Ya se que dije que nada de actualizar hasta el año que viene, pero no lo puedo resistir, esta historia se ha apoderado de mí y tengo que escribirla.
En fin, lo de siempre Rurouni Kenshin y todos sus personajes pertenecen a Nobuhiro Watsuki, porque si fueran míos no estaría escribiendo esto. Lo único que es mío, y voy a empezar a poner el copyright son los personajes de Kagero, Hiroki y Ruki-chan porque a los demás políticos y eso, sólo les cambio el nombre porque no me sé el auténtico. Qué disclaimer más raro me ha salido esta vez.
AVISO EN ESTE CAPITULO HAY LEMON así que si eres menor de edad o como a Ruki-chan, te dijeron que los niños se hacen dándose besitos y prefieres seguir creyéndotelo, sáltate la escena.
Y el resultado de la votación es............ leedlo y veréis
11. La visita de Misao
Misao entró en la sala de entrenamientos con la carta de Kaoru entre sus manos y en un alarde de habilidad casi llegó hasta Aoshi esquivando las peleas de entrenamiento del resto de los Onniwabanshu. Casi, porque a Hiroki no logró esquivarle a tiempo y terminaron los dos en el suelo.
–"Déjeme ayudarla, Misao-sama"- de la nada apareció el muchacho de sonrisa eterna ofreciéndole su mano para incorporarse
-"AAHHHH, Soujiro deja de seguirme como una sombra, no lo resisto"- pero él, como siempre la ignoró y la levantó del suelo –"Y te he dicho un millón de veces que no me llames así"-. Aoshi permaneció inalterable, aunque por dentro se alegraba de que Misao recibiera una cucharada de su propia medicina.
-"Aoshi-sama, Kaoru ha respondido a mi carta, y nos invita a pasar unos días en el dojo para que conozca a su hermana. Iremos, ¿verdad Aoshi-sama?
-"No veo nada malo en ello, hace tiempo que no ves a tu amiga. ¿te importaría acompañarla, Soujiro?
-"Mi lugar está allí dónde se encuentre Misao-sama"
-"¿Soujiro? Pero...pero yo creí que vendría conmigo Aoshi-sama"
-"Tengo cosas que hacer aquí, en Kyoto. Ser okashira conlleva responsabilidades que no puedo dejar así como así Misao. Si quieres ir, Soujiro te acompañará"- le dolía ver esa cara de decepción en Misao, pero estaba seguro de que Soujiro cuidaría bien de ella. Algo dentro de él le decía que no debía preocuparse por ellos. Pero la verdad es que no podría ir con ella aunque quiesiera. No podría resistir ver a Kagero al lado de Okita. Prefería imaginar que seguía siendo libre, libre para regresar a sus brazos vacíos, que la esperaban.
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La puerta del dojo estaba abierta dejando ver el manto blanco de nieve que caía sin parar por toda la ciudad, recordándole que ya estaban a finales de Diciembre. Hasta ella llegaban las risas de su hermana, persiguiendo como cada mañana a Yahiko con su bokken. Y no pudo dejar de sonreír al ver cómo Himura, al tratar de separarles y poner paz habia recibido un golpe de bokken por un lado y una tremenda bola de nieve por otro, dejándole "ororeando" sentado en la nieve.
Siguió con la tarea que tenía entre manos, con tanta humedad, debía tener sus armas bien cuidadas o se oxidarían. Pasaba una y otra vez la gastada piedra de afilar por su katana, mientras se preguntaba lo fácilmente que habia vuelto a su vida anterior. Al menos a la luz del día, rodeada de gente tan peculiar era fácil olvidarse de sus propios problemas y centrarse en ellos: Kaoru discutiendo con Yahiko, Himura con su paciencia infinita, el gorrón de Sanosuke. Por las mañanas seguía con su trabajo en la comisaría, disfrutando secretamente al ver como Hajime aterrorizaba a Chou y a todos los que estaban a su alcance, las tardes de compras o de paseos con Tokio, el encanto inagotable de Souji. Hajime no habia vuelto a mencionar su viaje a Hiroshima, ni nada de lo que ocurrió allí, era como si nunca hubiese existido, y poco a poco empezaba a creerlo así.. Pero si a la luz del sol su vida no habia cambiado, a la luz de la luna se descubría a sí misma vacía, débil, muerta. Sólo Souji y Tokio sabían de su dolor, pero incluso ellos pensaban que ahora, casi dos meses después, habia desaparecido.
Una voz la sacó de sus pensamientos – "¿qué hace una loba de Mibu tan lejos de su manada?" – ella alzó la mirada, esa voz le era familiar. Y sonrió en respuesta a la enorme sonrisa que siempre adornaba el rostro del chico, una sonrisa muy parecida a la de Okita – "Soujiro, ¿has encontrado ya a tu ángel?"
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Una bola de nieve impactó en la cara de Yahiko, cuando se volvió hacia Kaoru para gritarle por habérsela lanzado, se encontró con la cara de su maestra iluminada por la alegría, corriendo a abrazar a la pequeña comadreja. Iba a correr también hacia ella, cuando un inconfundible sonido de aceros entrechocando les hizo dirigirse a todo correr hacia el dojo para ver cómo justo en ese momento, Soujiro se elevaba en un gran salto mientras realizaba su Shun Ten Satsu desde el aire contra Kagero. Pero ella no se dejó sorprender por este movimiento y contraatacó con el Gatotsu Sanshiki. – "KAGERO, SOUJIRO ¿QUÉ DEMONIOS ESTAIS HACIENDO?"- La onda expansiva que provocaron cuando las dos técnicas chocaron fue tremenda, impidiéndoles ver cuál habia sido el resultado. La nube de polvo se disipó poco a poco permitiéndoles ver a los dos contrincantes de pie, uno frente al otro, respirando entrecortadamente pero totalmente ilesos.
-"¿Es que tienes que pelearte con todos mis amigos?¿también quería robar la espada de mi padre?"
–"Dos fuerzas iguales, en la misma dirección y distinto sentido se anulan mutuamente, ¿no es así Himura?"- Kagero ignoró totalmente la protesta de su hermana
-"Hai, Kagero-dono, pero ¿cómo sabía que las dos técnicas aplicaban la misma cantidad de fuerza en el mismo punto? Podrían haberse matado mutuamente"
-"Ya lo sé Himura, pero Soujiro y yo descubrimos este secreto hace tiempo"
-"Soujiro, ¿qué significa todo esto?¿por qué peleabas con esta mujer?" – Misao parecía muy enfadada con su rurouni particular, pero habia algo más en su voz
-"Misao-sama, eso es una larga historia"
-"¿Misao-sama?" – preguntó Kaoru perpleja. Misao suspiró
-"Esa es otra larga historia, y una de las razones para venir a visitarte"
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Al caer la tarde, Kagero se dirigió a la comisaría. Hajime querría saber que Seta Soujiro estaba en la ciudad. No es que el chico fuera peligroso, pero conociendo lo paranoico que se ponía Saitou con respecto a antiguos ex-asesinos rehabilitados, era mejor no correr riesgos innecesarios. Lo último que querría en ese momento es a su padre desafiando al pobre de Soujiro a un duelo a muerte, como habia hecho con Himura.
Soujiro y ella se conocían desde hace unos 5 años. Cuando Shisio Makoto fue destruido, los supervivientes del Juppongatana fueron "rehabilitados" en cierta forma. Chou pasó a ser el asistente personal de Saitou, para mantenerlo vigilado, Kamatari fue enviado a los Estados Unidos y Soujiro... bueno, Seta Soujiro habia tomado el buen camino por su cuenta, siguiendo los pasos de Himura, se convirtió en un rurouni. La misión de Kagero consistía en seguirlo y vigilarlo, para comprobar si habia cambiado realmente o sólo estaba fingiendo. Sonrió al recordar cómo habian pasado de intentar matarse el uno al otro, de hay que supieran que sus técnicas se anulaban mutuamente, a combatir juntos contra un grupo mafioso que tenía aterrorizados a los habitantes de un pequeño pueblo perdido en las montañas. Por supuesto, su informe confirmó que Seta Soujiro ya no era una amenaza para el gobierno, sino una posible ayuda.
Pero también, en ese tiempo, se habian hecho amigos y se tenían la confianza suficiente para confesarse sus verdaderos sentimientos, así Kagero supo del enfrentamiento con Himura y el por qué de su cambio de actitud, pero también que Soujiro habia emprendido la búsqueda de un ángel. Su ángel, como él la llamaba, era una chica que sonreía siempre, pero no como él con una risa falsa, sino de verdad, con alegría. Una chica capaz de darle alegría real, para afrontar la vida real, sin caer de nuevo en la oscuridad. Su ángel estaría siempre a su lado, e incluso tendría el valor suficiente para ir a buscarlo si perdía el camino. El ya habia conocido a una chica así, y Himura también habia encontrado su propio ángel en Kaoru, así que ¿por qué el no iba a ser capaz de encontrar el suyo?. Kagero suspiró, encontrar el amor era lo mejor que le podía pasar a cualquiera en este mundo, pero sólo da felicidad si se es capaz de conservarlo. Desde lo más profundo de su corazón, deseó que Soujiro encontrara a su ángel y fuera feliz, pero que si estaba destinado a perderlo, no lo encontrara nunca.
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Era noche cerrada, y la casa estaba llena de gente, tenía que tener mucho cuidado esta vez. Sanosuke dormía en su habitación, habia comido hasta hartarse, para variar, y habia decidido no volver a su casa a dormir, si no hubiera ido alguna vez a su casa, hubiera creído que no existía. Salió de su habitación de puntillas, Soujiro dormía con Yahiko en la habitación de la izquierda, a su derecha estaba la habitación de Misao, de Kagero no tenía que preocuparse porque su habitación se encontraba al otro lado de la casa, así que giró hacia la izquierda para, como cada noche, asegurarse de que su Kaoru dormía como el ángel que era. No habia dado más de dos pasos cuando tropezó con alguien en la oscuridad ¿Cómo no lo habia detectado?
-"¿Soujiro?"- susurró a la oscuridad
-"¿Kenshin? .... yo....esto......¿qué haces despierto tan tarde?" – ambos hablaban en susurros, para no despertar a nadie más
-"oro ..... sessha.....solo....oro...¡agua! eso es, sessha iba a la cocina a buscar agua"
-"vaya.... igual que yo" – un incomódo silencio apareció, los dos sabían que el otro estaba mintiendo, pero no se atrevían a seguir su camino ni volver a sus cuartos
-"Ano, ¿Soujiro?, cuando dijiste que ibas a recorrer el país como sessha, no creí que ... serías.. sessha"
-"Bueno....todavía no digo oro"
-"Ah, Soujiro"
-"Hai"
-"La puerta chirría un poco, sessha aún no la ha arreglado, ten cuidado o la despertarás" – vaya, Kenshin no era tan tonto como parecía
-"Gracias"
-"y Soujiro"
-"¿Hai?"
-" no le digas nada a Kaoru-dono, y sessha no dirá nada a Misao-dono"
------------------------ aquí viene el LEMON ------------------------
Saitou disfrutaba en soledad de su baño. Sentado en la gran bañera de ladrillo, con el agua caliente cubriéndole hasta el pecho, saboreaba el último cigarrillo del día. Tan relajado estaba que no se percató de que Tokio habia entrado en la habitación, hasta que sintió sus ágiles manos recorriendo sus hombros. Las yemas de los dedos de Tokio trazaban lentamente el contorno de los fuertes músculos, para continuar por cada una de las pequeñas cicatrices, producto de las numerosas batallas en las que habia participado su esposo. Hajime se derretía poco a poco en el fuego que ella encendía con cada uno de sus pequeños roces, pero reunió toda su voluntad para permanecer impasible ante ella. Aunque le faltó poco para soltar un gemido de protesta cuando, súbitamente se apartó de él.
Saitou se giró en el agua para ver a su esposa. Ella seguía acuclillada cerca del borde, esperando a que él le dedicara toda su atención, manteniéndolo expectante. Cuando la obtuvo, se levantó lentamente y dejó caer la yukata que cubría su cuerpo al suelo. Hajime siguió con ojos ansiosos la caída de la tela por el cuerpo desnudo, descubriéndole sus pequeños pechos, el vientre plano con aquella maldita cicatriz cerca de su ombligo, la mata de oscuro pelo que se perdía entre las largas piernas ... cuando llegó a la punta de sus pies, su mirada la volvió a recorrer, en sentido opuesto, como una caricia. Cuando los ojos de su marido se quedaron fijos en los suyos, Tokio comenzó a andar para reunirse con él en el agua y sentarse entre sus piernas.
De modo que su gatita quería jugar esa noche, de acuerdo, pero no se lo iba a poner tan fácil. Pasó un brazo por la estrecha cintura, manteniéndola cerca, y recostó la cabeza hacia atrás, en el borde, mientras le daba otra calada al cigarrillo. Tokio, no se desalentó por esta aparente falta de entusiasmo, tenía la prueba de que estaba excitado palpitando y creciendo contra su cadera, pero si quería hacerse el tipo duro...allá él con las consecuencias. Con el dedo índice de su mano, Tokio comenzó a recorrer el pecho de su marido de la misma forma que antes lo hiciera con su espalda, notó como luchaba bajo sus dedos por mantener la compostura y una sonrisa de triunfo apareció en su cara, pero se cuidó mucho de que él no la percibiera. Hajime se revolvió un poco de forma que ahora el agua le cubría casi todo el abdomen, dejando su pecho fuera. La sonrisa de Tokio creció aún más, y suavemente atacó con su boca los pequeños pezones masculinos, Hajime gimió ante el inesperado ataque y tiró el cigarrillo. Con un rápido movimiento, les hizo girar a ambos, quedando ahora ella debajo, cubierta de cintura para abajo por el agua. Con una sonrisa depredadora digna de un verdadero lobo, Hajime contraatacó en la yugular de su mujer, sintiendo el pulso enloquecido de ella bajo su lengua. Comenzó a recorrer su cuello con pequeños besos, que se convirtieron en lametones cuando llegaron a sus hombros. Las manos de Tokio acariciaban lentamente la espalda sobre ella, masajeando los cansados músculos. Pequeños suspiros y gemidos comenzaron a llenar la habitación.
-"Hajime"
-"Aa"- contestó entre beso y beso a la clavícula
-"¿Qué habrías hecho si mi padre no me hubiera permitido casarme contigo?
-"Tu padre está muerto Tokio, ya lo estaba cuando nos conocimos" – su mano izquierda bajo el agua acariciaba los suaves muslos. Bajó la cabeza mientras con su lengua recorría todo el camino por su piel mojada hasta el pequeño y endurecido pezón izquierdo. Tokio gimió y arqueó la espalda al sentir sus dientes sobre el sensitivo puntito. El aprovechó para cubrir con su mano derecha el otro seno, mientras la izquierda, que ya habia subido hasta la unión de sus piernas comenzó a acariciar la entrada. Los gemidos de Tokio eran ahora más altos y una de sus manos habia abandonado la espalda para enredarse en el corto pelo de Saitou, manteniendo su cabeza sobre su pecho. Reunió toda su fuerza de voluntad, tenía que hacerlo en ese momento o no podría.
-"Pero Hajime, y si mi padre no hubiera querido,¿ y si hubiera estado prometida a otro?" – debia tentar a la bestia, por Kagero
Saitou levantó la cabeza y la miró a los ojos. Ella tragó saliva, nunca antes habia visto esa mirada, tan posesiva, al borde de la locura. De un brusco movimiento, giró la cintura, penetrándola por completo de un solo golpe, sin dejar de mirarla a los ojos. Tokio abrió la boca para gritar ante la súbita invasión de su cuerpo, pero no pudo emitir sonido alguno cuando Hajime tapó su boca con la suya, lentamente se retiró de su interior, para volver a entrar con la misma fuerza.
-"TU....ERES.....MIA"- acompañó cada palabra por una brusca penetración acompañada por un grito de placer de la garganta de Tokio. Se habia vuelto loco. Loco ante la sola idea de que no le perteneciera a él, de que otro tomara su cálido cuerpo. Mantuvo un ritmo endiablado con el agua agitándose y derramándose por el suelo, hasta que la sintió convulsionarse bajo él. Ya no pudo más y se vino dentro de ella. La besó salvajemente de nuevo en la boca para después jadear en su oído –"lo habría matado"
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Dos días después, Misao y Kaoru disfrutaban de su té, con toda la tranquilidad del mundo. Yahiko estaba entrenado, Kagero en la comisaría y los rurouni habian ido al mercado. De modo que, por fin, pudieron hablar tranquilamente. Misao le contó a Kaoru, como Soujiro la sacaba de quicio, siempre sonriéndole y siguiéndola como una sombra, ¡incluso una vez lo tuvo que sacar del baño, porque quería frotarle la espalda! Kaoru reía ante los problemas de su amiga, en cierta forma, Soujiro se comportaba con ella igual que Kenshin, pero afortunadamente para ella, no llegaba a esos extremos. Pero también hablaron de Aoshi, de cómo habia cambiado
-"Aparentemente no ha cambiado, sigue igual en lo que al trato con la gente se refiere, pero está... no sé... como más triste, como si hubiera perdido las ganas de vivir. Hiroki dice que es por una mujer, pero no le creo. Ya no se pasa todo el día encerrado en su cuarto, meditando. Medita, pero ahora por las noches se dedica a entrenar, como si fuera a haber una gran batalla, como si tuviera que enfrentarse a Himura otra vez. Y yo no puedo hacer nada, Soujiro me tiene todo el día entretenida y no me ocupo de él como antes. ¿Cómo voy a conseguir su atención, si tengo a Soujiro todo el día revoloteando a mi alrededor?"
-"¿Atraer la atención de quien, Misao?" – Kagero entraba en el dojo y se unío a la conversación
-"Verás Kagero, Misao lleva muchos años enamorada, pero él no le hace el menor caso" – Kaoru, le explicó a su hermana en pocas palabras la situación de Misao, pero sin decir de quién estaba enamorada –"Tal vez tú puedas ayudarla, conoces a los hombres mejor que nosotras"
-"Bueno, por lo que he podido comprobar, los hombres dicen una cosa y hacen otra, así que nunca sabes por dónde van a salir" – las dos chicas pusieron cara de desilusión, -"Pero lo primero que tienes que tener claro, es si realmente estás enamorada de él"
-"Pero yo lo quiero muchísimo, nunca he querido a nadie más"
-"Por lo que me habéis contado, cuidó de ti desde que eras una niña, no dudo que lo quieras, pero es la única figura paterna que has tenido, y saber que no es realmente tu padre puede confundir tus sentimientos, lo digo por propia experiencia. Hay muchas clases de amor, Misao"
Misao reflexionó sobre las palabras de Kagero, nunca lo habia visto desde ese modo, siempre pensó que Aoshi-sama no le correspondía porque la veía como a una niña, no se le ocurrió que la viera como una hija, y que simplemente la quisiera como tal.
–"¿Pero cómo puedo saber entonces, si le quiero de verdad?"
-"Cuando estás enamorada de alguien, y esa persona te corresponde, puedes sentir el fuego" – Kagero cerró los ojos mientras recordaba el efecto de la mirada de Aoshi sobre su piel –"sientes como su mirada te recorre marcándote a fuego, sabes que te está mirando, que piensa en ti, aunque no seas capaz de verlo. Sientes descargas eléctricas recorrer tu cuerpo ante el mínimo roce de sus manos y, cuando está frente a ti, sientes la necesidad, casi física, de tocarlo con tus manos, mantener una parte de ti en contacto con él..." – Kaoru también habia cerrado los ojos, era todo como ella lo describía, podía sentir cada vez que Kenshin la miraba, aunque no lo viera sentía siempre su presencia y si tuviera valor, cogería su mano cuando paseaban juntos
-"¿Por eso las parejas van cogidas de la mano?" – Misao las sacó a ambas de sus recuerdos
-"Supongo que sí, y ahora os dejo solas, tengo que hacer el equipaje"
-"¿Te vas otra vez?"- los ojos de Kaoru se llenaron de preocupación
-"Sí, pero no es ninguna misión, hermanita"- la tranquilizó-" Una vieja amiga se casa, así que estaré fuera de la ciudad unos días. Okita ha ido a comprar los billetes para los dos, para el tren de la tarde"
-"Kaoru, ¿por qué no aprovechas entonces y os venís conmigo al Aoiya? Casi no tienes alumnos en esta época y sabes que tenemos sitio de sobra para vosotros tres"
-"la verdad ....¿por qué no?... me encantaría ir. Se lo diré a Kenshin cuando vuelva del mercado, podremos irnos mañana mismo"
La felicidad de Misao se quebró cuando una corriente eléctrica atravesó su espina dorsal, se giró al instante y encontró la mirada de Soujiro, el corazón le dio un vuelco al verlo. Soujiro estaba de pie, junto a la puerta, cargado de bolsas de comida, la miraba directamente a los ojos y, por una vez, no sonreía.
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Bueno, ¿cómo me ha quedado el lemon? Es el primero que hago y tengo que practicar porque de aquí en adelante la cosa se va a ir calentado, que ya estoy un poco harta de tanto sentimiento reprimido. Decidme qué os ha parecido.
Se lo dedico a LAYLA que quería más Saitou/Tokio, menos mal que están casados y no he tenido que inventarme una historia para ellos. A l@s demás supongo que ya os habréis dado cuenta de quién gano la votación ....Soujiro por mayoría absoluta. Y tranquila gaby (hyatt todavía quedan unas cuantas cosas por pasar, esto todavía no termina. Y en cuanto a escribir un fic de Misao/Aoshi ... no se Misao 19 pero, si se me ocurre alguna idea interesante lo haré, te lo prometo
Gracias a tod@s por los reviews, aunque sean clandestinos.
El Shun Ten Satsu (muerta instantánea del cielo) y el Gatotsu Sanshiki (tercera posición del Gatotsu) son algunas de las técnicas de Soujiro y Saitou en el manga, he sacado el nombre y la descripción de .
