Saint Seiya no me pertenece... ;_; aish...
DE VUELTA AL PASADO
Capitulo 12. Reuniones inesperadas...
Nesbiros estaba tratando de huir de una de las sombras todo lo rapido que podia. No tenia intencion de luchar contra esos humanos, Hades no se lo permitiria. Asi que durante la primera media hora de lucha se dedico a esquivar los ataques que una de las sombras le lanzaba. Echo un rapido vistazo al improvisado campo de batalla. Milo luchaba encarnizadamente contra Louis. Ni se daban ni pedian tregua. Los dos parecian bastante igualados en poder y al caballero de Escorpio le costaba tener a su sombra a raya. Leviathán, sin embargo, disfrutaba de la batalla. Con sus poderes recuperados y aun en forma humana, el ex-demonio luchaba con todas sus energias contra dos sombras y se estaba divirtiendo mucho. Nesbiros sabia que hacia siglos que Leviathán no tenia un combate real, por eso lo disfrutaba tanto.
¡Asi que estabas escondido aquí! – Nesbiros gruño por lo bajo. La sombra lo habia encontrado una vez mas. Uso su poder de teletransportacion para esconderse nuevamente tras unas rocas. Si al menos Hades le hubiera dado permiso para luchar... Pero el Dios de los Muertos habia sido muy claro con sus ordenes. El solo podria orientar a los humanos para que encontraran a su señora y a su amiga y ayudarlas a ellas a escapar, nada mas. Tendria que seguir jugando a escondite con esa endemoniada sombra hasta que pudiera darle esquinazo y poder ir hasta donde su señora...
¡Aguja Escarlata! – el ataque lanzado por Milo fue rapidamente esquivado y contraatacado por Louis. El caballero de Escorpio bloqueo el golpe. Los dos se quedaron parados, jadeando por el esfuerzo de una batalla que ya duraba mas de una hora, observandose mutuamente y estudiandose. - ¡Has mejorado mucho, Louis! – la sombra de Escorpio solto una risita agria.
¡Como veras las ansias de venganza son buenas entrenadoras! ¡Aunque debo admitir que tu tampoco lo haces mal, Milo! ¡Pero no sera suficiente para derrotarme!
¿Por qué haceis esto? ¡No habeis aparecido en años! ¡Os fuisteis por voluntad propia! ¿Por qué ahora?
¿Crees que necesito mas razones para odiarte, Milo? ¡Estas equivocado! ¡Siempre te he detestado! ¡Don Perfecto! ¡Tienes todo lo que yo siempre he deseado!
¡Lo que tengo me lo gane con mi esfuerzo, Louis! ¡No tengo culpa de haber sido mejor que tu!
¡Siempre tan modesto! ¡Eras el favorito de Sturm! ¡Eso es todo! ¡Por eso te quedaste con la armadura!
¡La armadura me eligio a mi! ¡Por muy bien que lo hiciera, si la armadura no me consideraba digno, no la hubiera conseguido! ¡Fue su eleccion! ¡Sturm no tuvo nada que ver en eso!
¡Mientes! – rugio Louis.
¡Tal vez sea por eso, por lo que la armadura no te eligio, Louis! ¡Te has pasado la vida envidiandome! ¡Y las armaduras no quieren a alguien con el alma atormentada por dueño! ¡Quieren a alguien que las haga sentir orgullosas!
¡Te voy a cerrar la boca para siempre, Milo! – el caballero de Escorpio sonrio con burla.
¡Aun no ha nacido el que lo consiga!
¡Dalamar! – el antiguo maestro de Kamus bajo de las rocas con tranquilidad y se coloco frente a el.
¡Ha pasado mucho tiempo, Kamus!
¿Tu has sido el que ha planeado todo esto?
¡Oh! ¡Por supuesto! ¡Todo para vengarme de ti, querido discipulo! La aparicion de las sombras, el secuestro de vuestras alumnas... todo... - Kamus no salia de su asombro. Solo podia mirar a su maestro, que lo observaba con sus ojos celestes brillantes de odio.
Pero... ¿Por qué? No lo entiendo... - Dalamar solto una siniestra carcajada.
¿Por qué? ¿Y tu lo preguntas? ¡Por tu culpa, por tu insistencia en proteger a Crystal, por tus cuestionamientos Shion empezo a investigar! ¡Y descubrio todos mis planes para hacerme con el Santuario! ¡Años de trabajo tirados por la borda! ¡Por tu culpa! – Kamus no daba credito a lo que oia. Su maestro, el hombre que lo crio y educo para ser un caballero habia estado conspirando contra el Santuario... ¿El? ¿Cómo podia ser eso cierto? La furia se fue apoderando rapidamente del caballero de Acuario. Nunca en su vida se habia sentido tan traicionado como en ese momento... nunca...
¿Cómo has podido hacer eso? ¡Conspirar contra el Santuario! ¿Tu? ¡Eres un traidor! ¡Y yo voy a ser quien se encargue de borrarte de este mundo! – Dalamar rio divertido.
¡Olvidas un pequeño detalle, Kamus! Tenemos a vuestras alumna como rehenes... un movimiento en falso y Gabriel las ejecutara... ¡Tu decides! – el dorado miro alarmado hacia las aprendices. La marea subia sin piedad y ya habia llegado a la altura del pecho. Unos minutos mas y se ahogarian. Gabriel, con una sonrisa retorcida, estaba cerca de ellas, listo para matarlas si el atacaba. Se mordio el labio, con impotencia. No podia hacer nada. Ni atacar, ni salvarlas.
¡Sueltalas! ¡Como has dicho antes, esto es entre tu y yo! ¡Ellas no tienen nada que ver!
¿Y arriesgarme a que tu ataques? ¡Nah! ¡Ni hablar! ¡Son mi as en la manga! ¡Se quedaran ahí y por su propio bien, tu no te moveras! – Dalamar comenzo a atacar a Kamus sin piedad, lanzando sus ataques mas poderosos. El caballero de Acuario aguanto los golpes sin rechistar y sin mover un músculo para atacar. Pero sabia que no duraria mucho asi. Tenia que pensar algo para acabar con esa situación, si no tanto el como las aprendices moririan. Un potentisimo golpe de Dalamar en el estomago lo hizo caer varios metros mas atrás. Mientras trataba de levantarse de nuevo, un rayo negro como la noche cayo justo en medio de los combatientes. Cuando Kamus pudo abrir los ojos vio ante el una figura alta, vestida completamente de negro. Un hombre de largos y revueltos cabellos negros y tez palida los miro un segundo antes de dirigirse a la orilla. Alli con un gesto de su mano, hizo aparecer a las dos aprendices junto a el, desatadas. Las dos chicas lo miraron sorprendidas. Gabriel estaba inmovilizado por el poder de aquel extraño ser.
Pero... - murmuro Kamus, levantandose trabajosamente y muy sorprendido.
¿Quién eres tu? – pregunto furioso Dalamar, volviendose hacia el hombre. Nesbiros aparecio en ese momento, y se quedo tan sorprendido como el resto.
¡Mi señor Hades! ¿Qué... que haceis aquí?
¿Hades? – Kamus fijo su vista en el Dios de los Muertos, que sonreia bastante divertido.
¡Ahora el juego esta igualado! ¡No me gustan los tramposos! Podeis proseguir, caballero de Acuario... - Hades se sento tranquilamente en una roca, haciendo un gesto a las dos chicas y al demonio de que no interfirieran. Kamus agradecio mentalmente al dios y se levanto de nuevo, encarando a su maestro.
¡Bien, Dalamar! ¡Ahora si que es entre tu y yo!
CONTINUARA...
DE VUELTA AL PASADO
Capitulo 12. Reuniones inesperadas...
Nesbiros estaba tratando de huir de una de las sombras todo lo rapido que podia. No tenia intencion de luchar contra esos humanos, Hades no se lo permitiria. Asi que durante la primera media hora de lucha se dedico a esquivar los ataques que una de las sombras le lanzaba. Echo un rapido vistazo al improvisado campo de batalla. Milo luchaba encarnizadamente contra Louis. Ni se daban ni pedian tregua. Los dos parecian bastante igualados en poder y al caballero de Escorpio le costaba tener a su sombra a raya. Leviathán, sin embargo, disfrutaba de la batalla. Con sus poderes recuperados y aun en forma humana, el ex-demonio luchaba con todas sus energias contra dos sombras y se estaba divirtiendo mucho. Nesbiros sabia que hacia siglos que Leviathán no tenia un combate real, por eso lo disfrutaba tanto.
¡Asi que estabas escondido aquí! – Nesbiros gruño por lo bajo. La sombra lo habia encontrado una vez mas. Uso su poder de teletransportacion para esconderse nuevamente tras unas rocas. Si al menos Hades le hubiera dado permiso para luchar... Pero el Dios de los Muertos habia sido muy claro con sus ordenes. El solo podria orientar a los humanos para que encontraran a su señora y a su amiga y ayudarlas a ellas a escapar, nada mas. Tendria que seguir jugando a escondite con esa endemoniada sombra hasta que pudiera darle esquinazo y poder ir hasta donde su señora...
¡Aguja Escarlata! – el ataque lanzado por Milo fue rapidamente esquivado y contraatacado por Louis. El caballero de Escorpio bloqueo el golpe. Los dos se quedaron parados, jadeando por el esfuerzo de una batalla que ya duraba mas de una hora, observandose mutuamente y estudiandose. - ¡Has mejorado mucho, Louis! – la sombra de Escorpio solto una risita agria.
¡Como veras las ansias de venganza son buenas entrenadoras! ¡Aunque debo admitir que tu tampoco lo haces mal, Milo! ¡Pero no sera suficiente para derrotarme!
¿Por qué haceis esto? ¡No habeis aparecido en años! ¡Os fuisteis por voluntad propia! ¿Por qué ahora?
¿Crees que necesito mas razones para odiarte, Milo? ¡Estas equivocado! ¡Siempre te he detestado! ¡Don Perfecto! ¡Tienes todo lo que yo siempre he deseado!
¡Lo que tengo me lo gane con mi esfuerzo, Louis! ¡No tengo culpa de haber sido mejor que tu!
¡Siempre tan modesto! ¡Eras el favorito de Sturm! ¡Eso es todo! ¡Por eso te quedaste con la armadura!
¡La armadura me eligio a mi! ¡Por muy bien que lo hiciera, si la armadura no me consideraba digno, no la hubiera conseguido! ¡Fue su eleccion! ¡Sturm no tuvo nada que ver en eso!
¡Mientes! – rugio Louis.
¡Tal vez sea por eso, por lo que la armadura no te eligio, Louis! ¡Te has pasado la vida envidiandome! ¡Y las armaduras no quieren a alguien con el alma atormentada por dueño! ¡Quieren a alguien que las haga sentir orgullosas!
¡Te voy a cerrar la boca para siempre, Milo! – el caballero de Escorpio sonrio con burla.
¡Aun no ha nacido el que lo consiga!
¡Dalamar! – el antiguo maestro de Kamus bajo de las rocas con tranquilidad y se coloco frente a el.
¡Ha pasado mucho tiempo, Kamus!
¿Tu has sido el que ha planeado todo esto?
¡Oh! ¡Por supuesto! ¡Todo para vengarme de ti, querido discipulo! La aparicion de las sombras, el secuestro de vuestras alumnas... todo... - Kamus no salia de su asombro. Solo podia mirar a su maestro, que lo observaba con sus ojos celestes brillantes de odio.
Pero... ¿Por qué? No lo entiendo... - Dalamar solto una siniestra carcajada.
¿Por qué? ¿Y tu lo preguntas? ¡Por tu culpa, por tu insistencia en proteger a Crystal, por tus cuestionamientos Shion empezo a investigar! ¡Y descubrio todos mis planes para hacerme con el Santuario! ¡Años de trabajo tirados por la borda! ¡Por tu culpa! – Kamus no daba credito a lo que oia. Su maestro, el hombre que lo crio y educo para ser un caballero habia estado conspirando contra el Santuario... ¿El? ¿Cómo podia ser eso cierto? La furia se fue apoderando rapidamente del caballero de Acuario. Nunca en su vida se habia sentido tan traicionado como en ese momento... nunca...
¿Cómo has podido hacer eso? ¡Conspirar contra el Santuario! ¿Tu? ¡Eres un traidor! ¡Y yo voy a ser quien se encargue de borrarte de este mundo! – Dalamar rio divertido.
¡Olvidas un pequeño detalle, Kamus! Tenemos a vuestras alumna como rehenes... un movimiento en falso y Gabriel las ejecutara... ¡Tu decides! – el dorado miro alarmado hacia las aprendices. La marea subia sin piedad y ya habia llegado a la altura del pecho. Unos minutos mas y se ahogarian. Gabriel, con una sonrisa retorcida, estaba cerca de ellas, listo para matarlas si el atacaba. Se mordio el labio, con impotencia. No podia hacer nada. Ni atacar, ni salvarlas.
¡Sueltalas! ¡Como has dicho antes, esto es entre tu y yo! ¡Ellas no tienen nada que ver!
¿Y arriesgarme a que tu ataques? ¡Nah! ¡Ni hablar! ¡Son mi as en la manga! ¡Se quedaran ahí y por su propio bien, tu no te moveras! – Dalamar comenzo a atacar a Kamus sin piedad, lanzando sus ataques mas poderosos. El caballero de Acuario aguanto los golpes sin rechistar y sin mover un músculo para atacar. Pero sabia que no duraria mucho asi. Tenia que pensar algo para acabar con esa situación, si no tanto el como las aprendices moririan. Un potentisimo golpe de Dalamar en el estomago lo hizo caer varios metros mas atrás. Mientras trataba de levantarse de nuevo, un rayo negro como la noche cayo justo en medio de los combatientes. Cuando Kamus pudo abrir los ojos vio ante el una figura alta, vestida completamente de negro. Un hombre de largos y revueltos cabellos negros y tez palida los miro un segundo antes de dirigirse a la orilla. Alli con un gesto de su mano, hizo aparecer a las dos aprendices junto a el, desatadas. Las dos chicas lo miraron sorprendidas. Gabriel estaba inmovilizado por el poder de aquel extraño ser.
Pero... - murmuro Kamus, levantandose trabajosamente y muy sorprendido.
¿Quién eres tu? – pregunto furioso Dalamar, volviendose hacia el hombre. Nesbiros aparecio en ese momento, y se quedo tan sorprendido como el resto.
¡Mi señor Hades! ¿Qué... que haceis aquí?
¿Hades? – Kamus fijo su vista en el Dios de los Muertos, que sonreia bastante divertido.
¡Ahora el juego esta igualado! ¡No me gustan los tramposos! Podeis proseguir, caballero de Acuario... - Hades se sento tranquilamente en una roca, haciendo un gesto a las dos chicas y al demonio de que no interfirieran. Kamus agradecio mentalmente al dios y se levanto de nuevo, encarando a su maestro.
¡Bien, Dalamar! ¡Ahora si que es entre tu y yo!
CONTINUARA...
