Bueno el último capítulo por hoy restaré agradecida por los reviews, jejejeje. El nombre de Asclepio no se de donde lo he sacado, solo se que se me vino a la mente y los puse, puede que me lo haya inventado yo, que este nombre exista y que lo haya plagiado de algún lugar… pero no sé, si alguien lo sabe por favor decídemelo.
28.VECINOS Y ASCLEPIO
El viaje continuo hasta el amanecer cuando llegaron a zona habitable, Ethel puso sus manos en el volante, porque si un muggle veía que un coche era conducido sin poner las manos en el volante se asustaría. Un par de horas después el coche paró delante de una casa, salieron del coche con sus reglamentarias maletas muggles.
Estaban en un pequeño pueblo, exactamente no podían decir en que zona, solo sabían que era bastante lejos de Hogwarts. Ethel sacó de su bolsillo una llave y la puso en la cerradura, al abrir la puerta encontraron toda la casa perfectamente amueblada.
Dejaron sus cosas en el salón y dieron una vuelta por la casa. Severus se entretuvo encendiendo y apagando los interruptores, sentía curiosidad por eso que los muggles llamaban electricidad.
Ethel miró las tres habitaciones que había, dos eran de matrimonio y la otra tenía dos camas individuales. Escogió la que sería su habitación, una que tenía un escritorio y una especie de tocador, estaba decorada en tonos liliáceos y azules. Luego bajó a la cocina donde estaba Severus mirando fijamente los fogones.
-Snape, mi habitación es la primera- este la miró.
-De acuerdo- le dijo indiferente.
-Bueno me voy a dormir que estoy muy cansada. Y cuidado con los fogones pueden ser muy peligrosos- Snape se apartó un poco de ellos. Ethel se dirigió a las escaleras. Cuando estaba por la mitad se oyó un ruido como de campanas y vio a Severus asomarse por la puerta de la cocina.
Esta dio la vuelta y lo miró.
-Es el timbre- le explicó Ethel, se acercó a la puerta y abrió. Detrás de ella apareció una mujer de unos 55 años, con el pelo corto y teñido de caoba.
-Hola, soy la vecina de aquí delante- dijo señalando su casa- ustedes son los nueves vecinos ¿no?
-Si- dijo Ethel sorprendida de la inesperada visita- yo soy Ethel Jackson.
-Encantada yo soy Catherin Smith- se estrecharon las manos. Ethel se giró y pudo ver que Snape había desaparecido, sonrió divertida.
-¡Cariño!- llamó a Snape- ha venido nuestra vecina, sal a saludarla.
Este de mala gana salió de la cocina. Ethel lo miró seriamente y movió los labios diciendo que sonriera. Él hizo una sonrisa forzada.
-Él es mi "marido", Severus, ella es Catherin Smith – Snape se acercó a la mujer y le dio la mano.
Estuvieron un rato hablando de sus respectivas familias. La señora Smith tenía dos hijos y una hija, su marido era comercial en una empresa de renombre que ni Ethel ni Severus habían oído hablar de ella, pero se abstuvieron de hacer comentarios.
-¿Y ustedes tienen hijos?
-¡NO!- dijeron los dos al mismo tiempo- es que queríamos esperar a tener casa propia- Ethel sonrió nerviosa. La mujer asintió comprendiendo.
-Les entiendo, a mi me pasó lo mismo. ¿Por qué no vienen un día a tomar el te a mi casa? Así conocerán al resto de mi familia.
-Claro que si- dijo sonriendo falsamente Ethel. Esa sonrisa la tenía demasiado estudiada para que nadie se diera cuentas. "Esta es la sonrisa que hacía cuando le hacía una buena broma", se mofó Snape.
-Les va bien mañana a las 5?- Ethel sin decirle nada a Severus asintió- pues, bueno nos vemos mañana. Adiós- Severus y Ethel se despidieron de la vecina y cerraron la puerta.
-Se puede saber en que estabas pensando cuando le has dicho que si?- preguntó Snape enfurecido.
-Si, claro que se puede saber. Estaba pensando en lo mal que te sentaría -y con sonrisa de satisfacción se dirigió a las escaleras- Buenas noches- Severus se quedó delante de la puerta de entrada, murmurando insultos hacía ella "y pensar que he estado a punto de acostarme con ella..." Severus se sonrojó y bajo la cabeza. Ninguno de los dos había hablado del tema, era como un acuerdo silencioso, para restarle importancia al "incidente".
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-Estoy, tan contenta- dijo Andraia con una gran sonrisa en los labios.
-Lo sé, Draia…- dijo dándole un beso en el pelo, mientras la tapaba con la sabana.- pareces una niña pequeña con una chocolatina - dijo con una dulce sonrisa.
-Y apuesto que a ti te gustan mucho las niñas con chocolatinas, ¿no?- dijo pícaramente Andraia- pero yo sé hacer cosas- dijo poniéndose encima de Remus de un salto- que las niñas no.
-¿Ah si?- dijo imitando una cara de incredulidad, pero sin poder ocultar una sonrisa.
-¿El lobito lo quiere saber?- Remus asintió- pues esto- dijo besándolo apasionadamente. El clímax creado quedó cortado por unos suaves golpes en la puerta. Andraia salió de encima de Remus.
-Pasa- Eileen con un lobo de peluche un poco más grande que ella, entraron.- ¿Qué pasa cariño?
-Asclepio- dijo señalando al lobo que arrastraba- tenía miedo. ¿Podemos dormir con vosotros?
Remus y Andraia les dejaron un hueco a los dos.
-¿Estas segura que Asclepio tiene miedo?- le preguntó Remus a su hija, notando que el gran lobo le estaba usurpando su lugar en la cama.
-Si, papi, si. Me lo ha dicho él- dijo muy convencida Eileen.
-Claro cariño- dijo Remus mientras se quitaba la cola del lobo de la boca.- Voy a matar a Padfoot. ¿A quien se le ocurre regalarle un lobo de tales dimensiones a una niña de tres años?-Refunfuñó, como pocas veces hacia Remus, mientras Andraia que lo había oído todo des del otro lado de la cama, se reía.
-Buenas noches, Remus, Eileen… Asclepio.- dijo sonriendo Andraia.
-Buenas noches cariño- dijo dirigiéndose a su esposa que se estaba burlando de él- buenas noches brujita- dijo suavemente dándole un beso a su hija.
-Papi…
-Mmmm…
-¿No le das un beso a Asclepio?- Andraia no pudo resistirse y empezó a reírse a carcajadas.
-Claro que Eileen, faltaría más- le dio un beso al lobo de peluche y cerró los ojos- Lo mataré…
N/A; Bueno gente espero no tardarme mucho. ¿Os ha gustado, Asclepio? A mi si…
Adariel: ES QUE SI NO te gustase no lo habrías puesto ¿no?
Por que no te vas a asustar muggles
Adariel: Si claro…
Bueno espero que nos leamos pronto… jejejeje (o eso espero)
Adariel: Has dicho algo, Kalisto.
No querida Adariel no he dicho nada, jejejeje J
Sed felices
KALISTO