Hacía mas frío del que en realidad parecía hacer pero aun así ignoramos la
lluvia y caminamos por las orillas del lago como solíamos hacer cada vez
que podíamos escapar de Filch, tratando siempre de hacerlo lo mas lejos
posible de la cabaña de Hagrid sólo para evitar problemas, pero aquella vez
curiosamente las luces de su cabaña seguían encendidas a pesar de la hora,
probablemente él seguía festejando. Reímos mucho esa noche y nos contamos
anécdotas graciosas que no sabíamos del otro, tema que en realidad veníamos
tratando de evitar porque nuestros orgullos nos impedían ridiculizarnos
pero en ese momento creo que no nos importó y decidimos hacerlo de todos
modos pero a medida que el frío se hacía cada vez mas intenso sabíamos que
debíamos regresar.
Al abrir lentamente las puertas del castillo aun riendo notamos que el piso estaba mojado; o sea que alguien probablemente acababa de entrar en las mismas condiciones que nosotros.
1. Vamos a seguirlas – dijo Draco sujetando mi mano con mas fuerza y
llevándome tras el húmedo rastro que habían dejado.
1. ¿Qué tal si son las huellas de Filch?
1. Si fueran las de él veríamos a demás las huellas de su asquerosa gata
también – susurró sin perder el rastro.
1. ¿Sabes que es una pésima teoría? – le comenté en voz baja.
1. Sí – aceptó con una sonrisa.
1. Mejor volvamos... por favor – le pedí para no meternos en problemas.
1. No seas aburrida – se quejó como un niño.
1. En serio nos podemos meter en problemas si nos encontramos con él, aun
no sé como hemos escapado de ese peligro todo el año.
1. Quizás tengas razón – susurró lo mas bajo posible pues habíamos empezado
a sentir unos pasos muy de cerca.
Y empezamos a retroceder lentamente tratando de hacer el menor ruido posible pero en realidad parecía que nos acercábamos en vez de alejarnos y al doblar una esquina tropezamos con un bulto que realidad resultaron ser tres cuando aparecieron bajo una capa.
1. ¿Potter? – fue lo primero que atinó a decir Draco cuando lo vio tratando
de ponerse de pie junto con sus dos amigos que reían tratando de no
emitir sonido alguno.
1. Te lo dije – le repetí recordándole las veces que le había advertido
acerca de ese posible encuentro.
1. Pense que ustedes... – comenzó el pelirrojo que estaba tan mojado como
nosotros señalándonos confundido.
1. No es tu asunto Weasley – le espetó Draco antes de que terminara la
frase mientras lo miraba con asco.
1. Ah ya veo – dijo con una misteriosa sonrisa viendo que estabamos aun de
la mano y mas curiosamente que llevábamos dos anillos idénticos.
1. Te lo dije – susurró la chica codeando al pelirrojo.
1. Y como se supone que iba a saberlo – se quejó éste a lo cual no pude
evitar reírme hasta que otra voz interrumpió aquel momento.
1. ¿Quién anda por allí? – chilló alguien a lo lejos.
1. Es Filch – dijo Potter.
1. Ya lo sabíamos – le respondió Draco de mala gana como siempre.
Pero yo que aun pensaba en lo gracioso de esa situación sabia por otro lado que ese no era el momento adecuado para pelear así es que les hice una propuesta que simplemente no podían rechazar.
Nunca nos vieron y nosotros tampoco a ustedes – le dije a Potter tendiéndole la mano mientras sentíamos los pasos de Filch acercarse más y más.
Hecho – aceptó éste sonriendo mientras estrechaba mi mano.
Que tengan suerte – les dije mientras Draco me empezaba a llevar hacia otro lado.
Y ustedes también – me dijo Potter antes de desaparecer bajo su capa con las otras dos personas que lo acompañaban cuyas sonrisas aun no habían desaparecido.
Comenzamos a correr por los oscuros pasillos del castillo sabiendo que posiblemente el viejo Filch ya nos habría visto pero un hombre de su edad no tenía la misma vitalidad que nosotros así es que desaparecimos pronto de su vista y nos dirigimos hacia nuestra sala común.
¿Crees que nos haya reconocido? – le pregunté a Draco algo preocupada una vez que estábamos adentro.
No – respondió sencillamente sin la mas mínima preocupación.
¿Crees que siguió nuestras huellas?
Por si no lo notaste prácticamente no dejamos huellas y para cuando el llegue te aseguro que lo que haya quedado ya va a haber desaparecido, quieres calmarte – me dijo acercándose al fuego.
Percatándome de que estaba siendo un poco exagerada borré esa idea de mi cabeza y me acerqué a él.
Ahora tenemos toda la sala común para nosotros – dijo abrazándome con su ropa aun mojada.
¿Ahora que hacemos?
No lo sé... que tal si me muestras tu habitación, casi todo un año juntos y nunca la he visto.
Con ese pedido lo llevé hasta el sector de las chicas, le di un pequeño recorrido por la habitación en la que le mostré mi cama y algunas cosas que guardaba en el baúl que no podía sacar de día.
Me estoy congelando con esta ropa, por qué no nos cambiamos y seguimos luego – le sugerí cuando estaba empezando a sentir el frío.
Aun no, todavía te queda conocer mi habitación y si no lo haces en las mismas condiciones que yo no sería justo.
Esta bien – acepté sabiendo que no me iba a dejar hacerlo por mas que insistiera.
Así es que nos dirigimos a su habitación que la compartía con otros chicos y él se quedó apoyado en una pared de brazos cruzados esperando mi opinión.
Pensé que sería un lugar mas desordenado – admití viendo que no lucía tan mal como en realidad esperaba que estuviera.
Eso es porque los elfos limpian constantemente.
Cierto – corroboré recordando ese pequeño detalle que había escapado de mi mente – ¿Cuál es tu cama?
Adivina.
En realidad no iba a ser una tarea muy difícil pues ya tenía mis sospechas pero decidí divertirme un poco con eso así es que pretendí usar una táctica para descubrir cual era.
Eso no es justo – se quejó cuando me acerqué a sentir el perfume de las sábanas de una de las camas que estaban junto a la puerta.
¿Y esto? – le pregunté señalando dos camas que parecían como hundidas.
No vas a olerlas para saber de quienes son – comentó a propósito con una leve sonrisa.
No es necesario... ¿Crabbe y Goyle?
Exacto – afirmó él – pero no es justo que recurras a ese método.
Supe perfectamente cual era tu cama desde el momento en el que entré pero quería saber cuan predecible eras.
¿Cuál es entonces? – me preguntó señalando todas las camas.
Así es que empece a caminar junto a todas y di un par de vueltas pretendiendo examinarlas con la vista sólo para saber que diría.
No sabes cual es – dijo mientras en su rostro se había dibujado una mueca de satisfacción.
Pero al ver que hizo eso simplemente me detuve y me senté en la que estaba segura de que era su cama lo cual pareció molestarle.
Hiciste trampa – se quejó acercándose desafiante.
¿Cómo?
No lo sé... pero estoy seguro de que algo hiciste ¿qué fue? – me preguntó intrigado cambiando completamente la expresión de su rostro a lo cual no pude evitar sonreír.
Te molesta la luz en la mañana como a mi y por si no te diste cuenta tenemos la cama situada en el mismo lugar.
¿En serio?... no me di cuenta de eso – aceptó frunciendo el entreceño.
Supongo que ahora terminada la excursión me vas a permitir ir a cambiarme a mi habitación.
Pero con estas palabras se comenzó a acercar a mi con esa mirada peligrosa que ponía cada vez que tramaba algo.
¿Y para que ir a tu habitación si puedes hacerlo aquí? – comentó sutilmente sentándose a mi lado.
Voy a tomarlo como una broma – le dije poniéndome de pie.
Pero antes de que lograra alejarme me tomo de la muñeca y me hizo sentar nuevamente.
No estoy bromeando – dijo seriamente y se acercó a mi hasta quedar a tan solo unos centímetros de separación.
Me miraba tan fijamente... quizás como nunca lo había hecho antes y mientras veía esos ojos grises no pude evitar pensar en cuanto había aprendido a querer a es chico al que todos consideraban tan serio, arrogante y hasta temible en algunas ocasiones pero la verdad era que sólo yo lo conocía como nadie mas y eso me hacía realmente feliz, pero en un momento y sin darme cuenta sus labios ya estaban sobre los míos y por supuesto yo no iba a detenerlo, recuerdo que aun tenia el pelo mojado pero no había perdido el perfecto orden que siempre tenía. Su piel estaba tan fría como la mía y la lluvia aun no había cesado, se oía como a lo lejos el viento azotaba algunas ventanas y lentamente esa noche la ropa mojada que traíamos fue desapareciendo poco a poco y a pesar de la situación no sentía vergüenza alguna con él aunque debo confesar que si un poco de miedo por lo que podría llegar a pasar.
Sus besos se sentían diferentes, parecían mas... sinceros aunque en realidad nunca pude compararlos con otros pues él era la primera persona a la que había besado y hasta el día de hoy a la única que he besado. Sentía sobre mi el suave contacto de su piel pero seguía sin querer abrir los ojos, hasta que en un momento noté había dejado de besarme.
Tienes miedo – me susurró mientras quitaba suavemente algo de pelo que había caído sobre mi frente.
¿No debería verdad...? – dije algo avergonzada a lo que él simplemente negó con la cabeza.
Te voy a cuidar – me susurró nuevamente al oído.
Y no pude evitar abrazarlo, lo quería tanto que no iba permitir que algo así arruinara ese momento así es que volví a besarlo mientras comenzaba a sentir sus manos recorrer mi espalda, eso me ponía mas nerviosa aun pero respiré profundamente e intenté hacer lo mismo aunque en realidad no me interesaba conocer lo que nunca había visto de Draco y mi inocencia creo que tampoco me lo hubiera permitido pero mas allá de su persona habían cierta cosas que me gustaban de él, como sus manos, que a pesar de que eran frías cada vez que me sujetaban me hacían sentir algo especial y su rostro... sigo sin comprender porque esa sensación tan extraña me invade cada vez que lo veo.
Mientras me comenzaba a sentir un poco mas tranquila con esa situación decidí tomar su mano para sentirme mas segura y cuando la toqué, lo primero que sentí fue el anillo que le había regalado, el cual aun conserva en el mismo dedo. Sabía que eso significaba algo mas que un simple regalo, para mi simbolizaba casi una alianza que nos iba a mantener juntos por siempre pero en ese momento sentí su otra mano acariciar mi pierna y luego abrirse paso a lo que sabía que iba a llegar de un momento a otro. Así es que volví a respirar profundo, cerré los ojos y mientras suplicaba que esa fuese la decisión correcta lo sentí; ese profundo dolor de perder lo mas sagrado de una mujer y al mismo tiempo la alegría de que fuera con él.
Lo abrace mas fuerte que nunca para no gritar y sentía como si el corazón me estuviera a punto de estallar, unas frías lágrimas recorrían mis mejillas pero no iba a decir nada, sabía que era algo que él quería y en cierta forma yo también aunque en esos momentos me cuestionaba por qué pensaba que iba a ser algo diferente pero sin que lo hubiese notado él se detuvo y al abrir los ojos, con algo de dificultad por las lágrimas que aun me inundaban lo vi mirarme por unos instantes detenidamente y luego de secarlas con suavidad una por una sonrió levemente como nunca lo había visto hacerlo y simplemente me dijo: "te amo".
Recuerdo que cuando oí estas palabras el nudo que sentía en el estómago desapareció y tras otro profundo respiro me calmé por completo y sin encontrar palabra alguna que describiera lo que estaba sintiendo en ese momento lo bese... para tratar de reemplazar las palabras que mi boca no lograba pronunciar por la inmensa felicidad que me abordaba. Y una vez que la tranquilidad de que era algo que ambos estabamos haciendo por amor me calmó, sentí algo increíble y esos deseos de gritar me volvieron a invadir pero esta vez era por un sentimiento totalmente distinto y muy lejano al dolor, el corazón volvió a latirme incesantemente aunque de una manera muy diferente. Una extraña sensación se apoderó de mi, colmando cada rincón de mi ser con una especie de magia especial que nunca había sentido antes mientras una voz en mi interior me pedía a gritos que no lo dejara abandonarme. Definitivamente fue algo especial, era la unión perfecta y nunca lo habría abandonado, pero hubo un momento en el que pareció que todo a nuestro alrededor había desaparecido y fue en ese preciso instante en el que sentí que acababa de darle mi vida por completo mientras sentía dentro de mi que él también acababa de entregármelo todo.
No existen palabras para describir que fue lo que sentí esa lluviosa noche de Navidad, él fue solo mío para siempre y yo acaba de entregarme a él de la misma manera. El volver a la realidad me hizo sentir hasta confundida pero allí estaba él... a mi lado, mirándome fijamente a los ojos y sujetando mi mano con fuerza; comprendí lo que acaba de ocurrir y cerré los ojos. Sentí su frío pero cálido abrazo y me aferré a él como una niña asustada, no sé cuanto tiempo estuvimos así pero las palabras estaban de mas.
Nunca nos separamos, nuestras vidas ya estaban destinadas a estar juntas para siempre; esa noche maduré, aprendí muchas cosas de mi y terminé de conocerlo a él, todo había cambiado.
Por supuesto que eso nunca volvió a ocurrir sino hasta que para el mundo entero éramos ya una feliz pero extraña pareja casada, la noticia tomo por sorpresa a todos incluso a nuestros padres, que si bien sabían a causa de las visitas mutuas en vacaciones cuando aun estabamos en Hogwarts, que éramos amigos, nunca sospecharon absolutamente nada. Como a todos, la vida nos puso muchos obstáculos principalmente a Draco que tuvo que enfrentar la decisión mas difícil de su vida pero allí estaba yo con él, e iba a seguir a su lado sin importar lo que decidiera, pero lo hizo bien... escogió lo mejor pues es bien sabido lo que le sucedió a las personas que tomaron el otro camino y si no lo saben pueden ir a visitarlos a Azkaban donde creo que van a pasar lo que les queda de vida.
Aun somos jóvenes y aunque la vida nos hizo madurar de golpe aun reside en mi aquella niña que conoció el verdadero amor una noche tormentosa de Navidad. Fue y sigue siendo el mejor recuerdo de mi vida a su lado y al verlo en estos momentos sentado frente al fuego con la mirada perdida entre la intensidad de las llamas me recuerda a aquella vez que lo conocí frente al lago... es el mismo chico arrogante y serio de la mirada misteriosa. Nos queremos como nadie piensa; él es conmigo de la manera que el mundo nunca penso que podría ser un Malfoy y yo hasta daría mi vida por estar siempre a su lado, pero es nuestro secreto y va a seguir siéndolo, no nos interesa lo que los demás piensen.
En aquella noche del veinticinco fue Draco el que se atrevió a algo más pero creo que en este momento voy a ser yo la que de el primer paso.
FIN.
Terminado la madrugada del Sábado 28 de Junio del 2003 a las 2:02 AM.
Nota de la autora: Esta historia fue muy especial para mi y por eso quería compartirla con ustedes, espero que si la leen me dejen un review ya que usualmente la cantidad que recibo siempre es patética. Solo pretendo dejarla un tiempo ya que solo quería compartirla.
www.eternallydraco.tk
Al abrir lentamente las puertas del castillo aun riendo notamos que el piso estaba mojado; o sea que alguien probablemente acababa de entrar en las mismas condiciones que nosotros.
1. Vamos a seguirlas – dijo Draco sujetando mi mano con mas fuerza y
llevándome tras el húmedo rastro que habían dejado.
1. ¿Qué tal si son las huellas de Filch?
1. Si fueran las de él veríamos a demás las huellas de su asquerosa gata
también – susurró sin perder el rastro.
1. ¿Sabes que es una pésima teoría? – le comenté en voz baja.
1. Sí – aceptó con una sonrisa.
1. Mejor volvamos... por favor – le pedí para no meternos en problemas.
1. No seas aburrida – se quejó como un niño.
1. En serio nos podemos meter en problemas si nos encontramos con él, aun
no sé como hemos escapado de ese peligro todo el año.
1. Quizás tengas razón – susurró lo mas bajo posible pues habíamos empezado
a sentir unos pasos muy de cerca.
Y empezamos a retroceder lentamente tratando de hacer el menor ruido posible pero en realidad parecía que nos acercábamos en vez de alejarnos y al doblar una esquina tropezamos con un bulto que realidad resultaron ser tres cuando aparecieron bajo una capa.
1. ¿Potter? – fue lo primero que atinó a decir Draco cuando lo vio tratando
de ponerse de pie junto con sus dos amigos que reían tratando de no
emitir sonido alguno.
1. Te lo dije – le repetí recordándole las veces que le había advertido
acerca de ese posible encuentro.
1. Pense que ustedes... – comenzó el pelirrojo que estaba tan mojado como
nosotros señalándonos confundido.
1. No es tu asunto Weasley – le espetó Draco antes de que terminara la
frase mientras lo miraba con asco.
1. Ah ya veo – dijo con una misteriosa sonrisa viendo que estabamos aun de
la mano y mas curiosamente que llevábamos dos anillos idénticos.
1. Te lo dije – susurró la chica codeando al pelirrojo.
1. Y como se supone que iba a saberlo – se quejó éste a lo cual no pude
evitar reírme hasta que otra voz interrumpió aquel momento.
1. ¿Quién anda por allí? – chilló alguien a lo lejos.
1. Es Filch – dijo Potter.
1. Ya lo sabíamos – le respondió Draco de mala gana como siempre.
Pero yo que aun pensaba en lo gracioso de esa situación sabia por otro lado que ese no era el momento adecuado para pelear así es que les hice una propuesta que simplemente no podían rechazar.
Nunca nos vieron y nosotros tampoco a ustedes – le dije a Potter tendiéndole la mano mientras sentíamos los pasos de Filch acercarse más y más.
Hecho – aceptó éste sonriendo mientras estrechaba mi mano.
Que tengan suerte – les dije mientras Draco me empezaba a llevar hacia otro lado.
Y ustedes también – me dijo Potter antes de desaparecer bajo su capa con las otras dos personas que lo acompañaban cuyas sonrisas aun no habían desaparecido.
Comenzamos a correr por los oscuros pasillos del castillo sabiendo que posiblemente el viejo Filch ya nos habría visto pero un hombre de su edad no tenía la misma vitalidad que nosotros así es que desaparecimos pronto de su vista y nos dirigimos hacia nuestra sala común.
¿Crees que nos haya reconocido? – le pregunté a Draco algo preocupada una vez que estábamos adentro.
No – respondió sencillamente sin la mas mínima preocupación.
¿Crees que siguió nuestras huellas?
Por si no lo notaste prácticamente no dejamos huellas y para cuando el llegue te aseguro que lo que haya quedado ya va a haber desaparecido, quieres calmarte – me dijo acercándose al fuego.
Percatándome de que estaba siendo un poco exagerada borré esa idea de mi cabeza y me acerqué a él.
Ahora tenemos toda la sala común para nosotros – dijo abrazándome con su ropa aun mojada.
¿Ahora que hacemos?
No lo sé... que tal si me muestras tu habitación, casi todo un año juntos y nunca la he visto.
Con ese pedido lo llevé hasta el sector de las chicas, le di un pequeño recorrido por la habitación en la que le mostré mi cama y algunas cosas que guardaba en el baúl que no podía sacar de día.
Me estoy congelando con esta ropa, por qué no nos cambiamos y seguimos luego – le sugerí cuando estaba empezando a sentir el frío.
Aun no, todavía te queda conocer mi habitación y si no lo haces en las mismas condiciones que yo no sería justo.
Esta bien – acepté sabiendo que no me iba a dejar hacerlo por mas que insistiera.
Así es que nos dirigimos a su habitación que la compartía con otros chicos y él se quedó apoyado en una pared de brazos cruzados esperando mi opinión.
Pensé que sería un lugar mas desordenado – admití viendo que no lucía tan mal como en realidad esperaba que estuviera.
Eso es porque los elfos limpian constantemente.
Cierto – corroboré recordando ese pequeño detalle que había escapado de mi mente – ¿Cuál es tu cama?
Adivina.
En realidad no iba a ser una tarea muy difícil pues ya tenía mis sospechas pero decidí divertirme un poco con eso así es que pretendí usar una táctica para descubrir cual era.
Eso no es justo – se quejó cuando me acerqué a sentir el perfume de las sábanas de una de las camas que estaban junto a la puerta.
¿Y esto? – le pregunté señalando dos camas que parecían como hundidas.
No vas a olerlas para saber de quienes son – comentó a propósito con una leve sonrisa.
No es necesario... ¿Crabbe y Goyle?
Exacto – afirmó él – pero no es justo que recurras a ese método.
Supe perfectamente cual era tu cama desde el momento en el que entré pero quería saber cuan predecible eras.
¿Cuál es entonces? – me preguntó señalando todas las camas.
Así es que empece a caminar junto a todas y di un par de vueltas pretendiendo examinarlas con la vista sólo para saber que diría.
No sabes cual es – dijo mientras en su rostro se había dibujado una mueca de satisfacción.
Pero al ver que hizo eso simplemente me detuve y me senté en la que estaba segura de que era su cama lo cual pareció molestarle.
Hiciste trampa – se quejó acercándose desafiante.
¿Cómo?
No lo sé... pero estoy seguro de que algo hiciste ¿qué fue? – me preguntó intrigado cambiando completamente la expresión de su rostro a lo cual no pude evitar sonreír.
Te molesta la luz en la mañana como a mi y por si no te diste cuenta tenemos la cama situada en el mismo lugar.
¿En serio?... no me di cuenta de eso – aceptó frunciendo el entreceño.
Supongo que ahora terminada la excursión me vas a permitir ir a cambiarme a mi habitación.
Pero con estas palabras se comenzó a acercar a mi con esa mirada peligrosa que ponía cada vez que tramaba algo.
¿Y para que ir a tu habitación si puedes hacerlo aquí? – comentó sutilmente sentándose a mi lado.
Voy a tomarlo como una broma – le dije poniéndome de pie.
Pero antes de que lograra alejarme me tomo de la muñeca y me hizo sentar nuevamente.
No estoy bromeando – dijo seriamente y se acercó a mi hasta quedar a tan solo unos centímetros de separación.
Me miraba tan fijamente... quizás como nunca lo había hecho antes y mientras veía esos ojos grises no pude evitar pensar en cuanto había aprendido a querer a es chico al que todos consideraban tan serio, arrogante y hasta temible en algunas ocasiones pero la verdad era que sólo yo lo conocía como nadie mas y eso me hacía realmente feliz, pero en un momento y sin darme cuenta sus labios ya estaban sobre los míos y por supuesto yo no iba a detenerlo, recuerdo que aun tenia el pelo mojado pero no había perdido el perfecto orden que siempre tenía. Su piel estaba tan fría como la mía y la lluvia aun no había cesado, se oía como a lo lejos el viento azotaba algunas ventanas y lentamente esa noche la ropa mojada que traíamos fue desapareciendo poco a poco y a pesar de la situación no sentía vergüenza alguna con él aunque debo confesar que si un poco de miedo por lo que podría llegar a pasar.
Sus besos se sentían diferentes, parecían mas... sinceros aunque en realidad nunca pude compararlos con otros pues él era la primera persona a la que había besado y hasta el día de hoy a la única que he besado. Sentía sobre mi el suave contacto de su piel pero seguía sin querer abrir los ojos, hasta que en un momento noté había dejado de besarme.
Tienes miedo – me susurró mientras quitaba suavemente algo de pelo que había caído sobre mi frente.
¿No debería verdad...? – dije algo avergonzada a lo que él simplemente negó con la cabeza.
Te voy a cuidar – me susurró nuevamente al oído.
Y no pude evitar abrazarlo, lo quería tanto que no iba permitir que algo así arruinara ese momento así es que volví a besarlo mientras comenzaba a sentir sus manos recorrer mi espalda, eso me ponía mas nerviosa aun pero respiré profundamente e intenté hacer lo mismo aunque en realidad no me interesaba conocer lo que nunca había visto de Draco y mi inocencia creo que tampoco me lo hubiera permitido pero mas allá de su persona habían cierta cosas que me gustaban de él, como sus manos, que a pesar de que eran frías cada vez que me sujetaban me hacían sentir algo especial y su rostro... sigo sin comprender porque esa sensación tan extraña me invade cada vez que lo veo.
Mientras me comenzaba a sentir un poco mas tranquila con esa situación decidí tomar su mano para sentirme mas segura y cuando la toqué, lo primero que sentí fue el anillo que le había regalado, el cual aun conserva en el mismo dedo. Sabía que eso significaba algo mas que un simple regalo, para mi simbolizaba casi una alianza que nos iba a mantener juntos por siempre pero en ese momento sentí su otra mano acariciar mi pierna y luego abrirse paso a lo que sabía que iba a llegar de un momento a otro. Así es que volví a respirar profundo, cerré los ojos y mientras suplicaba que esa fuese la decisión correcta lo sentí; ese profundo dolor de perder lo mas sagrado de una mujer y al mismo tiempo la alegría de que fuera con él.
Lo abrace mas fuerte que nunca para no gritar y sentía como si el corazón me estuviera a punto de estallar, unas frías lágrimas recorrían mis mejillas pero no iba a decir nada, sabía que era algo que él quería y en cierta forma yo también aunque en esos momentos me cuestionaba por qué pensaba que iba a ser algo diferente pero sin que lo hubiese notado él se detuvo y al abrir los ojos, con algo de dificultad por las lágrimas que aun me inundaban lo vi mirarme por unos instantes detenidamente y luego de secarlas con suavidad una por una sonrió levemente como nunca lo había visto hacerlo y simplemente me dijo: "te amo".
Recuerdo que cuando oí estas palabras el nudo que sentía en el estómago desapareció y tras otro profundo respiro me calmé por completo y sin encontrar palabra alguna que describiera lo que estaba sintiendo en ese momento lo bese... para tratar de reemplazar las palabras que mi boca no lograba pronunciar por la inmensa felicidad que me abordaba. Y una vez que la tranquilidad de que era algo que ambos estabamos haciendo por amor me calmó, sentí algo increíble y esos deseos de gritar me volvieron a invadir pero esta vez era por un sentimiento totalmente distinto y muy lejano al dolor, el corazón volvió a latirme incesantemente aunque de una manera muy diferente. Una extraña sensación se apoderó de mi, colmando cada rincón de mi ser con una especie de magia especial que nunca había sentido antes mientras una voz en mi interior me pedía a gritos que no lo dejara abandonarme. Definitivamente fue algo especial, era la unión perfecta y nunca lo habría abandonado, pero hubo un momento en el que pareció que todo a nuestro alrededor había desaparecido y fue en ese preciso instante en el que sentí que acababa de darle mi vida por completo mientras sentía dentro de mi que él también acababa de entregármelo todo.
No existen palabras para describir que fue lo que sentí esa lluviosa noche de Navidad, él fue solo mío para siempre y yo acaba de entregarme a él de la misma manera. El volver a la realidad me hizo sentir hasta confundida pero allí estaba él... a mi lado, mirándome fijamente a los ojos y sujetando mi mano con fuerza; comprendí lo que acaba de ocurrir y cerré los ojos. Sentí su frío pero cálido abrazo y me aferré a él como una niña asustada, no sé cuanto tiempo estuvimos así pero las palabras estaban de mas.
Nunca nos separamos, nuestras vidas ya estaban destinadas a estar juntas para siempre; esa noche maduré, aprendí muchas cosas de mi y terminé de conocerlo a él, todo había cambiado.
Por supuesto que eso nunca volvió a ocurrir sino hasta que para el mundo entero éramos ya una feliz pero extraña pareja casada, la noticia tomo por sorpresa a todos incluso a nuestros padres, que si bien sabían a causa de las visitas mutuas en vacaciones cuando aun estabamos en Hogwarts, que éramos amigos, nunca sospecharon absolutamente nada. Como a todos, la vida nos puso muchos obstáculos principalmente a Draco que tuvo que enfrentar la decisión mas difícil de su vida pero allí estaba yo con él, e iba a seguir a su lado sin importar lo que decidiera, pero lo hizo bien... escogió lo mejor pues es bien sabido lo que le sucedió a las personas que tomaron el otro camino y si no lo saben pueden ir a visitarlos a Azkaban donde creo que van a pasar lo que les queda de vida.
Aun somos jóvenes y aunque la vida nos hizo madurar de golpe aun reside en mi aquella niña que conoció el verdadero amor una noche tormentosa de Navidad. Fue y sigue siendo el mejor recuerdo de mi vida a su lado y al verlo en estos momentos sentado frente al fuego con la mirada perdida entre la intensidad de las llamas me recuerda a aquella vez que lo conocí frente al lago... es el mismo chico arrogante y serio de la mirada misteriosa. Nos queremos como nadie piensa; él es conmigo de la manera que el mundo nunca penso que podría ser un Malfoy y yo hasta daría mi vida por estar siempre a su lado, pero es nuestro secreto y va a seguir siéndolo, no nos interesa lo que los demás piensen.
En aquella noche del veinticinco fue Draco el que se atrevió a algo más pero creo que en este momento voy a ser yo la que de el primer paso.
FIN.
Terminado la madrugada del Sábado 28 de Junio del 2003 a las 2:02 AM.
Nota de la autora: Esta historia fue muy especial para mi y por eso quería compartirla con ustedes, espero que si la leen me dejen un review ya que usualmente la cantidad que recibo siempre es patética. Solo pretendo dejarla un tiempo ya que solo quería compartirla.
www.eternallydraco.tk
