Los dos morenos se encontraban sentados en el sofá, Malik con su cabeza en el regazo de Marik, mientras que este jugaba con su cabello dulcemente.

Malik se encontraba un poco pálido, por no decir hambriento.

-¿Hace cuanto que no comes?

-No quiero...-respondió secamente el menor.

-Si no lo haces, no sobrevivirás, y no quiero que mueras.-bebió un sorbo del contenido de la copa que sostenía, y se volvió a su amado.-Vamos Malik...Te enseñaré cómo hacerlo...

-No quiero...-se acurrucó, y comenzó a sollozar.

-Malik...-le tendió la copa que sostenía, y Malik vaciló un poco, antes de sentarse y tomarla.-Bebe...Te sentirás mucho mejor...

Lentamente, el chico acercó el objeto a su boca, y comenzó a tomar el líquido carmesí caliente, de a sorbos cortos, siendo observado fijamente por su compañero. Al terminar, un hilo de color rojo se hacía visible en la boca de Malik. Sus ojos brillaron de amarillo, y sus caninos eran fácilmente detectables. Con sus ojos aún amarillo, distinto del color violeta usual que eran, se inclinó hacía Marik, y se acercó a su cuello.

El vampiro mayor le dio acceso al lugar que tanto deseaba, y Malik lentamente clavó sus colmillos en él, haciendo gemir a su compañero.

~*~

Ryo se encontraba medio ebrio por el vino, pero lo suficientemente sobrio cómo para no cometer ninguna tontería. Sus mejillas sonrosadas eran un signo de esto. Recostado boca abajo en la bañera, apoyando sus brazos cruzados en el suelo, mirando fijamente cómo Bakura seguía bebiendo de la copa, sin apartar la vista de su chico, quién divertidamente flexionó una de sus piernas, mostrándosela.

-¿Quieres unos masajes?-dijo divertidamente el vampiro.

-Me encantaría...

Bakura fue del lado dónde Ryo tenía sus piernas, y tomó la que se encontraba fuera. Se sentó con sus piernas cruzadas, y lentamente comenzó a frotar sus dedos contra la planta del pie de su amado, haciéndolo gemir suavemente.

Comenzó lentamente a subir por su pantorrilla, creando unos cuantos gemidos de parte de su chico, mientras seguía subiendo.

Ryo se encontraba totalmente rojo, sudando por todas partes, emitiendo gemidos por doquier, mientras la mano de su amado se acercaba más y más a su lugar privado.

-Bakurahh...-dio un gemido, y se apoyó en sus brazos, alejándose del toque de su compañero, quien dio un quejido de desaprobación.

-¿Qué pasó? ¿No te gustaron?

Ryo se recostó nuevamente en la bañera, del lado opuesto al de Bakura, mirándolo con ojos deseadores, mientras levantaba su pierna izquierda, tendiéndosela a su amado.

-Continúa...

Bakura sonrió satisfactoriamente, y comenzó como antes. Atrajo más a su compañero, haciendo que Ryo se apoyara en sus brazos, para evitar desaparecer en la poca espuma que quedaba.

Despacio subió su mano por la pierna de su chico, lentamente llegando a su meta, haciendo que Ryo gimiera suavemente.

El vampiro metió su mano debajo del agua, para poder llegar hasta allí, y hacer que su amado chico tirara su cabeza hacia atrás, gimiendo fuertemente, mientras arqueaba todo su cuerpo.

~*~

Malik se encontraba sentado en el sofá, mirando al suelo, con sus manos en su regazo. Su compañero se acercó, y se sentó a su lado, rodeándolo con sus brazos, para poder recostarlo sobre su cuerpo.

-¿Te has arrepentido?

-Algo...-contestó, mientras hacía círculos en el pecho desnudo de Marik.

-¿Por qué?

-No me gusta mucho la idea de beber sangre de un humano...Nunca me agradó...

-Pero, tuviste que enamorarte de un vampiro...-dijo divertidamente el mayor, revolviendo el pelo de su amor con gracia.

-Marik...No creo que soporte esta vida...Extraño a Isis, a Rashid, a mis amigos...-dijo sentándose y comenzando a llorar.

-Lo sé. He pasado por eso también.-respondió, volviéndolo a abrazar.

-Los demás vampiros no me quieren...Siempre tratan de atacarme o matarme.

-Porque ven que tú eres más hermoso que ellos, y se ponen verdes de la envidia.

-¡Se burlan de mí porque no me agrada la idea de matar a los humanos!- exclamó el menor, rompiendo en lagrimas.

-Yo puedo cazar por ti, si quieres.

-Sería algo bueno, Marik. Pero no traigas niños...Me destrozaría verlos moribundos.

-Lo que desees...

~*~

Ryo se encontraba recostado boca arriba, en la cama de su vampiro, completamente rojo, mientras que mantenía sus manos en su estomago, recordando los toques de Bakura en su entrepierna.

Se arqueó y emitió un gemido suave, al sentir sus manos sobre su pantalón, tocando suavemente. Apretó más fuerte, abriendo sus piernas y gimiendo el nombre de su amado, al deslizar su mano debajo de ellos.

Bakura veía con deleite cómo su pequeño chico se disfrutaba a sí mismo, arqueándose, gimiendo, gritando y con su rostro completamente rojo, desde la abertura de la puerta, dónde tenía una completa visión de su chico.

La puerta chirrió cuando quiso entrar, haciendo que Ryo se detuviera repentinamente, mirando hacía el lugar del ruido.

-Bakura....¿Qué haces?-dijo frustrado el joven.

-Mirándote, cómo te disfrutas...-respondió Bakura, acercándose a la cama dónde reposaba su pequeño ángel.-No sabía que hacías eso, cuando estabas solo...

-No lo he hecho hasta ahora...-dijo Ryo, moviendo su mano una vez más, y gimiendo fuertemente.-¿Me ayudas a terminar?

-No lo sé...-dejando aún más frustrado al chico.

-Por favor...

-De acuerdo. Pero sólo toqueteos. Nada de hacer el amor ahora...

-Pero...

-No. Aún debo hablarte de algo muy importante mañana...

-Dímelo ahora...No soporto maaaahhhhss...-dijo gimiendo nuevamente al hacer mover furiosamente su mano allí.-Ahhhhhh!!! Ayúdame...

Ryo arqueó sus caderas hacía arriba, mostrándose excitado. Bakura se arrodilló entre las piernas abiertas de su chico, y lentamente le quitó la mano de debajo de sus pantalones, para lamer satisfactoriamente el líquido que se encontraba allí presente.

Desabrochó con lentitud los botones de la prenda, mirando furtivamente cómo su chico se frustraba más y más. Se acercó aún más, y comenzó a descender su rostro hacía la entrepierna de su amado, al a vez que Ryo se contenía.

~*~

Malik esperaba a su vampiro, sentado en una silla al lado de la ventana, mirando las calles vacías. Un ruido hizo que se volteara, y sonrió feliz al saber que Marik había regresado.

-Regresaste. Ya me preocupaba...-le dio un costo beso a su amado, y luego se separó.-¿Qué trajiste?

-No quiero que comiences a llorar o a gritarme cómo puede hacerlo...Aunque no me creas, fue lo único que pude hallar...

-No me digas...qué...-los ojos de Malik se humedecieron.

Marik abrió su capa, revelando en sus brazos, el cuerpo moribundo de un niño de casi 7 años de edad. Malik derramó unas lagrimas, llevándose las manos a su boca, mientras veía cómo los ojos del chico se cristalizaban a cada minuto. Con miedo, se acercó al chico, sólo para oírlo susurrar "Ayúdame..."

-¡¡¡¡NO PUEDO!!!! ¡¡¡¡NO PUEDO!!!!-gritó Malik, tomándose su cabeza, y llorando fuertemente.

-Sé que puedes...Cuando tienes hambre...No importa nada...¿No era lo que siempre decías?

Aún llorando, Malik se inclinó y mordió al chico en su pequeña muñeca, escuchando cómo este se quejaba ante el dolor que tenía en todo su cuerpo.