DRACO, HERMIONE Y LOS CELOS DE CROOKSHANKS
(n/a: Hola a todo el mundo, este es mi tercer fic, y como tengo ideas bullendo en la cabeza sin parar, lo voy a publicar a la vez que "los sentimientos de Hermione". Espero que os guste, que lo disfrutéis y que por favor no seáis demasiado severos conmigo. Por favor firmar le libro de visitas, y para cualquier cosa : nata_montada@hotmail.com . BESIIITOS)
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CAPÍTULO 1: CORAZÓN DE DRAGON QUE DUERME CON SU ENEMIGO
El 7º año en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, iba a ser muy diferente de los anteriores para Draco Malfoy. Él no quería ser un mortífago, y en la batalla final contra Voldemort, había ayudado a Harry, Hermione, Ron y Ginny. Incluso había salvada a la que él despectivamente solía llamar "sangre sucia", pero los últimos días del sexto año, se había acostumbrado a llamarla Hermione a secas. Había salvado a Hermione de su propio padre Lucius Malfoy, esté había recibido la cadena perpetua en Azkaban y él y su madre se habían quedado solos en la mansión Malfoy, el dinero no les faltaba, ya que aunque no estuviese su padre, entraba a raudales en la casa, lo que si les faltaba era esa sensación de miedo que inundaba la casa cuando su padre estaba en ella. Hermione Granger, ya no era la sabelotodo de pelo enmarañado y dientes grandes de antaño. Ella había crecido y se había convertido en una preciosa jovencita de 17 años, deseada por muchos en Hogwarts. Muchos "galanes" habían tratado de conquistarla, pero ninguno tuvo éxito, el único que logró conquistarla, cuando ella se declaró, la rechazó. Al día siguiente, había quedado con sus amigos para ir al callejón Diagon a comprar los materiales escolares. Habían decidido dormir en el caldero chorreante, para luego dirigirse todos juntos a Hogwarts al día siguiente. Mientras se preparaba para ir a la cama, tarareaba inconscientemente la BSO de la película Dragón Hearth, todavía no sabía porque, pero la palabra Dragón, la excitaba y al mismo tiempo le resultaba relajante y placentero, aunque... no tardaría mucho en averiguar el por qué... Draco Malfoy repasaba todas las tarjetas que le habían entregado "Sus conquistas" en Hogwarts. Tenía una gran colección como el mismo se encargaba siempre de recordarle a sus compañeros, pero ese día , por alguna razón... las cogió y las lanzó todas al crepitar anaranjado de las llamas de su chimenea. Ellas llamas, se reflejaban en sus indiferentes ojos grises. Esas chicas habían sido un gran entretenimiento, pero él no se había enamorado nunca. ¿Dónde encontrar a una chica capaz de llegar al corazón de un dragón? Aquella mañana llovía muchísimo, Hermione Granger tras haberse despedido de sus padres y dejado sus cosas en el caldero chorreante, corría a Flourish y Blotts, en donde había quedado con sus amigos para comprar el material escolar, pero por primera vez en toda su vida llegaba tarde, de hecho llegaba MUY tarde. Cuando llegó a la librería, estaba empapada de pies a cabeza, pero murmuro unas palabras y al instante estaba seca y con el pelo impecablemente liso, fue en ese preciso instante cuando miró hacía arriba y lo vio. Draco Malfoy la estaba mirando, y un estremecimiento la recorrió de pies a cabeza. Él estaba apoyado en la barandilla del piso superior, llevaba el pelo rubio platino pegado a la frente por causa de la lluvia, su camiseta blanca estaba totalmente pegada a su cuerpo atlético a causa de agua, mientras que sus pantalones vaqueros y sus botas de piel de dragón, tenían pinta de haber costado más que los de toda la tienda junta. Cuando él le sonrió, las mejillas de Hermione se tornaron de un color rojo carmesí y cuando estaba perdiendo el mundo de vista, alguien la hizo regresar poner los pies en la tierra. -¡Hermione, estamos aquí!-era Ginny Weasley la que le hablaba-¡Vamos, ven! Hermione se obligó a dejar de mirar a Draco y se dirigió a donde estaban sus amigos. Cuando los estaba saludando una voz fría dijo: -¡Vaya!, pero si son pobretona, pobretón, cara rajada y Hermione Granger... -¿Hermione Granger?-preguntó Ron- ¿Estás bien Malfoy?¿Es que ya no es una sangre sucia?¿Y ese cambio repentino de parecer? -Es un agradecimiento-le respondió Draco de mal talante. -¿Agradecimiento?-preguntó Harry-Agradecimiento ¿A que...? -Eso es asunto nuestro-con esa frase dio por terminada la conversación y se dirigió de nuevo al piso superior. No sin antes dirigir una mirada a Hermione. Por el gesto que puso Hermione, sus amigos supieron que no iban a conseguir nada de información de ella. Lo que pasaba, era que después de que Draco salvase a Hermione, ella había accedido a darle clases particulares de transformaciones, consiguiendo que por primera vez en Hogwarts alguien la igualase en las notas. Fue de aquella manera, como los dos descubrieron que todos los insultos no tenían fundamento y que se podían llegar a llevar muy bien. Ella descubrió que lo quería, pero eso le aterraba, ya que él era un slytherin y ella una gryffindor, sin contar que ella era lo que se acostumbraba a llamar de mala manera "sangre sucia", hija de muggles. Aparte de eso, Draco Malfoy era frío y distante, lo mismo que el hielo, Hermione no estaba segura de que pudiese llegar a amar. La voz de Ginny la volvió a sacar de su ensimismamiento: -Mmmmmmm... Herm... no te enfades, pero como no llegabas, nosotros ya hemos comprado todo...¿Te importaría ir a comprar sola? Hermione puso una sonrisa que según Parvaty significaba "soy la falsedad personificada" y dijo: -Por supuesto que noooo...-dicho esto dio un giro brusco y subió al piso superior haciendo con los pies todo el ruido que le era posible. Draco Malfoy apareció detrás de ella. -¿Qué pasa Hermione?-preguntó Draco. Y cuando ella se dio la vuelta añadió- ¿Tus amiguitos te han abandonado? Hermione lo señalo y se limitó a decir: -Te vas a resfriar. -Me he dejado la varita en el caldero chorreante-respondió él-¿Sabes? Mi habitación queda enfrente de la tuya. -Pues mira tú que bien-dijo Hermione intentando aparentar tranquilidad mientras ojeaba un libro a pesar de que el corazón le latía a 1000 por hora. Le apuntó con la varita, murmuro de nuevo las palabras que había usado con ella y dijo- Ya estás seco. -Como agradecimiento...-comenzó Malfoy- Te acompaño a comprar tus cosas y te las llevo. Las mías ya están compradas. Dicho esto sonrió, en opinión de Hermione la sonrisa de Draco Malfoy, era la sonrisa más sensual, sexy, bonita y perfecta de toda la faz de la tierra. -Vale-respondió Hermione-pero sin trucos ¿Eh? Draco levantó la manos en señal de inocencia y puso cara de ofendido, cosa que hizo reír a los dos, fue cuando vio su sonrisa sincera cuando Draco se dio cuenta de que Hermione había sido capaz de atravesar la piel y de llegar al corazón del dragón. Le tendió el brazo en ademán galán, ella lo cogió y los dos juntos fueron a comprar las cosas par Hermione. Aquel día juntos fue uno de los mejores en la vida de los dos jóvenes. La maldad de Draco había empezado a desaparecer el día que le había salvado la vida a Hermione y eso era algo que Hermione notaba y le gustaba. Mientras que Draco, podía observar que ser hija de muggles no era nada malo. Cuando se dieron cuenta, ya era de noche y tenían hambre, por lo que decidieron volver al caldero chorreante para cenar. Draco estaba pidiendo abajo mientras Hermione subía a dejar las cosas en su habitación. Cuando entró se encontró a sus tres amigos a punto de salir, cuando la vieron dijeron los tres al unísono: -¡Hermione!¿Dónde has estado? Tardaste tanto que nos tenías preocupados. -Sí, claro...-dijo Hermione con un tono de desdén muy parecido al de Malfoy- Estaba de compras, y ahora su no os importa, creo que me voy a cenar. -Espéranos, que vamos todos juntos-dijo Ginny. -No, lo siento, pero yo voy a cenar con la única persona que se ha preocupado por mí en todo el día-dijo Hermione. -Y esa persona ¿Es?...-pregunto Harry -Draco Malfoy-respondió Hermione haciendo verdaderos esfuerzos para no sonreír. -Pero Hermione...-replicó Ron -Pero Hermione ¿QUÉ?-gritó Hermione enfadad- ¿QUÉ PASA? -¡Él es el enemigo!-respondió Ron -¡Ya estoy harta! Lo es para ti porque no lo conoces-replicó Hermione-Y esta discusión se ha acabado. Cuando salió de la habitación se encontró con Draco, el cual estaba muy sorprendido ya que había escuchado la conversación. Él le preguntó : -¿Estás bien?-y al ver el gesto afirmativo de ella añadió- Tengo que coger una cosa, espérame abajo, nuestras mesa es la única de dos que hay. Hermione asintió y a medida que andaba, dos ojos grises la miraban, ella se dio media vuelta, quería ver al dueño de esos ojos que le quitaban el aire. Estuvieron mirándose hasta que se abrió la puerta de la habitación de Hermione y salieron de ella sus amigos. Hermione se fue escaleras abajo lo más rápido que pudo y Draco se metió en su habitación no sin antes recibir una mirada asesina por parte de Ron. Cuando Hermione llegó abajo, se sentó en la única mesa para dos que había, la cual estaba perfectamente colocada, algo no muy común en ese local, pero como siempre decía Hermione "El dinero hace milagros". Sus amigos se sentaron muy cerca para observar que era lo que pasaba con Draco. Este bajo enseguida y para gran enfado de Ron, le dio a Hermione una rosa y un beso en la mano. Los dos , tuvieron una cena muy agradable, exceptuando la presencia de Ron que los acechaba como si fuera un halcón. Ginny, Harry y Ron, como habían acabado antes de cenar subieron primero a la habitación y diez minutos después subieron Draco y Hermione, delante de sus habitaciones se dieron dos besos y el color carmesí inundó de nuevo las mejillas de Hermione, cosa que a Draco no le pasó por alto. Él se metió en su habitación, pero cuando ella iba a hacer lo mismo oyó a Harry: -Pero... ¿Qué se ha creído Hermione?¿No se da cuenta de que Malfoy seguramente la esté utilizando para algo? -Harry, tranquilízate-dijo Ginny- Démosle una oportunidad a Malfoy, después de todo le salvó la vida a Hermione una vez. -NO- dijeron Ron y Harry a la vez- No nos fiamos de él. A Hermione las palabras de sus dos amigos le dolieron, a pesar de que las de Ginny eran reconfortantes, no quería estar en la misma habitación que Harry y Ron, no aquella noche, por lo que decidió ir al único sitio en el que se sentiría segura. Draco abrió la puerta y se sorprendió mucho de ver allí a Hermione con lágrimas en los ojos. pensaba Hermione al ver a Draco sin camiseta. -Hermione ¿Qué te ocurre?-preguntó Draco preocupado. -Son Harry y Ron-dijo Hermione sollozando- ellos no entienden que tú y yo seamos amigos y es algo que no soporto...-Miró a Draco y más tarde miró al suelo mientras decía- -¿Po... podría pasar la noche a...aquí contigo? Estaba claro que Draco se esperaba cualquier cosa excepto esa pregunta y al igual que Hermione un color rosado acudió a sus pálidas mejillas por naturaleza. -Cla... Claro... vamos pasa-dijo Draco, pero al mismo tiempo pensaba La habitación de Malfoy era muy parecida a la de Hermione, pero Hermione notó una diferencia importante. -Draco...-le dijo- solo tienes una cama ¿Cómo vamos a dormir? Además... yo... no tengo pijama. -Lo siento...-dijo Draco- Yo no te puedo prestar un pijama porque principalmente no tengo, como no los uso... Pero puedes dormir en ropa interior -y al ver la cara de susto de Hermione añadió- No tengo porque verte, me daré media vuelta, te desvistes te metes en la cama y ya está. Hermione estuvo conforme con la idea, ya que confiaba en Draco y sabía que nada malo le podía pasar con él. Cuando Draco se dio media vuelta haciendo enormes esfuerzos para no ceder a sus sentimientos y besarla. Aunque lo que no pudo evitar fue el mirar a un espejo que había a la derecha suya. En ese espejo se reflejaba una Hermione muy diferente a la chapona de pelo enmarañado y dientes largos de antaño, lo que ese espejo reflejaba era una joven muy atractiva, con un pelo precioso, un preciosa sonrisa, pero reacia a mostrar la perfección de su cuerpo mediante ropa ajustada, una chica capaz de llegar a donde ninguna otra mujer ha sido capaz de llegar jamás, de conseguir que Draco Malfoy sintiese amor. Una vez que Hermione estuvo en la cama tapada le dijo a Draco: -Ya te puedes dar media vuelta. Él ante la atenta mirada de Hermione se dirigió al armario, cogió otra almohada y más mantas y las puso en el suelo al lado de la cama. -¿Qué haces?-preguntó Hermione extrañada. -Voy a dormir en el suelo-respondió Malfoy con una sonrisa- La mesilla no tiene pinta de ser muy cómoda... Hermione se sentó en la cama, le cogió la mano y le dijo: -No lo hagas. Podemos dormir los dos en la cama, estaremos un poco apretados pero me da igual. En el suelo lo único que conseguirás es hacerte daño. Por favor... -Si estas segura...-dijo Draco al ver los ojos suplicantes de Hermione- pero date la vuelta mientras me quito el pantalón...
* * * * * * * * * * * * * * * * * * Hello my darlings. Situacion embarazosa XD. Por favor firmadme el libro mandadme vuestras opiniones, lo que sea. SED BUENOS. BESOS
(n/a: Hola a todo el mundo, este es mi tercer fic, y como tengo ideas bullendo en la cabeza sin parar, lo voy a publicar a la vez que "los sentimientos de Hermione". Espero que os guste, que lo disfrutéis y que por favor no seáis demasiado severos conmigo. Por favor firmar le libro de visitas, y para cualquier cosa : nata_montada@hotmail.com . BESIIITOS)
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CAPÍTULO 1: CORAZÓN DE DRAGON QUE DUERME CON SU ENEMIGO
El 7º año en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, iba a ser muy diferente de los anteriores para Draco Malfoy. Él no quería ser un mortífago, y en la batalla final contra Voldemort, había ayudado a Harry, Hermione, Ron y Ginny. Incluso había salvada a la que él despectivamente solía llamar "sangre sucia", pero los últimos días del sexto año, se había acostumbrado a llamarla Hermione a secas. Había salvado a Hermione de su propio padre Lucius Malfoy, esté había recibido la cadena perpetua en Azkaban y él y su madre se habían quedado solos en la mansión Malfoy, el dinero no les faltaba, ya que aunque no estuviese su padre, entraba a raudales en la casa, lo que si les faltaba era esa sensación de miedo que inundaba la casa cuando su padre estaba en ella. Hermione Granger, ya no era la sabelotodo de pelo enmarañado y dientes grandes de antaño. Ella había crecido y se había convertido en una preciosa jovencita de 17 años, deseada por muchos en Hogwarts. Muchos "galanes" habían tratado de conquistarla, pero ninguno tuvo éxito, el único que logró conquistarla, cuando ella se declaró, la rechazó. Al día siguiente, había quedado con sus amigos para ir al callejón Diagon a comprar los materiales escolares. Habían decidido dormir en el caldero chorreante, para luego dirigirse todos juntos a Hogwarts al día siguiente. Mientras se preparaba para ir a la cama, tarareaba inconscientemente la BSO de la película Dragón Hearth, todavía no sabía porque, pero la palabra Dragón, la excitaba y al mismo tiempo le resultaba relajante y placentero, aunque... no tardaría mucho en averiguar el por qué... Draco Malfoy repasaba todas las tarjetas que le habían entregado "Sus conquistas" en Hogwarts. Tenía una gran colección como el mismo se encargaba siempre de recordarle a sus compañeros, pero ese día , por alguna razón... las cogió y las lanzó todas al crepitar anaranjado de las llamas de su chimenea. Ellas llamas, se reflejaban en sus indiferentes ojos grises. Esas chicas habían sido un gran entretenimiento, pero él no se había enamorado nunca. ¿Dónde encontrar a una chica capaz de llegar al corazón de un dragón? Aquella mañana llovía muchísimo, Hermione Granger tras haberse despedido de sus padres y dejado sus cosas en el caldero chorreante, corría a Flourish y Blotts, en donde había quedado con sus amigos para comprar el material escolar, pero por primera vez en toda su vida llegaba tarde, de hecho llegaba MUY tarde. Cuando llegó a la librería, estaba empapada de pies a cabeza, pero murmuro unas palabras y al instante estaba seca y con el pelo impecablemente liso, fue en ese preciso instante cuando miró hacía arriba y lo vio. Draco Malfoy la estaba mirando, y un estremecimiento la recorrió de pies a cabeza. Él estaba apoyado en la barandilla del piso superior, llevaba el pelo rubio platino pegado a la frente por causa de la lluvia, su camiseta blanca estaba totalmente pegada a su cuerpo atlético a causa de agua, mientras que sus pantalones vaqueros y sus botas de piel de dragón, tenían pinta de haber costado más que los de toda la tienda junta. Cuando él le sonrió, las mejillas de Hermione se tornaron de un color rojo carmesí y cuando estaba perdiendo el mundo de vista, alguien la hizo regresar poner los pies en la tierra. -¡Hermione, estamos aquí!-era Ginny Weasley la que le hablaba-¡Vamos, ven! Hermione se obligó a dejar de mirar a Draco y se dirigió a donde estaban sus amigos. Cuando los estaba saludando una voz fría dijo: -¡Vaya!, pero si son pobretona, pobretón, cara rajada y Hermione Granger... -¿Hermione Granger?-preguntó Ron- ¿Estás bien Malfoy?¿Es que ya no es una sangre sucia?¿Y ese cambio repentino de parecer? -Es un agradecimiento-le respondió Draco de mal talante. -¿Agradecimiento?-preguntó Harry-Agradecimiento ¿A que...? -Eso es asunto nuestro-con esa frase dio por terminada la conversación y se dirigió de nuevo al piso superior. No sin antes dirigir una mirada a Hermione. Por el gesto que puso Hermione, sus amigos supieron que no iban a conseguir nada de información de ella. Lo que pasaba, era que después de que Draco salvase a Hermione, ella había accedido a darle clases particulares de transformaciones, consiguiendo que por primera vez en Hogwarts alguien la igualase en las notas. Fue de aquella manera, como los dos descubrieron que todos los insultos no tenían fundamento y que se podían llegar a llevar muy bien. Ella descubrió que lo quería, pero eso le aterraba, ya que él era un slytherin y ella una gryffindor, sin contar que ella era lo que se acostumbraba a llamar de mala manera "sangre sucia", hija de muggles. Aparte de eso, Draco Malfoy era frío y distante, lo mismo que el hielo, Hermione no estaba segura de que pudiese llegar a amar. La voz de Ginny la volvió a sacar de su ensimismamiento: -Mmmmmmm... Herm... no te enfades, pero como no llegabas, nosotros ya hemos comprado todo...¿Te importaría ir a comprar sola? Hermione puso una sonrisa que según Parvaty significaba "soy la falsedad personificada" y dijo: -Por supuesto que noooo...-dicho esto dio un giro brusco y subió al piso superior haciendo con los pies todo el ruido que le era posible. Draco Malfoy apareció detrás de ella. -¿Qué pasa Hermione?-preguntó Draco. Y cuando ella se dio la vuelta añadió- ¿Tus amiguitos te han abandonado? Hermione lo señalo y se limitó a decir: -Te vas a resfriar. -Me he dejado la varita en el caldero chorreante-respondió él-¿Sabes? Mi habitación queda enfrente de la tuya. -Pues mira tú que bien-dijo Hermione intentando aparentar tranquilidad mientras ojeaba un libro a pesar de que el corazón le latía a 1000 por hora. Le apuntó con la varita, murmuro de nuevo las palabras que había usado con ella y dijo- Ya estás seco. -Como agradecimiento...-comenzó Malfoy- Te acompaño a comprar tus cosas y te las llevo. Las mías ya están compradas. Dicho esto sonrió, en opinión de Hermione la sonrisa de Draco Malfoy, era la sonrisa más sensual, sexy, bonita y perfecta de toda la faz de la tierra. -Vale-respondió Hermione-pero sin trucos ¿Eh? Draco levantó la manos en señal de inocencia y puso cara de ofendido, cosa que hizo reír a los dos, fue cuando vio su sonrisa sincera cuando Draco se dio cuenta de que Hermione había sido capaz de atravesar la piel y de llegar al corazón del dragón. Le tendió el brazo en ademán galán, ella lo cogió y los dos juntos fueron a comprar las cosas par Hermione. Aquel día juntos fue uno de los mejores en la vida de los dos jóvenes. La maldad de Draco había empezado a desaparecer el día que le había salvado la vida a Hermione y eso era algo que Hermione notaba y le gustaba. Mientras que Draco, podía observar que ser hija de muggles no era nada malo. Cuando se dieron cuenta, ya era de noche y tenían hambre, por lo que decidieron volver al caldero chorreante para cenar. Draco estaba pidiendo abajo mientras Hermione subía a dejar las cosas en su habitación. Cuando entró se encontró a sus tres amigos a punto de salir, cuando la vieron dijeron los tres al unísono: -¡Hermione!¿Dónde has estado? Tardaste tanto que nos tenías preocupados. -Sí, claro...-dijo Hermione con un tono de desdén muy parecido al de Malfoy- Estaba de compras, y ahora su no os importa, creo que me voy a cenar. -Espéranos, que vamos todos juntos-dijo Ginny. -No, lo siento, pero yo voy a cenar con la única persona que se ha preocupado por mí en todo el día-dijo Hermione. -Y esa persona ¿Es?...-pregunto Harry -Draco Malfoy-respondió Hermione haciendo verdaderos esfuerzos para no sonreír. -Pero Hermione...-replicó Ron -Pero Hermione ¿QUÉ?-gritó Hermione enfadad- ¿QUÉ PASA? -¡Él es el enemigo!-respondió Ron -¡Ya estoy harta! Lo es para ti porque no lo conoces-replicó Hermione-Y esta discusión se ha acabado. Cuando salió de la habitación se encontró con Draco, el cual estaba muy sorprendido ya que había escuchado la conversación. Él le preguntó : -¿Estás bien?-y al ver el gesto afirmativo de ella añadió- Tengo que coger una cosa, espérame abajo, nuestras mesa es la única de dos que hay. Hermione asintió y a medida que andaba, dos ojos grises la miraban, ella se dio media vuelta, quería ver al dueño de esos ojos que le quitaban el aire. Estuvieron mirándose hasta que se abrió la puerta de la habitación de Hermione y salieron de ella sus amigos. Hermione se fue escaleras abajo lo más rápido que pudo y Draco se metió en su habitación no sin antes recibir una mirada asesina por parte de Ron. Cuando Hermione llegó abajo, se sentó en la única mesa para dos que había, la cual estaba perfectamente colocada, algo no muy común en ese local, pero como siempre decía Hermione "El dinero hace milagros". Sus amigos se sentaron muy cerca para observar que era lo que pasaba con Draco. Este bajo enseguida y para gran enfado de Ron, le dio a Hermione una rosa y un beso en la mano. Los dos , tuvieron una cena muy agradable, exceptuando la presencia de Ron que los acechaba como si fuera un halcón. Ginny, Harry y Ron, como habían acabado antes de cenar subieron primero a la habitación y diez minutos después subieron Draco y Hermione, delante de sus habitaciones se dieron dos besos y el color carmesí inundó de nuevo las mejillas de Hermione, cosa que a Draco no le pasó por alto. Él se metió en su habitación, pero cuando ella iba a hacer lo mismo oyó a Harry: -Pero... ¿Qué se ha creído Hermione?¿No se da cuenta de que Malfoy seguramente la esté utilizando para algo? -Harry, tranquilízate-dijo Ginny- Démosle una oportunidad a Malfoy, después de todo le salvó la vida a Hermione una vez. -NO- dijeron Ron y Harry a la vez- No nos fiamos de él. A Hermione las palabras de sus dos amigos le dolieron, a pesar de que las de Ginny eran reconfortantes, no quería estar en la misma habitación que Harry y Ron, no aquella noche, por lo que decidió ir al único sitio en el que se sentiría segura. Draco abrió la puerta y se sorprendió mucho de ver allí a Hermione con lágrimas en los ojos. pensaba Hermione al ver a Draco sin camiseta. -Hermione ¿Qué te ocurre?-preguntó Draco preocupado. -Son Harry y Ron-dijo Hermione sollozando- ellos no entienden que tú y yo seamos amigos y es algo que no soporto...-Miró a Draco y más tarde miró al suelo mientras decía- -¿Po... podría pasar la noche a...aquí contigo? Estaba claro que Draco se esperaba cualquier cosa excepto esa pregunta y al igual que Hermione un color rosado acudió a sus pálidas mejillas por naturaleza. -Cla... Claro... vamos pasa-dijo Draco, pero al mismo tiempo pensaba La habitación de Malfoy era muy parecida a la de Hermione, pero Hermione notó una diferencia importante. -Draco...-le dijo- solo tienes una cama ¿Cómo vamos a dormir? Además... yo... no tengo pijama. -Lo siento...-dijo Draco- Yo no te puedo prestar un pijama porque principalmente no tengo, como no los uso... Pero puedes dormir en ropa interior -y al ver la cara de susto de Hermione añadió- No tengo porque verte, me daré media vuelta, te desvistes te metes en la cama y ya está. Hermione estuvo conforme con la idea, ya que confiaba en Draco y sabía que nada malo le podía pasar con él. Cuando Draco se dio media vuelta haciendo enormes esfuerzos para no ceder a sus sentimientos y besarla. Aunque lo que no pudo evitar fue el mirar a un espejo que había a la derecha suya. En ese espejo se reflejaba una Hermione muy diferente a la chapona de pelo enmarañado y dientes largos de antaño, lo que ese espejo reflejaba era una joven muy atractiva, con un pelo precioso, un preciosa sonrisa, pero reacia a mostrar la perfección de su cuerpo mediante ropa ajustada, una chica capaz de llegar a donde ninguna otra mujer ha sido capaz de llegar jamás, de conseguir que Draco Malfoy sintiese amor. Una vez que Hermione estuvo en la cama tapada le dijo a Draco: -Ya te puedes dar media vuelta. Él ante la atenta mirada de Hermione se dirigió al armario, cogió otra almohada y más mantas y las puso en el suelo al lado de la cama. -¿Qué haces?-preguntó Hermione extrañada. -Voy a dormir en el suelo-respondió Malfoy con una sonrisa- La mesilla no tiene pinta de ser muy cómoda... Hermione se sentó en la cama, le cogió la mano y le dijo: -No lo hagas. Podemos dormir los dos en la cama, estaremos un poco apretados pero me da igual. En el suelo lo único que conseguirás es hacerte daño. Por favor... -Si estas segura...-dijo Draco al ver los ojos suplicantes de Hermione- pero date la vuelta mientras me quito el pantalón...
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