Aquí está el último capítulo¡me encanta el final! Espero que hayan disfrutado de este lindo fic tanto como yo.


GOODBYE

por Apple-chan

(Traducido por Amaltea-Sibila)


Parte Final

Un Adiós para Ti


Creo en ti

Creo que volverás conmigo.

Creo en nosotros.

Y esperaré por ti.

Lo haré.

Kyouyama Anna contemplaba estos pensamientos mientras observaba un mapa. Con la punta de su dedo, trazaba el área del archipiélago japonés donde estaba Funbarigaoka, entonces, movió su dedo a través del mapa, a la derecha cruzando el Océano Pacifico, hasta una gran porción de tierra en el norte, lejos al noreste de Japón. Y su dedo se detuvo justo en el centro de esta vasto territorio llamado Norteamérica.

Norteamérica...

Tan lejos...

Y mañana, irás hacia allá. Tú... ya no estarás aquí...

No estarás aquí.

Yo estaré... estaré...

Yo estaré... sola.

Una única lágrima escapó de los ojos de la joven itako. La limpió rápidamente.

No lloraré otra vez. No lloraré nunca más. No hasta que se vaya,

Una vez fue suficiente, nunca más.

Tengo que ser fuerte.

Tengo que ser fuerte por él.

Tengo que ser fuerte por nosotros.

Con un suspiro, Kyouyama Anna la itako se levantó, dobló y guardó el mapa que había estado estudiando, y fue escaleras abajo para ayudar a Tamao a preparar la cena.

La cena... para él. Para Yoh.

Por última vez.


Tengo una pena dentro mi.

Prometo que volveré contigo.

Lo haré... solo confía en mi.

Confía en mi.

Confía en nosotros.

Y será mejor pues estarás esperando cuando regrese.

Estarás esperando por mí.

"¿Yoh-kun?" Asakura Yoh buscó hasta una pequeña, dubitativa voz que interrumpió su pensamiento. Estaban camino a casa, y habían parado por la luz de alto.

"¿Sí?" Miró hacia abajo al pequeño chico y le dio una sonrisa.

Manta volteó con su amigo algo consternado. "¿Estás bien?"

No. "Uh-uh", el joven shaman de cabello marrón sonrió de nuevo y asintió. No estoy bien.

Mañana por la mañana, me estaré marchando.

Voy a ir a Norteamérica.

Y... está tan lejos... de Japón...

Está tan lejos de... ella.

Cuando llegue allá, no estará ahí... estará aquí.

No ahí conmigo, pero aquí, sin mí.

Y no quiero eso.

No quiero irme.

No quiero dejarla.

Yoh dio un suspiro. Pero tengo que hacerlo. Ella espera que lo haga. Quiere que lo haga. No quiero decepcionarla. Debo hacer esto. Debo hacer esto por ella. Por mí.

Por nosotros.

"Te veré mañana en el aeropuerto¿ne, Yoh-kun?" Le dijo Manta, interrumpiendo otra de sus meditaciones.

Aunque estaba distraído, Yoh no lo mostró. Solo sonrió a su amigo nuevamente y exclamó, "Sí, te veré mañana." Manta agitó su mano y él le devolvió el saludo.

Él entonces miró a su espíritu. "Mejor regresemos. Anna debe estar esperándonos."

"Aa". Amidamaru afirmó, y siguió la marcha de regreso con su amo.

Anna... está esperándome.

Esperando.


No comiste.

Es tu último día aquí, y Tamao y yo nos molestamos en hacer una maravillosa cena para ti, y ni siquiera llegaste a tiempo para probarla.

Sabes, algunas veces realmente te odio.

A veces realmente lo hago... y aún...muchas veces... simplemente lo olvido.

Y entonces recuerdo.

Lo hago.

Que no puedo odiarte. Nunca puedo odiarte.

Nunca puedo odiarte... porque yo...

La joven itako abrió la puerta de la habitación de su prometido y miró con enojo su cuerpo dormido. "Llegaste a casa sin siquiera saludarme", le dijo fríamente. "No llegaste a cenar", agregó con amargura, sin parecer importarle si estaba dormido o despierto. "Es valiente de tu parte intentar hacer eso, en verdad", dijo ella, reclamando su voz con sarcasmo para cubrir el dolor que realmente sentía dentro. Ni siquiera me dijiste buenas noches.

Esto duele.

Duele demasiado.

Y te irás mañana.

Esto duele aún más.

Pero no te odio.

No puedo.

"De cualquier modo", continuó en un tono frío, ignorando la manera en que su voz prácticamente se quebraba en la siguiente sílaba, "tu nuevo traje de combate. Lo terminé." Su voz bajó muchos decibeles en la última palabra. Arrojó una pequeña bolsa que contenía la dicha ropa al pie de su cama.

Con un susurró final, agregó, "Oyasumi".

Entonces cerró la puerta.

Y así, Kyouyama Anna se recargó con pesar en la puerta cerrada, como si todas sus fuerzas la hubieran dejado.

Eres más fuerte ahora. Mucho más fuerte que antes.

Y no es por mí. Es gracias a ti.

Dio un respiro tembloroso. Y mañana, no estarás ya aquí.

No estarás aquí.

Tú... no estarás... ya... conmigo.

No más.


Lo siento, Anna, sé que debí venir a casa más temprano, pero... simplemente no puede darte la cara.

No pude. Sin importar cuanto quise.

Porque... porque... eso duele.

Porque me estoy yendo. Te estoy dejando.

Sin importar cuantas veces trate de aceptarlo, aún no cambia el hecho de que yo... me estoy yendo.

Perdón. No creo que hubiese podido comer la cena, -- no importando cuan deliciosa fuera-- y sé, que tú y Tamao trabajaron para ello, debió hacer sido maravilloso--mientras me sintiera así.

Sintiendo como si... mi corazón se estuviese rompiendo.

Lo siento, Anna. Yo solo... solo...

Asakura Yoh escuchó-- y sintió-- algo siendo arrojado a los pies de su cama. No se movió ni un centímetro. Sabía a que ella aún estaba ahí. Lo sabía.

Muchas emociones peleaban dentro de él, evidentemente por la expresión en su rostro. Parte de él quería levantarse y disculparse y decir gracias y buenas noches y abrazarla y... pero otra parte de él--la parte fuerte--, le ordenó no levantarse, no decir nada, no hacer nada. Y por supuesto, esa parte ganó.

"Oyasumi". Su última palabra fue dicha en un susurro.

E Yoh pudo sentir su corazón desmoronarse en pedazos.

Realmente debió haberse levando y saludarla. En verdad debió hacerlo.

Lo siento, Anna. No puedo mirarte ahora. No sé si pueda.

Porque...

Duele... tanto... mirarte...

Perdón.

Anna... ¿alguna vez te lo he dicho? Yo...

Oyasumi nasai, Anna.

Me estaré yendo mañana.

Te estaré dejando.

A ti...


Adiós.

Tan sencilla palabra. Cinco letras, dos sílabas.

Adiós.

Había mundo entero de significados debajo de tan sencilla palabra. Un mundo entero.

El mundo entero.

El mundo entero... es lo que exactamente él es para mí.

Él es... mi mundo.

Adiós.

Debajo de toda esa sencillez, estaba la pena. El dolor en mi corazón. El significado tras ella.

Tan simple, aún... finalmente.

Adiós. Solo una palabra. Solo una.

Fácil¿no?

Te equivocas.

Adiós... probablemente es la cosa más difícil en el mundo de decir.

Y no es diferente para mí.

Nunca he estado de acuerdo con mis sentimientos. Decir "te extrañaré" tomó mucho esfuerzo.

Decir adiós es aún más difícil.

Lo más difícil.

Porque.. no quiero decir adiós.

El sonido de la puerta de enfrente irrumpió el juego de pensamientos de Anna. Y entonces, la puerta se cerró.

Desde la ventana de su cuarto, una voz, suave pero fuerte, había escuchado. "¡Que buen clima!" Yoh.

Yoh.

Casi inmediatamente, Anna se levantó. Con la rapidez de una ya entrenada y hábil itako que era, fue escaleras abajo y se asomó a la puerta principal. Tamao estaba ya ahí, sosteniendo algo en su mano. Miró a Anna, entonces a la puerta, claramente debatiendo entre si debería abrir la puerta o no.

Anna lo hizo por ella. La joven itako abrió la puerta y salió, con Tamao siguiéndola por detrás.

Cuando salieron, los amigos de Yoh ya estaban ahí, algo entusiasmados y listos para irse.

Yoh notó a Anna, y sonrió, pero no la miró. Aunque se veía tan lleno de energía como siempre, había algo de tristeza en sus ojos.

Anna rehusó mirar a Yoh, pero aún así, viró su atención a la otra chica, quien parecía increíblemente nerviosa. Entonces notó el pequeño objeto que Tamao estaba sosteniendo es su mano como si significara todo en su mundo. Y entonces Anna entendió.

"Tienes algo que quieres darle¿no?" Preguntó. Tamaó asintió vigorosamente.

Anna miró como la otra chica se dirigía a su prometido. Yoh hizo una mueca a Tamao de curiosidad.

Profundamente ruborizada, Tamao tomó aliento, y mostró lo que tenía en su mano para revelar un pequeño medallón dorado con algo grabado en él.

Yoh sonrió. "Sankyuu", dijo, tomando el medallón de sus manos.

"Yoh-sama... por favor cuídese," Tamaó susurró.

"Lo haré." Yoh respondió con otra sonrisa a la chica.

Y entonces... Yoh giró... y miró a Anna.

Y sonrió. La más grande, la más sincera sonrisa que pudo mostrar.

Su sonrisa fue simplemente, directa para ella. Así, sus ojos hablaron mucho.

Quiero recordarte. Quiero recordar porqué voy a volver, sus ojos le dijeron a ella.

Por quién voy a volver.

Por ti.

"Bueno entonces... " Yoh se volvió a sus compañeros. Y entonces miró a Anna una vez más.

Una última vez.

Y Anna dio un profundo respiro antes de hablar. "Si pierdes, nunca te dejaré pisar esta casa. Nunca más."

No un adiós.

No quiero... decir adiós.

Y asintió, sonriendo otra vez. "Lo sé"

Anna... espérame.

Se giró. "Esta bien, vamos."

Junto con Horo-horo y Ryu, los tres caminaron fuera de la casa, a la luz del sol.


No quise decir adiós.

Pero... quizás... debí hacerlo.

No dije adiós.

No lo hice.

Ella lo dijo... pero yo no.

¿O lo hice?

Debí decirlo.

¿No debía hacerlo?

En uno de los asientos de uno de los aviones privados de la familia Tao, Asakura Yoh estaba sentado perdido en estos pensamientos, con su cabeza sobre su mano derecha, sus ojos mirando hacia afuera por la ventana y mirando fijamente a las nubes.

Entonces, lentamente, alzó su mano izquierda a la ventana, cual tenía niebla gracias a su aliento, y con su dedo índice, escribió un par de caracteres japoneses en la niebla.

Una "a". Y entonces, una "n". Y entonces, el hiragana por "na".

A-n-na. Anna.

Anna.

Yoh suspiró, observando el nombre escrito en el cristal.

Le dijiste que querías recordarla.

Le prometiste volver.

La abrazaste.

¿No fue suficiente?

¿Lo fue? Preguntó a la voz.¿Lo fue en verdad?

Quise decir adiós. ¿Cuan difícil puede ser eso de decir? Es solo una sencilla palabra.

Soy simplemente un cobarde. Es decir, la tuve sola ese día, e incluso así, no pude hacerlo.

No pude... porque... no es fácil decir adiós.

No lo es.

Yoh recordó los hechos de la noche anterior. Recordó como abrió la puerta de su cuarto. Recordó como se enojó con él por no haber llegado a tiempo para cenar. Recordó como le dijo que no tuvo el coraje de ir a saludarla.

Más que nada, recordó cuan lastimada la escuchó.

Cuan lastimada estaba cuando le dijo que su traje de batalla-- cual había hecho para él-- estaba listo.

Y recordó la manera en que su voz se rompió, como si estuviera muy lastimada, cuando le dijo buenas noches.

Pero así, no pudo levantarse. No pudo siquiera mirarla, o agradecer su presencia. Solo... continuó recostado y no dijo nada... nada por todo eso, como el cobarde que era.

Cobarde.

Eres un cobarde, Asakura Yoh, se reprimió a sí mismo.

Un gran cobarde.

"¿Té?" Una de las aeromozas le ofreció, sacándolo de la última serie de reflexiones.

El té.

Le compraste té. ¿No es así?

Sí. Sí, lo hice. Pero eso... esto no fue parte del adiós. Ella... ella tenía frió. Fue lo único que pude hacer.

¿No lo fue?

¿No fue el té parte del adiós?

La caminata, el té, la conversación, y entonces, el abrazo... ¿no fue todo eso un adiós?

Y así, Yoh se paró. Caminó a lo largo del pasillo del avión, todo el tiempo sosteniendo la lata de té en sus manos. Todo el tiempo pensado¿fue todo eso un adiós en verdad?

Le dije adiós... ¿inclusive sin saberlo?

¿Era eso posible?

Piensa de este modo, la voz dentro de su cabeza explicó. ¿Cómo sabes que ella sí te dijo adiós? Me refiero a que, ella nunca mencionó esas palabras¿no es así?

No. Yoh respondió a la voz en su pensamiento. No, no lo mencionó.

Pero dijo adiós¿correcto?

Sí. Sí lo hizo.

¿Cómo lo sabes?

La escuché.

¿Qué dijo?

Regresa conmigo.

¿Qué?

Dijo, "regresa conmigo". Y después de eso, dijo que me extrañaría.

¿Y que dijiste?

Dije que también la extrañaría.

¿Y...?

Le dije... le dije... espérame.

¿Lo hiciste?

No en voz alta.

¿Pero entendió?

Creo que sí.

¿Cómo lo sabes?

Me respondió.

¿-No- en voz alta?

Sí. No en voz alta.

¿Cómo¿Cómo sabes que te respondió?

Bueno, mi corazón la escuchó...Yoh se detuvo muerto en su andar.

Mi corazón.

Mi corazón. Su corazón.

Mi. Corazón. Su. Corazón.

Nuestros corazones.

Lo sabían.

Lo han sabido siempre¿no? Todo este tiempo... se habían dicho adiós uno al otro.

Bueno... el corazón ha sido siempre conocido como más elocuente y más expresivo que la mente, los labios y el cuerpo...

¿En serio?

Sí, así es.

Tú... eres mi corazón¿no es así?

Así que... finalmente te diste cuenta.

El rostro de Yoh mostró una sonrisa.

Aa. Finalmente me di cuenta.


Kyouyama Anna miró al cielo, como si vera el avión en el que Yoh viajaba despegando hacía el sol.

Lo supiste todo este tiempo,¿no? Le preguntó a la voz dentro de ella.

Uh-huh. Claro que lo sabía.

Me lo pudiste haber dicho.

Y¿dónde hubiera estado lo divertido si lo hubiera hecho? La voz en mi cabeza preguntó tentándome.

No importa.

Pero te diste cuenta¿no es así?

Anna sonrió con su extraña, bella sonrisa. Sí. Sí me di cuenta.

Deberías hacer eso más seguido. A él le gusta.

¿A quién?

Sabes a que me refiero. El tono de burla estaba de vuelta en la voz otra vez. Él también se dio cuenta.

Lo sé. Anna sonrió al cielo. Lo sé.

Puedo sentirlo.


Adiós-- tan sencilla palabra.

Tan simple, y tan compleja a la vez.

Igual que el amor.

FIN