Lágrimas 3 –Recuerdos.
*AMBER MIST
Había pasado una hora desde que Ash volvió a encerrarse en la habitación, sin que de ella se escuchara ningún sonido. Misty observó a Brock, quien se encontraba en uno de los sillones de un cuerpo mirando un desfile por televisión, el criador parecía despreocupado e inmerso en su pequeño mundo de trajes de baño mientras su amiga sentía que su cabeza estallaría en cualquier momento por el dolor causado por la tensión y preocupaciones que no la dejaban descansar o distraerse. Tenía que admitirlo, admiraba la tranquilidad de Brock, aunque en parte sentía que lo golpearía en cualquier momento por ser tan desconsiderado.
Cerró los ojos con la convicción que había mejor cosas en que pensar e intentó relajarse en vano: cada vez que lo intentaba acababa recordando el estadio lleno de personas alentando a los finalistas del campeonato, quienes llevaban un empate de 5 batallas ganadas y 1 pokémon cada uno para enfrentarse…
-Ve Pikachu… - El pokemon eléctrico saltó de su hombro al campo de batalla, presionando sus puños cerrados y lanzando pequeñas chispas de sus rojas mejillas.
-Umbreon, yo te elijo. – Ordenó el eterno rival lanzando su pokébola luego de besarla. Los pokemon y entrenadores estaban listos para la última batalla esperando ansiosos que el árbitro anunciara el comienzo de esta…
-Embestida! – Ambos entrenadores gritaron el mismo ataque siendo obedecidos por sus criaturas, quienes probaron su empate de poder físico al colapsar uno contra el otro.
Misty observaba el desarrollo de la batalla desde la tribuna junto a Brock, el Profesor Oak y la Señora Ketchum, Ash se había negado a recibir ayuda de sus amigos otra vez alegando que se había preparado lo suficiente para ese día. Los rivales parecían ser iguales en fuerza y los dos contaban con estrategias ingeniosas, lo cual dejaba el resultado del duelo a la suerte o el destino…
Inesperadamente el suelo del estadio comenzó a temblar y los ataques de los luchadores se detuvieron ,mientras todos los presentes intentaban identificar la razón de aquellas vibraciones, hasta que de una de las entradas al campo ingresaron cuatro furiosos Tauros, de los cuales se aferraban aterrorizados Jessie, james y Meowth. Los enloquecidos pokemon comenzaron a sacudirse intentando sacudirse intentando liberarse de los captores y el único libre corrió directamente a las tribunas, posiblemente aturdido por la conmoción. Ash fue el único en pensar rápido al ordenar a su único pokemon con energía que paralizara a los descontrolados con una Onda Trueno, esta funcionó con tres de los Tauros (Y con el E. R) mientras el cuarto atacó sin motivo aparente al ratón eléctrico con una embestida. Fuera del trance de la sorpresa, Gary ordenó un ataque psíquico a su Umbreon que terminó con la amenaza del último Tauros.
Los organizadores de la Liga decidieron que los contrincantes seguían en igualdad de condiciones para continuar con la batalla, pero nadie recordó que Pikachu había sido golpeado por el pokemon enfurecido y su energía disminuyó considerablemente. Ash no objetó a continuar con el duelo y la derrota fue inevitable…
El día se había nublado y distantes truenos anunciaban la llegada de una fuerte tormenta. El entrenador observaba el cielo sentado en el marco de la ventana sintiendo el viento húmedo golpear su rostro tranquilizándolo y apagando su ira. Bajó la mirada al objeto con el que jugaba desde su entrada a la habitación. Acarició el suave material que forraba la delicada caja rectangular sonriendo tristemente al pensar que simbolizaba aquel objeto…
-Misty… - Susurró con un afectuoso tono y se mordió el labio inferior –Tenía todo planeado. Sería perfecto y especial…. Como a ti te gustan que las cosas sean… - Apoyó la cabeza en el marco cerrando los ojos –Pero ahora tengo que olvidarme de esto…. Ni vale la pena que lo intente… -
-Vamos, Pikachu!- Gritó el entrenador corriendo fuera de su casa en Pueblo Paleta mientras se acomodaba su gorra. Su pequeño amigo eléctrico salió exclamando unas cuantas palabras en su idioma, seguramente exigiéndole que no lo apresure.
Era un día importante para el joven Ketchum de 17 años, la noche anterior había permanecido despierto hasta el alba pensando en un plan perfecto que, según el, marcaría los mejores días, años y décadas de su vida si salía como él esperaba. Decir que estaba ansioso no alcanzaría para describirlo, el nerviosismo y la inquietud le hacían correr a gran velocidad sin desvanecer la brillante sonrisa. Llegaron al centro del pueblo, donde caminó con mayor calma, pero con su misma alegre expresión…
Una hora después Ash y Pikachu salieron de la joyería del pueblo. El entrenador llevaba en su mano derecha la caja negra a la cual miraba orgulloso. Llegaron hasta las afueras del pueblo en donde todos sus pokemon que llevaba consigo fueron liberados. Expuso frente a ellos su adquisición obteniendo por parte de ellos alegres asentimientos y palabras incomprensibles. Se arrodilló frente a ellos, para estar al mismo nivel visual que la mayoría de sus pokemon, con la caja en la mano…
-Escuchen. Esta no será una competencia común para nosotros, sé que darán su máximo como siempre, pero esta vez debo decirles que la importancia de ganar es absoluta. – Con su mano libre señaló la joya dentro de la caja y los miró a todos con seriedad –Si llegamos a la meta, si ganamos cada una de las batallas le entregaré esto a Misty ¿Comprenden?... –
Dejó la caja sobre el escritorio y bajó de la ventana obligado por las primeras gotas de agua. Después de cerrar caminó hacia la puerta sintiendo la frustración que le transmitió la caja no entregada. Realmente no quería salir de la habitación y tener que someterse a las preguntas y preocupaciones de Misty que apuntaban solo a la creencia que su tristeza e ira provienen de la derrota en la Liga e insiste a que hable de ello, cuando la verdad es una que lo está volviendo loco y él cree que la entrenadora tiene la culpa de su frustración. Aún así tenía sed y ni podía encerrarse todo el tiempo, por lo tanto salió de la habitación resignado y caminó hacia la cocina, sin notar al criador concentrado en el programa de modelos.
Al entrar encontró a Misty, quien acababa de un solo trago un vaso de agua…
-¿Quieres agua? – Preguntó ella sonriendo amablemente y extendiendo su vaso, a lo cual Ash respondió asintiendo con la cabeza. Sirvió dos vasos hasta el borde acercándole uno al entrenador. Dudó unos instantes viéndolo beber todo el líquido y cuando estuvo segura que podía responder preguntó -¿Puedo hablar contigo, Ash? –
-No. –
-Pero Ash… - Protestó sin aceptar la cortante respuesta.
-Dije No. – Avanzó hacia él tercamente, como si la respuesta no la hubiera escuchado o importado. El entrenador sintió sus latidos acelerarse y el sudor nervioso invadir sus manos, la miraba suplicante esperando que lo dejara solo, pero ella no quería entenderlo y Ash se sintió acorralado…
-Es que tú… -
Nublado de nerviosismo y frustración la tomó de los brazos con fuerza y la obligó a retroceder hasta que su espalda llegó a la mesada mirándola con los ojos llameantes de ira…
-Ash… me lastimas… - Se quejó viendo su mano aferrarse a su piel dejando una roja marca…
-Quiero que lo entiendas de una vez. Déjame solo. –
-Suéltame… -
La liberó lentamente mientras concienciaba sus actos. Se apartó un paso mirándose sus propias manos horrorizado sin reconocerse en aquellas acciones y levantó la vista a la indefensa Misty quien se abrazaba a sí misma cubriendo las marcas con sus manos…
-Recordaré esto… - Le amenazó ella con desprecio y él sin saber que hacer o decir corrió fuera de la casa, sintiendo una vez más la presión de sus lágrimas…
Continuará…
AM
