-Asakura yoh, abre tus ojos.-una voz en la oscuridad lo llamaba.
-Que... que sucede?- Todo era extraño, no podía abrir sus ojos por que ya no los tenía, simplemente carecía de todos sus sentidos. Pero no estaba inconsciente.
-Deja de actuar como si aún tuvieras un alma. No te pido que veas con tu carne, la cual ya no posees. Te estoy diciendo que abras los ojos que hasta ahora permanecieron cerrados.- definitivamente Silmeria era tan fría como sus hermanas, aunque ella parecía ser mas tolerante con los humanos.
Yoh no sabía bien como hacer lo que la mujer le estaba pidiendo. Solo se concentró en ver, era lo único que tenía en mente. De a poco visualizó a una muchacha delante de el. No parecía tener mas de 14 años. Llevaba una armadura color celeste, muy pesada para su corta edad. Tenía apoyado el brazo izquierdo sobre una espada con la empuñadura de oro. Sus ojos tan claros como el agua lo miraban seriamente, bajo el casco con plumas a los costados. Sobre una corta cabellera color castaño claro, casi rubio. -Quién eres?-Yoh no podía ver su cuerpo o lo que yacía a su alrededor.
-Soy la que elige almas.
-Eh?- Si esta frase hubiera sido dirigida a alguien que prestará atención en las clases, se habría dado cuenta que quienes eligen almas son las valquirias, aunque esto no se aplica a Yoh.
-te lo explicaré, ya que no pareces estar familiarizado con esto. Es mi deber reclutar almas humanas dignas, escogidas para formar parte del ejercito de los Dioses, a estos guerreros se los conoce como Einherjar y tu, Yoh Asakura, haz sido elegido.
-Pero yo, yo no tengo deseos de pelear por ningún Dios, no me agradan las guerras.
-Tu haz participado en el torneo de los shamanes.
-pero eso era diferente, en una guerra tienes que matar a tu enemigo. Esta llena de odio y de dolor. Yo participé en el torneo para cumplir mi sueño, de ser el shaman king.
-Humano, el motivo por el cual yo ahora estoy reclutándote es infinitamente más importante que la pelea de shamanes. El destino del mundo que tu conoces esta ahora en las manos de los elegidos. Si decides no pelear, te concederé el descanso que merezcas, ya que también soy el juez de las almas. Pero ten en cuenta que la sangre de inocente correrá si no haces algo para impedirlo.
-Pues, a mi no me gusta matar. Pero dime algo, porque los dioses necesitan humanos para que peleen por ellos?, no son acaso dioses?
-Liberado de tu prisión material, tu alma puede alcanzar incluso hasta los mismos dioses, e cuestiones de poder. Son esas cualidades que nosotros reconocemos en ustedes.
-No me siento bien dejando sola a Anna y a Manta, por cierto! Que les sucedió?-
-Acabe con la criatura que los amenazaba, ellos están bien. Si te unes a nosotros cuando todo esto termine, te materializaremos por tiempo indeterminado en "Midgard". Volverás a tu vida normal. También, al aceptar ser un Einherjar, te concederé un deseo que este al alcance de tu mente.
-Pues estoy en deuda contigo. Aunque todavía no me haz dicho tu nombre.
-Soy la valquiria- Respondió ella, sin cambiar su gesto. Su nombre no importaba. Aunque esa respuesta impersonal no le gustaba mucho a Yoh.
-si, eso ya lo sé, pero como te llamas?-Dijo con su típica sonrisa
-Mi nombre es algo relevante, no tienes porque saberlo.
-De acuerdo, puedo pedirte mi deseo?-
-No tengo inconvenientes.
-Dime tu nombre-dijo con una sonrisa. Silmeria no pudo evitar reír un poco al ver la expresión de yoh, que su deseo haya sido el de saber su nombre, aun sin tener ninguna compensación a cambio.
-Considera esto un servicio gratuito, mi nombre es Silmeria.
Ya habían pasado tres días desde que Silmeria había conocido a Yoh. Ya que ella debía permanecer en el mundo humano no tuvo mas alternativa que permanecer con su cuerpo material en la posada de funbari, esperando que surgiera una nueva muerte.
-Entonces, Yoh se encuentra bien? Porque no podemos verlo? Esta contigo?.
-joven Manta, le aseguro que el amo Yoh esta cerca de esa niña, aunque yo tampoco puedo verlo.
-Ya se los he explicado, Yoh no es un fantasma cualquiera. No puedo materializarlo en este plano como se me dé la gana, va contra las reglas. Y además, es mejor que él ahorre su poder espiritual.
-pero diles por lo menos quienes son los demás que iras a reclutar.-la voz de yoh resonó dentro de Silmeria.
-no le veo ningún sentido.
-Solo hazlo.
-Sucede algo señorita Silmeria?
-yoh, me pide que les diga quienes son los demás guerreros.
-Pues entonces habla, diosa de tercera-Anna se encontraba particularmente molesta.
-de acuerdo, ellos son: Horokeu Usui, Tao Ren, Faust VIII, Diethel Lyserg, Tamamura Tamao.
-QUE?!!!!! Pero si ellos son los amigos de Yoh! Y no están muertos!
-En realidad son solo cuatro los que morirán, aunque no sé quienes. Si son amigos de Asakura, comunícate con ellos humano, y diles que vengan a este lugar. Nos ahorraremos mucho trabajo.
-Pero Lyserg esta en Inglaterra, Horo Horo en Hokaido y Ren en China!. Tamao esta en Izumo, pero los Asakura no tienen Telefono!
-Y que tal ese Fausto?.
-me llamaban?- a pesar de pasar desapercibido por tres días, al oír su nombre fausto apareció en el medio de la sala, como si fuera un fantasma, Silmeria no pudo evitar asustarse solo un poco.
-Tu morirás, si eres uno de los elegidos.
-ya lo sé, estuve escuchando su platica-su sonrisa se asemejaba en algo a la de Yoh.-Y déjame decirte que yo siempre seguiré a yoh Asakura, él me ayudó a reencontrarme con mi querida Eliza. No le tengo miedo a la muerte.
-mejor que así sea. Manta, llama a los demás Einherjar.
-Pero...
-manta hazlo-dijo Anna quien hasta entonces había permanecido callada-Así tendrán que pagarme la estadía, ve a buscarlos con el jet de tu padre.
-Pero Anna!.
-cállate y hazlo! Manta no pudo negarse.
Manta llamó primero a Ren, quien decidió venir por su cuenta en dos días, por lo cual manta iría a Inglaterra a buscar a Lyserg.
Silmeria quedó sola en la casa de los Asakura, sentada en el jardín.
-disculpe que la moleste pero quisiera preguntarle algo.-fausto se le acercó, acompañado por Eliza.
-Adelante.
-usted es una diosa, se supone que es inmortal, pero parece tener la edad de la señorita Anna. Y habla como si tuviera gran experiencia.
-pues aunque soy inmortal, este cuerpo esta hecho para permanecer eternamente, aun así creceré hasta acierta edad. Pero solo crezco en el tiempo que mi alma permanece en este cuerpo y hasta ahora no he tenido muchas oportunidades de actuar como valquiria.
-En ese cuerpo?
-Así es, mientras los dioses no necesitan de mi, duermo en un cuerpo humano
-Ósea que usted también ha sido humana.
-Supuestamente si, pero no tengo memoria de esas épocas.
-no recuerda quien ha sido, eso, eso es muy triste.-fausto sabía de lo que hablaba al hablar de dolor.
Un rayo de luz, muy tenue sobre la memoria de Silmeria, como flashes, empañando su cordura. Ruido de espadas, olor a sangre. La persona quien ella mas amaba la había traicionado? Era eso cierto? Morir por su causa, un amor no correspondido. Que haría ella con el heredero de tal dinastía en una época tan barbarica?. Acaso, renacerían juntos? Para cobrar deudas? . preguntas que no tenían fundamento, ella era una valquiria, nunca había sentido esas cosas, pero algo el dolía en su pecho.
-yo.. Yo.. yo no debo hablar de estas cosas! Hay un abismo entre humanos y dioses que no debe ser traspasado! Yo no quiero! Quiero olvidar!-Silmeria estaba fuera de si. No entendía lo que decía. Se levanto y se marcho. Pero por ese lapso de locura, había pasado por alto el hecho que un demonio había surgido en Hokaido.
-Que... que sucede?- Todo era extraño, no podía abrir sus ojos por que ya no los tenía, simplemente carecía de todos sus sentidos. Pero no estaba inconsciente.
-Deja de actuar como si aún tuvieras un alma. No te pido que veas con tu carne, la cual ya no posees. Te estoy diciendo que abras los ojos que hasta ahora permanecieron cerrados.- definitivamente Silmeria era tan fría como sus hermanas, aunque ella parecía ser mas tolerante con los humanos.
Yoh no sabía bien como hacer lo que la mujer le estaba pidiendo. Solo se concentró en ver, era lo único que tenía en mente. De a poco visualizó a una muchacha delante de el. No parecía tener mas de 14 años. Llevaba una armadura color celeste, muy pesada para su corta edad. Tenía apoyado el brazo izquierdo sobre una espada con la empuñadura de oro. Sus ojos tan claros como el agua lo miraban seriamente, bajo el casco con plumas a los costados. Sobre una corta cabellera color castaño claro, casi rubio. -Quién eres?-Yoh no podía ver su cuerpo o lo que yacía a su alrededor.
-Soy la que elige almas.
-Eh?- Si esta frase hubiera sido dirigida a alguien que prestará atención en las clases, se habría dado cuenta que quienes eligen almas son las valquirias, aunque esto no se aplica a Yoh.
-te lo explicaré, ya que no pareces estar familiarizado con esto. Es mi deber reclutar almas humanas dignas, escogidas para formar parte del ejercito de los Dioses, a estos guerreros se los conoce como Einherjar y tu, Yoh Asakura, haz sido elegido.
-Pero yo, yo no tengo deseos de pelear por ningún Dios, no me agradan las guerras.
-Tu haz participado en el torneo de los shamanes.
-pero eso era diferente, en una guerra tienes que matar a tu enemigo. Esta llena de odio y de dolor. Yo participé en el torneo para cumplir mi sueño, de ser el shaman king.
-Humano, el motivo por el cual yo ahora estoy reclutándote es infinitamente más importante que la pelea de shamanes. El destino del mundo que tu conoces esta ahora en las manos de los elegidos. Si decides no pelear, te concederé el descanso que merezcas, ya que también soy el juez de las almas. Pero ten en cuenta que la sangre de inocente correrá si no haces algo para impedirlo.
-Pues, a mi no me gusta matar. Pero dime algo, porque los dioses necesitan humanos para que peleen por ellos?, no son acaso dioses?
-Liberado de tu prisión material, tu alma puede alcanzar incluso hasta los mismos dioses, e cuestiones de poder. Son esas cualidades que nosotros reconocemos en ustedes.
-No me siento bien dejando sola a Anna y a Manta, por cierto! Que les sucedió?-
-Acabe con la criatura que los amenazaba, ellos están bien. Si te unes a nosotros cuando todo esto termine, te materializaremos por tiempo indeterminado en "Midgard". Volverás a tu vida normal. También, al aceptar ser un Einherjar, te concederé un deseo que este al alcance de tu mente.
-Pues estoy en deuda contigo. Aunque todavía no me haz dicho tu nombre.
-Soy la valquiria- Respondió ella, sin cambiar su gesto. Su nombre no importaba. Aunque esa respuesta impersonal no le gustaba mucho a Yoh.
-si, eso ya lo sé, pero como te llamas?-Dijo con su típica sonrisa
-Mi nombre es algo relevante, no tienes porque saberlo.
-De acuerdo, puedo pedirte mi deseo?-
-No tengo inconvenientes.
-Dime tu nombre-dijo con una sonrisa. Silmeria no pudo evitar reír un poco al ver la expresión de yoh, que su deseo haya sido el de saber su nombre, aun sin tener ninguna compensación a cambio.
-Considera esto un servicio gratuito, mi nombre es Silmeria.
Ya habían pasado tres días desde que Silmeria había conocido a Yoh. Ya que ella debía permanecer en el mundo humano no tuvo mas alternativa que permanecer con su cuerpo material en la posada de funbari, esperando que surgiera una nueva muerte.
-Entonces, Yoh se encuentra bien? Porque no podemos verlo? Esta contigo?.
-joven Manta, le aseguro que el amo Yoh esta cerca de esa niña, aunque yo tampoco puedo verlo.
-Ya se los he explicado, Yoh no es un fantasma cualquiera. No puedo materializarlo en este plano como se me dé la gana, va contra las reglas. Y además, es mejor que él ahorre su poder espiritual.
-pero diles por lo menos quienes son los demás que iras a reclutar.-la voz de yoh resonó dentro de Silmeria.
-no le veo ningún sentido.
-Solo hazlo.
-Sucede algo señorita Silmeria?
-yoh, me pide que les diga quienes son los demás guerreros.
-Pues entonces habla, diosa de tercera-Anna se encontraba particularmente molesta.
-de acuerdo, ellos son: Horokeu Usui, Tao Ren, Faust VIII, Diethel Lyserg, Tamamura Tamao.
-QUE?!!!!! Pero si ellos son los amigos de Yoh! Y no están muertos!
-En realidad son solo cuatro los que morirán, aunque no sé quienes. Si son amigos de Asakura, comunícate con ellos humano, y diles que vengan a este lugar. Nos ahorraremos mucho trabajo.
-Pero Lyserg esta en Inglaterra, Horo Horo en Hokaido y Ren en China!. Tamao esta en Izumo, pero los Asakura no tienen Telefono!
-Y que tal ese Fausto?.
-me llamaban?- a pesar de pasar desapercibido por tres días, al oír su nombre fausto apareció en el medio de la sala, como si fuera un fantasma, Silmeria no pudo evitar asustarse solo un poco.
-Tu morirás, si eres uno de los elegidos.
-ya lo sé, estuve escuchando su platica-su sonrisa se asemejaba en algo a la de Yoh.-Y déjame decirte que yo siempre seguiré a yoh Asakura, él me ayudó a reencontrarme con mi querida Eliza. No le tengo miedo a la muerte.
-mejor que así sea. Manta, llama a los demás Einherjar.
-Pero...
-manta hazlo-dijo Anna quien hasta entonces había permanecido callada-Así tendrán que pagarme la estadía, ve a buscarlos con el jet de tu padre.
-Pero Anna!.
-cállate y hazlo! Manta no pudo negarse.
Manta llamó primero a Ren, quien decidió venir por su cuenta en dos días, por lo cual manta iría a Inglaterra a buscar a Lyserg.
Silmeria quedó sola en la casa de los Asakura, sentada en el jardín.
-disculpe que la moleste pero quisiera preguntarle algo.-fausto se le acercó, acompañado por Eliza.
-Adelante.
-usted es una diosa, se supone que es inmortal, pero parece tener la edad de la señorita Anna. Y habla como si tuviera gran experiencia.
-pues aunque soy inmortal, este cuerpo esta hecho para permanecer eternamente, aun así creceré hasta acierta edad. Pero solo crezco en el tiempo que mi alma permanece en este cuerpo y hasta ahora no he tenido muchas oportunidades de actuar como valquiria.
-En ese cuerpo?
-Así es, mientras los dioses no necesitan de mi, duermo en un cuerpo humano
-Ósea que usted también ha sido humana.
-Supuestamente si, pero no tengo memoria de esas épocas.
-no recuerda quien ha sido, eso, eso es muy triste.-fausto sabía de lo que hablaba al hablar de dolor.
Un rayo de luz, muy tenue sobre la memoria de Silmeria, como flashes, empañando su cordura. Ruido de espadas, olor a sangre. La persona quien ella mas amaba la había traicionado? Era eso cierto? Morir por su causa, un amor no correspondido. Que haría ella con el heredero de tal dinastía en una época tan barbarica?. Acaso, renacerían juntos? Para cobrar deudas? . preguntas que no tenían fundamento, ella era una valquiria, nunca había sentido esas cosas, pero algo el dolía en su pecho.
-yo.. Yo.. yo no debo hablar de estas cosas! Hay un abismo entre humanos y dioses que no debe ser traspasado! Yo no quiero! Quiero olvidar!-Silmeria estaba fuera de si. No entendía lo que decía. Se levanto y se marcho. Pero por ese lapso de locura, había pasado por alto el hecho que un demonio había surgido en Hokaido.
