~~*~~ Así comienza todo ~~*~~

A la mañana siguiente, Len se despierta algo atontado, espera que todo lo que haya pasado no se trate tan sólo de un sueño, se sienta en la hamaca que Horo acomodó para él, que bien, fue real. Nota que las otras dos hamacas están en paralelo con la suya, lo suficientemente separadas para no incomodar al que estaba al lado.

Se levanta, nota que Pilika duerme profundamente en la hamaca que esta al lado de la suya se queda mirándola por unos minutos, La joven ainu se veía simplemente hermosa, observa atentamente como el pecho de la muchacha sube y baja lentamente por la suave respiración, unos cabellos azulados cubren si cara. El joven de ojos dorados se le acerca, delicadamente saca los cabellos que cubren la cara de la chica, Pilika se mueve ligeramente, girando su cabeza en dirección hacia él "Es.... es hermosa" piensa mientras acaricia la mejilla de la joven, Se sorprende el mismo por lo que esta pensando "¿qué estoy haciendo?" se aleja de la hamaca y se sienta en la suya "¿qué demonios me sucede?" sujeta su cabeza, nunca había reaccionado así.

Siente una mirada dirigida hacia él, mira para ver de quién se trata

- Horo? – se sorprende el joven, el peliazul se encontraba sentado en su hamaca, la cual estaba tras de la de Pilika.

Horo se queda viéndolo por unos segundos, dentro de los cuales hubo mucha tensión, luego de un rato Horo cierra los ojos y se acuesta de nuevo - mamamamamamamamamama......

Len se extraña – Horo?

- ha?? – Horo se vuelve a sentar con los ojos adormilados – qué?

- Estas...?

No alcanza a terminar, pues es interrumpido por los ronquidos de su amigo.

Un suspiro sale de sus labios... "si me hubiese visto de seguro me echa a patadas".

Vuelve la mirada hacia la hermosa joven que lo mira, Len se sonroja levemente ¿habrá sentido cuando su mano acariciaba su mejilla?

- Ohayo, Len – le sonríe la hermosa joven mientras se sienta en la hamaca.

- Ohayo.... – Len se levanta y comienza a ponerse la camisa, había dormido con pantalón.

La joven ainu se extraña ante el nerviosismo del chico, pero trata de no
darle importancia – Len.... tienes ropa limpia?

El chino la mira – sólo esta... – dice mostrando la que esta unsando

Pilika le sonríe – Te pasaré una de mi hermano, físicamente son
parecidos, creo que te quedará bien.

Len continúa mirándola, por unos segundo se queda viéndola, es muy
hermosa cada vez que lo mira con esos ojos de color azul cielo, no sabe
que hacer, nunca había tenido esa extraña sensación, de ponerse nervioso
ante una persona, que su cabeza dejara de funcionar correctamente, se
confundía demasiado...

- Len? – Pilika se había levantado y esta frente a él

El joven se sonroja al verla tan de cerca, eso le hace recordar la vez
que la salvo del tigre y...

- Me estás escuchando? – Cuestiona la peliazul.
- Sí! Lo siento... yo... "¿qué demonios me pasa?" – sube una mano a su
cabeza.

- Ten – Pilika le pasa unas ropas de su hermano – cuando termines de
vestirte lavaré la ropa que tienes sucia.

- Si... Gracias... – El joven levanta las manos para recibirla

En el momento en que el joven de ojos dorados fue a tomar la ropa, sus manos toparon con la suavidad de las de Pilika. La joven peliazul se sonroja notoriamente al igual que Len, ambos se miran, les llama la atención que el otro se haya sonrojado también.

Ante el nerviosismo Len jala de las ropas con la intención de separa sus manos de las de la joven, pero Pilika aún no soltaba las vestimentas, por lo que se termina acercando más a él. Para evitar caer, pues Len tiene mucha fuerza, se apoya en el firme pecho del chico.

- Lo... siento – se disculpa el chino.

Pilika sube la mirada quedando frente a la de Len. Sin que ninguno de los dos se diera cuenta, las ropas caen en al suelo de la choza.

Por un extraño impulso, que nadie sabe de donde diantres salió, el joven levanta la mano hasta la suave mejilla de la muchacha enredando ligeramente sus dedos en el azulado cabello. La hermosa ainu se sorprende, nunca pensó que un chico de tal mirada fría, no.... esta vez no era fría, esos hermosos ojos dorados la miraban con una ternura interminable, la cual se reflejaba muy bien en las dulces caricias que recibe su rostro. Otro impulso invade a la chica, que también sube la mano hasta el rostro del chino, su suavidad inexplicable, la tersidad de su cabello... era una sensación increíble.

Para ambos, el espacio de visión comienza a disminuir, sus ojos comienzan a cerrarse lentamente, mientras el espacio que los separa se hace cada vez más pequeño, ambos esperan.... casi impacientemente que ese espacio desaparezca...

- mmmmmmaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuhhhhhhhh – un bostezo. Horo comienza a despertarse.

Len y Pilika se separan al instante. – Yo... lo siento... yo... bueno... no se como explicar...- tartamudea la ainu mientras levanta la ropa que se había caído.

- No... no es tu culpa... yo... lo siento, en serio.... no necesitas explicar nada... – Len rasca su cabeza mientras mira hacia donde se encuentra la ainu.

Horo-Horo se sienta en la hamaca y mira algo atontado a los que se encuentran ahí.

- Ten... Toma... – Pilika le pasa nuevamente la ropa a Len.

El joven levanta las manos para recibirla, nuevamente siente el toque de las suaves manos de la ainu, por lo que se sonroja aun más de lo que estaba, al igual que ella.

Horo, que ya comenzaba a levantarse de la hamaca, los mira un tanto extrañado por el rojo de sus rostros, pero por suerte para los presentes, aún estaba adormilado.

Pilika suelta las ropas, casi lanzándosela al joven chino. – Debo irme...quiero tomar un baño... – y sale de la choza tomando una toalla que estaba en su camino justo antes de salir.

Horo se estira tranquilamente tapando su boca mientras bosteza. Luego rasca su cabeza, - Que le pasa? – cuestiona, viendo la cortina por donde salió su hermana.

Len lo mira, luego mira las ropas que tiene en sus manos – solo..... "¿que demonios le digo?" – se queda unos segundos pensando en que decirle a su amigo, hasta que no se le ocurrió otra cosa mejor que recurrir a su mejor arma.

Toma una actitud fría encogiéndose de hombros – u_u ... y yo que sé.... pregúntale a ella. – Camina hacia su hamaca y deja la ropa sobre ésta, luego mira a Horo - Cuando vuelva tu hermana deberíamos ir a tomar una baño en esas termas. – Trata de cambiar el tema.

Horo lo mira sorprendido – Como sabes de esas termas? – esas cálidas aguas están resguardadas por miles de árboles, arbustos y demás, para alguien que no sabe como llegar, le sería prácticamente imposible poder verlas.

El joven chino lo mira – Me perdí cuando venía para acá, de no ser por el tigre que casi atac.....

- Tigre??? – Horo parece exaltarse.

- Si.... el que ayer.... – Len calla al recordar lo sucedido el día anterior.

Ayer ,cuando estaba perdido, notó al tigre caminando muy atento a algo, seguramente una presa, ya estaba hambriento, así que si el tigre cazaba algo, como un conejo o algo así , podría arrebatárselo y podría comer algo, por lo que lo siguió escondido en los árboles. Fue siguiendo al tigre de rama en rama hasta que éste se detuvo mirando a través de unos arbustos a su futura presa. El joven chino se acerca un poco más para ver su cena, pero no precisamente era un conejo... , vio desde esa rama como una hermosa joven tomaba un baño, al descubrir de quien se trataba quedó paralizado, recordaba con mucha exactitud la belleza de la joven niña en su mente, pero en ese momento.... era una mujer, una bella mujer. Quedó tan embobado con tal hermosura, que no tuvo reacción alguna hasta que el tigre rugió con fuerza en señal de que iba a atacar. ( ya se saben lo demás)

- De qué tigre hablas, tiburón? – Horo está muy extrañado, en esas zonas en muy rara ocasión se presenta algún animal feroz, ¿habrá sido esa la única de cada millón? – Además... ¿Qué tiene que ver un tigre con que hayas encontrado las termas?

"Mucho" pensó Len mientras miraba a su amigo – ya te dije que estaba perdido – Explica él, ya un tanto nervioso, pero con su actitud notoriamente fría, comienza a ver las ropas del peliazul – Olvida a ese tigre.... las descubrí por suerte.

Horo levanta una ceja – Tanto te costó explicar eso?

- No me molestes Hoto! – El chino se sonroja y una venita se ve sobresalir de su frente.

- Eres lo peor, ni siquiera sabes dar una simple explicación – Se burla Horo

- Ya cállate!! – Len aprieta los puños amenazando a Horo

- Quieres pelear? – se enfrenta el joven ainu sacando de la nada su tabla.

- Cuando quieras!! – el joven saca su enorme lanza.

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Pilika ya había terminado de bañarse, ya estaba vestida, ahora cepilla pacientemente su largo cabello, está sentada en una roca cercana a la orilla, sus pensamientos en centran en lo que sucedió hace unos instantes, toca su rostro en la mejilla que el joven chino acarició, nunca se imaginó ver en lo hermosos ojos del muchacho, tanta ternura, la cual se manifestó en esa caricia...

- Len.... – Susurra viendo un punto fijo en el suelo. Comienza a sacudir la cabeza – Que estoy pensando!? – se regaña. "Quizás solo este jugando...." piensa mientras pone una expresión de tristeza.

-Ese es el nombre del extranjero... cierto? – se oye una voz

Pilika voltea, se trata de una figura masculina, apoyada en el tronco de un árbol, sus brazos estar cruzados y su mirada dirigida a los ojos de la ainu– Desde cuando que estas aquí? (¬¬)

- Acabo de llegar – contesta el joven.

- Más te vale – Pilika se pone de pie.

- Len.... ¿Ese es el nombre del extranjero? – vuelve a preguntar el chico al notar que su primera interrogante no fue respondida.

Pilika lo mira extrañada – Pues si.... –se sonroja levemente

El joven se acerca hacia donde esta la chica y se sienta en la roca donde ella estaba sentada hace un instante. – Según parece le tienes mucho afecto... – comenta Haku, provocando que el sonrojo del rostro de la muchacha aumente.

- Qué? Pero que estas diciendo? – Pilika voltea para que su amigo no viera su rostro sonrojado.

Haku baja la mirada, con una tenue expresión de tristeza – Mis abuelos me dijeron quién será mi futura esposa... – trata de cambiar el tema.

Vuelve a mirar a la chica – Lo anunciarán a la aldea entera dentro de una semana.

La joven lo mira - Eso es muy bueno! – Pilika se alegra por él – y que te pareció su decisión?

- A mi me agrada bastante..., pero estoy algo nervioso. Mis abuelos dicen que dentro de una semana ella lo sabrá y en menos de dos ya estará siendo mi mujer.

- Así que te casarás en menos de dos semanas.... – Repite la chica

- Sip... así es... – Sonríe el muchacho.

- Me dirás de quien se trata? – cuestiona la muchacha muy emocionada por su amigo.

- Claro que no.... =P – Se burla el joven – deberás esperar una semana para saberlo...

Pilika le golpea ligeramente la cabeza del chico – Qué malo eres!!

El joven la mira burlón – Si!!! Lo soy!!! =P

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En la tranquilidad de la aldea, los días pasan rápidamente

Horo-Horo y Pilika se encargan de ayudarle a Len para que sea capaz de colaborar en algunos deberes de la aldea: recolectar el trigo, regar la siembra, alimentar al ganado... ( nadie lo creería... pero... es un fic =P). La presencia del joven chino en esa aldea ha hecho que las jovencitas le pongan mucha atención... le ofrecen agua, le llevan fruta, y una que otra se atreve a pedirle que le propusiera matrimonio.

Casi sin darse cuenta, pasa una semana...

Len estaba junto a Horo y Pilika recolectando algunas hiervas. De pronto una de las jovencitas se le acerca muy sonrojada al muchacho de ojos dorados. El joven detiene lo que estaba haciendo para ver a la muchacha la cual le ofrecía tímidamente una manzana.

Len se la recibe sonriendo – Muchas gracias...

Los ojos de la chiquilla brillan descontroladamente, luego voltea y se marcha con una ligera risita.

- Por qué a mi ninguna me ofrece nada!? – se queja Horo-Horo TT_TT – no es justo! – mientras continúa recolectando.

Pilika se acerca seriamente a Len, le toma la manzana y se la lanza lejos

- Oye!!! Pero que haces!!! – Grita el chino mientras sigue el recorrido de la fruta

- No debes comer nada antes de la cena, no tendrás hambre para después... – Explica la joven ainu volviendo al trabajo.

- Qué? Tengo suficiente hambre para esa manzana y más! – Alega el joven.

- Por lo menos me la habrás dado a mi!! – alega el peliazul

- Ya dejen de estar discutiendo estupideces y trabajen!

- No debiste hace eso... esa joven me la pasó muy amablemente y tu me la lanzas! – continúa Len.

Pilika voltea arrugando el entrecejo – Acaso te importa mucho lo que le pueda afectar a esa niña?

Len y Horo se sorprenden por la reacción de la muchacha.

- Pilika.... – llama Horo a su hermana, por lo que ella voltea para verlo – Te importa lo que este tiburón piense de esa chica?

La joven ainu se sonroja notoriamente, ¿estaba actuando así por celos?

- Oye!!! A quién le dices tiburón??? Estúpido Hoto... – Len hace que el peliazul se distraiga.

- A quién le dice estúpido? Tiburón! – Horo se ofende.

- Al único de esa especie que está aquí presente, Estúpido!

- Ya deja de ofenderme! – Horo empuña sus manos

- Quieres pelear? – Lo provoca Len sacando su lanza

- Así es!!! – Horo saca su tabla

Pilika mira al par de jóvenes que ahora se enfrentan, su rostro vuelve al color normal – YA DEJEN DE ACTUAR COMO NIÑOS Y SIGAN TRABAJADO!!!

Al instante Len y Horo se detienen y guardan sus armas – Sí!!! A la orden!! - contestan al unísono.

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A la hora de la cena los tres jóvenes están muy exhaustos por lo que la conversación no es muy abundante. Horo es el primero en ir a dormir, mientras Pilika y Len limpian los platos.
La joven ainu sale de la choza a ordenar unas cosas, luego mira el cielo estrellado, levemente opacado por las luces de la aldea – Que hermoso – comenta al aire.

El joven chino sale también al ver que Pilika mira el cielo, el hace lo mismo. – Desde aquí no se logran apreciar bien... – Comenta

La ainu lo mira – que cosa? – cuestiona

- Las estrellas – Responde mirándola

Pilika vuelve a mirar el cielo – yo creo que se ven preciosas...

Len se le acerca – No las has visto como las he visto yo...

La joven lo mira – Me gustaría...

- Puedo llevarte, no es lejos de aquí...

Pilika sonríe – Si! Yo quiero!

- De acuerdo... – El jóvenes pone frente a ella de espalda y se agacha un poco – Sube, debes ir con los ojos cerrados.

- Con los ojos cerrados? Por qué?

- Sólo hazlo....

Pilika obedece, se sube en la firme espalda del chico abrazándolo suavemente por el cuello, apoya su cabeza en uno de los hombros del joven, se sonroja, y cierra los ojos. El joven, por su parte, al sentir los pechos de la hermosa chica en su espalda, también se sonroja, siente el dulce aroma de la chica, es embriagante.

- Estoy lista – informa Pilika

- Esta bien, aquí vamos

Así Len se pone en camino, atraviesa el bosque rápidamente y recorre una distancia considerable hacia el interior. Encuentra un árbol bastante alto – Es perfecto... – El muchacho hace que Pilika se baje de su espalda delicadamente para que no cayera.

- Puedo...?

- No! Aún no puedes... – interrumpe el chico ante la interrogante.

Len levanta a Pilika entre sus brazos y a ágiles saltos llega a una de las ramas más altas del árbol, lo suficientemente fuerte para que soporte el peso de ambos. El chico se sienta y sienta a la chica frente a él haciendo que le de la espalda.

- Bien.... ahora puedes abrirlos. – le permite el joven

Pilika abre lentamente sus hermosos ojos, se sorprende al ver todo tan oscuro, iluminado levemente por la luz de la luna, se echa un poco para atrás quedando recostada en el pecho del chico, se levanta avergonzada y voltea para mirarlo – Donde estamos? – pregunta

- No te preocupes por eso... – la tranquiliza el joven - Mira hacia allá - dice apuntando con su dedo índice hacia el cielo. La hermosa joven obedece, era cierto, las estrellas que había visto minutos antes no era nada comparado con las que ve ahora. Es un paisaje radiante, miles y miles de estrellas brillando en ese mismo instante. – Tenías razón... es hermoso – comenta volteando hacia Len.

- Así es.... hermoso... – responde el chico mirando en dirección al cielo.

Pilika vuelve a mirar hacia el cielo, es imposible cansarse de verlo, la hermosura de ese paisaje, la tenue luz de la luna que iluminaba su alrededor, todo era perfecto en ese momento.

De pronto Pilika se cubre con sus brazos, hacía algo de frío y ella está tan solo con una remera y un pantalón ancho.

- Tienes frío – afirma el joven de ojos dorados – Quieres que volvamos?

Pilika lo mira y le niega con la cabeza mientras le sonríe tiernamente.

Len esta usando una de los abrigos de Horo, que se abre en medio del pecho en un cierre, en estos momentos Len lo usa abierto dejando ver la remera que usa debajo.

El joven se acomoda para pasarle el abrigo a la ainu, pero ella lo detiene.

- Si te lo sacas te resfriarás... – dice dulcemente la ainu.

- Te resfriarás si no te lo pones – contesta el chino

Pilika lo empuja suavemente hacia atrás, haciendo que Len quede recargado en el tronco, la joven se le acerca lentamente entre sus piernas recargándose de costado en el pecho del joven y hace que la abrace. La seguridad que experimenta al estar entre esos brazos es impresionante, sabe que no le harán daño y lo que más harán por ella será protegerla.

Se quedan varios minutos así, viendo sin descanso las hermosas estrellas, ambos disfrutan el momento, dándose calor el uno al otro hace un ambiente especial para los dos.

Pilika se distrae levemente de las estrellas mirando a Len, él continua viendo hacia el cielo, la joven peliazul lo mira atentamente, el joven es realmente bien parecido y ahora que lo ha empezado a conocer mucho mejor, su corazón late con más fuerza cada vez que lo ve. Se acurruca en su pecho, descubre que ambos corazones laten al unísono, unidos en una suave melodía.

Una mano de la ainu se posa en el rostro del muchacho haciendo que gire a verla, los ojos del muchacho se centran en los de la joven.

El chico esta algo sorprendido por lo que hace la hermosa muchacha. Los suaves dedos de la joven comienzan a acariciar los labios del chino, con suaves y ligeros toques.

La boca de Len se entreabre mientras Pilika la acaricia. La chica pasa su mano hasta la nuca del muchacho, y hace que sus ojos se pierdan en los de él.

La distancia que los separa comienza lentamente a disminuir, mientras ambos comienzan a cerrar los ojos, esta vez esperan pacientemente el momento del contacto.

Finalmente llega, ligeros besos en un principio, los primeros para ambos. Torpemente comienzan a aprender juntos el arte que posee un beso. Siguen así durante unos minutos acariciando dulcemente los labios del otro con los propios.

El joven presiona suavemente a la chica contra su pecho para tener más contacto, se aventura a pasar a otro nivel, buscando la forma de que su lengua se abra paso a través de los labios de la joven. Pilika no demora en corresponder a su petición, probando a fondo la dulce boca del otro, comienzan a fundirse en un apasionado y lento beso, nadie los apura, nadie los observa... no hay razón que les impida estar juntos en este momento.

Después de unos instantes se separan, volviendo a ver a su pareja. Los ojos de ambos están más brillantes que nunca, Pilika vuelve a acariciar el rostro del joven mientras se acurruca en su pecho. Len Toma la mano que se encuentra en su rostro y entrelazan los dedos, vuelven a mirar las estrellas, esta vez sin palabras, no las necesitan sólo necesitan...

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~~~~~*~~~~~ Fic sin terminar ~~~~~*~~~~~

Espero les haya gustado éste capítulo, en realidad me emocioné mucho haciéndolo (eso explica lo largo), espero lo hayan disfrutado y esperen la continuación =)

Por su atención, muchas gracias =)