Capítulo 9: Un Sacrificio y una Boda

***

El tiempo había transcurrido muy lentamente, bueno, por lo menos así se le hacía a Stella que transcurría, ya que se le hacía eterno que llegara el día décimo noveno de la luna amarilla, el día de su sacrificio y al mismo tiempo, la boda de Chid.  Toda su familia se había trasladado a Freid, para que el Templo Fortona quedara cerca y no fuera tanto el camino.  Chris todavía no conocía a su hermana mayor, así que se aventuro a conocer y despedirse de ella.  además, le llevaba un paquete de su madre, el cual llevaba el vestido para la ceremonia.

- ¿Puedo pasar? - preguntó, tocando a la puerta - Soy Chris, tu hermano menor.

- Pasa - se escucho decir desde adentro de la habitación.

Chris pudo pasar, pero no se imaginaba que su hermana fuera como la estaba viendo, ya que era mejor de lo que la había imaginado.

- Gracias por traer el paquete, hoy es mi debut y despedida - dijo Stella en un tono un poco burlesco.

- Me hubiera gustado conocerte mejor - le mencionó Chris -  no creo que en menos de un día pueda conocer veintidós años de mi hermana mayor.

- Eres un buen chico, serás feliz - tomo el paquete y fue a cambiarse al vestidor; mientras lo hacía seguía hablando con Chris - nuestra familia siempre ha estado llena de problemas por mi culpa, lo mas seguro es que papá este dando gracias a que se desharán de mi… - se dio cuenta del vestido - Oye, yo creo que te equivocaste de vestido, yo no puedo morir con esto - mencionó desde detrás del vestidor.

- Pues ese paquete me lo dio mamá de sus propias manos…

- Es que no creo que sea este…

Cuando salió del vestidor, Chris se quedo pasmado: el ya había visto ese vestido en algún lado, mas bien en un cuadro del castillo Fanel.  Era el vestido de boda de la reina Hitomi, el mismo vestido blanco con mangas hasta el piso, abiertas de un lado cada una y sus debidos pliegues.  La misma reina había hecho que lo hicieran sencillo para el día de su boda, por eso su hija se había quedado algo anonadada cuando se dio cuenta de que vestido era, aunque no sabía exactamente porque su madre quería que se lo pusiera.  Mientras platicaba con su hermano, se iba recogiendo el cabello en una sencilla trenza con sus flecos al frente, pero como lo tenía largo no fue difícil hacerla, lo difícil fue aguantar el llanto que le causaba el saber que Chid se casaba ese mismo día con una desconocida para ella.

- Folken estuvo hablando con nuestro padre, creo que hablaban de ti, Stella - mencionó Chris - no se lo que planean, pero de que planean algo, planean algo.  así que ya no llores - le paso un pañuelo - se te va a correr el maquillaje y tienes que lucir bien… que Gaea sepa lo que pierde.

- Tienes razón… - mencionó la chica con voz fuerte - que sepa lo que pierde.

Aska toco a la puerta indicando que ya era hora de partir al templo Fortona.  Cuando su madre la miro no podía creer lo que estaba mirando, tanto así que pareciera que en vez de un sacrificio se dirigían a una de las grandes celebraciones que se hacían en Egzardia a cada rato.  Cuando Stella bajo del carruaje nunca creyó ver tanta gente congregada, aunque la mayoría iba a la boda de Chid, y el otro poco solo iba para gritarle obscenidades a ella, ya que siempre supo que no era una princesa respetada de Fanelia, mas bien, era la princesa a la que mas odiaban, principalmente las mujeres de Gaea, que solamente la despreciaban por ser una princesa rural.  Camino cubierta con una manta blanca hasta el atrio del templo, y mientras caminaba miraba a su alrededor, a toda esa gente mirándola acusatoriamente, como si ella hubiese cometido algún crimen.  Su madre estaba observándola desde una de las filas cercanas, al igual que sus hermanos y los reyes de Astoria y los de Basram.  Kaoru se encontraba al lado de Folken, que tenía su mirada perdida para no verla; sin querer sus manos se rozaron levemente y ambos las retiraron rapidamente para que nadie se diera cuenta.  Al rey de Fanelia y al de Astoria no los vio por ninguno de los dos lados en los que se dividía el templo.  Al frente, se encontraba el sacerdote que presidiría las dos ceremonias, la del casamiento de Chid y la de su sacrificio.  Chid se encontraba de pie al lado del sacerdote, pero cuando Stella le dio la daga al sacerdote para que con ella diera inicio al ritual, Chid le murmuro en voz baja.

- No tienes que hacerlo Stella, no vas a morir.

Ella lo escuchó, pero no le respondió, ya que si lo hacía corría el riesgo de salir corriendo y ser perseguida por todo el planeta.  El sacerdote comenzó con la ceremonia.

- Estimado pueblo de Gaea, el día de hoy estamos reunidos aquí para dos cosas - el sacerdote pauso un poco y luego siguió - la primera, el sacrificio de Fanelia; y la segunda, el casamiento del soberano de Freid.  así que empecemos por lo primero…

Stella caminó al frente hasta el altar.  La reina Millerna estaba toda preocupada por lo que pudiese pasar y las reacciones de Gaea, ya que reconoció el vestido de novia de la reina Hitomi en Stella, mientras que la reina de Fanelia no podía dejar de llorar; pero caso contrario era el rey de Fanelia, que se mostraba muy serio y calmado.  El sacerdote le dio la daga al verdugo, para que luego Stella se colocase en el altar.  Las damas de las cortes de Astoria y Basram estaban que no cabían de la emoción al saber que pronto se desharían de la princesa de Fanelia para siempre, excepto Lia,  que había sido una de las consejeras de la Reina Millerna y la princesa de Fanelia en su tiempo.  El Demonio de la Mirada de Fuego miraba a lo lejos, en cuanto se diera la señal matarían a todo mundo, ya que al estar los gobernantes de Gaea reunidos en un solo lugar los matarían mas fácil y lograrían su objetivo: sacrificar al ángel.  Justo en cuanto el verdugo iba a poner la daga en el corazón de Stella, esta se hizo al lado y le arrebato el objeto rápidamente, poniéndose en una posición amenazadora.

- Ahora si se volvió loca - mencionó la reina Thera de Egzardia - tiene esa pequeña manía de estar hiperactiva y no poderse quedar sentada en un solo lugar.

- Eso no es locura tía - mencionó Cathera, princesa de Basram y sobrina de Thera - solo está tratando de defenderse, esta asustada, solo mírala tía…

A la reacción de Stella cerca de diez guardias fueron a intentar detenerla y quitarle la daga.  Cuando el verdugo logro quitarle el arma y los guardias controlarla, se apresuraron en efectuar el sacrificio.  Mas tardaron en hacerlo, que Chid interrumpir todo de nuevo.

- ¡Exijo que la suelten de inmediato!

- No puede evitar lo inevitable - mencionó el sacerdote con voz ciclónica - ya es hora de que ella muera.

- Ustedes no pueden decidir por mi, tengo pruebas de lo que estoy hablando…

- En ese caso, muestre sus "pruebas".

El silencio abrumador comenzó a reinar en el templo seguido de las murmuraciones de la gente.  Stella vio como su padre, el rey Van se acerco al estrado y le dio un papel amarillento, pero bien conservado al sacerdote.  El sacerdote comenzó a leer en voz alta, con el mismo tono retumbante.

- "Yo, Van Slanzar de Fanel, rey de Fanelia, me comprometo a dar como prometida a mi hija Varie Stella de Fanel, a Chid Zar Freid, rey de Freid, a sabiendas e que ella no heredara nada de su reino, tomándola como esposa antes de sus 23 años, con todas las obligaciones que ello acarrea" - prosiguió - "Y yo, Chid Zar Freid, rey de Freid, al haber pedido como prometida a Stella de Fanel, hija del rey de Fanelia, habiéndome comprometido para casarme con ella antes de que cumpla sus 23 años, estando consciente de las obligaciones que contraeré con ello" - el sacerdote remarco - y esta firmado por el rey de Fanelia, el rey de Freid, y de testigos los reyes de Astoria y Basram…

- Y no olvide el sello con el escudo de Ispano - le dijo Chid - para darle mas validez…

Varios de los sacerdotes se acercaron para comprobar si era cierto, mientras que la muchedumbre siguió murmurando sin parar.  Al Demonio de la Mirada de Fuego no le quedo otra opción mas que pensar como sacrificar ellos mismos al "ángel" de Fanelia.

- "Es cierto, ella es un ángel - pensó el Demonio de la Mirada de Fuego - tengo que pensar en la manera de como organizar un problema entre las naciones, aunque será una gran pena el tener que sacrificarla…".

Por lo pronto sus planes se habían atrasado unos momentos, ya que para poder seguir, un sacerdote de Gaea debía de sacrificar al "ángel".  Chid aprovechó para acercarse a Stella.

- ¿Por que no me lo dijiste Chid? ¿Por qué me lo ocultaron?

- Creíamos que si te lo decíamos te ibas a oponer, y la verdad, yo quería que te enamoraras de mi a la buena, porque yo sí me enamore de ti.  Por eso lo ocultamos, yo no iba a proceder si tu no me amabas, pero se que si me quieres, aquel beso… significo mucho para mi Stella…

Stella lo rodeo su cuello con sus brazos, y él también la abrazó efusivamente.  El mundo se esfumo ante ellos, como si fueran los únicos en ese universo,.  Toda la gente que estaba presente no tuvo mas remedio que aguantar la "escenita" que según eso estaba haciendo Stella para ganar tiempo, ya que la situación se estaba prestando a malos entendidos.  El sacerdote mayor comenzó a murmurar con los demás,  dada la situación, ahora tenían que saber lo que harían.  Y tenían menos de diez segundos para decidirlo.  A Stella se le empezó a nublar su visión, no alcanzaba a distinguir a Chid; estaba a punto de desmayarse y perder el conocimiento.  Se dirigió a los sacerdotes.

- ¡Vamos que esperan! – les gritó – ¡No me importa lo que piensen, y mucho menos lo que piense la gente! ¡Amo a esta mujer y no pienso dejarla!

- Chid, yo... – Stella se aferraba a su cuello, con tal de no caerse – quiero.... quiero estar contigo...

A pesar de los murmullos de la gente, y de todo lo que diría Gaea, el sacerdote mayor no tuvo mas remedio que unirlos en matrimonio antes de que Stella perdiera el conocimiento.  Su hermano Folken miraba todo con gran detenimiento, mientras que Kaoru nada mas se le quedaba mirando a el.

- ¿Por qué no me dijiste antes de lo de Chid y Stella? – le pregunto la reina Hitomi a su marido.

- Porque no quería que lo supieras antes de tiempo, era una sorpresa... además, no puedes decir que no lo habías sospechado desde antes.

- Pero hiciste sufrir mucho a tu hija...

- Acuérdate de lo de nosotros, sufrimos primero, y luego encontramos la felicidad...

Después de que el sacerdote los hubiera nombrado marido y mujer, la recién unida pareja salió caminando por el mismo pasillo por donde Stella hubiese entrado para ser sacrificada, apoyada del hombro de su ahora esposo el rey Chid Zar Freid.  Chris, el hermano menor de Fanelia salió detrás de ellos acompañado de su hermana Aska y su prometido Kaede.  De repente un niño salió de la nada y le robó la daga real a Chris, que salió corriendo detrás del niño, el cual se interno en los frondosos bosques vecinos de Fanelia.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Notas de la autora: Estoy inspirada, no me detendre para nada, además, tengo muchos motivos por los cuales regresar a la felicidad.  Otra vez saludos a todos, y en especial a mi madre y mi hermana postiza.  Comentarios, etc, a darkangelorochi@hotmail.com.  Atte. Dark Angel.