Entre lunas y estrellas

Por: Andyiory & Ayesha

Miembros de la Orden Siriusana

Título = Entre lunas y estrellas (6/?)

Autor = Andyiory & Ayesha

 
E-mail = andyiory@hotmail.com, lg_100309@hotmail.com

Clasificación = PG-13 (aún)

Parejas = Sirius/Remus

 
Disclaimer =Los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling y la Warner Bros. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.
 
A/N = Este fic es el inicio de "El anillo y la Orden del Fénix", para quienes lo están leyendo, las cosas que suceden aquí tendrán mayor sentido.

Lo siento, pero el "segundo ingrediente" será el último que consigan, porque tiene que ser fresquito…

***

Capítulo 6: Dark side of the moon

And if the dam breaks open / y si el dique rompe

many years too soon  / muchos años demasiado pronto
And if there is no room upon the hill / y si no hay espacio sobre la colina
And if your head explodes  / y si tu cabeza explota

 with dark forebodings too  / también con oscuros presagios
I'll see you on the dark side of the moon. / te veré en el lado oscuro de la luna


Brain Damage – Pink Floyd

 

Ese verano trajo muchos cambios.

Adolphus Black, padre de Sirius, tenía una extraña enfermedad, para la cual ni la medimagia más avanzada encontraba una cura. Los medimagos recomendaron finalmente un cambio de clima, quizás el soleado Egipto, para que se reponga, advirtiendo que le quedaban pocos años de vida.

Y así, la familia Black adquirió una costosa mansión de verano a orillas del Nilo, y allí se trasladaron los padres de Sirius, con sus dos hijos, y sus primas Narcissa, de quince años y Andrómeda, de diez, la misma edad de Regulus, hermano menor de Sirius.

La mansión estaba llena de elfos domésticos, trasladados allí desde hacía un mes, para que tuvieran todo en orden. Todo lucía impecable, la habitación de Sirius tenía enormes ventanales con vista al Nilo, verde y majestuoso, con las aguas quietas en aquélla época del año.

Sirius pateó la pared con frustración. Con la prisa, había olvidado sobre su cama, en Londres, el comunicador personal que le permitiría estar en contacto con sus amigos, con Remus. Sólo podría usar lechuzas, pensó con frustración. ¿Cuánto tiempo le tomaría a Silver, su lechuza plateada, atravesar el océano?

Pero ese no fue el único cambio para Sirus. Su padre había hecho un prematuro testamento, heredándole casi todo a él y dándole desde ese mismo día, su propia cámara personal en Gringotts, abarrotada de galeones de oro, y una tarjeta platinada para que no tuviera que cargar el oro en los bolsillos.

Las calles de Egipto eran animadas y bulliciosas, llenas de chiquillos ofreciendo los más diversos objetos, desde reliquias de los faraones de dudosa procedencia, hasta la compañía de mujeres. Sirius avanzaba, abriéndose paso entre la multitud, sin estar seguro a dónde iba.

Y entonces, vio la tienda.

Y entró, llevado por un impulso irresistible.

Horas después, tumbado en su cama, contemplaba la piedra que había comprado, pagando por ella una pequeña fortuna.

Un topacio. Pero no un topacio cualquiera, como había dicho el dueño de la tienda.

Era un topacio dorado.

Dorado.

Como los ojos de Remus.

Una piedra valiosísima, teniendo en cuenta que los topacios comúnmente eran celestes. El símbolo de la fortaleza interior, como le había dicho el vendedor, luego de engarzarla a un colgante y entregársela en una cajita envuelta en papel de seda.

No hizo preguntas, como si todos los días un mago de doce años comprara una piedra de cien galeones y pagara con la tarjeta de platino de Gringotts.

*

Remus no la había pasado nada bien ese verano.

Los gastos generados de su enfermedad y los tratamientos infructuosos que había seguido hicieron finalmente mella en la economía familiar y sus padres tuvieron que trasladarse de su cómoda casa en Londres hacia una vieja casa de campo, en Sussex, llamada Lupin Lodge, que había pertenecido a sus abuelos.

La casa no era muy grande, y todo allí era viejo y estaba sucio. Les tomó una semana entera de arduo trabajo hacerla habitable de nuevo, y una vez que terminadon, los sólidos y enormes muebles llegaron incluso a verse acogedores con la gran chimenea de piedra encendida.

Pero lo mejor para Remus fue la Biblioteca, con sus enormes estanterías abarrotadas de libros. Había allí libros de magia, pero también muchísimas novelas escritas por magos y muggles.

El libro favorito de Remus era uno de poesías, escritas por un muggle inglés de nombre Tennyson. Lo puso en la cabecera de su cama y no se cansaba de leer "The Lady of Shalott", un bello poema medieval.

El sótano era de piedra también y con una sólida puerta. Eso fue lo primero de lo que se aseguró su padre, porque al entrar en la adolescencia, las transformaciones de Remus eran más terribles y el lobo parecía ser cada vez más feroz.

Y eso no era todo. Las fases de la luna parecían estar afectando ahora, más que nunca, al normalmente tranquilo Remus. La luna nueva le traía un periodo de creatividad, en el cual leía y estudiaba. El cuarto creciente lo volvía irritable y se enfurecía con frecuencia. En luna llena estaba eufórico, bromista, con el lobo ansioso por salir, y en cuarto menguante se apoderaba de él una profunda melancolía.

Y fue en uno de sus periodos de irritabilidad, que James lo invitó a pasar una noche en su casa, con Peter, e ir luego al Callejón Diagon a comprar los libros, para salir juntos también a Hogwarts al día siguiente.

Remus aceptó encantado y sus padres no se atrevieron a negarse. Sabían que Remus no la estaba pasando muy bien y que quería entrañablemente a sus amigos, a quienes no les importaba que fuera un licántropo. Y también que extrañaba al joven Black, que no era precisamente santo de la devoción de sus padres, pero lo toleraban porque parecía llevarse muy bien con Remus.

Los tres muchachos se encontaron al fin, y se abrazaron con afecto. Todos habían crecido, y Peter lo había hecho tanto en el sentido vertical como horizontal, pero sus ojitos azules despedían chispas de alegría mientras los saludaba, mirando a James con la adoración de quien ve un ídolo.

Estaban en la tienda de helados y de pronto, James se levantó a la carrera, seguido de Peter, diciendo algo sobre su comunicador. Remus se levantó algo irritado, y tuvo que pagar la cuenta. Avanzó por la calle sin verlos ya, hasta que distinguió una persona conocida.

- "Hola Lily"

-  "Hola, Remus", respondió ella, mirando a su alrededor en busca de sus inseparables amigos, pero se quedó sorprendida de no hallarlos. "¿Dónde están? ¿No me digas que se pelearon?"

- "¿Pelear? ¿Quiénes?", preguntó Remus sin entender. De pronto entendió, "ohhh. Me estabas preguntando por James", dijo con una brillante sonrisa, "y Sirius"

- "Francamente, Remus, no sé cómo dos personas como tú y el bueno de Peter pueden ser amigos de esos dos. Aunque ustedes no tuvieron la culpa de que los pusieran en la misma habitación, pero quizá podrías pedir que te cambien…", insinuó Lily.

- "¿Cambiarme? Jamás, Lily. No sabes lo que dices. Ellos son mis mejores amigos, son los más geniales y mejores amigos que cualquiera podría desear. Sólo dales una oportunidad, ¿quieres?", pidió Remus.

- "Bueno…", pensó Lily,  quizá la idea  no era tan mala. Además, Sirius era muy guapo…sería la envidia de sus amigas.

- "¡James! ¡Mira a Moony! El muy cretino quiere quitarte a tu noviecita", exclamó Sirius, que venía con James y Peter. Su grito sonó tan fuerte que los transeúntes voltearon a mirar, echando por tierra las buenas intenciones de Lily.

- "Ustedes dos, desaparezcan de mi vista", les gritó, apartándolos del camino. "Adiós, Remsie", dijo antes de perderse en la multitud.

- "¿REMSIE?"

Remus estaba rojo.

- "¡Yo que sé, pregúntenle a ella!", exclamó, pero Sirius lo atrapó y le alborotó el cabello.

- "¡Te ha llamado Remsie! ¡REMSIE!, lo oíste, verdad James... ¡y en medio de la calle!"

- "¡YA BASTA! ¿QUIEREN DEJARME EN PAZ?", el grito retumbó en medio de la calle y Remus avanzó rápidamente, perdiéndose entre la gente que entraba a Flourish & Blotts.

Sirius, Peter y James se quedaron atónitos. ¿Qué había sido todo eso? Remus normalmente era un chico tranquilo…demasiado tranquilo a veces.

Peter miró con sorpresa a Sirius, que lucía un bronceado espectacular por sus vacaciones en Egipto, y luego a James, sin saber qué hacer. Entonces, los tres fueron corriendo en busca de Remus.

Sentado en un rincón de la enorme tienda, Remus  los esperaba avergonzado.

- "Lo siento. No sé que me pasó", se disculpó, mirando al piso. Sirius le pasó un brazo por los hombros.

- "Está bien, Moony", dijo para tranquilizarlo y Remus sonrió. "Pero no lo vuelvas a hacer", continuó, alborotándole el cabello y riendo con James.

- "¡Sirius!", gritó Remus riendo también.

Ese año tendrían que elegir entre  Cuidado de Criaturas Mágicas y Runas Antiguas, pero Sirius y James ya habían llevado ese curso, de modo que los cuatro decidieron llevar el primero. También eligirían entre Adivinación y Aritmancia. Peter optó por Adivinación y los demás por Aritmancia. Y todos deberían llevar  Astronomía. Sirius pensó secretamente que sería interesante volver a visitar la torre, esta vez de día.

Compraron los libros que necesitarían ese año y se fueron a casa de James. Sirius se pasó la noche contándoles de Egipto y que volvería allí el siguiente verano también, y los invitó a acompañarlo.

*

El viaje en el expreso había sido tranquilo, considerando que el bronceado de Sirius hizo que el compartimiento fuera visitado en varias oportunidades por Audra Finnigan y sus amigas de Slytherin, además de Narcisa y sus amigas de quinto año, que encontraban "lindo" a Sirius.

En el Gran Comedor, la atención se dirigía, como siempre, a la Ceremonia de Selección, presidida por Minerva Mc Gonagall. Sirius y James estaban sentados juntos, y frente  ellos, Remus y Peter. David Balfour se sentó junto a Remus, y éste no pudo dejar de notar la mirada de Campbell sobre su amigo. Esto le hizo concentrarse en la mesa de profesores y vio que allí faltaba alguien.

Dumbledore se puso de pie y dio el tradicional discurso.

- "Buenas noches, quiero dar la bienvenida a los estudiantes de primer año y advertirles que el Bosque está prohibido para todos, a menos que quieran sufrir una muerte horrible", hizo una pausa para que sus palabras calaran hondo en los chicos de primero, "también les informo que el señor Filch, nuestro celador, ha incrementado este año, como es tradicional, la lista de objetos prohibidos, la cual está pegada en la puerta de su despacho. Además, me ha pedido que les recuerde que merodear por los pasillos de noche está prohibido y será castigado con la detención y disminución de puntos para sus casas"

Sirius y James sintieron algunas miradas sobre ellos, principalmente femeninas.

- "Los entrenamientos de Quidditch serán en el horario habitual. Y debo informarles que el profesor Alistair Blunt, de Cuidado de Criaturas Mágicas, ha tenido que ausentarse por problemas personales, y que lo reemplazará el profesor Marius White, debido a lo cual, las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras sufrirán una modificación en cuanto al horario, que se ha puesto en el Tablero de Anuncios de cada Casa. Eso es todo. Pueden empezar a comer"

La comida apareció instantáneamente y Peter se abalanzó sobre una fuente de ojos de rana al vapor. Mientras comía, se las arregló para decir.

- "¿Problemas personales? ¡Bah! Se ha ido a la Universidad de Ryddle"

- "¿Universidad de Ryddle?", preguntó Remus alzando las cejas.

- "Sí", explicó James, quien siempre leía 'El Profeta', "Ryddle obtuvo permiso para abrir la Universidad de Altos Estudios Mágicos y dicen que enseñará Artes Oscuras"

- "El Ministerio le dio permiso gracias a la influencia de Phobos Malfoy, el padre de Lucius"; continuó Sirius, "dicen que hubo una importante donación de por medio, y que Malfoy también ha financiado la universidad. Mi prima Bellatrix y su novio irán allí"

- "¿Allí?", gritó Peter escandalizado.

- "Sí, mi familia simpatiza con Ryddle—"

- "Perdón"; interrumpió una vocecita, "¿alguien puede decirme quién es Ryddle?"

Sirius miró a David Balfour como si le hubiera aparecido otra cabeza. Luego recordó. Era escocés, y quizás en Escocia las ideas de Ryddle aún no fueran conocidas. Respiró hondo, alguien tendría que sacar al chiquito aquél de su ignorancia.

- "Tom Marvolo Ryddle", empezó con aire entendido, "es un mago que estudió en Hogwarts, en Slytherin, para ser exactos. Y desde muy joven se interesó por las Artes Oscuras, dicen que era el mejor en ellas. Pero además, adoptó la filosofía de Salazar Slytherin respecto a los magos de sangre limpia y ha creado un movimiento que busca dejar de ocultar el mundo mágico de los muggles y sentar la supremacía de los magos. Además, quiere deshacerse de todos los "sangre-sucia" e incluso se habla de asesinar muggles", Sirius respiró hondo, "tiene muchos partidarios, entre los cuales está mi familia, aunque los magos más sabios como Dumbledore se oponen a él"

- "Hay rumores de que quiere formar un ejército de magos que lo sirvan y hagan una 'limpieza' del Mundo Mágico, de quien será el amo", dijo James, "se hace llamar Lord Voldemort, vaya nombrecito ridículo"

- "Ohhh", exclamó David ante aquél torrente de información.

- "Pero no hay que preocuparse demasiado", dijo Remus con sus ojos  dorados llenos de confianza, "tarde o temprano se darán cuenta de su error. Algo así no puede prosperar"

Y la conversación derivó hacia las asignaturas que les esperaban ese año.

*

El cambio de horario de las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras no pudo ser más desastroso. Ahora llevarían el curso con Slytherin y Sirius notó con rabia, que Severus Snape era muy bueno también en esa materia.

Además, Snape no les había perdonado lo de las revistas y, aunque ese episodio había aumentado notablemente su popularidad, porque todos lo creían culpable, aún planeaba vengarse.

White tuvo la brillantísima idea de cambiarlos de asiento, sentándolos en parejas de casas diferentes, para que hubiera mayor integración. Y  a Remus tuvo que tocarle con Snape. Se revolvió incómodo en la silla, Severus era tan serio…extrañaría las bromas de Sirius…

- "¿Qué pasa? ¿Extrañas a tu noviecito?", la sonrisa de Snape era muy amplia.

- "Púdrete, Snape"

- "Oh, pobrecito", sonrió Severus aún más, "pero él estará más feliz sin un debilucho como tú, además—"

THUD

El brazo de Remus salió disparado y Snape cayó del banco, dándose en la cabeza con la mesa y gritó una maldición.

Silencio total.

¿Remus había golpeado a alguien? ¿El mundo llegaba, acaso, a su fin?

Marius White observó detenidamentea Remus, entornando los ojos.

- "Lupin, tendrá uns semana de detención en mi despacho y diez puntos menos para Gryffindor"

A Remus le temblaban los labios y Sirius pensó que en cualquier momento se arrojaría sobre White. Por fortuna, no lo hizo.

Luego de clases, Sirius terminó de pasar la lista en limpio

Agua de cascada Semen de licántropo Sangre de Wendigo Raíz del árbol de oro ¿? Polvo de cuerno de dragón Cerebro de grindylow Pelo de perro negro, pelo de ciervo, pelo de rata

- "¿Por dónde comenzamos?", preguntó, luego de leerla en voz alta, sin poder evitar reírse mucho con el segundo ingrediente.

- "Por la raíz, es lo más fácil", dijo Peter, "busqué en el Manual de Herbología, pero allí no sale. Consultemos mañana en el Manual de Herbología Avanzado de la Biblioteca"

- "Dung Fletcher me conseguirá el cerebro por veinte galeones", informó Sirius.

- "¡Estás loco!", gritó Remus. Con esa cantidad, su familia podría vivir un mes completo.

- "Tengo mi propia fortuna", dijo Sirius con engreimiento, "a menos que prefieras cazar al grindylow en el lago y sacarle tú mismo el cerebro"

Remus hizo una mueca de asco.

- "Está bien", gruñó, "es tu dinero"

Pero la búsqueda del árbol de oro fue infructuosa. Los libros hablaban de frutos dorados, hojas doradas, pero en ninguno se mencionaba al árbol de oro.

Fue en la aburridísima clase de Historia de la Magia, dictada por el fantasma del profesor Binns, que Peter, encargado oficial de tomar apuntes para los Merodeadores, creyó encontrar una pista.

El profesor leía un fragmento de una batalla, ubicada en el Mundo de Arda, pero que había afectado el Mundo Mágico con la creación de algunos repulsivos seres.

"…los cuerpos mutilados de wargos, orcos y licántropos, mezclados con los de elfos de rubios cabellos,  yacían a la entrada del Bosque de Oro, llamado así por sus  árboles. Los Galadhrim defendían fieramente el paso, hasta que perdieron la vida, mientras las huestes del enemigo avanzaban, pero la magia que protegía el bosque impidió el paso de los hijos de Melkor—"

- "Profesor", Peter había alzado la mano. James, a su lado, se frotó los soñolientos ojos.

- "Dígame, señor Pettigrew"

- "Esos árboles, los del Bosque de Oro, ¿cómo son?"

- "Su nombre es Mallorn o árbol de oro, y crecen en el Mundo de Arda. Sus hojas y frutos tienen propiedades medicinales y son árboles mágicos por naturaleza. Creo recordar que el Director sembró algunos en el Bosque Prohibido, cuando llegó aquí"

- "Gracias, profesor", Peter resplandecía de alegría.

*

El cumpleaños de Sirius pasó agradablemente con el pastel que le envió su madre – de chocolate, para que lo comiera Remus, y la colección de lujosos tomos de "Defensa práctica contra las Artes Oscuras", además de un librito empastado en rojo, "El nuevo sendero", cuyo autor era Tom Marvolo Ryddle.

James le dio una colección de estampas de jugadores de Quidditch famosos; Peter, un bate nuevo para  Quidditch y Remus le dio un libro de hechizos  para gastar bromas a los amigos, que pronto se convirtió en su biblia.

También llegó un regalo anónimo, que fue abierto con profunda desconfianza, dados los acontecimientos del Primer Año. Lo examinaron cuidadosamente con las varitas y finalmente decidieron que no era peligroso.

Era una túnica de gala, azul marino con mangas anchas, con el escudo de Gryffindor bordado con hilos dorados. Sirius se lo probó y parecía un príncipe. Se veía mucho más alto y sus ojos se le antojaron a Remus aún más azules.

Una tarjetita cayó del bolsillo.

"Con amor, Bellatrix"

Una llama de celos en los ojos dorados y Sirius, bastante colorado, guardó cuidadosamente la túnica en su armario.

Luego, comenzaron los planes para conseguir la raíz.

- "Yo no iré a ese bosque de noche", declaró categóricamente Peter.

- "¡Vamos, Pete! No seas cobarde. ¡Tú eres el único que entiende de plantitas!", exclamó James.

- "Hagrid nos indicó el camino. Incluso dibujó un plano, el muy ingenuo. Le dijimos que era una tarea", declaró Sirius.

- "Remus, ¿tú irás?"

- "¡Claro que sí!", exclamó el chico con decisión.

Peter suspiró. Todos estaban en su contra.

- "Está bien. ¿Cuándo será?", claudicó.

- "Esta semana hay práctica de Quidditch, será el fin de semana", aclaró James.

- "Otra cosa, mañana me traen el cerebro fresco. Pero necesito algo para mantenerlo así—"

- "Tengo una idea---"

Esa noche, cuatro figuras envueltas en la capa de invisibilidad se deslizaron hacia el despacho de Campbell. El plan estaba trazado, Sirius y Remus irían al despacho, mientras James y Peter vigilaban el pasillo principal usando el mapa. Si veían a alguien, avisarían usando el comunicador que les había dado Sirius.

Fue fácil entrar usando la navaja de Sirius, pero el despacho, débilmente iluminado, tenía un aire siniestro. Avanzaron unos pasos y Remus ahogó una exclamación al ver una figura recostada en el sofá frente a la chimenea apagada hacía horas.

¡David!

El chico estaba dormido, con un libro de pociones sobre su regazo. Remus pensó que las detenciones que le daba Campbell por gusto tenían un límite y sintió deseos de destrozar el despacho. Pero la mirada comprensiva de Sirius y su mano sobre su hombro lo hicieron detenerse, y en lugar de arrojar los frascos de pociones de las estanterías, empezó a revisarlos.

"Poción conservante", decía un enorme frasco de vidrio en el lugar más alto de la estantería. Lo sacaron y llenaron rápidamente el recipiente que había traído Sirius, subiendo  el otro frasco a su lugar.

Apenas habían hecho esto, cuando la puerta se abrió y sólo pudieron echarse encima la capa y esperar muy quietos detrás del escritorio. ¿Qué habría pasado con James y Peter?

Campbell entró, miró al chico dormido y deliberadamente dio un portazo.

- "¡Balfour!"

David se despertó de un salto y se sentó rápidamente, sus ojos plateados relampagueando.

- "La detención que le di era para leer, no para dormir. Tendrá una semana más y agregaré otra aún si no sabe las respuestas", Campbell le arrebató el libro y lo abrió al azar.

- "Dígame las propiedades del ajenjo"

Y David las dijo todas, sin titubear.

- "¿De  dónde obtengo uña de gato?"

David respondió con seguridad.

- "Es la raíz de una planta americana, llamada así porque tiene la forma de una garra"

- "¿Cómo se prepara la poción multijugos?"

David dio las instrucciones con precisión.

Campbell estaba asombrado. No había conseguido doblegar al chico, a pesar de todo lo que le hacía y además era  un buen estudiante. Lo miró, lívido de furia.

- "¡Váyase! Sólo tendrá una semana más de detención, por quedarse dormido", David estaba ya en la puerta, cuando agregó, "eso es, claro está, si no comete ninguna otra falta durante esta semana"

Campbell se paseó nervioso por el despacho, antes de que unos suaves golpes a su puerta lo hicieran detenerse y abrir.

Severus Snape.

- "Profesor, tenemos a dos de ellos. Tenían unos comunicadores, y dicen que los otros están en el dormitorio"

Ambos salieron, mientras Sirius y Remus se apresuraban a hacer lo mismo.

Fue un milagro que nadie viera abrirse y cerrarse la puerta de  Campbell. El pasillo estaba lleno de Slytherins. Se habían metido en el mismísimo nido de las serpientes.

Lucius Malfoy, con pijama de seda blanca, resplandecía como un ángel, rodeado por Rabastan Lestrange, Walden Mc Nair y Ewan Rosier, sus amigos de siempre. Se reían de la forma en que sorprendieron a los "estúpidos esos de Gyffindor".

- "Severus lo hizo bien esta vez", reía Lucius, como un demonio de cabellos rubios, "con Slytherin no se juega"

Los otros dos "estúpidos de  Gryffindor" salieron como pudieron, agradeciendo el tener la capa de invisibilidad. Se deslizaron lejos de las mazmorras y alcanzaron a ver a Filch y Campbell dirigirse a la Torre de  Griffindor. 

Rápidamente se metieron por un pasaje secreto y llegaron a la escalera que llevaba a los domitorios en el momento en que  Filch entraba en la torre. Arrojaron la ropa y se acostaron enseguida.

Cuando Filch y Campbell abrieron la habitación, encontraron a los dos muchachos profundamente dormidos. Con frustración se dirigieron al despacho de Filch, en el que estaban James y Peter, que habían logrado ocultar el mapa, pero no pudieron hacer lo mismo con los comunicadores.

Luego de un interrogatorio en el que los chicos de defendieron insistiendo que habían ido a la enfermería, fueron liberados, con una semana de castigo sin  Quidditch para James y limpiar los calderos de pociones para ambos. En las noches.

*

La detención tuvo que aplazar la visita al bosque. Además, Remus no estaría en condiciones de ir por algún tiempo.

El día de la transformación había llegado. Remus estaba eufórico y muy bromista y fue el primero en levantarse. Se unió a James aporreando la puerta del baño y sintió una extraña sensación cuando vio a Sirius salir cubierto tan sólo con una toalla.

El lobo estaba suelto. Y quería problemas.

The lunatic is on the grass. / el lunático está sobre la hierba
Remembering games and daisy chains and laughs./ recordando juegos y rondas y risas

Sirius lo miró con preocupación, pensando hablar con él luego del desayuno. Pero los problemas los encontraron antes, cuando bajaban al comedor.

Lucius caminaba al frente de sus amigos, con el cabello peinado hacia atrás, impecable con su uniforme mientras se movía con la gracia de una pantera. A pesar de que usaba el mismo uniforme que sus amigos, en él se veía diferente. Quizás era la forma en que caía por su esbelto cuerpo, quizás la forma en que caminaba, o quizás simplemente se debía al hecho de que era un Malfoy. No en vano le decían el Príncipe de Slytherin.

Remus se le quedó mirando, y el recuerdo de lo que vio en la torre de Astronomía volvió, sonrojándolo. Trató de disimular, pero no podía apartar la vista de Lucius mientras pasaba junto a él.

Lucius se volvió.

- "¿Qué me miras? ¿Acaso te gusto?", ojos de plata sobre los ojos dorados.

You lock the door / tú cierras la puerta
And throw away the key / y arrojas lejos la llave
There's someone in my head but it's not me. / hay alguien en mi cabeza, pero no soy yo

Peligro.

Y excitación.

- "¿Y qué si fuera así?",  ojos dorados sobre los ojos de plata.

 Lucius avanzó hacia él, desafiándolo con la mirada.

Y entonces Remus hizo algo completamente inexplicable en condiciones normales.

And if the dam breaks open / y si el dique rompe

many years too soon  / muchos años demasiado pronto
And if there is no room upon the hill / y si no hay espacio sobre la colina

Se acercó a Lucius y poniéndose de puntillas, lo besó, para luego salir corriendo con  Sirius detrás suyo.

And if your head explodes  / y si tu cabeza explota

 with dark forebodings too  / también con oscuros presagios
I'll see you on the dark side of the moon. / te veré en el lado oscuro de la luna

 

Lucius se quedó de una pieza. Ese chiquito de Gryffindor, el tranquilito, el que no mataba ni una mosca sin sus amigos, ¡lo había besado! ¡Y enfrente de todos! Se  rehízo inmediatamente. Todo tenía una explicación: el encanto Malfoy. Las risas de sus amigos lo volvieron a la realidad y volteó nuevamente, dirigiéndose con paso majestuoso y seguro a la mesa de Slytherin. Allí, dos ojos negros lo miraron con dolor.

- "¡Pero qué demonios hacías! ¡Besaste a Malfoy! ¡A MALFOY! ¡Y en el comedor!", gritaba Sirius sacudiéndolo fuera de sí.

Remus dio una nerviosa risita, lo encontraba muy divertido. No había podido evitarlo, trató de hacerlo, pero fue un impulso irresistible.

Pero el rostro serio de Sirius lo hizo volver en sí. Se cubrió el rostro con las manos.

- "¡Mierda!"

James y Peter habían llegado también a la carrera.

- "Remus, creo que esta vez te pasaste", dijo seriamente James.

Sirius los llevó a un lado suavemente.

- "Hablaré yo con él"

Avanzó hacia Remus que lo miraba avergonzado, y se sentó junto a él. Era claro que Remus se sentía muy incómodo ahora.

- "Remus, creo que la luna te está afectando mucho más", dijo suavemente, poniéndole una mano en el hombro.

Recordó algo.

El topacio.

Lo llevaba en el bolsillo y lo sacó.

- "Espero que esto te ayude", le puso la piedra en la mano.

- "Sirius, no—"

- "Escúchame", dijo Sirius firmemente, "La compré en Egipto, para ti. Es un topacio dorado y simboliza la fuerza de la mente, que  tienes que controlar, y lo digo en serio. Además, gracias a tu hazaña, ahora tendré que ayudar a librarte de las zarpas de Malfoy—"

Remus sonrió dulcemente y se puso el colgante. No preguntaría cuánto había costado, no quería eso más en su conciencia.

- "Gracias", susurró.

- "No fue nada", y Sirius le alborotó el cabello.

- "Piérdete, Black"

*

Esa noche, la transformación fue aún más dolorosa. Sirius, James y Peter esperaron toda la noche tras la puerta del sótano de la Cada de los Gritos, oyendo los aullidos del lobo, quizás más excitado por el olor de los jóvenes magos.

Al alba, los ruidos cesaron y Sirius se animó a abrir la puerta.

Ahogó un grito.

En una esquina de la habitación horriblemente destrozada, estaba el cuerpecito de Remus, inconsciente y cubierto de sangre.

Nunca antes la transformación había sido tan terrible. Nunca habían visto a Remus tan lastimado.

Sirius apretó los labios, mientras las voces inquietas de James y Peter lo hicieron reaccionar. Entre los tres lo vistieron sólo con la túnica, estaba tan malherido que no quisieron ponerle nada más por temor a volver a lastimarlo. Sirius lo tomó en sus brazos sin permitir que nadie más lo tocara, y los tres avanzaron en angustiosa procesión hacia la enfermería.

La señora Pomfrey lucía preocupada mientras limpiaba las heridas de Remus y le aplicaba unguentos y pociones para calmar el dolor. Sus amigos esperaban en la puerta de la enfermería, con los rostros contraídos por la pena.

Luego de lo que les pareció un siglo, se abrió la puerta y se les permitió verlo de lejos. Su rostro, limpio ya de la sangre, mostraba aún las marcas de los golpes que el lobo se había dado al arrojarse sobre los muebles en su desesperación por huir de su encierro. Sus amigos ya no pudieron contener las lágrimas.

La recuperación de Remus fue lenta. Pasó una semana entera en cama, sintiéndose muy triste, sin querer ver a nadie más que a sus amigos. James le hacía las tareas y Peter le leía en voz alta su libro de poesías favorito. Y Sirius se echaba junto a él procurando no lastimarlo, para darle calor a su débil cuerpecito.

Todos los profesores se mostraron muy comprensivos, excepto Campbell, que insistía en preguntar por él y amenazar con reprobarlo si no sabía la materia cuando volviera, por eso, por las noches, Peter le hacía repasar interminables recetas de pociones, mientras  James y Sirius entrenaban Quidditch. Nunca antes habían entrenado con tan pocas ganas, sólo deseaban estar con Remus, pero los entrenamientos eran tres veces por semana y no podían faltar.

James y Peter llegaron una noche de esa semana interminable y encontraron a Remus dormido en brazos de Sirius, que le acariciaba el cabello. Peter se echó a su lado y le acarició la mejilla.

- "¿Cómo está?", su vocecita llena de preocupación.

Sirius dijo con voz ronca:

- "Lo destrozará si no nos apresuramos con esa poción..."

James colocó otra manta sobre Remus, que tenía las manos frías, y se sentó en la cama, tomándolas para calentarlas.

- "Apenas pueda levantarse, iremos al bosque. No nos perdonará si no lo llevamos"

Remus en sueños, apoyó la cabeza en el pecho de Sirius, que lo abrazó lo más fuerte que pudo, tratando de no lastimarlo más.

Finalmente, Remus se recuperó, volviendo a tener energía, y dedicaron algunos días para  nivelarlo con las otras materias. Fueron días en los que el estudio le era muy fácil y retenía complicados hechizos, para sorpresa de James y Sirius. Pero ya no podían esperar más. Una noche, los cuatro partieron al bosque y se internaron entre los altos árboles, que parecían susurrar sus nombres.

Caminaban tratando de no hacer ruido, pero la hojarasca crujía a veces bajo sus pies, haciendo que se detuvieran mirando en todas direcciones. Sirius tenía el tosco plano dibujado por Hagrid y avanzaban siguiendo sus instrucciones, con las varitas levantadas en caso de emergencia.

Llegaron a un lugar donde la vegetación era tan tupida que tuvieron que encender las varitas, avanzando a tientas entre los árboles que parecían tender sus ramas hacia ellos, queriendo desgarrar sus ropas. Era el tramo final, porque detrás de esos árboles empezaba el bosquecillo de mallorns.

Avanzaron hacia los imponentes árboles mirándolos con asombro. Eran altísimos y sus hojas eran doradas. Movidas por la suave brisa, parecían cantar, susurrando una canción en un idioma desconocido y musical...

Peter avanzó hacia uno de los enormes árboles, con una pequeña hacha levantada. Pero cuando quiso cortar un trozo de la saliente raíz del mallorn, ésta se enterró profundamente. Lo mismo sucedió con los demás, mientras las altas ramas se movían hacia abajo y las hojas les azotaban los cabellos.

Una risa juguetona parecía provenir del interior de los árboles. Pero de pronto,  un extraño ulular los dejó helados. El bosque parecía susurrar los nombres de los cuatro.

- "Corran", una voz al oído de Remus. Volteó asustado.

Nada

Y entonces las nubes se apartaron e iluminaron la luna menguante...permitiendo que Remus viera una silueta...

Ojos dorados.

Parpadeó, y en un instante, había desaparecido.

- "¡Vámonos de aquí", la mano de Sirius sobre la suya arrastrándolo en una loca carrera, perseguidos por algo invisible, que se acercaba a prisa.

Sintieron, a lo lejos, ruidos de lucha. Pero no se detuvieron hasta estar fuera del bosque, sintiendo aún en sus oídos la llamada de lo salvaje.

En el dormitorio, Sirius maldecía a Peter por no haber revisado cómo extraer la raíz  de un árbol mágico, zarandeándolo por ser tan estúpido, hasta que  Remus los separó suavemente y dijo que estaba cansado, con lo que todos se acostaron, prometiendo revisar mejor los hechos, a la luz del día, y trazar un nuevo plan.

Remus, sin embargo, no se durmió.

Pensaba en la silueta que había visto. La imagen de una mujer alta y delgada, vestida de blanco y con los negros cabellos que le llegaban  a la cintura, no se apartó de su mente. Tampoco sus ojos, dorados como los suyos.

TBC

Jun

Jejeje, pos sí. Tú patentaste PlayElf, déjame para mí PlayWizard y PlayWitch.

Bueno,  ya saldrá el Wendigo. Y el segundo ingrediente en el próximo capítulo.

Mirmallen Niwa

Yo conozco a uno que sí ayudará  a Remus con el segundo ingrediente…y el espía de Remus pronto sacará las garritas.

Farina Celogore

Aun no he empezado a ser cruel con Remus (6)..y personalmente pienso que no le desagradará mucho como le saquen el segundo ingrediente…

Nessimelle

Yo sé que te gustará Lucius ahora…y el segundo ingrediente viene en el próximo. Primero las lunaticadas de Moony.

Akhasa

Ya sé que está un poquito lento, pero tampoco era cosa de pasar un año por capítulo…además, necesito desarrollar las lunaticadas del lobito y eso explicará muchas otras cosas luego.

Enviaré a Remus al baño con su ejemplar de PlayWizard y un frasquito, a ver si lo llena, aunque tengo mis dudas…

David tiene los tesoritos bien puestos, por ahora…je je.  (*evil grin*)

Little My

Mmm, motivación para el lobito…si que la habrá…sobre todo ahora que anda medio descontrolado.

Acercamiento, en el próximo,lo prometo.

Ruth Snape

Bellatrix se las trae con Sirius, eso traerá también cola…Confieso que me gusta Bellatrix, aunque haya matado a Sirius (ya lo dije, aviéntenme piedritas)

No hay mucha acción, sólo me dedico a poner al lobito como un licántropo decente: es decir,un completo salvaje. Pero aprenderá a dominarse luego.

Aura

Pues hay PlayWizard y PlayWictch, esa es para Lucius…je je je.

Mi pobre lobito! Sufre y sufre…

El segundo ingrediente, en el próximo.

Aliska

Pues sí, se tendrán que tomar la poción con  el cerebro del grindylow y el semencito de Remsie…supongo que con azúcar no sabrá tan mal…