9. LA VERDAD DE ANDRAIA

Al tercer día Andraia fue a comprar comida, para llenar la nevera, cogió el coche y se fue. Remus, Harry y Sirius se ofrecieron a acompañarla pero esta se negó, procuraba tener a Sirius y a Remus lo más alejados posibles de ella, no le hacía mucha gracia tenerlos en su casa.

-No sé que le pasa. Últimamente está muy irritable- dijo Sirius.

-Tienes razón, puede que este nerviosa por toda esta situación. Piensa que ha vivido durante tres años como muggle y ahora se encuentra frente una situación muy arriesgada- Sirius se encogió de hombres podía ser que su amigo tuviera razón, estaría nerviosa.

-Que Harry, ¿Haciendo los deberes?- le preguntó Sirius a su ahijado.

-Si ya sabéis como se pondrá Snape si no los traigo hechos- los otros dos sonrieron.

A las seis de la tarde llegó Andraia con un montón de comida, la colocó en los estantes y se puso hacer la cena. Mientras tanto Remus, Harry y Sirius preparaban la mesa.

-Con lo fácil que es hacerlo con magia...- se quejo Sirius.

-Venga no te quejes y pásame los vasos – le dijo su amigo Remus. Sirius hizo literalmente lo que le dijo su amigo se los paso, pero por el aire. Remus consiguió coger tres de los vasos pero uno cayó al suelo. Andraia asomo la cabeza des de la cocina.

-Se puede saber ¿Qué estas haciendo?- dijo Andraia enfadada- os he dicho que pongáis la mesa no que me destrocéis la vajilla.

Sirius bajo la cabeza.

-Lo siento ha sido culpa mía- le dijo a Andraia.- Ahora lo reparo- le cogió la varita a Remus y reparo el vaso roto.

-Acabad de una vez, que esto ya esta- cenaron con cierta tensión en el ambiente.

 A las 11 se fueron a dormir.

Esa noche Andraia tuvo una pesadilla. En la que aparecían dos sombras, que le decían cosas. Se despertó sudorosa, y con la respiración entrecortada pero no recordó nada de lo que le habían dicho esas sombras. Miró el reloj eran las 3 de la madrugada, era el momento. Cogió su varita y se levantó, se vistió lentamente. Abrió su puerta despacio y la cerró detrás suyo también muy despacio, respirò profundamente y mirò a un lado y al otro del pasadizo. Se dirigió a la puerta que estaba delante suyo, la abrió lentamente, y allí encontró a Lupin tumbado en la cama durmiendo. Levantó la varita y dijo:

-Avada...- pero no pudo terminar por que...

-¿Qué...?- gritó Sirius, ella se giró y le sonrió con maldad. Volvió a girarse hacia Lupin dispuesta a terminar con el maleficio, pero Sirius la girò y le dio un puñetazo en el ojo, mientras ella intentaba deshacerse de èl.  El puñetazo la dejo en el suelo aturdida.

Cuando despertó se encontraba en el sofá. Oía a Sirius hablando.

-Ya le he enviado la lechuza a Dumbledore.

-Pero ¿Qué ha pasado Sirius?- le preguntó Remus.

-He ido a beber agua y cuando he vuelto, la he visto delante de tu cama a punto de matarte- viendo la cara que ponía Remus, a Sirius le embargó la tristeza- lo siento...- Andraia se incorporó.

-No creas Sirius, yo también lo siento...- miró a su alrededor, en una silla estaba Harry, todavía con el pijama, y con cara de no comprender nada, al lado de la chimenea. Y delante de ella estaba Sirius con mucho odio reprimido y Remus con tristeza en sus ojos.- si verdaderamente siento no haber podido acabar con él...

-¡¿Pero que dices?!- le grito Sirius que se abalanzaba sobre ella, pero Lupin lo impidió. Mientras Andraia se frotaba el ojo donde Sirius le habìa dado el golpe.

-No os preocupéis que había para todos- continuo con la voz más fría que ninguno de los tres había escuchado nunca, hizo una sonrisa malévola- después de deshacerme de licántropo, tenia que matar a Potter. De ti, Black no tengo que preocuparme porque los Dementores me ahorraran el trabajo.- ahora estaban todos pálidos. Andraia miró en la mesa de delante del sofá donde había su varita, se abalanzó sobre ella, pero Sirius fue más rápido y la cogió antes. Andraia cruzó los brazos y se volvió a sentar. Sirius dejo la varita, delante de él,  debajo de la mesa, en una especie de estantería donde había un montón de revistas atrasadas.

-Pero...¿porqué lo has hecho? -murmuro Lupin.

-Ay, cariño, ¿de verdad pensaste que hace tres años me fui, porque no soportaba que cada mes te transformarás en la bestia que eres?- Sirius se estaba poniendo rojo de rabia. Andraia miró al techo y rectificó- bueno, en parte fue por eso, claro, pero un día de luna llena me encontré con ... Peter. Ay... Peter, cuantos recuerdos... ¿No crees Harry?- dirigió sus ojos frío hacia Harry, este estaba pálido y asustado, antes esa mujer le caía bien, pero ahora la estaba empezando a odiar. Andraia se rió al ver la cara de asustado del niño. Remus por su parte no se lo podía creer.- y me propuso unirme a ellos, ahora que Voldemort volvía. El día siguiente me fui, ¿Te acuerdas, Remus? Esto en parte es culpa tuyo si no te transformarás en licantrópo, hubieras estado cerca cuando vino.- Andraia sonreía divertida.

-¡Tu no eres Andraia!- casi gritó Lupin.

-¿A no? Claro por eso tenia las llaves de mi casa. Nunca te ha gustado escuchar la verdad, amor mío.

-Tiene que haber tomado la poción multijugos, seguro que es eso.

-Si, claro, tienes toda la razón,- se burló Andraia. Parecía que se lo estaba pasando muy bien.- Vamos ¿Haber en quien me transformo...? Ya se, soy Voldemort en persona- rió a carcajadas- por favor, no digas más tonterías. ¿Quieres una prueba? A ver... ya sé, el lobo que te mordió cuando eras pequeño lo hizo en la pierna derecha, tienes una cicatriz en forma de dos colmillos en esa zona, tu tenias cinco años y estaba de vacaciones con tus padres y tus hermanas.

Remus se derrumbó, la mujer cruel y mala que tenía delante tenía que ser Andraia, solo ella sabía donde le había mordido el lobo, cuando y que estaba haciendo allí, bueno ella y su familia. La mujer que casi lo había matado era... Remus cerró los ojos tenia que mantener la cabeza fría.

         -Pero no lo entiendo ¿porque?         - le preguntó Lupin.

         -Esto te suena – se levantó la manga del jersey y pudieron ver la Marca del lado oscuro. Harry se quedo de piedra, una amiga de sus padres era mortífago.

         -Sí, pero dijiste que lo hacías para proteger a Lily y a James...

         -Sí, claro, pero si no recuerdo mal no lo conseguí, ¿No? Estaba harta de pertenecer al lado que siempre pierde. Me arriesgue por los que creia mis amigos y hasta llegaron a sospechar de mi... -en ese momento Andraia lanzó un gritó y apretó el lugar donde tenia la Marca de Voldemort, vieron que esta estaba sangrando. Andraia se desmayó. Remus se iba a acercar a ella para ver como estaba.

         -¿Se puede saber que ibas a hacer, Remus?- le dijo Sirius cogiéndolo del brazo.- Ya no es la mujer con quien te casaste, Remus, es mala, extremadamente mala. Y te ha estado apunto de matar, por si no lo recuerdas.

         -¡Dejame!- Lupin se deshizo del brazo de Sirius.

         -Remus, es como Voldemort.- en ese momento Harry gritó poniéndose la mano en la frente.

         -¿Hablabais de mi?- dijo una voz desde el otro lado de la sala. Detrás suyo apareció Peter- ya veo que Flammeus no ha acabado con el trabajo que os mandé- le dijo a Peter – pero bueno ya que estoy aquí, me ocuparé de los cuatro. Que sorpresa encontrarte aquí, Black. Hubiera sido muy bonito que Flammeus matará a las personas que más amaba, pero si quieres una cosa bien hecha la tienes que hacer tu mismo.

         Sirius estaba rojo de rabia delante suyo estaban las dos personas que más odiaba en el mundo. La persona que había traicionado a James y a Lily, y que luego lo había mandado a Azkaban y el monstruo que los había matado. A Remus también le ardía la sangre. Sacó su varita, pero con un Expelliarmus por parte de Peter se la arrebató.

         -No, no. Muy mal Lupin. ¡Crucio!- Remus cayó al suelo retorciéndose de dolor.- Haber por quien empezamos. Lo siento pero moriréis lentamente y sufriendo mucho. Pensad que es una venganza personal. –Voldemort y Peter se rieron- Pero eso si, el pequeño Potter será el último. Empieza por quien quieras Wormtail...

         Peter apuntó con la varita a Lupin.

         -Lentus Mortis- Lupin cayó al suelo retorciéndose de dolor y gritando. Andraia que estaba tumbada en el sofá, lentamente abrió un ojo, pero nadie se dio cuenta. Desde donde ella estaba solo podía ver a Sirius, a Harry y a Lupin en el suelo. A Voldemort y a Peter, los tapaba el brazo del sillón.

-Haber Lupin, cuantos Lentus Mortis podrás soportar antes de morir- Sirius se abalanzó sobre Voldemort- petrificus totalus- y Sirius se quedó inmóvil- Black, no nos interrumpas...lo que te decía Lupin, una persona normal puede durar...5 seguidos. Me encanta esta maldición, los primeros te duelen como si se tratara del Cruciatus, pero luego la última que puedes soportar te destroza por dentro, es un espectáculo bonito de ver.

-Lentus Mortis - gritó otra vez Peter. Lupin se revolcó en el suelo. Harry estaba temblando en un lado de la sala, no sabía que podía hacer.

         -Ya llevamos tres. Vamos Wormtail a por la cuarta...

         -¡No!- gritó Harry y se abalanzó sobre Pettigrew, este le empujó hacia un rincón de la sala y se dio un golpe contra la pared que lo dejo inconsciente.

         -No te preocupes Potter que habrá para todos ...- se burló Voldemort.

         -Lentus Mortis- la maldición atravesó otra vez a Lupin, a él le dolía todo el cuerpo pero intentaba que su mente pensará en cosas buenas que le habían pasado, pero en todas aparecía la mujer que hacia unas horas lo había querido matar.- Lentus...

         -Espera- lo interrumpió Voldemort- ata a Black, que dejaremos que vea la muerte de su amigo.- Peter se acercó a Sirius y lo ató- finite incantatem – Sirius se "despertó" pero con todas las cuerdas atándolo, cayó al suelo.

         -Bueno, Black ahora verás el final de tu amigo. –Sirius miró a su amigo que estaba tendido en el suelo respirando con dificultad e inconsciente, el corazón le dio un vuelco. Después vio a Harry también inconsciente en el suelo.

         -Lentus...- empezó Peter, este era el Lentus Mortis que mataría a Lupin.