Sin pasado

Capitulo VIII

La noche estaba fría, el viento corría libremente, con furia, las hojas secas se levantaban a su paso, danzando con el, alguna danza de la alegría, el bosque, se encontraba completamente oscuro, con aquellas formas indefinibles que en aquellas espesuras a más de un valiente lo hacían sentir temor.

Entre aquellas inmensidades, dos figuras corrían, un hombre y una mujer, la temperatura tenia que estar bajo cero, por ello cada vez que exhalaba una nube de bao se formaba delante de sus caras, corrían tan rápido como sus piernas les permitían, los venia persiguiendo, un grupo de hombres a caballo.

-"No puedo más"- Exlcamo la mujer protegiéndose entre uno de los gruesos troncos

-"Tenemos que seguir"- dijo el Hombre dándole un jalón, mientras ella apretaba contra si, un pequeño cuerpo.

-"Si seguimos así no sobrevivirá"- Dijo ella, mirando el bulto -"Tenemos que dejarlo"- Dijo aun cuando sentía un enorme nudo en la garganta

-"¿Crees que alguien se apiadara de él, cuando saben que es un Druida?, nada más y nada menos que el hijo del druida Negro"-

-"No tienen por que saberlo"-

-"Estas loca, estas son las tierras de los magos, jamas lo aceptarían"-

-"Es lo único que podemos hacer si queremos que sobreviva"-

-"Estas segura?"-

-"Crees que dejaría a mi hijo, si no supiera que tiene al menos una posibilidad de sobrevivir"-

-"Lo buscaran"-

-"No tiene por que, ellos no saben que di a Luz, además tiene tan solo una semana, se apiadaran de él"-

El hombre dudo unos segundos, mirando a su esposa, sus cabellos castaños jugaban con el viento, sus ojos azules lo miraba con fiereza, después miro a su pequeño, y decidió

-"Lo dejaremos cerca de la villa"-

-"Continuaron corriendo, zigzagueando entre los árboles para perder a sus perseguidores, llegaron a un gran castillo que se elevaba majestuoso, y ahí en una de las puertas de la fortaleza dejaron abandonando a su pequeño.

Para después caer en manos de sus perseguidores, quienes no tuvieron piedad de ellos, acabándolos con unos rápidos hechizos.

A la mañana siguiente, un hombre anciano encontró al pequeño llevándolo ante el dueño de la casa.

Un mago que debería tener unos 40 años, de gran porte, ataviado con túnicas hermosas, de largos cabellos plateados y fríos ojos verdes

Donde lo encontraste?"- Pregunto con su voz fría

-"en la entrada mi señor"- Dijo el anciano con la cabeza agachada

-"Parece estar sano"- Murmuro examinando al bebe, quien poseía unos ojos miel y cabello negro azabache

-"Que quiere que hagamos con él mi señor"- Pregunto el anciano

-"Llevalo ante mi esposa, dile que es mi decisión que ese pequeño sea educado como nuestro hijo y heredero"-

Y así se hizo, la esposa del hombre una hermosa mujer de cabellos rojos como el fuego y ojos violetas acepto al pequeño a quien nombraron Brennos, se quedaron en esa tierra durante unos meses más para volver a Bretonia en la primavera.

El hombre era un guerrero Celta, los celtas y los magos no se llevaban bien, así pues este hombre era un mensajero y traductor, los magos se negaban a hablar el idioma celta, y ellos necesitaban comunicarse, no le iba tan mal, Brennos educado como todo un celta, tenia un gran resentimiento hacia los magos, pero no lo decía, aprendió el oficio de la diplomacia por su padre, sabia leer los astros y era un joven con un gran futuro a pesar de su corta edad, 15 años.

-"Seguro que estarás bien Hijo?"- Pregunto el hombre su hijo iría a una ciudad de Magos a aprender la magia de un viejo amigo de su padre, Edmus Keating

-"Estare bien padre, estaré bien"- Aseguro a su padre, antes de partir a una lejana ciudad al norte de Bretonia

Brennos había leído sobre los Druidas y estos le habían llamado mucho la atención, lamentablemente muchas razas les temían y el tenia que estar alejado de sus enseñanzas, Brennos a pesar de ser un Celta cuya raza era Guerrera por naturaleza, se sentía inclinado hacia la magia, así llego a casa de Edmus, un amable anciano que tenia como pupilos a un grupo de joves, este hombre enseñaba a las grandes Familias mágicas, Brennos se sintió muy halagado por estudiar con él.

-"Brennos, no he escuchado hablar de tu familia"- Le pregunto uno de los chicos, alto y altivo de ojos grises y cabellos negros, Leopold Malfoy, decían que era su nombre, provenía de una familia recién ascendida al poder, se decía que su madre, era una sacerdotisa Elfo y su padre un aprendiz de mago, claro que todo eso quedaba olvidado habían comprado un apellido al ganarse una buena cantidad de Oro.

-"Mi familia es de Bretonia"- contesto, sin dar mucha importancia a la mirada de sus compañeros

-"Mi padre dice que Bretonia es un lugar de gigantes, druidas y celtas"- Dijo un chico menudo de cabellos rojos como el fuego y ojos oscuros, él era hijo del mago más poderosos, estaba en el poder, se decía que su padre era despiadado y Brennos sabia que el chico no se quedaba atrás, Drumcliffe Weasley, su familia era temida, todos ellos, magos oscuros.

-"Es un lugar peligrosos, si eres un mago eso es cierto"- Contesto observando a sus compañeros

-"Quieres decir que no eres un mago?"- Pregunto el más pequeño de todos ellos, poseía unos enormes ojos azules y el cabello más rebelde que Brennos había visto Cristopher Potter, era hijo de una noble familia, y como dato importante estaba comprometido con a matrimonio con Iliana, la hermana menor de Leopold.

-"Mmm, en teoría, no- contesto Brennos observando a los dos últimos chicos del grupo

-"Que eres entonces?"- Pregunto Isasias Black, un chico alto y con aspecto bastante amenazante, su familia era respetable desde hacia muchos años, Brennos no sabia exactamente desde cuando había obtenido el poder del cual gozaba

-"Mi padre es Celta, y mi madre es Una mujer-Dragon"-

La expresión de terror que apareció en el rostro de los jóvenes estuvo apunto de hacerlo reír, pero prefirió guardar silencio, intuía, que el ultimo chico en hablar seria alguien demasiado poderosos

-"Mi madre es Druida y mi padre es un mago, no me asustas Brennos de Apolo"- Dijo el ultimo chico, a quien por cierto Brennos consideraba más inteligente que los demás Melock Longbottom, era hijo de uno de los magos más poderosos de la comarca, sus ojos hablaban de conocimiento y sus finas facciones ocultaban mucho más de lo que dejaban al descubierto, Brennos supo más adelante que el padre de Melock era un mago oscuro, que se encargaba de asesinar a más magos o celtas.

-"Pense que los magos temían a los Druidas"- Comento

-"Mi padre penso que casándose con alguien del clan Druida lograría tener más poder"-

Y Brennos supo al instante que no se equivoco, estudio con los chicos los principios básicos de la hechicería, así como la formulación de pociones y demás objetos mágicos, conforme más estudiaba más ganas tenia de conocer a los Druidas, ignorando por completo que el era uno de ellos y que llevaba en su espalda como marca de nacimiento, un pequeño tatuaje que lo reconocía como el rey Druida.

Cumplio veinte años, en compañía de esos chicos, no pudo llevarse muy bien con ellos, la altanería y prepotencia no le iban muy bien, había sido educado para respetar, así pues hizo buena amistad con la raza de los hombres - Dragón, Pronto fue capaz de dominar a esa criaturas con la mente, los Dragones eran seres nobles, y muy poderosos y el tenia la ayuda de los Hombre- Dragón, así pues rápidamente empezó a obtener seguidores, y de enemigos a los mismos chicos con quienes aprendiera la magia elemental.

Viajo al sur de aquella ciudad y encontró a un grupo de Druidas, quienes lo reconocieron inmediatamente, pero decidieron no decir nada, simplemente le trasmitieron todo el conocimiento y la leyenda del druida negro.

Para estas alturas de su vida, se había hecho de poder y seguidores, muchas criaturas lo seguían y los magos veían en el una gran amenaza, al fin se mandaron a dos Hombres para matarlos, hombres en los cuales Brennos confiara, tras muchas discusiones se decidió mandar a Drumcliffe y Cristopher, Brennos quien a esas alturas ya tenia a su lado a un grupo de videntes, de la raza de los oráculos, sabia de su muerte, así que ordeno que se sellaran sus poderes y esencia magica en 2 runas Druidas, y también se mando a encerrar a una pequeña vidente que despertaría en la misma época que su reencarnación y le ayudaría a recuperar todo el poder que tenia.

No solo se hizo eso, si no que también se designo a un hombre de la raza de los hombre -Dragón, pare reencarnar en la misma época, junto con un domador de bestias, así se hizo.

Pero Brennos no contó con un pequeño detalle, el había dejado como única heredera a una pequeña, quien fue escondida y educada como una bruja, esta chica se unió en matrimonio con un miembro de la familia Black, tuvieron un hijo y una hija, esta ultima escapo de casa y nunca se supo más de ella, el apellido de la familia se separo en algún momento, de un lado quedaron los Mc Kalister y del otro los Black, uno de ellos, se unió en matrimonio con un miembro de la familia Malfoy y el ultimo de los Black fue condenado a Azkaban, así su reencarnación, emergió en una familia Muggle, sin tener ni la menor idea de su origen y mucho menos del gran poder que se escondía en su interior.

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Hermione llego a su apartamento después de una agitada tarde en compañía de Harry y Ginny, se sentía tremendamente mal, Ginny le había dicho lo feliz que era en su matrimonio y Hermione se sentía fatal por eso, por que la pelirroja había alcanzado lo que ella tanto añoraba, vivir feliz con Harry.

Se miro en el espejo y se sorprendió, ella esperaba encontrar un rostro triste pero no era así, su rostro estaba igual que siempre, como si nada hubiera pasado, como si no se hubiera enterado de que era la reencarnación de un mago poderosos, que Harry estaba casado con Ginny y ...

Perdoio el hilo de sus pensamientos cuando noto al rubio que estaba sentado en su cama, mirándola fijamente

-"Que haces aquí?"- Pregunto

-"Mi padre te vio con Potter"- dijo el con la voz afectada

-"Y?" Pregunto

-"Sospechas que eres Hermione"- contesto

-"Y ESO QUE?"- Grito con voz temblorosa, sabia loq ue eso queria decir que tenia que huir

-"Me mando a matarte"- Hermione lo miro con temor, el rubio se acerco lentamente a ella, y levanto su varita apuntándola -"Te amo Hermione"-

Notas de la autora