~~*~~ Por fin a tu lado ~~*~~

Dentro de unos días de viaje, Pilika y Len finalmente llegan a la gran mansión Tao.

Ya frente a la gran puerta de entrada Len se detiene – uff... - suspira.

-Qué sucede? – pregunta Pilika

-Te quiero advertir algo... mi familia.... no es muy común que digamos....

Pilika lo mira extrañada – Pero Jun es bastante normal...

-No me refiero precisamente a ella... veras.... – Len calla al notar que la enorme puerta comienza a abrirse.

-LEEEEEEEEENNN!!!! – Jun sale muy feliz y lo abraza cariñosamente – te extrañe mucho!!!

Dirige la mirada hacia la joven ainu – Pilika!!!? – dice mientras suelta a su hermano – que te sucedió?- dice al ver el estado de la joven. Luego mira a Len – Len!! Como pudiste ser capaz!!!?

El joven se sonroja – Oye!! De que hablas? Yo no le he hecho nada!

-No te preocupes Jun... ya ha pasado todo.

Los tres entran a la mansión – Ven conmigo Pilika, deberás darte un baño y luego te prestaré algo de ropa – le dice Jun caminando unos pasos más que los jóvenes y haciéndole señas a la ainu para que la siga.

-Sí... muchas gracias Jun – Pilika es guiada por la joven china, voltea para ver a Len

El joven le hace señas para que continúe – te veré pronto... – dice el joven chino.

Pilika le obsequia una hermosa sonrisa – de acuerdo.

Jun nota como su hermano se comporta con la bella ainu, es muy extraño ver que sea tan amable con alguien ajeno a la familia. Sólo lo ha visto compartir con sus amigos, pero nunca con una chica.

La hermana mayor de Len guía a la recién llegada hasta una gran habitación - ésta será la habitación en donde te quedarás - Pilika al entrar queda muy impresionada, es simplemente enorme – Ahí esta el baño, te ayudaré a poner la tina para que puedas bañarte bien.

Pilika sólo la sigue, el baño era muy impresionante, bastante grande también – Espérame aquí, te traeré ropa limpia.

-Sí... muchas gracias...

Pilika recorre el dormitorio, es enorme, la cama es mayor dos plazas, esta muy bien decorada con adornos del país.

La mayor de los Tao no tarda en volver con ropa para la joven, comienza a preparar el baño – Si gustas te ayudo a tallar tu espalda.

Pilika esta algo sorprendida por tanta amabilidad – si no te molesta... – dice mientras se desviste. Dejando su hermosa figura al descubierto.

Jun queda muy sorprendida por la marca de algunos golpes en el delicado cuerpo de la chica. – Que te sucedió? – pregunta muy preocupada.

La joven ainu muestra marcas de golpes en distintas partes del cuerpo, más que nada por los constantes esfuerzos de la chica por liberarse de los brazos de Haku

-No quiero hablar de eso... – dice Pilika mientras entra a la tina.

-Si fue Len, te juro que lo mato!

Pilika la mira – Sabes que no podría haber sido él, el no sería capaz de hacerme daño... – Afirma mientras deja que Jun enjabone su espalda.

Jun nota en el rostro de la chica cierto cariño al hablar de su hermano – Valla, no creí que lo conocieras tanto...

La joven ainu mira a su acompañante un tanto sonrojada.

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Len entra a su habitación y se recuesta en su cama, después de haber estado en la pequeña pero cómoda choza de los ainu, todo en su casa le parece enorme, sonríe – Nunca me creerán que estuve cosechando trigo.... – Dice para sí.

Se levanta y se dirige al baño, después del largo viaje ya era hora de se limpiase . Se desviste y entra a la ducha, siente como el agua recorre su cuerpo, le relaja bastante, cierra los ojos mientras se enjabona, recuerda a Pilika, desde hace algunas noches que ella se volvió la reina de sus pensamientos,¿Por qué habrá querido huir de la aldea?¿ Que sucedió esa noche?

Al terminar de ducharse, Len toma una toalla y la pone alrededor de su cintura, al salir del baño se sorprende de ver a su hermana en su habitación – Dime hermanito, este o este? – pregunta mostrando dos vestidos chinos, parecidos a los que ella suele usar, ambos de distintos tonos de azul, uno corto y otro largo.

-Pero a ti no te viene el azul... – dice Len dirigiéndose a su closet

-No son para mi, tontito – dice haciendo que Len la mirara nuevamente – Son para tu Pilika

-Mi.. Mi Pilika? – el Joven Tao se sonroja notoriamente

Jun sonríe – vamos... dime con cual crees que se verá mejor...

-Ella es bonita por naturaleza, se verá bien con cualquiera... – dice volviendo a su tarea de buscar ropa para él.

-De acuerdo – finaliza Jun. Se le acerca a su joven hermano y le tira la toalla que cubría su cintura dejándolo tal como Diosito lo trajo al mundo.

Len se sonroja cubriéndose con lo primero que saca de su closet – Oye!!! Pervertida!! – grita, pero ya su joven hermana se encontraba fuera de su habitación.

Más tarde Len se dirige a la cocina Pilika y él habían llegado cuando ya oscurecía, y no habían comido nada durante todo el día por lo que ya esta completamente hambriento. Comienza a hacer unos huevos fritos para acompañarlos con pan o algo así, no digamos que su fuerte es la cocina, pero para poder comer algo haría cualquier cosa. Le prepara uno a Pilika, seguramente ella debe estar tan hambrienta como él.

Siente una presencia aparte de la suya en la cocina – Si vienes a regañarme por que no llegue a ayudarte con tu trabajo pues lo siento...- Dice sin voltear.

-La chica es tu novia? – dice una voz sin poner atención a lo primero.

Len voltea para ver a su padre – No.... no lo es....

-Ya veo.... – dice – deja de hacerte eso, acaso quieres morir envenenado por ti mismo?

-No te metas, tengo hambre! – reclama el joven.

-Pronto cenaremos...

El joven Tao se detiene con el pan muy cercano a su boca – De acuerdo – pero continua comiendo su comida.

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Jun baja junto a Pilika, la hermana mayor de los Tao había ayudado a su invitada a arreglarse, vistiéndola como toda una china.

-Te ves preciosa!!! – dice una voz

Pilika y Jun miran para ver de quién se trata – Madre... – dice la Joven Tao.

-Ese vestido te sienta muy bien jovencita.... – Vuelve a repetir la joven madre

Pilika se sorprende por la belleza de la madre de Len, a pesar de ya haber tenido dos hijos la edad simplemente no se le es fácil de descifrar.

-Ves? Te dije que te veías muy linda! – le dice Jun – espera a que mi hermano te vea. – pone cara de malicia – ya quiero ver su cara de asombro....

-Cariño... estas ahí? – se oye una voz proveniente de la cocina

-Sí... aquí estoy – contesta la madre de los Tao.

El padre de Len se asoma – valla! – exclama - veo que nuestra nueva integrante es muy hermosa...

Len comienza a salir de la cocina – Nueva integrant....? – Al ver a Pilika siente como toda su sangre sube hasta su rostro. El vestido que usa combina completamente con la belleza de la muchacha, era corto, llegaba a la mitad de los muslos de la chica, sin mangas resaltando su figura, su hermana se dio el tiempo de peinarla hacia un lado y ponerle maquillaje ligero del mismo tono de su cabello. Len esta boquiabierto mientras su hermana guía a la ainu hacia el comedor.

La cena pasó sin complicaciones solo con uno que otro comentario por parte de los familiares de Len hablando de arreglar boda y cosas por el estilo.

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Después de la cena Len va a uno de los balcones de la casa, ve no muy lejos de allí como la luna se refleja en las aguas de un pequeño lago cercano a su mansión.

La joven ainu se acerca y se carga en la baranda – Este lugar es muy hermoso.. – comenta la joven.

El joven chino la mira – así es.... – dice mientras carga en la baranda al lado de la muchacha.

Pilika lo mira – Muchas gracias Len.... aquí me siento mucho mejor.

Len recuerda esa noche que dejaron la aldea – Aún no me cuentas porque quisiste irte tan de repente. – comenta.

Pilika baja la mirada – Tenía mucho miedo....

El joven toma su rostro para que lo mirase – dime....

Pilika se incorpora parándose derecha, Len la imita – No.... no quiero hablar de eso. – las imágenes de ese momento pasan por su mente.

-Acaso Haku.... – Comienza el joven

-No quiero hablar de eso... – interrumpe la ainu.

Se quedan unos minutos en un profundo silencio. Len la mira, esta hermosa esta noche, la tenue luz de la luna hace que se vea más hermosa aún, pero su gran belleza se ve opacada por la expresión de tristeza que ahora adorna su rostro.

Un ligero viento helado se hace presente en ese lugar. Len mira como la piel de la hermosa chica se eriza. Sin decir palabra, pasa sus fuertes brazos por los hombros de la muchacha.

Pilika se sonroja, recuerda lo que sucedió la ultima vez que Len la abrazó, la joven toma las manos del chino entre las suyas entrelazando sus dedos con los de él. Vuelve a sentir la enorme seguridad que le otorgan esos brazos.

La joven voltea su cabeza para decir alguna palabra, pero sus labios fueron sellados por los de Len, un beso.... un tierno beso.... sólo uno fue suficiente para tranquilizarla, cierra los ojos lentamente, esta envuelta por esos fuertes brazos, no presa... preso esta su corazón que en ese minuto no quiere ser liberado.

Pilika es la que se encarga de intensificar el beso a lo cual Len no duda en corresponder.

Se quedan ahí, unidos por sus labios en un apasionado, por unos momentos, sin querer detenerse, sin desear separarse. Pilika voltea su cuerpo, posa una de sus manos en el pecho del chico, mientras que con la otra roza tiernamente su rostro.

El joven rodea la cintura de la chica, y la apega a él con suavidad, sus manos pasean por la espalda de la chica en tiernas caricias.

Se separan lentamente, ambos con los ojos cerrados, parece que ninguno desea romper ese beso, pero necesitan respirar.

Pilika abre los ojos lentamente, Len hace lo mismo, cada uno queda hipnotizado por los ojos del otro. La joven ainu carga su cabeza en el pecho del muchacho. Nuevamente quedan sumergidos en exquisito silencio por unos dulces momentos.

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A la mañana siguiente Len despierta en su cama, la enorme cama , esta tapado hasta la cintura, había dormido con el torso desnudo, su pijama se basó en un pantalón ligero. Se sienta restregando uno de sus ojos, mientras bosteza perezosamente, ve que una de las puertas de abre, la atraviesa Pilika que le sonríe tiernamente, la habitación de la ainu esta al lado de la de Len.

La hermosa ainu usa un camisón azul de mangas largas y de un largo hasta la mitad de sus muslos. Se acerca corriendo al recién despierto y lo abraza – Ohayo, Len.- con el impulso hace que Len quede recostado nuevamente.

El joven chino le contesta el abrazo – Ohayo...Pilika.

La joven ainu se separa para mirarlo, el chico comienza a acariciar el rostro de la muchacha, Pilika comienza a descender hasta que sus labios encuentran descanso en los del chino.

El chico posa su mano en la cabeza de la chica, para que no se separara tan pronto, enredando sus dedos con el suave cabello azulado.

Ambos, es un acuerdo mental, aumentan la intensidad del beso, Pilika se acomoda, uniendo más su cuerpo al de Len, El joven chino logra sentir los firmes pechos de la joven en el suyo, comienza a acariciar con su mano libre la espalda de la hermosa chica.

Pilika , por su parte, acaricia tiernamente el pecho desnudo del chico, su suavidad, su firmeza, su fortaleza... logra sentir cada una a través de la palma de sus manos.

La temperatura en ambos comienza a aumentar, haciendo crecer en ellos un deseo desconocido por ellos hasta ese entonces.

Tanto el beso como las caricias comienzan a aumentar de intensidad, la respiración de ambos se hace cada vez más agitada y continua. Len gira, haciendo que Pilika quede recostada en su costado frente a él, sin romper en ningún momento el embriagante beso. La joven ainu vuelve a girar quedando recargada de espalda y Len ligeramente sobre ella. Las caricias hicieron que el camisón subiera hasta la cintura de la chica, el joven no desaprovecha la oportunidad de aventurar su mano al interior de éste, acariciando con deseo la suave piel de la espalda de la chica. Pilika comienza a acariciar el cabello del chino, mientras lo abraza por el cuello.

La excitación crece en el cuerpo inexperto de ambos jóvenes que comienzan a segarse del mundo que los rodea, concentrándose tan sólo en ese momento.

Una voz se escucha detrás de la puerta – Es hora de desayunar – se reconoce la voz de Jun.

Los jóvenes se separan rápidamente, recién a esas alturas se dan cuenta hasta donde llegaron, ambos están muy despeinado y sonrojadísimos, La respiración de los chicos es agitada a tal punto de dar pequeños jadeos con cada bocanada de aire.

Ambos se sientan en la cama mirándose el uno al otro.

Len mira a Pilika, se sorprende al ver hasta que punto llegó, el camisón esta desordenado, subido hasta el vientre de la chica.

La joven baja la mirada, alcanza a ver la reacción que creó en el cuerpo de Len. El joven chino cubre su entrepierna sonrojándose más que antes.

Jun abre la puerta y entra con una sonrisa – Hermanito... es hora de desa....- se sorprende al ver el rostro sonrojado de ambos jóvenes, más aun al ver el estado de la cama y de los chicos, la cama estaba prácticamente desecha aunque Len continuaba cubierto por las cobijas hasta la cintura, Pilika con el camisón muy arriba y bastante despeinada, al igual que su pequeño hermano.

-Les..... Les aconsejo que se arreglen un poco antes de bajar... – dice Jun mirando a los chicos – nadie les creerá si dicen que acaban de despertarse. – finaliza y cierra la puerta tras ella.

Len y Pilika se miran, la joven se levanta nerviosa – Iré..... a darme un baño.... – informa mientras se dirige a la puerta que une la habitación de Len con la suya – Te veré abajo...- dice cerrando la puerta tras ella.

El joven chino baja la mirada "maldita anatomía humana" maldice mientras ve los efectos que hicieron las dulces caricias de Pilika en él.

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La tarde pasa sin ningún nuevo acontecimiento, a lo más que Jun mira a Len y a Pilika de vez en cuando con una sonrisa de malicia.

Pilika, en la noche se encuentra en su habitación sentada frente al espejo peinando su largo cabello. De pronto entra la hermana de Len – permiso... – anuncia su presencia.

-Adelante Jun – le indica la ainu.

Jun se acerca a ella, tomando el cepillo de pelo de la mano de Pilika, pero continuando con la tarea de peinar el azulado cabello.

-Al parecer conoces mucho mejor a Len de lo que creía – comenta la mayor de los Tao.

Pilika se sonroja ante tal comentario – no digas eso.... – mira a Jun a través del reflejo – no se como sucedió.... tan sólo...

-Tan solo pasó... – interrumpe la joven mayor.

-Te arrepientes? – cuestiona después de unos instantes.

-No pasó nada... – asegura Pilika ante la interrogante.

-Ya lo sé.... tan sólo te pregunto si te arrepientes de lo que sentiste mira directo a los ojos azules de la joven que se refleja en el espejo.

La ainu baja la mirada pensando en esas palabras por unos momentos – No.... no me arrepiento... – dice volviendo a mirar a los ojos del reflejo de la joven china.

Jun le sonríe – Ya veo.... te has enamorado.... – le anuncia

Pilika se sonroja sonriendo tímidamente – Sí.... – afirma.

-Me alegro... déjame decirte que eres muy bien correspondida... – Jun continua, poniendo desviando su atención al cabello que ahora cepilla.

La joven ainu baja la mirada, sonriendo con mucha felicidad – Lo sé....

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Len por su parte se encuentra en el balcón de su habitación, piensa detenidamente lo que pasó esa misma mañana, se sintió tan bien en ese momento, si no fuera por su hermana no se hubiese detenido por nada si Pilika se lo permitía. Ahora, viendo la situación, teme por que esas reacciones se vuelvan a repetir, ¿Qué sería capaz de hacer si no logra detenerse? Sería capaz de lastimarla, lastimar a la persona que le importa tanto.

Sus pensamientos son interrumpidos por unas risitas, El balcón una las habitaciones de Pilika y la suya, Camina silenciosamente hasta estar frente al ventanal de la habitación siguiente a la suya observa con una sonrisa cómo su hermana cepilla el cabello de Pilika. Al parecer conversan muy animadamente, seguramente esos temas de mujeres. Esta hipnotizado viendo el rostro de su más sagrado tesoro. Se sorprende cuando súbitamente su expresión cambia de una dulce sonrisa a una llena de tristeza. Jun se ve notoriamente preocupada, se sienta frente a Pilika para oírla mejor. Tiene muchos deseos de entrar y saber cual es la razón de ese repentino cambio en su mirada, pero al parecer en esos momentos le hace bien conversar con su hermana.

Se aleja del ventanal y se dirige a su habitación y se recuesta, ya es tarde y no le haría mal descansar, pero sigue muy preocupado por ese cambio repentino en el rostro de la ainu.

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Durante varios días se logra respirar una gran calma en la mansión Tao. Pilika y Jun se han hecho muy grandes amigas que conversan de sus asuntos de mujeres, que Len, por lo general termina si entender. La relación entre los más jóvenes va bastante bien, de vez en cuando se escapan a un rincón para recompensar el tiempo que pasan tratando de demostrar indiferencia.

En una hermosa noche adornada con miles de estrellas, los padres de Len Tao salen por una cuestión de negocios, Jun había salido con Lee, por lo que Len y Pilika se transformaron ,de pronto, en los únicos residentes de esa gran mansión...

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~~~~*~~~~ FIC SIN TERMINAR ~~~~*~~~~

Supongo que muchos de ustedes me están odiando en éstos momentos... cierto? Jeje...

Espero les haya gustado este capitulo y esperen la continuación =), creo que ya tienen una idea clara de lo que va a contener...

.....La boda de Yoh, por supuesto, ¬¬ que pensaban? Jeje... ;o)

Por su atención, muchas gracias

Un beso! Besitos! Besote!