Capitulo 1: Presentación.
Era una muchacha de unos 17 años, de aspecto colegial. Llevaba blusa blanca
y una falda escolar de color negro que le llegaba mas debajo de la rodilla.
Su maletín colgaba en sus manos, y sus cabellos rojos los llevaba sueltos,
cayendo poco mas debajo de los hombros, además de un reproductor de mp3 en
el cual estaba escuchando música tranquilamente. Era su tercer día en una
ciudad extraña, se había pasado dos días desempacando cosas, ya que gracias
al trabajo de su madre tuvieron que mudarse de Shinjuku a Fukuoka, y por
consiguiente tuvo que cambiar de preparatoria. No le gustaba admitirlo,
pero extrañaba a la gente de Shinjuku, ya que no los había valorado antes,
y ahora que estaba lejos es cuando se daba cuenta. Y aunque ella siempre
había sido solitaria ellos la habían cambiado, aunque no lo aparentara y
ahora tenía que comenzar de cero, ya no le interesaba para nada hacer amigos.
En cuanto entro a su grupo, un anciano maestro de química y ciencias
sociales, que al parecer ya no miraba ni escuchaba bien, la presento al
grupo. Los varones la miraron con asombro y las chicas con envidia y recelo,
ya que no se negaba que ella era de muy buen ver, aunque tampoco era la
gran cosa, mas ella todo el día permaneció en silencio, y si un chico se
le acercaba para intentar platicar, lo rechazaba con la mirada, sin decir
nada y se retiraba. Si iba a comenzar una buena vida, iba a comenzar con
su reputación en la nueva preparatoria. El día transcurrió un poco lento,
mas cuando menos lo esperaba, la hora de salida llego y se retiro rápidamente.
El camino de la escuela a su casa fue de lo mas normal, pasando por tiendas,
restaurantes, y por supuesto también parques, solo que ninguno se comparaba
con el parque Chuo. Definitivo, ahora si que extrañaba a los de Shinjuku.
Mas mejor caminó mas aprisa para llegar a lo que ahora era su nuevo hogar.
En cuanto paso por la puerta del departamento podía escuchar el tecleo de la
computadora, que decía que su abuela estaba en línea.
- ¿Y como te fue hija? - pregunto la abuela, sin despegar la vista
del monitor.
- Nada fuera de lo común abuela, no tengo nada que contar - mencionó
la joven - Me voy a cambiar...
No soportaba la falda, así que rápidamente se fue a su cuarto y se cambio
con un pantalón y una blusa de tirantes, ambos de color negro, para luego
salir de su cuarto y recostarse en el sillón de la sala a mirar la televisión.
- ¿Hiciste amigos hoy? - pregunto la abuela, mientras que la joven
respondía con un suspiro, a la vez que encendía el televisor - No cambiaras
nunca, ¿verdad?
- No, estoy bien así como estoy.
En eso se escucho el sonido de la puerta, entrando una rubia de apenas
treinta y tantos años, que fácilmente confundían con la hermana mayor de la
joven en varias ocasiones.
- ¡Ya llegue! - se anuncio la rubia.
- ¡Que bien mama! - gritó la joven desde el sillón.
- ¿Y tu abuela? - pregunto la rubia.
En eso la joven señalo a la otra habitación, donde estaba la abuela con sus
negocios por internet. Durante dos semanas s fue su rutina, además de
empezar a ganarse su reputación como la chica fría e insolente que no le
importaba nada. Una vez que se terminó ese mes, el viejo maestro se jubiló,
además de la entrega de calificaciones. Esa tarde ella iba absorta mirando
su boleta de calificaciones, e iba escuchando música gracias a su diminuto
reproductor de mp3 en el cual siempre escuchaba a sus favoritos, generalmente
Ayumi Hamazaki, Ayumi Miyazaki, Utada Hikaru, Wada Kouji y Maeda Ai, además
de que su maletín estaba retacado de útiles para dibujo, que básicamente era
la única clase que ella tenía ese día, ya que tenían tres días sin maestro
de química y sin maestro de ciencias sociales. Por supuesto que le fue bien
en todas las materias, menos en las dos anteriores, alias química y ciencias
sociales (considerando que ella no era muy social) en las cuales estaba en la
cuerda floja. Su reputación como chica mala había crecido mas desde que se
metió en problemas con unos chicos del ultimo año, al grado de que uno de
ellos casi terminaba en camilla, y ya contaba con dos reportes de mala
conducta. Era de esperarse que ella se comportara así. Pues la pelirroja
iba absorta en sus pensamientos, mirando sus calificaciones, mas no se
atrevía a llegar a su casa con eso, ya que su madre pegaría el grito en el
cielo por las dos materias.
Asa mo ya ga Tadayaou machi no naka de (La niebla de la mañana, flotaba en las calles)
Himeta kimochi setsunakute Tachi tomatta (Cuidando los sentimientos mas secretos, estando en silencio)
Sunao ni wa Doushite mo narenakute (Simplemente no puedo ser honesta conmigo misma)
Kansha shiteru Kokoro dake ga chuu ni mau yo (Solamente mi agradecido corazón esta bailando en el aire)
De repente choco con una persona y ella salió disparada hacia el suelo,
cayéndosele todos sus útiles de dibujo del maletín, además de su boleta de
calificaciones.
- Fíjese por donde camina estúpido!
- ¡Perdón! ¡No fue mi intención hacerlo!
La chica lo miró con sus ojos violetas, mientras que el joven comenzó a
ayudarla a levantar sus cosas. El llevaba un maletín negro y un fólder
lleno de papeles, que también se le habían caído, mas ella le arrebato
rápidamente sus utensilios de dibujo.
- Mejor levante lo suyo, yo puedo sola - ella tomó sus cosas
rápidamente - y apártese de mi camino.
- ¿pero que te ocurre? - le interrumpió el joven - si sigues así nunca
conseguirás que alguien se case contigo...
Ella lo miró directamente a sus ojos, azules como el mar. Mirándolo bien no
estaba tan mal, piel bronceada, cabello castaño que asemejaba el chocolate, mas alto que ella y vestía casual pero con un toque de formal, incluida una corbata. Aparentaba poco mas de 20 años. El se le quedo mirando como si quisiera recordar algo o a alguien, mas ella lo empujo para apartarlo del camino a sus cosas. Ella colocó sus útiles en su maletín, a lo cual le respondió al joven.
- Pues mejor si no me caso, así tendré una persona menos que mantener.
- Menos mal, porque pobre de la persona que se case contigo...
- Déjame en paz - respondió ella.
- Pero si tu empezaste... ¿o se te olvidó el empujón?
- ¡PERO TU TE ATRAVESASTE! - le gritó ella, algo histérica.
- ¡PERO ESO NO ES MOTIVO PARA EMPUJAR A LA GENTE!
- ¡ES IGUAL! Me largo... hasta nunca... idiota... - respondió ella,
saliendo rápidamente del lugar.
- ¡Espero no tener que volver a verte! - le respondió el joven todo
enojado - ¡HASTA NUNCA MUCHACHITO!
- "Tonto" - pensó ella mientras se retiraba.
- "Boba" - decía el en su mente.
Definitivo ese no había sido su mejor día. Llegando a su casa lo primero que
hizo fue cambiarse de ropa, ya que nunca le había caído la falda del uniforme
y volvió con su habitual negro. Preparo la comida para su madre y su abuela,
ya que como siempre se encontraban ocupadas en su trabajo ella era la que
tenía que hacer de comer. Les dejó la comida en la mesa, mientras ella
tomaba un plato y se lo llevaba a su cuarto. Su habitación era de lo mas
común, un desorden en primer lugar; comió frente al televisor de su habitación
y mas adelante se durmió, esperando que el siguiente día fuera mejor que ese,
y deseando encontrar a su madre de buen humor como para enseñarle las
calificaciones.
Al día siguiente la pelirroja se levanto temprano como siempre para ir a
clases, lo bueno de ello era que era viernes, y que no tendría que sufrir con
la escuela durante dos días. Se puso la falda a regañadientes, mas la blusa
la llevaba desfajada, tomó su maletín y sus cosas de dibujo y las puso en la
mesa para poder hacer el desayuno. Se enfrascó en la cocina e hizo una
montaña de Hot Cakes, para tres personas, se comió dos con un vaso de leche y
se retiró a la escuela. Las primeras tres clases transcurrieron con normalidad,
solamente faltaba una para el receso, aunque al parecer saldrían una hora mas
temprano, ya que como el antiguo maestro se había jubilado y aun no encontraban
reemplazo, eso era lo mas probable. A ella le gusta estar sola en su pupitre,
al lado de la ventana que daba al estacionamiento (cabe señalar que su salón
se encontraba en un segundo piso) y ponerse a mirar a lo lejos, en dirección
hacia donde estaba Shinjuku, aunque lo que encontraba era el estacionamiento
y a los autos de los maestros; reconocía cada carro de cada maestro, inclusive
los de los conserjes y secretarias, y cada uno tenía su espacio reservado.
Gracias a eso pudo ver como un Stanza '97 se estacionaba en el lugar que
antes había ocupado el Ford del antiguo profesor. Del lado del conductor bajó
un joven de saco y corbata azul marino, con maletín negro, piel bronceada y
cabello castaño en un estilo muy peculiar, y se le hizo conocido, ya que era
el mismo sujeto que había conocido en el parque el día anterior. A la mejor
venía por su hermana o hermano, o a la mejor algún familiar. En su mente ella
admitió que no estaba mal, así que se asomó un poco mas a la ventana para verlo
mejor, y fue cuando se dio cuenta de que traía unos anteojos modernos.
- "Algo intelectual" - pensó ella, mas el miro para arriba para admirar
el edificio, viendo a la pelirroja en la ventana del segundo piso.
- "No puede ser, es ella" - pensó el, a la vez que la miró con una
sonrisa de comercial de pasta dental para luego entrar al edificio.
Era algo raro, ya que ella nunca había sentido ese palpitar en su corazón,
esa punzada que le decía que lo conocía de mucho antes del parque, tal vez de
muchos años atrás. Unos 10 minutos después todos sus compañeros de clase
entraron despavoridos.
- "Ahí viene el nuevo profe" - escucho ella decir a uno que otro de sus
compañeros, mas no les dio ni la mas remota importancia.
Entonces comenzó a dibujar relojitos en las esquinas de su libro de sociales
(que era la clase que iban a empezar) comenzando a perder el tiempo como
siempre lo hacia. Entonces hizo su aparición el joven del estacionamiento,
puso su maletín en el escritorio y comenzó poniendo su nombre en el pizarron.
- Buenos días clase - se dirigió el a los alumnos - soy el Prof. Akiyama,
y les daré desde hoy sus clases de química y ciencias sociales...
- "Akiyama, me suena ese apellido" - pensaba ella mientras tomaba su
lápiz.
Entonces comenzó a dibujar monitos en su libro, pensando que eso hacia un
amigo de ella en Shinjuku, y que muchas veces le había reclamado el estar
haciendo eso, mientras que sus demás compañeras de clase se ponían a suspirar
al ver al joven y carismático profesor, comenzando con un club de fans que ella
ni se dio cuenta cuando se formo. El maestro comenzó a pasar lista, haciendo
que todos se pusieran de pie para empezarlos a conocer, mas cuando llego al
de ella no lo mencionó, como que se sorprendió primero y luego lo dijo.
- Makino, Rika...
La joven levantó la mano su mano izquierda, ya que con la derecha seguía
dibujando, mas su cabeza estaba agachada para poder ver lo que estaba
dibujando, y no dijo ni una sola palabra.
- MAKINO, RIKA, POR FAVOR PONGASE DE PIE - exclamó el profesor.
Ella despertó de su trance y dejo de pensar en la filosofía del cangrejo,
entonces fue cuando se miraron cara a cara.
- "No puede ser, la chica agresiva" - pensó el - Por qué no se presenta
a la clase señorita?
- "Maldito bastardo" - piensa ella, y luego le responde - Porque aquí
ya todos saben como soy...
- Pero supongo que es la mas nueva de la clase, así que por favor
preséntese a sus compañeros...
- No lo haré...
- ¿Por qué no?
- Porque no quiero...
- PRESENTESE A LA CLASE - habla el Prof. Akiyama en forma de orden,
mientras piensa - "Donde he escuchado ese nombre antes..."
- CON UN DEMONIO QUE NO LO HARE!!!! - dijo ella, algo furiosa, mas
luego se calmó para que nadie la viera fuera de sus cabales - además usted ya
lo hizo por mi.
- "Mejor no quisiera recordar ese nombre" - pensó el - pues como quieras...
Toda la clase estaba anonadada de cómo la pelirroja trataba al profesor recién
llegado, ya que conocían que ella no tenía respeto para con nadie, ni siquiera
con el director, ya que a veces tenía que ir a su oficina unas dos o tres veces
al día por su conducta. El maestro siguió con la lista y luego empezó con su
clase. Lo bueno era que era la ultima, así ella pronto saldría de su nuevo
infierno. Comenzó a quedarse absorta mirando las ranuras de su pupitre de
madera, dibujando ojos, relojes y especie de mangas. Se notaba que los amigos
que había dejado en Shinjuku le habían contagiado varias costumbres. Fue
interrumpida de uno de sus mangas cuando sintió una mano en el hombro,
volteando y viendo que era el nuevo profesor.
- Y ya que la señorita Makino nota mas interesante la animación y el
dibujo de mangas que la sociedad tradicionalista en la edad media, se quedara
al final de la clase para un trabajo extra...
Ahora ella era la que lo miraba desafiante, mientras el seguía con una
sonrisa sarcástica, como si le dijera "Aquí yo soy el maestro y tu la alumna,
no puedes hacer nada para detener el orden de las cosas", a lo que ella no le
tomó ninguna consideración, y mucho menos atención. Al final de clase, en
cuanto sonó la campana ella se colocó su mp3 portátil y comenzó a avanzar hacia
la puerta, aunque solamente tuvo un pie afuera de la puerta, ya que una
compañera la delato queriendo escaparse.
daré ka o maneshita houhou wa shitakunai (Yo no quiero imitar a cualquiera, en cualquier método)
Hontou no watashi o shitte hoshii no (Solo quiero que conozcas mi verdadero ser)
La música de su mp3 portátil se escuchaba muy fuerte, mas ella tuvo que
retroceder hacia el mesabanco frente al escritorio del maestro, bajándole
además a la música y mirándolo con cierto recelo.
- Tengo que hablar contigo sobre tu actitud muchachita - dijo el,
comenzando a recoger sus cosas - ¿Por qué tienes esa actitud tan rebelde?
- Vaya preguntita que saco - responde ella - pues porque la vida me
hizo así... - ella comienza a retirarse y le va subiendo al volumen - al rato...
- Espera - la detiene el - que quiero conocerte mejor...
- Al rato, "profesor" - esto ultimo lo dijo con algo de sarcasmo en
sus palabras.
El maestro Akiyama solo podía escuchar parte de la música que salía del
reproductor de mp3, antes de que ella se alejara y cruzara por la puerta.
De camino a su casa ella pensaba de donde conocía a ese maestro, aunque no
lograra recordar de donde. Mientras tanto, el profesor Akiyama iba en su
auto hacia su departamento, ubicado en la parte norte de la ciudad. Ahora
que se había vuelto a cruzar en el camino de la pelirroja, ese departamento
le parecía vació y solitario. Muchas veces había amanecido acompañado, solo
que siempre un par de días después, esa compañía lo dejaba por motivos que
nunca iban al caso, de los cuales el era el culpable según ellas.
- Pues bien, mañana le iré a dar una visita a mi gata...
***
Pues bien, ahora no deje que ni Dark ni Angel hicieran de las suyas, así que
es el primer capitulo de un fic que se nos ocurrió en una ocasión que estaba
en el msn con un amigo. Los nombres originales eran otros, originalmente
este fic estaba destinado a fictionpress, pero me pareció que quedaba mas
aquí en ff.net y con este par de personajes que me encantan... en fin, le
doy sus créditos a Astharoth, el amigo de internet por andar ayudándome en
este fic y desvelándose, ya que de México a Chile hay unas 5 horas de
diferencia, y como yo entro a las 7 u 8 de la noche pues alla con el son las
12 o 1 de la mañana. Y ademas después de que ff.net me dejo subir bien esta
historia, ya que tuve unos pequeños problemillas con esto y pues no me dejaba
subirla bien y pues tuve que removerla unas cinco o seis veces. El fragmento
de canción, es la de My Style, una canción de Rika en Tamers (que por cierto
le queda bien). Y pues dejen reviews!!!!!!
El mail: darkangelorochi@hotmail.com Atte. Nayru.
Era una muchacha de unos 17 años, de aspecto colegial. Llevaba blusa blanca
y una falda escolar de color negro que le llegaba mas debajo de la rodilla.
Su maletín colgaba en sus manos, y sus cabellos rojos los llevaba sueltos,
cayendo poco mas debajo de los hombros, además de un reproductor de mp3 en
el cual estaba escuchando música tranquilamente. Era su tercer día en una
ciudad extraña, se había pasado dos días desempacando cosas, ya que gracias
al trabajo de su madre tuvieron que mudarse de Shinjuku a Fukuoka, y por
consiguiente tuvo que cambiar de preparatoria. No le gustaba admitirlo,
pero extrañaba a la gente de Shinjuku, ya que no los había valorado antes,
y ahora que estaba lejos es cuando se daba cuenta. Y aunque ella siempre
había sido solitaria ellos la habían cambiado, aunque no lo aparentara y
ahora tenía que comenzar de cero, ya no le interesaba para nada hacer amigos.
En cuanto entro a su grupo, un anciano maestro de química y ciencias
sociales, que al parecer ya no miraba ni escuchaba bien, la presento al
grupo. Los varones la miraron con asombro y las chicas con envidia y recelo,
ya que no se negaba que ella era de muy buen ver, aunque tampoco era la
gran cosa, mas ella todo el día permaneció en silencio, y si un chico se
le acercaba para intentar platicar, lo rechazaba con la mirada, sin decir
nada y se retiraba. Si iba a comenzar una buena vida, iba a comenzar con
su reputación en la nueva preparatoria. El día transcurrió un poco lento,
mas cuando menos lo esperaba, la hora de salida llego y se retiro rápidamente.
El camino de la escuela a su casa fue de lo mas normal, pasando por tiendas,
restaurantes, y por supuesto también parques, solo que ninguno se comparaba
con el parque Chuo. Definitivo, ahora si que extrañaba a los de Shinjuku.
Mas mejor caminó mas aprisa para llegar a lo que ahora era su nuevo hogar.
En cuanto paso por la puerta del departamento podía escuchar el tecleo de la
computadora, que decía que su abuela estaba en línea.
- ¿Y como te fue hija? - pregunto la abuela, sin despegar la vista
del monitor.
- Nada fuera de lo común abuela, no tengo nada que contar - mencionó
la joven - Me voy a cambiar...
No soportaba la falda, así que rápidamente se fue a su cuarto y se cambio
con un pantalón y una blusa de tirantes, ambos de color negro, para luego
salir de su cuarto y recostarse en el sillón de la sala a mirar la televisión.
- ¿Hiciste amigos hoy? - pregunto la abuela, mientras que la joven
respondía con un suspiro, a la vez que encendía el televisor - No cambiaras
nunca, ¿verdad?
- No, estoy bien así como estoy.
En eso se escucho el sonido de la puerta, entrando una rubia de apenas
treinta y tantos años, que fácilmente confundían con la hermana mayor de la
joven en varias ocasiones.
- ¡Ya llegue! - se anuncio la rubia.
- ¡Que bien mama! - gritó la joven desde el sillón.
- ¿Y tu abuela? - pregunto la rubia.
En eso la joven señalo a la otra habitación, donde estaba la abuela con sus
negocios por internet. Durante dos semanas s fue su rutina, además de
empezar a ganarse su reputación como la chica fría e insolente que no le
importaba nada. Una vez que se terminó ese mes, el viejo maestro se jubiló,
además de la entrega de calificaciones. Esa tarde ella iba absorta mirando
su boleta de calificaciones, e iba escuchando música gracias a su diminuto
reproductor de mp3 en el cual siempre escuchaba a sus favoritos, generalmente
Ayumi Hamazaki, Ayumi Miyazaki, Utada Hikaru, Wada Kouji y Maeda Ai, además
de que su maletín estaba retacado de útiles para dibujo, que básicamente era
la única clase que ella tenía ese día, ya que tenían tres días sin maestro
de química y sin maestro de ciencias sociales. Por supuesto que le fue bien
en todas las materias, menos en las dos anteriores, alias química y ciencias
sociales (considerando que ella no era muy social) en las cuales estaba en la
cuerda floja. Su reputación como chica mala había crecido mas desde que se
metió en problemas con unos chicos del ultimo año, al grado de que uno de
ellos casi terminaba en camilla, y ya contaba con dos reportes de mala
conducta. Era de esperarse que ella se comportara así. Pues la pelirroja
iba absorta en sus pensamientos, mirando sus calificaciones, mas no se
atrevía a llegar a su casa con eso, ya que su madre pegaría el grito en el
cielo por las dos materias.
Asa mo ya ga Tadayaou machi no naka de (La niebla de la mañana, flotaba en las calles)
Himeta kimochi setsunakute Tachi tomatta (Cuidando los sentimientos mas secretos, estando en silencio)
Sunao ni wa Doushite mo narenakute (Simplemente no puedo ser honesta conmigo misma)
Kansha shiteru Kokoro dake ga chuu ni mau yo (Solamente mi agradecido corazón esta bailando en el aire)
De repente choco con una persona y ella salió disparada hacia el suelo,
cayéndosele todos sus útiles de dibujo del maletín, además de su boleta de
calificaciones.
- Fíjese por donde camina estúpido!
- ¡Perdón! ¡No fue mi intención hacerlo!
La chica lo miró con sus ojos violetas, mientras que el joven comenzó a
ayudarla a levantar sus cosas. El llevaba un maletín negro y un fólder
lleno de papeles, que también se le habían caído, mas ella le arrebato
rápidamente sus utensilios de dibujo.
- Mejor levante lo suyo, yo puedo sola - ella tomó sus cosas
rápidamente - y apártese de mi camino.
- ¿pero que te ocurre? - le interrumpió el joven - si sigues así nunca
conseguirás que alguien se case contigo...
Ella lo miró directamente a sus ojos, azules como el mar. Mirándolo bien no
estaba tan mal, piel bronceada, cabello castaño que asemejaba el chocolate, mas alto que ella y vestía casual pero con un toque de formal, incluida una corbata. Aparentaba poco mas de 20 años. El se le quedo mirando como si quisiera recordar algo o a alguien, mas ella lo empujo para apartarlo del camino a sus cosas. Ella colocó sus útiles en su maletín, a lo cual le respondió al joven.
- Pues mejor si no me caso, así tendré una persona menos que mantener.
- Menos mal, porque pobre de la persona que se case contigo...
- Déjame en paz - respondió ella.
- Pero si tu empezaste... ¿o se te olvidó el empujón?
- ¡PERO TU TE ATRAVESASTE! - le gritó ella, algo histérica.
- ¡PERO ESO NO ES MOTIVO PARA EMPUJAR A LA GENTE!
- ¡ES IGUAL! Me largo... hasta nunca... idiota... - respondió ella,
saliendo rápidamente del lugar.
- ¡Espero no tener que volver a verte! - le respondió el joven todo
enojado - ¡HASTA NUNCA MUCHACHITO!
- "Tonto" - pensó ella mientras se retiraba.
- "Boba" - decía el en su mente.
Definitivo ese no había sido su mejor día. Llegando a su casa lo primero que
hizo fue cambiarse de ropa, ya que nunca le había caído la falda del uniforme
y volvió con su habitual negro. Preparo la comida para su madre y su abuela,
ya que como siempre se encontraban ocupadas en su trabajo ella era la que
tenía que hacer de comer. Les dejó la comida en la mesa, mientras ella
tomaba un plato y se lo llevaba a su cuarto. Su habitación era de lo mas
común, un desorden en primer lugar; comió frente al televisor de su habitación
y mas adelante se durmió, esperando que el siguiente día fuera mejor que ese,
y deseando encontrar a su madre de buen humor como para enseñarle las
calificaciones.
Al día siguiente la pelirroja se levanto temprano como siempre para ir a
clases, lo bueno de ello era que era viernes, y que no tendría que sufrir con
la escuela durante dos días. Se puso la falda a regañadientes, mas la blusa
la llevaba desfajada, tomó su maletín y sus cosas de dibujo y las puso en la
mesa para poder hacer el desayuno. Se enfrascó en la cocina e hizo una
montaña de Hot Cakes, para tres personas, se comió dos con un vaso de leche y
se retiró a la escuela. Las primeras tres clases transcurrieron con normalidad,
solamente faltaba una para el receso, aunque al parecer saldrían una hora mas
temprano, ya que como el antiguo maestro se había jubilado y aun no encontraban
reemplazo, eso era lo mas probable. A ella le gusta estar sola en su pupitre,
al lado de la ventana que daba al estacionamiento (cabe señalar que su salón
se encontraba en un segundo piso) y ponerse a mirar a lo lejos, en dirección
hacia donde estaba Shinjuku, aunque lo que encontraba era el estacionamiento
y a los autos de los maestros; reconocía cada carro de cada maestro, inclusive
los de los conserjes y secretarias, y cada uno tenía su espacio reservado.
Gracias a eso pudo ver como un Stanza '97 se estacionaba en el lugar que
antes había ocupado el Ford del antiguo profesor. Del lado del conductor bajó
un joven de saco y corbata azul marino, con maletín negro, piel bronceada y
cabello castaño en un estilo muy peculiar, y se le hizo conocido, ya que era
el mismo sujeto que había conocido en el parque el día anterior. A la mejor
venía por su hermana o hermano, o a la mejor algún familiar. En su mente ella
admitió que no estaba mal, así que se asomó un poco mas a la ventana para verlo
mejor, y fue cuando se dio cuenta de que traía unos anteojos modernos.
- "Algo intelectual" - pensó ella, mas el miro para arriba para admirar
el edificio, viendo a la pelirroja en la ventana del segundo piso.
- "No puede ser, es ella" - pensó el, a la vez que la miró con una
sonrisa de comercial de pasta dental para luego entrar al edificio.
Era algo raro, ya que ella nunca había sentido ese palpitar en su corazón,
esa punzada que le decía que lo conocía de mucho antes del parque, tal vez de
muchos años atrás. Unos 10 minutos después todos sus compañeros de clase
entraron despavoridos.
- "Ahí viene el nuevo profe" - escucho ella decir a uno que otro de sus
compañeros, mas no les dio ni la mas remota importancia.
Entonces comenzó a dibujar relojitos en las esquinas de su libro de sociales
(que era la clase que iban a empezar) comenzando a perder el tiempo como
siempre lo hacia. Entonces hizo su aparición el joven del estacionamiento,
puso su maletín en el escritorio y comenzó poniendo su nombre en el pizarron.
- Buenos días clase - se dirigió el a los alumnos - soy el Prof. Akiyama,
y les daré desde hoy sus clases de química y ciencias sociales...
- "Akiyama, me suena ese apellido" - pensaba ella mientras tomaba su
lápiz.
Entonces comenzó a dibujar monitos en su libro, pensando que eso hacia un
amigo de ella en Shinjuku, y que muchas veces le había reclamado el estar
haciendo eso, mientras que sus demás compañeras de clase se ponían a suspirar
al ver al joven y carismático profesor, comenzando con un club de fans que ella
ni se dio cuenta cuando se formo. El maestro comenzó a pasar lista, haciendo
que todos se pusieran de pie para empezarlos a conocer, mas cuando llego al
de ella no lo mencionó, como que se sorprendió primero y luego lo dijo.
- Makino, Rika...
La joven levantó la mano su mano izquierda, ya que con la derecha seguía
dibujando, mas su cabeza estaba agachada para poder ver lo que estaba
dibujando, y no dijo ni una sola palabra.
- MAKINO, RIKA, POR FAVOR PONGASE DE PIE - exclamó el profesor.
Ella despertó de su trance y dejo de pensar en la filosofía del cangrejo,
entonces fue cuando se miraron cara a cara.
- "No puede ser, la chica agresiva" - pensó el - Por qué no se presenta
a la clase señorita?
- "Maldito bastardo" - piensa ella, y luego le responde - Porque aquí
ya todos saben como soy...
- Pero supongo que es la mas nueva de la clase, así que por favor
preséntese a sus compañeros...
- No lo haré...
- ¿Por qué no?
- Porque no quiero...
- PRESENTESE A LA CLASE - habla el Prof. Akiyama en forma de orden,
mientras piensa - "Donde he escuchado ese nombre antes..."
- CON UN DEMONIO QUE NO LO HARE!!!! - dijo ella, algo furiosa, mas
luego se calmó para que nadie la viera fuera de sus cabales - además usted ya
lo hizo por mi.
- "Mejor no quisiera recordar ese nombre" - pensó el - pues como quieras...
Toda la clase estaba anonadada de cómo la pelirroja trataba al profesor recién
llegado, ya que conocían que ella no tenía respeto para con nadie, ni siquiera
con el director, ya que a veces tenía que ir a su oficina unas dos o tres veces
al día por su conducta. El maestro siguió con la lista y luego empezó con su
clase. Lo bueno era que era la ultima, así ella pronto saldría de su nuevo
infierno. Comenzó a quedarse absorta mirando las ranuras de su pupitre de
madera, dibujando ojos, relojes y especie de mangas. Se notaba que los amigos
que había dejado en Shinjuku le habían contagiado varias costumbres. Fue
interrumpida de uno de sus mangas cuando sintió una mano en el hombro,
volteando y viendo que era el nuevo profesor.
- Y ya que la señorita Makino nota mas interesante la animación y el
dibujo de mangas que la sociedad tradicionalista en la edad media, se quedara
al final de la clase para un trabajo extra...
Ahora ella era la que lo miraba desafiante, mientras el seguía con una
sonrisa sarcástica, como si le dijera "Aquí yo soy el maestro y tu la alumna,
no puedes hacer nada para detener el orden de las cosas", a lo que ella no le
tomó ninguna consideración, y mucho menos atención. Al final de clase, en
cuanto sonó la campana ella se colocó su mp3 portátil y comenzó a avanzar hacia
la puerta, aunque solamente tuvo un pie afuera de la puerta, ya que una
compañera la delato queriendo escaparse.
daré ka o maneshita houhou wa shitakunai (Yo no quiero imitar a cualquiera, en cualquier método)
Hontou no watashi o shitte hoshii no (Solo quiero que conozcas mi verdadero ser)
La música de su mp3 portátil se escuchaba muy fuerte, mas ella tuvo que
retroceder hacia el mesabanco frente al escritorio del maestro, bajándole
además a la música y mirándolo con cierto recelo.
- Tengo que hablar contigo sobre tu actitud muchachita - dijo el,
comenzando a recoger sus cosas - ¿Por qué tienes esa actitud tan rebelde?
- Vaya preguntita que saco - responde ella - pues porque la vida me
hizo así... - ella comienza a retirarse y le va subiendo al volumen - al rato...
- Espera - la detiene el - que quiero conocerte mejor...
- Al rato, "profesor" - esto ultimo lo dijo con algo de sarcasmo en
sus palabras.
El maestro Akiyama solo podía escuchar parte de la música que salía del
reproductor de mp3, antes de que ella se alejara y cruzara por la puerta.
De camino a su casa ella pensaba de donde conocía a ese maestro, aunque no
lograra recordar de donde. Mientras tanto, el profesor Akiyama iba en su
auto hacia su departamento, ubicado en la parte norte de la ciudad. Ahora
que se había vuelto a cruzar en el camino de la pelirroja, ese departamento
le parecía vació y solitario. Muchas veces había amanecido acompañado, solo
que siempre un par de días después, esa compañía lo dejaba por motivos que
nunca iban al caso, de los cuales el era el culpable según ellas.
- Pues bien, mañana le iré a dar una visita a mi gata...
***
Pues bien, ahora no deje que ni Dark ni Angel hicieran de las suyas, así que
es el primer capitulo de un fic que se nos ocurrió en una ocasión que estaba
en el msn con un amigo. Los nombres originales eran otros, originalmente
este fic estaba destinado a fictionpress, pero me pareció que quedaba mas
aquí en ff.net y con este par de personajes que me encantan... en fin, le
doy sus créditos a Astharoth, el amigo de internet por andar ayudándome en
este fic y desvelándose, ya que de México a Chile hay unas 5 horas de
diferencia, y como yo entro a las 7 u 8 de la noche pues alla con el son las
12 o 1 de la mañana. Y ademas después de que ff.net me dejo subir bien esta
historia, ya que tuve unos pequeños problemillas con esto y pues no me dejaba
subirla bien y pues tuve que removerla unas cinco o seis veces. El fragmento
de canción, es la de My Style, una canción de Rika en Tamers (que por cierto
le queda bien). Y pues dejen reviews!!!!!!
El mail: darkangelorochi@hotmail.com Atte. Nayru.
