Disclaimer: Todo lo que tenga pinta de Rowliniano no es mío
*** ^0^ ^0^ ^0^ ***
Universo Paralelo
7-
Se sentía extraño. Quizá era por que se había acostumbrado durante años a forzar su vista, a ver entre nieblas. El caso es que el hechizo de aquella estúpida enfermera había dado resultados. Podía ver los rasgos, las expresiones de las personas que estaban a su alrededor. Apreciar los detalles de la decoración del Gran Salón, como por ejemplo, aquel techo que reflejaba el cielo exterior. Increíble.
Se sentó en una esquina de la mesa cercana a la escalera que llevaba hacia las mazmorras. Draco Malfoy le hizo un saludo cómplice desde la otra esquina de la mesa. Harry miró para otro lado, asqueado. Perro faldero. Bastardo lamebotas. pensó, lanzándole luego una mirada de deprecio que heló a Malfoy. Se sirvió, como todas las mañanas un café cargado y volvió a meditar sus posibilidades en la biblioteca, algo que le había quedado dando vueltas en la cabeza.
Imposible de día, al menos. Y de noche es peor. suspiró.
Había tenido una desagradable experiencia con Filch, el conserje, la noche anterior. Negó con la cabeza. Así que esa era la famosa Mrs. Norris, el animalejo estropajoso que había visto en brazos de Filch el día de la selección. Quien diría que los gatos podían ser tan desagradables.
-¿Qué toca hoy luego del desayuno?- Una voz al lado suyo lo sacó de sus pensamientos.
-¿Me dices a mí?- Se giró Harry, entre molesto y extrañado. Eso, porque las reacciones que él provocaba en la gente eran muy contradictorias. Los alumnos de todos los cursos y Casas le miraban idiotamente la cicatriz cada vez que podían, pero nunca le dirigían la palabra. La única persona con la que había hablado en aquella semana era Malfoy, y a ese no había ni siquiera que contarlo como persona.
-No, si no a aquél estúpido Hufflepuff de la mesa de al lado.- respondió un chico de primer curso, pelo oscuro y grandes ojos azules. Intentó recordar quien era. Blaise Zabiny. le avisó su memoria. Harry se puso en guardia, aunque no le había desagradado del todo la respuesta de Zabiny. El muchacho agregó- Sí, te digo a ti. ¿Qué toca? Pociones, con Sevvie-poo, y luego ¿Herbología, con aquella maleza de Sprout?
-Si.- le respondió Harry a su desayuno, porque no miraba a Zabiny. Quien sabe si su interlocutor se sentiría molesto por eso, o quizá era simple curiosidad, porque preguntó, sin ninguna clase de anestesia:
-¿Qué se siente pasar diez años con esos asquerosos muggles, en un orfanato?
Aquella pregunta si que lo había tomado por sorpresa completamente. ¿Quién se creía aquel insignificante para tratar tan familiarmente con él? Y cuando la sorpresa que le provocó aquella observación de Zabiny dio paso a la rabia, estuvo a punto de lanzarle una maldición frente a todos. Su mano derecha aferró la varita en su bolsillo. Pero no podía. Tranquilo. Supuestamente los de primero no tienen por qué saber maldiciones. Le echó a Zabiny una mirada de rabia pura colindante con odio, y siseó:
-¿A ti quien te dijo eso?
-Todos en Slytherin especulan lo mismo.- Respondió Blaise, tranquilamente, como si no se hubiese enterado que Harry lo estaba detestando en ese momento.- Porque es imposible que hayas pasado diez años entre magos, y que nadie haya sabido de ti. También lo es que haya sido entre muggles parientes tuyos, porque hubiese sido más fácil encontrarte, y si estás aquí, no eres un mudblood. Por lo tanto, debes haber estado en un orfanato muggle, bajo protección mágica. Así, nadie te encuentra.
Dominar las emociones, dominar las emociones, dominar. . . Intentó permanecer con la cabeza fría, luego de recibir aquella información tan inesperada como extraña. Bajo "protección mágica", había dicho aquél débil mental.
Tenía que averiguar de que se trataba todo aquel asunto. Y sobre todo, quién le había dejado en el Asilo de Huérfanos "La esperanza".
***
Se había aburrido. Aquél hombre lo estaba pasando por alto adrede, y no iba a permitirlo. Snape comenzó con su tanda de preguntas, otra vez con aquella obstinación hacia el gordo idiota de Longbottom.
-¿Y bien? ¿Que es lo que pasa si mezclamos acónito, mezcalina y azufre?
-Yo. . . yo no lo sé, profesor.- claro que no podía saberlo. Si ni siquiera aquella pedante de Granger lo sabía.
-Oh, me temo que no ha de resaltar mucho en mi clase, ¿verdad, Mr. Longbottom?
-Acónito, mezcalina y azufre son un poderosísimo veneno. Mata a las personas en menos de veinticuatro horas, con convulsiones, ataques de pánico, y hemorragia interna.
Era Harry quien había hablado. Snape fingió no haber oído.
-Mr. Longbottom, ¿Y que resulta de la combinación de. . .?
-Disculpe, profesor- Harry dijo "profesor" casi como si lo escupiera - Yo también formo parte de esta clase. Aquí hay más gente que ese blandengue de Longbottom.
-Me parece que Mr. Potter se está extralimitando.- siseó Snape, con voz peligrosa.- Yo decido a quién le refresco la memoria. No me haga quitarle puntos a mi propia Casa.
-No creo que sea un refrescamiento de memoria.- respondió Harry, en el mismo tono.- Porque esa poción no sale en el libro que usted pidió. Sale en "Venenos y Filtros Mortales Concentrados".
El resto de los alumnos, de Slytherin y Gryffindor, comenzaron a murmurar a su alrededor. Harry estaba consciente de eso, pero lo que pensaran aquellos retrasados mentales le tenía sin cuidado. Snape alzó una ceja ¿Acaso aquel insignificante bastardo de Potter había leído aquel líbro?. Pero estaba furioso. Dominó un poco sus ganas de matar a aquel insolente muchacho de ojos verdes, y gritó con toda la rabia que pudo:
-¡No me provoque, Potter!
-De hecho, me parece indigno que usted, por hacer parecer que los alumnos no saben nada, haga preguntas que no están en la materia.- Agregó Harry. Tenía una gran sonrisa de triunfo plasmada en la cara.
Snape estaba rojo por una mezcla de ira y turbación. Perfecto, ahora había conseguido que no lo pasase más por alto. Y tampoco lo castigaría. Snape jamás le quitaría puntos a su propia casa. El problema sería que me dejase de molestar suspiró Harry. Volvió a mirar a Snape, y aumentó su sonrisa. Oh, dios. Como adoraba hacer sentir mal a las personas. . .
Sonó la campana que marcaba el final de la clase. Salió de los primeros. Quería dejar a Snape con la rabia adentro.
***
-Bien alumnos, como hoy es nuestra segunda clase, y ya introdujimos la Botánica como materia la semana pasada, creo que hoy están listos como para que comencemos con el cuidado de algo sencillo. Acompáñenme al Invernadero Uno.
Los alumnos de primer curso, tanto de Slytherin como de Ravenclaw siguieron a la Profesora Sprout a través de los enormes terrenos de Hogwarts. No tuvieron, en todo caso, que caminar mucho. El Invernadero Uno apareció frente a ellos detrás de una colina. El día nublado, como siempre en otoño, y el suelo crujiente con las hojas cobrizas que venían desde el bosque prohibido.
Lo primero que pensó Harry al entrar a aquel invernadero fue Aburridísimo. En el Invernadero Uno había flores gigantes, enredaderas y plantas en maceta; y árboles que, supo más tarde, tenían propiedades curativas en las hojas, la savia o la corteza. Sprout les hizo regar con pociones especiales unas plantas con pinta de mini-palmeras, luego de explicar lo beneficioso para el hígado que resultaba el té de las hojas.
Aquello no representaba absolutamente nada de reto. Y pensar que aquel tipo raro de Hagrid, al hablarle de Hogwarts, le había dicho lo "difíciles y gratificantes a la vez" que eran las clases en el castillo. Desmotivadoras, mas bien. Como estaba comprobando, a los primeros cursos no les tocaba hacer ninguna cosa interesante.
Sintió una presión alrededor de su tobillo que le comenzó a cortar la circulación. Miró hacia su pierna, y se encontró con unas extrañas lianas que se estaban enroscando en torno a él, metiéndose desde afuera del invernadero. De hecho, una segunda rama de aquella enredadera le estaba cubriendo la otra pierna con rapidez, mientras que la primera se enroscaba ya por su cintura.
Sin saber como, Harry se encontró debatiéndose con la planta, asfixiándose en el suelo cuando la segunda rama lo botó y comenzó a apretarle el pecho. Aquello, lo que sea que fuese, debía de tener más fuerza que una boa constrictora. Al lado suyo, una estúpida Ravenclaw lo miraba con la boca abierta, sin hacer nada. Completamente paralizada. Alguien se dio cuenta, y llamó a Sprout.
Antes de que la incompetente de la profesora alcanzase a llegar, la planta estaba reducida a un montoncito de cenizas en el suelo. Harry se sacudió las manos, y se levantó, recuperando un poco el aliento. La mujer se quedó mirándole sorprendida.
-No sabía que conocía el hechizo "incendio", Mr. Potter. Y menos uno que lo suficientemente poderoso como para lidiar con el Lazo del Diablo.- ese era el nombre de la planta, al parecer. Y que bien que le quedaba.
-No usé la varita.- respondió Harry, con frialdad. Un murmullo se extendió como fuegos artificiales. Era cierto: su varita mágica descansaba sobre el mesón de trabajo, tres metros más allá.
La Sprout bajó la cabeza, mirándolo de reojo. Luego, con una voz más aguda de lo usual, anunció que la clase había terminado por aquel día.
Y Harry pudo leer el miedo en sus ojos.
***
La siguiente clase, luego de Herbología, era Defensa Contra las Artes Oscuras.
Que penetrante, la mirada de aquel anciano. No lograba sostener la suya por más de cinco segundos si lo miraba a esos ojos azul brillante. Y sus presentimientos seguían advirtiéndole, cada vez que se lo cruzaba No confíes en Albus Dumbledore. Definitivamente, no le agradaba aquel director. Le provocaba escalofríos.
Y ahora, resulta que estaba allí, observándolo mientras Harry intentaba no demostrar externamente demasiado desprecio hacia el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Quirrell. Que tipo tan patético: un auténtico cobarde, que se sobresaltaba cuando le hablaban y tartamudeaba de miedo todo el día. Imposible que haya llegado a profesor de Defensa, a menos que hubiese algún soborno por parte suya al director. No podía darle más asco aquella clase, más que nada porque la compartía con los estúpidos Gryffindor. Además, el incompetente de Quirrell daba tan solo nociones básicas de Defensa. Hablaba de maldiciones que Harry había aprendido a efectuar en casa de Mrs. Figg.
Esa vez fue distinto, tal vez porque Dumbledore estaba ahí, y Quirrell debía demostrar algo de "calidad educacional". Harry se sonrió con sus pensamientos: hasta mentalmente era sarcástico. Mientras, Quirrell hablaba sobre habilidades que solo magos oscuros tenían. Mostró (temblando) una pecera en la que una pequeña víbora verde como el veneno descansaba. Explicó sobre la Párseltongue y los magos con aquella habilidad, los párselmouth.
-D-de hecho, el pá-parselmo-mouth ma-ás fa-famoso d-de nue-nuestro tie- tiempo fue A-aquél Que No-no De-debe Ser No-nombrado.
Decir el nombre largo de Voldemort es una verdadera odisea para este idiota suspiró Harry, algo aburrido y, desviando la vista hacia la pecera con la serpiente. Sintió una sensación extraña en su sangre al fijar su mirada en los ojos de la víbora, y saber, de alguna manera, que podría entenderla. Y entonces, intentó pronunciar alguna palabra.
Todos a una, los ojos de la clase entera se clavaron en él. Sobre todo los de Albus Dumbledore.
***
La gárgola tenía una sonrisa rebosante de mordacidad esculpida en su rostro de piedra. Harry ya la conocía más de lo que hubiese querido. Segunda vez que estaba ahí en las dos últimas semanas. Albus Dumbledore susurró la contraseña ("Bastón de dulce") y le hizo señas a Harry para que pasase. A su despacho.
El pájaro de Dumbledore emitió una serie de sonidos melódicos, al ver a Harry. Pero el tono en que cantaba era de advertencia. Harry simplemente lo ignoró.
-Toma asiento, Harry. Tenemos que hablar.- Nunca había visto al viejo tan serio. Ni siquiera cuando el Sombrero Seleccionador lo había derivado hacia Slytherin.
-¿Qué ocurre?- estaba irritado, y no se tomó la molestia de disimularlo. El director lo había hecho recorrer la mitad del castillo hasta su despacho, sin hablarle en todo el camino, ni decirle para qué lo había sacado de la sala así de urgido.
-Harry, esto es algo muy serio. Acabas de hablar Párseltongue frente a todos tus compañeros de clase.
-¿Y?- frialdad en peligroso aumento. La voz de Harry era un témpano.
-¿Sabías que eras un párselmouth?- los ojos azules de Albus Dumbledore se fijaron en los del muchacho. Harry sintió un escalofrío recorriendo su espalda. No le gustaba la mirada tan penetrante de ese viejo, pero no bajó la suya.- Y si no ¿Tienes alguna idea de por qué tienes ese don?
-No. No lo sabía. ¿Y la pregunta dos, tiene relevancia?
-Creo que esa habilidad en especial un inicio no era tuya. Tú conoces tu propia historia. Voldemort debe haberte traspasado algunos de sus poderes cuando su maldición falló. Pero debo saber si ha habido algunos factores que hayan afectado tu desarrollo. ¿Estas seguro de haberme dicho la verdad sobre lo que pasa en el orfanato?
Asqueroso anciano entrometido Pensó Harry. No confiaba en Dumbledore, y ahora menos luego de darse cuenta del hábil giro que había dado para cambiar el tema. Trató de quitarle la amargura a su voz cuando contestó:
-No hay nada que quiera ocultarle.
-Oh.- El viejo pareció estar más relajado, aunque miró de reojo a Harry, como si supiese algo más de lo que el muchacho había querido decirle.- Bueno, eso en realidad es muy importante para mí.
-¿Y por qué?- preguntó Harry, extrañado. Su inconsciente dio de inmediato la señal de alarma. No debí haber preguntado, pensó. Dumbledore respiró hondo antes de evaluar una respuesta. Optó por decir lisa y llanamente la verdad.
-Porque fui yo quien te dejó allí.
*** ^0^ ^0^ ^0^ ***
To Be Continued.
Hooolas! Jajaja, el suspenso. Pobrecito Harry-kun. Que trauma que se llevó. O_o ¿Cómo me quedó este capítulo? ¿Bien? ¿Regular? ¿Malo? ¡Contéstenme, pliz! Mmm, creo que por hoy o tengo nada más que decir. Por desgracia, mis clases se desarrollan con toda la normalidad posible (maldición ¬¬), sobre todo Matemáticas (NoOo).
Yiai! Más Reviews! (a todo esto, perdónenme por lo de "Yiai" pero no se de donde se me pegó.)
Eva (Kat): Je, he aquí el siguiente capítulo. Espero que te haya gustado. ¿Extasiado? Eh, creo que es mucho decir, después de todo, este fic empezó como distracción, y para sacarme el "Karma" de ver a Harry malvado. (Me ruborizo, chica. Demasiados elogios.)
Joyce Granger: Oh, si, creo que me he demorado menos con este capítulo que con los otros. De todas formas, el plan es publicar uno por semana. El problema es que ahora si que voy a tener problemas para continuar, ¡pero juro solemnemente seguir!
Bunny 1986: La idea original es precisamente que sea prácticamente igual a Voldemort cuanto era el "pequeño es inocente" Tom Ryddle. Gracias por lo de fantástico. Y, en cuanto a Malfoy, casi me da lástima. Casi.
Kate: Oh, ¿ya ves? Harry analizaba la situación primero, antes de irse a la carga contra el pobre Sevvie. Pobrecito, tendrá que aguantar a Voldemort 2 en sus clases, sin sacarle un punto. O eso es lo que Harry cree, por lo menos. Y sí, Quirrell tartamudea y anda con su turbante. De modo que si anda con Voldie-poo en la cabeza. Y por como va hasta ahora, Harry no se hará amigo de Draco. Puede que lo utilice como vasallo. (
Migweg: Oh, que la historia sorprenda es bueno! Quiere decir que no se pone demasiado aburrido. ¡Gracias por lo de "Master"! (Snif, que ánimos me das) ¿Tu vas en primero medio también? ¿De que parte de Chile eres?
Norm: Me alegro de que se haya arreglado algo tu compu, es una lata cuando se pegan. La pantalla de mi Pc se funkó. El color rojo se ve como negro. ¡Muchisisísimas Gracias por lo de "genial"! Injusto, esa estupidez de los exámenes. Los míos comienzan la siguiente semana.
Dydrex Slytherin: ¡Hola, compañera de la Gran Slytherin! Mmm, lo sé, quizás la reacción de Tom cuando se enteró que Harry Potter era "ÉL" Harry Potter, no fue la que más concordaba con su personalidad, pero necesitaba alguna excusa para sacar a Harry-kun del orfanato "con estilo". A todo esto, el otro día leí tu fic, pero olvidé dejarte un review. ¡Me encantó! Sobre todo aquello de Falcore, el fénix de hielo. Está genial, sigue, porfa.
Ok, esos eran. Desde hoy, nueva encuesta.
ENCUESTA: ¿Harry sigue siendo una versión "mejorada" de Tom Ryddle cuando chico? ¿O lo hacemos cambiar de actitud?
¡Contesten pliiiz! ¡Envíen Review, para la sección "autoestima de la autora"! Jejeje, ¡Hasta el siguiente capítulo! ¡Recuerden esa frase de John Lennon, gran maestro de la música del siglo XX! "Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz. Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que te unas, y así el mundo será uno solo."
Lynx
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Universo Paralelo
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Se sentía extraño. Quizá era por que se había acostumbrado durante años a forzar su vista, a ver entre nieblas. El caso es que el hechizo de aquella estúpida enfermera había dado resultados. Podía ver los rasgos, las expresiones de las personas que estaban a su alrededor. Apreciar los detalles de la decoración del Gran Salón, como por ejemplo, aquel techo que reflejaba el cielo exterior. Increíble.
Se sentó en una esquina de la mesa cercana a la escalera que llevaba hacia las mazmorras. Draco Malfoy le hizo un saludo cómplice desde la otra esquina de la mesa. Harry miró para otro lado, asqueado. Perro faldero. Bastardo lamebotas. pensó, lanzándole luego una mirada de deprecio que heló a Malfoy. Se sirvió, como todas las mañanas un café cargado y volvió a meditar sus posibilidades en la biblioteca, algo que le había quedado dando vueltas en la cabeza.
Imposible de día, al menos. Y de noche es peor. suspiró.
Había tenido una desagradable experiencia con Filch, el conserje, la noche anterior. Negó con la cabeza. Así que esa era la famosa Mrs. Norris, el animalejo estropajoso que había visto en brazos de Filch el día de la selección. Quien diría que los gatos podían ser tan desagradables.
-¿Qué toca hoy luego del desayuno?- Una voz al lado suyo lo sacó de sus pensamientos.
-¿Me dices a mí?- Se giró Harry, entre molesto y extrañado. Eso, porque las reacciones que él provocaba en la gente eran muy contradictorias. Los alumnos de todos los cursos y Casas le miraban idiotamente la cicatriz cada vez que podían, pero nunca le dirigían la palabra. La única persona con la que había hablado en aquella semana era Malfoy, y a ese no había ni siquiera que contarlo como persona.
-No, si no a aquél estúpido Hufflepuff de la mesa de al lado.- respondió un chico de primer curso, pelo oscuro y grandes ojos azules. Intentó recordar quien era. Blaise Zabiny. le avisó su memoria. Harry se puso en guardia, aunque no le había desagradado del todo la respuesta de Zabiny. El muchacho agregó- Sí, te digo a ti. ¿Qué toca? Pociones, con Sevvie-poo, y luego ¿Herbología, con aquella maleza de Sprout?
-Si.- le respondió Harry a su desayuno, porque no miraba a Zabiny. Quien sabe si su interlocutor se sentiría molesto por eso, o quizá era simple curiosidad, porque preguntó, sin ninguna clase de anestesia:
-¿Qué se siente pasar diez años con esos asquerosos muggles, en un orfanato?
Aquella pregunta si que lo había tomado por sorpresa completamente. ¿Quién se creía aquel insignificante para tratar tan familiarmente con él? Y cuando la sorpresa que le provocó aquella observación de Zabiny dio paso a la rabia, estuvo a punto de lanzarle una maldición frente a todos. Su mano derecha aferró la varita en su bolsillo. Pero no podía. Tranquilo. Supuestamente los de primero no tienen por qué saber maldiciones. Le echó a Zabiny una mirada de rabia pura colindante con odio, y siseó:
-¿A ti quien te dijo eso?
-Todos en Slytherin especulan lo mismo.- Respondió Blaise, tranquilamente, como si no se hubiese enterado que Harry lo estaba detestando en ese momento.- Porque es imposible que hayas pasado diez años entre magos, y que nadie haya sabido de ti. También lo es que haya sido entre muggles parientes tuyos, porque hubiese sido más fácil encontrarte, y si estás aquí, no eres un mudblood. Por lo tanto, debes haber estado en un orfanato muggle, bajo protección mágica. Así, nadie te encuentra.
Dominar las emociones, dominar las emociones, dominar. . . Intentó permanecer con la cabeza fría, luego de recibir aquella información tan inesperada como extraña. Bajo "protección mágica", había dicho aquél débil mental.
Tenía que averiguar de que se trataba todo aquel asunto. Y sobre todo, quién le había dejado en el Asilo de Huérfanos "La esperanza".
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Se había aburrido. Aquél hombre lo estaba pasando por alto adrede, y no iba a permitirlo. Snape comenzó con su tanda de preguntas, otra vez con aquella obstinación hacia el gordo idiota de Longbottom.
-¿Y bien? ¿Que es lo que pasa si mezclamos acónito, mezcalina y azufre?
-Yo. . . yo no lo sé, profesor.- claro que no podía saberlo. Si ni siquiera aquella pedante de Granger lo sabía.
-Oh, me temo que no ha de resaltar mucho en mi clase, ¿verdad, Mr. Longbottom?
-Acónito, mezcalina y azufre son un poderosísimo veneno. Mata a las personas en menos de veinticuatro horas, con convulsiones, ataques de pánico, y hemorragia interna.
Era Harry quien había hablado. Snape fingió no haber oído.
-Mr. Longbottom, ¿Y que resulta de la combinación de. . .?
-Disculpe, profesor- Harry dijo "profesor" casi como si lo escupiera - Yo también formo parte de esta clase. Aquí hay más gente que ese blandengue de Longbottom.
-Me parece que Mr. Potter se está extralimitando.- siseó Snape, con voz peligrosa.- Yo decido a quién le refresco la memoria. No me haga quitarle puntos a mi propia Casa.
-No creo que sea un refrescamiento de memoria.- respondió Harry, en el mismo tono.- Porque esa poción no sale en el libro que usted pidió. Sale en "Venenos y Filtros Mortales Concentrados".
El resto de los alumnos, de Slytherin y Gryffindor, comenzaron a murmurar a su alrededor. Harry estaba consciente de eso, pero lo que pensaran aquellos retrasados mentales le tenía sin cuidado. Snape alzó una ceja ¿Acaso aquel insignificante bastardo de Potter había leído aquel líbro?. Pero estaba furioso. Dominó un poco sus ganas de matar a aquel insolente muchacho de ojos verdes, y gritó con toda la rabia que pudo:
-¡No me provoque, Potter!
-De hecho, me parece indigno que usted, por hacer parecer que los alumnos no saben nada, haga preguntas que no están en la materia.- Agregó Harry. Tenía una gran sonrisa de triunfo plasmada en la cara.
Snape estaba rojo por una mezcla de ira y turbación. Perfecto, ahora había conseguido que no lo pasase más por alto. Y tampoco lo castigaría. Snape jamás le quitaría puntos a su propia casa. El problema sería que me dejase de molestar suspiró Harry. Volvió a mirar a Snape, y aumentó su sonrisa. Oh, dios. Como adoraba hacer sentir mal a las personas. . .
Sonó la campana que marcaba el final de la clase. Salió de los primeros. Quería dejar a Snape con la rabia adentro.
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-Bien alumnos, como hoy es nuestra segunda clase, y ya introdujimos la Botánica como materia la semana pasada, creo que hoy están listos como para que comencemos con el cuidado de algo sencillo. Acompáñenme al Invernadero Uno.
Los alumnos de primer curso, tanto de Slytherin como de Ravenclaw siguieron a la Profesora Sprout a través de los enormes terrenos de Hogwarts. No tuvieron, en todo caso, que caminar mucho. El Invernadero Uno apareció frente a ellos detrás de una colina. El día nublado, como siempre en otoño, y el suelo crujiente con las hojas cobrizas que venían desde el bosque prohibido.
Lo primero que pensó Harry al entrar a aquel invernadero fue Aburridísimo. En el Invernadero Uno había flores gigantes, enredaderas y plantas en maceta; y árboles que, supo más tarde, tenían propiedades curativas en las hojas, la savia o la corteza. Sprout les hizo regar con pociones especiales unas plantas con pinta de mini-palmeras, luego de explicar lo beneficioso para el hígado que resultaba el té de las hojas.
Aquello no representaba absolutamente nada de reto. Y pensar que aquel tipo raro de Hagrid, al hablarle de Hogwarts, le había dicho lo "difíciles y gratificantes a la vez" que eran las clases en el castillo. Desmotivadoras, mas bien. Como estaba comprobando, a los primeros cursos no les tocaba hacer ninguna cosa interesante.
Sintió una presión alrededor de su tobillo que le comenzó a cortar la circulación. Miró hacia su pierna, y se encontró con unas extrañas lianas que se estaban enroscando en torno a él, metiéndose desde afuera del invernadero. De hecho, una segunda rama de aquella enredadera le estaba cubriendo la otra pierna con rapidez, mientras que la primera se enroscaba ya por su cintura.
Sin saber como, Harry se encontró debatiéndose con la planta, asfixiándose en el suelo cuando la segunda rama lo botó y comenzó a apretarle el pecho. Aquello, lo que sea que fuese, debía de tener más fuerza que una boa constrictora. Al lado suyo, una estúpida Ravenclaw lo miraba con la boca abierta, sin hacer nada. Completamente paralizada. Alguien se dio cuenta, y llamó a Sprout.
Antes de que la incompetente de la profesora alcanzase a llegar, la planta estaba reducida a un montoncito de cenizas en el suelo. Harry se sacudió las manos, y se levantó, recuperando un poco el aliento. La mujer se quedó mirándole sorprendida.
-No sabía que conocía el hechizo "incendio", Mr. Potter. Y menos uno que lo suficientemente poderoso como para lidiar con el Lazo del Diablo.- ese era el nombre de la planta, al parecer. Y que bien que le quedaba.
-No usé la varita.- respondió Harry, con frialdad. Un murmullo se extendió como fuegos artificiales. Era cierto: su varita mágica descansaba sobre el mesón de trabajo, tres metros más allá.
La Sprout bajó la cabeza, mirándolo de reojo. Luego, con una voz más aguda de lo usual, anunció que la clase había terminado por aquel día.
Y Harry pudo leer el miedo en sus ojos.
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La siguiente clase, luego de Herbología, era Defensa Contra las Artes Oscuras.
Que penetrante, la mirada de aquel anciano. No lograba sostener la suya por más de cinco segundos si lo miraba a esos ojos azul brillante. Y sus presentimientos seguían advirtiéndole, cada vez que se lo cruzaba No confíes en Albus Dumbledore. Definitivamente, no le agradaba aquel director. Le provocaba escalofríos.
Y ahora, resulta que estaba allí, observándolo mientras Harry intentaba no demostrar externamente demasiado desprecio hacia el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Quirrell. Que tipo tan patético: un auténtico cobarde, que se sobresaltaba cuando le hablaban y tartamudeaba de miedo todo el día. Imposible que haya llegado a profesor de Defensa, a menos que hubiese algún soborno por parte suya al director. No podía darle más asco aquella clase, más que nada porque la compartía con los estúpidos Gryffindor. Además, el incompetente de Quirrell daba tan solo nociones básicas de Defensa. Hablaba de maldiciones que Harry había aprendido a efectuar en casa de Mrs. Figg.
Esa vez fue distinto, tal vez porque Dumbledore estaba ahí, y Quirrell debía demostrar algo de "calidad educacional". Harry se sonrió con sus pensamientos: hasta mentalmente era sarcástico. Mientras, Quirrell hablaba sobre habilidades que solo magos oscuros tenían. Mostró (temblando) una pecera en la que una pequeña víbora verde como el veneno descansaba. Explicó sobre la Párseltongue y los magos con aquella habilidad, los párselmouth.
-D-de hecho, el pá-parselmo-mouth ma-ás fa-famoso d-de nue-nuestro tie- tiempo fue A-aquél Que No-no De-debe Ser No-nombrado.
Decir el nombre largo de Voldemort es una verdadera odisea para este idiota suspiró Harry, algo aburrido y, desviando la vista hacia la pecera con la serpiente. Sintió una sensación extraña en su sangre al fijar su mirada en los ojos de la víbora, y saber, de alguna manera, que podría entenderla. Y entonces, intentó pronunciar alguna palabra.
Todos a una, los ojos de la clase entera se clavaron en él. Sobre todo los de Albus Dumbledore.
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La gárgola tenía una sonrisa rebosante de mordacidad esculpida en su rostro de piedra. Harry ya la conocía más de lo que hubiese querido. Segunda vez que estaba ahí en las dos últimas semanas. Albus Dumbledore susurró la contraseña ("Bastón de dulce") y le hizo señas a Harry para que pasase. A su despacho.
El pájaro de Dumbledore emitió una serie de sonidos melódicos, al ver a Harry. Pero el tono en que cantaba era de advertencia. Harry simplemente lo ignoró.
-Toma asiento, Harry. Tenemos que hablar.- Nunca había visto al viejo tan serio. Ni siquiera cuando el Sombrero Seleccionador lo había derivado hacia Slytherin.
-¿Qué ocurre?- estaba irritado, y no se tomó la molestia de disimularlo. El director lo había hecho recorrer la mitad del castillo hasta su despacho, sin hablarle en todo el camino, ni decirle para qué lo había sacado de la sala así de urgido.
-Harry, esto es algo muy serio. Acabas de hablar Párseltongue frente a todos tus compañeros de clase.
-¿Y?- frialdad en peligroso aumento. La voz de Harry era un témpano.
-¿Sabías que eras un párselmouth?- los ojos azules de Albus Dumbledore se fijaron en los del muchacho. Harry sintió un escalofrío recorriendo su espalda. No le gustaba la mirada tan penetrante de ese viejo, pero no bajó la suya.- Y si no ¿Tienes alguna idea de por qué tienes ese don?
-No. No lo sabía. ¿Y la pregunta dos, tiene relevancia?
-Creo que esa habilidad en especial un inicio no era tuya. Tú conoces tu propia historia. Voldemort debe haberte traspasado algunos de sus poderes cuando su maldición falló. Pero debo saber si ha habido algunos factores que hayan afectado tu desarrollo. ¿Estas seguro de haberme dicho la verdad sobre lo que pasa en el orfanato?
Asqueroso anciano entrometido Pensó Harry. No confiaba en Dumbledore, y ahora menos luego de darse cuenta del hábil giro que había dado para cambiar el tema. Trató de quitarle la amargura a su voz cuando contestó:
-No hay nada que quiera ocultarle.
-Oh.- El viejo pareció estar más relajado, aunque miró de reojo a Harry, como si supiese algo más de lo que el muchacho había querido decirle.- Bueno, eso en realidad es muy importante para mí.
-¿Y por qué?- preguntó Harry, extrañado. Su inconsciente dio de inmediato la señal de alarma. No debí haber preguntado, pensó. Dumbledore respiró hondo antes de evaluar una respuesta. Optó por decir lisa y llanamente la verdad.
-Porque fui yo quien te dejó allí.
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To Be Continued.
Hooolas! Jajaja, el suspenso. Pobrecito Harry-kun. Que trauma que se llevó. O_o ¿Cómo me quedó este capítulo? ¿Bien? ¿Regular? ¿Malo? ¡Contéstenme, pliz! Mmm, creo que por hoy o tengo nada más que decir. Por desgracia, mis clases se desarrollan con toda la normalidad posible (maldición ¬¬), sobre todo Matemáticas (NoOo).
Yiai! Más Reviews! (a todo esto, perdónenme por lo de "Yiai" pero no se de donde se me pegó.)
Eva (Kat): Je, he aquí el siguiente capítulo. Espero que te haya gustado. ¿Extasiado? Eh, creo que es mucho decir, después de todo, este fic empezó como distracción, y para sacarme el "Karma" de ver a Harry malvado. (Me ruborizo, chica. Demasiados elogios.)
Joyce Granger: Oh, si, creo que me he demorado menos con este capítulo que con los otros. De todas formas, el plan es publicar uno por semana. El problema es que ahora si que voy a tener problemas para continuar, ¡pero juro solemnemente seguir!
Bunny 1986: La idea original es precisamente que sea prácticamente igual a Voldemort cuanto era el "pequeño es inocente" Tom Ryddle. Gracias por lo de fantástico. Y, en cuanto a Malfoy, casi me da lástima. Casi.
Kate: Oh, ¿ya ves? Harry analizaba la situación primero, antes de irse a la carga contra el pobre Sevvie. Pobrecito, tendrá que aguantar a Voldemort 2 en sus clases, sin sacarle un punto. O eso es lo que Harry cree, por lo menos. Y sí, Quirrell tartamudea y anda con su turbante. De modo que si anda con Voldie-poo en la cabeza. Y por como va hasta ahora, Harry no se hará amigo de Draco. Puede que lo utilice como vasallo. (
Migweg: Oh, que la historia sorprenda es bueno! Quiere decir que no se pone demasiado aburrido. ¡Gracias por lo de "Master"! (Snif, que ánimos me das) ¿Tu vas en primero medio también? ¿De que parte de Chile eres?
Norm: Me alegro de que se haya arreglado algo tu compu, es una lata cuando se pegan. La pantalla de mi Pc se funkó. El color rojo se ve como negro. ¡Muchisisísimas Gracias por lo de "genial"! Injusto, esa estupidez de los exámenes. Los míos comienzan la siguiente semana.
Dydrex Slytherin: ¡Hola, compañera de la Gran Slytherin! Mmm, lo sé, quizás la reacción de Tom cuando se enteró que Harry Potter era "ÉL" Harry Potter, no fue la que más concordaba con su personalidad, pero necesitaba alguna excusa para sacar a Harry-kun del orfanato "con estilo". A todo esto, el otro día leí tu fic, pero olvidé dejarte un review. ¡Me encantó! Sobre todo aquello de Falcore, el fénix de hielo. Está genial, sigue, porfa.
Ok, esos eran. Desde hoy, nueva encuesta.
ENCUESTA: ¿Harry sigue siendo una versión "mejorada" de Tom Ryddle cuando chico? ¿O lo hacemos cambiar de actitud?
¡Contesten pliiiz! ¡Envíen Review, para la sección "autoestima de la autora"! Jejeje, ¡Hasta el siguiente capítulo! ¡Recuerden esa frase de John Lennon, gran maestro de la música del siglo XX! "Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz. Puedes decir que soy un soñador, pero no soy el único. Espero que te unas, y así el mundo será uno solo."
Lynx
