Capítulo 8: Una Prueba de Fuego
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Stella caminaba desesperada hacia la frontera con Daedalus y Chezario, queriendo escapar de su realidad. De repente se vio rodeada de árboles, y sin dirección alguna a donde ir. Se arrodillo en medio de esa vegetación extraña y lloro en silencio largamente; pero ella no nada mas estaba sola en medio de las plantas y los pequeños animales, sino que varios pares de ojos la estaban mirando fijamente. Ella tenía un gran entrenamiento gracias a su padre y su hermano, y de inmediato se dio cuenta de su presencia, aunque no quiso demostrarles que ya sabía que estaban allí. Hizo como que no se dio cuenta, así cuando los tomara desprevenidos podía sacar su daga y entonces pelear, pero no sabía la localización. El viento se movía hacia el este, dejando un silencio abrumador con cada murmullo que hacía dicho viento al silbar. Fue entonces que sobrevino el ataque sorpresa, pero ella se adelantó al ataque del primer sujeto y lo evadió.
- ¿Quienes se supone que son ustedes? - les preguntó ella, tratando de evadir los ataques.
Eran cuatro sujetos, y ninguno de los cuatro sabía responderle a la chica, que seguía tratando de defenderse a si misma. Uno de los atacantes, uno alto y fornido, mucho mas alto que ella y con bigote saco una espada que traía en el costado para atacarla, pero ella solo supo responder combatiendo con la daga que encontró con Selena Schezar, tratando de que la espada del sujeto con bigote no lograra dar con su cometido, los otros tres atacantes se le abalanzaron encima, pero ella los esquivó fácilmente. Tenía una furia interna y tenía que sacarla, ero no de esa manera. Trató de esquivarlos lo mas posible para no hacerles daño, pero cada vez se le hacía mas pesado moverse ya que traía falda, así que se rajo los lados de la falda para poder moverse con mas libertad. Cerró los ojos, pero no hizo nada. Espero unos momentos, solo para darse cuenta de que no pasaba nada, fue cuando escucho una voz conocida para ella.
- ¿Estas bien Stella?
- ¿Eh? - se dio cuenta de que la voz provenía de un guymelef rojo - Ah si, claro Selena, gracias por llegar a tiempo.
- No hay problema - mencionó esta, dejando los cuatro cuerpos de los aparentemente ladrones desmayados en el suelo boscoso - estaba dando una vuelta y escuche sonidos de espadas; me quede viendo un rato como le hacías para defenderte…
- ¿Pero como le hiciste para que no te viéramos…? Comprendo, el manto invisible…
Selena subió a Stella a la mano del Oreades rojo, dispuesta a llevarla de regreso a Fanelia.
- Bien Stella, vamos a casa - mencionó Selena con dirección a Fanelia - Oye, ¿Pero como estuvo eso de que te fuiste a Freid?
- Fue una tontería de mi parte, no debí de haberlo hecho nunca, al hacerlo yo misma me hago pedazos el corazón por andar haciéndome ilusiones falsas…
- Ya te pego el amor… esa mirada la reconozco en cualquier parte…
- ¡No claro que no! ¡Yo no soy de esa clase de chicas! además… - la joven bajo la mirada súbitamente, dejando salir una lágrima de sus ojos verdes - pronto dejaré este mundo… - cambió súbitamente de tema - no quiero que me lleves a Fanelia, llévame contigo al Fuerte Castello, por favor…
Selena Schezar no sonaba muy convencida cuando decidió llevarse a la chica con ella, pero resolvió que era lo mejor si era que quería recuperarse de la depresión. Ella había estado viendo la batalla de la princesa de Fanelia contra esos cuatro sujetos desde lejos, además de que ella misma los había dejado en ese lugar por y con ordenes del Rey de Freid. En un principio la primera caballero del cielo de Astoria no entendió porque su sobrino (aunque Chid no sabía nada todavía de que era hijo de Allen Schezar y la hermana mayor de la reina Millerna, ni lo sabría nunca, ya que si eso se llegaba a saber en Gaea podría ocasionarse una guerra global por el país, aunque los que sabían la verdad eran Astoria y Fanelia esos dos países no hacían nada solo por respeto) hacía eso, ya que los cuatro atacantes eran originarios de Freid y el porque quiso que atacaran a la princesa de Fanelia.
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- ¡Vamos! ¡Dime lo que sepas estúpido plaktu!
En lo mas profundo de las montañas floresta, El Demonio de la Mirada de Fuego había capturado a uno de los plaktu sacerdotales que presidirían la ceremonia del sacrificio de Fanelia. Después de Astoria el Demonio de la Mirada de Fuego se había trasladado a la frontera de Freid, cerca del templo Fortona, siendo allí donde había capturado al plaktu. Zerg seguía mirando de lejos, pero no se resistió y sacó su espada, amenazando al sacerdote.
- Vamos, dinos que es lo que está pasando en estos momentos en Freid y Fanelia…
- No podrán sacrificar al ángel, puesto que ya está salvado.
- No estoy entendiendo nada - respondió Zerg, algo enfadado - así que dinos lo que significa o atente a las consecuencias…
El sacerdote guardo silencio, así que ni el Demonio de la Mirada de Fuego ni Zerg pudieron hacerlo hablar. Zerg sacó una espada y partió por la mitad al plaktu. El Demonio de la Mirada de Fuego le dirigió una mirada diabólica por lo que había hecho.
- ¡¿Pero que demonios fue lo que hiciste estúpido?! ¡Ahora no podremos saber nada!
- Tranquilícese jefe, de todas maneras si lo hubiese dejado vivo no hablaría. Ya vera como yo consigo la información por otro lado, es mas seguro…
- Aunque los plaktu son mas confiables que tu en estos momentos…
Zerg tomo las ropas del sacerdote plaktu y se las puso. Con una navaja se corto el cabello e hizo que su cuerpo disminuyera de corpulencia, después del proceso nadie diría que era un villano, sino todo lo contrario, un sacerdote.
- Y bien, ¿Que le parece?
- A veces me sorprende que tengas buenas ideas…
- Entonces no se preocupe, todo va a salir conforme lo hemos planeado.
- Lo que no me preocupa es eso, sino lo que dijo el plaktu, ¿A que se refería con eso de que "no podrán sacrificar al ángel, puesto que ya esta salvado"?
- Eso no significa nada jefe, ya vera que tendrá su sacrificio y podrá realizar su plan de venganza.
- Eso es lo que espero Zerg… eso es lo que espero…
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Notas de la autora: Algo corto, pero el que sigue yo creo que sera el mas largo de todos, asi que ni modo, se aguantan. Comentarios, etc, a darkangelorochi@hotmail.com. Atte. Dark Angel.
