sillas.

-Vamos, chicos, siéntense...-dijo la maga, apareciendo de nuevo frente a ellos. Ninguno de los caballeros se movió. Tres hechiceras la acompañaban, llevando a Ikki, Shun y Hyoga. Las tres los soltaron y desaparecieron.

-Bueno, ya que están todos reunidos...les diré lo que quiero...- les dijo Circe con seriedad- los de bronce se van...y los dorados se quedan...-

-¿Qué dices?- dijo Saga, enfadado.

-Claro que no nos iremos- dijo Ikki.

-Les estoy dando esa oportunidad- dijo Circe- váyanse ahora...-

-¡No!- dijo Seiya- no dejaremos solos a los caballeros dorados...-

-Además- dijo Shaka- no solo venimos por los caballeros de bronce...-

-Bien, bien- dijo Circe- ¿qué más quieren?-

-Que dejes ir a Cassandra- dijo Mu.

-Vaya, vaya... que tenemos aquí...- dijo Circe, acercándose a Mu y rodeándolo. Después de hacer esto, lo tomó por la barbilla y examinó su rostro- ya veo, Mu, eres una viva imagen de tu madre, excepto por esas horribles marcas de tu frente...lástima que haya tenido que matarla...-

Mu no se inmutó con estas palabras. La maga quería provocarlo, así que solo retiró su rostro de la mano de Circe.

-Si, ella era una hechicera muy poderosa, pero cometió el error de enamorarse... de tu padre, un caballero dorado descendiente de los lemurianos... así perdió gran parte de su poder, porque ese sentimiento solo trae debilidad... y cuando tú eras niño, el peor error que pudo haber cometido: tratar de salvarte, cuando hoy, 17 años después, de cualquier forma voy a acabar contigo...- rió Circe- que desperdicio...-

Mu siguió sin responder. Los demás caballeros miraban con atención. Circe dejó de mirar a Mu y se volvió a Shaka, quien le devolvió la mirada.

-Se lo que tu has hecho, y también mereces morir. Eres un traidor-

-Si querer a Tamara fue una traición, soy culpable- dijo Shaka- pero tú no tienes perdón por querer matar a mi hijo...-

-Son órdenes de Hades...matar a todos los que sean hijos de caballeros dorados- dijo Circe, y se dirigió a Saga- y tú, ¿de que lado estás ahora?-

-Del de Atena- dijo Saga- la última vez que vine, mi alma estaba prisionera... pero ahora no, soy libre y decidí servir a Atena-

-Ya veo- dijo Circe, algo molesta- entonces, tendré que acabar con todos ustedes...ya que los caballeros de bronce no quieren irse tampoco...-

Circe rió. Los caballeros no se movieron. No sabían que hacer.

-No has respondido- dijo Mu- ¿la dejarás ir o no?-

-Si los tres caballeros dorados se quedan, sí...- dijo la hechicera.

Mu miró a Saga y Shaka, y ambos asintieron.

-Esta bien- dijo Mu- nos quedaremos... ahora déjala ir...-

-Bien, bien... tráiganla- ordenó a las hechiceras. Minutos después, dos hechiceras llevaron a la chica, con las manos atadas a la espalda y un pedazo de tela en la boca. Al verla, Circe se echó a reír- mira, hija, el caballero dorado quiere que te deje ir...-

Cassandra miró asustada a los caballeros, rogándoles con los ojos que se vayan.

-...y a cambio, se va a quedar aquí...- continuó la maga- pero no podría hacerles eso...no te preocupes, ambos se quedarán aquí... ¡no la suelten!-

-¿Qué?- dijo Mu.

-No me digas que crees que no tengo el poder de retenerlos aquí, aún contra su voluntad...-dijo Circe- lo único que hice fue confirmar mi sospecha...- pronunció más su sonrisa- te enamoraste de ella...- Mu no respondió, y la maga siguió- amar a una hechicera es un crimen, que se paga con la muerte...muy pocos han escapado de ese castigo...uno de ellos fue tu padre...nunca creí que su propio hijo haría lo mismo. La pobre de tu madre sufrió mucho por su culpa, y no quiero que suceda lo mismo con mi hija-

-No me digas...- dijo Mu con su tono siempre irónico- ahora te preocupas por ella...-

-Tú no sabes que es tener una hija- dijo Circe, con la misma ironía- y nunca lo sabrás, porque morirás hoy...-

-No lo permitiremos, bruja- dijo Seiya- lucharemos hasta el final...-

-Pues bien- dijo Circe- solo mis poderes funcionan aquí...así que están perdidos...aunque, pensándolo bien- pronunció su sonrisa- no es bueno desperdiciar... pueden servirme para chantajear a Atena...-

-¿Qué dices?- dijo Saga con odio.

-Que serán mis huéspedes por unos días...-

-Eso, si nos atrapas- dijo Seiya, desafiante.

-No será difícil...-dijo Circe- no tendré sino que mover mi vara y todos caerán a los calabozos-

Cassandra seguía luchando para liberarse de las dos hechiceras que la sostenían. Logró quitarse la tela de su boca.

-¡Cuidado!-gritó- corran al vestíbulo...el suelo va a...- pero una de las dos magas que la sostenía le puso la mano en la boca, y ya no la dejaron continuar.

Circe, con un movimiento de su vara...hizo desaparecer el suelo... y los tres caballeros dorados y los caballeros de bronce cayeron al vacío...

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-Estoy comenzando a aburrirme...- murmuró Milo, mirando las estrellas con Kiki- yo también quería ir a luchar...-

-Espero que mi maestro Mu esté bien- murmuró Kiki.

-Yo también- dijo Milo- he oído muchas cosas horribles de esa bruja...-

-No eres el mejor para levantar ánimos, ¿sabías eso?- dijo Kiki. Milo solo suspiró. Varias estrellas fugaces en el cielo...

-Mira-dijo Milo, señalando el cielo- la última vez que sucedió eso, fue cuando Hades comenzó a atacar...-

-¿Qué son esas cosas?- dijo Kiki, señalando doce pequeñas lucecitas que provenían de la casa de Aries.

-Pero si son...-dijo Milo, observando mejor- ¡son hechiceras! Circe nos está atacando...-

-Espero que Shaina esté bien...- dijo Kiki.

-Lo estará- dijo Milo- ahora, quiero que pongas atención. Ve a la casa de Virgo, y trae a Tamara y a Tai... estoy seguro de que los están buscando a ellos... llévalos con Atena-

-Enseguida- dijo Kiki, apresurándose a bajar las escaleras.

-Demonios- murmuró Milo- no creí que fueran a atacar tan pronto...-

**************

-Me siento...tan humillado- dijo Seiya- dos veces seguidas me ha logrado engañar esa bruja...-

-A ti y al resto de nosotros...- dijo Ikki, visiblemente enfadado.

-Si tan solo pudiéramos usar alguno de nuestros poderes...- dijo Saga.

Todos probaron. Saga aún podía abrir portales a otra dimensión, pero desaparecían casi de inmediato. Mu podía hacer su pared de cristal. Shaka no podía hacer ninguna de sus técnicas. Cualquier otro poder que tuvieran antes, no funcionaba.

-Hay demasiada magia en el ambiente-explicó Shaka- toda esa magia inhibe nuestros poderes... ¡esperen!-

-¿Qué pasa, Shaka?-

-Algo está ocurriendo en el Santuario...-

-Tienes razón- dijo Mu- Kiki está tratando de avisarme... creo que están atacándolo-

-¿Atacando?- dijo Seiya.

-Pero... no podemos hacer nada- dijo Shun con tristeza.

Circe apareció delante de ellos.

-No se preocupen, caballeros- dijo- en unas horas, los otros caballeros dorados también morirán...-

-Sácanos de aquí, vieja bruja...- dijo Seiya.

-Me gustaría, pero temo que seguirán siendo mis huéspedes por un tiempo... tengo otras cosas que hacer...-

Movió un poco su vara, y Mu y Shun fueron aparecieron fuera de la celda.

-Ustedes dos, síganme...- ordenó Circe.

-Deja a mi hermano- dijo Ikki.

-No te preocupes- dijo Circe- si lo mando a saludar a Hades, tú también le harás compañía-

-Pero...¿porqué él?- dijo Seiya.

-Parece que Cassandra se encariñó con el chico-dijo la bruja- y tengo planes para él-

*************

Una vez que Kiki llevó a Tai y Tamara al templo de Atena, corrió a la casa de Aries, para ayudar a defenderla.

Saori había encargado a Shaina cuidar el templo de Aries mientras Mu no estaba. La amazona peleaba, pero eran demasiadas hechiceras, y desviaban todos sus ataques. Algo raro, los hechizos de las brujas no la lastimaban.

-Shaina- gritó Kiki- atrás de ti... ¡CRISTAL NET!- y elaboró una telaraña de cristal que atrapó a la maga que iba a atacarla...-

-Gracias- dijo Shaina- no sabía que habías avanzado tanto... Algunas de estas brujas ya han pasado a la siguiente casa... las otras han regresado...-

-¿Regresado?-

-Sí. Me he dado cuenta. Algunas están bajo un hechizo extraño... como ella- señaló a la hechicera en la red de cristal- mira sus ojos...-

-Ya veo- dijo Kiki- es como... el poder de Saga, que controla a otras personas...-

-Si, pero en el momento en que le quitas esto...- le quita el collar, y los ojos de la hechicera cambian de rojos a azules.

-¿Dónde estoy?- preguntó ella, mirando a su alrededor.

-En el Santuario...- dijo Shaina, devolviéndole el collar- toma-

-Gracias...la señora Circe me estaba controlando- dijo la hechicera, avergonzada- me llamo Cristaly...-explicó- muchas de nosotras no estábamos de acuerdo con que atacara el Santuario... o que lastimara a Cassandra...pero no podíamos hacer nada, es demasiado poderosa...-

-Ya veo...- dijo Shaina.

-Yo les ayudaré...-dijo Cristaly- nuestros hechizos solo dañan a los hombres...estoy segura que nadie se esperaba que una mujer peleara...-

-¿Y cuantas como tú están hechizadas?-

-La mayoría...creo- dijo Cristaly- nadie quería pelear...somos 12-

-Bueno, vamos- dijo Shaina- los otros pueden tener problemas...-

-Para este momento, todo el santuario debe estar lleno de hechiceras...- murmuró Kiki.

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Aldebarán, Kanon y los otros luchaban para evitar que las hechiceras avancen, pero sus poderes eran muy diferentes a los que estaban acostumbrados...

-¡Restricción!- Milo usó su técnica para quitarle su amuleto sin lastimarla. Los ojos de la chica cambiaron también, de rojos a verdes.

-¿Qué...que me pasó?- dijo ella, mirándose- ¿qué hago aquí? ¿por qué no me puedo mover?-

-No me digas que...- dijo Milo, y la chica lo miró asustada.

-¿Quién...quién eres? ¿qué hago aquí?-

-Ya veo...-dijo Milo- estás en el Santuario... creo que Circe te estaba controlando...-

-¡Circe!- dijo la hechicera- esa traidora nos preguntó si estábamos de acuerdo en venir a atacar el Santuario, y yo dije que no... todas nosotras dijimos que no...-

-Entonces, es cierto- dijo Milo- ustedes no están aquí por su voluntad...-

-No- dijo ella con tristeza- lo lamento...-

-No lo lamentes- dijo Milo- no fue tu culpa... pero tenemos que avisarle a los demás...em... ¿cómo te llamas?-

-Arilla-dijo la chica, sonrojándose.

-Arilla- dijo Milo- ¿nos ayudas?-

-Claro-

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Aioros y Aioria estaban en la casa de Sagitario, conversando cuando el ataque comenzó. Los dos hermanos se sorprendieron mucho cuando dos hechiceras comenzaron a atacarlos mientras otras tres corrían escaleras arriba. Utilizaron sus poderes con cuidado de no lastimarlas, y les quitaron sus amuletos, tal y como habían visto a Mu hacerlo cuando creía que Cassandra era mala. Después de eso, las dos chicas volvieron a la normalidad y aceptaron ayudarles.

Camus fue el que tuvo más problemas, pero al final congeló las piernas de las últimas dos hechiceras que alcanzaron a llegar hasta su casa. Una alcanzó a huir. Camus se acercó a la otra y le quitó su collar.

-Tengo...frío- dijo la chica, mientras sus ojos color rojo cambiaban a un violeta claro-¿qué hago aquí?- miró a Camus.

-Estaban atacando el Santuario- dijo Camus- creo que estabas bajo el control de Circe...-

-Ya veo...lo siento...- trató de moverse pero el hielo la tenía prisionera.

-Permíteme- dijo Camus, quitándole el hielo.

-Gracias...-dijo la hechicera, sonrojándose- me llamo Iridia-

-Camus- dijo- ahora ven, tenemos que ayudar a los otros...-

*************

-¿Qué quieres de nosotros?- dijo Mu. Él y Shun seguían a Circe por varios corredores oscuros y escaleras que subían.

-Ya lo verán- contestó. La maga abrió una puerta, que los condujo a un salón completamente vacío, excepto por una persona que ya estaba ahí, de pie frente a ellos.

-¡Cassandra!- dijo Mu. Su voz se perdió por la carcajada de Circe.

CONTINUARÁ...

Bien, muchachos... jeje, el próximo capítulo es el gran final. Sigan mandando reviews... de veras, los aprecio mucho...

Ryu Mari: ya recuperé mi corazón, pero sufrió un accidente y pues...necesito algo para pegar los pedacitos... XD

Phantom: no te atrevas a insultar a mi Mu precioso!!! :P

Abby L.