Kasumi: Hola! Me alegro que te haya gustado... wow, esa sí que fue la review más rápida desde que puse algún fic ^_~ Gracias!
Abby Lochhart: Intentaré no tardar, pero me voy de vacaciones por lo menos por una semana, así que cuando regrese prometo poner más cap. Gracias por tu review!
LoneWolf: Lo sabrás en el siguiente cap. Gracias por tu review!
Misao G: yare, yare, no desesperes, antes de irme pongo este cap. Espero que te guste. Gracias por tu review!
Declaimer: No son míos
Capítulo 02: Rebelde Sin Causa
Al otro día, Mu se había levantado temprano, más de lo usual, quería saber quien era Li y de donde venía.
Pero antes decidió darse una ducha, más grande fue su sorpresa al encontrarse con él en la sala, parecía que a Li le gustaba levantarse temprano también.
"Buenos días, veo que te levantaste temprano" Le saludó Mu, Li dio un respingo al verse sorprendido. Y ver a su salvador a medio quitarse la ropa… él nunca estaba tan tranquilo, nunca se sabía cuando uno tenía que salir corriendo.
"Iré a darme una ducha, tú también deberías darte una" Le dijo Mu, mientras se acercaba a la cocina para hervir un poco de agua.
"Si quieres puedes tomar y comer lo que gustes, luego buscaré algo de ropa limpia para ti" Después de decir esto, Mu se dirigió al baño. Li miraba con horror la idea de bañarse, era demasiado peligroso para él por ahora. Pero sí decidió que tomaría el desayuno ofrecido y luego trataría de escapar antes de que Mu saliera. Tomó unas galletas y un vaso de jugo y salió sigilosamente hacia fuera. El templo de Mu era enorme, pero sencillo de cruzar, así que decidió irse lo antes posible de allí.
Había logrado bajar todas las largas escaleras velozmente, pero ahí terminó su suerte.
"¿Adónde crees que vas?" Le dijo Vera, que tenía a Marin llegando por detrás. Li no perdió tiempo y se les escabulló por un costado y salió corriendo como el diablo. Pero Vera y Marin enseguida le dieron caza, y lo atraparon primero de la capa, de la cual él se liberó, luego Marin dio un salto y se le plantó delante, atrapándole por la cintura.
"Hey, cálmate, no te haremos daño, no puedes irte de aquí, es peligroso" Le dijo Marin, intentando calmarlo.
"¡Suéltenme, déjenme ir!" Gritó Li, con una voz demasiado femenina. Vera se le acercó un poco y le soltó el cabello, que cayó en cascada hacia un costado.
"¿Eres una chica?" Dijo Vera sorprendida, mirándole detenidamente. Marin la soltó y la miró también "Cielos, él es una ella"
Li las miró con miedo, ya era malo que la persiguieran, pero era peor que supieran que ella era una chica y no un chico.
Mu, que se había percatado de que Li había desaparecido, venía corriendo al encuentro de las dos guerreras, que por suerte le habían dado alcance. Más grande fue su sorpresa cuando Vera le dijo que Li era chica. Con razón lo había mirado raro cuando él le había dicho que necesitaba un baño, así habría descubierto su disfraz.
"No tenías que escaparte, dime cual es tu verdadero nombre, no creo que solo te llames Li" Le preguntó Mu. "Mi nombre en Lei Li" Dijo ella, Mu la observó, no parecía una chica, quizás debajo de esa ropa que la cubría había alguna curva, pero la verdad no se notaba.
"Nosotras nos la llevaremos, y luego que le encontremos algo mejor para vestirse te la devolveremos" Dijo Marin, tomando a Lei Li por el brazo, Vera la siguió. Mu suspiró, esto sí que era raro, él jamás había visto a una chica más o menos de su edad que fuera como él. Bueno, al menos, él creía que tendría unos 17 o 18 años, quizás fuera menor.
Marin y Vera tuvieron algunos problemas con Lei Li, ya que esta se resistía a ir hacia la casa de las chicas, la tuvieron que llevar prácticamente a la rastra. Pero la rebeldía de la chica no terminaba ahí, no lograban quitarle la ropa para que se diera un baño, entre las dos la habían inmovilizado en el suelo, sacándole por fin ese intento de ropa con la cual se vestía, pero Lei Li hizo volar varias cosas por el aire antes de darse por vencida.
Después de bañarse, Marin le dio algo de su ropa, mientras Vera le cepillaba el largo cabello castaño rojizo, ahora si se notaba su color. Ella era muy bonita después de todo. Marin y Vera se echaron miradas cómplices, los muchachos tenían que saber esto cuanto antes, sería divertido ver la cara de Mu cuando viera a su nueva protegida.
"¿Qué tal si primero les digo a los muchachos sobre ella?" Propuso Marin, Vera se quedó pensativa un segundo, y luego movió la cabeza negativamente.
"Es mejor que Mu se adapte a la idea primero, la verdad es que no quiero que lo hagan sufrir de antemano... conociendo a Milo y Aioria, eso es lo que harán" Contestó Vera, a Marin le pareció justo, ya que el que menos les causaba problemas era Mu, así que sería mejor llevar a Lei Li con él cuanto antes.
Templo de Aries 10:00 a.m.
Mu andaba en círculos alrededor de su templo, cualquier observador desprevenido podría jurar que estaba algo nervioso. ¡Qué demonios iba a hacer ahora! No sabía como tratar a una chica que, por lo visto, necesitaba entrenamiento, sus poderes eran peligrosos si no se controlaban. Mu suspiró, sus amigos no lo dejarían en paz si ella resultaba algo bonita, una idea que no ayudaba a tranquilizarlo, rogaba no sentirse atraído por ella en ningún sentido.
La presencia de las dos guerreras que venían hacia su templo hizo que Mu dejara de pasearse de un lado al otro. Primero aparecieron Vera y Marin, y detrás de ellas, medio escondida, estaba Lei Li.
"Volvimos, mira que transformación" le dijo Marin, mientras ambas se hacían a un lado.
Mu se quedó petrificado, algo bonita... ¡que diablos era muy hermosa! Lei Li parecía un poco incómoda, Vera y Marin sonrieron y los dejaron solos por un rato.
Mu las vio irse, Vera saludándole con una mano desde atrás. Qué graciosas que estaban esas dos últimamente. Él se acercó a paso lento hacia la chica, que empezó a dar un rodeo, a cada paso de Mu, ella daba uno para atrás, esto siguió así hasta que Lei Li dio su espalda en contra de una de las columnas. Mu acortó la distancia final y se paró delante de ella.
"No te haré daño, Lei Li, solo quiero que me cuentes que haces en Grecia y de donde vienes o si tienes familia" Le dijo Mu con tranquilidad, no quería asustarla más de lo que la pobre ya estaba. Como ella no respondió, Mu extendió una de sus manos, ofreciéndole que le acompañara. Ella lo miró un segundo, luego miró la mano que él le extendía, y vacilantemente la tomó. Mu sonrió y la llevó hacia su casa.
Lei Li se encontró sentada en un cómodo sillón, mientras Mu se sentaba en otro, mirándola pensativamente.
"¿Y bien?"
"Y-yo... no sé porque me persiguen, nacía con estas marcas, pero no sé que significan... creí que yo era la única que las tenía. No conocí a mis padres, desde que tengo memoria he estado de orfanato en orfanato, para colmo, siempre que me veo acorralada hago volar las cosas por el aire, no puedo controlar eso... debo ser un monstruo para que quieran matarme con tanto afán" Dijo Lei Li, bajando la cabeza para que Mu no viera las lágrimas que empezaron a correr por su rostro. Mu se levantó de su sillón y se acercó a ella, poniéndose en cuclillas. Le tomó el mentón en una mano para que le mirara, los ojos de Lei Li brillaban con un sufrimiento tal, que a Mu le dio ganas de utilizar su Stardust Revolution en contra de esos imbéciles.
"No llores, Lei Li, entiendo por lo que estás pasando, a mí me pasó algo parecido cuando era niño, yo te enseñaré a controlar tus poderes, aquí estarás protegida de ellos. Y no eres un monstruo, si alguien se atreve a decirte eso, pobre de él" Dijo Mu, secándole las lágrimas con un dedo. Ella le sonrió, era la primera vez que alguien se interesaba por su bienestar.
"Como te dije ayer, las marcas de tu frente te indican como descendiente de los antiguos habitantes de Lemuria, nosotros construimos las armaduras para Atena, y somos los únicos que podemos arreglarlas también, nacemos con poderes innatos de telequinesis y telepatía, pero es difícil controlarlos sino no te dicen como, parece que tu los activas cuando eres presa de una emoción fuerte como el miedo. Está bien, no te preocupes, de ahora en más te quedarás conmigo hasta que te sientas lista para seguir tu camino" Lei Li asintió, y luego, antes de que Mu se levantara, le echó los brazos al cuello. "Gracias" le susurró al oído. Mu le devolvió el abrazo, luego se levantó y le indicó que lo siguiera afuera.
Templo de Acuario 11:20 a.m.
"¡Dijiste que el chico es chica en realidad!" Exclamó Milo, asombrado, Camus, Aioria y Saga estaban igual de sorprendidos.
"Sí, y es muy bonita, ojalá logre conquistar a ese soltero empedernido de Mu" Dijo Marin, sonriendo de solo pensarlo. Vera se hechó a reír con ganas, seguida de los demás.
"A Mu le va a venir bien sufrir un poco con nosotros" Dijo Milo, Ling Shu lo golpeó en el hombro con el puño.
"¿Qué estás tratando de decir con eso?" Le espetó ella, Milo sonrió de oreja a oreja.
"Que le toca sufrir la condenada visita al centro comercial" Le contestó él, Aioria y Saga se echaron a reír de nuevo. Esto iba de bueno en mejor.
"¿Qué tal si la vamos a conocer?" Sugirió Camus. Todos asintieron que eso sería buena idea y se dirigieron al templo de Aries.
Mu y Lei Li estaban sentados en el suelo, rodeados de libros que había traído él para enseñarle a su nueva aprendiz cuales eran sus orígenes, luego empezaría a tratar de mostrarle como funcionaban sus poderes. Los dos estaban tan entretenidos en sus cosas, que ni se percataron, al menos Mu debió haberlo hecho, de que tenían visitas.
Mu se levantó y pidió a Lei Li que lo acompañara, quería presentarla debidamente a sus amigos.
"Vamos, Lei Li" ella asintió y le siguió. Una vez afuera, Mu se acercó a los caballeros que habían llegado.
"Se tardaron más de lo normal en aparecer" les dijo Mu a modo de saludo.
"Lo que pasa es que las chicas nos estaban informando primero" Dijo Saga.
"¿Esa es Lei Li?" Preguntó Aioria, mirando por detrás de la espalda de Mu.
"Si, ven Lei Li, te presento a mis amigos, todos son caballeros, y si tienes algún problema, puedes recurrir a ellos también" Ella asintió, y les sonrió.
"Mi nombre es Milo, él es Aioria, Saga y Camus, hay otros caballeros que te presentaré más tarde"
"Gusto en conocerlos" Respondió ella.
"¿Se quedará contigo, Mu?" Preguntó Camus.
"Sí, no sabe como utilizar sus poderes, y hasta que no los domine, será peligroso que ande por ahí, además están esos sujetos que no se irán de Grecia hasta hallarla" Contestó Mu.
"Bien, entonces, ya que te vas a quedar con nosotros, necesitaras algunas cosas" Dijo Kalani sonriente. Todos los hombres presentes ya se la venían venir. Las tres chicas miraron a Lei Li y exclamaron "¡Al centro comercial!" Las pobres víctimas, sus parejas, suspiraron resignados.
Después de que todos se habían ido, las chicas regresarían más tarde, Mu se sentó en el suelo con Lei Li otra vez y trajo consigo unos cubos de diferentes colores.
"Mira Lei Li, estos sirven para que enfoques tu energía en algún elemento inocuo, quiero que veas lo que yo hago y luego lo intentas tú ¿de acuerdo?" Ella asintió, Mu los dejó en el suelo y comenzó por levantar una por el aire, luego levantó el segundo y el tercero, haciéndolos girar en el aire. Después los volvió a depositar en la alfombra en el mismo orden. Ella miraba asombrada, no sabía si era capaz de tanto dominio, pero lo intentaría.
"Bien, ahora quiero que te focalises en uno de ellos, el que tú quieras, y lo levantes, nada más" Le dijo él, mientras ella asentía con la cabeza.
Lei Li se trató de concentrar en el cubo rojo, pero el que salió disparado como una bala fue el verde, Mu lo esquivó por poco, no sabía si la palabra 'inocuo' podía aplicarse a los cubos ahora, no al menos con Lei Li tratando de manejarlos. Lei Li lo miró apenada "Lo siento" Dijo, antes de intentarlo de nuevo. Mu asintió y trató de explicarle que era lo que tenía que hacer.
Por suerte podía dedicarle todo su tiempo, puesto que su otro discípulo estaba en Japón con Seiya y Shun, pero más le valía regresar pronto o ya vería, ese niño era un dolor de cabeza si no se le ponían límites.
La tarde se pasó plácidamente, pero para Mu no lo fue tanto, Lei Li no podía concentrarse, al menor ruido que escuchaba, se sobresaltaba y echaba todo el esfuerzo a perder. Mu entendió que ella aún estaba muy asustada por la clase de vida a la que estaba acostumbrada, así que decidió intentarlo por la mañana del otro día.
"Ven, Lei Li, vamos a comer algo, por hoy ya no practicaremos más" Dijo él, y se levantó del suelo, ella lo siguió enseguida. Lei Li lo miró apenada, no servía para nada, no era capaz siquiera de mover un cubo de madera. Mu vio su expresión cabizbaja y se le acercó.
"Hey, nadie nace sabiendo, ya aprenderás, esto lleva tiempo, no creas que a mi discípulo Kiki le fue más fácil" Le dijo Mu. Ella le miró extrañada. "¿Tienes un discípulo?" Le preguntó
Mu asintió. "Tiene nueve años, pero es muy travieso, le hace la vida imposible a Tatsumi, que es el guardaespaldas de la Srta. Kido, ahora está en Japón con los santos de bronce, de los cuales él se hizo muy amigo. Pero ya tiene que estar por regresar" Lei Li lo escuchó, perpleja, realmente Mu era un maestro hecho y derecho, no sabía porque había tenido tanta suerte de encontrar a alguien como él. Pero estaba agradecida de tener a alguien que la protegiera por ahora.
"Ven, supongo que tienes hambre, prepararemos la cena" Le dijo Mu, sonriendo, ante esto ella no pudo más que sonreír también y lo siguió a la cocina.
