En este capítulo hay un problema que provoca muchos recuerdos, muchos al menos un par de capítulos. Es decir, hasta nuevo aviso y desde la parte en que Ethel empieza a recordar es un flash back. Quedáis avisados.
Quiereis saber porque se pelean siempre Ethel y Severus? Cual fue el detonante? Pues aquí no lo encontraréis porque no podía introducirlo en la historia, pero supongo que al final del fic si que lo pondré...supongo...
Allí va.
33. FUGA DE AZKHABAN Y RECUERDOS
Ethel salió de la casa enfurecida por haberse dejado llevar por sus emociones, eso no era propio de una Slytherin. Se había acostado con Snape, su enemigo de toda la vida... y lo peor es que le había gustado.
Preguntando encontró el edificio de correos. Una vez allí recogió el correo de su apartado de correos y ojeándolo se dirigió hacia su casa.
Cuando acababa de abrir la puerta leyó unas líneas que había escrito Albus, su cara pasó a un color muy pálido.
-¡Por Slytherin!- Ante esa exclamación Snape se acercó a ella.
-¿Qué ha pasado?- preguntó preocupado por la palidez de la mujer. Ethel con la mano temblándole le paso la carta. Unos segundos después el rostro de Snape también había bajado unas grados.
"Lamento tener que ser yo el que os informe del último ataque de Voldemort. Esta vez a sido en Azkhaban liberando a Fobos Snape"
-Voldemort a liberado a tu padre, Snape- le susurró.
-Yo…- Severus no pudo decir nada y se encerró rápidamente en su habitación. Mientras Ethel recordaba la primera vez que vio a Fobos Snape.
"Todos los alumnos y profesores de Hogwarts estaban en el Gran Comedor desayunando.
-¿Draia me pasas el zumo, por favor?
-Claro que si Remus- Andraia le sonrió dulcemente provocando un leve sonrojo en las mejillas de Remus. Andraia estaba de buen humor había pasado una noche excelente, después de tantas noches sin dormir, por culpa de una broma por parte de unos Slytherins, donde habían jugado un papel importante las ratas. Pero esa noche había conseguido dormir gracias a la poción que le dio Snape. Andraia vio a su hermana que desayunaba intranquila en la mesa de Slytherin. Remus miró hacia donde Draia miraba extrañada.
-¿Qué le pasa a tu hermana?- le preguntó Remus.
-No lo sé- en ese momento las lechuzas entraron con el correo diario. La tensión se hizo presente al divisar un par de lechuzas negras con sobres negros. Todo el mundo aguantó el aire.
Ethel miró las dos lechuzas, luego a su hermana y bajo la mirada.
Todo el Gran Comedor seguía la dirección de las 2 lechuzas negras, una se dirigió a Slytherin y otra a Gryffindor.
Andraia se puso pálida al ver que la lechuza negra se había parado frente a su plato, con las manos temblorosas abrió el sobre. Sus amigos estaban paralizados. Remus le demostró su apoyo poniéndole una mano en el hombro.
Después de leer el contenido de la carta las lagrimas empezaron a brotar de sus ojos. Remus que había leído el pergamino por encima del hombro de Andraia con ojos tristes la abrazó y ella llorÓ en su hombro.
"Mierda, mierda, mierda, que nos es verdad, que no este pasando" pensaba Ethel mientras miraba a su hermana.
La lechuza se paró delante de Ethel y esta resignada le sonrío. Cogió le sobre y se lo guardó en el bolsillo de la túnica. Después de dar una galletita a la lechuza y notar todas las miradas del Gran salón en su persona, se levantó con ojos inexpresivos y empezó a andar hacia la puerta.
"No me voy a derrumbar, Soy una Slytherin y solo faltaría ponerme a llorar delante del odioso Snape", cuando pasó por su lado le hizo una mueca de disgusto. Mientras Snape se quedaba helado pensando como podía acabando de recibir un sobre negro, seguir con su frialdad de siempre. Después lo pensó y supo que él actuaría de la misma forma.
Cuando Ethel salió del comedor todo el mundo la miraba. Pensaban que en cualquier momento se iba a desmoronar. El Gran Comedor estaba más silencioso que de costumbre, menos la mesa de los Gryffindor que intentaban apoyar a su compañera.
Cuando cerró la puerta del Gran Comedor se apoyó en ella y respiró profundamente.
Quería estar sola, así que se dirigió a los baños de los perfectos. No es que fuera perfecta pero para una broma a Snape había necesitado los jabones que había allí.
-Espuma azul- dijo cuando llegó a la puerta, se sentó lentamente en uno de los bancos y lentamente sacó el sobre negro, lo abrió y empezó a leer:
"Señorita Ethel Flammeus:
Lamentamos informarle que su padre ha sido asesinado, por un grupo de mortífagos…"
A Ethel le fue imposible seguir leyendo.
-Papá…- no podía acabar de creérselo, su padre estaba muerto. Muerto. Pero aún así empezó a sollozar. Tenía que descargar todo lo que había mantenido oculto durante el desayuno. No supo cuando tiempo estuvo llorando.
Se lavó la cara y se quedó un rato más hasta que sus ojos dejaron de estar enrojecidos. En ese momento se acordó de su hermana.
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Los profesores excusaron a Andraia de ir a clase. Esta se quedó en su sala común llorando amargamente por la muerte de su padre.
La actitud de su hermana le sorprendió, se había levantado serenamente y en sus ojos no pudo leerse ni tristeza ni odio. Pero ella sabía muy bien que Ethel lo estaba pasando mal.
-¿Cómo te encuentras, cariño?- le preguntó Remus que la seguía abrazando.
-Mejor, no hace falta que te quedes, estoy bien- respondió tristemente Andraia.
-Quiero quedarme- le sonrió. Oyeron voces al otro lado del cuadro.
-QUIERES APARTARTE???
-Si no dices la contraseña, no- contestó terca la mujer del cuadro.
-QUE ABRAS. QUIERO HABLAR CON MI HERMANA- el cuadro se retiró pero fue porque alguien abrió des de dentro- Remus ¿y mi hermana?
-Esta aquí, pasa- le dijo Remus sorprendido. La muchacha no parecía haber llorado. Ethel entró y abrazó a su hermana.
-¿Cómo estas Draia?- le preguntó Ethel.
-Mal ¿Y tu?
-Hecha una mierda, pero ya sabes que el orgullo Slytherin me impide mostrar lo que siento- bromó Ethel, Draia sonrió levemente.
-Chicas, yo me voy- dijo Remus que ya veía que allí sobraba – si necesitáis algo, ya sabéis.
-Gracias, Remus- este se despidió y se fue.
-Es un buen chico- le dijo Ethel cuando Remus se fue- licántropo y Gryffindor pero un buen chico.
-Tienes razón, es un buen chico.- dijo con una media sonrisa.
-Andraia tuve otro presentimiento esta noche- dijo bajando la mirada.
-Y porque no me lo dijiste?
-No quería preocuparte, si me equivocaba- las lagrimas volvieron a humedecer sus ojos- no puedo acabar de creerlo. -En unos segundos las dos empezaron a llorar. A la hora de comer las dos estaban dormidas, abrazadas, en el sofá de la sala común.
Cuando los alumnos llegaron a dejar sus cosas no se quejaron de que hubiera una Slytherin en su sala común, la voz de la muerte del señor Flammeus a manos de los mortífagos había corrido.
Remus despertó a Andraia y a Ethel.
-¿Venís a comer?- las dos sonrieron y se levantaron. Cuando llegaron al comedor todos los alumnos se giraron hacia ellas. Ethel recuperó sus ojos fríos, se despidió de su hermana y se dirigió a su mesa. Una vez allí, Dumbledore se acercó a ella.
-Vuestra madre vendrá esta tarde a eso de las 5 venid a mi despacho -Ethel asintió y vio como se dirigía hacia su hermana.
Después de comer Ethel se encerró en su habitación, se tumbó en su cama y lentamente cerró los ojos. Por su mente pasaban todas las imágenes de su vida donde salía su padre. Lloró en silencio.
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-Snape, espera- este se giró.- Quería pedirte un favor- Snape la miró seriamente- ¿Me ayudarás?
-Dímelo y yo decidiré- le dijo fríamente.
-De acuerdo. Quiero que ayudes a mi hermana- le dijo rápidamente.
-PERO QUE ESTAS DICIENDO- gritó Severus- llevo cinco años peleándome con ella y ahora ¿quieres que la ayude?- Andraia asintió- NO- Severus se giró dispuesto a irse.
-Espera- Andraia se pudo delante de él- Solo quiero que no te pases con las bromas.- Snape la miró escéptico- bueno al menos que no tengan relación con mi padre- Andraia iba siguiendo a Snape mientras este andaba hacia su sala común.
-De acuerdo, pero deja de seguirme- dijo desesperándose- Andraia paró y Severus continuo su camino.
-Gracias.
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Ethel bajó a su sala común, tenía que pedirle los apuntes del día a alguien. Pero al bajar se chocó contra alguien.
-Sal del medio- dijo él. Ella le sonrió
-Veo que ya no hueles a rosas y a claveles, Snape. Lastima te quedaba muy bien y no el olor a hierbajos que usas normalmente.
-Espera a ver lo que tengo preparado para ti, Flammeus.
-Lo esperaré ansiosamente, Snape- Ethel se dirigió a las chicas con las que compartía habitación y curso.
-Ethel, no sé como te atreves a hablarle así- le dijo una.
-Es alto, fuerte, solo hace falta mirar como la túnica no pude disimular sus musculos, si te pega un puñetazo te dejará tonta.
-Además- continuó otra- es de los mayores y prefecto.
-Primero él nunca pegaría a una mujer y segundo empezó él– les sonrió – Me dejáis lo que habéis hecho en clase- miró el reloj, mientras las otras asentían- dejádmelo encima de la mesa tengo que ir a ver al director.
Ethel salió corriendo de la sala común y fue al despacho del director. La "puerta" de abajo estaba abierta y cuando llegó arriba llamó a la segunda puerta y el director le dio permiso para entrar.
-Hola señorita Flammeus.
-Hola profesor Dumbledore- luego se fue a abrazar a su hermana- Hola Draia.
De la chimenea empezaron a salir chispas y apareció una mujer.
-Mamá- las dos la abrazaron.
-Hola niñas ¿cómo estáis?- preguntó con los ojos enrojecidos. Las niñas no respondieron. Después de indicarles a sus hijas que se sentaran, la mujer empezó a hablar- Quiero contaros lo que pasó con vuestro padre.
"Como sabéis vuestro padre es… fue de los mejores aurores del mundo mágico. Descubrió donde se escondía Voldemort, no se lo quiso decir a nadie, no quería ponerlo en peligro. Pero Voldemort, no podía permitir que nadie supiera su escondite… por eso… lo mató"- lo último solo había sido un susurró.
Andraia lloraba en un rincón y Ethel estaba de pie con la cara inexpresiva, pensando que al final si que era verdad, su padre estaba muerto. Miró a su hermana que estaba llorando, pero a ella ya no le salían las lagrimas, podría ser porque ya lo sabía, había visto a su padre morir y se había fijado en la cara descubierta de uno de los mortífagos. No la olvidaría nunca.
-Ethel, cariño ¿Estas bien?- esta salió de sus pensamientos.
-¿Eh? Si, mamá- era la diferencia entre Andraia y ella. Andraia sentía pena por la muerta de su padre mientras Ethel sentía odio hacia su asesino.
-Pasareis el fin de semana conmigo, id a buscar vuestras cosas- las dos hermanas asintieron y se fueron a sus respectivas salas comunes.
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Alguien abrió la puerta de la habitación de las chicas de Gryffindor.
-Remus no puedes estar aquí- Remus se acercó a Andraia.
-¿Qué quiere decir que te vas?- le preguntó.
-Pues que voy a pasar el fin de semana con mi madre- Andraia acabó de empaquetar las cosas y se dirigió a la puerta.
-¿Pero volverás el lunes?
-Claro- Remus suspiró aliviado- ¿Crees que te dejaría solo?- Andraia le guiñó un ojo y bajó las escaleras. Remus bajó rápidamente detrás suyo y poniéndose delante de ella la besó.
-Ten cuidado- le dijo mientras la abrazaba dulcemente.
-No te preocupes, cariño.
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Ethel iba triunfante por los pasillos de la escuela en dirección al despacho de Dumbledore. Su baúl levitaba delante suyo con un hechizo. Giró una esquina y oyó un ruido de un golpe.
"Vaya, lo que me faltaba, debe haber chocado con algo" seguidamente oyó un quejido "con alguien".
Corrió hacia allí y se encontró a Severus en el suelo con una mano en la cabeza. No pudo resistirse y empezó a reírse a carcajadas. Le dolía la barriga de tanto reír.
-Idiota porque no miras por donde va tu baúl- le dijo levantándose y poniéndose delante de ella, que estaba doblada con las manos en la barriga de tanto reírse.
-Y… per…perderme… esto- continuo riéndose no podía parar- creo que… no- al cabo de unos segundos Ethel pudo para de reírse- creo que tu venganza tendrá que esperar un poco.
Severus miró al baúl.
-Te vas…
-Si, pero no te preocupes que el lunes me tendrás de vuelta aquí- Ethel le sonrió irónicamente- Adiós Snape- se volvió a reír cuando vio la frente de Severus.
-Adiós Flammeus- dijo secamente. Ella continuo su camino y le volvió a coger un ataque de risa.
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Severus entró en su sala común tenia que planear una buena venganza, pronto lo tuvo todo listo, esto le costaría a Flammeus unos 50 puntos, tenía que empezar a recuperarlos en ese mismo instante.
-Severus ¿Qué te ha pasado?- le dijo Malfoy riéndose y señalando su frente. El muchacho fue a un espejo y vio, allí, una especie de arañazo en forma de E, evidentemente E de Ethel.
-Maldita Flammeus- Malfoy empezó a burlarse de él.
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Ethel entró en el despacho de Dumbledore todavía riéndose de Severus.
-Cariño vigila con el baúl, que podrías hacerle daño a alguien- Ethel estalló a carcajadas. Todos la miraban como si estuviera loca.
-¿Por qué te ríes, Eth?- le preguntó su hermana?
-Es que… sin querer- se puso seria y miró a Dumbledore- le juro que fue sin querer -volvió a reírse- le di a Snape con el baúl en la frente… y quedó la forma de la placa donde hay la E, en su frente.
Su hermana empezó a reírse también.
-Como el zorro- las dos reían mientras Dumbledore intentaba aguantarse la risa, desaprobando que Ethel le hubiera dado con el baúl a Snape, pero no pudo reprimir una sonrisa. La señora Flammeus estaba contenta que sus hijas todavía pudieran reír.
-Bueno, niñas, nos vamos- y una a una despidiéndose de Dumbledore entraron en la chimenea.
La señora Flammeus fue la última en llegar, donde se encontró con una horrible sorpresa.
-¿Qué hacen aquí?- le preguntó a los dos hombres que sujetaban a sus hijas.
N/A: Os ha gustado? Pues dejadme Reviews, por favor, os lo pide vuestra fiel servidora ( y la de Voldemort).
