Hola vuelvo a estar aquí. ¿MI excusa? Bueno la verdad es que esta vez no he tenido tiempo ni para inventar una jejejeeje, pero lo importante es que estoy aquí con no uno si no dos capítulos. Oferta especial de verano.
Pero antes de leer, voy a responder los magníficos reviews que me habéis mandado. MUCHAS GRACIAS A TODOS
Truli-lá: Muchas gracias. Y no te preocupes que hay muchas escenas de pasión, por cierto ahora que me recuerdas.
SE INTUYEN ESCENAS SUBIDITAS DE TONO, PERO NADA QUE NO SE HAYA VISTO HASTA AHORA, JEJEJEJE
¿Snape celoso? NO que va. En este tendrás a Ethel celosa y a Sev que no entiende nada, jejej
Malu Snape Rickman: Muchas gracias a ti también has conseguido sonrojarme, jejejeje J. Y no te preocupes que tarde o temprano lo acabaré. Es que la verdad ya lo tengo escrito me falta apuntar algo del pasado... ya veremos espero que lo consiga pronto.
Cata Snape: Si que los subiré no te preocupes, y si no lo hago que me parta un rayo ¬¬, bueno con tanto calor es difícil pero bueno...
Muchas gracias por el review y entusiasmo, jejejeje.
Y ahora el capítulo la fiesta de los vecino, amor, celos, pasión... bueno más o menos ya sabéis como son.
32. LA FIESTA DE VECINOS
Los días pasaron rápidamente hasta el sábado. Ethel procuraba no mirar a Snape ni tan solo hablarle. Snape encontraba extraña la actitud de Ethel, pero no dijo nada, ella sabría lo que hacía y lo que no hacía. Al menos de esa manera en los días que pasaron hasta el sábado tampoco se pelearon.
-Pasad, chicos- dijo Catherin sonriente- estamos preparándolo todo en el jardín.
Ethel y Snape siguieron a la mujer hasta dicho jardín y solo entrar Lora ya estaba casi encima de Severus, que sonreía, pues Ethel el día de la primera visita a casa de los Smith le había obligado a sonreír, ahora lo que menos deseaba era que Flammeus se cabreara y le dejara sin cena.
-Vaya nos hemos quedado sin carbón para encender la barbacoa- dijo la señora Smith.
-No se preocupe, yo voy a comprar- dijo Snape. Ethel lo miró con una ceja levantada, ¿qué era tanta amabilidad, de su parte? Lo que Snape tenía no era amabilidad, quería sacarse a Lora de encima unos minutos.
-Muchas gracias, querido.
-Yo le acompañaré, señor Jackson- Severus solo apartó la vista de la muchacha, murmurando un "maldición" que nadie escuchó.
"Ahora entiendo porque quería ir a comprar el carbón. Lo que quería era estar a solas con la estúpida niñata"- pensó Ethel.
-Adiós, señora Jackson- le dijo la "estúpida niñata" mientras pasaba delante suyo con una sonrisa triunfal. Ethel se estaba enfureciendo de verdad.
-Ahora vengo, cariño- le susurró.
-Para mi puedes no volver- Ethel entró en la casa. Snape se encogió de hombros "¿y ahora que carai le pasa a esta? Ni que fuera a pasármelo en grande... puede que ella piense que yo y... ¡No! Que tontería"
-Vamos, señor Jackson- Severus se acercó a la muchacha que ya estaba en la puerta.- ¿puedo llamarle Severus?
-Supongo que si.- dijo intentando ser amable.
Mientras dentro de la casa.
-Ethel, me ayuda a hacer la salsa.- le preguntó la señora Smith.
-Claro- dijo mientras entraba. Hacer la sala fue una buena técnica de relajación para Ethel, pues revolver la densa masa le dio una oportunidad excelente de descargar los nervios.
-Te ha salido muy bien, querida. Se nota que las echo con empeño.
-Gracias
El resto de los vecinos iban llegando y Snape y Lora todavía no traían el carbón. Catherin fue presentándola a los vecino.
-Ella es Lisa Carter...Lisa te presento a Ethel Jackson, ya te hablé de ella. Su marido ha ido a buscar carbón con mi hija- la llamada Lisa levantó una ceja. Era una mujer de unos 65 años con el pelo canoso.
-Catherin ¿dónde has puesto la sal?- se oyó una voz des de la cocina.
-¡Ahora vengo! Disculpadme un momento- Catherin dejó solas a las dos mujeres.
-Así que su marido esta con Lora...- Ethel asintió.- vaya…
-¿Qué pasa?
-Como te lo explicaría digamos que Lora es un poco... lujuriosa. – Ethel tragó saliva- ya sabe que le gustan los hombres en exceso.
-Ah...
-Pero no se preocupe, si su marido esta enamorado de usted, seguro que se la saca de encima con facilidad- dijo viendo la cara que ponía Ethel.
-Claro...- Ethel oyó el ruido de la puerta y en la casa entraron Severus serio y Lora.
-Por fin ha llegado el carbón- dijo Richard Smith, lo cogió enseguida y empezó a asar la carne.
Severus se acercó a Ethel.
-Hola, cariño- Nunca usaban su nombres de pila, pues no estaban acostumbrados a llamarse de esa forma, era más fácil utilizar motes cariñosos, de esa forma los demás también se creían su cuartada de que estaban casados. Ethel lo presentó a Lisa y entablaron una conversación. Minutos después Lisa se fue a preparar las mesas.
-¿Se puede saber donde has estado?- le preguntó enfadada.
-Fui a buscar el carbón ese- dijo con su mirada inexpresiva.
-Y por eso has tardado tanto. ¿Tenias que sacarlo de la mina o es que estabas confraternizando con la vecina?
-No. Lo que pasa es que Lora le dio por llevarme por el camino más largo...
-Claro, por el camino más largo- dijo para si misma Ethel, alejándose de él.
-Y ahora que le pasa a esta? Mujeres…
Poco tiempo después estaban todos los vecinos comiendo y hablando de los vecinos que no estaban presentes en la reunión o criticando las acciones de los que se encontraban más alejados de dichas conversaciones. A Ethel todas esas críticas y habladurías las dejó para esas vecinas chismosas y dejó que su mente volará lejos de allí.
Como echaba de menos su familia. Andraia, Eileen y a su madre, ojalá al menos les pudiera decir la verdad a ellas. Recordó la cara de decepción de su hermana al decir los aurores que ella había matado a Snape y no negarlo. Al menos sabía que tenía a Remus para ayudarla.
-¿Estas bien, querida?- le preguntó Catherin que la sacó de sus pensamientos.
-¿Eh? Si, claro. Es que estoy un poco mareada. Si no os importa voy al baño- las otras mujeres asintieron comprensivas. En el camino del jardín al interior de la casa se encontró con Lora, que la miró con odio.
-No tienes nada que hacer contra mi, señora Jackson- le dijo con repulsión.
-¿Qué?- preguntó entre sorprendida y verdaderamente enfurecida Ethel.
-Que te voy a quitar el marido... no te lo mereces.
-Y quien carai eres tu para decirme si lo merezco o no.- le dijo suave pero fríamente.
-Tu principal competidora...
-Déjame en paz- la dejó detrás suyo y continuo el camino hacia el baño. "Imbécil", descargó toda su ira cerrando la puerta del baño con un sonoro golpe. Se intentó tranquilizar, se lavó la cara y respiró profundamente. Es niña no le iba a hacer perder los estribos cuando nadie, perdón, cuando solo Snape lo conseguía.
Salió del baño un poco más tranquila, pero lo que vio le hizo bajar el color de su piel, hasta quedar más pálida.
Snape estaba apoyado sobre la encimera de la, ahora, oscura cocina, besándose con Lora. No quiso ver más salió de la casa y fue al jardín y cogió rápidamente sus cosas.
-Me voy a casa que no me encuentro muy bien...- las vecinas la miraron.
-Claro, estas muy pálida.
-Ya nos veremos- salió de la casa y cruzó la calle dirigiéndose a su casa.
-¡Ethel!- le llamó una voz muy conocida detrás de ella. Ethel no se giró y continuo su camino hasta que notó que alguien le sujetaba el brazo y la hacía voltear.
-¿Qué quieres?- le dijo roja de rabia.
-¿Porque te vas así?
-Porque de verte besándote con la maldita vecina esa, me han entrado ganas de vomitar. –dijo reprimiendo gritarle y perder el control- Ahora si no te importa, agradecería que me dejaras ir, por mi parte puedes continuar lo que estabas haciendo con… "esa"- Severus estaba pálido.
-Yo no… fue ella quien se me tiró encima…
-Me da igual Snape, realmente no estamos casados puedes hacer lo que quieras- Ethel se desembarazó de Snape, abrió la puerta de su casa y subió a su habitación cerrando la puerta de un portazo.
Severus se quedó un momento pensativo delante de la puerta y también entró. Sin pensarlo mucho se dirigió rápidamente al cuarto de Ethel y abrió la puerta de golpe.
-¿Pero que...?- Ethel enmudeció Severus tenía el ceño fruncido y traía una cara de enfurecido que hasta heló la sangre de Ethel, que estaba acostumbrada a pelearse con él. Pero esa cara también era de determinación.
Sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre ella y cogiéndole la cara con sus manos la besó. Fue un beso violento que fue suavizándose a medida que pasaban los segundos.
Ethel que en el momento inicial se había quedado de piedra, se fue dejando llevar. Severus la tiró encima de la cama.
-Esta vez nadie nos va a interrumpir- le susurró al oído mientras le besaba el cuello desesperadamente y le quitaba la fina camisa que llevaba.
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Ethel abrió lentamente los ojos, estaba en su habitación, pero había algo extraño en ella. Se concentro y oyó una respiración que no era la suya. Mientras volteaba para ver quien era, empezó a recordar todos los sucesos de la pasada noche.
-Oh! Mierda!- dijo incorporándose en la cama mirando a Snape que dormía placidamente.- ¡Mierda!- repitió cuando se dio cuenta de su desnudez. – Claro, iba borracha- dijo esperanzada- Ayer no bebí. Oh! Mierda!-Su puso las manos en la cara. – Tengo que salir de aquí.
Ethel se medió vistió como pudo y fue a salir de su habitación.
-Flammeus ¿se puede saber que haces en mi habitación?- Ethel paró su huida.
-Snape,- dijo sin girarse- no es… tu habitación.
Snape miró la habitación y se dio cuenta de que verdaderamente no estaba en su habitación. Como si un rayo le hubiera dado de lleno se acordó de todo.
-Oh! Mierda! Flammeus… dime que íbamos borrachos…
-Snape ayer no bebimos nada…- respondió Ethel.
-¡Mierda!- Ethel asintió.
-Yo voy a buscar el correo que tenía que enviarnos Albus.- Y casi corriendo salió de la habitación.
N/A: Pobrecillos, ahora no podrán verse a la cara. A no ser que pase algo como… Mirad el siguiente capítulo
