Cuento de las cuatro estaciones

AVISO: Los personajes aquí usados no son ninguno propiedad mía (ya me gustaría a mi tener a él protagonista de este fic *¬* xD), son todos de su autora J.K. Rowling, una señora que escribió una entretenida historia sobre un niño mago en un café...y se forro. Ya por fin he podido leer el 4º libro ^O^ (gracias Macarena) así que me hago una idea mejor de como son los personajes (aunque Remus no salga)

En cambio la idea si es mía, todo lo acá escrito fue sacado de mi imaginación y es algo echo sin animo de lucro, solo lo hice para pasar un rato entretenido tanto yo como quien lo lea ^^

Este capitulo contiene lime, es decir contenido ligeramente erótico( no pornográfico), no voy a decirte que tengas que ser mayor de edad (la edad mental muchas veces no concuerda con la edad física -_-) para leer esto pero te aviso: lees bajo tu propia responsabilidad tu debes decidir si tienes un criterio lo suficientemente preparado para aceptar algo tan normal como estas muestras de amor.

AGRADECIMIENTOS: Obviamente este apartado no podía faltar ^_^ ya que esto no saldría adelante si no fuese por vosotros así que muchas gracias a :Relley-chan,Hikaru Kamizaki, Alexia y Paz_Beyonce. Gracias a todas ^_^ espero que esto os guste (aun con las reticencias).Especial agradecimiento a Nireya por el titulo de este capitulo ^^

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CUENTO DE PRIMAVERA: Noche acompañada

Nuevamente los jardines de Hogwarts bullían de actividad. El blanco y frió invierno había pasado por fin y la primavera había tomado el lugar que por derecho le correspondía en esos momentos. Los árboles volvían a tener hojas, las flores abrieron al sol sus capullos, la hierba creció fuerte en el pasto, el sol alumbraba con más intensidad.

Las parejas paseaban muy juntas por los jardines, haciéndose toda clase de acurrumacos, a su vez nuevas parejas se formaban, nuevos sentimientos surgían y el dicho de "en primavera la sangre altera" se cumplía.

La primavera traía consigo muchos nuevos rumores sobre la vida amorosa de la mayor parte del alumnado pero también de los profesores; por los pasillos se oía que el profesor de pociones, Severus Snape, bebía los vientos por Minerva McGonagall, jefa de la casa rival a la suya. Pocos creían en este rumor pero había otro que sin embargo cobraba cada vez más fuerza y por si solo ya había conseguido causar problemas. Slytherin y Gryffindor nunca se llevarían bien...

Cuando el sol empezó a retirarse, la gente abandono los jardines y los pasillos empezaron a quedarse desiertos, ni un alma quedaba en ellos; pronto Filch y la señora Norris empezarían su ronda de vigilancia.

Con pasos sigilosos una pequeña sombra recorría los pasillos con sumo cuidado, sus orejas puntiagudas captaban todo sonido cercano, sus pupilas rasgadas observaba atentamente todo lo que su campo de visión abarcaba. Con movimientos elegantes y seguros movía su cola castaña-dorada a la par que sus pasos, atravesaban los pasillos con un destino ciertamente claro para ella.

Un kneazle castaño- dorado recorría los pasillos de Hogwarts, rápidamente llego al lugar donde quería. Obviamente la puerta estaba cerrada, era ya tarde y no era correcto lo que estaba haciendo. Por un agujero oculto en la pared entro a la clase y luego al despacho, salió por debajo del sofá que había y llego hasta delante del escritorio.

El kneazle observo curioso el bulto que reposaba su cabeza sobre los papeles. El "dueño" del despacho parecía haberse quedado dormido corrigiendo exámenes, sus cabellos rubios canosos caían desordenados tapando su rostro, en el se podía apreciar señales de falta de sueño, se veía con poco color...todo debido a la luna llena.

El "gato" se subió a la mesa cuidadosamente y con pasmosa agilidad, se acerco al hombre y le dio con el hocico llamándolo, cuando reacciono dos perlas miel se dejaron ver esbozando una pequeña sonrisa, el "gato" maulló como respuesta y salto a sus piernas restregando su cabeza en su pecho para recibir caricias, pronto se encontró maullando y disfrutando de las caricias como cualquier gato.

-Ya creí que hoy no vendrías- sonrió el hombre mientras le rascaba tras las orejas.

El "gato" maulló en respuesta. En pocos segundos en lugar del kneazle había una linda muchacha de largos cabellos castaños que ahora disfrutaba de las caricias de "su"hombre en su rostro.

-Lo siento, no quería hacerte esperar, pero se ha montado una buena hoy...-sonrió perdiéndose en su cuello.

-¿Qué ha ocurrido?-pregunto curioso

-Se nota que has estado de "baja"- rió -todo el colegio se ha enterado ya. Se ha montado una buena. Creo que los gritos aun se oyen en la torre... pillaron a Ginny y Draco demasiado juntos en los baños de prefectos...

Remus hizo un silbido de sorpresa.

-Ya ves por eso me entretuve, primero Ron quiso matar a Malfoy y luego a Ginny...no creí que los pelirrojos tuviesen tanto genio- Hermione agradeció que no quedasen más Weasley en el colegio...

-Ya veo. Bueno tranquila, son hermanos...al final las cosas se arreglaran.

Si, el gran secreto de Ginny había traído tela. Al principio la gente no se lo creía, otros se lo tomaban a chiste, también los había que querían matar a alguien...

Cuando Hermione lo descubrió enmudeció de la sorpresa, nunca creyó que a Ginny se le diese tan bien el teatro; era increíble la farsa que tenían montada: Por los pasillos el típico odio Malfoy-Weasley se dejaba notar como toda la vida, los calificativos de "pobretona" y "serpiente" estaban a la orden del día ,en cambio, en la soledad de la salas abandonadas de Hogwarts todo eso dejaba lugar los besos y pasiones desastadas.

Era algo parecido a su caso, no podía ir pregonándolo por todos lados, la sociedad no lo aceptaría y traería multitud de problemas...sobre todo a él.

No pudo seguir pensando en ello, él la miraba atentamente como tratando de leer su mente. Cuando sus ojos se encontraron los dos esbozaron una sonrisa de complicidad.

Cada vez que lo veía en el despacho recordaba aquel día de San Valentín...aquel día en que por fin desvelo su secreto quitándose un peso de su corazón, el día en que lo beso por primera vez y con ello el comienzo de eso que ahora mantenían.

No podía negar que le encantaba sus visitas nocturnas al profesor. Era curioso, y triste, ver la necesidad que Remus tenia de afecto, no había tenido una vida fácil su condición de licántropo lo había perseguido siempre, él mismo se había negado el amor pensando que por su enfermedad nunca nadie lo querría, había cerrado su corazón al ver que su mejor amiga murió protegiendo a su bebe, su mejor amigo protegiendo a su familia, su otro mejor amigo ,del que llego a desconfiar para su propia vergüenza, acabo en Azkhaban mientras que el verdadero culpable de todo quedo libre de toda culpa y considerado un héroe incluso...

Recordar eso le hacia arder la sangre. Su siempre calmado carácter y su paciencia se perdían al recordar todo aquello. Su cuerpo se tensaba sin poder evitarlo; dos personas habían muerto muy jóvenes, otra fue acusado injustamente perdiendo gran parte de su breve vida....y el más "afortunado" había pasado todos eso años desde la gran desgracia ocurrida vagando de un lado a otro como un perro vagabundo abandonado a su suerte.

Apenas podía mantener sus trabajos y ahora, con cada muestra de afecto, con cada beso, con cada visita se jugaba el único trabajo estable que había tenido y tendría en su vida.

Observaba con deleite como la muchacha se perdía en su cabello y depositaba suave mordisquitos en los lóbulos de sus orejas. Momentos como ese eran los que lo llevaban a olvidar sus mas pesimistas pensamientos y entregarse por completo a esa lenta pero dulce agonía que era el amor.

-Hermione he encontrado lo que querías ver- trato de decir Remus intentando no perderse en sus caricias.

-¿Si? ¡Genial! Enséñamelo- Hermione parecía una niña pequeña la mañana de navidad.

De un golpe se levanto de las piernas de su profesor y se dirigió hacia donde este le señalaba, el poyo de la chimenea. En el había multitud de cuadros todos ellos con fotos mágicas que sonreían y saludaban. La mayor parte de ellas eran de su juventud: en ellas salían los cuatro merodeadores a distintas edades, había también algunas de luego de la perdida de sus amigos y las mínimas ,pero no por ello menos especiales, de épocas mas actuales. Una de ellas le llamo la atención.

-Remus ¿y esa foto?-pregunto cogiendo la susodicha

-¿uhm? A ver-cogió la foto y sonrió al verla.

Habían echado esa foto en el gran salón de la mansión Black, estarían a punto de comenzar quinto curso cuando la hicieron. En ella salían Sirius, Remus, Harry y ella. Sirius y Harry salían juntos pasándose el brazo por el hombro y con cara de verdaderos pillos, a su lado una sonrojadísima Hermione sujetaba a un cohibido Remus que tenia vergüenza de hacerse la foto.¿Ron? Ron hacia la foto.

-Fue divertido ver tus intentos de resistencia-rió ella

-Para mi no fue nada divertido-se quejo graciosamente-Canuto siempre me molestaba con esa clase de cosas.

Hermione rió ante eso. Sirius, Remus, James y Peter siempre parecían llevarse como hermanos, se demostraban su amistad siempre y cuando solo quedaron dos y con la verdad descubierta ese lazo que siempre los unió se fortaleció. Esperaba no tener que pasar por eso para llegar a una plena amistad con Harry y Ron.

Los fuertes brazos de su aun convaleciente amor rodearon su cintura atrayéndola hacia ellos, ahora era él quien se perdía en su cuello.

-El lobito esta meloso hoy....

-¿Te molesta eso? Aun estoy convaleciente- puso cara de niño bueno

-Jaja, ya, ya... convaleciente, en ese caso deberías descansar...

-Y que mejor descanso que contigo a mi lado

Los dos acabaron en el sofá de la sala abrazados y perdiendo como tantas otras veces la razón el uno en los brazos del otro. Sentían sus besos, ahora más atrevidos mientras sus caricias subían de intensidad. Las ganas de estar juntos, el deseo de volver a ser uno solo les podía, la presencia de uno era embriagante para el otro.

Sus delicadas manos exploraban el terreno aun oculto por la ropa mientras nuevamente tomaba el sitio preferido para ella: en sus piernas y entre sus brazos sintiendo su cuerpo y su calor.

Él mientras tanto se dejaba querer sintiendo en lo más hondo de su corazón cada palabra, cada gesto, cada caricia, cada sentimiento. Estando juntos las palabras no hacían falta, con solo mirarse a los ojos podían saber claramente lo que pensaban o sentían. Eran tan iguales y a la vez tan diferentes...

La ropa empezaba a molestarles, cada segundo la habitación, o más bien quienes estaban en ella, subía de temperatura. Sus suaves manos se deshicieron ahora de la túnica y empezaban a desabrochar los primeros botones de la camisa no por ello dejando su cuello o su rostro.

Él empezaba a tomar cartas en el asunto, descolocaba sus ropas y metía las manos entre su uniforme buscando su piel, su otra mano subía por sus casi desnudas piernas mientras tanto sus labios se negaban a soltar los de ellas mas de lo estrictamente necesario.

Sus largos cabellos castaños ahora se encontraban desordenados cayendo sobre su cara y sus hombros haciéndole cosquillas a Remus que se encontraba con la camisa medio abierta; ella se negaba a apartar sus manos del velludo torso de su compañero de "juegos", jugueteaba con su peludo pecho sacándole los suspiros (N/A: Todos los tíos tienen pelo....y Remus es un hombre lobo supongo que eso le afecta algo...y además el dicho reza "El hombre ,como el oso, cuanto más peludo más hermoso" xD) mientras el trataba de deshacerse del jersey de su uniforme que sin duda acabaría perdido por el despacho como siempre.

Sus labios por fin se despegaron, Hermione recorrió con sus labios aquellos rincones de su cuerpo que tanto mimaba, besos dulces y húmedos recorrían desde la comisura de sus deseosos labios hasta el lóbulo de su oreja donde tantos escalofríos trasmitía, bajaban por su cuello hasta llegar a su torso ahora completamente desnudo ;sus manos tomaban mientras un camino peligroso y se encontraban ya en su estomago.

Las tornas cambiaron ahora, Remus que hasta el momento se había limitado solo a disfrutar de las caricias de su niña se encargaba ahora de proporcionárselas, sus manos tomaban el control de la situación y su corazón se imponía a su cabeza.

Hermione era ahora la que recibía y no la que daba, la parte pasiva aunque no tan pasiva ya que para su corta edad ya tenia el pantalón de Remus casi desabrochado.

Sus labios se juntaron otra vez en otro beso y sus lenguas como danza de fuego se enredaron jugando entre ellas queriendo cada vez más y más. Sus manos no esperaron y volvieron a recorrer deseosos el camino ahora más libre.

En un momento la posición también cambio, Remus aprisiono a la castaña entre sus brazos y la tumbo en el sofá mientras el tomaba las riendas. Su camisa voló como momentos antes hizo su jersey, su piel quedo al descubierto y pronto el sujetador estuvo sobrando.

Mientras ella jugueteaba con esos canosos cabellos que durante mucho tiempo le fascinaron al no saber su procedencia, él se dedicaba a llegar con su lengua a los rincones a los que no accedía fácilmente con sus manos. La piel se le erizaba a cada lametón y corrientes eléctricas le subían por todos lados.

Ahora era su momento y no pensaba desaprovecharlo, solo dos prendas en cada uno les separaba de sentir su piel totalmente, solo dos prendas les evitaban el dejarse llevar por la locura abandonándose al pasional mar de sus sentimientos, solo dos prendas que

aunque intentasen evitar no seguirían en sus sitio mucho más tiempo.

La pequeña leona de Gryffindor mostró su carácter y saco las uñas volviendo a tomar el mando de la situación. Escapo de los brazos de Remus y de sus caricias y se coloco en mitad de la habitación sonriéndole seductoramente, poco a poco y como una lenta tortura la falda del colegio cayo hasta el suelo dejando ver el bonito cuerpo que su juventud le regalaba y lo poco que les quedaba para ya, sin duda, no poder dar marcha atrás.

Segundos después el lobo también planto cara encarando a la dulce leona contra la mesa y nuevamente los besos tomaron el lugar de las palabras, sus lenguas esta vez luchaban por ganar cada vez más terreno en una guerra sin cuartel y de la que ninguno se retiraría. Dos pares de manos volvieron a dedicarse a su hobby preferido, la "exploración".

Cuando los pantalones de él dejaron su lugar natural como por arte de magia y las manos de su ángel llegaron a la frontera y la sobrepasaron mas de lo permitido las dudas volvieron a surgir desde los mas profundo, como el primer día.

Sabia lo que sentía por ella pero el miedo a dañarla era incluso tan grande como el de perderla. Ahora era cuando las palabras hacían falta.

-Hermione....-trato de llamarla entre sus labios-Hermione...-las palabras se ahogaban con sus gemidos.

Él se perdía entre sus manos de ángel y su caricias de diosa, ni la misma venus, diosa del amor, se comparaba a su niña en esos momentos, aun así, nunca haría nada sin su permiso

Sus pensamientos, sus gemidos, su propio deseo le dificultaba hablar y el que sus manos fuesen cada vez más atrevidas y no saliesen de sus calzoncillos no ayudaba mucho.

-Hermione...te estas metiendo en la boca del lobo....

Hermione sonrió ante el comentario, no tenia mas sentido en ningún otro lado; sabia donde se metía, sabia como entrar y aunque sabia como salir no quería. Él siempre había sido respetuoso y caballeroso con ella, nunca la había obligado a nada y conocía perfectamente los miedos y dudas que lo atormentaban en su máxima expresión, siempre en ese punto.

-Lo se...

-...Entonces por que no...

-por que no quiero. El lobo no es tan feroz como lo pintan-sonrió entre labios besándolo con infinita ternura.

-¿qué no es feroz?, cuidado caperucita roja no querrás acabar en su estomago-acorto las distancias peligrosamente

-mas bien yo prefiero acabar debajo o en todo caso...encima

Otro beso dulcemente tierno unió sus labios tornándose por momentos en más pasional. Sus manos abandonaron el ultimo vestigio de ropa y se enlazaron a su cuello, las manos de el se posaron en sus glúteos a la vez que la alzaba.

-En la habitación estaremos mas cómodos-comento Remus haciendo sonreír a su princesa-Este lobo tiene hambre...

-¿El lobito va a sacar sus dientes?-pregunto con voz seductora

-El lobito te va a demostrar lo feroz que es...

-Uhh.....que miedo. ¿Y eso, qué no estabas malito?-hizo un amago de puchero

-Estando contigo, mi niña, se me cura todo...absolutamente todo-acaricio su mejilla dulcemente demostrando la veracidad de sus palabras.

Tomaron el camino hacia la habitación traspasando el umbral de la puerta como unos recién casados. La deposito sobre las blancas sabanas que cubrían perfectamente la cama y nuevamente pero ya sin dudas se desato la tormenta de pasión que elevaba al máximo en el campo físico sus sentimientos.

La ropa se perdió, las sabanas se alborotaron y lo gemidos y gritos de placer inundaron la habitación siendo testigo de la unión de dos cuerpos que compartían una sola alma y un corazón, la habitación fue la única conocedora de lo que entre esas cuatro paredes se llevaba acabo, la muestra de amor más grande que alguien pudiese imaginar.

El clímax llego y con ella el cese de la pasión pero no por ello de la ternura, dos cuerpos durmieron esa noche juntos sabiendo que aunque había muchas barreras para lo suyo sus corazones seguirían unidos tras tantas vivencias compartidas.

Solo restaba esperar entre mimos y demostraciones de afecto a la llegada del alba momento en que los dos amantes tendrían que separarse y actuar de cara al publico, ocultando su secreto, momento en que esperarían con ansias la nueva oportunidad de poder estar juntos como personas o como animales...simplemente juntos.

FIN

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NOTAS: ^^ Espero que os haya gustado, es el primer fic de este tipo que escribo y por ello se que no es el colmo de la perfección pero es que resulta difícil escribir sobre algo que no se conoce muy bien. Espero vuestros comentarios para mejorar ya que esto ha sido un reto para mi (lo próximo un yaoi xD)

Como siempre digo comentarios, sugerencias, opiniones, chocolate (* ¬*) en un review dándole al botoncito de abajo o mediante un e-mail a mi correo: bsaskgmhlrecz@hotmail.com

Bra^^