Los días transcurrieron desde que Altena anunciase la inminente llegada de la nueva niña, sumándose con ése el número tres. Aún así, nada se sabía de la por llegar.
La tranquilidad que se respiraba en the Manor era más bien peculiar. Los susurros del viento guardaban secretismo, el ambiente que podía pasar desapercibido como el normal en el lugar, llevaba consigo una sombra, algo se gestaba en las entrañas del silencio.
El humor de Chloe era cambiante, mecido por la incertidumbre, del expectante entusiasmo e impaciente felicidad por conocer a la nueva niña, al temor, los celos, la inquietud; ¿ iba ha desplazarla de su posición frente a Altena? Las dudas en ocasiones la consumían y esos días en especial encontró dificultad para conciliar el sueño. Era siempre, y por suerte, Altena la que contándole una historia y depositando un tierno beso en su frente le hacían olvidar.
"Mju mju" sonreía pueril la pequeña agazapada entre hojas bañadas por el rocío. Un cestito medio lleno de morados racimos ante ella. Canturreaba en voz baja mientras recogía la fruta y la depositaba cuidadosamente en el cesto. Con el último racimo, tomó un par de uvas con sus rechonchos dedos y se las llevó a la boca. Sonrió aún más para sí, saboreando el origen del pío licor. Justo entonces sintió la presencia, oyó los pasos de dos pares de pies sobre la tierra del camino. Se levantó y alzó la cabeza para divisar a quien venía.
Su diminuta cabeza asomó entre las viñas. Su mirada inquisitiva y curiosa. Sus normalmente alargados, orientales ojos se abrieron y redondearon como platos al ver que una de las hermanas se acercaba a la casa acompañada de la tan esperada "nueva amiga". Andaba a su lado, agarrada de la mano. Desde su posición, y a pesar de su vista de lince, Chloe no pudo más que distinguir como rasgo característico de la menuda muchacha una corta melena oscura, castaña , desordenada y salvaje.
Cuando quiso darse cuenta, las invitadas casi habían llegado a la entrada. Chloe se apresuró a recoger su cesto de un salto, dejando caer en el transcurso unas cuantas uvas, y descuidadamente echó a correr hacia la casa. Entró en la cocina dando graciosos saltos y soltó (más bien dejo caer de cualquier manera ) el cesto sobre la mesa. Seguidamente salió disparada de la habitación hacía donde sabía seguro estaría Altena y las recién llegadas. Sus zancadas se hicieron cada vez más cortas hasta que se detuvo al lado de su mentora.
"Chloe" dijo con suavidad Altena con una sonrisa en los labios, "quiero que conozcas a..."
Chloe vio por vez primera el rostro de la otra chica, sus labios cerrados en una fina línea, sus ojos sin expresión alguna, sin brillo, sin inocencia pero sin culpa, los ojos vacíos de un cuerpo sin alma. A su vez su porte era desafiante y oscuro. Chloe no sabía si temerla o admirarla.
"Noir" susurró Chloe interrumpiendo a Altena que la miró sorprendida y orgullosa al mismo tiempo.
"Noir" repitió de nuevo, tan suavemente que tan sólo pudo oírse ella misma. Después de una expresión de muda sorpresa, las facciones de Chloe habían cambiado, sus ojos brillaron y una sonrisa brillo en su cara. Definitivamente, Chloe admiró desde el primer momento a aquella niña de parda mirada.
Bueno, ya está aki el 2º capítulo. No me ha salido tan poético como el primero pero...
Ya me diréis, espero vuestros reviews. A:
Mish1: Ya ves que la literatura me salió de pura chiripa. Me expreso igual que un libro cerrado. Gracias público. Sigue animándome o me desmoronaré porque está historia es un poco independiente de mis deseos. Espero que te gusten las peques Chloe y Kirika. ^__^
Teisa: ^__^ Me alegro que me reviewes (¬__¬u Uh? Está eso bien dicho?) En tu honor en futuros capítulos sacaré a la pequeña Mirelle también. ¿qué te parece? Quizá sea aparición breve, pero haré un miniprimer encuentro entre ella y Kirika .Eso si, tendrás que esperar un poco
