Disclaimer: Nada de esto es mío, los personajes, lugares y demás pertenecen a J.K. Rowling ( se me había olvidado ponerlo en los anteriores capis )
AVISO IMPORTANTE: No he leído el 5º libro todavía, así que en este fic no aparece nada de él. Los que como yo todavía no lo habéis leído podéis estar tranquilos.
Este capítulo está dedicado a Minue, Nicol-Aru, ross malfoy, Jenny/Jade y Marisaki, que me han mandado review y se lo agradezco muchísimo. MUCHAS GRACIAS.
Se me había olvidado decirle a Minue ( que espero que siga leyendo el fic ) que Snape no es el padre de Admie. Su padre es un Gryffindor. Hay una razón por la que Severito es amable con ella pero no te la digo todavía porque ya se verá más adelante. Te aviso que es algo bastante simple así que no te esperes nada sorprendente. Gracias por preguntar.
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Hermione no pudo evitar pensar que realizar el trabajo con Malfoy no estaba resultando tan mala experiencia como había pensado...
Draco estaba en su habitación leyendo El profeta. Hubiera preferido estar en "su" sillón en la sala común ( por supuesto Draco tenía un sillón propio que para algo es un Malfoy ), pero Pansy se había enterado ( no podía ser de otra manera ) de su lío con Marcia ( la ravenclaw ) y se lo había tomado muy mal. Había llevado su aventurilla con discreción, pero considerando que Pansy era la reina del chismorreo en Hogwarts la verdad es que había tardado bastante en enterarse. La rubia últimamente no estaba de muy buen humor por culpa del pelirrojo Weasley y se imaginaba que eso tendría algo que ver con todo esto.
Tan sólo media hora antes estaba tranquilamente sentado en su sillón leyendo cuando Pansy había entrado en la sala común como un elefante en una chatarrería reclamando su atención, y cuando al fin no había podido por menos que levantar la vista del periódico para mirarla taconear como si de una bailora flamenca se tratara mientras pasaba las hojas de un ejemplar de "Corazón de bruja" como si le fuera la vida en ello la rubia simplemente le había soltado:
- ¿ Qué?
- ¿ Qué de qué, Pansy?
- Pues eso, que ¿ qué?
Increíble pero cierto, trabajar con el pobretón había vuelto a Pansy todavía más tonta de lo que ya era, Draco se hartó – ¿ Puedes hablar claro o es demasiado pedirle a tu única neurona?
Respuesta de Pansy: Brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
- No tengo ni tiempo, ni sobretodo ganas, para intentar traducir tus estupideces a mi idioma Pansy, cuando recuperes lo poco que te quedaba de cerebro hablamos – dicho esto Draco subió a su habitación sin dejarla responder ( él siempre tiene la última palabra, ¡ qué es un Malfoy! )
No estaba de humor para aguantar uno de los ataques de celos de Pansy. Últimamente parecía que ya se había hecho más a la idea de que entre ellos dos no habría nunca nada, o por lo menos no lo que ella quería. Suponía que Pansy y Marcia debían de tener algún asunto pendiente porque la reacción de Pansy no había sido normal.
Pansy y él habían tenido sus "asuntillos" claro, al fin y al cabo Pansy era guapa, tenía buen tipo y, desde luego, sabía arreglarse ( invertía mucho esfuerzo en ello ). Pero a ella le había costado mucho aceptar que no iban a pasar de eso, "asuntillos". Tuvo una temporada muy pesada con escenitas de celos a todas horas. Se ponía frenética cada vez que le veía a la caza y captura de una nueva presa, lo que ocurría con bastante frecuencia. Pero al final pareció darse cuenta de que con eso sólo empeoraba la situación aún más de lo que ya estaba ( aunque no pareciera posible) y optó por la salida menos deshonrosa. A base de tiempo, esfuerzo y algún que otro "affaire" consiguió hacerse a la idea de que con Draco no iba a tener una relación que no estuviera basada únicamente en el sexo. Con Draco ninguna podía aspirar a otra cosa.
Un ruido en la ventana le sacó de sus pensamientos. Era una de las lechuzas del colegio. Abrió la ventana para dejarla entrar en la habitación. Suponía que sería de Marcia que querría quedar con él. Se sonrió al ver que había acertado totalmente, pero lo cierto es que tampoco tenía muchas ganas de quedar con ella.
Ya llevaba tres semanas con ella y se estaba empezando a aburrir. A estas alturas la chica ya quería mantener conversaciones de más de 10 minutos seguidos y él por eso no estaba dispuesto a pasar. La chica era muy sexi pero su cabeza no daba para grandes cosas. Para eso se quedaba con Pansy, que tenía similar nivel físico e intelectual.
De hecho en este momento lo que menos necesitaba eran enfrentamientos intelectuales, bastante tenía con los de Granger. Tenía que reconocer que era inteligente. Los primeros días apenas si se habían dirigido la palabra pero, no sabía muy bien cómo ni cuando, después de un tiempo habían acabado hablando mientras trabajaban. Al principio sólo de pociones y todo lo relativo al trabajo, pero después habían empezado a comentar cosas de otras asignaturas para acabar intercalando algún comentario personal incluso. La sabelotodo no resultaba tan mala compañía al fin y al cabo. Sobre todo si la comparaba con Pansy o Marcia por mencionar sólo a algunas
Eso le recordó que había quedado con Granger y sólo tenía 10 minutos para llegar a la sala donde preparaban el trabajo. Draco le había pedido a Snape permiso para utilizar una de las mazmorras en la que Snape guardaba calderos, botes, botellas, pinzas, agitadores y similares. En la biblioteca no podían hablar porque había que guardar silencio, fuera del castillo hacía mucho frío y en sus habitaciones y salas comunes tampoco podían, así que Snape no había puesto ninguna objeción a que su niñito mimado utilizara esa sala-almacén. También les había prestado algunos de sus libros que, junto con los que Draco tenía propios y los que Hermione había sacado de la biblioteca tenían que ser suficientes por fuerza. Por una vez Hermione se alegró del trato de favor que Draco recibía por parte de Snape.
- ¿ Qué tal una poción para el dolor de cabeza? – el rubio se masajeó las sienes mientras lo decía. Llevaban ya dos horas y media entre libros y no encontraban nada lo suficientemente bueno.
- Ya te he dicho que a mí una poción curativa me parece buena idea.
- Pues a mí no.
- ¿ Y se puede saber por qué no? – Hermione también estaba cansada. No quedaba mucho tiempo y lo la poción curativa parecía algo factible.
- Demasiado sencillo.
- ¿Cómo que demasiado sencillo? Hay muchas posibilidades y muchos niveles de dificultad. Podríamos escoger una de nivel medio o incluso medio-difícil.
- ¡ Bah! Una poción curativa es más propio de San Potter y su maldito afán por salvar al mundo de todo mal y aflicción – dijo esto con una mueca despectiva afeando su rostro ( si es que eso es posible ).
Hermione se dio cuenta de que en los últimos días esa mueca era menos habitual en Malfoy, se le veía más relajado con ella que al principio. Bueno, ella también estaba más relajada. No estaba resultando tan mala experiencia como en un principio había supuesto. No es que fuera el compañero más agradable, seguía siendo prepotente, déspota, egocéntrico, cínico, sarcástico..... pero a veces, sólo a veces, resultaba un compañero no amable ( eso era demasiado ), pero sí interesante. A ratos parecían olvidar que eran un Malfoy y una sangre sucia.
- Pues sigo pensando que no estaría mal. Tampoco es que tengamos otra opción mejor y no nos queda mucho tiempo.
- Es que a ti no se te ocurre nada. Desprecias mis geniales ideas y no aportas nada a cambio.
Hermione no pudo por menos que arquear una ceja - ¡¡¿ Perdón?!!
- Lo que has oído, haces unas propuestas muy estúpidas.
- ¡¡¿Estúpidas?!!
- Sí, estúpidas. ¿ estás sorda?
- Claro, tus ideas sí que son inteligentes. Son increíblemente inteligentes. Deberías escribir un libro con ellas y deleitar a las futuras generaciones con ellas – Hermione estaba perdiendo la paciencia. Estaba muy cansada y Malfoy y sus imbecilidades no ayudaban.
- ¿ Estás intentando ser sarcástica? Porque no te queda bien – su boca cada vez expresaba más y más desprecio.
- ¡¡Supongo que debería pedirte clases que para algo te has autocoronado como Rey del sarcasmo del mundo mundial!! – Esto ya lo dijo gritando, realmente Malfoy sabía como hacerla perder los papeles.
- ¡Por fin dices algo inteligente! Y no es sólo de sarcasmo de lo que debería darte clases
- ¡No te aguanto ni un minuto más! ¡Me largo!
- ¡ NO! ¡ El que se larga soy yo! – dicho esto Draco se fue rumbo a su casa.
- Al bajar la escalera oyó como Hermione salía de la sala y se asomaba al comienzo de la escalera – ¡¡¡Ten cuidado no vayas a caerte por la escalera y romperte esa estúpida cabeza de borrego que tienes!!! – después de haber gritado esto todo lo que le daba la voz, se volvió furiosa hacia la torre de Gryfindor.
Cuando llegó a la sala común encontró a Harry, Ron y Neville hablando de ............. ¿ lo adivináis?..........¡¡¡¡Quidditch!!!! ( Pero mira que son previsibles mis niños )
- ¡¡¡ODIO A ESE MALDITO HIJO DE #€¬#|@## !!!
Subió como un huracán a su habitación dejando a los tres chicos con los ojos como platos, como si hubieran visto a Hagrid con tutú.
- A Hermione no le está sentando nada bien la compañía de Malfoy – Neville estaba un poco asustado, Hermione furiosa no era una visión agradable.
- Que quieres que te diga, Malfoy sólo es buena compañía para un dementor – Harry cogió del suelo la escoba que se había dejado caer al suelo con el bocinazo de Hermione.
- Pues yo estoy empezando a entender a Malfoy
- ¿ Qué dices Ron?
- Lo que oyes, que entiendo por qué Malfoy tiene el carácter que tiene – se quedó pensativo – os diré más, lo compadezco
- ¿ Me he perdido algo?
- Es que Malfoy está en la misma casa que Parkinson y no se la saca de encima ni con agua caliente. Eso es suficiente para agriar hasta al mismísimo Dumbledore.
Hermione llegó a su cuarto y cogió el primer libro que vio tirándose en la cama. Intentó leer pero aunque pasaba la vista por las líneas no alcanzaba a entender lo que decía el libro. No hacía más que pensar en Malfoy. Le ponía más nerviosa que cualquier otro, incluso Ron, y eso que le pelirrojo se daba bastante maña para eso. Siempre que llevaban un rato hablando como dos personas normales, manteniendo una conversación sobre cualquier cosa sin importancia, tenía que soltar alguna de sus estupideces y fastidiarlo todo.
Llegó a su habitación y se tiró en la cama enterrando la cabeza entre las manos. ¿ Por qué actuaba así?. La sabelotodo le ponía nervioso. Era la única que lo conseguía y no sabía por qué. Discutían mucho pero no sabía por qué le ponía furioso. Con otras personas las discusiones no le afectaban tanto. Odiaba como lo alteraba, como conseguía que dejara de pensar con coherencia.
Lo mejor sería darse un baño, sí, eso es lo que haría. Se metió en el baño y llenó la bañera con agua muy caliente. Le gustaba tomar el baño con el agua casi hirviendo. Se desnudó y se metió en la bañera. Le venía bien relajarse un poco. Pero no se la podía sacar de la cabeza.
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Se despertó quedando sentado en la cama de un salto. Estaba sudado y respiraba con dificultad – venga Harry, sólo ha sido una pesadilla. Intenta volver a dormir – Se tumbó de nuevo pero tan sólo unos segundos después se levantó – tengo que calmarte antes de meterme en la cama otra vez. Salió de su habitación y dudo en entrar en la de Ron ( En honor a la intimidad de los alumnos adolescentes Dumbledore había reestructurado los dormitorios de todas las casas de modo que los de los dos últimos cursos tenían habitaciones individuales ). Conociéndole tendría que saltar sobre su estómago si quería despertarle y no se veía con ánimos. Bajó a la sala común para sentarse un rato tranquilo hasta que le entrara sueño de nuevo.
Bajó la escalera y se quedó parado mirando en dirección a la chimenea. Intentó no hacer el más mínimo ruido para poder disfrutar de la vista cuanto fuera posible. Suspiró y ella se volvió hacia él.
- ¿ Pesadillas? – Harry asintió con la cabeza. Admie le miró a los ojos y aunque no dijo más pareció entender todo a la perfección. Ella se sentó en el sofá - ¿ Quieres sentarte conmigo o prefieres estar solo?
Harry se sentó y la miró. Estaba increíblemente guapa con el pelo despeinado y la bata mal puesta encima del camisón. Se sonrojó al darse cuenta de que la morena le miraba fijamente - ¿ Y tú? ¿ Qué haces aquí? ¿ Pesadillas también?
- No. Insomnio. A veces me cuesta dormir y si me despierto en mitad de la noche ya no consigo volver a hacerlo.
- Yo creo que echo de menos dormir con los chicos. Prefería el dormitorio conjunto. No me gusta dormir solo ( ¡ es que es tonto el muchacho! )
- En ese caso.....Acércate.
- ¿ Qué?
Admie le cogió de los hombros y le recostó encima de ella que estaba sentada de lado en el sofá – Túmbate. Harry estaba demasiado avergonzado como para decir nada, así que no le quedó más remedio que obedecer ( ¡uy, pobrecito! ).
- ¿ Estás cómodo? – ¡ MÁS QUE ESO ! Harry nunca había estado mejor. Pero tampoco era plan de ser tan efusivo, no quería estropearlo. Mejor una respuesta simple y moderada. Algo corto, porque estaba seguro de que le fallaría la voz si la frase tenía más de tres palabras. Optó por lo más obvio, y no por ello menos sincero – Sí.
Admie le acarició el pelo con una mano mientras dejaba caer la otra sobre el pecho del chico consiguiendo que su corazón pareciera el bombo de Manolo ( aclaración: Manolo es un señor que desde que el mundo es mundo se va a los partidos de fútbol de la selección española con su inseparable bombo bajo el brazo a animar al equipo a fuerza de bíceps. Una figura entrañable si tienes tapones auditivos a mano )
- Duerme tranquilo que yo vigilo – susurró haciendo que un escalofrío recorriera la espalda del muchacho al que rodeaba con sus brazos. Ella ladeó su cabeza y apoyó su mejilla sobre la cabeza del moreno.
Harry cerró los ojos para disfrutar más del momento. Su respiración se hizo más pausada. Estaba tranquilo, muy tranquilo. Algunos mechones del pelo de ella caían sobre su mejilla y le hacían cosquillas. Sí, realmente nunca había estado mejor. Podía sentir como el pecho de la chica subía y bajaba al ritmo de su respiración. Aunque no se hubiera creído capaz de hacerlo debido a la situación, acabo quedándose dormido.
Entreabrió los ojos un poco y vio toda la sala común iluminada por la luz del día. Se movió un poco y se dio cuenta de que todavía estaba recostado en el sofá con la cabeza apoyada en el pecho de Admie. Giró lentamente la cabeza para mirarla y vio que estaba dormida. Muy despacio se levantó con cuidado de no despertarla y se sentó en el suelo. Miró la hora en su reloj. Eran las seis y media. Aunque la gente se levantaría tarde más tarde de lo habitual por ser sábado siempre había alguna excepción ( Hermione para ir a la biblioteca en cuanto la abrieran ). Sería mejor despertarla, pero no acababa de decidirse. Podía llevarla a la habitación y acostarla sin despertarla. Pero tampoco le acababa de convencer la idea de meterse en su habitación sin permiso, aunque fuera para un buena causa como esa.
¿ Cómo sería la habitación de Admie? Bueno, como todas las demás supuso. Pero siempre hay toques personales que dicen mucho de la persona. En su habitación no había muchas cosas. Tenía encima de la cama un póster de los Chudley Cannons. En el suelo, aparte de su baúl con sus cosas, tenía una especie de maletín alargado con su escoba y el equipo de mantenimiento que le regaló Hermione. En una estantería estaban colocados todos sus libros. No es que fueran muchos, sobretodo si se comparaba con los que tenía Hermione, que había necesitado una segunda estantería. Además de los libros de las asignaturas de este curso y de los anteriores ( le gustaba guardarlos todos ), tenía algunos libros de quidditch, alguna novela de aventuras muggles y, lo más importante, el álbum de fotos que Hagrid le regaló al terminar el primer curso.
Volvió a mirar a Admie. Decididamente no podía despertarla y, aunque no se lo quisiera confesar a sí mismo, le había entrado una curiosidad enorme por ver la habitación de la morena. Esperaba que no estuviera cerrada. La cogió cuidadosamente en brazos y la subió por las escaleras hasta el ala de las habitaciones de las chicas. Buscó la habitación de Hermione, en la que ya había estado, pues seguramente la de Admie estaría cerca.
Efectivamente la de Admie era contigua a la de Hermione. Intentó no hacer ruido para no despertar a ninguna de las chicas. No se quería imaginar lo que ocurriría si Lavender le encontraba así. Hasta los Dursley se enterarían y es que la capacidad de Lavender para transmitir cotilleos rozaba lo sobrenatural.
Después de unos cuantos intentos ( abrir una puerta cargado con alguien en brazos no es lo que se dice fácil ) consiguió abrir la puerta. La dejó suavemente en la cama y la cubrió con el edredón. Echó un vistazo general a la habitación sin moverse del sitio. Había un espejo de pie de cuerpo entero. La estantería estaba llena de libros. En la pared encima del escritorio tenía colgado una especie de cuadro de plástico rojo. En el cuadro había escritas cosas. Se acercó a leerlo. Parece que eran notas para no olvidar cosas que tenía que hacer. Ponía: Cumpleaños papá, comprar regalo; devolver a Hermione libro pociones; escribir a la prima Neri, y otras cosas del estilo. Harry pensó que la cosa esa, fuera lo que fuera, estaba hecha para Neville. Tomó nota mental de comentárselo.
En la pared al lado de la cama tenía un cuadro de un bosque por la noche. Se preguntó si Admie habría estado en él porque tenía una pinta de lo más inquietante. No es que pareciera peligroso, no tenía nada que ver con el bosque prohibido de Hogwarts. Es sólo que los árboles del cuadro parecían tener vida propia. Era como si estuvieran quietos, no porque no les fuera posible moverse, sino porque estaban esperando algo. Daban la impresión de estar quietos y en silencio sólo para poder concentrarse mejor en lo que pasaba y estar preparados para intervenir. Oyó un suspiro que le hizo volverse hacia Admie. Seguía dormida pero sería mejor irse por si acaso, además por nada del mundo quería que alguien le viera salir de allí. Echó un último vistazo al cuadro del bosque. No sabía porque le llamaba tanto la atención, tan sólo era un cuadro. Salió al pasillo y se dirigió a su habitación después de haber cerrado silenciosamente la puerta.
Al llegar a su cuarto se tumbó en la cama sabiendo que ya no sería capaz de volver a dormir. Cerró los ojos y recordando lo que había pasado no pudo evitar que una amplia sonrisa iluminara su cara. ¡ Cómo había podido tener tanta suerte!
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Estaban desayunando en el Gran Comedor cuando llegaron las chicas. Admie le sonrió al sentarse en frente. Harry no pudo contener una enrome sonrisa como respuesta pero entonces Hermione le despistó al preguntar a Ron alarmada - ¿ Ron se puede saber qué haces tú con un libro un sábado a estas horas?
Harry estaba tan ensimismado que ni siquiera se había dado cuenta de que Ron no había hablado en los quince minutos que llevaban en el Comedor y que había pasado todo ese tiempo leyendo.
Admie cogió el libro en cuestión y miró la portada - ¡¡¿ Hechizos de hogar?!!
Los tres miraron a Ron alarmados, mientras éste sonreía satisfecho con la mirada perdida. Tenía la misma expresión que adoptaba cuando Dumbledore anunciaba la cercanía de algún banquete.
- ¿ Para qué....? – pero Hermione no pudo acabar la pregunta porque Ron se levantó de la mesa cogiendo el libro. Antes de irse les sonrió y por toda respuesta soltó – Ya lo veréis.
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Se me había olvidado decirle a Minue ( que espero que siga leyendo el fic ) que Snape no es el padre de Admie. Su padre es un Gryffindor. Hay una razón por la que Severito es amable con ella pero no te la digo todavía porque ya se verá más adelante. Te aviso que es algo bastante simple así que no te esperes nada sorprendente. Gracias por preguntar.
No sé si me enrollo mucho. A veces tengo que cortar cosas para que no os quedéis dormidos sobre el teclado mientras lo leéis. Si preferís los capítulos más cortos y más frecuentes me lo decís.
Espero que os guste la historia y que me mandéis review que me hace mucha ilusión y así puedo saber si os va gustando y si queréis algún cambio. Estoy abierta a sugerencias.
Besos
