Len Toma la mano que se encuentra en su rostro y entrelazan los dedos, vuelven a mirar las estrellas, esta vez sin palabras, no las necesitan sólo necesitan... estar ahí, sumidos en ese hermoso momento.

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*** lo siento, olvidé poner esas últimas palabritas!!! Bueno... eran las 4 de la mañana y ya desfallecía. Muchas gracias por los R/R!!!Bien... ahora continúo =).***

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~~*~~ Miedo ~~*~~

A la mañana siguiente Horo se despierta perezosamente como siempre, se sienta en la hamaca y se estira mientras bosteza, mira a su alrededor con los ojos adormilados. Se sorprende al notar que las dos hamacas que están siguiente a la suya están vacías.

Se levanta "quizá salieron temprano" trata de tranquilizarse. Se viste rápidamente y sale de la choza "quizás me quedé dormido y se fueron sin mi"

Se detiene en la puerta de la choza, Len regresaba con Pilika en sus brazos.

Horo se sorprende y corre donde esta él – Que le sucede a mi hermana!? – pregunta muy angustiado.

Pilika entreabre los ojos al oír la voz de su hermano, se incorpora un poco para ver a Len, al sentir que se mueve, el joven chino la mira.

-Ya despertaste... – sonríe el chico

Horo se extraña de la ternura por parte de su amigo, Mira a su hermana, ella tambien le responde la sonrisa con la misma calidez.

-No.... no me digan que.... – la pareja mira al peliazul que palidece cada vez más, Len deja a Pilika para que se sostuviera en sus propios pies – no me digan que no llegaron a dormir anoche...

Los jóvenes se sonrojan de inmediato – No... hermano... no es lo que tu piensas....- se adelanta la peliazul.

-Pa..... pasaron la noche juntos? – Repite Horo, cada vez más pálido.

-No...- dice Pilika – bueno... si...pero Horo, hermanito... no te imagines nada, por favor... – Pilika trata de calmar a su hermano.

-Donde estaban???? – Pregunta un "poquito" más alterado.

-Fuimos al bosque... – Responde Len volviendo a su postura fría.

-Al bosque? – Horo lo mira – llevaste a mi hermana al bosque?

-Si.... – Contesta mirando en otra dirección.

-Maldito infeliz! Te has quedado con la inocencia de mi hermana!!! – Horo saca su tabla.

Len y Pilika lo miran – Inocencia?? – ambos se sonrojan.

-Yo no he tocado a tu hermana!!! – Len saca su lanza.

-Es cierto hermano.... no pasó nada... – Pilika se pone entre los dos." Al menos nada como lo que se esta imaginando"

-Acaso quieres que crea que éste idiota te llevó al bosque a mirar las estrellas? – Horo se acerca a su hermana.

-Pues si... eso fue lo que pasó.... – Afirma la ainu.

Horo mira al chino – Esperas que crea eso?

-Es cosa tuya si lo crees – dice cruzándose de brazos y mirando en otra dirección – Con lo terco que eres no saco nada con insistir.

Horo mira a su hermana frente a él, ella lo esta mirando a los ojos

- Si lo dudas, estarías pasando por encima de la confianza hacia tu hermana y hacia mi , que soy tu amigo. – Continúa Len con la misma postura de antes.

Len tenía razón, esta tan acostumbrado a odiar a ser humano que se acerque a su hermana por temor a que la lastimen. Pero en éste caso, ¿qué va a hacer?, no puede odiar a Len, lo conoce hace tanto tiempo, sabe que detrás de esa máscara de frialdad no es capaz de dañar a nadie.

-Demonios! – Horo guarda su tabla y baja la mirada.

Pilika lo abraza, sabe que ha entendido muy bien – Gracias hermanito.

Horo mira a Len mientras le devuelve el abrazo a su hermana, él ahora mira en dirección a los hermanos. El peliazul sabe perfectamente lo que ése muchacho siente por su hermana, lo descubrió incluso antes de que el mismo Len lo comprendiera. Lo peor de todo, es que la ainu le corresponde. No sabe lo que sucedió esa noche que pasaron juntos, pero sabe que nada de lo que pasó, fue con la intención de dañarla.

Unas campanadas comienzan a sonar, Horo y Pilika se separan.

-Hay que reunirse... – dice Pilika recordando lo que Haku le había dicho "hoy dirán con quién se casará" piensa mientras sonríe, alegrándose por su amigo.

Comienza a correr en dirección al punto de reunión, Len no entiende nada, sólo sigue a los hermanos peliazul.

Al llegar al punto de reunión se observa un pequeño escenario donde se puede ver que Haku y su familia está reunida. Una joven se les acerca al trío que acaba de llegar.

-Señorita Pilika, la estaba buscando. - Dice la joven.

Pilika la mira, es una de las ayudantes de los jefes de la aldea – Por qué?

-Ya esta por empezar todo, venga conmigo. – La joven toma del brazo a la peliazul.

Pilika voltea a ver a sus acompañantes – En seguida regreso.

Len y Horo se miran, se quedarán solos por un momento, ambos arrugan el entrecejo, luego miran en direcciones opuestas cruzando los brazos.

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Pilika camina junto a la joven entre la multitud hasta llegar donde se encontraban todos en el escenario. Haku la mira – Por fin llegaste – se le acerca tomándole las manos.

Haku parece muy contento – Estás muy emocionado.

-Así es...- le sonríe.

El abuelo de Haku comienza a hablarle a la multitud cuando ya había llegado casi la totalidad de la aldea.– Mis queridos aldeanos – dice. Todos giran su mirada hacía el anciano – Los he llamado en ésta ocasión para anunciarles algo que me tiene muy complacido. La siembra ha sido abundante y el ganado se ha triplicado, los dioses han escuchado nuestros rezos y nos han ayudado a recolectar alimento suficiente para el invierno.- Se escucha un grito por parte de la multitud en forma de celebración.

El anciano levanta las manos en señal de que continuará hablando. – Pero eso no es todo... – continua el hombre.- Quiero anunciarles con mucho orgullo, algo que me tiene realmente feliz.

Todos observan al hombre con mucha atención.

-Mi nieto Haku ya ha cumplido la edad suficiente para poder desposar a una de las hermosas jóvenes de ésta aldea. – continua el hombre.

Len mira a Horo-Horo – Haku... ese no es el amigo de Pilika?

-Sí – contesta – no sabía que ya se tenía que casar. En esta aldea es una obligación, para la que es elegida, casarse con él, por el simple hecho de que es nieto de los jefes.

-Qué sucede con ella si se niega? – Pregunta Len, no sabía que en la aldea de los peliazules tenían ese tipo de costumbres.

-La echarían de la aldea – contesta Horo volviendo a poner atención en lo que decía el anciano.

-La decisión fue tomada cuidadosamente por mi esposa y por mí, creemos que es la jovencita más indicada para ser la prometida de nuestro nieto – continúa – y está aquí, junto a mi nieto.- dice apuntando a Haku que trae de la mano a Pilika. La joven ainu no entiende que esta pasando, Haku le sonríe tiernamente mientras la lleva al centro del escenario.

Horo abre los ojos de sorpresa, no puede creer que su hermana haya resultado ser la elección de los jefes de la aldea.

Una flecha en el corazón que ahora lo ahoga sin piedad, es lo que Len siente al ver como Pilika entra de la mano con ese muchacho. Sus piernas tiemblan, nunca había tenido una sensación así, sus piernas le tiemblan, "prometida?" repite una y otra vez en su mente, como si esas palabras hicieran eco en las paredes del interior de su cabeza.

Pilika esta muy aturdida, el jefe de la aldea le sujeta el hombro mirándola amablemente – Así es, esta hermosa joven será la esposa de mi nieto.- confirma, Luego mira a la multitud – La ceremonia de su boda la realizaremos dentro de tres días. – finaliza.

La joven ainu esta muy sorprendida "no puede ser" piensa mientras mira a su futuro esposo, el cual luce muy sonriente. Pilika mira en dirección a la multitud, todos aplauden sonoramente gritándole deseos de suerte y felicidad. Pero... no esta feliz, definitivamente no lo esta. Su vista se centra en un joven que deja a la multitud sin voltear - Len... – susurra.

Haku la mira, al parecer escucho lo que tenuemente salió de los labios de su, ahora, prometida.

Len se refugia en el bosque, su corazón parece amenazar con detenerse en cualquier momento. Sube a una de las ramas más altas de un árbol. "¿Por qué?" se cuestiona una y otra vez. Si no se hubiera dejado cautivar por los encantos de la ainu.... "¿¡¡¡Por qué!!!?" vuelve a repetir con más intensidad en su cabeza. Mira a su alrededor, la vista....a pesar de que esta vez es de día reconoce éste lugar, aquí fue donde descubrió más a fondo a la bella ainu, recuerdos que ahora le duelen, los dulces besos... las caricias, ya dejaron de pertenecerle desde ahora.

Toma su cabeza entre sus manos, frotándola con fuerza – Demonios!!!! – grita para sí. "¿Por qué?" "¿¡Por qué!?" "¿¡¡¡Por qué!!!?" cierra los ojos con fuerza - ¿¡¡¡¡¡¡POR QUÉ!!!!!!? – luego los abre, el dolor de su pecho disminuye ligeramente, tenues gotas caen en la rama, toca una de sus mejillas... lagrimas.... había olvidado cómo se sentían, hace mucho tiempo que no escurrían por sus ojos, hace tanto tiempo... Pensar que sólo por ella, ahora tiene la oportunidad de verlas otra vez.

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El día pasa lentamente, a la hora de la cena se respira gran tensión por parte de los residentes de la choza. Len, Horo y Pilika aún no se reponen de lo sucedido.

El silencio es cada vez más inflexible, después de que en cada comida se reúnen los tres a conversar animadamente, este momento era simplemente insoportable.

-Es un buen tipo – Horo se encarga de romper el tenso silencio – Te tratará muy bien.

Len y Pilika lo miran. El joven chino se levanta sin decir palabra y se recuesta en la hamaca que le corresponde poniendo las manos en la nuca.

Los hermanos miran al joven de ojos dorados. La ainu se levanta y se sienta en su hamaca, viendo hacia donde está Len recostado.

-Iré a limpiar los platos – informa Horo saliendo de la choza, esos dos necesitan hablar.

Pilika observa a su hermano hasta que desaparece de la vista, luego dirige su mirada al joven chino.

-Len... – se escucha la voz de la ainu.

El joven la mira de reojo, esperando a que ella dijera algo. De los labios de la joven no puede salir palabra, el nudo que esta en su garganta se lo impide.

Len entiende lo que sucede, se levanta y se pone frente a muchacha, que continúa sentada.

La joven ainu lo mira a los ojos, siente cómo de los suyos comienzan a salir silenciosas lágrimas. Las manos del chico comienzan a acariciar sus mejillas secándolas apenas salgan.

-No quiero que vuelvas a llorar – dice fríamente

La joven afirma con la cabeza, se levanta quedando frente a Len, rodea la cintura del chico y carga su rostro contra su pecho. El muchacho le devuelve el abrazo, acariciando tiernamente el cabello de la joven. Se quedan ahí... varios minutos, están ahí, tan cerca el uno del otro... pero a la vez tan lejos.

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A la mañana siguiente Len despierta, había dormido muy mal por lo que siente su cuerpo adolorido, se sienta, recostado ya no consigue nada, ve que Pilika ordena alguna de sus ropas en un bolso.

Len se levanta - ¿Qué haces? – da unos pasos para acercarse, pero un brazo se le interpone , Horo lo mira moviendo la cabeza de un lado para otro.

El joven chino obedece, se da cuenta de una cuarta presencia – Haku.... – susurra.

-Pilika irá a vivir conmigo desde ahora, es lo correcto, pues pronto será mi esposa. – Dice mirando al que recién despertó

Las palabras del muchacho hacen eco en la cabeza del chino.

La joven se levanta ya terminada su tarea, le dirige una triste mirada a su hermano y luego a Len. Haku la toma del hombro – Ya debemos irnos.- dice tomando el bolso de su futura esposa.

Pilika obedece dándole la espalda a los que se quedan y camina al mismo paso que su prometido.

Horo y Len los siguen con la mirada hasta que desaparecen de sus vistas.

-Demonios!!!!! – grita Horo mientras se arrodilla y golpea el suelo.

Len, sólo se dedica a observar donde desapareció Pilika. Haciendo que ese dolor, que ya había experimentado, volviera a crecer en su interior.

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Los días pasan lentamente, las horas de cada uno son interminables. Pero aún así llega el día de la boda.

Len arregla sus cosas mientras Horo se trata de poner presentable para ir a la ceremonia de su hermana – Al parecer no irás a la boda de Pilika... – comenta mientras mira a su amigo.

-No... - contesta secamente.

-Por lo menos deberías despedirte de ella – le aconseja Horo.

Len lo mira - No..... no podría... – confiesa

-De acuerdo, como quieras, yo tengo que irme, la ceremonia está por comenzar. – Horo se acerca a su amigo – creo que no te veré hasta la boda de Yoh.

-Así parece – Len extiende su mano derecha para despedirse de su amigo – te agradezco todo, pero ya debo irme a casa.

Horo observa la mano del chino, luego lo mira a los ojos – Nos vemos luego... – Dice dando media vuelta y dirigiéndose a la salida , luego le voltea para ver a su amigo – Espero que la próxima vez que extiendas tu mano sea para cuando realmente tengas que irte, y no porque deseas escapar de lo que te lastima – dicho esto se retira.

El joven chino baja la mirada para ver su mano "escapar de lo que te lastima". El idiota de Horo tiene razón, pero no puede negar que no tiene el valor para quedarse, para ver a Pilika con ese chico. Sale de la choza en dirección al bosque, por ahí llego, por ahí regresará. Avanza lentamente por entre los árboles, reconoce este lugar – Es tercera vez que vengo hasta este estúpido árbol – Piensa en voz alta. Sube a la rama en donde estuvo aquella mágica noche con Pilika entre sus brazos. Se carga en el tronco mirando el cielo en donde comienzan a verse las primeras estrellas del atardecer.

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La ceremonia se lleva a cabo en el centro de la aldea, con una gran fogata y una gran celebración, aunque no todos en esa fiesta están celebrando. Pilika sonríe a quien se le asome, pero su corazón llora descontroladamente.

Ya se ha casado con su amigo de infancia, los abuelos de éste celebran animadamente a la "feliz pareja".

Después de las celebraciones, todos van a dormir.

Haku y Pilika quedan solos en su habitación, recostados en un futón de dos plazas. Pilika esta de costado, tapada hasta el cuello, dándole la espalda a su esposo, Haku, por su parte esta recostado en su espalda tapado hasta el pecho, con las manos en la nuca y mirando el techo.

-Ahora... qué? – Pregunta el joven

Pilika no voltea, no quiere cumplir con el deber de ser su esposa, simplemente no lo desea.

-Estas nerviosa? – vuelve a cuestionar el muchacho.

-No... solo... estoy cansada. – dice la joven sin voltear aún.

Pilika siente como las manos del joven pasan a través de su cintura. El pijama de la joven está compuesto por dos partes, la de arriba con forma de camisa y la de abajo un pantalón.

El joven comienza a besar el cuello de su esposa mientras las caricias que se encontraban en la cintura de la joven, comienzan a pasar ahora hacia el vientre de ésta.

-Haku... no... estoy cansada... – Pilika lo aleja sin dejar de darle la espalda.

Haku no hace caso continua besando el cuello de la joven mientras su mano se aventura a entrar para la parte superior del cuerpo de la chica.

-Haku.. detente! – Pilika lo empuja con más fuerza, pero esta vez el joven la voltea con sus firmes brazos.

-Haku! Ya dije que no! – Pilika trata de volver a la postura que tenía anteriormente, pero Haku sujeta las muñecas de la chica contra el suelo.- Suéltame!!!

El joven comienza a besar el cuello de la chica nuevamente – Detente! Haku! Por favor detente! – la bella ainu comienza a desesperarse, nunca imaginó que su amigo de infancia seria capaz de hacerle esto.

Haku deja de besarla, sus manos se dirigen a los botones de la parte superior del pijama, Pilika cubre su pecho deteniéndolo – Ya basta! – dice volviendo a girar a darle a espalda.

El joven ya simplemente pierde la paciencia, desde hace ya tiempo que desea el cuerpo de la ainu y como sea, esta noche le pertenecerá. La voltea sin piedad, sujetando con una mano las muñecas de la chica y posándolas sobre la almohada arriba de la cabeza de la joven. Comienza a besar sin compasión los labios de la ainu, introduciendo su lengua en la boca de la chica. Con la mano que tiene libre abre de un solo golpe el pijama de la joven, dejando a la vista los bien formados senos de la bella mujer, toma firmemente uno de ellos, apretándolo sin delicadeza alguna.

Pilika siente pánico por lo que Haku desea con tanta codicia, lagrimas comienzan a salir de sus ojos mientras la boca del chico profana la suya. El joven se separa y la mira – Ya eres mi mujer, pues ahora deberás cumplir como tal.

-Haku... por favor detente... – ruega la chica cada vez más asustada.

Pero el chico ya esta fuera de razón alguna, se deja guiar por el deseo de poseer aquel cuerpo femenino, Su mano libre recorre el cuerpo de la asustada joven, acaricia aquel lugar privado, prohibido para él hasta ahora, recorre con atrevimiento toda esa cavidad.

Pilika intenta liberarse nuevamente, pero es inútil. El chico ahora succiona con deseo los senos de la joven – Haku... por favor... – dice entre desesperadas lágrimas la joven ainu.

Piensa en Len.... en los dulces besos que intercambiaron... – Len.... – susurra entre sollozos.

Haku se detiene y la mira a los ojos – Aún piensas en ese idiota – dice muy enfadado.

Pilika ve la oportunidad de soltarse, libera una de sus manos y empuja a Haku, se levanta y corre lo más rápido que puede, logra escapar de la habitación y de la casa, corre a pies descalzos para ocultarse en uno de los árboles cercanos. Haku sale de la casa gritando su nombre con furia. Cuando ve la oportunidad se adentra en el bosque buscando un refugio para que no la encuentre.

-PILIKA!!!! – se oye por toda la aldea.

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Len continuaba en el árbol, viendo las hermosas estrellas, no notó cuanto tiempo había pasado recordando con nostalgia los momentos pasados en ese mismo sitio.

La joven ainu había corrido sin rumbo a través del bosque por varios minutos, sin importarle a donde llegar, sólo alejarse de donde venía.

Con la tenue luz de la luna ve una figura humana en el suelo del bosque, baja del árbol justo detrás de aquella forma humana.

La joven se asusta al sentir unas firmes manos en sus hombros, voltea la cabeza temblando de miedo.

-LEN!! – la hermosa ainu lo abraza desesperadamente

El joven chino siente la humedad de las mejillas de la chica la aleja y le toma el rostro con ambas manos.

-Sácame de aquí – le pide Pilika con desesperación – no quiero volver a nadie de ésta aldea!, por favor! Sácame de aquí!!!! – Pilika se aferra al pecho del chico, el cual no comprende que le sucede.

Len la aleja de él suavemente – Quien te hizo esto? – pregunta al descubrir el estado en el que se encuentra la bella ainu. Su pijama esta completamente abierto en la parte superior, aunque cubre los pechos de la joven, sus pies están cubiertos de barro, estuvo corriendo varios metros a través del bosque. Len se saca el abrigo que esta usando y se lo pone a la joven.

Len toma los hombros de la chica y hace que lo mire a los ojos - ¿Quién te hizo esto?

Pilika mira al chico a los ojos, su mirada..... cuanto anhelaba ver esa mirada. Luego abraza al joven chino – No importa ya.....- luego sube la mirada – sácame de aquí.... - insiste aún asustada.

Len la toma entre sus brazos – De acuerdo.

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~~~~*~~~~ FIC SIN TERMINAR ~~~~*~~~~

Bueno... como ya lo habían descifrado, Pilika resultó ser la elegida para ser la esposa de Haku.

En lo personal no me agradó mucho este capítulo, falto muuuucho LxP, les ruego me disculpen. Espero que en el próximo me llegue la inspiración para que sea realmente bueno. Por ahora ya saben que será con Len y Pilika juntos, muuuuuy juntos ;) así que les ruego esperen la continuación =)

Por su atención, muchas gracias

Un beso!