Ryo estaba recostado de lado, durmiendo, con su rostro completamente rojo, acurrucado sobre el pecho de Bakura, respirando lenta y suavemente, mientras que el vampiro revolvía su cabello continuamente, inhalando toda su esencia.

Sin despertarlo, el espíritu se levantó de la cama, y se dirigió a su armario. Sacó de allí un pantalón negro de vestir, un par de zapatos y una camisa del mismo color. Una vez vestido, tomó su garbadina y su sombrero, pero algo lo tomó de ella, deteniéndolo.

-¿A dónde vas?-preguntó Ryo, somnoliento.

-Iré a comer. No te preocupes. No tardaré.

-Vuelve pronto...Bakura...

-¿Si?

-¿Me amas?

-¡Por supuesto!

-Yo también...

Bakura volvió sobre sus pasos, y besó tiernamente a su chico, antes de salir del departamento.

~*~

-¿Quién?

-Soy yo, Bakura.-la puerta se abrió, y el vampiro albino entró.-Hola Malik...

-Hola...-respondió casi sin ganas el chico.

-Creo suponer que ocurre aquí ¿Verdad?

-Mejor cállate.-dijo Marik, cerrando la puerta.-¿Qué quieres?

-¿Cuántos años tenía Malik cuándo lo transformaste?-inquirió Bakura, eludiendo la pregunta de su amigo.

-16...Me parece...-respondió Marik, cruzándose de brazos.-Ahora, ¿Qué quieres?-Bakura suspiró antes de sentarse y responderle.

-Recuerdas que hace diez años, encontré a un chico, un niño, muy parecido a mi, ¿Verdad?

-Si.

-Bueno, hace menos de una semana nos volvimos a ver, y, sus sentimientos cambiaron totalmente hacía mi...Al igual que los míos, claro está.

-Lo que intentas decir es que ambos están locamente enamorados el uno del otro, y no sabes si transformarlo o no.-exclamó Marik, sentándose al lado de su amado, rodeándolo con sus brazos.

-Acertaste.

-¿No era más fácil decirlo de esa manera?-preguntó Malik, recostándose sobre el cuerpo de su compañero, pidiendo caricias, que fueron dadas.

-Es la primera vez que me pasa...Tengo miedo....No quiero arruinar su vida...Sólo tiene dieciséis años...

-¡Podemos ser amigos!-dijo felizmente Malik.-¡¿Cómo es?! ¿¡Qué gustos tiene?! ¡¿Cómo se llama?!

-Hey hey....Una pregunta a la vez. Sólo te diré que su nombre es Ryo Bakura.

~*~

El viento, con su forma de lobo, entró por la ventana de la habitación de Bakura, para ver a Ryo recostado en ella, tapado con las sábanas hasta los hombros.

El lobo se acercó y lo miró. Sonrió abiertamente, y salió nuevamente.

~*~

Ryo despertó a eso de las 10 de la mañana. Se desperezó, bajó a la cocina, y encontró allí a Bakura, leyendo el periódico, mientras tomaba una taza de té de hierbas.

-Buenos días...-dijo sin levantar la vista del diario.

-Hola Baku. ¿Qué miras?

-Sólo la sección policial. Viendo cómo todas mis presas salen en la parte de espectáculos.

-¿A dónde fuiste?-inquirió el menor, mientras se hacía una taza de té, y comía algunas galletas.

-A lo de un amigo.

-¿Sabes? Te ves muy atractivo así vestido...-dijo melosamente Ryo, al ver cómo Bakura se encontraba, con el mismo traje de la noche.

-Gracias. Es ropa cómoda.

~*~

-Marik...-dijo el menor desde la cama.

-¿Qué pasa?

-¿Puedo ir a conocer Ryo?

-Si Bakura está de acuerdo, no veo el por qué.

~*~

-¡No Bakura! ¡Basta!

-¡No lo haré!

-¡No puedo respirar bien!-carcajadas-¡Basta!

Bakura se detuvo, y miró hacía abajo, dónde Ryo se encontraba tratando de reponer su aliento del ataque de cosquillas que recibió de su amado hace unos minutos atrás. Se inclinó y lo besó profundamente, antes de apartarse, y así bajar su mirada, contemplando su cintura delgada, y un poco más abajo, haciendo que el menor se sonrojara bastante, cerrando tímidamente sus piernas. Pero esto no impidió que Bakura siguiera contemplándolo, divertidamente.

-¡Deja de hacer eso!

-¿Dejar de hacer qué?-inquirió tontamente.

-¡De mirarme de esa manera!

-¿Mirarte cómo?

-¡Así! Cómo...cómo si quisieras...devorarme....-terminó la frase muy sonrojado.

-Si supieras CÓMO quiero devorarte...-se inclinó y comenzó a morder el cuello de Ryo.

-¿Qué...Qué ibas a decirme hoy?-Ryo se sorprendió al ver que Bakura se detenía repentinamente, sentándose en el sofá, recargándose en él.

-Sobre las consecuencias de transformarte en vampiro. Ayer estábamos muy ocupados. Además, tú no querías que te lo dijera en esos momentos.

-Si lo sé...-dijo sentándose a su lado, para luego recostarse en su regazo.

Bakura abrió su boca para hablar, pero el timbre sonó. El vampiro se levantó y la abrió, haciendo pasar al padre de Ryo. El chico lo saludó con un cálido abrazo, mientras que su padre le decía que juntara todas sus cosas, para irse.

~*~

-¿Hola?-dijo la madre de Ryo, al contestar el teléfono.

-¿Se encuentra Ryo?

-No, ¿Quién le habla?

-Soy un amigo, Malik Ishtar. ¿A qué hora vuelve?

-Dentro de unos minutos. ¿Quiere que le deje un mensaje?

-No es necesario. Lo llamaré luego.

-¿No quiere dejar su número así mi hijo lo llama? Es más conveniente.

-No se preocupe, señora. Yo lo llamaré. Ahora debo irme.

-Adiós...-y con esto colgó.

~*~

-¿Cómo la pasaste?-curioseó Yatén.

-¡Muy bien! ¡Tiene un departamento enorme! ¡Me dijo que era de Egipto, y sabe algunas palabras del idioma antiguo!

-¡Genial! Me vendría bien saber que significan algunos símbolos.

-¡Lo olvidé! ¡Mira lo que me regaló!-exclamó ansioso Ryo, sacando de su bolso un objeto, que hizo a su padre casi desmayarse.

-¡¡ES UN ARTÍCULO DEL MILENIO!!

-Aja...Me dijo que es la Sortija del Milenio.

-¿¡Cómo la consiguió!?-dijo sorprendido su padre, al tomarla entre sus manos, examinándola.

-Me dijo que fue a una excavación con sus colegas. La encontró, y cómo le pareció muy bella, la escondió, y así nadie supo de ella. Bueno...Se saben de los artículos del milenio por las escrituras pero no saben que existe.

-Increíble...

-Promete no decir ni una palabra...

-Lo prometo. Pero sería bueno que mis colegas la vieran...

-¡Papá!

-Les diré que es una falsificación.

-¿Y cómo lo pueden comprobar?

-Los artículos verdaderos tienen, en las escrituras, una especie de magia muy poderosa, qué sólo aquellos que son destinados a poseerla, pueden utilizar. Además, si el objeto ve que se lo utilizará para el mal, u otras cosas, sólo destruirá a su portador.

-Pero eso hará saber que es verdadera...

-No...La magia tiene sus trucos. Si no quiere ser descubierta, simplemente mata a su portador, de una manera que, por decirlo de algún modo, parece natural.

-¡Que bien! Pero tendremos que pedirle a Bakura que nos de permiso.

-Muy cierto. Bien, la próxima vez que lo veamos, se lo preguntaremos.

Siguiendo caminando y hablando de ello, regresaron a su casa muy rápido.