Hola a todos mañana respondere los reviews que ahora tengo que irme espero que os gusten estos tres capítulos. En el primero salen más Ethel y Sev y en el segundo y tercero Draia y Remsie i algo de Sirius.

Un beso y como siempre Sed Felices

29.EL NUEVO HOGAR

 Cuando Ethel se despertó serían las 6 de la tarde, se dio cuenta que tenía mucha hambre. Bajó a la cocina y abrió la nevera, y evidentemente estaba vacía, solo había un brick de leche y poca cosa más. Oyó pasos detrás suyo. Se giró y era Severus.

-Me parece que tendremos que ir a comprar- Severus sacó la varita- a la manera muggle, Snape.

Salieron a la calle y buscaron una tienda de comestibles, después de preguntar a algunas personas encontraron una.

-Espero que tu sepas utilizar el cacharro ese de la cocina- dijo Severus viendo como Ethel iba cogiendo cosas de los estantes.

-Claro que sé. Nosotros vivíamos en un pueblo muggle, cuando...murió mi padre- susurró esas últimas palabras. Snape se sintió incomodo.

Después de hacer, lo que a Snape le parecieron horas de cola, Ethel pagó las compras y volvieron a casa.

Ethel hizo la comida mientras Snape ponía la mesa. Cuando esta estuvo preparada se sentaron y silenciosamente empezaron a comer.

-Por cierto, Snape, procura comportarte educadamente mañana.

-Has sido tu la que ha quedado con ella.

-De acuerdo- Ethel suspiró- pero al menos abstente de utilizar comentarios sarcásticos, mordaces e irónicos de los tuyos- Snape asintió.

Recogieron la mesa y lavaron los platos. Luego Snape se sentó en el sofá y empezó a leer un grueso libro. Ethel fue a deshacer su maleta y a poner cada cosa en su lugar.

Luego bajó y también cogió un libro y se puso a leer. A los pocos minutos Snape se levantó y encendió la chimenea con la varita.

-Snape, NO_PUEDES_USAR_MAGIA- Este la miró y se encogió de hombros.

-Tenía frío.

-Extraño viniendo de ti que vives en unas mazmorras- Snape la miró fríamente.

Ethel suspiró y se quedó mirando las llamas. Danzaban suavemente, Ethel quedó hipnotizada por ese dulce baile. Snape levantó la vista de su libro y vio como Ethel estaba mirando las llamas con melancolía y dijo una cosa que nunca pensó que podría decirle a esa mujer.

-¿Estas bien?- Ethel lo miró y se levantó.

-Estoy... cansada, me voy a acostar- Severus asintió y volvió a poner la vista en su libro. Cuando Ethel empezó a subir las escaleras, la miró hasta que la perdió de vista. Le preocupaba que volviera a hacer alguna locura como lo que casi había echo la otra noche. Suspiró. "¿Y ahora porque me preocupo tanto por ella?"

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Andraia se levantó del sofá y se acercó a Remus que estaba acabando de corregir unos ejercicios. Se sentó delante de él y lo observó. Remus levantó la cabeza y le sonrió.

-¿Qué haces?

-Te miro- Le respondió Andraia, Remus alzó una ceja divertido.

-Pues que aburrido, ¿no?- Andraia se levantó y se sentó en su regazo.

-No creas- le rodeo el cuello y lo besó profundamente- ya me has hecho salir del tema. – dijo cuando se separaron- Mañana después de las clases voy a despedir a mi madre a la estación. ¿Puedes ocuparte de Eileen?

-Si, tengo que corregir más ejercicios, así que estaré en el despacho toda la tarde.

-Vigila que no coma chocolate entre horas- Remus asintió con una sonrisa- y tu tampoco.

-De acuerdo...- respondió a regañadientes. Draia se rió por la cara de frustración de Remus.

-Vaya par...-

-¿Y Asclepio podrá tomar chocolate?-Andraia sonrió.

-No Remus, Asclepio tampoco puede comer chocolate antes de cenar.

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Ethel se despertó la primera, preparó el desayuno y empezó a comer mientras releía los pergaminos que les había dado Albus.

Unos minutos después bajó Snape. Se sirvió el desayuno y se sentó delante de Ethel.

-Tendrías que estudiar nuestras vidas muggles, no quiero que metamos la pata esta tarde cuando vayamos a tomar el te a casa de la vecina- Snape se encogió de hombros con la mirada fría- Por ejemplo como nos conocimos.

-En Hogwarts- dijo sencillamente. Sabía que como respuesta "muggle" no era la correcta, pero le daba completamente igual.

-Snape, no puedes decir Hogwarts. Di sencillamente en el colegio cuando yo tenía 11 años.

-Y no puedo alegar amnesia?- Ethel lo miró con el ceño fruncido.

-¡NO!- Snape le dirigió una mirada que helaba, cogió sus hojas, que estaban en el comedor y también empezó a leer.

Unas horas después Snape, ya había leído los pergaminos unas cuantas veces.

-¿Has leído esto?- le preguntó retóricamente para llamar su atención. Ethel levantó la vista de los pergaminos- Albus nos mandara el correo en el- leyó- Apartado de correos 478.

-Podemos pasarnos mañana- Snape asintió. No tenía ni idea que era un apartado de correros, pero parecía que Flammeus si.

A las 5 en punto  se encontraban los dos delante de casa de los vecinos.

-Por favor, pórtate bien- Snape alzó una ceja- y aparenta ser un humano normal, ya sabes de vez en cuando sonríe… o te dejaré sin cena.

-Si, madre- le dijo con una sonrisa irónica.

-Eres insoportable.

-Ves como tenemos algo en común- Ethel estaba roja de rabia. Se replanteaba la idea de darle una buena paliza cuando se abrió la puerta.

-Hola- dijo Catherin. Ethel se apresuró a cambiar el rostro enfadado por uno más adecuado a la situación.

         -Hola Catherin. ¿Cómo estas?- dijo educadamente Ethel.

-Bien. Pero por favor pasad...- Catherin se echo a un lado y dejo pasar a sus invitados. En el comedor había 4 personas más.- Este es mi marido Richard- un hombre de aproximadamente la misa edad que Catherin se acercó a ellos y les estrechó la mano. Tenía el pelo un poco grisáceo por la edad y llevaba gafas.- estos son mis hijos Thomas y Alfred- un chico moreno de unos 25 años y otro de unos 28 años se acercaron al supuesto matrimonio y los saludaron educadamente- Y esta es mi hija Lora- una chica de unos veintitantos, de pelo rubio platino y ojos azules, se plantó delante de Snape que la miraba con una ceja levantada.

-Encantada de conocerle, señor Jackson- le dijo con una sonrisa seductora.

-Igualmente- dijo estrechándole la mano. Lora se giró con una cara parecida al desdén hacia Ethel.

-Señora Jackson- Ethel frunció el ceño "¿Qué carai se cree esta estúpida?"

-Por favor siéntense.- le indicó el cabeza de familia señalándoles el sofá. Estos se sentaron en un sillón de tres plazas, y Lora se apresuró a sentarse al lado de Snape.

Catherin salió a buscar el te mientras el resto hablaban de cosas triviales, como el trabajo que hacían.

-Así que profesores- dijo Richards. Ethel y Severus asintieron.- de astronomía y química...

-¿Y como es que no están dando clases, ahora?- les preguntó Lora.

-Porque tenemos las vacaciones nupciales- dijo sonriendo Ethel, mientras ponía una mano encima de la de Severus, para apoyar lo de la boda. Severus sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo y se obligó  a sonreír.

-Claro...- dijo Lora mirando la unión entre las dos manos.

-Por cierto el sábado tenemos una comida de la Comunidad de vecinos, la hacemos cada año y este año es en nuestra casa. Nos encantaría que asistieran. -Severus miró a Ethel, preguntándose que estaría pasando por su maquiavélica cabeza.

-Claro, nos encantaría- siguieron hablando un rato más y fue el momento de irse.

-Bueno espero verlos el sábado- les dijo Catherin.

-Claro que si ¿a que hora tenemos que venir?

-A les 12 estará bien.

-¿No necesitaran ayuda?

-No hace falta querida...

-No es ninguna molesta, vendremos una hora antes. ¿Quiere que traigamos algo?- le dijo sonriente Ethel. Mientras las dos mujeres hablaban de la comida del sábado, el resto de los componentes de la familia fueron al interior de la casa, quedando solo Lora y la mujer.

Lora se puso al lado de Snape y se acercó a su oído.

-Haber si este sábado tenemos tiempo de estar usted y yo a solas- Severus tragó saliva y sonrió forzadamente.

Acabaron de  despedirse y se encaminaron hacia su casa que era la que estaba enfrente.

-¿Qué te ha dicho, "esa"?- le preguntó con frialdad Ethel.

-Nada de tu incumbencia Flammeus- le respondió Snape con el mismo tono de voz.

-Es que como he visto que no se despegaba de ti...

-Ahora tendría que decir que la que esta celosa eres tu?- Ethel abrió la puerta de mala gana.

-Yo no estoy celosa- dicho esto subió las escaleras hacia su habitación.- No estoy celosa, no estoy celosa, no estoy celosa... solo que me preocupo por la cuartada de nuestro escondite. Por dios si es un estúpido, engreído, arrogante, ambicioso... porque parece que en este momento que estos insultos son cualidades? ¡No!