Siento haber tardado tanto, y no se si será muy bueno, pero por lo menos es largo, me parece que es el más largo, y con diferencia. Pensé en partirlo, pero como he tardado tanto...
AVISO: Hay algunas escenas subiditas de tono, pero es más lo que cada uno se imagine que lo que esta escrito. Pero después de todo lo que sale en la tele, y lo psíquicamente desarrollados que están, lo jóvenes actualmente... Pues yo ya he avisado.
Montse Seoane: Muchas gracias, espero que te guste este capítulo. Y lo de continuarlo pronto ya has visto que no. JAJAJAJALy: Muchas gracias a ti y a tu amiga JAJAJAJA, y ya sabes a hacer propaganda.
Citlali: JAJAJA, que intriga ¿no? Pronto sabrás porque la han despertado, aunque, por mi parte fue por ciertas amenazas... JAJAJAJAJA y porque Remus ya a sufrido bastante.... de momento.
-QUE SIGNIFICA DE MOMENTO!!!
-TRANQUILA DRAIA, PUEDE QUE OS DEJE UN TIEMPO TRANQUILOS A LOS DOS (Draia mira a Kalisto con cara de pocos amigos)
-JEJEJEJEJE. Bueno es que gracias. Y lo que pasa entre Sev y Ethel ya lo veremos.
Maika Yugi: Me alegro que te haya gustado, ya me dirás si este capítulo también te gusta, no se si me ha salido muy bien, depende de que escenas, pero bueno...
Y ya saben, dejadddddddd review, con suggerencias, florecitas y todo eso.
15. COSAS EXTRAÑAS Y VISITA A HOGSMEADE
-Supongo que dentro de un mes ya podré volver a dar clases.
-¿Tanto tardarás?
-No sabía que te disgustaba tanto dar clases, Ethel- le dijo Andraia.
-No es mi vocación, ya lo sabes.
-Si, tu vocación es pasearte por el país persiguiendo mortífagos y pelearte con Snape.- se burló su hermana.- Remus, ya me ha contado vuestras peleas.
-Ves, él es el problema, me pone de los nervios...
-Ethel, admite que te encanta pelearte con él- Ethel frunció el ceño- si no ¿porque te preocupaste tanto cuando estaba inconsciente?
-Porque aunque lo odie con todos los sentidos, es CASI un ser humano...
-Como te pasas – las dos se echaron a reír.
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Ethel miró por una ventana del pasillo, pronto oscurecería. Hoy sería luna nueva. Se dirigió al Gran comedor miró la mesa de los profesores y vio una silla vacía, por mala suerte hoy le volvía a tocar sentarse con Snape. Dumbledore les había avisado que no quería que se negasen a sentarse juntos, que eso daba mal ejemplo a los alumnos.
Decidió que solo por ese día procuraría no pelearse con Snape, porque estaba realmente agotada. Se acercó a la mesa y se sentó a su lado.
-Buenas noches, Snape- intentó ser cordial Ethel. Severus la miró extrañado.
-Buenas noches, Flammeus. Creo haber oído que solo te quedarás una mes más- ella respiró profundamente, se sentía cansada pero no lo suficiente para no querer responderle con alguna de sus frases "simpáticas".
-Si...- luego dirigió su mirada a la comida, se sirvió un poco de fruta.
-Chica tienes que comer más- le dijo Sprout a su lado. Luego se dirigió a Snape- en el desayuno no ha venido y en la comida casi no a tocado nada.
-Es que de verdad que no tengo hambre, con todo lo de mi hermana...
-Pero no ves lo pálida que estas, Ethel- Ethel se levantó.
-Bueno, yo me voy que tengo muchas cosas que hacer...- y a paso rápido se fue del comedor.
Ethel bajó a los jardines de Hogwarts y empezó a correr, estaba realmente cansada, no tenia casi energías pero tenia que continuar. Miro el reloj las 11:30. Ya quedaba poco...
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Severus estaba paseando por los pasillos de Hogwarts, tenia que vigilar que ningún alumnos deambulara por ellos a esas horas de la noche. Por el rabillo del ojo vio algo moverse en la oscuridad de los jardines de Hogwarts, se asomó a la ventana y no tardó mucho en adivinar a quien pertenecía esa figura.
-¿Flammeus...?- susurró para si mismo. Se preguntó que hacía casi a media noche corriendo por los jardines. Era algo muy extraño, primero casi no comía nada en todo el día y ahora se hartaba a correr. Pensó que podía ser que estuviera a dieta.
Ethel continuaba corriendo miró su reloj quedaban unos segundos para las doce se preparó para lo que venia.
5, 4, 3, 2, 1...
Notó como si algo le absorbiera todas sus energías, que le robaban toda la vitalidad y sin poderlo evitar cayó al suelo. Des de la ventana Snape lo vio todo, pensó en bajar haber que le pasaba pero deshizo la idea, seguro que Ethel le llamaba des de cotilla a... esperó a ver si se recuperaba, con trabajo Ethel se levantó y haciendo eses y lentamente se encaminó hacia su cuarto.
Cuando Snape la perdió de vista se dirigió él a su habitación. "y ahora ¿porque me preocupo por ella?", pensó cuando llego a la habitación
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-Buenas noches, mami- dijo una niñita con unos grandes ojos dorados. Se acercó a s su madre y le dio un beso.
-Buenas noches, cariño- le sonrió dulcemente Andraia. Remus cogió de la mano a su hija y la acompañó hasta su habitación, la metió en la cama y la tapó.
-Buenas noches, Eileen- Remus le dio un beso en la frente a su hija.
-Buenas noches, papi- con la varita apagó la luz de las velas y se quedó parado en la puerta viendo como dormía su hija.
-Se te cae la baba- Remus se giró y encontró a Andraia que sonreía. Esta se acercó a él.
-Es que es un niña encantadora- dijo notablemente orgulloso.
-Si que lo es... se parece a ti- Remus sonrió.
-Y a ti. Vamos que tienes que descansar- cogió la mano de Andraia y la llevo a su habitación.
Esperó a que se metiera en la cama y fue a taparla como había hecho con Eileen.
-Buenas noches, cariño- Remus le besó dulcemente los labios y se dispuso a irse.
-Remus...- este se giró- ¿Por qué no... te quedas aquí con nosotras?- Remus sonrió, se quitó su túnica y se puso en la cama junto a Andraia. El hombre lobo abrazó a su esposa dulcemente.
Remus olía el dulce aroma que desprendía el pelo de Andraia. Si alguien alguna vez le preguntará cual era su aroma favorito, él indudablemente diría, el de Andraia.
Durmieron abrazados toda la noche.
-¡MAMI!- la niña se tiró a los brazos de su madre.
-Eileen que vas a despertar a tu padre- dijo señalando la cama donde dormía Remus.
-Demasiado tarde ya estoy despierto.- su hija se acercó a darle el beso de buenos días.
-Hoy tía Ethel y yo iremos a Hogsmeade.- les explicó su hija mientras estaban desayunando lo que les habían traído los elfos domésticos.
-Sobre todo pórtate bien...- la niña asintió.
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Cuando Snape llegó al Gran Comedor, se encontró en la puerta con Ethel, que estaba muy pálida y hasta parecía enferma. Al sentarse, pudo ver como ella empezó a comer rápidamente. Esto le extrañó mucho, un día casi no comía y al otro se hartaba a comer...
-Hola chicos - Ethel y Severus miraron a Dumbledore- Ethel, me ha dicho Eileen que la llevarás hoy a Hogsmeade.- Ethel asintió- ¿Permitirías que Severus os acompañará?
-¿Qué?- dijeron los dos a la vez.
-Que tu las acompañes, no quiero arriesgarme a que les pase nada...
-No te preocupes, Albus, puedo defenderme sola- se defendió Ethel.
-No lo dudo, pero hazlo por tu sobrina es mejor dos que uno.- Ethel suspiró.- Venga Severus que te cuesta, ya verás lo bien que os lo pasareis, así los alumnos ya se creerán del todo que sois buenos compañeros. –Severus también fue convencido. Albus sonrió y se fue.
-Un día con la hija de Lupin y...- Ethel se levantó sonriente, era una venganza perfecta, se lo haría pasar muy mal...
-A las 10 en la puerta principal...- y se alejó de allí. Severus se fijó que Ethel parecía divertida con la situación. Pudo ver claramente que él lo pasaría peor que ella, y que Ethel se había dado cuenta.
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-Adiós mami -dijo Eileen a su madre que estaba en una butaca de su habitación. Dio un abrazo a su madre- papi me va a llevar con tía Ethel- dijo toda contenta- el profesor Dumbledore me ha dicho que también vendrá el profesor Snape. – su madre se sorprendió, no creía que su hermana hubiera invitado a Snape, se figuró que todo sería uno de los planes de Dumbledore para que Severus y Ethel dejaran de pelearse.
-Que bien, cariño- le sonrió su madre mientras le daba un beso. La puerta de la habitación se abrió y apareció Remus.
-Vamos Eileen que Ethel ya te debe estar esperando.- La niña asintió y se dirigió hacia la puerta- Hoy por la tarde no tengo clases- le susurró a Andraia- podemos tener una comida romántica...los dos solos- Remus sonreía picaramente.
-Te estaré esperando- Remus se agachó y beso a Andraia.
-Vamos papi- le apresuró Eileen. Remus se despegó de Andraia.
-Ya voy. Hasta luego.
-Adiós Remus.
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-¿Sabes lo mejor de todo, Snape?- este la miró- que son las fiestas de Hogsmeade- Ethel sonó burlonamente- imagínate un día entero en el tío Vivo, los autos de choque, las Montañas Rusas- Ethel pensaba que seria digno de ver a Snape en una feria y se empezó a reír.
-Flammeus, ¿Porque no te callas?- le preguntó molesto Severus, que aún se preguntaba como se había dejado engañar por Albus.
-Profesor Snape ¿no le gustan las atracciones?-le preguntó una dulce Eileen.
-Las odio- le respondió Snape- nunca me lo he pasado bien en un sitio como este- dijo señalando el recinto donde estaban las atracciones mágicas.
-Aaaa...- Eileen se encogió de hombros- puede que hoy se lo pase bien. Eileen miró hacia delante y divisó a alguien conocido- Mira tía es Harry.
Eileen se desprendió de la mano de su tía y fue corriendo hacia Harry y sus amigos (Hermoine, Ron y un perro negro).
-¡Hola Harry!- la niña abrazó a Harry.
-Hola Eileen ¿Con quien has venido?- Sirius-perro, se acercó a la niña y le empezó a lamer la cara, Eileen empezó a reírse contagiando a Harry, Ron y Hermoine.
-Para perrito...he venido con tía Ethel y con el profesor Snape- los otros cuatro se miraron sorprendidos.
-Y...¿han venido juntos?- le preguntó Ron.
-Si- respondió Ethel que acababa de llegar con Snape. El perro empezó a gruñirle a Severus.
-Black, déjame en paz- le dijo Severus al perro negro.
-¿Por qué Black tendría que hacerlo, Snape?- le corto Ethel.
-Porque lo digo yo...
-¡OH! Perdón si le he confundido con otro, mi majestad- dijo Ethel haciéndole una reverencia burlona.
-Entiendo que te hayas confundido, en tu vida solo has conocido fracasados...
-Empezando por ti...
-Y acabando por ti...- Hubo unos momentos de tensión, que se estaban matando con las miradas.
-Tía Ethel ¿Me compras un helado?- Ethel rompió el contacto visual de los ojos de Severus y se giro con una sonrisa hacia su sobrina. La cogió de la mano.
-¿De que lo quieres, cariño?- Snape las siguió hasta el puesto de helados, murmurando por lo bajo algunos insultos dedicados especialmente a Ethel.
Al llegar a puesto de los helados se volvieron a pelear, por que el heladero les confundió con una familia.
-Mira tía, hay atracciones. ¿Vamos?- preguntó la niña.
-Claro.- Snape solo las siguió.
Pasaron un rato por las atracciones y Eileen subió a un tío vivo mágico, los animales eran de verdad y durante unos tres minutos, los que volaban se elevaban y los que no lo hacían corrían por la zona.
Ethel vio una montaña rusa mágica, no tenia guías, lo que hacía era dar vueltas por el aire, nunca sabías hacía donde iría y esto lo hacia más emocionante. Ethel miró a Snape "creo recordar que le dan miedo las alturas", sonrió malévolamente.
-Snape,- este se giró en su dirección- ¿por qué no subimos?- dijo señalando la atracción.
-¿Qué? No- fue su rotunda respuesta.
-¡Ah! Claro te dan miedo las alturas- se burló Ethel.
-A mi no me dan miedo las alturas- se defendió Severus.
-Claro por eso no quieres subir ¿no? Eres un cobarde- se rió de él Ethel. Eso era demasiado para el orgullo Slytherin de Severus.
-Vamos- no iba a dejar que Flammeus se burlará de él. Ethel sonrió victoriosa pensando en lo mal que lo pasaría Snape.
-Espera voy a dejar a Eileen con Sirius- cogió a Eileen de la mano y la llevó con Sirius-perro- Sirius, cuida de Eileen- el perro la miró interrogativamente- Voy a subir a las Montañas Rusas con Snape, con el miedo que le dan las alturas, me voy a reír un rato...-el perro parecía reírse, luego se dirigió a Eileen- no te separes de Hocicos- la niña asintió y Ethel se fue corriendo donde estaba Severus.
-Ya he comprado los ticket- el dijo Severus.
-Pues vamos- Severus parecía tranquilo y actuaba con frialdad pero Ethel, que lo conocía muy bien sabía que el corazón le latía fuertemente y que estaba histérico. Se sentaron en un vagón.
-Snape, pareces nervioso- Severus la miró con odio,- todavía estas a tiempo de bajar...
-No estoy nervioso y no pienso bajar- Ethel se río "doy gracias al orgullo Slytherin por ayudarme a que este momento sea tan...divertido", pensó Ethel.
El vagón empezó su marcha, Snape tiritaba cuando empezaron a alejarse del suelo, pero con le movimiento de los vagones no se notaba.
"Recomponte, no pasa nada...", era el único pensamiento que pasaba por la cabeza del profesor de pociones. El vagón empezó a subir y bajar a ir hacia la derecha y hacia la izquierda a gran velocidad. Severus estuvo a punto de gritar y desaparecer cuando el vagón se puso cabeza abajo y vio el suelo a varios metros debajo de él, pero continuo aparentemente imperturbable.
Cuando bajaron Ethel parecía decepcionada, Snape no había gritado ni nada...
-¿Bueno...ya...estas...contenta?- le preguntó Snape a Flammeus. Ella no le respondió- ahora si me disculpas un momento...- Snape se fue con paso menos seguro que usualmente y cuando estuvo lejos de la vista de Flammeus y de otras miradas, vomitó, por los nervios que había pasado al mirar el suelo a tanta distancia y claro esta, por el mareo de las vueltas. Ethel empezó a reírse a carcajadas, se imaginaba lo que había ido a hacer Snape.
Cuando Snape volvió más pálido que nunca, Ethel todavía se rió más.
-Bueno...voy a...buscar- volvió a reírse- a Eileen- y se fue hacia donde estaba su sobrina con gran perro negro y tres chicos que la miraban extrañados.
-¿Cómo ha ido tía Ethel?
-Muy bien, cariño- luego se dirigió a Sirius- tendrías que haberle visto la cara- Ethel volvió a reírse.
-¿Qué? ¿Nos vamos?- preguntó una voz fría detrás de ella.
-Si, claro Snape, si ya estas bien...- Snape la miró con odio y se alejaron de allí, Severus le susurró algo al oido.
-De esta me vengo.- Después fueron a comer y volvieron a Hogwarts.
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Andraia estaba preparando una mesa para comer. Quería que todo estuviera perfecto, hacía mucho tiempo que no tenia una... "cita". No se lo podía acabar de creer, pero estaba nerviosa. Llegaron los elfos domésticos y dejaron la comida preparada para servir, a un lado. Andraia les dio las gracias y estos se marcharon.
Después se dio una ducha rápida y se vistió con una túnica violeta, con dos cortes a cada lado hasta las rodillas. La túnica tenia un buen escote y unas letras rúnicas negras en los dobladillos. Las mangas eran de gasa y acampanadas. Se maquilló suavemente con tonos liliáceos, que casi ni se le notaban. Se dejó el pelo suelto, sabía que era como más le gustaba a Remus.
Justo cuando acabó llamaron a la puerta. Se dirigió hacia ella y la abrió. Se encontró con Remus que iba vestido con una túnica azul marino, que le quedaba extremadamente bien.
-Hola Remus- Este estaba boquiabierto por lo preciosa que estaba Andraia.
-Estas... estas.... espectacular- consiguió decir. Sacó la mano derecha de detrás de la espalda y le entregó un precioso ramo de rosas rojas.
-Muchas gracias- Andraia se acercó y le dio un suave beso. Perecían dos quinceañeros en su primer a cita.- Pasa por favor.
Remus entró y Draia le indicó que se sentará en una de las sillas que estaban al lado de la mesa. Este, en vez de sentarse retiró un poco la silla de Andraia para que esta se sentará.
-Gracias- Remus se sentó y se ofreció a servir la comida.
-Eileen me ha dicho que Severus también iba a Hogsmeade con Ethel y ella.
-Si, se ve que el director casi le ha obligado a ir juntos. Conociendo a tu hermana seguro que Snape lo debe estar pasando fatal- Andraia se rió y Remus se quedó embobado viendo su sonrisa.
Después de comer y recordar un poco el pasado se sentaron en el sillón a beber te.
-¿Sabes lo que falta?- le preguntó Remus a Andraia mientras le pasaba suavemente el brazo por los hombros.
-¿Qué?
-Un baile- Andraia le miró extrañada. Remus se levantó y puso un emisora de radio donde ponían una canción lenta. Se acercó a Andraia y le extendió el brazo.- ¿Me permite este baile bella dama?- Andraia sonriendo le cogió de la mano.
Remus la cogió de la cintura y Andraia les puso las manos en el cuello y apoyó la cabeza en el hombro de Remus. Fueron moviéndose lentamente al ritmo de la música, Andraia cerró los ojos, se sentía muy a gusto con Remus rodeándola con sus brazos.
Andraia abrió los ojos y vio los labios de Remus, solo faltaba "el beso", para que fuera un cita en toda regla. Acercó sus labios a los de Remus y lo beso dulcemente.
-Te quiero- le susurró Remus al oído cuando separaron los labios.
-Yo también- y se volvieron a besar, cada vez más apasionadamente. La música acabó pero ninguno de los dos se dio cuenta, ellos seguían besándose. Andraia estaba alborotando el pelo de Remus, mientras este la acercaba más a Andraia hacia él, si eso era posible. Los dos necesitaban más el uno del otro que unos simples besos. Remus empezó a recorrer el cuello de Andraia con besos, mientras esta sentía escalofríos por todo el cuerpo, que le hacían gemir débilmente.
-Remus, vamos a la habitación- Remus la cogió en brazos con una sonrisa sin sacar sus ojos dorados de los de Draia.
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-Voy a dejar a Eileen con sus padres- se fue con Eileen cogida de la mano- Por cierto, Snape muchas gracias, hacia tiempo que no me lo pasaba tan bien- Severus le hizo una mueca.
Ethel llamó a la puerta de la habitación de su hermana. Detrás de la puerta oyó gente corriendo, y salió su hermana con el pelo revuelto y la túnica arrugada.
-Veo que interrumpo algo- Andraia parecía que estuviera en una nube. Ethel miró extrañada a su hermana. Detrás de ella salió Remus con el mismo aspecto que Draia y en la misma nube que ella. Ethel lo entendió todo.
-¿Queréis que volvamos más tarde?- Ethel estaba intentando aguantarse la risa.
-No ya hemos acabado...-dijo Remus y se sonrojó- digo que ya hemos acabado de preparar las prácticas de... los de sexto.
-Ya veo que han sido muy duras...- esto provocó el sonrojó de Andraia y Remus.
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-Tienes que bañarte Eileen- le dijo su madre cogiéndola de la mano- dentro de media hora nos traerán la cena- luego se dirigió a Remus que estaba corrigiendo unos ejercicios- si quieres puedes ir a cenar al Gran Comedor.
-No prefiero quedarme aquí, que tengo mucho trabajo.
-Como quieras- Andraia entró en el baño con su hija. Remus seguía corrigiendo y bostezó, miró el reloj, llevaba más de dos horas sin sacar la vista de los pergaminos. Alguien llamó a la puerta. Remus fue abrir y un gran perro negro entró en la habitación y Remus cerró la puerta.
-Hola Sirius, ¿cómo estas?- le preguntó mientras este se transformaba.
-Bien, gracias. Dumbledore me ha dicho que mi juicio será a finales de mes, faltan solo tres semanas.- dijo sonriendo- y entonces podré llevarme a Harry a vivir conmigo.- A Remus le gustaba ver a su amigo tan contento.
-Si, hombre- dijo Andraia mientras salía del baño- ¿Tu crees que dejaré que mi ahijado viva solo contigo? Con lo buen niño que es.- continuo Andraia sonriendo.
-¿Qué pasa? Yo también soy un buen niño...- dijo Sirius simulando estar ofendido.
-Este es el problema, Sirius- le dijo Andraia riéndose- que eres un niño. Y como Harry también es mi ahijado, se vendrá a vivir con nosotros.- Andraia hizo una pausa- bueno, le diré que también puede traer a es perro negro que tiene como mascota.
-¿Qué te creías, Sirius, que te íbamos a abandonar?- le dijo su amigo mientras le ponía una mano en el hombro.
-Muchas gracias, chicos...
-Hola, tío Sirius- Eileen se acercó a Sirius y le dio un gran abrazó, esta la cogió en brazos.
-Y así Harry, tendrá una hermanita pequeña.
-Siempre y cuando Harry quiera venirse a vivir con los cuatro- puntualizó Remus.
-Pues mañana, le pedimos a Harry que venga aquí y se lo preguntamos- sentenció Sirius- y tu ¿qué dices, Eileen?, ¿Te gustaría que Harry y yo viviéramos con tus padres y contigo?
-SI- dijo la niña emocionada.
-Es que soy irresistible...
-¡Sirius!- dijeron entre risas Remus y Andraia.
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El domingo llegó y después de comer, Remus se acercó a Harry.
-Harry, Sirius quiere hablar un momento contigo ¿te va bien ahora?
-Si, claro- se levantó de la silla- nos vemos luego- se despidió de Ron y Hermoine.
Harry siguió al profesor de DCAO, hasta que llegaron delante de una puerta. Remus dijo la contraseña y la puerta se abrió. Harry entró y pudo ver no solo a su padrino sino también a Andraia y Eileen.
-Hola, Harry- dijeron los tres. Eileen salió disparada y abrazó a Harry.
-Siéntate, por favor- Harry se sentó en una butaca delante del sillón de tres plazas donde estaban sentados Sirius, Andraia y Remus con Eileen en las rodillas.
-Haber Harry- empezó Sirius- ya sabes que yo soy tu padrino- Harry asintió- lo que no sabías es que Draia es tu madrina- Harry miró boquiabierto a la mujer que sonreía sentada entre Sirius y Remus.- Así lo hicieron tus padres porque como Remus esta casado con Andraia, Remus sería casi como tu otro padrino. Es decir, que a fin de cuentas tienes 2 padrinos y una madrina.
-Esto es... genial- dijo Harry visiblemente contento.
-Bueno, no es de eso de lo que te queríamos hablar. El juicio de Sirius es dentro de 3 semanas- le explicó Andraia. A lo que a Harry se le ensanchó más la sonrisa que ya tenia.
-En resumen, Harry. Lo queríamos saber es que, si a mi me declaran inocente, querrás venir a vivir conmigo...
-CLARO- casi gritó Harry, por lo contento que estaba.
-Harry. No vamos a dejar que Sirius te eduque, si es más crío que tu...
-Pero...
-Harry, deja acabar a Sirius- le dijo Remus con una sonrisa.
-Si eso, dejame acabar. Si querrás venir a vivir conmigo Andraia, Remus y Eileen- Harry se quedó blanco y no articulo palabra.- ¿Harry?- intentó llamar la atención de Harry Sirius.
-No se lo ha tomado como esperábamos- dijo Remus.
-Yo...- los ojos de Harry se humedecieron, hacia tres años solo tenia a los Dursley que querían como fuera deshacerse de él, y ahora esas cuatro personas que tenían delante querían compartir su vida con él.
Eileen se acercó donde estaba Harry y lo miró.
-¿Por qué lloras Harry? ¿No quieres ser mi hermano mayor?- Harry le sonrió.
-Es que estoy muy contento- Eileen sonrió y le dio un abrazó a Harry. El resto de los presentes sonrieron al ver que, ahora serían una familia con cinco miembros.
