Entre lunas y estrellas

Por: Ayesha

Miembro de la Orden Siriusana

Título = Entre lunas y estrellas (8/?)

Autor = Ayesha

E-mail = lg_100309@hotmail.com

Clasificación = NC-17 (al fin)

Parejas = Sirius/Remus

Disclaimer =Los personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling y la Warner Bros. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.

A/N = Este fic es el inicio de "El anillo y la Orden del Fénix", para quienes lo están leyendo, las cosas que suceden aquí tendrán mayor sentido.

Advertencia: Casi lemon.

*

Capítulo 8: Transformación

"Come into these arms again / ven a estos brazos de nuevo

and lay your body down / y deja tu cuerpo caer

The rhythm of this trembling heart /El ritmo de este tembloroso corazón

is beating like a drum /late como un tambor

It beats for you it bleeds for you / late y sangra por ti"

Love song for a vampire – Annie Lennox

- "¿Te encuentras mejor?", y un arrepentido Sirius caminó hacia la cama con un plato de sopa humeante en las manos.

Remus asintió sonriendo, no tenía fuerzas para hablar. Sirius acomodó las almohadas para incorporarlo un poco y se sentó a su lado.

- "Abre la boca"

- "Sirius, no tengo ha— mmmm", Remus tragó la sopa con peligro de ahogarse. Pero no volvió a protestar. Sabía que necesitaba alimentarse y que Sirius estaba arrepentido por no atarlo y también por lo que hizo con Snape. "Gracias"

Sirius le sonrió.

- "Llegó el polvo de cuerno de dragón", informó.

- "¡Qué bueno! No preguntaré cuánto costó—"

- "Eso nos deja sólo el último ingrediente—", empezó Sirius, pero entonces llegaron Peter y James, cansados por hacer sus deberes y los de Remus, y se fueron directo a la cama.

Remus terminó la sopa y se acomodó en la cama, quedándose pronto profundamente dormido.

Al día siguiente, como Remus se sentía mejor, Sirius volvió a clases y estuvo ausente también las dos horas libres que tenían en la tarde, porque tenía que cumplir su detención con Marius White.

Regresó, como era de esperarse, de mal humor y listo para probar su idea sobre el ingrediente faltante.

- "Remus, tienes que ayudarnos con el segundo ingrediente ya", dijo muy serio, "la poción tiene que reposar un mes antes de poder agregar el pelo de los animales y beberla, y tenemos que hacerlo en luna llena. Si no tenemos ese ingrediente hasta mañana, deberemos esperar un mes más"

Remus suspiró resignado. Las miradas de los tres estaban sobre él.

- "Está bien. ¿Qué quieres que haga?", preguntó, sintiéndose muy tonto.

Sirius le dio un ejemplar de PlayWizard y lo envió al baño entregándole también un frasco.

Media hora después, Remus salió, con el rostro muy rojo y el frasquito.

Vacío.

- "Lo siento"

Sirius, James y Peter habían estado esperando ansiosamente.

- "¿NO HICISTE NADA? ¡TANTO RATO ALLI DENTRO Y NADA!"

- "Cálmate, Sirius", James tiró de su túnica.

- "Dije que lo sentía. ¿Qué querías que hiciera, con los tres esperando detrás de la puerta?", Remus estaba muy avergonzado.

- "¿QUÉ QUERIA? ¡QUERÍA QUE LLENARAS EL MALDITO FRASCO!", gritó Sirius fuera de sí.

- "¡Llenalo tú!", respondió Remus.

- "Se necesita semen de licántropo, ¿entiendes? DE LICÁNTROPO. Y eres el único que conocemos--"

- "Déjalo, Sirius", pidió Peter.

Pero Sirius estaba furioso. Y con razón.

- "Hemos invertido meses de trabajo para traducir esa poción, hemos arriesgado mucho para tener los ingredientes y cuando nos falta el más sencillo, tú, el principal interesado en que esto salga bien, no colaboras. ¡Eres un egoísta!", y salió dando un portazo.

Remus se le quedó mirando, con el labio inferior temblando y los ojos a punto de llenársele de lágrimas.

- "No le hagas caso. Ya lo conoces, se le pasará", la mano de Peter se posó cariñosamente sobre su hombro.

- "Tiene razón…", dijo apenado Remus, "pero no puedo hacerlo"

- "Tienes hasta mañana. Quizás luego, cuando estés sólo", aventuró James, "tenemos que ir a clases"

*

Esa noche hubo tormenta, y Remus se encogió en su cama. Extrañaba la presencia de Sirius, pero él no había llegado aún. En las otras camas, James y Peter dormían profundamente.

En la sala común, Sirius daba vueltas como un león enjaulado y nadie, ni siquiera los prefectos se atrevían a hablarle. Sólo una persona lo interrumpió.

- "Sirius, ¿cómo está Remus?"

David.

- "¿Remus? Bien, está muy bien", mintió Sirius. Pensaba No es cierto. No está bien, está asustado. Hay tormenta

- "Dale mis saludos", pidió David y se fue con Sturgis Podmore y sus otros compañeros de cuarto.

Sirius no pudo más y volvió a la habitación. En silencio se puso el pijama mientras los ojos asustados de Remus lo miraban desde su cama. Sin decir palabra, Sirius se acostó junto a él, dándole la espalda.

Remus se sintió reconfortado con la presencia de su amigo. Aún estaba molesto, porque le daba la espalda y no lo abrazaba como otras veces, pero no le importó, al menos estaba junto a él. Volteó, poniendo su mejilla junto a la espalda de Sirius y se fue adormeciendo, tranquilizado por el familiar olor a pino y por el calor del cuerpo de su amigo. Se durmió pensando en la mujer del bosque.

Sirius sintió que Remus se pegaba a él, con su mejilla junto a su espalda y luego oyó su respiración acompasada, señal de que ya se había quedado dormido. Estaba arrepentido por lo que le había dicho, aunque se sentía con razón. Tendría que pensar en otra cosa para obtener el ingrediente. Con este pensamiento, se durmió también, para despertar luego al sentir que alguien se frotaba contra su cuerpo.

Remus.

Con sorpresa vio que Remus estaba teniendo un sueño muy agitado, y a juzgar por el rubor de sus mejillas, por los suaves suspiros que daba y por la dureza que se pegaba al cuerpo de Sirius, también el sueño era bastante placentero. Sirius no lo pensó dos veces. Se puso de pie y buscó el frasco.

Volvió a la cama y cerró bien las cortinas.

- "Insonorus", susurró luego, dejando el frasco junto a Remus.

Lo destapó con mucho cuidado, para no despertarlo, pero el sueño de Remus era tan profunto que era poco probable que eso ocurriera. Luego, cerró los ojos pensando en Bellatrix primero, y luego en Lucius Malfoy y Amos Diggory.

Los abrió y vio a Remus gimiendo bajito, con las mejillas coloreadas y los labios entreabiertos. ¡Era tan encantador! Ya no pensó en nadie más que en Remus.

Con mucha delicadeza levantó un poco la chaqueta del pijama, dejando al descubierto su vientre pálido y luego bajó sus pantalones, sin despertarlo.

Ellos se habían visto desnudos muchas veces y el cuerpo de Remus le era muy familiar así porque, después de las transformaciones, era casi siempre Sirius quien lo atendía primero. Pero esta vez era diferente.

Y Sirius sintió crecer un desconocido deseo.

Acarició a Remus haciéndolo estremecer. Nunca imaginó que fuera tan suave, tan exquisito. No podía dejar de tocarlo, la forma en que el cuerpo de Remus respondía a su tacto lo hacía sentir un agradable poder. Luego de un momento de caricias ansiosas, tomó mayor conciencia de lo que hacía y empezó a mover la mano que aprisionaba a Remus, rítmicamente, de abajo hacia arriba.

Remus gimió un poco más, pero el Insonorus los protegería de oídos indiscretos, al menos mientras se encontraran en la cama con las cortinas cerradas. Sirius continuó embelesado su tarea, disfrutando de cada sensación que provocaba en Remus y en él mismo, dejándose llevar.

De pronto, sintió un irresistible impulso.

Su boca bajó hacia la erección de su amigo y la tomó entre sus labios, para succionar como había visto hacer a Bellatrix. El sabor de Remus era delicioso. A lavanda, con un pequeño dejo a acónito, producto de las transfornaciones.

Lo besaba amorosamente, dando pequeñas mordidas en la punta de su miembro para luego engullirlo completamente. Un ronco gemido de Remus le hizo acordar una cosa: ¡EL FRASCO!

Remus estaba a punto de terminar, y Sirius se encargó de acelerar el proceso, con sus manos y labios. Cuando por fin un jadeo y un fuerte y profundo gemido le indicaron que había llegado el momento, colocó el frasco en posición y lo llenó con la escencia de Remus.

Semen de licántropo.

Remus abrió los ojos de golpe. Estaba soñando con la mujer del bosque y de pronto se transformó en Malfoy tocándolo y luego, en Sirius.

En su sueño, Sirius le hacía las cosas más deliciosas y él sólo atinaba a suspirar y gemir, hasta que, entreabiertos sus ojos, el mayor placer que sintiera en su vida se vio cortado de pronto por una visión de alguien inclinado sobre él.

- "¡Sirius Black! ¿Qué demonios estás haciendo?", chilló Remus.

Sirius exhibía orgullosamente en alto el frasquito.

Esta vez lleno.

Dos segundos bastaron para que Sirius saliera volando y se estrellara contra la mesa de los libros, protegiendo el frasquito con su vida, manteniéndolo en alto mientras su cabeza chocaba aparatosamente con una de las patas de la mesa.

James y Peter se despertaron de golpe.

- "¡Eres un maldito degenerado! ¡Te mataré!", gritó Remus.

- "Basta", trató de apaciguarlos James, "¡BASTA! ¿O quieren que venga un prefecto? Sirius, ¿qué pasó?"

James se había puesto junto a Sirius mientras que Peter hizo lo propio con Remus.

- "Nada. Solo conseguí el ingrediente", dijo tranquilamente Sirius.

- "¡Te aprovechaste de que dormía!", reclamó Remus.

James miró alternativamente a los dos. La ira en la mirada de Remus era evidente, mientras apretaba los puños. En cambio, Sirius exhibía el frasquito lleno, con aire de satisfacción y culpabilidad. James estalló en carcajadas, seguido por Peter y por el mismo Sirius, mientras que Remus se iba a su cama y corría las cortinas.

- "Moony, vamos. No es para tanto", trató de apaciguarlo James, pero Remus no contestó. Peter también trató de convencerlo, pero él sólo los ignoró.

Se sentía traicionado en la confianza que le tenía a Sirius, pero además, estaba aterrado porque lo que su amigo había hecho le gustó. Aferrado a la almohada, trató de dormir, pensando en la mujer del bosque, incluso en Malfoy, pero fue inútil.

Pensaba en Sirius.

Un portazo le indicó que Sirus acababa de salir.

Casi en la madrugada, volvió Sirius y el ruido que hizo los volvió a despertar. Estaba revolviendo en el escondite secreto que tenían, en el piso. Traía también un caldero y algunas sustancias que acababa de robar del despacho de Campbell.

James y Peter se levantaron enseguida a ayudarlo. Estaba preparando la poción, con la raíz y el cerebro hirviendo en el agua de cascada.

Amanecía ya, cuando al fin la poción tomó el color violáceo que le daba, al disolverse parcialmente, el cerebro del grindylow y se hizo consistente. Sirius echó entonces la sangre del wendigo y el polvo de cuerno de dragón y la poción pareció llegar al punto de ebullición tomando un color morado oscuro y volviéndose líquida nuevamente. Peter se preguntó preocupado qué propiedades tendría la sangre de aquél ser, capaz de licuar las sustancias sólidas que aún quedaban.

Faltaba el recientemente obtenido ingrediente, y Sirius echó una ojeada a la cama con cortinas cerradas de Remus. Se encogió de hombros y derramó el contenido del frasco en la poción. La escencia de Moony.

La poción volvió a hervir y se tornó color lila, tal como decía el libro. Apagaron el fuego y la dejaron reposar, colocándola dentro del escondite. Allí debía permanecer un mes, y con la próxima luna llena, debían terminar de prepararla.

Eran las diez de la mañana.

- "¡Diablos! ¡Hogsmeade!", gritó de pronto James y empezó a vestirse frenéticamente.

Era el último día del año que se haría una visita a Hogsmeade y la primera vez que James podía ir, libre ya de detenciones y castigos.

Peter se empezó a vestir también, apresuradamente. Sirus sólo los miró, tratando de fingir indiferencia. Él no iría. Luego de su broma a Severus, se le había prohibido ir a Hogsmeade por lo que quedaba del año.

- "Eh, Prongs, déjame la capa de invisibilidad", pidió, antes de que James se fuera. Su amigo asintió, despreocupadamente.

Sirius se sentó frente a la cama de Remus, que seguía con las cortinas corridas.

- "¿Moony? ¿Tú tampoco irás a Hogsmeade?"

- "¡Lárgate, Black!"

Y eso hizo Sirius.

Durante la noche anterior, además de conseguir el caldero y la dotación de venenos de Campbell, había ido a la Sección Prohibida, donde encontró "Pasajes secretos de castillos medievales". Allí, además de una guía para encontrar dichos pasajes, se hablaba del castillo de Hogwarts y se señalaban algunos. Comprobó con orgullo que ellos mismos habían descubierto muchos de los pasajes, pero también vio algo que ignoraba. Había un pasaje secreto que conducía directamente al sótano de Honeydukes, la tienda de dulces de Hogsmeade.

De modo que Sirius, cubierto con la capa de invisibilidad, se dirigió a una de las aulas, junto a la cual había una estatua de una bruja tuerta. Apuntó con la varita a la joroba de la bruja y susurró – "Dissendio".

La joroba se abrió, revelando una pequeña abertura por la que Sirius se deslizó.

*

Remus terminó de vestirse, furioso aún consigo mismo y abrió el escondite secreto. Echó una ojeada a la poción y cerró de golpe la trampilla. Estaba decidido a hacer algo, cualquier cosa que lo hiciera pensar en algo más. Iría al Bosque Prohibido y buscaría a la mujer misteriosa.

Se dirigió al bosque rápidamente, recorriendo de nuevo el camino hacia los mallorns, tratando de escudriñar entre los altos árboles que por momentos tapaban el sol. Sentía una presencia, pero era incapaz de ver nada. Así, caminó una hora, y se detuvo en el lugar donde vieron al wendigo. Unos troncos caídos señalaban el sitio donde ella había luchado con la criatura.

- "¡Hola! ¿Estás ahí? Muéstrate por favor", gritó Remus, con el corazón encogido.

Le pareció ver una silueta blanca entre los árboles, pero nadie apareció.

- "Por favor, sólo quiero hablar contigo", Remus se sentó en la hierba, "me siento muy solo…", pidió.

Unos pasos lo hicieron volverse, esperanzado, creyendo que al fin era ella.

- "Señor Lupin, no debería estar aquí"

Marius White.

De todas las personas en Hogwarts, tuvo que encontrarse precisamente a White. Aunque, bien visto, mejor White que Campbell.

- "P-profesor", tartamudeó Remus, "y-yo sólo estaba---"

- "Parece que se le perdió alguien", comentó con ironía White, "¿dónde está Black? No lo he visto hoy"

Remus enrojeció, recordando los acontecimientos de la pasada noche. White lo miró, entornando los ojos.

- "N-no lo he visto tampoco. Me levanté tarde", explicó.

- "Será mejor que regrese al castillo. A los habitantes de este bosque no les agrada ser importunados por sus gritos", y White lo condujo suavemente hacia la salida del bosque.

Sólo entonces, Remus se preguntó qué andaría haciendo White en el bosque. ¿Lo había seguido? Volteó para ver una vez más el lugar de la pelea con el wendigo y entoces vio, inequívocamente, una blanca silueta con ojos dorados que le sonrió. White se volvió para apremiarlo y ella desapareció, pero a Remus le quedó la duda si su profesor la había visto. También le extrañó que el profesor no le hubiera bajado puntos, y que tampoco diera parte de lo ocurrido a la Jefa de la Casa Gryffindor, la profesora Mc Gonagall.

Libre ya de White, volvió a la Sala Común en busca de David Balfour, pero sólo había allí bulliciosos estudiantes de primer año. Vagó un poco por el castillo, extrañando terriblemente a Sirius y sus bromas, pero aún dolido por lo ocurrido.

Se aventuró hacia las mazmorras pensando hallar a David allí. Era clásico que Campbell le diera detención los fines de semana, poniéndolo a limpiar calderos, clasificar pociones y etiquetar ingredientes. Remus pensó que, de seguir así, pronto David se convertiría en un experto en pociones, mejor aún que Severus Snape.

Una punzada de culpabilidad se le vino al pecho. Por su culpa, Severus pudo morir y además había sido amenazado con la expulsión. Él sabía que Dumbledore sólo intentaba protegerlo, pero también era consciente de que eso había sido terriblemente injusto para Severus.

De pronto, dos pares de fuertes brazos lo sujetaron y lo arrojaron a un aula vacía.

Cinco muchachos, enmascarados y con túnicas completamente negras, lo rodearon. Remus abrió la boca para gritar, pero un hechizo le colocó rápidamente una mordaza.

Los golpes comenzaron.

Patadas en todo el cuerpo, algunos "Stupefy" e insultos se sucedieron interminablemente. Remus lloraba encogido en el piso, tratando de cubrirse de las patadas, incapaz de defenderse del desigual ataque. Alguien lo tomó de los cabellos y echó hacia atrás su cabeza, tan violentamente que creyó que las vértebras del cuello se le romperían.

- "Nunca se metan con un Slytherin, ¿me oyes asqueroso Gryffindor? ¡NUNCA!", una voz cargada de odio taladró sus oídos, horriblemente deformada. Sin embargo, creyó reconocerla.

Luego, la figura encapuchada lo arrojó al piso y pronunció una palabra que Remus sabía prohibida. Una palabra que podría llevarlo a Azkaban.

- "¡Crucio!"

Una punzada de dolor lo hizo encogerse, trató en vano de evitarlo. Era el dolor más terrible que había sentido, más terrible aún que sus transformaciones. Quiso gritar, pero la morzada le mordía la piel y ahogaba sus gritos.

De pronto, el dolor cesó.

- "¡BASTA ROSIER! ¡Idiota! ¿Quiéres ponernos en evidencia?"

Otra figura enmascarada apartó a la primera violentamente.

Lucius Malfoy.

Era su voz, aunque ahora horriblemente fría. Y cruel.

Luego, se arrodilló junto a Remus y le quitó la mordaza. Un gemido fue el único sonido que éste pudo articular. Lucius lo volteó con la punta de su bota y le puso la varita en el cuello.

- "Lupin, si dices algo de esto a Dumbledore, estás muerto"

Luego, los seis desaparecieron silenciosos, como sombras.

Remus se desmayó.

Horas después, despertó. Tenía frío y el cuerpo le dolía horriblemente. Trabajosamente se puso de pie y tambaleándose, se apoyó en las paredes y volvió a la Torre de Gryffindor. La Sala Común estaba desierta y eso lo alegró, al menos nadie lo vería así, aún no habían vuelto del paseo a Hogsmeade.

De regreso a su dormitorio, tomó una ducha caliente y trató de curarse con los unguentos que usaba luego de sus transformaciones. Se puso el pijama y se acostó, terriblemente adolorido, cerrando las cortinas.

*

Peter y James rieron con agrado cuando una mano invisible los sujetó de los hombros y la voz de Sirius les pidió guardar silencio. Los tres la pasaron en grande esa tarde y Sirius se llenó los bolsillos de golosinas de Honeydukes, para Remus.

Cuando volvieron, encontraron las cortinas de la cama de Remus corridas y decidieron no molestarlo. James y Peter se durmieron al instante. James soñando con Lily Evans que por primera vez le había sonreído, cuando lo vio brincando por todo Honeydukes luego de probar un diablillo de pimienta. Peter soñaba con golosinas.

Pero Sirius no dormía. Nunca antes había peleado con Remus y le dolía mucho que él no le hablase. Daba vueltas en la cama tratando de coger sueño, pero era inútil. Hasta que oyó un suave gemido proveniente de la cama de al lado.

En un instante había descorrido la cortina y se encontraba junto a Remus.

- "¿Moony? ¿Te encuentras bien?"

El rostro contraído de Remus y las lágrimas en sus mejillas le dieron la repuesta antes de oírla.

- "D-duele"

Sirius lo destapó de golpe y abrió la chaqueta del pijama. Quedó horrorizado al ver las huellas de los golpes, el torso de Remus, su espalda, cubiertos de moretones violáceos. Había más en sus piernas y brazos.

Lanzó una exclamación y despertó en seguida a James y a Peter que se apresuraron a ayudar a Remus.

- "Mataré al que te hizo esto. ¡Dime quién fue!", dijo Sirius con voz ronca.

-"F-fueron muchos. Llevaban máscaras, no les pude ver la cara", la voz de Remus era un susurro apenas audible. No les diría, aún no.

James trajo un poco de poción para calmar el dolor, mientras Peter calentaba compresas. Sin decir palabra, Sirius comenzó a untar los moretones y golpes con un ungüento. Sus labios estaban apretados y sus ojos despedían chispas mientras escuchaba el relato de Remus, que omitió, sin embargo, el hecho de que Rosier le echara un cruciatus y la amenaza final de Malfoy. Remus les hizo prometer no decir nada a los profesores y ellos así lo prometieron, jurando, sin embargo, vengarse a la primera oportunidad.

Luego de casi una hora, el dolor se había calmado y Remus bostezó. Sirius se sentó sobre la cama, junto a él y le alcanzó una rana de chocolate. Los demás los rodearon y en un momento los cuatro reían al relatar sus aventuras en Hogsmeade. Pero entonces, Sirius habló seriamente.

- "Perdóname, Moony. No lo volveré a hacer"

Y había tanta sinceridad en sus ojos que Remus le sonrió. Estaba perdonado.

Sirius le alborotó el cabello.

- "¡Sirius Black!", y una almohada aterrizó en su cabeza.

Al cabo de un rato, un prefecto se asomó y los llamó al orden. Las batallas de almohadas a media noche estaban prohibidas.

Y Sirius se durmió con sentimientos mezclados. Por un lado se sentía aliviado por haber hecho las paces con Remus. Por otro lado sentía un odio ciego hacia quien le había hecho daño. Se dio cuenta con temor que, cuando se trataba de Moony, podría matar.

*

El último mes de clases transcurrió rápidamente y Sirius aprendió que White no era tan malo como le había parecido. Las detenciones eran incluso interesantes porque el profesor era un experto en Artes Oscuras y contramaldiciones y lo hacía leer interesantes libros. Uno le llamó especialmente la atención "Guía básica para entrenamiento de aspirantes a Auror", del Ministerio de Magia. Sólo allí notó Sirius una cosa: ¿Cómo era que un experto como White trabajaba de maestro? ¿Por qué no era un auror? Pero no se atrevió a preguntarle. Aún no le tenía confianza a White, y de algún modo, lo veía como un rival.

En ese lapso de tiempo, durante una clase de Pociones, Severus Snape sufrió un accidente inexplicable: al agregar un ingrediente final a su poción, ésta le estalló en las narices, dejándole el rostro lleno de pústulas. Tuvo que ser evacuado a la enfermería, donde permaneció dos dias. Campbell trató de revisar la poción, pero ésta ya había desaparecido del caldero. Sin pruebas, no podían acusar a nadie. Y nadie sospechó de los Gryffindor, que se sentaban al otro extremo del aula, y mucho menos de David, el tranquilo muchacho que limpiaba los calderos y acomodaba los ingredientes de las pociones.

Al fin la luna llena llegó y con ella la oportunidad que habían estado esperando.

La transformación.

Antes de que anocheciera, se dirigieron sigilosamente con Remus a la Casa de los Gritos. Estaban nerviosos. James llevaba el caldero y Peter los vasos. Ambos estaban cubiertos con la capa de invisibilidad, para evitar miradas indiscretas. Sirius iba con Remus, tratando de mostrarse animoso, pero estaba más nervioso que todos. Había sido su idea. ¿Y si no funcionaba? ¿Y si lastimaban a Remus? ¿Y si se lastimaban ellos?

Ya habían llegado. Remus los miró con aprehensión.

- "Falta una hora para que la luna salga. Si lo van a hacer, dense prisa por favor"

Sirius lo miró, Remus, de pie con el cabello despeinado y su carita aún de niño. Sus grandes ojos dorados estaban llenos de ansiedad. Entonces se decidió.

Al menos él lo intentaría.

Por Moony.

Colocó el caldero sobre un mechero y lo encendió. La poción hirvió quince minutos más y la dejaron reposar. Luego, la sirvió en los tres vasos. Nadie había dicho palabra.

- "Es el momento. No los obligaré a hacerlo, James y Peter. Yo seré el primero", dijo Sirius solemnemente.

- "Lo haremos", dijeron al unísono James y Peter.

Remus los miraba preocupado.

- "Gracias, amigos", susurró.

Los cuatro se abrazaron estrechamente y luego Sirius tomó el pelo de perro y lo echó en su poción. Miraba a Remus a los ojos cuando empezó a beberla, tratando de concentrarse desesperadamente. Pensó en que hacía eso por Remus, para acompañarlo. Ahora era un perro, tenía que tomar su forma. Concentró sus fuerzas en la forma de su cabeza, imaginando que tenía pelo y hocico. No hizo caso del dolor lacerante que bajaba por su garganta y quemaba su estómago...pensaba en el perro, en el lobo...en que su cuerpo debía cambiar.

Fue consciente de que su cuerpo se cubría de sudor y a lo lejos oía la voces de Remus, James y Peter.

- "No está funcionando, James. ¿Qué hacemos? ¡Puede morir!", dijo Remus, con la voz temblorosa.

- Por ti, Moony. Por ti, pensó Sirius desesperadamente.

De pronto, su cuerpo cambió.

Sintió que se movía en un fluido espeso y que se inclinaba al suelo, apoyándose en manos y pies. Se atrevió a abrir los ojos y vio la habitación desde otra perspectiva. Eran sus ojos y a la vez no lo eran. Porque en medio de la habitación, en el lugar donde había estado Sirius, había un enorme perro negro.

- "¡Padfoot!", exclamó Remus todo emocionado, "¡Lo lograste! ¡Lo lograste!"

Y Sirius se le echó encima, tan contento que empezó, a pesar suyo, a mover el rabo. No midió su fuerza e hizo tropezar a Remus y se quedaron allí, abrazados en el piso, el enorme hocico del perro junto a la cara de Remus, su lengua sobre su mejilla.

- "¡Sirius, basta! ¡Me estás babeando todo!"

- "Es mi turno", dijo James animado por el éxito de Sirius.

Luego de momentos de angustia, James se transformó al fin en un enorme y ágil ciervo blanco. Saltó por toda la habitación, asombrado de su nuevo poder.

Sólo faltaba Peter, que con mucha aprehensión, tomó la poción de varios largos tragos y cayó de rodillas, luchando por no vomitar. Lágrimas llenaron sus ojos y trató de concentrarse. Debía tener éxito, Sirius y James lo habían tenido. No podía decepcionr a sus amigos, a James. Este pensamiento lo animó. Él, el casi fracasado, que no podría aprobar los cursos sin ayuda de James, se convertiría en animago ilegal, poniéndose al nivel de magos como Mc Gonagall.

La ambición fue su motivo y logró transformarse.

La pequeña rata se deslizó al regazo de Remus que seguía en el piso, riendo.

Lo habían logrado. A partir de ahora, nada los detendría.

Con la luna llena, el lobo aulló. Pero esta vez no estaba solo.

Lobo y animagos se reconocieron mutuamente, oliéndose, hasta que por fin, Moony y Padfoot frotaron los hocicos y Prongs hizo lo propio, en tanto que Wormtail subía a la cabeza de Prongs y de allí saltaba al lomo de Moony.

Ese fue el inicio, y la única noche en que estuvieron juntos en tercer año.

El año terminaba y no querian separarse. No ahora que una gama de nuevas posibilidades se abria ante sus ojos, pero Sirius tuvo que ir de nuevo a Egipto, y se llevó con él a James y Peter. A Remus no lo dejaron ir. No hubo modo de convencer a su madre de que lo podrían tener controlado.

Se despidieron apenados. No se verían en tres meses.

TBC

Ruth

A Lucius le gustó el besito, pero no le gustó lo que le hicieron a Seve…aunque Seve no les ha dado los detalles, pero los Slytherin harán "justicia" con el pobre lobito.

Y el pobre Snape? Je je….no es tan pobre, ya se está volviendo malvadito.

Daya

No me habia olvidado de poner el capitulo, lo que pasa es que FFNET lo mutiló!! No se que le pasa, me tardé un dia en arreglarlo. Espero que finalmente lo pudieras leer.

Zelshamada

Me alegro de que te guste la historia. Tuve problemillas con ffnet, espero que lo hayas podido leer bien.

StefaniaBloom

La "jugarreta" de Sirius es según Rowling, el motivo por el que Snape los odia, aunque ella no contó jamás los detalles. Y lo que hizo Dumbledore con Seve es "real" también…y a mi me parece injusto. ¡Apoyo a Seve! Eso explica su resentimiento en todo caso.

Tsubiki

El segundo ingrediente…por fin ¡!! Espero que te guste.

Zenith

¡Que lindo nick! Yo lo usaba antes, por Stephen King y "La planta"…

Sirius "ayuda" con el segundo ingrediente…y le gusta! Je je… pero aun estan chiquitos como para más, de modo que es natural que Moony se enfurezca.

MirmallenNiwa

Apoyo a la driada!, je je…pero pobre de Seve, es odiosito, pero Dumbledore hizo algo injusto también…¿Campbell? Siii, es malvadito.

Vania/Jun

La pregunta que se hace alguien sobre Seve si tiene relación. Verás, hay alguien muy interesado en reclutar mortífagos para Voldemort y Seve se ha convertido en un buen candidato.

LittleMy

¿Capitulo chico? SNIFFF, es que ya no podia alargarlo más, me pase de mi estándar. La mujer misteriosa…ya lo sabrás, en los proximos capitulos, y te diré que ella es MUY importante en esta historia. ¿ARWEN? Te arrancaré la piel solo por haber sugerido semejante cosa!!! I HATE ARWEN (creo que ya lo sabes)

Si me imagino tu carita al leer ese beso de Lucius y Moony. Es que el lobito andaba medio loco con las hormonas y se acordo de Lucius con Amos y ZAS! Se le lanzó…

Respondo tu pregunta, a riesgo de que me avienten piedritas: Sirius y Remus serán pareja a los 17. Digo "pareja" formal, porque habrán cosillas como la de este capitulo. Y Sirius si tendrá experiencia y mucha…precisamente en el proximo capítulo será su "primera vez" y no con Remus…lo dejo ahí. MUEJEJE!

¿Remus y David? Ya lo verás…

Snuvelly

Gracias por tu review! Y bueno, lo del segundo ingrediente queda explicado aquí…je je…algo mas que meter la mano en los pantalones, pero tampoco es un "polvo" ¿eres de Perú? Es que aca usamos tambien ese término.

Txiri

Gracias! Me alegro de que te gusten mis fics. Y me estoy tardando en actualizar un poco por trabajo, pero me las arreglo para subir al menos una historia cada semana.

FarinaCelogore

Gracias por ayudarme! ¿Torturarte? ¿Muá? Bueno, en este capitulo está el asuntillo espinoso del segundo ingrediente…espero no decepcionar.

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