Abby Lockhart: Eso se sabrá más adelante, pero no te preocupes, trato de actualizar lo más rápido posible. Gracias por tu review!

LoneWolf: Si, él es mi próxima víctima, espero terminar este fic antes de empezar la facultad, supongo que el de Camus será más lento porque no contaré casi con tiempo. Gracias por tu review! Por cierto ¿cuándo vas a poner algún fic nuevo?

Vulpix: Gracias Vulpix! Es cierto que Milo se lo merecía ^ _^ Gracias por tu review!

Camila: Lo siento pero no, ya tengo pensado este fic hace tiempo. Gracias por tu review!

Misao CG: je je, espero terminar con este fic antes del ocho de marzo, ya que empiezo la facultad. Camus es un gran chico, lástima que un poco frío, pero no tanto ^_^ Gracias por tu review!

Capítulo 09: ¿Qué Sucede?

Kai regresó al recinto de las Amazonas después de hablar con Shaka, estaba en un estado de confusión tal que no atinaba a pensar con claridad, por primera vez en su vida, había actuado de la última forma que hubiera soñado jamás... buscar apoyo y consuelo en Shaka. Quizás las palabras de su maestro enfermo estaban afectándola mucho, a eso había que sumarle la actitud casi amistosa que Shaka mostraba últimamente; eso contribuía a su desconcierto total.

Cuando llegó a la casa, estaba pálida y se sentía a punto de desmayarse, Kalani y Vera notaron esto enseguida, algo muy malo le había pasado. Rápidamente la ayudaron a sentarse en una silla, y Kalani puso a hervir un poco de agua para prepararle una taza de té.

"¿Kai? ¿Qué te sucedió?" Le preguntó Vera, sentándose al otro lado de ella. Kai permaneció en silencio, no confiaba en su propia voz. Vera no la presionó, esperó a que ella misma tomara su tiempo. Kai no levantaba la vista de sus manos, apoyadas en la mesa, luego se levantó de la silla, no dio dos pasos en dirección de su habitación que cayó desmayada al suelo.

Kalani y Vera enseguida corrieron a su lado, y la llevaron a su habitación. Kalani fue en busca de un paño frío mientras Vera la arropaba con una frazada ligera. En cuanto Kalani regresó, Vera la dejó a su cuidado y salió en busca de Shaka.

Shaka fue a ver a Mu en su templo para decirle que por la tarde tenía que ir a la India a ver por su maestro, le pidió por favor que cuidara de Kai mientras él no estuviera. Mu asintió, le preguntó si todo andaba bien, a lo que Shaka le contestó que no. Luego de explicarle la situación, ya iba en camino de regreso a su templo cuando llega Vera.

"¡Shaka, espera!" Le dijo ella, para evitar que él se fuera.

"¿Qué pasa, Vera?" Le preguntó Shaka, Mu los observaba extrañado.

"Es Kai, se desmayó apenas llegó a la casa, Kalani está cuidando de ella ahora, está muy pálida. Sería mejor si tú la vinieras a ver" Le explicó Vera, preocupada. Shaka realmente se sorprendió mucho de eso, Kai no era tan débil. Él consintió en acompañarla, Mu también los acompañó por las dudas necesitaran algo más.

Lei Li los vio partir, no sabía que estaba pasando, pero por la preocupación que había mostrado Vera, debía ser importante, le preguntaría a Mu cuando regresase. Kiki, también estaba extrañado, y su curiosidad pudo más que las advertencias de no salir del templo.

"Lei Li ¿qué tal si vamos a ver que pasó?" Dijo Kiki, tomándola de la mano.

"No lo sé, Kiki, Mu dijo que no salgamos sin que él lo sepa" Respondió ella, vacilando. Kiki tironeó un poco más de la mano de ella.

"Vamos, Lei Li, nada malo nos pasará por salir un momento, no podemos vivir encerrados aquí ¿o sí?" Dijo Kiki, ella suspiró y se dejó llevar por el niño.

Ya en la casa de las chicas, Shaka se había acercado al lecho donde reposaba Kai, realmente se la veía muy pálida, no era normal. Realmente algo la estaba perturbando mucho para llegar a ese extremo de debilidad.

Mu se acercó y le puso una mano en la frente a la rubia muchacha, su temperatura parecía normal, también chequeó su pulso, que era tranquilo y rítmico. No, no había nada malo con ella, a excepción de su palidez, que podía ser producto de su desmayo.

"Ella está bien, sólo necesita descansar, creo" Le dijo Mu, Shaka asintió, arrodillado cerca de ella.

"Lo sé, pero no es normal, a decir verdad, Kai está muy extraña últimamente, nunca en mi vida la había visto así..." Dijo Shaka, casi susurrando, Mu le dio una palmada en el hombro y le dijo que si necesitaba algo más, que le avisara, Shaka asintió y le dio las gracias, luego Mu se fue. Vera y Kalani, que estaban en la puerta, cerraron la misma y los dejaron tranquilos.

Shaka miró a Kai con un tinte de preocupación en las celestes profundidades de sus ojos, extendió una mano y le acarició la frente, mientras le corría el cabello a un costado.

"¿Qué pasa contigo, niña tonta? No me gusta que me hagas preocupar por ti, sabes" Le dijo él suavemente. Kai no se movió en absoluto, su respiración acompasada era lo único que delataba que estaba con vida. Shaka se acercó y le dio un beso en la frente. Luego se sentó en el suelo a la cabeza de Kai, a la espera de que ella regresara al mundo de los vivos.

Vera había ido a ver a Aioria, pero no le había encontrado en su templo, pasó por los de Camus y Milo, a quienes contó acerca de Kai, ambos estaban extrañados también, si esa chica era tan fuerte como Shaka, no debería desmayarse con tanta facilidad. Vera aprovechó a preguntarles si sabían en donde estaba Aioria, Milo le dijo que quizás lo encontrara en la biblioteca. Vera les agradeció y enfiló para allá.

Cuando Vera llegó al recinto, uno de los guardaespaldas de esa Srta. Beatriz, estaba cerca de la puerta. A Vera no le gustaban ninguna de las personas de ese grupo, así que le pasó por al lado sin prestarle atención. Pero este hombre sí había visto a esa chica preciosa que lo miraba indiferentemente y decidió seguirla.

Vera sabía que el idiota la seguía, pero se hizo la tonta, en cuanto se le acercara habría dos opciones: Una, que ella lo mandara a volar de un puñetazo, dos, si estaba cerca de la biblioteca, Aioria lo iba a convertir en sashimi. La segunda perspectiva la hizo sonreír, el sujeto viendo esa sonrisa, pensó que la chica estaría complacida por ser perseguida por él... que lejos de la realidad estaba. En cuanto se acercó lo suficiente para tomarla del brazo. Vera lo enfrentó con una mirada fría.

"Qué quieres" Le preguntó ella, cortante.

"Hey, no te enojes, linda, sólo quiero conversar contigo, eres la chica más linda que haya visto jamás ¿cómo te llamas?" Le preguntó el guardaespaldas, muy confiado de su aspecto, que sabía a las mujeres les agradaba, pero Vera no era el común normal, más teniendo a uno de los santos dorados como novio, que opacaban a la mayoría de los hombres que podría haber a su alrededor.

"Mi nombre no te incumbe, y si sabes lo que es bueno, me sueltas y me dejas en paz, o no me haré cargo de las consecuencias" Le dijo Vera, fríamente. El sujeto no se amedrentó por eso, y le sonrió sabedoramente.

"Así que eres difícil ¿eh? Me gustan más así" Dijo él y la atrajo hacia su pecho para besarla, pero Vera era más rápida, con la mano que tenía libre le asestó un puñetazo en la mejilla y luego le dio una patada certera al estómago, el sujeto quedó en el suelo, doblado de dolor. Tatsumi que estaba cerca vio esto y, enojado se acercó a Vera.

"¡Cómo te atreves a golpear a este señor! ¡Es uno de los guardaespaldas de la Srta. Lanz! ¡Debes tratarlo con respeto!" Le gritó Tatsumi a Vera, que le quedó mirando como si estuviera loco o algo.

"¡Mira, gorila sin cerebro, él se quiso pasar de listo conmigo, que esperabas que hiciera, quedarme quieta y dejarme hacer lo que ese estúpido quería!" Le respondió Vera, que aunque bastante más baja que Tatsumi, no le tenía miedo alguno.

"¡Cómo te atreves a hablarme así! ¡Tú obedeces ordenes de tus superiores y no tienes permitido gritarles!" Le dijo Tatsumi. Vera lo miró incrédula ¿este retrasado mental se creía su superior?

"¡Tú no me das ordenes, imbécil!" Le gritó Vera, aún más enojada.

"¡Tú te callas y haces lo que te ordenan, estúpida mujer!" Le dijo Tatsumi... error. Aioria alertado por la discusión se había acercado lo suficiente sin ser oído, estaba detrás de Tatsumi cuando le había dicho eso a Vera, ella sí lo vio y le sonrió a Tatsumi de forma dulcemente falsa. Tatsumi no entendió este cambio hasta que algo lo pateó desde atrás. Tatsumi quedó de cara al suelo y maldijo por lo bajo.

"Vuelves a gritar o insultar a Vera y no me importa si eres el mayordomo de Atena, te juro que te desangraré lentamente hasta matarte" Le dijo Aioria, con un tono horriblemente helado y amenazante. Tatsumi tragó saliva y ayudó a levantarse al otro sujeto, que miró con desdén a Vera, parece que lo idiotas no se cansaban de cometer errores, Aioria le sonrió y le dio tremendo puñetazo al sujeto que lo hizo estrellarse en contra de una de las columnas. Y parecía que eso no iba a acabar ahí. Vera presintiendo en Aioria esa aura asesina, le detuvo sosteniéndole de un brazo.

"Aioria, cielo, no te ensucies las manos, él no vale la pena" le dijo Vera, Aioria la miró y asintió; luego le echó una mirada de advertencia a Tatsumi y, rodeando la cintura de Vera, se alejó hacia la biblioteca.

Tatsumi tuvo el juicio suficiente de no decir nada más y levantó de nuevo al sujeto, que la pasaría muy mal si se atrevía a volver a siquiera mirar mal a Vera, ya que Aioria le tenía en su lista negra desde ese momento.

Aioria distaba mucho de estar calmado, en cuanto llegaron a la biblioteca, Vera lo miraba pasearse de un lado a otro.

"¡Debí haberlo matado, estoy harto de tantos pervertidos imbéciles que te persiguen sin descanso!" Dijo Aioria, enojado. Vera suspiró y se acercó a él, tomándole de la mano y haciendo que se sentara a su lado.

"Cálmate, no consigues nada enojándote, amor, yo también le golpeé duro antes que tú, y no te habrías enterado si Tatsumi no me hubiera empezado a gritar. Tú sabes que me puedo defender también" Le dijo ella, tranquilizadoramente, Aioria suspiró y se dejó caer para atrás, apoyándose en el respaldo del sillón, abrazando a Vera en el proceso.

"Esta bien, tienes razón, pero no puedo evitar ser tan celoso, no quiero que ningún otro hombre te mire" Le dijo él, dándole un beso en la mejilla. Vera le sonrió, sus celos no la molestaban, pero no quería que él se metiera en problemas por su culpa.

"Yo no tengo ojos para otro que no seas tú, mi león" Le dijo ella, besándolo en los labios. Con esto, Aioria de seguro se calmó del todo.

Templo de Aries

Después de chequear que Kai estuviera bien, Mu regresó a su templo, más grande fue su sorpresa al no encontrar a Kiki... ni a Lei Li. Ellos sabían que no debían salir sin que Mu lo supiera, esto le dio mala espina, y se dirigió al templo de Tauro a ver si Aldebaran los había visto

"Hola, Mu ¿Qué se te ofrece?" Le preguntó amablemente el santo de Tauro.

"Es que mis discípulos no están en el templo, y quería saber si tú los viste o te dejaron algo dicho para mí" Le dijo Mu. Aldebaran frunció el ceño... no, ellos no habían pasado por allí, así que de seguro no estarían en ningún otro templo, quizás habían salido hacia el recinto de las amazonas.

"No, Mu, por aquí no pasaron ¿por qué no les preguntas a las chicas?" Le dijo Aldebaran, Mu asintió y le dio las gracias antes de salir disparado hacia el recinto de las Amazonas.

Ya en el recinto, Mu los buscó por los alrededores, lo que le ganó miradas extrañas de las guardianas, que ya no sabían si dejar pasar o no a los hombres, ya que últimamente iban y venían como si nada.

Mu optó por ir a buscar a Marin, pero cuando la halló, ella estaba sólo con Ling Shu, ni rastro de sus discípulos.

"Marin ¿Has visto a Lei Li y a Kiki?" Le preguntó Mu, cada vez más ansioso.

"No, por aquí no aparecieron ¿por qué estás tan preocupado?" Le dijo Marin, notando la ansiedad del caballero.

"No, nada, es que no los encuentro por ningún lado, eso es todo" Dijo Mu, para tranquilizarle. Ling Shu, que hasta ahora había estado callada, le sugirió que quizás estaban en la biblioteca o tratando de jugarle alguna broma al gorila de Tatsumi. Mu rogó que así fuera, despidiéndose de ellas, corrió para el otro lado.

Mu no los había encontrado por ninguna parte, a la búsqueda ya se le habían unido Aioria, Vera, Camus y Shura. Todos se dispersaron en diferentes direcciones, hasta Aioria fue a buscarlos en el extenso bosque del Santuario, pero sin suerte.

Después de más de dos horas de búsqueda sin resultados, Mu llegó a la conclusión de que algo malo les había pasado, y no quería pensar en 'ese' algo malo con uniformes azules.

"¿Dónde están Shaka y Kai?" Preguntó Shura, extrañado que el rubio santo no se les hubiera unido a la búsqueda.

"Kai se desmayó hoy al mediodía, y Shaka está cuidando de ella" Le informó Vera. Shura se sorprendió ante ese comentario ¿cuándo se habían empezado a llevar bien esos dos?

Mu estaba demasiado asustado y preocupado para pensar en otra cosa más que en sus discípulos, si les hacían algo, mataría a todos esos bastardos.

"Cálmate, Mu, será mejor que se lo digamos a los demás, en algún momento tendremos indicio de donde están" Dijo Camus, que parecía tener la cabeza más fría que le resto en este momento.

Todos asintieron y fueron en busca de los restantes santos y amazonas