Bueno aquí estoy de nuevo, he sido rápida.
En fin lo de siempre : Yaoi, Lemon, HieixKurama
Los personajes no me pertenecen ( por desgracia )
El capítulo 2 continua de nuevo desde el punto de vista de Kurama pero cambia cada vez que veais una letra entre paréntesis (H) o (K) sucesivamente de uno a otro aunque creo que se nota bastante.
Ah si, otra cosa, nota para los fans de Kurama : por favor no me odiéis (
EL PRECIO DE LA ARROGANCIA.
Capítulo 2 : Un encuentro en el bosque.
Me sentía extraño, allí en el bosque esperando a que Hiei apareciera, yo había llegado demasiado pronto y ahora me tocaba aguardar y eso no se por que me desesperaba, sentí la tentación de irme pero algo en mi cabeza me dijo que eso solamente me haría aparecer como un cobarde delante de él. No será tan difícil ganarle, y menos en el bosque, y menos aun con mi forma de youko, pero aun así algo me decía que alguna cosa se había torcido en alguna parte.
Un rumor entre los árboles me sacó de mis pensamientos, noté claramente el ki de Hiei. De un salto se colocó frente a mi, a una distancia prudente y aguardó sin decir nada.
¿Comenzamos? – pregunté, aunque solo fuese por romper el tenso silencio.
Hiei asintió y yo comencé lentamente a transformarme, el aguardó pacientemente a que mi transformación finalizase y una vez tuve mi aspecto de zorro él se liberó rápidamente de su capa y comenzó a moverse.
Hiei siempre había sido muy rápido pero ahora me lo parecía aun más. – Voy a acabar con esto pronto – me dije, y lancé todas las enredaderas que pude hacia él intentando atraparle, pero para mi sorpresa no resultaba nada fácil, Hiei saltaba continuamente y segaba todas las plantas que yo invocaba con su katana , - no importa, tarde o temprano se agotará, no puede durar así mucho tiempo – El tenía demasiado trabajo en moverse para no ser atrapado como para poder atacarme directamente a mi.
Interrumpí un momento mis ataques, quería ver el efecto que habían producido en Hiei, quería ver la expresión de sus ojos y su cuerpo bañado en sudor. Volvimos a quedar frente a frente, como al principio, pero ahora fue él quien se me adelantó e inicio la invocación del dragón, su ki aumentó notablemente, ahora me tocaba moverme a mi, de todos modos Hiei me lo ponía demasiado fácil, esa técnica siempre le había agotado sobremanera de modo que solo tenía que esquivarla hábilmente y esperar a que él cayese rendido.
Me preparé, aguardé a que disparase y un segundo antes de que lo hiciese me moví rápidamente. El también se movió, mas rápido de lo que lo había visto hacer nunca y por un momento desapareció completamente de mi vista. – Maldición Kurama muévete deprisa – comencé a correr en espiral.
No podía ver donde demonios estaba, - mejor inicia una técnica de protección – demasiado tarde, el dragón de fuego de Hiei me alcanzó de lleno proyectándome hacia el interior del bosque. Me levanté aturdido y al instante volví a caer de rodillas completamente mareado y con la vista desenfocada, inspeccioné mi cuerpo, no tenía ninguna herida grave pero me percaté de que había vuelto a la normalidad, mi pelo era rojo otra vez y estaba completamente agotado, dentro de mi mente escuché la voz de Genkai y sus consejos, - si te transformas continuamente en youko al final tu poder acabará por fallarte cuando mas lo necesites - intenté localizar a Hiei pero fracasé de nuevo. - ¿Por qué lo hizo? Ahora él también estará agotado, escondiéndose en alguna parte, Hiei había preferido empatar a perder el combate. – Me levanté de nuevo y esta vez Hiei cayo sobre mi y con él una lluvia de golpes que yo apenas podía parar cubriéndome desesperadamente.
Finalmente acabé tumbado boca arriba sobre la hierba, Hiei sujetó con fuerza mi mano derecha contra el suelo y me agarró por el cuello, sus ojos rojos destilaban furia y esa mirada de poder que tanto me gustaba ver cuando luchábamos contra los demonios me asustó esta vez, porque ahora era diferente, ahora iba dirigida a mi.
Comenzó a apretar mi garganta con fuerza y con la mano que me quedaba libre intenté aferrar su muñeca para que me soltara pero no lo conseguí, tampoco podía invocar ninguna planta, mi ki estaba aun demasiado bajo y yo comenzaba a ahogarme, abrí la boca un poco para coger aire y pedirle a Hiei que me soltara, decirle que me rendía, que él había ganado pero antes de que pudiera articular palabra se abalanzó sobre mi y me besó, dejándome completamente confuso, su lengua entró con fuerza en mi boca y se enredó con la mía, - Dios, ahora si que va a ahogarme – yo ya no podía mas y dejé de forcejear. Hiei aflojó la presión sobre mi cuello y finalmente lo soltó para agarrarme la mano que me quedaba libre y obligarme así a quedar completamente estirado sobre la hierba.
(H)
Por fin lo había conseguido, tenía a Kurama justo donde quería, parecía asustado y confundido, él, que siempre tenía que ser arrogantemente perfecto en todo, él, que últimamente me miraba de aquel modo extraño y que yo al principio no había entendido. Porque Kurama siempre tenía todo lo que quería y siempre se encaprichaba de lo que no tenía, ¿de que otro modo si no se hubiese fijado en mi? A mi no me tenía y por eso me quería y a pesar de que yo me moría de ganas de estar con él, de besarle, de acariciarle, no iba a caer en sus redes de youko lascivo y manipulador, no iba a permitir que me utilizara y luego me dejase tirado sin mas, ya solo me faltaba eso.
Kurama había dejado de forcejear y al final me dejó que le besara sin oponer resistencia, - incluso es posible que lo esté disfrutando – pensé – pero no creas Kurama que voy a detenerme solo en esto – le solté de pronto aferré su ropa y la arranqué de un tirón, dejándole desnudo de cintura para arriba. Ahora volvía a parecer asustado y eso era algo que yo disfrutaba al máximo.
Intentó incorporarse y yo coloqué mis manos sobre su pecho ejmpujandole de nuevo al suelo.
Quien gane podrá hacer lo que quiera con el otro – le dije – ese fue el trato que hicimos.
Abrió mucho los ojos pero no contestó, supongo que se dio cuenta de que había caído en su propia trampa, me agaché un poco y le susurré al oído :
Y ahora voy a hacer lo que me apetezca contigo.
Tampoco respondió, pero pude notar como su respiración se aceleraba.
En fin lo de siempre : Yaoi, Lemon, HieixKurama
Los personajes no me pertenecen ( por desgracia )
El capítulo 2 continua de nuevo desde el punto de vista de Kurama pero cambia cada vez que veais una letra entre paréntesis (H) o (K) sucesivamente de uno a otro aunque creo que se nota bastante.
Ah si, otra cosa, nota para los fans de Kurama : por favor no me odiéis (
EL PRECIO DE LA ARROGANCIA.
Capítulo 2 : Un encuentro en el bosque.
Me sentía extraño, allí en el bosque esperando a que Hiei apareciera, yo había llegado demasiado pronto y ahora me tocaba aguardar y eso no se por que me desesperaba, sentí la tentación de irme pero algo en mi cabeza me dijo que eso solamente me haría aparecer como un cobarde delante de él. No será tan difícil ganarle, y menos en el bosque, y menos aun con mi forma de youko, pero aun así algo me decía que alguna cosa se había torcido en alguna parte.
Un rumor entre los árboles me sacó de mis pensamientos, noté claramente el ki de Hiei. De un salto se colocó frente a mi, a una distancia prudente y aguardó sin decir nada.
¿Comenzamos? – pregunté, aunque solo fuese por romper el tenso silencio.
Hiei asintió y yo comencé lentamente a transformarme, el aguardó pacientemente a que mi transformación finalizase y una vez tuve mi aspecto de zorro él se liberó rápidamente de su capa y comenzó a moverse.
Hiei siempre había sido muy rápido pero ahora me lo parecía aun más. – Voy a acabar con esto pronto – me dije, y lancé todas las enredaderas que pude hacia él intentando atraparle, pero para mi sorpresa no resultaba nada fácil, Hiei saltaba continuamente y segaba todas las plantas que yo invocaba con su katana , - no importa, tarde o temprano se agotará, no puede durar así mucho tiempo – El tenía demasiado trabajo en moverse para no ser atrapado como para poder atacarme directamente a mi.
Interrumpí un momento mis ataques, quería ver el efecto que habían producido en Hiei, quería ver la expresión de sus ojos y su cuerpo bañado en sudor. Volvimos a quedar frente a frente, como al principio, pero ahora fue él quien se me adelantó e inicio la invocación del dragón, su ki aumentó notablemente, ahora me tocaba moverme a mi, de todos modos Hiei me lo ponía demasiado fácil, esa técnica siempre le había agotado sobremanera de modo que solo tenía que esquivarla hábilmente y esperar a que él cayese rendido.
Me preparé, aguardé a que disparase y un segundo antes de que lo hiciese me moví rápidamente. El también se movió, mas rápido de lo que lo había visto hacer nunca y por un momento desapareció completamente de mi vista. – Maldición Kurama muévete deprisa – comencé a correr en espiral.
No podía ver donde demonios estaba, - mejor inicia una técnica de protección – demasiado tarde, el dragón de fuego de Hiei me alcanzó de lleno proyectándome hacia el interior del bosque. Me levanté aturdido y al instante volví a caer de rodillas completamente mareado y con la vista desenfocada, inspeccioné mi cuerpo, no tenía ninguna herida grave pero me percaté de que había vuelto a la normalidad, mi pelo era rojo otra vez y estaba completamente agotado, dentro de mi mente escuché la voz de Genkai y sus consejos, - si te transformas continuamente en youko al final tu poder acabará por fallarte cuando mas lo necesites - intenté localizar a Hiei pero fracasé de nuevo. - ¿Por qué lo hizo? Ahora él también estará agotado, escondiéndose en alguna parte, Hiei había preferido empatar a perder el combate. – Me levanté de nuevo y esta vez Hiei cayo sobre mi y con él una lluvia de golpes que yo apenas podía parar cubriéndome desesperadamente.
Finalmente acabé tumbado boca arriba sobre la hierba, Hiei sujetó con fuerza mi mano derecha contra el suelo y me agarró por el cuello, sus ojos rojos destilaban furia y esa mirada de poder que tanto me gustaba ver cuando luchábamos contra los demonios me asustó esta vez, porque ahora era diferente, ahora iba dirigida a mi.
Comenzó a apretar mi garganta con fuerza y con la mano que me quedaba libre intenté aferrar su muñeca para que me soltara pero no lo conseguí, tampoco podía invocar ninguna planta, mi ki estaba aun demasiado bajo y yo comenzaba a ahogarme, abrí la boca un poco para coger aire y pedirle a Hiei que me soltara, decirle que me rendía, que él había ganado pero antes de que pudiera articular palabra se abalanzó sobre mi y me besó, dejándome completamente confuso, su lengua entró con fuerza en mi boca y se enredó con la mía, - Dios, ahora si que va a ahogarme – yo ya no podía mas y dejé de forcejear. Hiei aflojó la presión sobre mi cuello y finalmente lo soltó para agarrarme la mano que me quedaba libre y obligarme así a quedar completamente estirado sobre la hierba.
(H)
Por fin lo había conseguido, tenía a Kurama justo donde quería, parecía asustado y confundido, él, que siempre tenía que ser arrogantemente perfecto en todo, él, que últimamente me miraba de aquel modo extraño y que yo al principio no había entendido. Porque Kurama siempre tenía todo lo que quería y siempre se encaprichaba de lo que no tenía, ¿de que otro modo si no se hubiese fijado en mi? A mi no me tenía y por eso me quería y a pesar de que yo me moría de ganas de estar con él, de besarle, de acariciarle, no iba a caer en sus redes de youko lascivo y manipulador, no iba a permitir que me utilizara y luego me dejase tirado sin mas, ya solo me faltaba eso.
Kurama había dejado de forcejear y al final me dejó que le besara sin oponer resistencia, - incluso es posible que lo esté disfrutando – pensé – pero no creas Kurama que voy a detenerme solo en esto – le solté de pronto aferré su ropa y la arranqué de un tirón, dejándole desnudo de cintura para arriba. Ahora volvía a parecer asustado y eso era algo que yo disfrutaba al máximo.
Intentó incorporarse y yo coloqué mis manos sobre su pecho ejmpujandole de nuevo al suelo.
Quien gane podrá hacer lo que quiera con el otro – le dije – ese fue el trato que hicimos.
Abrió mucho los ojos pero no contestó, supongo que se dio cuenta de que había caído en su propia trampa, me agaché un poco y le susurré al oído :
Y ahora voy a hacer lo que me apetezca contigo.
Tampoco respondió, pero pude notar como su respiración se aceleraba.
