Yaoi, Lemon, HieixKurama

Los personajes no me pertenecen.

Capítulo 7 : Una dura disculpa.

(K)

Tuve una vez mas que mentirle a mi madre, encerrado en el cuarto de baño con Hiei, pensé en cuantas veces la había engañado ya, en cuantas veces mas tendría que hacerlo.

Entré en la bañera, Hiei tenía razón, si mi madre me veía así, todo sucio y golpeado, tendría que sospechar a la fuerza y yo no quería que ella se preocupara.

Cerré la cortina, - otro gesto estúpido por mi parte – pensé – ¿que parte de mi cuerpo hay ya que Hiei no conozca? – El agua me tranquilizó bastante, me senté y dejé que corriese por mi espalda.

Hiei no me había creído, pensaba que yo solo intentaba jugar con él, pero entonces ¿qué le impedía simplemente cortarme el cuello y acabar con todo? – A lo mejor le gusta jugar con tu cuerpo – dijo la voz de youko en mi interior. – Bah – contesté – él no es como tú. –

Ahora si estaba ya desvariando, hablando conmigo mismo como si de dos personas diferentes se tratase.

Pero el hecho estaba ahí, podía haberme cortado el cuello, también podía haberme hecho mucho mas daño del que me hizo, incluso utilizar la presencia de mi madre en mi contra ¿qué se lo impedía? Sin embargo él ahora estaba allí conmigo, en el cuarto de baño, sentado en un taburete esperando a que yo acabase de ducharme.

- Creo que empiezas a sufrir el síndrome de Estocolmo* Kurama – Dijo de nuevo la voz de youko en mi interior. Si, eso también era posible.

Me levanté y terminé lo mas rápido que pude, no podía aparecer ante mi madre con la capa de Hiei así que me envolví en un albornoz y salí de la ducha.

El me miró con cara de pocos amigos.

Sal ahí fuera – me dijo – e inventate algo, lo que sea, mentir se te da muy bien, y haz que se vaya con cualquier excusa.

¿Qué se vaya? ¿Cómo iba a conseguir yo eso?

Te doy quince minutos Kurama, tú mismo, si para entonces no se ha largado bajaré ahí y os cortaré el cuello a los dos.

Me dirigí lentamente a la puerta, intentando pensar, intentando no caer en el pánico, ¿hasta que punto Hiei era capaz de hacerlo? Prefería no tener que averiguarlo, tiempo, necesitaba tiempo, ¿y si la dormía? Pero tampoco tenía las plantas necesarias a mi alcance.

Te espero en tú habitación. – dijo Hiei saliendo detrás de mi – quince minutos kitsune.

Baje las escaleras, mi madre estaba en la cocina, preparando el desayuno seguramente, cuando me vio un gesto de preocupación se apoderó de su rostro y vino hacia mi.

Suuichi, ¿te encuentras mal? ¿qué te pasa?

Paso su mano por mi frente intentando descubrir que era lo que iba mal.

Nada mama – dije intentando aparentar normalidad – solo he tenido una mala noche.

- Y tan mala – me dijo la voz – tú siempre así, con medias verdades para no mentir del todo y no sentirte tan culpable. –

Pero hijo – continuó ella – si hasta tienes el labio hinchado, no te habrás metido en alguna pelea ¿verdad?

- Bueno – continuó insistente la voz – ahora si vas a tener que mentir.

No, - dije – claro que no, - y de pronto me acordé de algo – es que ayer bajando por la noche medio dormido, ya sabes, el escalón que está mal, me caí y terminé de bajar rodando.

Ya sabía yo que teníamos que darnos prisa en arreglarlo. – Dijo y volvió a los quehaceres domésticos - ¿qué quieres desayunar?

Nada – contesté, para desayunos estaba yo – ¿y como es que has vuelto antes?

Ella se sirvió un café con leche en la mesa de la cocina y se sentó.

En realidad me tengo que volver a ir en seguida, cambio de planes en el trabajo, siempre me hacen igual, se retrasó la segunda reunión y me quedaron dos horas en medio, pero mejor, - dijo y sonrió – así he podido venir un rato.

Se tenía que ir ¡gracias a Dios!.

Y ¿cuándo te tienes que marchar? – Pregunté.

Mi vuelo sale dentro de poco, de aquí a dos horas tengo que volver al aeropuerto, - me miró fijamente – Suuichi ¿seguro que estás bien?

Asentí con la cabeza y aseguré que el problema era que no había dormido, ella me ordenó que fuese a mi cuarto a descansar, dijo que me dejaría la comida hecha en la nevera y que se marcharía sin molestarme, asegurando que por la tarde me llamaría.

Sin fuerzas para contradecirla fui hacia las escaleras pensando en que podía decirle a Hiei, él me había dado quince minutos, pero mi madre aun estaría dos horas en casa, y ¿cómo convencería yo al koorime de que esperara?

Me detuve frente a la puerta de mi habitación, yo haría cualquier cosa por mi madre, daría mi vida por ella si fuese preciso, y si tenía que humillarme delante de Hiei también lo haría, lo que fuese para que ella no sufriese ningún daño, para que no se enterase de nada, solo esperaba que Hiei lo entendiese.

Abrí la puerta y entré, él estaba allí sentado, en mi cama, de cara a mi, visiblemente cabreado, seguramente nos habría estado espiando con el jagan y ya sabría lo de las dos horas.

(H)

Kurama parecía asustado de nuevo, se había quedado apoyado en la puerta mirándome y sin saber que decir. Admito que me había pasado amenazando de cortarle el cuello a su madre, pero ni aun así había conseguido que él se inventase una buena excusa para sacarla de casa.

Se acercó lentamente a mi, yo simplemente continué sentado, mirándole, a ver que se le ocurría esta vez.

Hiei – dijo – ella se irá, dentro de poco. Solo dos horas – añadió.

- Pues vaya – pensé – de quince minutos a dos horas... – Supongo que se me debió notar la cara de fastidio, por que él visiblemente mas nervioso añadió :

Dame solo dos horas, Hiei por favor, después haré todo lo que tú quieras, lo que tú me pidas.

¿En que estaría pensando exactamente Kurama? Yo no contesté nada, y eso hizo que él no supiese como continuar.

Se arrodilló frente a mi y colocó su cabeza en mi regazo, enlazándome con los brazos por la cintura.

Hiei por favor no le hagas nada – me dijo, supongo que había interpretado mi silencio como una negativa – ella no sabe nada, ni tiene nada que ver en todo esto, haz lo que quieras conmigo pero deja que ella se vaya.

Me sorprendió bastante su reacción y por otra parte envidié un poco a su madre, ella no sabía quien era en realidad su hijo, pero tampoco sabía todo lo que él estaba dispuesto a hacer por ella, si yo tuviese a alguien dispuesto a hacer por mi tan solo la cuarta parte de lo que Kurama haría por su madre...

El continuaba allí, con su cabeza apoyada en mis piernas y no pude evitar comenzar a juguetear con su pelo, era algo que siempre me había gustado, me incliné un poco y le besé en el cuello, su piel aun estaba húmeda por la ducha.

Bajé un poco la solapa del albornoz para poder besarle mejor, en su piel aun podía verse la marca de mis dientes y sentí la tentación de volver a morderle, de sentir de nuevo el sabor dulce de su sangre, pero solo faltaba que Kurama gritase y su madre subiese asustada a ver que le pasaba a su niño.

De todos modos no necesitaba usar la violencia ahora que Kurama se comportaba de forma tan dócil, así que decidí ser un poco mas suave esta vez, me había pedido dos horas, por un comportamiento así estaba dispuesto a darle incluso tres.

(K)

Hiei no me había contestado, yo no sabía si estaba dispuesto a ceder, aunque el hecho de que no se hubiese levantado en busca de la katana me hacía pensar que sí, que me daba las dos horas.

Había estado jugando con mi pelo, acariciándome, besándome. Ahora comenzaba a lamer mi cuello y yo me dejaba hacer, me parecía casi imposible que el Hiei de la noche anterior pudiese ser tan delicado conmigo ahora, que una misma persona me pudiese hacer sentir cosas tan diferentes.

No se cuanto tiempo estuve así, arrodillado, dejando que Hiei jugase conmigo, con el albornoz a medio quitar y sintiendo sus manos en mi espalda, sus labios en mi cuello, esperando que de un momento a otro me pegase, por ingenuo, y deseando a la vez que no sucediese.

Y no sucedió, continuó igual de dulce hasta que me alzó para que le mirase y me dijo :

Baja y despidete de tu madre, luego vuelves a subir.

Confuso decidí obedecer.

(H)

Kurama había bajado, tal y como yo le dije que hiciera. Y ahora que estaba solo de nuevo no pude evitar pensar en su confesión ¿y si había algo de verdad en ella? - No seas ingenuo Hiei – me dije.

De todos modos, razoné de pronto, había un método seguro para saberlo. Ahora que el ki de Kurama continuaba aun lo suficientemente bajo podría utilizar el jagan con él, no iba a tener otra oportunidad. Escuché a Kurama que subía de nuevo por las escaleras.

Entró a la habitación y esta vez no se molestó en cerrar la puerta, señal inequívoca de que estabamos solos.

Ven – le dije, señalándole la cama – y siéntate aquí.

El puso expresión de no entender, pero aun así obedeció y se sentó.

Me coloque de pié frente a él y colocando mis manos en su cara le obligué a mirarme, enfoqué el jagan directamente hacia él.

¿Qué vas a hacer? – Preguntó aturdido.

No voy a hacerte daño, - le dije – solo quiero asegurarme de una cosa.

(K)

Me había cogido del todo desprevenido, noté la sonda mental de Hiei dentro de mi cabeza, sabía de su poder pero era la primera vez que lo experimentaba en mi mismo, no podía moverme ni reaccionar, imposible luchar contra algo que está absolutamente dentro de ti.

¿No tenía suficiente con entrar dentro de mi cuerpo, que también tenía que hacerlo dentro de mi mente?

Varios recuerdos vinieron a mi, inducidos por él seguramente, recuerdos de mi infancia, para luego aproximarse al presente, sentimientos, sensaciones que no podía controlar, y luego se detuvo en una escena, la que experimenté sólo en mi casa el día anterior, justo antes de retarle.

Luego continuó, viendo todo lo que había pasado entre nosotros, solo que desde mi punto de vista ¿es que iba a hacermelo revivir todo otra vez? Yo no podría soportarlo.

Hiei – gemí – suéltame.

El se apartó bruscamente de mi y se me quedó mirando, absolutamente confuso, comprendiendo algo que yo no acertaba a entrever.

Respiré profundamente, intente relajarme y pensar. Ahora Hiei sabía todo, sabía que yo no le había mentido, sabía lo que yo sentía por él. Por lo menos tenía la decencia de no reirse de mi.

Volví a mirarle, estaba nervioso, con la mirada fija en el suelo. Caminó hacia la ventana y la abrió, por un momento creí que iba a saltar por ella, a irse así, sin mas, como hacía siempre.

Pero volvió hacia mi, su mirada era totalmente diferente ahora.

Kurama, yo no sabía...- comenzó – por qué no me dijiste...

Se paró en seco, intentaba decirme algo, pero yo estaba demasiado agotado para sonsacarle, esta vez fuese lo que fuese tendría que terminar la frase él solo.

Se acercó a mi y me abrazó, fue un contacto totalmente distinto a los anteriores, mas cálido. Aun así yo no respondí, me quedé quieto, sentado y sin comprender.

¿ Por qué me retaste Kurama? – susurró a mi oído.

Por celos.

¿Celos? – Preguntó él sorprendido.

De Mukuro – respondí.

El me abrazó un poco mas fuerte, entonces creí comprender, entre Mukuro y él no había nada. Noté como Hiei comenzaba a temblar ¿por qué?

Kurama yo no sabía nada, yo pensé que tú solo querías... que solo querías aprovecharte de mi... y yo...

¿Estaba desvariando o aquello sonaba a disculpa.?

Y yo no podía soportar pensar que tú... que yo para ti solo era... que solo era un juego.

Hiei estaba cada vez mas nervioso y yo no sabía como responder, porque entonces resulta que si yo le hubiese dicho todo desde el principio, si no me hubiese dejado llevar por mi estúpida arrogancia...

Kurama yo... – la voz se le quebró, me abrazó mas fuerte, - lo siento – susurró – perdoname.

Yo no podía creer lo que estaba escuchando, Hiei me pedía disculpas, supongo que ver lo que me había hecho y saber como yo lo había sentido le hizo comprender muchas cosas.

¿Podría yo perdonarle? ¿Después de todo lo que yo había sufrido? Pero ¿no había sido culpa mía al fin y al cabo?

Hiei comenzó a soltarme poco a poco, si ahora dejaba que se fuese lo perdería para siempre, estaba seguro de que no volvería, ni siquiera para las misiones del Reikai Tantei, saltaría por mi ventana y se quedaría en el Makai el resto de su vida. De pronto sentí que a pesar de todo no quería perderle, que a pesar de lo que me había hecho aun le quería.

Le abracé con fuerza por la cintura, atrayéndole a mi, justo ante de que él me soltara.

Te perdono. – Le dije.

Hiei me abrazó de nuevo y comenzó a llorar. Era la primera vez que le veía hacerlo y posiblemente también sería la última.

Sabes – le susurré – en una cosa si tenías razón, - sonreí intentando que el no lo viese - yo también lo disfruté un poco.

FIN.

Bueno, ya está, como prometí este ha sido mas largo que los anteriores, aunque confesaré que en realidad un trocito del principio de este pertenecía al capítulo anterior que deje así por falta de tiempo.

Por si alguien no lo sabe, el síndrome de Estocolmo es un problema mental por el cual la víctima acaba enamorándose del secuestrador por que, dicen, le agradece que escoja no hacerle daño pudiendo hacerselo.

Gracias a todos por los rewiews.

Sanasa : Pues a lo mejor tienes razón, pero es que si aviso desde el principio, se pierde un poco el misterio de lo que va a pasar, en principio lo puse para +17 pero lo he cambiado por que con el rating ese no me aclaraba, si acaso pondré lo de +17 y no apto para personas sensibles al principio del fic, ¿ok?

Eli-chan : Bueno lo colgué el miércoles, no es un retraso tan grande, ¿no? Me alegro de que te guste.

Vanne : Pues lo mismo te digo, que lo he puesto el miércoles, pero creo que hasta el jueves no sale, si es que me aclaro bien con las instrucciones de la web. No desesperes.

Loreto W : Bueno pues ya has visto como reaccionaba, espero que no te haya decepcionado, pero después de todo lo que le ha hecho ha Kurama creo que se lo merecía. ¿Poco descriptivo? Es posible, pero consideré mas importante lo que sentían que lo que hacían, y tampoco quería pasarme de rosca.

Chiaki-chan : Pues es cierto, no me había fijado, pero ya era hora de que Kurama no fuera tan "perfecto" y de que sufriera un poco su pasado que no ha sido muy edificante tampoco ¿no crees? Pero en fin, la cosa acaba bien, aunque tuve la tentación de hacer que no fuese así.

Yukii : Este ha sido mas largo, tal como dije, aunque quizás no larguísimo, pero te cuento un secreto, tiene una continuación. Aunque no será inmediata, quiero hacer uno si uno no, es decir uno de parejas y uno que se centre mas en un guión. O sea la continuación será el tercero que publique. Lo del rating pues te digo lo mismo que a Sanasa.

Kinyoubi : Me alegro de que te guste y si escribiré mas historias pero tal y como le explico a Yukii, uno si uno no, por aquello de la variedad.

Lizett : Si, es cruel, no se puede remediar, aunque no tanto como podría serlo, pero creo que eso es en si lo que a mi mas me gusta, que lo sea sin pasarse, y sobre todo que lo sea por un motivo y no sin mas. El final a sido mas tierno, como tú dices, para compensar, espero no haber defraudado a nadie.

Bueno, cuelgo este capítulo y el primero de otra historia que espero también os guste. Hasta pronto.