Kasumi The secret agent: Gracias por tu review, continuaré pronto, lo que mi computadora me deje -_-

Lonewolf: Es buena idea, pero ya veré que hago. Gracias por tu review!

Vulpix: Cierto, pero peor es que se le pegue el humor de Ikki -_- Gracias por tu review!

Misao CG: -_- Mira que yo sólo puse juntos el cap 5 y 6... el cuatro estaba una semana antes o_0 Cuando pueda, empezaré con el fic de Camus ^_^ Gracias por tu review!

Capítulo 07: Peligro Kiki Pensando

Mu y Lei Li habían estado caminando hacía ya un rato largo, pero no parecía haber señales de los sujetos que los buscaban, ella estaba un poco más tranquila al no encontrarlos, no se sentía lo suficiente fuerte aún para enfrentarlos; no así Mu, ya que él hubiera preferido tener algún indicio de ellos, el hecho de que no aparecieran sólo acentuaba su inquietud. Lei Li notó eso también, pero no podía hacer nada, ya que ella misma era una maraña de sentimientos encontrados, ojalá pudieran encontrar a estos maniáticos y deshacerse de ellos, eso sería una cosa menos para descontar de sus problemas.

"Será mejor que regresemos al Santuario, mañana saldremos a una hora distinta, en algún momento se delataran ellos solos" Dijo Mu, tomándola de la mano para regresar al templo.

"Eso no es mucha garantía de todas formas, nos han estado persiguiendo por tanto tiempo que ya creo que conocen de antemano todo lo que vamos a hacer" Dijo Lei Li, mirando en derredor, aún no muy convencida.

"No te preocupes, tenemos algo que ellos no tienen" Dijo Mu, sonriéndole.

"¿Y qué es eso?" Preguntó ella.

"El elemento sorpresa" Dijo Mu, ella lo pensó un poco y vio que tenía sentido, porque gracias a Kai, sabían lo que más o menos planeaban.

En el templo de Aries, Kiki esperaba impaciente el regreso de Mu y Lei Li, quería saber que rayos estaba pasando y porque tenía que quedarse allí cuando podría estar con ellos caminando por ahí, le parecía total y completamente injusto.

El pequeño se levantó de un salto al sentir la presencia de la pareja acercándose. Ambos entraron al templo aún tomados de la mano, aunque Mu la soltó en cuanto se dio cuenta de eso... demasiado tarde, Kiki ya lo había visto, aunque por ahora no lo importunaría... más tarde quizás, ahora quería saber la historia completa.

"¡Hola, Kiki! Ya regresamos" le saludó Lei Li, Kiki enseguida le sonrió y se dejó abrazar por la joven, Mu lo miraba de soslayo, a lo que el pequeño respondió con una sonrisa sabedora, lo que hizo que su maestro frunciera el ceño. Ese niño se traía algo entre manos.

Después de saludarse, los tres entraron a la casa. Mu les dijo que no salieran sin avisarle y luego decidió ir a hablar con Saga, quizás alguno de ellos había visto algo más. Kiki y Lei Li se quedaron solos, para gran deleite del pequeño, ya que importunaría a la pobre chica con preguntas imposibles de contestar.

"¿Quieres que te prepare algo de comer?" Preguntó ella. Kiki asintió y se sentó en la mesada, viéndola buscar las cosas para preparar el almuerzo.

"¿Te gusta estar aquí?" Preguntó Kiki.

"Mucho, es la primera vez que considero un lugar como hogar" Dijo Lei Li, sonriéndole.

"Entonces es porque te agradan las personas que te rodean, a mí me pasa lo mismo" Dijo Kiki, tratando de que ella hablara lo más posible.

"A ti te gusta mi maestro mucho ¿no es cierto?" Preguntó Kiki con toda la inocencia que podía demostrar. Lei Li se sonrojó visiblemente, no esperaba que un niño de nueve años le preguntara algo así tan frontalmente, pero estamos hablando de Kiki, claro.

"Quieres que te diga la verdad" Dijo ella, Kiki asintió y se sentó más en el borde de la mesada.

"La verdad es que no sé que siento por él" Al escuchar la repuesta Kiki se calló del lugar donde estaba sentado muy al estilo anime. Lei Li se arrodilló a donde el niño se frotaba la cabeza, dolorido por el golpe.

"¿Estás bien?" Preguntó Lei Li, preocupada.

"Auch, sí, creo que todavía estoy entero... pero dime ¿no sientes ni un poquito de cariño por él?" Preguntó él esperanzado. Lei Li se llevó una mano a los labios para ocultar una sonrisa.

"Claro que le quiero y aprecio mucho, pero no creo que me estés preguntando acerca de esa clase de cariño" Dijo ella, adivinando hacia donde apuntaba Kiki. El pequeño se levantó y se volvió a subir a la mesada, aún desconcertado por Lei Li, no sería fácil sacarle información a esta chica, se podría decir que era tan astuta como él mismo. Tendría que probar suerte con su maestro.

"De todas maneras te quedarás con nosotros ¿verdad?" Dijo Kiki esperanzado. Lei Li suspiró, ese era un tema que la tenía sin dormir últimamente. Kiki se dio cuenta que había tocado un tema delicado por lo visto, pero eso no hizo mella en su afán de conocer lo que ella pensaba.

"No creo que me vaya a quedar mucho tiempo más, en cuanto no deshagamos de eso sujetos que me persiguen a mí y a todos los de nuestra raza, seguramente regresaré a China" Dijo ella, con un dejo de tristeza en la voz.

"Pero China es el lugar más peligroso para ir, sería mejor que te quedaras en Grecia, así podríamos vernos más seguido también" Dijo Kiki, tratando de convencerla. Pero Lei Li no quería ser una carga para nadie, eso era algo que tenía decidido, y que haría de todas formas. Al ver que ella no respondía, Kiki se dio por vencido... al menos por un rato, quería hablar con su maestro primero.

Kai se hallaba en la casa de las chicas, ya era casi la hora del almuerzo, y ellas pronto regresarían, así que se apresuró en terminar de escribir la carta para su maestro, quería enviársela lo antes posible, deseaba saber si podría regresar pronto o si aún tenía que quedarse mucho tiempo en Grecia.

La terminó de escribir, la puso en el sobre y escribió una nota para que supieran que ella había ido al correo y que regresaría pronto. Luego, tomó su bolso de mano y se marchó.

Kai caminó hasta la salida del Santuario y luego se dirigió directo al pueblo, no quería tardarse demasiado. Lo que la pequeña rubia no sabía era que estaba siendo estrechamente vigilada, pero ella ni se percató de eso. El sujeto la siguió con la mirada hasta que ella desapareció por el camino, viendo que era seguro salir, la siguió.

Kai llegó a la oficina postal con relativa facilidad, ya que era la primera vez que venía sola al pueblo, luego de dejar la carta sin mayores contratiempos, decidió dar unas vueltas más antes de regresar. Su vigilante no sabía porque ella aún no regresaba al Santuario, cosa que hizo que continuara siguiéndola. Kai miraba algunos puestos al pasar, sin mayor interés por ninguno en especial. Pero al llegar a uno con una variedad de ropa oriental, se quedó un rato largo en ese, dos sujetos que la habían visto, se sonrieron y se le acercaron, quien podría resistirse a una pequeña y exquisita chica rubia que no parecía estar acompañada de nadie más que ella misma.

"¿Por qué tan sola, preciosa?" Le dijo uno de los sujetos, mientras el otro se posicionaba del otro lado. A Kai para empezar no le gustó nada que la rodearan, segundo, odiaba que le dijeran 'preciosa' como si ella no tuviera nombre o no pudieran llamarla 'señorita'.

"Será mejor que me dejen en paz, o no me haré responsable por sus vidas... y otra cosa, no me llamen 'preciosa' para ustedes soy señorita. Adiós" Dijo Kai y se dio media vuelta, pensando en alejarse de estos idiotas lo antes posible, pero los 'idiotas' tenían otra idea.

El sujeto que la vigilaba notó este intercambio y se preparó para interceptar a esos sujetos en cuanto Kai se alejó de ellos, claro, que lo último que esos hombres se esperaban era estar un segundo persiguiendo a una chica rubia y al otro estampados contra una pared en un callejón, a un par de centímetros del piso con la mano de un hombre en el cuello; ambos estaban ya casi sin aire cuando escucharon una suave voz masculina que con tono de advertencia les dijo: "Ustedes se acercan a esa chica otra vez y no vivirán para volver a ponerle una mano encima"

Los dos hombres quedaron medio inconscientes por falta de aire y cayeron a los pies del sujeto, que sin mucha ceremonia los dejó allí y desapareció en un segundo, detrás de Kai otra vez.

Kai llegó al Santuario y al recinto de las Amazonas justo para el almuerzo.

"¡Hola, Kai! Que bueno que ya regresaste, te esperábamos" Le saludó Kalani, sonriéndole amigablemente, Kai le devolvió la sonrisa y empezó a poner la mesa.

"¿Tuviste algún problema en el correo?" Le preguntó Vera, extrañada de que se hubiera tardado tanto.

"No, pude despachar rápido la carta para mi maestro, pero después caminé un poco para conocer el pueblo" Contestó Kai, terminando de poner los cubiertos.

"Espero que tengas una respuesta pronto" Le dijo Marin, Kai asintió ella esperaba eso también, y cuanto antes, mejor.

Esa tarde, Lei Li había ido a ver a las chicas, ya que Mu parecía ocupado con otras cosas, Kiki decidió ir para conocer a Kai, ya que a las otras ya las conocía bien.

"¡Hola, chicas!" Saludó Lei Li, Kiki les sonrió adorablemente, sabiendo que tendría muchos abrazos y mimos esa tarde.

"¿Cómo estás, Lei Li? Veo que hoy Mu no te mantiene ocupada" Le dijo Vera, acercándose junto con Kai y Marin.

"Hola, Vera tanto tiempo sin vernos" Dijo Kiki, Vera le sonrió y le abrazó, lo mismo hizo Marin. Sólo Kai le miraba extrañada.

"Kai, te presento a Kiki, es el discípulo oficial de Mu y su mayor dolor de cabeza también" Le dijo Marin.

"Gusto en conocerte, Kiki. Espero que no quieras jugarme ninguna broma pesada, porque soy experta en eso y la venganza será terrible" Le dijo Kai, sonriente, Kiki se quedó de piedra, esta chica tenía un aura poderosa, y parecía ser sincera en lo que le decía.

"No te preocupes, yo sólo me encargo de atormentar a los caballeros de bronce y oro... ¡Ah! Y a Tatsumi también" Respondió Kiki, con una sonrisa pícara. A Kai le pareció un chico agradable, pero del que tendría que cuidarse de ofender.

En un lugar del pueblo, alejado del Santuario, un grupo de soldados con uniforme azul esperaban a su espía.

El hombre llegó un rato después, y le informó algo importante al líder de del escuadrón; esté se sorprendió gratamente, parecía que en Grecia encontrarían más de ellos de lo que pensaron, esta vez era un niño de aproximadamente ocho o nueve años. El líder se lo comunicó al resto de los soldados, que sonrieron maliciosamente, exterminarían tres por el precio de dos. Aunque todos querían atacar, su líder los acalló y pidió paciencia, esa era la única forma de entrar a esa fortaleza sin ser descubiertos, además, tenían un aliado del que no sospecharían nunca...

Una joven bonita, pero severamente vestida, se acercaba al Santuario con otros dos hombres, los soldados habían sido advertidos sobre su llegada, debían dejarla pasar. Eso mismo hicieron, la muchacha ni siquiera les dedicó una mirada y siguió camino, junto con sus dos guardaespaldas.

Saori la estaba esperando hacía ya un rato, en cuanto la vio, se sintió más tranquila, la señorita Beatriz Lanz era muy puntillosa y detestaba que llegaran tarde a una cita con ella, y Saori no tenía ganas de escucharla, así que estuvo temprano para recibirla.

"Buenos días, Srta. Kido, mi padre envía sus saludos y siente no haber podido venir personalmente por causa de otro asunto que atender" Dijo la Srta. Lanz, Saori asintió y la saludó también, luego le indicó que la siguiera al recinto principal. Ella y sus dos guardaespaldas la siguieron.

Las chicas iban hacia los templos también, con Kiki charlando sin parar o discutiendo con Kai, vieron a la Srta. Saori pasar junto con otras tres personas, Lei Li miró atentamente a uno de los hombres y a la señorita que acompañaban, no sabía porque no le daban buena espina. Uno de los hombres la miró por un segundo y sonrió, Kai también notó esa sonrisa y frunció el ceño, había algo en él que no le parecía muy confiable que digamos.

Marin y Vera sólo los observaron pasar, no notando nada fuera de lo común en ellos, es más, no era la primera vez que veían a la señorita Lanz en el Santuario.

"¿Los conocen?" Preguntó Kai, mientras seguían caminando.

"Sí, esa mujer se llama Beatriz Lanz, es una niña rica atendiendo los negocios de papi" Dijo Marin en tono burlón, Vera rió ante este comentario, ya que esta señorita tendía a ser bastante soberbia y estirada, y ninguna de ellas dos la soportaban en absoluto.

"Así que no parece ser muy agradable esta chica" Dijo Lei Li

"Nope, bastante insoportable, no sé como la Srta. Saori la soporta" Dijo Marin, a lo que Vera respondió con un '¡Ja!' sarcástico y agregó: "Pues entre consentidas se entienden"