Ya vuelvo a estar aquí. En este capítulo aparece... bueno ya lo veréis.

Maika_Yugi: JAJAJA, gracias por tu información, me parecía que era eso, pero no quería equivocarme... La excursión esa de en una casa desconocida con un portátil, me parece que la dejare para más adelante...J Por cierto Remus me ha dado una tableta de chocolate para ti...

Citlali: Tienes razón, Remus se merecía tener a alguien para no deprimirse... Pobrecito mío, me doy cuenta de que soy cruel.

-SIIIIIIIIIII

-Remus no grites que me vas a asustar a la gente. Bueno ya veremos como continua.

Aspy: Muchas gracias. Lo de que el herido grave iba a ser Remus, yo también lo creía, pero pensé que sería demasiado obvio. Me alegra que te guste...

Astartea: Este fic esta en Remus y Sev porque a partir de este capítulo saldrá un poco más. Bueno, ya veréis...JAJAJAJA (otros más a quien hacer sufrir).

Anna: Gracias. Solo le faltaba eso a Remus, un ataque JAJAJAJA, ya veremos pronto sabremos el desenlace de Andraia (para bien o para mal)

Kamila: Gracias. Tiempo tengo dos horas cada día en el tren de ida a al universidad. Lo que pasa es que tengo 3 fic empezados y me he quedado atascada. Pero bueno.... de este todavía tengo escrito otro capítulo...

Anna Voig: Gracias. Tu crees que yo dejare que mi Remus sea feliz con otra mujer... pues ya veremos si se porta bien...

-Me voy a portar bien J

-Bueno ya me lo pensare.

Y Aquí el capítulo número 13, uffff

13. LA HERMANA DE ANDRAIA

Los días iban pasando, pronto terminarían las vacaciones de Navidad. Snape pasaba todo el tiempo encerrado en su mazmorra intentando encontrar un remedio, en el montón de libros que decoraban sus estanterías. Sabia que no encontraría nada, pero no podía quedarse de brazos cruzados, porque un sentimiento que creía olvidado le embargaba, un dolor nuevo, el dolor de ver como una amiga no despertaba y de ver como los amigos de  esta y hasta él mismo sufrían por ella.

Cuando iba a Hogwarts como alumno, siempre era perseguido por las bromas de los Merodeadores y de cierta Slytherin, pero un día que llegó tarde se tuvo que sentar al lado de Andraia.

-Hola Flammeus- Andraia se giró y encontró la sonrisa burlona de Snape.

-Veta a... bueno déjalo no tengo ganas de discutir- y se volvió a girar hacía su caja que tenían que transformar botella.

-De acuerdo, estas un poco irritable, ¿no?

-¿Cómo quieres que este después de vuestra bromita?- le dijo Andraia con dolor en sus palabras.

-¿Qué broma?- Severus se puso a pensar que él supiera no le había hecho últimamente ninguna broma a Flammeus, bueno a esa Flammeus.

-La de las ratas...- dijo con un escalofrío- Malfoy, Carabbe y Goyle, me metieron una rata por la túnica y otras más en el suelo.

-¿Qué? – casi gritó Severus- Yo no tuve nada que ver...

-Por su culpa hace tres días que no duermo...

-Flammeus y Snape dejen de hablar- dijo la profesora.

Por la tarde Andraia fue a la biblioteca, con Remus y los otros, cuando entró Snape,  todos le miraron con odio y él les devolvió la mirada. Andraia se levantó y fue a un rincón a buscar un libro, des de allí no podía ver a sus amigos.

-Toma- Andraia se giró, Snape le ofrecía una botellita- es una poción para dormir sin soñar.

-¿Cómo se que no me engañas?- le preguntó Andraia desconfiada.

-Tienes mi palabra y la palabra de un Slytherin vale mucho-Andraia asintió. Y Snape se giro para irse.

-¿Pero porque...?- Snape se giro y se encogió de hombros.

-No le digas a nadie nada de la poción, no quiero perder el buen nombre que me he forjado- y se fue. Esa noche Andraia se tomó la poción y durmió mejor que nunca.

                                               __________________________

         -¿Cómo estas, Remus?- le preguntó Sirius.

         -Bien, la luna llena me ha dejado hecho polvo, pero esta mañana ya me encuentro mejor- le respondió Remus- bueno nos vemos luego que voy a buscar a Eileen y luego nos pasaremos por la enfermería.

         Hogwarts ese día tuvo otra visita inesperada.

-Sirius ¿dónde esta mi hermana?

-Ethel, tranquila- le respondió Sirius.

-¡Ethel!- Martha abrazó a su otra hija.

-Mamá ¿Dónde esta Andraia? ¿Cómo esta?

-Tranquila, cariño, haces muy mala cara. Vamos a verla.

Cuando llegaron a la enfermería todo seguía como hacia una semana, Andraia continuaba sumida en un sueño profundo del cual solo podía salir si el que le había hecho el imperius le sacaba de él y esto era una posibilidad menos que remota.

         Cuando Ethel vio a su hermana en la cama, el corazón le dio un vuelco y las lagrimas empezaron a humedecer sus ojos amarillos, pero ella continuaba con la mirada impasible hacia su hermana.

         Un poco más calmada saludo a los presentes.

         -He venido en cuanto me he enterado- Ethel no se parecía mucho a su hermana tenían el mismo color pero ella lo llevaba más largo y trenzado. Tenia los ojos al contrario de su hermana, mientras Andraia los tenia verdes con tonos amarillos en las pupilas Ethel los tenia amarillos con tonos verdes y azules. Además era tres o cuatro años más joven que su hermana.

         -Cuando se acaben las vacaciones la llevaremos a ST Mungo- le dijo su madre. Esta se fijo que su hija tenia muy mala cara, parecía cansada y llevaba unas ojeras bastante profundas debajo de los ojos. Estaba pálida y más delgada parecía que en cualquier momento se pudiera romper. La señora Flammeus lo atribuyó a la preocupación por su hermana.  En ese momento la puerta se abrió.

         -¡Tía Ethel!- gritó la niña que acababa de entrar con su padre.

         -Hola Eileen ¿Cómo estas, cariño?- le dijo Ethel a su sobrina mientras esta saltaba y se abrazaba a ella.

         -Hola Ethel.

         -Hola Remus- en toda su relación con Andraia, con quien Remus se llevó peor fue con Ethel. No es que fuera mala ni que no se soportasen, pero era muy extraña y a veces hasta daba miedo. Al principio pensó que era la rivalidad Gryffindor-Slytherin, pero más tarde comprobó que Andraia y Ethel, aunque se querían mucho eran la cara y la cruz de una misma moneda, y Remus también quería a su cuñada. A veces hasta se les había unido para hacer una que otra broma a algún alumno de Slytherin.

                                               _____________________

         Ethel y Dumbledore iban paseando por los pasillo de Hogwarts, el día siguiente volverían los alumnos y el director le había pedido a Ethel que se ocupara de las clases de su hermana.

         -Claro, que lo haré. Aunque espero que mi hermana se recupere pronto y...- pero no pudo terminar la frase, porque delante suyo acababa de aparecer, un hombre alto vestido todo de negro.

         -Hola Flammeus- dijo este con una mueca.

         -Hola Snape- le respondió Ethel con cara de asco.

         -Veo que no os habéis olvidado...

         -¿Qué hace él aquí?-le preguntó Ethel al director.

         -Es el profesor de pociones.

         -¿Qué? Vaya Snape, ya veo que has llegado lejos, ¿qué has tenido que hacer para conseguir el puesto?- le preguntó burlonamente.

         -Nada de lo que harías tu, Flammeus.

         -A si, ya me acuerdo, has tenido que hacer que Voldemort te quiera matar ¿No?

         -YO NO...

         -Tranquilos chicos. Vamos a ver tu despacho. Nos vemos luego Severus.- este gruño y se fue. Cuando llegó a su habitación Snape se sentó en una butaca.

         -No lo entiendo, cada vez que la veo, por muchos años que hayan pasado el corazón  se me acelera y tengo ganas de matarla- sin darse cuenta cogió un cojín y lo empezó a estrujar- son hermanas pero no se parecen en nada- entonces vio que el cojín ya no tenia su forma originaria- MALDITA SEA.

         Al día siguiente, los alumnos llegaron a Hogwarts, durante la primera cena en la mesa de los profesores el ambiente era muy tenso, por una parte Andraia todavía seguía en la enfermería y por otra Ethel y Snape les había tocado sentarse el uno al lado del otro, por lo cual ninguno de los dos hablaba y los dos se abstenían de coger el pan o el agua que estaban al lado de su compañero. Al terminar la cena el director dio su discurso.

         -Alumnos, espero que habéis pasado unas buenas vacaciones de Navidad. Este trimestre la profesora Andraia Flammeus, que esta gravemente enferma, no podrá dar clases y su substituta será su hermana Ethel Flammeus- Ethel sonrió falsamente y Snape gruñó. Los alumnos no sabían si aplaudir o callarse. El ambiente se había vuelto muy tenso.

         "Bueno, nada más podéis iros a vuestras salas comunes.

                            __________________________________

         La mañana siguiente empezaron las clases.

         -Hola Potter, veo que vas con tus amiguitos, la sangre-sucia y el pobre.

         -Malfoy, déjanos en paz.

         -¿Por qué tendría que hacerlo?- estaban delante de la aula de Astronomía. La discusión fue a peor y empezaron a gritarse.

         -¿Qué pasa aquí?

         -Profesor Snape, Potter me estaba molestando- dijo Malfoy con cara de buen niño.

         -Si, pues 30 puntos menos para Gryffindor.

         -¿Qué? Pero si ha sido él- intentó excusarse Harry.

         -¿Quiere que sean 50?- le preguntó Snape con una sonrisa.

         -No serán ni uno, Snape- Snape se giró y vio como Ethel salía de la clase de astronomía.- yo estaba aquí y a empezado el señor Malfoy.

         -¿Te atreves a contradecirme?- ella asintió.

         -Lo único que eres es un amargado que intenta ser feliz quitando puntos a Gryffindor- le dijo Ethel. La cara de Snape empezó a volverse roja.

         -Y tu eres una... y aquí nadie se ha quejado.

-Aquí nadie quitará puntos a Gyffindor, si acaso a los dos- dijo señalando a Malfoy y a Harry.

         Snape vio que estaba a punto de perder los nervios, y después de enviarle una mirada envenenada a Ethel se giró y se fue. Los alumnos los miraron sorprendidos. Ethel sonrió victoriosa, se la debía.

         A la hora de comer Ethel estaba sentada con un sitio vacío al lado y vio como Snape entraba y cuando vio que el único sitió vacío estaba al lado de Ethel, giró sobre sus talones y se fue por donde había venido. Ethel se rió. Y muchos de los alumnos y profesores se dieron cuenta.

         Unos días después Ethel no tenía clase y fue a dar una vuelta por Hogwarts, antes de girar una esquina oyó algo que la enfureció.

         -10 puntos menos para Gryffindor por correr por los pasillos- y lo vio, vio a Snape bajándole puntos a otro Gryffindor.

         -No puedes bajarle puntos por correr, porque si no hubiera llegado tarde  a su clase y se habría perdido materia.

         -Si que puedo- le dijo Snape con fuego en los ojos.

         -No puedes.

         -Si- a Snape literalmente le estaban saliendo chispas. Y Ethel no se quedaba atrás aunque todavía estaba pálida y parecía un poco enferma.

         -HIPOCRITA

         -ESTUPIDA- poco a poco el alumno se fue alejando del núcleo de la inminente explosión.

         -IMBECIL

         -******

         -******

         -Severus, Ethel, ¿qué ejemplo pensáis que estáis dando a los alumnos? Ya no sois unos críos. Quiero veros a los dos después de clase en mi despacho.- Dumbledore se fue ligeramente enfadado, aunque más que enfadado decepcionado, pensaba que después de tantos años ya no se llevarían tan mal.

         Después de clase tanto Snape como Ethel se dirigieron al despacho de Dumbledore con tan mala suerte que coincidieron en la puerta. Snape dijo la contraseña y fue a pasar.

         -Las damas primero...- le dijo Ethel.

         -Cuando vea alguna dama la dejaré pasar, pero mientras tanto YO pasaré antes que TU.- le dijo con una sonrisa triunfante. Ethel respiró profundamente para no pegarle un puñetazo allí mismo.

         -Sentaros- ellos obedecieron- estoy muy decepcionado con vuestro comportamiento, en media semana ya os habéis peleado dos veces. Ya no estáis en Hogwarts como alumnos, estáis como profesores. No se que paso entre vosotros por desde el primer año que coincidisteis en Hogwarts, la sala común era peligrosa. Fue la primera vez que dentro de una misma casa hubo dos personas que se odiasen tanto, normalmente esto pasa con diferentes casas...

         -Fue su culpa, no me pidió perdón...- dijo Ethel.

         -No te pedí perdón porque fue tu culpa.

         -¿QUÉ?

         -Basta ya- los dos bajaron la cabeza.- quiero que hagáis lo posible para que un numerito como el de esta tarde así no vuelva a pasar. Quiero que delante de los alumnos os portéis como dos compañeros de trabajo. Si vuelve a pasar un incidente parecido tendré que tomar medidas drásticas. ¡de acuerdo?

         Los dos asintieron y Dumbledore les dio permiso para irse, pero Snape se quedó.

         -Lo siento, Albus. Es que cuando la veo me entran ganas de...

         -No sigas, Severus. Me ha sorprendido, es la primera persona que veo que rompe tu coraza de frialdad, aunque sea negativamente.

                            ____________________________

         -Remus me llevo a Eileen, un rato ¿de acuerdo?

         -Si claro, Martha.- Eileen y su abuela se fueron de la enfermería y dejaron a Remus solo.

         -Hola Draia- Remus se sentó en la silla que estaba al lado de la cama de Andraia.- es una niña preciosa. Como me hubiera gustado estar a tu lado en el momento en que nació, o en su primera palabra o cuando empezó a andar. Pero lo que más me hubiera gustado es estar todos estos años a tu lado. ¿no entiendo porque te fuiste?

         -Remus tenemos que hablar- le dijo Andraia a Remus.

         -Claro, cariño- dijo Remus que ya estaba más recuperado de la luna llena, se sentaron en un sillón uno delante del otro.

         -Yo... me voy- le dijo Andraia intentando sonar decidida, pero la verdad no lo tenia muy claro, solo sabia que lo tenia que hacer.

         -Ah, ¿Y cuando vuelves?

         -Remus, no vuelvo. Me voy para siempre- Remus se quedo sin palabras- ya tengo todo empaquetado me iré ahora mismo.- Andraia se levantó y Remus haciendo lo mismo la cogió del brazo.

         -Pero ¿porque?- su voz sonaba entrecortada.

         -Porque es lo mejor para los dos...

         -¡Para mi no es mejor!- le gritó Remus que pocas veces lo hacía.

         -Por favor no lo hagas más difícil...

         -¿Cómo que no lo haga más difícil? No pienso dejar que te vayas a no ser que no me des una buena razón- Andraia pensó un rato, tenia que encontrar una buena razón sin decirle la verdad, y lo encontró, supo que con eso le haría daño, pues era su punto débil.

         -No puedo soportar más que te transformes en lobo las noches de luna llena- su voz ya no parecía tan decidida y por un momento pensó en decirle la verdad que los mortífagos querían venganza por su traición y no dudarían en matarlo.

         Remus se quedó en silencio, le dejo de coger el brazo y bajo la cabeza.

         -Pensaba que esto no te importaba- dijo con un susurro triste Remus. Andraia estuvo a punto de llorar y abrazar a su marido, pero se trago las lagrimas, tenia que hacerlo por su seguridad.

         -Pues te equivocabas, y además yo quería tener hijos, pero con tu licantropía no podemos arriesgarnos...- Andraia supo que a Remus esto también le dolió, en 10 minutos estaba haciéndole más daño que en toda su vida juntos.

 Andraia subió las escaleras y cogió sus cosas, respiró profundamente para tranquilizarse antes de volver a bajarlas.

-Bueno Remus, me voy- dijo lo más indiferente que pudo. Remus estaba en un sillón inclinado hacia delante con las manos en la cara, al oírla se levantó y fue hacia ella.

-No me lo creo Andraia- Andraia se sobresalto.

-Dijiste que si te decía la razón me dejarías ir...

-Pero tu me quieres- la intentó convencer Remus.

-Mi amor por ti no tiene nada que hacer con "tu problema"- Remus se acercó a ella y le beso profundamente. Por unos segundos dudó de su decisión, Remus se separó de ella y vio que aunque ella no lo había rechazado tampoco le había respondido.

-Adiós Remus- Andraia salió por la puerta hacía su coche muggle subió y sin mirar atrás salió del pueblo donde vivían. Unos minutos después paro el coche y rozó con los dedos donde momentos antes habían estado los labios de Remus, no pudo evitar echarse a llorar. Ella le había dejado solo sin nadie con tres de sus amigos muertos y el culpable de estos crímenes en Azkhaban.

         Andraia pensó que ese era el momento de despertar, con el amor de su vida a su lado, recordando el pasado juntos y queriéndola más que nunca. Intentó abrir los  ojos con todas sus fuerzas, intentó despertar, pero no sabia como se hacia. Notaba como si algo la agarrara y la absorbiera hacia abajo, encima de ella había luz, una luz a lo lejos, solo sabia que tenia que llegar hasta allí, que tenia que volver con él. Pero no lo consiguió y su consciente, por el esfuerzo echo, se durmió, mientras Remus le susurraba palabras llenas de amor y ternura.

                                     ____________________

         -Le podría arrancar los ojos y hacerme un colgante, no, unos pendientes- Ethel estaba imaginando mil maneras de acabar con Snape mientras se dirigía a su despacho- también podría...

         -¡Tía Ethel!

         -Hola cariño ¿dónde vas?- le preguntó Ethel a su sobrina.

         -Vamos a ver a mamá, ¿quieres venir?

         -No puedo, pero que te parece si este fin de semana vamos a Hogsmade tu y yo.

         -SIIIIIIIII- le dio un beso.

         -Nos vemos luego- y continuo su camino hacía su despacho.

                                     ________________________

         -Papi, ¿cuándo se va a despertar?- Eileen miro a su padre a los ojos.

         -No lo sé cariño, espero que pronto- le dijo tristemente.

         -¿Tu quieres a mami?- le preguntó a Remus. Este se sonrojó, lo único que faltaba era que le preguntará de donde salen los niños.

         -Emm... si, mucho- la niñita sonrió, lo único que no entendía era porque su padre no estuvo con su madre y ella des de hacía tanto tiempo y de donde salían los niños, pero pensó en preguntarlo luego. Alguien entró en la enfermería.

         -Moony, Dumbledore ha convocado una reunión, ahora mismo, parece que es urgente.- le dijo Sirius.

         -De acuerdo, Madam Pomfrey, ¿Puede cuidar de la niña mientras voy a la reunión?

         -Claro que si.

         -Eileen, quédate aquí y haz todo lo que te diga Madam Pomfrey- le dio un beso- ¿De acuerdo?

         -Si. Adiós papa.- le dijo a su padre-Adiós tío Sirius- le dijo a Sirius, este sonrió. Remus y Sirius se dirigieron a la reunión que había convocado Dumbledore.

         -Tienes una hija encantadora- le dijo Sirius a su amigo.

         -Gracias- llegaron delante de la puerta y llamaron.

         -Os he hecho venir porque tengo una mala noticia.- los presentes Remus, Ethel, Snape, McGonagall con Sirius miraban extrañados al director- los aurores que llevaban a Peter Pettigrew han sido atacados y Pettigrew se ha escapado- todos se quedaron helados- por suerte los aurores están bien y como le habían dado la poción de la verdad a Pettigrew y lo habían interrogado estando aquí, se le hará a Sirius un juicio.- todos suspiraron, menos Ethel y Snape que se mantenían impasibles enviándose miradas de odio.

         La puerta se abrió de golpe y los profesores y Sirius se giraron en su dirección, por la puerta apareció un Neville, sudoroso y con la cara desencajada.

         -¿Se puede saber...?- empezó a decir Snape, pero Neville, por una vez en su vida lo interrumpió.

         -Son...los mortífagos- todos los profesores se levantaron de golpe.