CAPÍTULO 10: EL JURAMENTO
-¡Cassandra!-dijo Mu. La chica estaba de pie frente a ellos, y los miraba sin ninguna expresión en su rostro. Sus ojos verdes eran ahora rojos, y un gran vacío en su mirada.
-Vamos, háblale todo lo que quieras- dijo Circe- ella ahora no puede escucharte...-
-¿Qué le has hecho?- preguntó Shun.
-El puño del Diablo- dijo Circe.
-¿Qué es eso?- preguntó Shun.
-¿Quién crees que le enseñó a Saga el puño del Diablo, con el cual puedes controlar la mente de quien tú quieras?- dijo la maga.
-¿Qué dices? ¿Usaste esa técnica en ella?- preguntó Mu. La bruja contestó con sus carcajadas sin alegría, mientras colocaba un brazalete en la muñeca de Cassandra. Mu apretó sus puños- ¿cómo te atreves...?-
-Así que, para liberarla de mi hechizo, tienes dos opciones, Mu- lo interrumpió Circe- morir, o matarla...-
-Pero, ¿porqué hiciste eso?- dijo Shun- es tu hija...-
-Si, y también una hechicera- dijo Circe- y según nuestras reglas, ella debe morir... Así que, si Mu decide matarla, mi venganza estará cumplida. Si Mu decide morir por ella, nunca podrá perdonarse haber matado a alguien... y ese es un castigo peor que la muerte...para ella. En cualquier caso, yo salgo ganando-
-Eres una...- murmuró Mu entre dientes, pero la risa de Circe lo interrumpió.
-Debí haber hecho lo mismo con tu padre...pero ya era demasiado tarde. Además, Saga me hizo el favor de acabar con él...-
-Quieres decir que...-murmuró Mu.
-Ahora, caballeros- dijo Circe abriendo la puerta para salir de ahí- los dejaré...y volveré en un rato para ver que decidiste...- se dirigió a su hija- Cassandra, mátalos...- y cerró la puerta.
************
-¿Alguna novedad, Milo?-
-Nada, Camus-
-¿Dices que una aún está libre?- preguntó Shaina. Estaban discutiendo en la casa de Aries.
-Sí- dijo Camus- y creo lo hacía por su propia voluntad, no controlada como las otras chicas-
-¿Cómo lo sabes?- preguntó Kiki.
-Los ojos de las hechiceras- dijo Camus- son rojos cuando están siendo controladas, y vuelven a la normalidad cuando se rompe el hechizo-
-¿Y esa hechicera no tenía... los ojos rojos?-
-No-
-Se parece mucho a lo que hacía Saga, ¿te acuerdas?- dijo Milo.
Mientras discutían, una vara apuntaba a Kiki.
-Aaaah- gritó Kiki al ser empujado contra la pared por una fuerza extraña. Una hechicera salió de entre las sombras.
-Así que tú eres Tai, a quien venimos a matar...- dijo la hechicera con maldad.
-¡Kiki!- gritó Milo-¡déjalo, bruja! Ese no es al que buscas... - La hechicera lo miró.
-Buen intento, caballero...- dijo ella- pero a mí no me engañas... no puede haber tantos niños en el Santuario...-
-¡Restricción!- dijo Milo, sellando los movimientos de la hechicera. Shaina, a quien los ataques de las magas no le hacían daño, le arrebató la vara de las manos, liberando a Kiki de su poder.
-No queremos lastimarte, bruja- dijo Camus, quitándole el brazalete y los otros amuletos- así que ríndete y vete...-
-¡Nunca!- dijo la maga- hasta que mate a ese niño...-
-Este niño no es a quien buscas- dijo Shaina- él es el discípulo de Mu de Aries-
-¡Mientes!- gritó la hechicera.
****************
-A otra dimensión...- dijo Saga, intentando aún abrir un portal.
-¿Qué haremos?- dijo Seiya.
-A otra dimensión...-dijo Saga. El portal se abrió normalmente- Vámonos, antes de que se cierre-
-Pero- dijo Ikki- ¿Shun y Mu?-
-Estarán bien- dijo Hyoga- además, no podemos hacer nada por ellos aquí encerrados... ¡vámonos!-
***********
-¿Qué haremos?- preguntó Shun.
-No lo sé...-dijo Mu-tal vez debería...dejar que me ataque y...-
-¡Mu!-dijo Shun- eso también la haría sufrir horriblemente...-
-Lo sé- dijo Mu- pero no se que más hacer...-
-Vamos, tenemos que pensar en algo-
-Podemos... tratar de quitarle el brazalete, por ahora, antes de que nos mate... luego pensaremos en algo para quitarle ese hechizo...-
-¡Mueran!- gritó Cassandra, apuntándoles con su vara. Ésta disparó una luz roja. Mu hizo aparecer su muro de cristal, un poco inclinado, para que el reflejo del ataque no la golpeara. Pero aún el muro de cristal perdía su fuerza.
-Perdóname- murmuró Mu- es el único recurso...- y conjuró una red de cristal, que la atrapó. Cassandra se retorcía para liberarse, pero no pudo. Shun se apresuró a quitarle el brazalete que Circe le acababa de dar. Una vez que lo hizo, Mu hizo desaparecer la red.
No fue suficiente, porque con sus otros amuletos, Cassandra conjuraba bolas de fuego y descargas eléctricas que lastimaban a los dos caballeros.
-Tal vez no morirán de golpe- dijo Cassandra- pero yo los acabaré poco a poco...-
***************
-¿Están todos bien?- preguntó Saori.
-Si, Saori- dijo Kiki. Los caballeros dorados llevaban a la hechicera.
-Esta bruja trató de matar a Kiki, creyendo que era el hijo de Shaka...- dijo Camus.
Detras de Saori, tres hechiceras aparecieron. Eran las tres magas que habían sido liberadas del hechizo de Circe por Milo, Camus y Shaina: Iridia, Arilla y Cristaly.
-Ella está del lado de Circe- dijo Iridia- no confíen en ella...-
-¡Iridia!- dijo la hechicera- ¿te atreves a traicionar a nuestra reina?-
-Ella nos traicionó primero, Yaria- dijo Iridia- el mandarnos aquí fue como mandarnos a la muerte-
En ese momento, el portal a otra dimensión de Saga se abrió, y de él salieron Saga, Shaka, Ikki, Shiryu, Hyoga y Seiya.
-¿Y los otros?- preguntó Saori. Seiya rápidamente contó lo que había sucedido.
-¿Y que haremos con esta bruja?- preguntó Milo. Arilla le señaló el portal de Saga, que aún no se cerraba. Milo sonrió y empujó a la bruja en él, haciéndola desaparecer mientras gritaba enfurecida.
-Tenemos que ir por Mu y Shun- dijo Ikki.
-Pero no podemos entrar por la puerta- dijo Saga- apenas entramos, estamos atrapados...-
Cristaly, Iridia y Arilla se miraron entre sí.
-Tal vez...nosotras podemos ayudar- dijo Cristaly. Los caballeros las miraron con cierta desconfianza, pero Shaka sonrió.
-Ellas tres se opusieron a que lastimaran a Tamara cuando Circe la llevó a su palacio y, por eso, ellas también fueron encerradas- las tres asintieron, y Shaka continuó- lo demás es fácil, Circe usó el puño del Diablo en ellas para obligarlas a atacar...-
-Entonces podemos confiar en ellas- dijo Saori.
-De acuerdo- dijo Camus- vámos-
***************
Una descarga eléctrica fue recibida por Mu, provocándole mucho dolor e impidiendo que se mueva. Shun, aprovechando que Cassandra estaba distraída, corrió hacia ella, y la atrapó por atrás.
-Ya basta, Cassandra- le dijo- tienes que despertar...-
-¡Suéltame!- gritó ella, tratando de soltarse.
Mu se levantó. La abrazó con ternura, a pesar de que ella forcejeaba débilmente para liberarse de sus brazos.
-Por favor, despierta- dijo Mu, dejando correr sus lágrimas- no quiero perderte...- las lágrimas de Mu caían sobre el rostro de Cassandra, pero ella no dejaba de moverse. Sin saber que más hacer, Mu tomó el rostro de la chica con sus manos, y besó con ternura su frente. Bajó la mirada al suelo.
Esto no hizo ninguna diferencia. Cassandra se liberó de Mu y atacó a Shun con su rayo, quien cayó al suelo, sin poderse mover. Luego, preparó un rayo eléctrico y atacó a Mu de nuevo. Al recibir el impacto, Mu tomó el collar de Cassandra y cayó al suelo, otra vez sin poder moverse, dejando que sus lágrimas siguieran corriendo mientras empuñaba el collar en su mano. Al perder su amuleto, Cassandra también cayó inconsciente sobre Mu. Al despertar, la chica se quedó mirándolo, asustada. Su expresión cambió, sus mejillas se enrojecieron y sus ojos cambiaron lentamente de rojos a verdes. Parpadeó.
-¿Mu?- dijo asustada- ¿qué...porqué lloras?-
Mu la miró, y se levantó al poder moverse de nuevo. No lo podía creer.
-Estabas siendo controlada por Circe-preguntó Mu-¿estás bien?-
-Sí- dijo ella.
-Vámonos, tu madre podría llegar en cualquier momento... ¿sabes por dónde salir?- preguntó Shun.
-No hay salida- dijo ella- solo por la entrada... pero siempre el comedor tiene alguna trampa...-
-Hay otra salida- dijo una voz femenina detrás de ellos. Tres hechiceras estaban ahí.
-Cristaly, Arilla, Iridia... ¿qué hacen aquí?- preguntó Cassandra.
-Tu querida madre nos envió a atacar el Santuario...- dijo Iridia.
-...pero no por nuestra propia voluntad- dijo Arilla- nos obligó con su hechizo del puño del Diablo...-
-...y pudimos haber muerto, pero los caballeros de Atena respetaron nuestras vidas y nos liberaron del hechizo...- dijo Cristaly.
-Y decidimos traerlos para que les ayuden- dijo Iridia.
-¿Traerlos?- preguntó Shun. Camus y Milo aparecieron detrás de las tres hechiceras.
-Saga y los otros están en el Santuario- dijo Camus- lograron escapar abriendo un portal a otra dimensión-
-Me alegro- dijo Mu- pero si salimos de aquí, me alegraré más-
-Es por esta puerta- dijo Iridia- pero antes de irnos, una advertencia. Si Circe nos corta el paso, nosotras no podremos hacer nada, porque perderemos nuestros poderes a cambio de que ustedes puedan usar los suyos-
-De acuerdo- dijo Milo.
-Una cosa más- continuó Iridia- aunque Circe es inmortal, puede morir por el ataque de un caballero: ese es su mayor temor...-sonrió- lo que deben hacer es amenazarla de muerte, y hacer que jure no dañarlos. Entonces elegirán lo que quieran que le pertenezca como prenda de su juramento-
-Entendido- dijo Mu.
-Entonces ahora haremos el encantamiento- dijo Cristaly -te necesitamos, Cassandra-
Las cuatro hechiceras elaboraron el encantamiento.
-Ahora vamos- dijo Iridia- por aquí- Todos la siguieron.
**********
Como lo habían previsto, justo antes de alcanzar la puerta para salir, Circe apareció frente a ellos, cortándoles el paso, junto con Yaria, la hechicera que había tratado de matar a Kiki en el Santuario.
-Las tres son unas traidoras, por segunda vez- dijo Circe, realmente enfadada- y ya saben lo que les sucede a las traidoras...-
-La traidora eres tú- dijo Cristaly- nos enviaste allá en contra de nuestra voluntad... no solo a nosotras tres sino a otras ocho, sabiendo que podíamos morir...-
-Y trataste de matar a estos dos caballeros y a tu hija- dijo Arilla.
-Mi hija me pertenece, yo la traje al mundo y puedo hacer lo que quiera con ella. Y ustedes también me pertenecen. Ya verán cuando termine con ustedes- dijo Circe- estos caballeros no pueden hacer nada...-
-Esto es lo que tú crees- dijo Milo.
-¿Qué dices?- dijo Yaria, tratando de atacar a Milo, pero Mu elaboró una pared de cristal, y el ataque rebotó hacia ella, y luego Camus congeló sus piernas.
-Digo que podemos usar nuestros poderes, como ves...- dijo Milo.
-No le tengo miedo a cuatro caballeros- dijo Circe, preparándose para atacar.
-¡Restricción!- dijo Milo, evitando que la hechicera se moviera. Mu se acercó a ella.
-Sabes que por un ataque nuestro podemos matarte-
-¡No lo hagan!- dijo Circe, perdiendo toda su anterior arrogancia- he conservado durante siglos el regalo de la inmortalidad de Hades...-
-Pues parece que no lo mereces- dijo Cassandra.
-Te perdonaremos- dijo Mu- si juras no hacernos daño a ninguno de nosotros ni a Atena... ni tampoco a nadie que tenga alguna relación con nosotros...-
Circe los miró con odio y desesperación, pero no tenía otra salida: los caballeros estaban dispuestos a matarla si no aceptaba.
-Está bien- dijo Circe- lo juro-
-Ahora deben tomar algo en prenda de su juramento...lo que sea que le pertenezca- dijo Iridia.
-Hace un rato, dijiste que tu hija te pertenecía- dijo Mu- así que la pido a ella...-
-No puedes pedir eso- dijo Circe.
-Claro que puede- dijo Iridia- tus propias palabras te traicionaron. Los demás pueden pedir también algo-
Shun, Milo y Camus pidieron a las tres hechiceras que los ayudaron para salvarlas, pues sabían que ellas serían castigadas cuando se fueran.
-Ahora vamos- dijo Mu- Atena debe estar preocupada...-
************
-Me alegra que todos estén bien- dijo Saori, con una enorme sonrisa, al verlos llegar. Las hechiceras abrazaron a Tamara al volver a verla.
-No saben lo contenta que estoy de que esta pesadilla por fin acabara...y que ustedes estén bien- dijo Tamara. Shaka asintió, con una enorme sonrisa también.
Como ya era muy tarde, Saori permitió que las hechiceras se quedaran en el Santuario hasta el día siguiente, cuando decidieran a donde ir. Iridia se quedaría con Camus, Arilla con Milo y Cristaly con Shura.
Cassandra estaba sentada en las escaleras de la casa de Aries. Mu llegó y se sentó a su lado, sin decir nada.
-Tu padre era una buena persona- dijo ella, sin que Mu le preguntara- siempre te quiso mucho y te cuidó después de que tu madre murió...-
-Mi padre era Shion, ¿verdad?-preguntó Mu. Ella asintió- él me entrenó y me convirtió en caballero, pero nunca me dijo nada...-
-No lo sé- dijo ella- Circe lo odiaba, porque varias veces trató de entrar al Santuario para matarte, mientras entrenabas... después, supo que Saga mató a Shion, y creyó que también tú habías muerto-
-Ya veo...- dijo Mu.
-Quisiera... traerte un recuerdo- dijo Cassandra - cierra los ojos-
Mu la obedeció. Cerró los ojos, y se sintió como transportado a su palacio de Jamiel.
===Vio a un niño dormido en su cama. Tardó unos segundos en reconocerse a sí mismo. Su madre entró a su habitación.
'-Mamá, ¿porqué me vas a dejar en el Santuario?-'
'-Porque tienes que entrenar para ser un caballero...-'
El pequeño Mu cerró los ojos al recibir un beso de su madre en la mejilla, y se quedó dormido.
'-Hijo mío- murmuró la madre de Mu- no tengo nada más que darte, que esta oportunidad de que vivas, aunque no vuelva a verte...tu padre te cuidará y te convertirá en un buen caballero...-' ===
Mu abrió los ojos, y vio a Cassandra frente a él.
-Al menos tú tuviste padres de los que puedes estar orgulloso, y que te querían...-
-Lo que hizo tu madre no fue tu culpa- le dijo Mu con cariño- además, no necesitas padres que te quieran...- le dirigió una mirada significativa. Cassandra volteó a la otra dirección.
-Ya no soy una hechicera, y ya no estoy sujeta a sus reglas- dijo ella, cambiando la conversación- aunque perdí la mayor parte de mis poderes...-
-¿Y eso es lo que querías?- preguntó Mu. Ella no respondió por un minuto.
-Quiero... agradecerte, por haberme salvado... no tenías que hacerlo...- dijo Cassandra, y suspiró- ya no quería estar en el Circeo, en ese mundo de muerte, aunque la magia sea maravillosa...te lo agradezco mucho-
-No tienes que agradecerlo- dijo Mu- lo hice porque te quiero...-
Cassandra suspiró otra vez. Ya se imaginaba a donde iba a parar la conversación.
-Yo no sé lo que es querer a alguien, Mu- dijo ella- nunca lo he sentido...-
-¿Y no lo sientes ahora?-
Cassandra miró los ojos de Mu, llenos de amor y de bondad. Recordó sus sentimientos desde que ella había vuelto al Circeo. Pero aún no estaba segura. Otra vez evitó su mirada.
-No, Mu- dijo ella con toda la serenidad que pudo reunir- no lo siento...no siento nada-
Mu tomó las manos temblorosas de la chica entre las suyas.
-Mientes- dijo Mu con una sonrisa- ya te conozco. Tus manos tiemblan siempre que mientes-
-Tengo frío- dijo ella, evadiendo otra vez el tema.
-Entonces vamos adentro- dijo Mu, levantándose y ayudándola a levantarse- ¿porqué estas sonrojada?-
-No...no lo estoy- respondió bajando la mirada.
-Claro que sí- dijo Mu- mírame a los ojos...-
-No...no puedo...-
Mu tomó el rostro de la chica entre sus manos con delicadeza e hizo que ella levantara la vista. Sus mejillas estaban más sonrojadas que de costumbre. Él la besó con ternura en los labios, y ella no se resistió.
-Yo...siento...algo, pero tengo miedo, Mu- dijo ella, al separarse.
-¿Porqué? Ya no eres una hechicera, no debes temer las consecuencias...-
-Yo...- pero no siguió. La mirada tierna de los ojos de Mu la había convencido. Se dejó abrazar por él y sonrió- yo te quiero...-
-Sé que has sufrido toda tu vida- dijo Mu- déjame quitarte de una vez y para siempre todo ese sufrimiento... déjame hacerte feliz...- y Cassandra asintió.
Shaka y Tamara observaban la escena desde la casa de Virgo con una sonrisa.
-Parece que se va a repetir nuestra historia, ¿no?- dijo Tamara.
-No. Sin esa bruja malvada detrás de ellos, al parecer, ellos dos serán más felices- dijo Shaka.
-Eso espero-
FIN
¡¡Yupi!! Ya terminé... ¡Fiesta! XD... Espero que les haya gustado esta historia... Gracias a todos los que me mandaron reviews... Cuídense, y hasta la próxima...
Abby L.
NOTA: Pueden encontrar la verdadera historia de Circe en 'La Odisea'
-¡Cassandra!-dijo Mu. La chica estaba de pie frente a ellos, y los miraba sin ninguna expresión en su rostro. Sus ojos verdes eran ahora rojos, y un gran vacío en su mirada.
-Vamos, háblale todo lo que quieras- dijo Circe- ella ahora no puede escucharte...-
-¿Qué le has hecho?- preguntó Shun.
-El puño del Diablo- dijo Circe.
-¿Qué es eso?- preguntó Shun.
-¿Quién crees que le enseñó a Saga el puño del Diablo, con el cual puedes controlar la mente de quien tú quieras?- dijo la maga.
-¿Qué dices? ¿Usaste esa técnica en ella?- preguntó Mu. La bruja contestó con sus carcajadas sin alegría, mientras colocaba un brazalete en la muñeca de Cassandra. Mu apretó sus puños- ¿cómo te atreves...?-
-Así que, para liberarla de mi hechizo, tienes dos opciones, Mu- lo interrumpió Circe- morir, o matarla...-
-Pero, ¿porqué hiciste eso?- dijo Shun- es tu hija...-
-Si, y también una hechicera- dijo Circe- y según nuestras reglas, ella debe morir... Así que, si Mu decide matarla, mi venganza estará cumplida. Si Mu decide morir por ella, nunca podrá perdonarse haber matado a alguien... y ese es un castigo peor que la muerte...para ella. En cualquier caso, yo salgo ganando-
-Eres una...- murmuró Mu entre dientes, pero la risa de Circe lo interrumpió.
-Debí haber hecho lo mismo con tu padre...pero ya era demasiado tarde. Además, Saga me hizo el favor de acabar con él...-
-Quieres decir que...-murmuró Mu.
-Ahora, caballeros- dijo Circe abriendo la puerta para salir de ahí- los dejaré...y volveré en un rato para ver que decidiste...- se dirigió a su hija- Cassandra, mátalos...- y cerró la puerta.
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-¿Alguna novedad, Milo?-
-Nada, Camus-
-¿Dices que una aún está libre?- preguntó Shaina. Estaban discutiendo en la casa de Aries.
-Sí- dijo Camus- y creo lo hacía por su propia voluntad, no controlada como las otras chicas-
-¿Cómo lo sabes?- preguntó Kiki.
-Los ojos de las hechiceras- dijo Camus- son rojos cuando están siendo controladas, y vuelven a la normalidad cuando se rompe el hechizo-
-¿Y esa hechicera no tenía... los ojos rojos?-
-No-
-Se parece mucho a lo que hacía Saga, ¿te acuerdas?- dijo Milo.
Mientras discutían, una vara apuntaba a Kiki.
-Aaaah- gritó Kiki al ser empujado contra la pared por una fuerza extraña. Una hechicera salió de entre las sombras.
-Así que tú eres Tai, a quien venimos a matar...- dijo la hechicera con maldad.
-¡Kiki!- gritó Milo-¡déjalo, bruja! Ese no es al que buscas... - La hechicera lo miró.
-Buen intento, caballero...- dijo ella- pero a mí no me engañas... no puede haber tantos niños en el Santuario...-
-¡Restricción!- dijo Milo, sellando los movimientos de la hechicera. Shaina, a quien los ataques de las magas no le hacían daño, le arrebató la vara de las manos, liberando a Kiki de su poder.
-No queremos lastimarte, bruja- dijo Camus, quitándole el brazalete y los otros amuletos- así que ríndete y vete...-
-¡Nunca!- dijo la maga- hasta que mate a ese niño...-
-Este niño no es a quien buscas- dijo Shaina- él es el discípulo de Mu de Aries-
-¡Mientes!- gritó la hechicera.
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-A otra dimensión...- dijo Saga, intentando aún abrir un portal.
-¿Qué haremos?- dijo Seiya.
-A otra dimensión...-dijo Saga. El portal se abrió normalmente- Vámonos, antes de que se cierre-
-Pero- dijo Ikki- ¿Shun y Mu?-
-Estarán bien- dijo Hyoga- además, no podemos hacer nada por ellos aquí encerrados... ¡vámonos!-
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-¿Qué haremos?- preguntó Shun.
-No lo sé...-dijo Mu-tal vez debería...dejar que me ataque y...-
-¡Mu!-dijo Shun- eso también la haría sufrir horriblemente...-
-Lo sé- dijo Mu- pero no se que más hacer...-
-Vamos, tenemos que pensar en algo-
-Podemos... tratar de quitarle el brazalete, por ahora, antes de que nos mate... luego pensaremos en algo para quitarle ese hechizo...-
-¡Mueran!- gritó Cassandra, apuntándoles con su vara. Ésta disparó una luz roja. Mu hizo aparecer su muro de cristal, un poco inclinado, para que el reflejo del ataque no la golpeara. Pero aún el muro de cristal perdía su fuerza.
-Perdóname- murmuró Mu- es el único recurso...- y conjuró una red de cristal, que la atrapó. Cassandra se retorcía para liberarse, pero no pudo. Shun se apresuró a quitarle el brazalete que Circe le acababa de dar. Una vez que lo hizo, Mu hizo desaparecer la red.
No fue suficiente, porque con sus otros amuletos, Cassandra conjuraba bolas de fuego y descargas eléctricas que lastimaban a los dos caballeros.
-Tal vez no morirán de golpe- dijo Cassandra- pero yo los acabaré poco a poco...-
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-¿Están todos bien?- preguntó Saori.
-Si, Saori- dijo Kiki. Los caballeros dorados llevaban a la hechicera.
-Esta bruja trató de matar a Kiki, creyendo que era el hijo de Shaka...- dijo Camus.
Detras de Saori, tres hechiceras aparecieron. Eran las tres magas que habían sido liberadas del hechizo de Circe por Milo, Camus y Shaina: Iridia, Arilla y Cristaly.
-Ella está del lado de Circe- dijo Iridia- no confíen en ella...-
-¡Iridia!- dijo la hechicera- ¿te atreves a traicionar a nuestra reina?-
-Ella nos traicionó primero, Yaria- dijo Iridia- el mandarnos aquí fue como mandarnos a la muerte-
En ese momento, el portal a otra dimensión de Saga se abrió, y de él salieron Saga, Shaka, Ikki, Shiryu, Hyoga y Seiya.
-¿Y los otros?- preguntó Saori. Seiya rápidamente contó lo que había sucedido.
-¿Y que haremos con esta bruja?- preguntó Milo. Arilla le señaló el portal de Saga, que aún no se cerraba. Milo sonrió y empujó a la bruja en él, haciéndola desaparecer mientras gritaba enfurecida.
-Tenemos que ir por Mu y Shun- dijo Ikki.
-Pero no podemos entrar por la puerta- dijo Saga- apenas entramos, estamos atrapados...-
Cristaly, Iridia y Arilla se miraron entre sí.
-Tal vez...nosotras podemos ayudar- dijo Cristaly. Los caballeros las miraron con cierta desconfianza, pero Shaka sonrió.
-Ellas tres se opusieron a que lastimaran a Tamara cuando Circe la llevó a su palacio y, por eso, ellas también fueron encerradas- las tres asintieron, y Shaka continuó- lo demás es fácil, Circe usó el puño del Diablo en ellas para obligarlas a atacar...-
-Entonces podemos confiar en ellas- dijo Saori.
-De acuerdo- dijo Camus- vámos-
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Una descarga eléctrica fue recibida por Mu, provocándole mucho dolor e impidiendo que se mueva. Shun, aprovechando que Cassandra estaba distraída, corrió hacia ella, y la atrapó por atrás.
-Ya basta, Cassandra- le dijo- tienes que despertar...-
-¡Suéltame!- gritó ella, tratando de soltarse.
Mu se levantó. La abrazó con ternura, a pesar de que ella forcejeaba débilmente para liberarse de sus brazos.
-Por favor, despierta- dijo Mu, dejando correr sus lágrimas- no quiero perderte...- las lágrimas de Mu caían sobre el rostro de Cassandra, pero ella no dejaba de moverse. Sin saber que más hacer, Mu tomó el rostro de la chica con sus manos, y besó con ternura su frente. Bajó la mirada al suelo.
Esto no hizo ninguna diferencia. Cassandra se liberó de Mu y atacó a Shun con su rayo, quien cayó al suelo, sin poderse mover. Luego, preparó un rayo eléctrico y atacó a Mu de nuevo. Al recibir el impacto, Mu tomó el collar de Cassandra y cayó al suelo, otra vez sin poder moverse, dejando que sus lágrimas siguieran corriendo mientras empuñaba el collar en su mano. Al perder su amuleto, Cassandra también cayó inconsciente sobre Mu. Al despertar, la chica se quedó mirándolo, asustada. Su expresión cambió, sus mejillas se enrojecieron y sus ojos cambiaron lentamente de rojos a verdes. Parpadeó.
-¿Mu?- dijo asustada- ¿qué...porqué lloras?-
Mu la miró, y se levantó al poder moverse de nuevo. No lo podía creer.
-Estabas siendo controlada por Circe-preguntó Mu-¿estás bien?-
-Sí- dijo ella.
-Vámonos, tu madre podría llegar en cualquier momento... ¿sabes por dónde salir?- preguntó Shun.
-No hay salida- dijo ella- solo por la entrada... pero siempre el comedor tiene alguna trampa...-
-Hay otra salida- dijo una voz femenina detrás de ellos. Tres hechiceras estaban ahí.
-Cristaly, Arilla, Iridia... ¿qué hacen aquí?- preguntó Cassandra.
-Tu querida madre nos envió a atacar el Santuario...- dijo Iridia.
-...pero no por nuestra propia voluntad- dijo Arilla- nos obligó con su hechizo del puño del Diablo...-
-...y pudimos haber muerto, pero los caballeros de Atena respetaron nuestras vidas y nos liberaron del hechizo...- dijo Cristaly.
-Y decidimos traerlos para que les ayuden- dijo Iridia.
-¿Traerlos?- preguntó Shun. Camus y Milo aparecieron detrás de las tres hechiceras.
-Saga y los otros están en el Santuario- dijo Camus- lograron escapar abriendo un portal a otra dimensión-
-Me alegro- dijo Mu- pero si salimos de aquí, me alegraré más-
-Es por esta puerta- dijo Iridia- pero antes de irnos, una advertencia. Si Circe nos corta el paso, nosotras no podremos hacer nada, porque perderemos nuestros poderes a cambio de que ustedes puedan usar los suyos-
-De acuerdo- dijo Milo.
-Una cosa más- continuó Iridia- aunque Circe es inmortal, puede morir por el ataque de un caballero: ese es su mayor temor...-sonrió- lo que deben hacer es amenazarla de muerte, y hacer que jure no dañarlos. Entonces elegirán lo que quieran que le pertenezca como prenda de su juramento-
-Entendido- dijo Mu.
-Entonces ahora haremos el encantamiento- dijo Cristaly -te necesitamos, Cassandra-
Las cuatro hechiceras elaboraron el encantamiento.
-Ahora vamos- dijo Iridia- por aquí- Todos la siguieron.
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Como lo habían previsto, justo antes de alcanzar la puerta para salir, Circe apareció frente a ellos, cortándoles el paso, junto con Yaria, la hechicera que había tratado de matar a Kiki en el Santuario.
-Las tres son unas traidoras, por segunda vez- dijo Circe, realmente enfadada- y ya saben lo que les sucede a las traidoras...-
-La traidora eres tú- dijo Cristaly- nos enviaste allá en contra de nuestra voluntad... no solo a nosotras tres sino a otras ocho, sabiendo que podíamos morir...-
-Y trataste de matar a estos dos caballeros y a tu hija- dijo Arilla.
-Mi hija me pertenece, yo la traje al mundo y puedo hacer lo que quiera con ella. Y ustedes también me pertenecen. Ya verán cuando termine con ustedes- dijo Circe- estos caballeros no pueden hacer nada...-
-Esto es lo que tú crees- dijo Milo.
-¿Qué dices?- dijo Yaria, tratando de atacar a Milo, pero Mu elaboró una pared de cristal, y el ataque rebotó hacia ella, y luego Camus congeló sus piernas.
-Digo que podemos usar nuestros poderes, como ves...- dijo Milo.
-No le tengo miedo a cuatro caballeros- dijo Circe, preparándose para atacar.
-¡Restricción!- dijo Milo, evitando que la hechicera se moviera. Mu se acercó a ella.
-Sabes que por un ataque nuestro podemos matarte-
-¡No lo hagan!- dijo Circe, perdiendo toda su anterior arrogancia- he conservado durante siglos el regalo de la inmortalidad de Hades...-
-Pues parece que no lo mereces- dijo Cassandra.
-Te perdonaremos- dijo Mu- si juras no hacernos daño a ninguno de nosotros ni a Atena... ni tampoco a nadie que tenga alguna relación con nosotros...-
Circe los miró con odio y desesperación, pero no tenía otra salida: los caballeros estaban dispuestos a matarla si no aceptaba.
-Está bien- dijo Circe- lo juro-
-Ahora deben tomar algo en prenda de su juramento...lo que sea que le pertenezca- dijo Iridia.
-Hace un rato, dijiste que tu hija te pertenecía- dijo Mu- así que la pido a ella...-
-No puedes pedir eso- dijo Circe.
-Claro que puede- dijo Iridia- tus propias palabras te traicionaron. Los demás pueden pedir también algo-
Shun, Milo y Camus pidieron a las tres hechiceras que los ayudaron para salvarlas, pues sabían que ellas serían castigadas cuando se fueran.
-Ahora vamos- dijo Mu- Atena debe estar preocupada...-
************
-Me alegra que todos estén bien- dijo Saori, con una enorme sonrisa, al verlos llegar. Las hechiceras abrazaron a Tamara al volver a verla.
-No saben lo contenta que estoy de que esta pesadilla por fin acabara...y que ustedes estén bien- dijo Tamara. Shaka asintió, con una enorme sonrisa también.
Como ya era muy tarde, Saori permitió que las hechiceras se quedaran en el Santuario hasta el día siguiente, cuando decidieran a donde ir. Iridia se quedaría con Camus, Arilla con Milo y Cristaly con Shura.
Cassandra estaba sentada en las escaleras de la casa de Aries. Mu llegó y se sentó a su lado, sin decir nada.
-Tu padre era una buena persona- dijo ella, sin que Mu le preguntara- siempre te quiso mucho y te cuidó después de que tu madre murió...-
-Mi padre era Shion, ¿verdad?-preguntó Mu. Ella asintió- él me entrenó y me convirtió en caballero, pero nunca me dijo nada...-
-No lo sé- dijo ella- Circe lo odiaba, porque varias veces trató de entrar al Santuario para matarte, mientras entrenabas... después, supo que Saga mató a Shion, y creyó que también tú habías muerto-
-Ya veo...- dijo Mu.
-Quisiera... traerte un recuerdo- dijo Cassandra - cierra los ojos-
Mu la obedeció. Cerró los ojos, y se sintió como transportado a su palacio de Jamiel.
===Vio a un niño dormido en su cama. Tardó unos segundos en reconocerse a sí mismo. Su madre entró a su habitación.
'-Mamá, ¿porqué me vas a dejar en el Santuario?-'
'-Porque tienes que entrenar para ser un caballero...-'
El pequeño Mu cerró los ojos al recibir un beso de su madre en la mejilla, y se quedó dormido.
'-Hijo mío- murmuró la madre de Mu- no tengo nada más que darte, que esta oportunidad de que vivas, aunque no vuelva a verte...tu padre te cuidará y te convertirá en un buen caballero...-' ===
Mu abrió los ojos, y vio a Cassandra frente a él.
-Al menos tú tuviste padres de los que puedes estar orgulloso, y que te querían...-
-Lo que hizo tu madre no fue tu culpa- le dijo Mu con cariño- además, no necesitas padres que te quieran...- le dirigió una mirada significativa. Cassandra volteó a la otra dirección.
-Ya no soy una hechicera, y ya no estoy sujeta a sus reglas- dijo ella, cambiando la conversación- aunque perdí la mayor parte de mis poderes...-
-¿Y eso es lo que querías?- preguntó Mu. Ella no respondió por un minuto.
-Quiero... agradecerte, por haberme salvado... no tenías que hacerlo...- dijo Cassandra, y suspiró- ya no quería estar en el Circeo, en ese mundo de muerte, aunque la magia sea maravillosa...te lo agradezco mucho-
-No tienes que agradecerlo- dijo Mu- lo hice porque te quiero...-
Cassandra suspiró otra vez. Ya se imaginaba a donde iba a parar la conversación.
-Yo no sé lo que es querer a alguien, Mu- dijo ella- nunca lo he sentido...-
-¿Y no lo sientes ahora?-
Cassandra miró los ojos de Mu, llenos de amor y de bondad. Recordó sus sentimientos desde que ella había vuelto al Circeo. Pero aún no estaba segura. Otra vez evitó su mirada.
-No, Mu- dijo ella con toda la serenidad que pudo reunir- no lo siento...no siento nada-
Mu tomó las manos temblorosas de la chica entre las suyas.
-Mientes- dijo Mu con una sonrisa- ya te conozco. Tus manos tiemblan siempre que mientes-
-Tengo frío- dijo ella, evadiendo otra vez el tema.
-Entonces vamos adentro- dijo Mu, levantándose y ayudándola a levantarse- ¿porqué estas sonrojada?-
-No...no lo estoy- respondió bajando la mirada.
-Claro que sí- dijo Mu- mírame a los ojos...-
-No...no puedo...-
Mu tomó el rostro de la chica entre sus manos con delicadeza e hizo que ella levantara la vista. Sus mejillas estaban más sonrojadas que de costumbre. Él la besó con ternura en los labios, y ella no se resistió.
-Yo...siento...algo, pero tengo miedo, Mu- dijo ella, al separarse.
-¿Porqué? Ya no eres una hechicera, no debes temer las consecuencias...-
-Yo...- pero no siguió. La mirada tierna de los ojos de Mu la había convencido. Se dejó abrazar por él y sonrió- yo te quiero...-
-Sé que has sufrido toda tu vida- dijo Mu- déjame quitarte de una vez y para siempre todo ese sufrimiento... déjame hacerte feliz...- y Cassandra asintió.
Shaka y Tamara observaban la escena desde la casa de Virgo con una sonrisa.
-Parece que se va a repetir nuestra historia, ¿no?- dijo Tamara.
-No. Sin esa bruja malvada detrás de ellos, al parecer, ellos dos serán más felices- dijo Shaka.
-Eso espero-
FIN
¡¡Yupi!! Ya terminé... ¡Fiesta! XD... Espero que les haya gustado esta historia... Gracias a todos los que me mandaron reviews... Cuídense, y hasta la próxima...
Abby L.
NOTA: Pueden encontrar la verdadera historia de Circe en 'La Odisea'
