CAPÍTULO 5: LA ADVERTENCIA DE JONSU
Shun alcanzó a escuchar como Nefer se tiraba en la cama y lloraba.
-No fue mi intención lastimarte...-susurró con cariño, y se fue a su habitación con tristeza.
Ella escuchó estas palabras, y sollozó aún mas. Su corazón estaba lleno de tristeza, pues quería a Shun, pero al amarlo traicionaría a su rey. La mayor parte de la noche la pasó llorando, hasta que la fatiga provocó que se durmiera.
Shun, en su habitación, aún no comprendía porque ella se negaba a amarlo.
-Tal vez es demasiado pronto- se dijo antes de acostarse.
Varios cientos de kilómetros lejos de ahí, un joven miraba a través de su ventana, y alcanzó a sentir la tristeza de Nefer.
-¡Nefer!-dijo- el cosmo de mi hermana llora... no puede ser... ¿será que esos caballeros de Atena le han hecho daño?-
El joven salió de su habitación y se dirigió a la de Faraón. Iba a abrir la puerta, cuando un anciano lo llamó.
-Jonsu- dijo- ¿qué asunto tienes con Faraón?-
-Un asunto que no es tuyo, Seth- dijo el joven, ignorándolo y abriendo la puerta. Faraón estaba sentado en una silla de oro, y miraba hacia el este por su ventana. Se sorprendió de ver a Jonsu.
-Hijo- le dijo- ¿qué has venido a hacer aquí?-
-Padre- dijo el joven poniéndose de rodillas- acabo de sentir el cosmo mi hermana Nefer llorando... no debiste mandarla con Atena y los caballeros, ahora algo malo le pasó-
-Imposible- dijo Seth entrando también de rodillas- nada malo le puede suceder a la diosa Hathor, el Ojo del Sol-
-Padre- dijo Jonsu ignorando al anciano Seth- déjame ir con ella y traerla de regreso...-
Faraón volteó a ver a Seth, quien asintió.
-Está bien. Ten cuidado, y tráela de regreso- dijo Faraón.
Jonsu salió, y Seth lo siguió.
-Jonsu- le dijo Seth- no confíes en los caballeros de Atena, porque quieren quedarse con tu hermana-
-¿Qué dices?- dijo Jonsu.
-Ve y lo verás- dijo Seth- verás que no te dejaran traerla-
-Ya veré- dijo Jonsu, y desapareció.
-Jonsu, el hijo mayor de Faraón, será entonces quien destruya a Atena. No sabe que su hermana nos traicionó...y cuando lo descubra...-dijo Seth cuando se quedó solo.
En el Santuario, los caballeros dorados estaban en una reunión de nuevo, junto con Saori y los caballeros de bronce, y hablaban de lo que había sucedido con el mensajero.
-Entonces no se hable más- dijo Seiya- vamos a Egipto y ayudemos a Faraón...-
-¿Y que planeas hacer al respecto?- dijo Ikki- ni siquiera sabemos por donde empezar...-
-Entonces, ¿qué podemos hacer para ayudarlos?- dijo Seiya.
-Los dioses egipcios no necesitamos ayuda de Atena o de los caballeros-dijo una voz. Un joven apareció ante ellos. Los caballeros se pararon de inmediato.
-¿Tu quien eres?- dijo Hyoga.
-Soy Jonsu, hijo mayor de Faraón, y he venido por Nefer- dijo.
-¿Eres un dios egipcio también?- preguntó Saori, y Jonsu asintió.
-No podemos permitir que te la lleves- dijo Seiya. Jonsu recordó las palabras de Seth.
-Seth me dijo que ustedes me impedirían llevarme a mi hermana, y no le creí, hasta ahora...- dijo Jonsu- quítense de mi camino, o mueran...-
-¡Jonsu!- gritó Nefer abriendo la puerta de su habitación- ¿qué haces aquí?-
-Sentí tu cosmo llorar, y creí que algo malo te había sucedido. Faraón me permitió venir por ti, pero Atena y sus caballeros me lo impiden.
-Hacen bien, hermano, porque no puedo volver- dijo Nefer.
-¿Porqué?-
-Porque me niego a luchar contra Atena. Además, rompí la maldición de la estatua de Anubis-
-¿Y eso es malo?-dijo Jonsu- yo también me niego a luchar contra Atena-
-¿No lo comprendes, hermano?- dijo Nefer- Seth nos ha enviado aquí como una trampa. Si volvemos, nos acusarán de traidores y nos matarán. Seth quiere eliminarnos a los dos, los herederos de Faraón, para ser él faraón.
-Pero debes volver, eres Hathor, el Ojo del Sol, eres la protección de Faraón- dijo Jonsu.
-No puedo- dijo ella- Seth se encargará de eliminarme-
-Entonces, ¿qué puedo hacer?- dijo Jonsu.
-Vuelve al palacio, y cuida de nuestro padre- dijo ella- eso es lo primero que debes hacer. Sé que Seth mandará de nuevo por mí, y me llevarán a Egipto por la fuerza. Entonces te diré que hacer...-
-Si tu lo dices- dijo Jonsu- espero que sepas lo que haces-
-Confía en mi- dijo Nefer.
-De acuerdo- dijo Jonsu- te veré entonces. Cuídate-
-Cuídate tú- dijo Nefer- tú estarás más cerca del peligro. Otra cosa, hermano...-
-¿Qué?-
-Pídele a Shu que no sople tan fuerte, tengo frío aquí...-dijo Nefer sonriendo.
Nefer estaba sentada en una roca, mirando hacia abajo. La casa de Aries, por la que había entrado al santuario, se veía pequeña y lejana. Suspiró. El aire revolvía sus cabellos negros. Shun la miraba desde lejos, con su mano en el pecho...el corazón le dolía...pero tenía que ver sus ojos de nuevo...
-¿Puedo?-le preguntó acercándose.
-Si quieres- dijo ella.
-Escucha, siento mucho lo de anoche, yo...-
-No tienes que disculparte-dijo ella- yo lo siento, fue mi culpa...-
Quedaron en silencio un rato. Ella miraba y admiraba el paisaje que se mostraba ahí.
-Shun- dijo- dime que es eso...-
-Ahí entrenan los jóvenes que quieren llegar a ser caballeros- dijo Shun- bueno, a los que les tocó entrenar aquí-
-¿Tu no entrenaste aquí?-
-No. Algunos caballeros dorados entrenaron aquí. También mi amigo Seiya. Yo entrené en la isla de Andrómeda-
-¿En la isla de Andrómeda?- dijo ella- entonces tu conociste a Juneth-
-Sí- dijo Shun sorprendido- ¿tu también?-
-Un poco- dijo ella- June se quedó dos años en el palacio de mi padre cuando éramos niñas... y nunca me dejaba hacer nada, no quería que me metiera en problemas ni que hiciera nada peligroso...-
Shun sonrió.
-Esa es la June que yo conocí- dijo.
Volvieron a quedar en silencio. Shun recordó algo que había dicho Jonsu.
-¿Qué significa que eres el Ojo del Sol?-
-Ah, ese es el nombre que Amón-Ra le da a su hija Hathor cuando la envía a pelear. Ella es la protectora más fuerte de Faraón-
-O sea, tú -
-Si, por eso, Seth me mandó, con la esperanza de que ustedes se deshagan de mí por él. Así podrá tomar el trono sin problemas-
Silencio otra vez. Shun miró hacia el suelo. Muy cerca de los pies de Nefer, había una serpiente.
-¡Cuidado!- gritó Shun- una serpiente...-
Nefer se sorprendo. Sin embargo, no se movió. La observó por largo rato. Nefer tomó la serpiente con sus manos.
-¿Qué haces?- susurró Shun.
Nefer no respondió. La serpiente en sus manos se convirtió en un papiro, con viarias formas extrañas escritas en él. Lo leyó de prisa.
-No puede ser...-dijo ella- tengo que hablar con Atena-
Shun acompañó a Nefer con Saori.
-Atena- dijo Nefer- mi hermano me acaba de mandar este mensaje-mostró el papel en que se había transformado la serpiente- Seth ha ordenado que lo encierren, y ha mandado un ejército a destruir este santuario y a llevarme de vuelta-
-Entonces- dijo Saori- debemos estar preparados. Shun, avisa a los caballeros dorados, por favor- Shun salió- ahora, dime que puedo hacer...-
-Sus poderes son muy inferiores a los de tus caballeros- dijo Nefer- Seth no puede ganar, a menos de que haga trampa...así que deben tener mucho cuidado de que vayan a jugar sucio...-
-De acuerdo- dijo Saori.
-Yo pelearé- dijo Nefer- les ayudaré, y Seth volverá a temblar ante el Ojo del Sol...-
Esa noche, Saori mandó a los caballeros de bronce a dormir, aunque Seiya reclamaba que también quería luchar.
-Ya te dije que no, Seiya-
-Pero Saori...-
-Nada de peros- dijo Saori- ahora vete a dormir antes de que pierda la paciencia-
-Está bien, está bien- dijo Seiya- no te enojes...-
Nefer también se había retirado a su habitación y, de nuevo, Shun sintió un impulso por volver a verla. Tocó la puerta, y Nefer le permitió pasar.
-Hola. ¿Tú de nuevo?- dijo ella.
-¿Qué quieres que haga? Tus ojos son como una droga...tengo que verlos todo el tiempo...-
-Shun...-
-Lo siento- dijo él- yo...- y salió de ahí, avergonzado, y se fue a su habitación.
-Shun- susurró ella antes de cerrar la puerta- yo también te quiero, pero no puedo...-
Mu escuchó un ruido cerca de la entrada de la casa de Aries. Se acercó a la entrada. Varios caballeros de plata se habían reunido al pie de las escaleras, y de seguro ellos habían producido el ruido. Pero ya no había nadie.
-¿A dónde habrán ido los caballeros de plata?- se preguntó. De pronto, sintió un piquete en su brazo derecho y, al darse la vuelta, encontró a Kiki- ¡Kiki! ¿qué haces aquí?-
Pero Kiki no respondió. Solo lo miraba con los brazos cruzados y una sonrisa en el rostro. Mu comenzó a sentir cansancio...su vista se empezó a nublar...-
-¡Kiki!- dijo Mu casi sin fuerza- ayúdame...por...favor...- y cayó al suelo inconsciente.
Nefer seguía en su habitación, sentada junto a la ventana, mirando las estrellas de nuevo, cuando una serpiente entró por la puerta.
-Tu...-dijo- tu no vienes de parte de Jonsu...-
Shun dormía en su habitación. De pronto, algo lo despertó. Un piquete en su brazo, y un peso sobre su cuerpo. Abrió los ojos, y dos ojos verdes aparecieron frente a los suyos.
-¡Nefer!-dijo Shun- que...- pero ella lo calló con beso profundo. Shun estaba confundido...pero si ella le acababa de decir...
-¿Qué pasa, corazón?- dijo ella- ¿porqué dudas?-
-Tu dijiste que no...-
Shun creyó estar soñando, pero... algo raro pasaba... no podía moverse, y sus ojos se estaban empezando a nublar...
-¿Qué...me...?- trató de decir. Vio que ella se convertía en una mujer distinta, más grande. Y aparecieron otras dos idénticas.
-Aún no pierde la conciencia- dijo la que estaba sobre Shun. Se dirigió a él- no soy Nefer, pero no te preocupes, los dos estarán juntos en la muerte...nosotras somos las hadas de Seth- puso una rodilla en el pecho de Shun y con sus brazos sostuvo los de él. Sus manos empezaron a sangrar de nuevo.
-De...dejame- dijo Shun con dificultad. Ya casi no veía, y apenas sentía. Otra de las hadas sostenía sus pies. Trató de gritar con la fuerza que le quedaba, advertirle a Saori, pero la tercera hada metió un pedazo de tela en su boca.
-Buen intento, pequeño...- dijo el hada- el veneno ya recorrió todo tu cuerpo. Ahora, no te resistas más y duerme...-
Shun no pudo hacer nada. Perdió la conciencia.
CONTINUARÁ...
Esperen el próximo capítulo... y no dejen de mandar sus reviews...
Abby L.
Shun alcanzó a escuchar como Nefer se tiraba en la cama y lloraba.
-No fue mi intención lastimarte...-susurró con cariño, y se fue a su habitación con tristeza.
Ella escuchó estas palabras, y sollozó aún mas. Su corazón estaba lleno de tristeza, pues quería a Shun, pero al amarlo traicionaría a su rey. La mayor parte de la noche la pasó llorando, hasta que la fatiga provocó que se durmiera.
Shun, en su habitación, aún no comprendía porque ella se negaba a amarlo.
-Tal vez es demasiado pronto- se dijo antes de acostarse.
Varios cientos de kilómetros lejos de ahí, un joven miraba a través de su ventana, y alcanzó a sentir la tristeza de Nefer.
-¡Nefer!-dijo- el cosmo de mi hermana llora... no puede ser... ¿será que esos caballeros de Atena le han hecho daño?-
El joven salió de su habitación y se dirigió a la de Faraón. Iba a abrir la puerta, cuando un anciano lo llamó.
-Jonsu- dijo- ¿qué asunto tienes con Faraón?-
-Un asunto que no es tuyo, Seth- dijo el joven, ignorándolo y abriendo la puerta. Faraón estaba sentado en una silla de oro, y miraba hacia el este por su ventana. Se sorprendió de ver a Jonsu.
-Hijo- le dijo- ¿qué has venido a hacer aquí?-
-Padre- dijo el joven poniéndose de rodillas- acabo de sentir el cosmo mi hermana Nefer llorando... no debiste mandarla con Atena y los caballeros, ahora algo malo le pasó-
-Imposible- dijo Seth entrando también de rodillas- nada malo le puede suceder a la diosa Hathor, el Ojo del Sol-
-Padre- dijo Jonsu ignorando al anciano Seth- déjame ir con ella y traerla de regreso...-
Faraón volteó a ver a Seth, quien asintió.
-Está bien. Ten cuidado, y tráela de regreso- dijo Faraón.
Jonsu salió, y Seth lo siguió.
-Jonsu- le dijo Seth- no confíes en los caballeros de Atena, porque quieren quedarse con tu hermana-
-¿Qué dices?- dijo Jonsu.
-Ve y lo verás- dijo Seth- verás que no te dejaran traerla-
-Ya veré- dijo Jonsu, y desapareció.
-Jonsu, el hijo mayor de Faraón, será entonces quien destruya a Atena. No sabe que su hermana nos traicionó...y cuando lo descubra...-dijo Seth cuando se quedó solo.
En el Santuario, los caballeros dorados estaban en una reunión de nuevo, junto con Saori y los caballeros de bronce, y hablaban de lo que había sucedido con el mensajero.
-Entonces no se hable más- dijo Seiya- vamos a Egipto y ayudemos a Faraón...-
-¿Y que planeas hacer al respecto?- dijo Ikki- ni siquiera sabemos por donde empezar...-
-Entonces, ¿qué podemos hacer para ayudarlos?- dijo Seiya.
-Los dioses egipcios no necesitamos ayuda de Atena o de los caballeros-dijo una voz. Un joven apareció ante ellos. Los caballeros se pararon de inmediato.
-¿Tu quien eres?- dijo Hyoga.
-Soy Jonsu, hijo mayor de Faraón, y he venido por Nefer- dijo.
-¿Eres un dios egipcio también?- preguntó Saori, y Jonsu asintió.
-No podemos permitir que te la lleves- dijo Seiya. Jonsu recordó las palabras de Seth.
-Seth me dijo que ustedes me impedirían llevarme a mi hermana, y no le creí, hasta ahora...- dijo Jonsu- quítense de mi camino, o mueran...-
-¡Jonsu!- gritó Nefer abriendo la puerta de su habitación- ¿qué haces aquí?-
-Sentí tu cosmo llorar, y creí que algo malo te había sucedido. Faraón me permitió venir por ti, pero Atena y sus caballeros me lo impiden.
-Hacen bien, hermano, porque no puedo volver- dijo Nefer.
-¿Porqué?-
-Porque me niego a luchar contra Atena. Además, rompí la maldición de la estatua de Anubis-
-¿Y eso es malo?-dijo Jonsu- yo también me niego a luchar contra Atena-
-¿No lo comprendes, hermano?- dijo Nefer- Seth nos ha enviado aquí como una trampa. Si volvemos, nos acusarán de traidores y nos matarán. Seth quiere eliminarnos a los dos, los herederos de Faraón, para ser él faraón.
-Pero debes volver, eres Hathor, el Ojo del Sol, eres la protección de Faraón- dijo Jonsu.
-No puedo- dijo ella- Seth se encargará de eliminarme-
-Entonces, ¿qué puedo hacer?- dijo Jonsu.
-Vuelve al palacio, y cuida de nuestro padre- dijo ella- eso es lo primero que debes hacer. Sé que Seth mandará de nuevo por mí, y me llevarán a Egipto por la fuerza. Entonces te diré que hacer...-
-Si tu lo dices- dijo Jonsu- espero que sepas lo que haces-
-Confía en mi- dijo Nefer.
-De acuerdo- dijo Jonsu- te veré entonces. Cuídate-
-Cuídate tú- dijo Nefer- tú estarás más cerca del peligro. Otra cosa, hermano...-
-¿Qué?-
-Pídele a Shu que no sople tan fuerte, tengo frío aquí...-dijo Nefer sonriendo.
Nefer estaba sentada en una roca, mirando hacia abajo. La casa de Aries, por la que había entrado al santuario, se veía pequeña y lejana. Suspiró. El aire revolvía sus cabellos negros. Shun la miraba desde lejos, con su mano en el pecho...el corazón le dolía...pero tenía que ver sus ojos de nuevo...
-¿Puedo?-le preguntó acercándose.
-Si quieres- dijo ella.
-Escucha, siento mucho lo de anoche, yo...-
-No tienes que disculparte-dijo ella- yo lo siento, fue mi culpa...-
Quedaron en silencio un rato. Ella miraba y admiraba el paisaje que se mostraba ahí.
-Shun- dijo- dime que es eso...-
-Ahí entrenan los jóvenes que quieren llegar a ser caballeros- dijo Shun- bueno, a los que les tocó entrenar aquí-
-¿Tu no entrenaste aquí?-
-No. Algunos caballeros dorados entrenaron aquí. También mi amigo Seiya. Yo entrené en la isla de Andrómeda-
-¿En la isla de Andrómeda?- dijo ella- entonces tu conociste a Juneth-
-Sí- dijo Shun sorprendido- ¿tu también?-
-Un poco- dijo ella- June se quedó dos años en el palacio de mi padre cuando éramos niñas... y nunca me dejaba hacer nada, no quería que me metiera en problemas ni que hiciera nada peligroso...-
Shun sonrió.
-Esa es la June que yo conocí- dijo.
Volvieron a quedar en silencio. Shun recordó algo que había dicho Jonsu.
-¿Qué significa que eres el Ojo del Sol?-
-Ah, ese es el nombre que Amón-Ra le da a su hija Hathor cuando la envía a pelear. Ella es la protectora más fuerte de Faraón-
-O sea, tú -
-Si, por eso, Seth me mandó, con la esperanza de que ustedes se deshagan de mí por él. Así podrá tomar el trono sin problemas-
Silencio otra vez. Shun miró hacia el suelo. Muy cerca de los pies de Nefer, había una serpiente.
-¡Cuidado!- gritó Shun- una serpiente...-
Nefer se sorprendo. Sin embargo, no se movió. La observó por largo rato. Nefer tomó la serpiente con sus manos.
-¿Qué haces?- susurró Shun.
Nefer no respondió. La serpiente en sus manos se convirtió en un papiro, con viarias formas extrañas escritas en él. Lo leyó de prisa.
-No puede ser...-dijo ella- tengo que hablar con Atena-
Shun acompañó a Nefer con Saori.
-Atena- dijo Nefer- mi hermano me acaba de mandar este mensaje-mostró el papel en que se había transformado la serpiente- Seth ha ordenado que lo encierren, y ha mandado un ejército a destruir este santuario y a llevarme de vuelta-
-Entonces- dijo Saori- debemos estar preparados. Shun, avisa a los caballeros dorados, por favor- Shun salió- ahora, dime que puedo hacer...-
-Sus poderes son muy inferiores a los de tus caballeros- dijo Nefer- Seth no puede ganar, a menos de que haga trampa...así que deben tener mucho cuidado de que vayan a jugar sucio...-
-De acuerdo- dijo Saori.
-Yo pelearé- dijo Nefer- les ayudaré, y Seth volverá a temblar ante el Ojo del Sol...-
Esa noche, Saori mandó a los caballeros de bronce a dormir, aunque Seiya reclamaba que también quería luchar.
-Ya te dije que no, Seiya-
-Pero Saori...-
-Nada de peros- dijo Saori- ahora vete a dormir antes de que pierda la paciencia-
-Está bien, está bien- dijo Seiya- no te enojes...-
Nefer también se había retirado a su habitación y, de nuevo, Shun sintió un impulso por volver a verla. Tocó la puerta, y Nefer le permitió pasar.
-Hola. ¿Tú de nuevo?- dijo ella.
-¿Qué quieres que haga? Tus ojos son como una droga...tengo que verlos todo el tiempo...-
-Shun...-
-Lo siento- dijo él- yo...- y salió de ahí, avergonzado, y se fue a su habitación.
-Shun- susurró ella antes de cerrar la puerta- yo también te quiero, pero no puedo...-
Mu escuchó un ruido cerca de la entrada de la casa de Aries. Se acercó a la entrada. Varios caballeros de plata se habían reunido al pie de las escaleras, y de seguro ellos habían producido el ruido. Pero ya no había nadie.
-¿A dónde habrán ido los caballeros de plata?- se preguntó. De pronto, sintió un piquete en su brazo derecho y, al darse la vuelta, encontró a Kiki- ¡Kiki! ¿qué haces aquí?-
Pero Kiki no respondió. Solo lo miraba con los brazos cruzados y una sonrisa en el rostro. Mu comenzó a sentir cansancio...su vista se empezó a nublar...-
-¡Kiki!- dijo Mu casi sin fuerza- ayúdame...por...favor...- y cayó al suelo inconsciente.
Nefer seguía en su habitación, sentada junto a la ventana, mirando las estrellas de nuevo, cuando una serpiente entró por la puerta.
-Tu...-dijo- tu no vienes de parte de Jonsu...-
Shun dormía en su habitación. De pronto, algo lo despertó. Un piquete en su brazo, y un peso sobre su cuerpo. Abrió los ojos, y dos ojos verdes aparecieron frente a los suyos.
-¡Nefer!-dijo Shun- que...- pero ella lo calló con beso profundo. Shun estaba confundido...pero si ella le acababa de decir...
-¿Qué pasa, corazón?- dijo ella- ¿porqué dudas?-
-Tu dijiste que no...-
Shun creyó estar soñando, pero... algo raro pasaba... no podía moverse, y sus ojos se estaban empezando a nublar...
-¿Qué...me...?- trató de decir. Vio que ella se convertía en una mujer distinta, más grande. Y aparecieron otras dos idénticas.
-Aún no pierde la conciencia- dijo la que estaba sobre Shun. Se dirigió a él- no soy Nefer, pero no te preocupes, los dos estarán juntos en la muerte...nosotras somos las hadas de Seth- puso una rodilla en el pecho de Shun y con sus brazos sostuvo los de él. Sus manos empezaron a sangrar de nuevo.
-De...dejame- dijo Shun con dificultad. Ya casi no veía, y apenas sentía. Otra de las hadas sostenía sus pies. Trató de gritar con la fuerza que le quedaba, advertirle a Saori, pero la tercera hada metió un pedazo de tela en su boca.
-Buen intento, pequeño...- dijo el hada- el veneno ya recorrió todo tu cuerpo. Ahora, no te resistas más y duerme...-
Shun no pudo hacer nada. Perdió la conciencia.
CONTINUARÁ...
Esperen el próximo capítulo... y no dejen de mandar sus reviews...
Abby L.
